La tercera edad también quiere divertirse En una semana que fue raro haber visto dos estrenos europeos (el otro fue "Le concert", de la que ya hablamos), nos llega desde Italia un film muy interesante (no por nada ganador del Festival de Venecia en 2008) que no pasa desapercibido en cartelera, ya que fue la sorpresa de la semana, llevando mucho público a sus salas, teniendo en cuenta la cantidad de pantallas que tuvo. Gianni Di Gregorio, el director, ha sido reconocido siempre por su trabajo como guionista (hemos visto aquí "Gomorra", que él escribió). Y a los 58 años le llegó la oportunidad de ser el responsable final de su propio proyecto, por primera vez. Junto a Simone Riccardini, escribieron y soñaron esta película y pudieron plasmarla en una interesante obra sobre la tercera edad en vacaciones (época donde todos les escapamos a los viejos). Saben ustedes que la película se llama "Pranzo di ferragosto", alusión clara a la época donde todo el mundo se manda a mudar de sus trabajos y casas y se dispersan por la península y el resto de Europa a pasarla bien, aunque sean sólo 2 días. Un período de receso laboral donde las ciudades más importantes quedan desiertas y aquellos que pueden (que son muchos), salen a disfrutar del verano a pleno (agosto 15, les suena?). Un tema que se da en esta época entonces, es, ¿Qué pasa con los adultos mayores a los que su familia deja en la ciudad mientras ellos salen de vacaciones?. Si bien puede parecer un tema revestido de simpatía y que abre el juego a pensar situaciones divertidas, lo cierto es que encierra una pregunta fuerte, subliminal quizás para algunos (pero muy presente), que está relacionada con el destino de nuestros ancianos. Vivimos en una sociedad donde lo único que sirve es ser joven y los valores que nuestra sociedad de consumo trae atentan contra la protección de las personas de edad. Antropológicamente, sabemos, que las culturas primitivas veneraban el conocimiento de quienes más habían vivido y revestían a esos hombres y mujeres de cuidados especiales. Esto, aquí y ahora, ha cambiado. Los adultos mayores requieren atención, compañía y acompañamiento para seguir viviendo una vida feliz. El tema es si estamos dispuestos a hacernos ese espacio para ofercérselos. Este es el punto basal del relato. Gianni (también protagonista!) es un hombre maduro con problemas económicos. Le gusta la vida cómoda,lo vemos levantando un vasito de vino siempre, tranquilo y tratando de escabullirse de sus acreedores...Vive con una madre despótica y su endeble panorama de ingresos lo lleva a recibir una oferta que no puede rechazar. Como su presente financiero es casi escandaloso, y la situación con el administrador de su consorcio es terminal, éste le ofrece condonar parte de la deuda si cuida a su madre y a su tía durante el "ferragosto" (dos días). Claro, que la cosa no queda ahí. Su amigo y médico de cabecera tiene que estar de guardia en el hospital, entonces le sumará al grupo a su madre, como pedido personal. Resultado, Gianni tendrá que lidiar con cuatro mujeres de personalidad fuerte y particular, tenerlas contentas y felices y deshacerse en estrategias para que la convivencia sea apacible hasta que el feriado termine. Cine italiano, costumbrismo puro, familia, pasta, afecto, bromas, encuadres en espacios reducidos, sonrisas, emoción. Eso es "Pranzo di ferragosto". Una crítica social (quizás), bien presentada y contada en forma de relato luminoso, donde no podemos sino amar a las cuatro viejitas que vemos en pantalla, con especial énfasis en la madre, jugada por Valeria Franciscis y la de Alfonso, Marina Cacciotti. Las mujeres en cuestión, junto a las protagonistas, no tenían experiencia como actrices profesionales. Todo un descubrimiento. La atmósfera donde se desenvuelven está plagada de emoción y nosotros, descendientes de italianos, adoptamos la mirada sin titubear: forma parte de nuestra herencia. Por lo demás, el relato es corto (75 minutos), muy divertido y con diálogos imperdibles, la música suena un tono más del soportable (me recordaba a los ruidos de cantinas, en cierto momento) y todo esto redondea un film muy rico y gustoso para quienes les gusta lo italiano puro, innegablemente intenso, colorido y familiero. Muy buena elección para todo tipo de público.
