¡Un exorcista a la derecha! El género de exorcismos parece ser inagotable al momento de la aparición de nuevos títulos en las salas de cine, y este jueves llega a nuestro país una nueva entrega que trata está temática tan amada y temida a la vez. En este caso el titulo del film es Con el diablo adentro (The Devil Inside), una película que utiliza el casi género cinematográfico de falso documental que permite generar empatía con un mínimo costo de producción (para los números que maneja la industria) y efectos especiales básicos. De un tiempo a esta parte los falsos documentales han inundado nuestras salas con resultados disimiles aunque teniendo una incombatible relación costo-resultado. EL recurso de la cámara en mano y la supuesta inmediatez de las tomas abarató los costos de fotografía, iluminación y calidad cinematográfica. Si a esto se le suma una inteligente campaña de marketing el combo es perfecto. La frase inicial del film ya nos prepara para lo que viene : “este film no ha sido aprobado por el vaticano”, como si algún film sobre la temática de los exorcismos alguna vez hubiera sido aprobado por la cúpula eclesiástica. El film arranca contando la historia de María Rossi (Susan Crowley), una mujer que asesinó a tres religiosos durante la práctica de un exorcismo que evidentemente fue fallido. Veinte años después, su hija querrá desenmascarar el tema viajando hacia Roma donde su madre se encuentra internada. Allí se cruzará con una escuela de exorcismos donde escuchará lo más variados testimonios sobre los mecanismos y las fallas de esta práctica y su obvia desaprobación por la facción más ortodoxa de la iglesia católica. A partir de este momento ellá tratará infurctuosamente de conectarse con su madre y ayudada por un par de clérigos solidarios exorcizar al demonio (o los demonios ) que habita en el cuerpo de su madre. El film sin embargo no lográ convencer al espectador y termina siendo fallido desde su línea narrativa , hasta en los supuestos golpes de efecto que busca . Definitivamente un largometraje que hace honor a su genero : de terror.
Hoy se estrena en Argentina El artista, uno de los más esperados del año por la gran cantidad de nominaciones que posee el mismo a los Oscar. Tal vez el dato más extraño para el espectador medio es su propuesta estética, que se basa en la inclusión de dos elementos, que si bien no son nuevos, son poco usuales: está filmada en blanco y negro y es muda. Antes de que salgan corriendo y dejen de leer esta reseña, permítannos que les contemos por qué vale la pena vencer los propios prejuicios y acercarse a un cine diferente. Siempre las novedades crearon resistencia e incluso miedo en el público. Cuenta la leyenda que el primer film que se conoció comercialmente simplemente retrataba la llegada de un tren a una estación y mucha gente se corría o agachaba por la impresión de esa máquina que se dirigía directamente hacia ellos. El cine, allá por la década del veinte, se organizaba en la base de lo que se llamó el Star System, es decir que cada compañía tenía sus actores fetiches que reforzaban un ideal determinado: acción, aventuras, etc. En este contexto el protagonista de la película, George Valentin (Jean Dujardin) es una carismática estrella del cine mudo en pleno apogeo. Pero su estrellato se ve amenazado por la llegada del sonido a las salas y su falta de adaptación a esta nueva forma de hacer cine. Su reticencia a las nuevas tecnologías unida a la depresión de los años treinta sumergen al astro en el más solitario de los encierros. A su vez, en medio de su ocaso, una nueva estrella surge: Peppy Miller (Bèrènice Bejo), un símbolo de las eras venideras. La resistencia de los estudios a seguir apostando al cine mudo y la ceguera frente a las nuevas apuestas hacen que el ascenso de Peppy sea tan vertiginoso como la caída de George. Sin embargo la vivaz joven no deja de mirar y admirar a aquel hombre que con pocos gestos logra transmitir mas que lo que muchos hacen con palabras. El film está narrado magistralmente, de manera tal que nos permite entender cómo en algún tiempo fue posible transmitir contenido sin necesidad de utilizar palabras , una cuidada fotografía y actuaciones soberbias completan el combo para las delicias de los mas cinéfilos. Nuestro consejo : Aprendan de Valentin y entréguense a las nuevas experiencias, no sean reticentes a los desafíos que el séptimo arte les proponen. Como todo en la vida están los que no se animan y están los que bailan al ritmo de las nuevas músicas. ¿Quiénes quieren ser ustedes? ¡Pónganse sus zapatitos de charol lustrado y salgan a las pistas, una gran música los espera!
