Manuel (Iñaki Aldao) es un joven estudiante que vive con sus padres en un pueblo de la Patagonia. La música es todo para él, es su felicidad, pero también es su desahogo en momentos de tristeza. Encerrarse en su habitación a tocar el piano o sentarse debajo de un árbol para componer, lo transforman en un ser libre y por eso sueña con obtener una beca que le permita viajar a Buenos Aires y convertirse así, en un famoso compositor. Sin embargo, su vida allí no es para nada sencilla, atormentado por algunos habitantes que lo miran de reojo por ser hijo de un padre descendiente de alemán (Carlos Kaspar) y una madre curandera (Lorena Vega) perteneciente a los pueblos originarios selknam. Teniendo que lidiar con los prejuicios y enfrentando a aquellos vecinos que despectivamente lo llaman “Indiecito”.
Arturo (Garzón), es un importante ingeniero de 65 años, sereno y de pocas palabras, que lleva una vida tranquila y rutinaria junto a su esposa (Frenkel). Luego de su jornada laboral ambos cenan juntos en una pequeña mesa de una casa de grandes espacios, dialogan sobre el día vivido y miran la tele desde el sillón hasta la hora de ir a la cama. Sin embargo, Arturo hace unos días que se acuesta, pero no duerme. Acaban de diagnosticarle una enfermedad incurable y le quedan pocos meses de vida.
La película protagonizada por un elenco de super estrellas: Richard Gere, Diane Keaton, Susan Sarandon y William H. Macy indaga, en tono de comedia, sobre el fenómeno del amor y el romanticismo en personas adultas mayores de sesenta, que se muestran inmaduras y confundidas a la hora de brindarles la experiencia vivida a sus hijos, quienes se encuentran en el momento de contemplar la idea del matrimonio.
El film narra la historia de Juana (Jazmín Esquivel), una adolescente que vive con su padre (Bruno Vásquez) en una chacra instalada en el monte misionero. La vida de ambos trascurre de forma rutinaria entre la producción de carbón y la soledad que impone vivir aislado de la ciudad. Además de la tristeza que se puede ver en sus rostros luego de la perdida de la madre de Juana, en una muerte confusa que los perturba y les torna la vida más difícil.
Alyson (Jennifer Mischiati) regresa a la casa de su infancia, luego de la muerte de su padre, junto a su pareja Richard (Christoph Hulsen) y el bebé de ambos. Allí comenzará a vivir experiencias extrañas, visiones de personas que parecen venir del pasado en forma de fantasmas. Pero claro, como toda película de terror, el primer obstáculo que deberá sortear la protagonista será que su pareja le crea, para luego si luchar juntos contra los demonios. Al parecer los padres de Alyson han caído en una fuerte maldición, originada hace ya muchos años por la novia de su abuelo, quienes a pesar de acudir en ayuda al cura del pueblo no han podido detener. Ahora, este extraño espíritu ha regresado no sólo para perturbar a Alyson sino también para llevarse a su bebé.
Gina (Sally Phillips), una mujer de unos 50 años recibe en su hogar, en donde convive con su marido en un matrimonio algo frío y aburrido, un regalo por parte de sus amigas. Es el día de su cumpleaños y un stripper (Alexander England) le aparece por sorpresa. Gina, lejos de observarlo bailar mientras el joven se saca la ropa, lo interrumpe y le pide que limpie su casa. Un arranque gracioso y prometedor para la comedia de enredos que garantiza la sinopsis, donde un grupo de amigas harán de las suyas para gozar sin prejuicios, pidiendo lo que quieren y desean a los hombres. Sin embargo, esta historia corre algunos riesgos de los que lamentablemente no consigue salir airosa.
Luego de unos cuantos años fuera de su casa natal, Art (Nick Blood) hijo de un judío ortodoxo, junto a su esposa embarazada Claire (Emily Wiseman) decide volver a Brooklyn para reconciliarse con su padre Saul (Allan Couduner), quién es dueño de una funeraria. Saúl parece encantado de volver a ver a su hijo, sin embargo, se muestra un tanto confuso por la repentina llegada de este, sin aviso previo. Además de estos tres personajes principales, se encuentra Heimish, un viejo amigo de la familia que trabaja en la funeraria. Quien al contrario de Saul, le cuesta mucho creer que Art haya decidido volver sólo porque extraña a su padre. Heimish tiene la firme sospecha de que algo se esconde detrás de ese inesperado retorno.
El documental relata la transformación y el crecimiento, durante el paso de los años, del vinculo entre una madre Eugenia Alonso y su hijo Ulises Langer, un adolescente con el síndrome X, una discapacidad intelectual hereditaria. El film abre con imágenes de una ecografía, mientras de fondo se puede escuchar una voz en off que anuncia: “Es importante que empieces a hacer las cosas solo, sin mamá”. A continuación, imágenes de archivo de filmaciones caseras se mezclan con otras del presente, en donde vemos a la realizadora con el objetivo de una máquina de fotos en sus manos, para explicar su pasión por la fotografía y su principio fundamental, la mirada.
Las primeras imágenes que abren el film muestran enormes espacios librados por la naturaleza, escenarios extensos del campo de un pueblo de Cataluña, que lleva el mismo nombre del film, en los que predomina el verde que ofrecen los árboles y la hierba, junto al celeste del cielo y el color pardo de la tierra. A continuación, la cámara olvida la belleza del paisaje para exponer de inmediato a un auto abandonado, allí una niña llamada Iris (Ainet Jounou) y sus primos gemelos, hijos de una familia cultivadora de duraznos, se divierten fantaseando aventuras. Un viaje imaginario que será interrumpido cuando el ruido feroz de la garra de una excavadora rompa el hechizo asustando a los niños, quienes saldrán corriendo en busca de sus padres.
El film se basa en la historia real de Saeed “Spider Killer” Hanaei (Mahdi Bajestani), un hombre que asesinó a 16 trabajadoras sexuales en la ciudad iraní de Mashhad entre los años 2000 y 2001, atrapado gracias a la solitaria, intensa y más que riesgosa investigación realizada por la valiente periodista Rihimi (Zar Amir Ebrahimi), quien se sumerge en los suburbios de una de las metrópolis más grandes de Irán y principal peregrinación islámica, sin ningún tipo de protección ni compañía de la policía local. En los primeros minutos de iniciada la película observamos al asesino y su accionar entre los callejones oscuros y escabrosos de la ciudad, escenarios que actúan de forma directa sobre los personajes así también como en la mente del espectador, dejando en claro la intención del realizador que no pretende con estás imágenes cautivar al turismo religioso. El individuo, un trabajador de la construcción, veterano de la guerra Irán-Irak, se muestra amoroso con su familia mientras por las noches se aprovecha de las mujeres matándolas a sangre fría.