Existencialismo detrás de las rejas Ultimamente los trabajos de Edward Norton y Robert De Niro venían siendo erráticos. Son dos intérpretes de peso, actores de manual y figuras en cualquier film que elijan ver, pero a veces prefieren trabajos más livianos que no aportan mucho a sus carreras pero si a sus billeteras... Norton hizo "The invention of lying" -mediocre- y "Leaves of grass" no estrenada en Argentina; De Niro, "Everybody's fine" -refrito de un film italiano y "Little Fockers" (sin palabras!). "Stone" es una oportunidad entonces, de verlos juntos, tomandose en serio un guión. Desgraciadamente, el resultado es bastante desparejo. John Curran fue el responsable de dirigirlos, de antecedentes prolijos (me gustó "The painted vail", también junto a Edward Norton) pero de estilo pausado y extremadamente discursivo. Aquí, hace equipo sobre el guión de una de las promesas de la industria, Angus MacLachlan (el escritor de "Junebug" (que tampoco fue distribuída aquí, si mal no recuerdo) para traernos un pseudo thriller de suspenso. En realidad, "Stone" es un estudio sobre el encierro, la religión, el matrimonio, las prohibiciones y los límites, pero si la presentamos así pocos se animarán a verla. Aunque suene extraño, es un drama filosófico, o algo así (intenta), un fresco que profundiza en la conciencia de sujetos que se encuentran unidos por una circunstancia que los atraviesa, y que genera resquebrajamiento de estructuras muy arraigadas en cada uno... En otras palabras, un film de mucho texto y subtexto. Mucho diálogo profundo, mucho encierro, casi podría ser una obra de teatro.. Pero bien, veamos de que se trata... La trama es simple. Jack (De Niro) es un oficial del servicio penitenciario encargado de revisar y evaluar libertades condicionales. Está a punto de jubilarse, y sospechamos por la secuencia de entrada, que hay mucho que lo agobia...Su superiores le piden que vaya cerrando algunos casos que tiene pendientes y preparando el terreno para dejar el trabajo. Uno de esos casos resulta ser el de Gerald "Stone" Creeson (Norton), pirómano que lleva bastantes años en prisión y que espera con ansias abandonar la prisión. Stone está casado con Luccetta (Milla Jovovich) y cuando empieza a tratar con Jack, se da cuenta que si no logra torcer la impresión que el oficial tiene hacia él, está perdido y su caso naufragará. Recurre entonces a su esposa, para pedirle que se acerque a Jack, trate de seducirlo y colaborar con su liberación. Si Jack hace un buen informe y presenta el caso al comité, Stone tendrá serias chances de salir de la cárcel... Hasta ahí uno se imagina un clásico triángulo amoroso, violencia, sexo y crimen. Pero no. Ahí es donde MacLachlan nos sorprende (y no para bien, precisamente), elige salirse del camino tradicional y comenzar a trabajar las emociones y motivaciones que cada personaje tiene en esa maraña de relaciones peligrosas que los atraviesan (a la que se unirá, a su tiempo, la esposa de Jack)... Esto se potencia cuando Curran ralentiza los tiempos de cada secuencia al límite de lo tolerable y deja que los protagonistas se explayen a fondo, desde lo verbal y lo que no lo es, sobre sus miedos y posiciones en la vida. La religión empieza a cobrar importancia, y las creencias de cada uno de ellas se ven desafiadas al extremo, al ver que la manera en que resuelven los conflictos es equivocada. Los planteos morales aparecen y oprimen desde la pantalla y no son de fácil digestión. Para colmo, dentro de la prisión, Stone es testigo de un intento de fuga sangriento y eso termina por detonar su débil lazo con la realidad. Lo que era una película de seducción en apariencia termina en otra dirección, la del drama psicológico carcelario en clave filosófica! Insisto, mucho texto para escuchar que intenta ser atractivo, por la potencia de los actores en cámara pero que no alcanza niveles dramáticos de fuste por su extensión. Cuidado, Norton y De Niro están sólidos y juegan las mejores escenas de la película. Milla Jovovich se pone el traje de femme fatale y enciende todas las mechas a su alrededor: deja las armas (últimamente era siempre noticia por Resident Evil) y muestra su ductilidad y su cuerpo, en dosis paralelas. Hasta Frances Conroy (la esposa de Jack en el film), se luce en sus pocas secuencias. Pero a pesar de que todos ponen lo mejor, el problema es que "Stone" no termina de revestir interés. Es demasiado pasiva, lenta y discursiva. Es es el problema. Y es serio, me atrevo a pensar. Será que el tema no me pareció a priori demasiado interesante, o es que el abordaje no me terminó de cerrar. Si se que entré dispuesto a ver un gran film, y cuando salí, la sensación que me quedó en el cuerpo es haber sido testigo de una buena clase de actuación con un guión aburrido, extenso y hasta innecesario... Si son de seguir los trabajos del dúo masculino de protagonistas, quizás mi opinión no cuente, (van a ir igual a verlo, es como explicar el éxito de "The Rite" cuando la película es mala, los seguidores de Anthony Hopkins revientan la taquilla) pero sino, evaluar seriamente si están dispuestos a adentrarse a "La revelación", en mi opinión un film muy denso que psicoanaliza demasiado una historia que podría ser mas directa y digerible. No es de las películas detrás de las rejas que quedarán en mi memoria por mucho tiempo...
