Nueva puesta al día de clásicos que tienen en "una segunda oportunidad en la tierra" el motor para construir su narración. El problema de la película de Daniele Luchetti es la multiplicación de "ventanas abiertas" que dispara y de las que el protagonista no termina por redimirse ante aquellas cuestiones que, supuestamente, lo llevaron a una muerte temprana. ¿De verdad que en el minuto antes de morir vas a estar pensando en si la luz de la heladera realmente se apaga? Complicado.
Fallida propuesta en la que la búsqueda de identidad y el volver a la tierra de un hombre, termina convirtiéndose en una pesadilla para los protagonistas, quienes se desplazan en espacios cerrados sin la posibilidad, siquiera, de encontrar el horizonte en el mar del título.
Propuesta honesta en la que el viaje de transformación de un tío y su sobrino sirven de plataforma para hablar de los orígenes, las metas, los sueños y el intentar salir de los lugares en donde nos ponen los otros.
Intenso y efectivo whodunit en el que la reina del misterio por excelencia, Agatha Christie, es parte de una trama en la que las reglas del géner se revisitan, se ponen al día, y hacen del deleite de los espectadores. Saoirse Ronan brilla como una investigadora con aspiraciones que intentará develar el misterio tras la muerte inicial.
Una sorpresiva y drástica decisión termina por afectar a la protagonista de una manera en la que siquiera ella podría imaginar los daños colaterales y el tiempo que le llevará superar y transformarse sin su pareja.
Película en loop que cuenta una de las más intensas pesadillas que ha imaginado el cine. Florence Pugh brilla en un mundo de mentiras, en donde cada objeto, espacio, lugar, fue pensado milimétricamente. Abróchense los cinturones para uno de los finales más impactantes y trepidantes de los últimos tiempos.
Bienvenidos a una de esas guilty pleasures instantáneas, en donde se cuenta cómo se originó ese fenómeno en el que una mujer terminará por dañar las vidas de los demás, hasta, claro está, se tope con un rival a su altura.
Siete perros, de Rodrigo Guerrero, tiene como protagonista a Ernesto (Luis Machín), un hombre solitario que vive en un edificio de departamentos acompañado por siete perros, por quienes se desvive y a quienes dedica su total atención. En el arranque conoceremos su universo, un viejo departamento amplio, en el que supo una familia “tipo” vivir, pero en el que hoy sólo está el protagonista con sus recuerdos, dolores, deseos y sus canes. Ernesto es uno más de la manada. Al bañarlos en un patio, que funciona como respiradero de la edificación, se moja y juega con ellos, los acaricia, los abraza, se nutre de la energía y del amor que le brindan día a día. En contraste con el odio irracional de sus vecinos, entre lo que se armará un grieta, dividiéndose entre aquellos que no toleran, por egoísmo, la situación en la que se encuentra el hombre, y aquellos que poco a poco se solidarizan con él y comparten una partida de ajedrez, una charla. Empatizar hoy en día es cada vez más complicado, y más cuando discursos de odio, ya sea a personas, políticos, equipos de fútbol, animales, marcan la vinculación con el otro. La cámara de Guerrero se introduce en el universo de este personaje, casi un ermitaño que debe dializarse y controlar sus niveles de glucemia para evitar colapsar su cuerpo. El stress que vive día a día por el acecho constante de sus vecinos, en particular uno que constantemente le tira basura a su patio y otra (Eva Bianco) que funciona como la líder de una demanda hacia su persona y sus animales. Siete Perros es una película desgarradora, pero a la vez esperanzadora, que pone en primer plano la vinculación entre una de las relaciones más entrañables, la de un hombre con sus perros, que llega a límites inimaginables para, claro, aquellos que nunca han convivido o mantenido este tipo de relación. Luis Machín, enorme, ofrece una de sus más impactantes personificaciones, hombre animal, que se mezcla con su manada, y que desea, de alguna manera, morir en la suya pese a que la sociedad, su hija, sus pocos vínculos humanos, le piden otra cosa. Además, la exploración sobre la idea de solidaridad, de una comunidad en la que, principalmente, el respeto y la contemplación hacia el otro prima, fortalecen un relato tan conmovedor como reflexivo, en el que, claro, descubriremos que siempre que un animal esté cerca de un hombre, sea perro, gato, o lo que sea, hay una necesidad recíproca entre ambos para seguir subsistiendo pese a que desde el afuera se quiera quebrar el vínculo.
Explosiva, entretenida y visualmente potente propuesta rodada en escenarios mendocinos, con Nicolás Goldschmidt y Guadalupe Docampo encabezando un elenco de grandes figuras, encarnando a dos amantes que deben enfrentarse a todos para seguir juntos. Western, melodrama, tragedia clásica, un caramelo visual con una fotografía única, que destaca los paisajes y la aridez de los espacios, reforzando la dureza de la historia que se cuenta, narrada con pericia por Tamae Garateguy, una de las grandes realizadoras del cine argentino.
Debut en la realización cinematográfica de Julio Chávez, quien se anima con Marilú Marini a desarrollar una historia de amor y desamor entre una madre y un hijo, quienes frente a las verdades y los secretos deciden dejar fluir dolores profundos y rencores.