Verne y una aventura sin pausa A mediados del 1800 existió un escritor que no sólo describió con maestría mundos paralelos, viajes alucinantes, paisajes, situaciones y personajes. Un hombre que no sólo supo demostrar sus dotes literarias en cada relato sino que logró la mixtura entre el relato fantástico y los conocimientos científicos más variados. Este hombre se llamaba Julio Verne y sus obras han inspirado y siguen inspirando a los autores y directores más influyentes de nuestra época. Entre las páginas de sus relatos tenemos por ejemplo la exacta predicción de alguno de los inventos que luego modificarían el curso de la humanidad: el helicóptero (en su relato Robur, el conquistador), los submarinos y motores eléctricos (La isla misteriosa), viajes a la luna (De la tierra a la luna). Muchos catalogan a este autor como uno de los precursores de la ciencia ficción. Sin embargo, su forma de encarar el trabajo era volcar en sus historias las posibles aplicaciones de sus vastos conocimientos científicos y a su vez lograr la divulgación de estos saberes entre la juventud. Algo así como una democratización de la sabiduría entre las nuevas generaciones. El cine, desde sus albores, reconoció en Verne la inspiración motivadora de una de sus primeras expresiones: el cortometraje Viaje a la luna (1902) de Georges Méliès está basado en el relato homónimo del autor y es uno de los primeros registros conocidos junto con las obras realizadas por los hermanos Lumière. Incluso un film aún no estrenado en Argentina como lo es Hugo, de Scorsese, encuentra su eje narrativo en la influencia de Verne y su mundo fantástico en los trabajos primigenios del séptimo arte. Para los más freaks y fanáticos de las series antológicas de los últimos tiempos, han corrido mares de tinta tratando de conectar ciertos aspectos puntuales del relato con pasajes de la serie Lost: en la primera entrega, un grupo de personas junto con un perro llegan a una isla misteriosa luego de un accidente aéreo. Tanto para el primero como para la creación de J.J. Abrams, la isla no aparece en los mapas de la época, donde existen extraños seres, como consecuencia de mutaciones genéticas de lo más bizarras. Para el caso de Lost fruto de experimentos; para el de La Isla misteriosa derivados de una fauna propia, creada por el autor. Lo cierto es que la vigencia de este escritor, a más de un siglo de la publicación del libro de referencia, es indudable y este jueves llega a nuestras carteleras una nueva adaptación cinematográfica, Viaje 2: La isla misteriosa. En esta oportunidad el grupo de aventureros ya no son prisioneros fugitivos sino personas comunes y corrientes: un simple padrastro y su rebelde hijastro. La historia se centra en las aventuras de Sean (Josh Hutcherson), un adolescente con graves problemas de relación con el nuevo marido de su madre (interpretado por Dwayne Johnson). En este contexto, un mensaje cifrado de su abuelo (el siempre glorioso Michael Caine) con supuestas coordenadas para la localización de una isla misteriosa lo enfrenta con una realidad insospechada: su padrastro posee conocimientos que pueden ayudarlo a llegar al ansiado destino. Juntos se embarcarán hasta el Caribe donde abordarán un helicóptero piloteado por un lugareño (el siempre efectivo actor de comedias blancas Luis Gusmán) y su adorable hija adolescente (la estrella adolescente Vanessa Hudgens), pero al llegar al centro de un huracán serán enviados a una isla remota donde se verán ante las situaciones más impensadas como el descubrimiento de elefantes en miniatura; abejas gigantes usadas como aeroplanos; ciudades submarinas expuestas; volcanes con lava de oro y lagartijas gigantes, entre otras rarezas del lugar. El film nos lleva de una travesía a otra a un ritmo incansable, casi tan frenético como el amor por las aventuras del adolescente, los recuerdos del anciano y las ansias de formar una familia del padrastro. Todo ello enmarcado en los maravillosos escenarios que sólo la mente de un genio como Julio Verne podría imaginar. La única pregunta por responder es: ¿quieren aventura?, si la respuesta es sí, el cine los espera y después por qué no una buena jornada de lectura de un clásico verniano.
No tan elemental, no tan Watson. Se conoce que es difícil reversionar a los clásicos y darles una impronta diferente, y los directores que así lo hacen saben que serán objeto de innumerables polémicas inconducentes. Pues bien, Guy Ritchie -con su segunda entrega sobre el investigador Sherlock Holmes- no estará exento de las misma. Para los amantes del cine de este director, plagado de violencia y acción palpitante, es necesario decirles que no se sentirán defraudados en su búsqueda. En cambio para los más tradicionales que se identifican con el personaje adusto y meditabundo creado por Arthur Conan Doyle, tal vez se sientan indignados frente a este timador y peleador callejero magistralmente compuesto por Robert Downey Jr. Hechas estas aclaraciones, que son la base de la polémica que estamos seguros vendrá luego del estreno, es hora de adentrarnos en la historia que nos ofrece este director de la mano del maravilloso duo compuesto por Downey Jr. y Jude Law. El film está basado en el cuento El problema final con algunos aditamentos que el director ha tomado de otros relatos del Doyle. La acción transcurre en una convulsionada Europa que se ve azotada por diversos ataques terroristas que hacen peligrar la endeble estabilidad política europea del siglo XIX . Así las cosas, el marco para que la dupla de investigadores se lance a la aventura esta dado, sino fuera por un pequeñísimo detalle : Watson está a punto de casarse . Si nuestro héroe Sherlock respetara los compromisos y los eventos sociales estaríamos en presencia de una aventura solitaria por su parte, pero bien sabemos que nada detiene al investigador cuando la adrenalina se apodera de él . De modo que hará lo imposible por embarcar al joven consorte en esta aventura por desentrañar el origen de los diversos atentados que sacuden a Europa y que suponen están ideados por la malévola mente de su némesis Moriarty (Jared Harris). Sus investigaciones los llevarán a recorrer Europa en tren, con la compañía de una nueva socia, la gitana Sim, interpretada por Noomi Rapace . Una vez instalados en el viejo continente su misión será desentrañar los manejos turbios detrás de los reiterados atentados que sacuden la calma diaria, y claro que para ello se valdrán de deducciones y golpes de puño. En definitiva, estamos en presencia de un film que será aceptado plenamente por el publico en general y sin lugar a dudas dividirá aguas entre la critica especializada, pero para los primeros tenemos buenas noticias : la tercera parte ya está confirmada . Para los especializados deberán acostumbrarse a la idea que Sherlock Holmes salió de la biblioteca y esta sumergido en peleas callejeras . No tan elemental , no tan Watson, pero así son las cosas