Conducción explosiva Hace un tiempo vi "My bloody Valentine 3D" de Patrick Lussier. La película, no era gran cosa. Recordemos que era una cinta de terror clásico setentosa, potenciada por las bondades de haber sido filmada en 3D. Tenía muy buena atmósfera y un interesante uso de la cámara, sobretodo para aprovechar el formato en el que se trabajaba. Así es que me fui en ese entonces con la impresión de que Lussier le había sacado bastante partido al pobre guión y lo había transformado en algo aceptable. En cierta manera, la industria pensó lo mismo. Le confió seguir la senda de la tercera dimensión, pero esta vez, la idea era contar con un presupuesto más holgado y una super estrella para jugar en las grandes ligas....El mismo Lussier escribió el guión junto a Todd Farmer y se lanzaron a preparar un argumento simple para un film donde primara la acción y se luciera el sistema en cuestión. Así nació "Drive angry", film pensado para impactar desde lo visual, exclusivamente, donde el libro sirviera como excusa para gatillar y detonar. Al proyecto se subió Nicholas Cage, quien ha hecho roles de vengador en oportunidades anteriores. La cinta cuenta la historia de una venganza. Milton (Cage), se ha escapado del infierno (no sabemos cómo, pero nos encantaria haber presenciado ese momento!) y se dirige a buscar a su nieta. La misma, ha sido secuestrada por una secta demoníaca que planea utilizarla para un sacrificio en la próxima luna llena. Lo cierto es que Milton se siente culpable por haber dejado sola a su hija, quien se vinculó sentimentalmente con el líder de ese culto y fue asesinada por negarse a seguir las directivas de la congregación. Este hecho impactó de manera profunda en el protagonista... Milton quiere detener al grupo en cuestión antes de que asesinen a su nieta, pero el tiempo le juega en contra. Además, hay cierta gente que lo busca, por distintas razones... Desde la mirada técnica hay que reconocer que Lussier hace un gran trabajo de cámara. Hay mucha acción, destrucción a granel y una estupenda banda de sonido, plagada de hits relacionados con el heavy metal. Cage le pone la cara a un hombre sin emoción pero que cumple su inexpresivo rol a la perfección: es el abanderado de la violencia. Su heroína, la deliciosa Amber Heard se luce como una mujer normal en situación extraordinaria y aporta al su belleza y destreza física. No deberíamos pedir grandes actuaciones en este tipo de film, pero cumplen. Insistimos, la estrella aquí es la violencia en 3D. Algunos saltos narrativos (desde como empieza el film hasta los flashbacks que explican la historia), un montaje previsible y una edición consciente de qué había que mostrar y cómo. Hay secuencias de explosiones, balaceras, peleas cuerpo a cuerpo y persecuciones en masa. A todas ellas los anteojitos le sacan provecho: para eso se pensó esta película. Digamos esto en pocas palabras, poco 3D se usa para el film adulto, en proporción. Las películas infantiles dominan la escena en este rubro. Bueno, está llegando lentamente un más interesante uso del formato a las salas ampliando el espectro potencial de los espectadores. Esto es bueno y "Drive angry" es muestra de que es posible. Se muestra como una película dispuesta a entretener con buenas armas. Nobles. Y lo logra. No está a la altura de los grandes "shoot' them up", pero se defiende.A los tiros! Una novedad para los amantes del cine de accion, seguramente si lo que buscan es entretenimiento puro, "Drive angry 3D" cumple. Lo que no es poco en este tiempo!
Rec y La Comunidad a la argentina Nicolás Goldbart es un trabajador que tiene muchos años en el medio, fue editor de "Mundo Grúa", premiado por el montaje de "El bonaerense". Este es su primer largo y si bien debo decirles que el film me gustó, tengo bastantes apuntes para compartir sobre el guión. "Fase 7" es una producción nacional de esas que aparecen cada tanto, donde hay mucho profesionalismo, actuaciones solventes y un encuadre modesto, pero aceptable. Un colega decía por radio el jueves "no parece cine argentino"... Creo que eso es atacar a nuestra industria con armas desleales. Si es cierto que "Fase 7" es un film sólido y que pudo llegar hasta el festival de Stiges (cine fantástico) merced a sus destacables atributos (es interesante, por momentos intensa e incuestionablemente está bien contada) no es vara para el cine nacional. En general, (y ya lo dije muchas veces, quienes siguen mi blog lo saben) nuestra cinematografía se luce en el exterior (y es premiada) cuando habla de los desaparecidos y la época de la dictadura militar. También es cierto que el costumbrismo nacional, es lo que mejor hacemos, drama con un toque de comedia. Cuando hablamos de otros géneros, los buenos productos son contados con los dedos de un mano. Hay pocas películas de terror, suspenso (policial) y acción destacable a lo largo de estos ultimos treinta años. Eso sucede porque lo económico tiene su peso, y nuestra tradición nos empuja a transitar caminos seguros y no experimentar. Por eso, sí es valorable y destacable "Fase 7". Es vendible al exterior y si bien gira sobre un tema conocido en el género, lo cierto es que intenta tomar varias puntas de los más destacados títulos de los últimos años y fundirlos con sello propio. El resultado es correcto pero sin mucho vuelo. Veamos, el guión nos presenta a Coco (Daniel Hendler), pareja de Pipi (Jazmín Stuart), quienes viven en un edificio de departamentos en Buenos Aires. Cierto día, se enterarán por la televisión de que una epidemia de gripe A está expandiendose por el mundo. Minutos más tarde, serán convocados por la autoridad sanitaria a la entrada de su edificio: hay un caso allí y el Ministerio de Salud ha decidido poner el lugar en cuarentena. El edificio está sellado y nadie puede entrar ni salir. Coco entonces volverá a su casa, junto al resto de sus vecinos, dispuesto a esperar el curso de los acontecimientos. Con el correr de los días, la situación se agravará y lo que era una espera resignada, pasa a transformarse en una situación de máxima tensión cuando los alimentos empiezan a escasear y las autoridades no dan respuesta a los llamados de la gente. Coco se relacionará con Horario (Yayo), ex militar (o algo parecido), quien tiene en claro como sobrevivir en ese contexto, está armado y aprovisionado para soportar la crisis. En el edificio, otros vecinos comienzan un ataque sobre la casa de Zanutto (Federico Luppi), hombre de dinero que también tiene mucho en su hogar que podría ser compartido. De ahí al caos hay un solo paso. "Fase 7" se inscribe como un mix de varios films importantes del género, a saber: tiene el espíritu de "La comunidad", el encuadre de "Rec", la propagación de "Epidemia" y el tempo de "28 days later". Es imposible no ver las fuertes influencias de esos títulos cuando uno se adentra en la trama. Quizás eso le quita fuerza al tema, ya que el veterano espectador transita por imágenes similares y parte de la resolución de los conflictos se vuelve demasiado previsible. No es que esté mal, pero es inevitable. Daniel Hendler juega el rol que mejor le sale (el hombre simple despistado y desbordado por las situaciones nuevas en las que se requiere decisión), Jazmín Stuart está justa como esposa ansiosa y enojada y la revelación del film es la actuación de Yayo como Horacio, un humorista que aborda un personaje complejo y lo resuelve con gran prestancia. Federico Luppi también está muy bien, pero eso es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Como primer largo, es muy bueno. Si les gusta la ciencia ficción, quizás parezca raro recomendar cine nacional, pero es un buen producto. Tiene 20 minutos de más, pero el cierre es algo que le cuesta a cualquier director haciendo sus primeras armas. "Fase 7" es un paso adelante para los films de género en nuestro país y sería bueno apoyarlo sólo por eso, más allá de los valores a los que hacíamos referencia...
Jorrid, intens an sadist He aquí un director controversial. Alejandro González Iñárritu ha generado desde siempre, reacciones encontradas con su trabajo. "Amores perros" y "Babel" han sido premiadas, discutidas y alabadas por la crítica mundial aunque con la llegada de Biutiful, muchos de quienes apoyábamos su línea de trabajo empezamos a pensar que quizás, en algún lugar estabamos equivocados. ¿Cómo definiríamos su cine? Historias corales (aunque esta no lo sea), preferencia por mostrar la fragilidad del cuerpo humano, descenso a los abismos morales, contradicciones intensas en sus personajes, dolor, oscuridad, desconcierto. Se me ocurren muchos más, pero creo que ya tenemos una idea desde donde partir. ¿Es un cine para todos? No, indudablemente. No siento que, como otros directores, uno necesite estar preparado "intelectualmente" para apreciarlo, pero si que uno debe estar predispuesto a sufrir desde la emocionalidad, el mismo camino que los protagonistas de la historia. Iñárritu logra unirnos con la suerte de sus peones y en ese tablero que domina, siempre transitaremos por senderos dolorosos, intensos y lacerantes. Si están dispuestos a ese viaje, quizás "Biutiful" sea una película para que no se pierdan. Estamos en Barcelona, pero una poco cercana a las imágnes bellas que habitualmente conocemos de la ciudad. La Barcelona que nos traen es la que no miramos, la del delito, la pobreza, los adictos, los ilegales y la basura. Alli conoceremos a Uxbal (Javier Bardem), nuestro paladín según el plan de Iñárritu, un pobre tipo que vive una existencia miserable en un barrio marginal. Es padre de dos niños y su mujer es una persona adicta y con severos trastornos psicológicos. Extrañamente, Uxbal posee una especie de cualidad que lo hace unico, puede conectarse con un mundo distinto y percibe la presencia de la muerte a cada instante. Su trabajo no lo ayuda: trata con ilegales inducumentados, africanos y chinos, y sirve de mano de obra barata a unos asiáticos mafiosos que explotan dicha gente en talleres textiles no declarados. Hay rastros de su anterior vida (de la que suponemos que compartió con su esposa el tema de las drogas) y el dinero nunca alcanza, por lo cual hay que trabajar muchas horas sin ver a los niños. Para colmo, le detectan cáncer. Es irreversible y le dan pocos meses de vida. Cuando él entiende la gravedad de su enfermedad, decide cambiar su vida y tratar de dejar sus temas resueltos para cuando no esté. A eso abocará su energía a lo largo de la película. Y ya está. De ahí en más, Irrárritu se hace un festival con lo escabroso y siniestro de la historia. Uxbal se irá muriendo en cámara, mágnificamente interpretado por Bardem, y esto será registrado con una mezcla de crueldad y poesía, cuanto menos, macabra. La degradación física del protagonista y la adversidad constante de lo que tiene que enfrentar son constantes a lo largo del film, y hay que tener mucho estómago para soportarlas. Y lo dice un crítico de cine eh! Era un film especial para este cineasta. Se nota. El director logró reunirse con un equipo técnico maravilloso que apoyó su concepción y revistió a la cinta de un profesionalismo acabado y personal. Pero esto, lejos de enriquecer la mirada, la cerró, inexplicablemente. Sólo mirando la lista de sus colaboradores encontramos a Rodrigo Prieto, (director de fotografia de "Brokeback mountain") y a Gustavo Santaolalla, componiendo una lujosa banda de sonido, así que imaginen... Alejandro González Iñárritu pudo utilizar todo su arsenal para dotar a la historia de la profunidad que quiso. Y contando con estos elementos, potenció todos sus vicios, al punto de que "Biutiful" se convierte en un viaje al dolor puro, sin ningún tipo de matiz (como sí tenían sus trabajos anteriores). Visceral al extremo, sádica hasta el límite de lo tolerable y criminalmente cruel, esta película no es "Biutiful", sino "Agli", como diría mi colega Diego Battle. Un film controversial y una actuación de Javier Bardem inolvidable, sólo si pueden llegar hasta el final de los eternos 148 minutos que dura la proyección. Una operación a corazón abierto, sin anestesia y con los profesionales más sádicos del nosocomio.
Portman todo, lo hace bien Natalie Portman ha dado el salto cualitativo que todos esperábamos en estos últimos años. Siempre fue una actriz sólida, pero en esta etapa, no hay desafío que le quede chico. Es una figura de primera línea y los grandes estudios se pelean por trabajar con ella, ya que su ductilidad le permite ser una actriz todoterreno. Es decir, no hay género donde ella luzca descolocada o de pasos en falso. Está en un momento fantástico de su vida profesional y privada, y se nota. Derrocha talento. Segundo film en cartelera suyo, comedia romántica con la que se toma vacaciones de la intensidad dramática de "The black swan" y explora el género junto a un viejo conocido de la industria, Ivan Reitman. Y está bien, se lo tiene bien ganado.Su director, ha hecho muchas comedias en los dorados 80 ("Cazafantasmas", por ejemplo) y es un veterano con oficio. Tiene olfato para elegir buenos tándems (Bill Murray- Harold Ramis, DeVito-Scharzenegger luego en "Gemelos") y ha producido los suficientes films taquilleros como para saber detectar las buenas asociaciones. Aquí, se acierta claramente con el casting. Cuestión fundamental a la hora de llevar adelante una película taquillera, elegir bien a la pareja principal y por supuesto, rodearla adecuadamente. Pero primero, vamos a la historia. Emma (Portman) es una estudiante de medicina avanzada haciendo su residencia . En general, le cuesta un poco abrirse a las relaciones, en palabras de su hermana, "hace todo lo posible para arruinar a los candidatos perfectos". Bueno, tiene sus temas. Lo cierto es que la etapa en la que está de su profesión no le deja mucho espacio para vida social. Vive con tres amigos y colegas que están en la misma circunstancia, tratar de recibirse en el tiempo estipulado. Esto hace que Emma no quiera comprometerse con alguna relación amorosa. Su energía está toda puesta al servicio de su carrera...Pero, como a cualquier chica de su edad, le pasan cosas con su cuerpo. En su camino aparecerá Adam (Ashton Kutcher), quien estuvo junto a ella hace muchos años y con quien comparte una fría amistad. Se ven cada tanto, accidentalmente, hasta que una noche, Adam, deprimido porque su padre (Kevin Kline) comienza una relación con su ex-novia, se pasa de raya con la bebida y termina en el departamento de Emma. A partir de ese momento, los dos descubrirán que se desean mutuamente y llevarán a cabo acciones para canalizar tanta necesidad. Establecen reglas para evitar enamorarse y se disponen a vivir el desenfreno de su pasión. El tema que se plantea, es, como en muchas clásicas comedias románticas, la amistad entre el hombre y la mujer. Aquí, con una apuesta superior: se puede tener sexo sin involucrarse afectivamente con la otra persona? Es posible mantener una relación exclusivamente en el terreno del cuerpo, negando la conexión más costosa, que es la del corazón?. Otra vez, correcto punto de partida, mérito de Reitman, el tema tiene su interés. Portman se luce, jugando su rol a media máquina, tiene química con Ashton Kutcher y se nota, los dos se divierten y se complementan de memoria. Después de haberlo visto a Kutcher sufriendo con Katherine Heigl en "Killers", esta parece ser su pareja natural. Claro, el momento de la actriz que lo acompaña es fabuloso y eso lo ayuda a dar lo mejor de su escaso repertorio. Sus limitaciones son más que evidentes, pero encuadrado como está aquí, cumple su rol sin fisuras y el espectador compra su aspecto de chico bueno enamorado al segundo fotograma (aquel que repite película a película y que ya conocemos). Si hay que decir, no es un gran guión ni mucho menos. La historia es discreta y de no estar protagonizada por Natalie Portman, seguramente sería un fracaso. Hay lugares comunes, secundarios simpáticos y buena música. Nada del otro mundo. Pero ella está. "No strings attached" es entonces una película aceptable, menor y amigable que funciona como una pausa entre tanta intensidad ofrecida por los films que han sido nominados al Oscar y que pueblan nuestra cartelera. Es de las cintas que esbozamos una tibia sonrisa cuando las vemos y que son mejor disfrutadas, en buena compañía. No hay misterios y tampoco vuelo de altitud. Es un producto digno, sin sorpresas, pero se deja ver. Sirve, indudablemente, para conocer a la actriz que dominará la taquilla durante los próximos años, la maravillosa Natalie Portman. Ella sola justifica ya el precio de la entrada. Buena alternativa en cartera.
No siempre el tiempo es veloz No vamos a descubrir las cualidades de realizador que tiene Danny Boyle. Este inglés fantástico, nos ha regalado cine del mejor a lo largo de su carrera y siempre esperamos sus entregas con expectativas de ver algo bueno, muy bueno y hasta a veces, descollante ("Trainspotting" y "Slumdog millionaire", sin ir más lejos). En esta oportunidad, le atrajo recrear una historia de vida, un caso real de un senderista que pasó 127 horas extraviado y con su brazo atrapado e inmovilizado en una falla del Cañón del Colorado. El sobreviviente relató su experiencia en un libro que sirvió de base al guión que ideó también Danny Boyle. Con gran parte del equipo técnico ganador del Oscar por "Slumdog...", el director decidió conovocar a James Franco para caracterizar el personaje principal y confiar todas sus fichas a que su carisma ayude a sostener el andamiaje de ser prácticamente, el único en escena a lo largo de más de tres cuartos del film. Hay mucha disparidad en las visiones de mis colegas a nivel global sobre esta cinta. Están claramente divididos entre quienes la amaron y quienes no. Y este último grupo se ocupa de establecer sus razones para denostar el film. Veamos, la pregunta ya la veo venir... y vos, "¿de qué lado estás?" pido minuto y tomo aire... Prometo contestar, pero para eso, es justo hacer un breve análisis de las razones que me llevan a tener un juicio particular de "127 horas". Ya dije aquí hay un gran director, un actor principal enorme (hay que ser justos y decir que James Franco es uno de los más dúctiles de la actualidad), una potente y adecuada banda de sonido (compuesta por A.R. Rahman, ganador del Oscar) y una fotografía y montaje bien estructurados y con sobrada calidad. El tema que no me cierra, es, indudablemente, el interés de la historia a ser contada. Aaron Ralston(Franco) es un montañista particular, le gustan los desafíos y los terrenos desolados. Disfruta del aislamiento y la caminata por lugares poco transitados por la gente, en general. Cuando lo conocemos, el está haciendo un trayecto en auto hacia su próximo destino: una desolado paisaje en Utah. Deja su vehículo al final del camino y sigue en mountain bike el sendero hasta terminar adentrándose en lo profundo del lugar, a pie. Nadie sabe dónde está (su familia y amigos) y cuando él cae en un agujero y su brazo quedo atorado entre la pared y una piedra, deberá organizarse para salir con vida del asunto. Está solo, nadie sabe de su paradero y su agua, batería y alimentos no durarán mucho si no organiza un plan de acción. En esa dirección, nuestra mirada como espectador está centrada en su supervivencia y un eventual rescate. En otras palabras, Danny Boyle tendría que mantenernos atentos a la suerte de un protagonista inmóvil durante toda la película, y su trabajo sería encuadrarlo de maneras distintas para que el relato no se vuelva monótono o repetitivo. El director utiliza un arsenal de recursos técnicos para que la espera (hasta la decisión final, tomada en la hora 127) sea interesante y no decaiga la intensidad en el transcurso del tiempo. Juega con la música, se nutre de la held-cam que tiene Aaron y con la cual registra emociones y pensamientos, trae flashbacks familiares, presenta el estado del tiempo, el momento del día... Digamos, Boyle aplica todo lo que tiene para que la acción no decaiga. Pero no lo logra. Como es un film de difícil abordaje (lo importante es el camino, la narración, no el resultado, que ya anticipás cuando te conectás con la historia), los recursos narrativos deberían haber sido superiores a los expuestos. Y no es que no sea alguien que no valore las películas de este estilo. Es más, el año pasado ví "Buried" y dije que era uno de los mejores films del año. Recordemos: un hombre en un ataud, todo el tiempo solo, conectado al mundo por un teléfono inteligente. Nada más. Pero en ese caso, la intensidad de la historia era otra, estábamos en el mismo cuerpo del protagonista y los nudos narrativos eran más claros y atrayentes. No es el caso de "127 horas". Aquí nada pasa, y nada sigue pasando. No importa cuanto intenten distraernos, nada pasa, es así. El film es regular, no hay nada que nos sorprenda ni nada que esperar. Como espectador, estoy un poco aburrido de los slogans del tipo "una historia esperanzadora", "un ejemplo de vida" y similares que utilizan los medios cuando nos quieren vender algo apoyado en supuestos "valores positivos". El cine es entretenimiento, y "127 hours" es aburrida. Sin vueltas. Excepto la escabrosa escena final, el resto es anodino y sin color. En la sala miraba todo el tiempo el reloj, y si bien, no duraba 127 horas, las parecía!! En definitiva, está nominada y tendrá su público bien merecido (o no). Lo que quiero decirles es que lo último de Danny Boyle no es de los trabajos a los que estamos acostumbrados. Y que sería bueno saber que este drama biográfico puede no parecerle de interés a gran parte del público (por ejemplo, a mí!). Si no fuera por la artillería de recursos técnicos, sería mala. Luz amarilla para Danny Boyle (aunque gane un Oscar por esta realización)...
Golpe directo al Oscar Cuando se piensa en films del gusto de la Academia, uno sabe, dentro de la industria, cuál es el gusto predominante, (es un tema del que ya hablamos) es decir, cuál es el perfil para ganar un reconocimiento como el Oscar, que se necesita para obtener un premio de esa envergadura. Repasamos, en general, las películas que les gustan son historias de vida (siempre ayuda), actuaciones donde los convocados mutan, se transforman desde lo físico y actitudinal para encarar los roles pedidos, tramas donde la superación personal juega decisivamente. Si pensamos en esas características, "The fighter" las cumple todas. La historia es un recorte de la vida de un boxeador, lo curioso es que dentro del esquema que presenta el guión, en realidad la película habla de la vida de dos. Y es difícil saber cuál de ellos tiene mayor fuerza narrativa. Bueno, Christian Bale fue nominado (de hecho ganó el Globo de Oro) y Mark Walhberg no. Algo debe decir. Dickie Eklund (Bale) es un ex boxeador cuyo momento de gloria fue haber tirado a Sugar Ray Leonard en su mejor momento a la lona. No ganó esa pelea, pero se metió en la historia de su barrio, un lugar de clase trabajadora en Lowell, Massachusetts. Su hermano, Micky Ward (Wahlberg) ha crecido a la sombra de la leyenda de Dickie, quién lo entrena. Su madre, Alice (Melisa Leo) maneja su carrera y denota su falta de profesionalismo a cada momento. Micky no crece en la profesión y las continuas decisiones equivocadas de su madre y su familia lo llevan a transitar por malas peleas, combates que no debería haber aceptado, todo para seguir el mandato familiar y tener a todo el mundo contento. En ese universo, la familia de Micky está compuesta por su madre, su padre, Dickie y seis hermanas mujeres, todas sostenidas por su carrera desde lo económico. Este contexto , aprisiona el desarrollo profesional de Micky y lo deja en su callejón sin salida. Mientras se debate en ese problema, comenzará una relación con una mesera, Charlene (Amy Adams), quien rápidamente se dará cuenta de lo que sucede y le planteará que la situación así no puede seguir. Ah, dato importante: Dickie es adicto al crack. Y esta línea es decisiva en la película ya que su relación con su hermano es el corazón de la historia. Al comenzar el film un grupo de documentalistas de HBO sigue a Dickie para mostrar su ascenso y caída, mostrando su relación con la droga de manera descarnada. Sin querer anticipar más, podemos decir que "The fighter" es una gran cinta. Potente, intensa y atrapante. Su descripción precisa, pintoresca y cruel de cómo operan las familias disfuncionales es clara y absolutamente disfrutable. Los rubros técnicos está correctos y las actuaciones de Amy Adams y Christian Bale son excelentes. En particular, este último, que hace una transformación física para su caracterización de un adicto al crack elogiable. Bale siempre hizo papeles de fuste, pero esta vez, es serio candidato al Oscar. Dickie es profundamente humano (se equivoca todo el tiempo), está atravesado por su fracaso, pero desborda de amor por su familia (como buen irlandés) y conmueve en cada fotograma con sus dilemas existenciales. Bale domina cada escena en la que está con una soltura notable y no podemos dejar de conmovernos con su trabajo. Este año la competencia por los Oscar será muy duro. Hay muy buenos films y este es uno de ellos. Llega el momento del mejor cine del año y hay que hacer lugar en la agenda para verlo. "The fighter", gran película que no podés dejar de ver.
Un cisne cautivante de oscura visión Y ya entramos en la carrera a los premios de la Academia con una avalancha de films cautivantes, intensos y únicos, en la parte más rica del año para los cinéfilos. Llega a nuestras salas la última película de Darren Aronofsky, singular cineasta cuyo mejor trabajo fue, sin dudas su debut con"Pi", en el año 1998. Es cierto que su llegada a las grandes ligas con "The wrestler" fue intensa, pero este cronista quedó extasiado con aquel primer largo. Aronofsky es un director que ama la fotografía, los encuadres perfectos y las actuaciones ajustadas. Ustedes dirán... "A quién no?" Es su sensibilidad la que lo distingue y muchos especialistas lo consideran como lo más vanguardista en los Estados Unidos en años. Creo que sí, es un sujeto que hay que seguir en la industria. Y "Black swan" es un punto alto de su carrera, sin dudas. Una primera cosa que es bueno que sepan, es que no soy fanático del ballet ni mucho menos. Alguna vez estuve relacionado indirectamente con él, pero desconozco sus códigos y su mundo, por lo cual, debo reconocer que soy fácilmente "impresionable" en ese aspecto. "El cisne negro" es el personaje oscuro del clásico "Lago de los Cisnes", referencia inmediata al universo que experimentaremos durante la cinta. Nina ( Natalie Portman) es una bailarina en una prestigiosa compañía en Nueva York. Su vida es la danza, como la de todas sus compañeras. Su madre, Erica (Barbara Hershey), fue también bailarina pero por razones que desconocemos no logró satisfacer sus aspiraciones personales con la danza. Tiene una obsesión con la carrera de su hija y la convivencia (viven juntas) se hace por momentos complicada. Nina aspira a un rol que le de un salto en su carrera, el rol doble que es el eje central en la próxima temporada: ser la heroína de la compañía en su nueva producción. Cuando el director artístico Thomas Leroy (Vicent Cassel) decide reemplazar a su antigua protegida, Beth (Wynona Ryder), quitarle el lugar de primera bailarina y mandarla al retiro, Nina llegará al lugar deseado: será la encargada de llevar adelante el rol de las dos hermanas en "El lago de los cines". El rol demanda un trabajo intenso y complejo: ella deberá encarnar el cisne bueno, blanco, puro e inocente y a la vez, el negro, siniestro y enigmático, en dos composiciones diametralmente distintas. Sin anticipar mucho más de la trama, hay que decir que el trabajo de Portman es digno del premio de la Academia. Su Nina es un ser frágil, conflictuado e intenso al mismo tiempo. Debe batallar con su mundo interno para poder superar sus conflictos de autoestima baja a la hora de posicionarse como la elegida y sacar adelante un rol para el cual (convertirse en el cisne negro), condiciones técnicas no le faltan, pero si interpretativas. Cuando el director la presiona para que se conecte con su lado oscuro, Nina comenzará un descenso a los avernos sin retorno, donde nada será claro y costará distinguir entre la realidad y la fantasía. Todo, dentro del competitivo mundo del ballet profesional, donde los celos, la dureza del entrenamiento y las ambiciones personales se juegan a cada momento. Darren Aranofsky construye un espacio (esa compañía) con mucha pulcritud. Nos muestra las emociones y sentimientos que se juegan en la creación del arte, y lo hace con solidez. La película respira pasión, entrega e intriga. El director acompaña cada giro en la trama con una banda de sonora impecable (tomada de la misma "Swam lake") y fotografía mágicamente a la hora de retratar la humanidad de cada personaje. Es un thriller psicológico abosrbente. Quizás no a la manera de los clásicos relatos del género, sino con un ritmo distinto, compuesto de acordes que se ensamblan de manera magistral. Es, en definitiva, como una cuidada coreografía que va increscendo hasta llegar a su climax. "Black swan" es superlativa, consistente y enigmática, una enorme película que no debemos dejar pasar, nos guste o no el mundo del ballet...
Intriga en Berlín Dentro de la catarata de films que han sido nominados al Oscar y que se están presentando en estos días en cartelera, hoy se estrena "Unknown white male", film que permite descomprimir un poco la línea de estrenos, "formales" que pueblan las salas en estas horas. "Desconocido" es la última película de Jamie Collet Serra (realizador de la excelente "La huérfana"), un sujeto que tiene ideas claras de como generar suspenso y como caracterizar atmósferas adversas y oscuras. Una buena elección de guión era todo lo que necesitaba para hacer un buen thriller, y eso es lo que nos trae. La historia nos presenta al Dr Martin Harris (Liam Neeson), quien arriba a Berlín para participar en una Conferencia Internacional de Biotecnología. Lo hace en compañía de su esposa, Elizabeth (January Jones), su llegada es normal hasta que al registrarse en el hotel, descubre que se había olvidado el maletín en el aeropuerto. Al regresar en el taxi, sufre un accidente y debe ser hospitalizado. Los médicos creen que su cuadro es complicado ya que él no recuerda bien quién es, ni tiene papeles que acrediten su identidad. Cuando Martin despierta y va al encuentro de su esposa, habrá alguien en su lugar. De repente, su vida se desvanece, se encuentra solo, su propia mujer lo desconoce, las autoridades no saben quien es y todo lo que representaba su mundo se derrumba inexorablemente. Sin poder anticipar más de la trama, debemos decir que sigue los lineamientos del thriller clásico, con intriga a lo Hitchcock, cartas visibles pero desconcertantes para el espectador. Nos situamos desde la visión del doctor Harris, la cual nos conecta con sus miedos más primarios al verse totalmente abandonado en dicha circunstancia. El marco donde transcurre la historia ayuda a crear este clima: Berlín en invierno, el protagonista en una ciudad que nunca abordó, ???sin saber hablar ni leer alemán, indocumentado y sin poder reconstruir sus recuerdos. El reparto se destaca y su ensamble es notable, sin hacer grandes trabajos, todos lucen creíbles y se complementan a la perfección, con especial lucimiento para Bruno Ganz (que hace de un ex-oficial de la Stasi) y Diane Kruger como la taxista que ayudará a Martin a armar las piezas del rompecabezas. El clima de tensión está muy bien logrado y "Unknown" se disfruta desde principio a fin. Algunos críticos dicen que el final es muy previsible. Quizás. Los veteranos del género encontrarán rápidamente las pistas que conducen a la solución del enigma, pero el recorrido, que es lo que realmente vale, es sumamente placentero. Un muy buen thriller, sólido por donde se lo mire, de un actor que viene encontrando la veta inclinado hacia roles de acción (recordar a Neeson en "Taken"). No encontrarán historias de vida emocionantes en esta película, pero pasarán un rato muy agradable, de puro y valioso entretenimiento.