Simpática propuesta animada, que pone, de alguna manera, la clásica historia de una mujer que debe transgredir todas las reglas habidas y por haber para cumplir con su sueño, ser bombera. Entretenidas aventuras para una película que busca poner al frente a mujeres que día a día ponen su cuerpo por los demás.
La pareja de directores debutantes, Theodore Ty y Laurent Zeitoun, estrenan su ópera prima este jueves 10 de febrero. “Corazón de fuego” llega desde Francia, para acaparar el espacio de la cartelera que le corresponde a los más chiquitos. Una historia llena de aventuras y actos heroicos. Un misterioso pirómano ataca los teatros de la ciudad de Nueva York. Cada vez que los bomberos intentan detenerlo, desaparecen sin dejar rastro alguno. Desesperado, el intendente recurre a un viejo jefe de bomberos retirado. Quien es padre de una niña cuyo sueño en la vida es ser la primera mujer bombero del mundo, por más que todo el mundo le diga que esto es imposible. La niña se infiltra en el equipo de su padre para demostrarle que está equivocado.
Muchos chicos sienten una sincera fascinación por los bomberos, sus imponentes vehículos, la magia de los cuarteles y sus uniformes. Desde la percepción de los más pequeños, ahí se esconde un halo de aventura que les resulta atrapante. Y esa es la mirada que retrata Corazón de fuego, la de un mundo de grandes peligros, centrado en una joven atravesada por el amor a ese oficio. Ambientada en la Nueva York de comienzos del siglo XX, Georgia es hija de Shawn, un bombero retirado famoso por salvar innumerables vidas y combatir enormes fuegos. La admiración hacia su padre la llevó a desarrollar un sincero amor por ese trabajo. Sin embargo, en los años veinte ese no era un oficio que admitiera mujeres, y la protagonista debe resignar su sueño y su vocación. Pero cuando su padre es nuevamente convocado al cuartel para detener a un peligroso pirómano, Georgia decide que también es su momento, entonces decide hacerse pasar por hombre y comenzar su carrera como bombero. Corazón de fuego no busca romper estructuras ni desarrollar una historia de mil vueltas; por el contrario, se trata de un film respetuoso de las convenciones del género, pero que triunfa en la cuidada construcción de su joven heroína. La película pone el acento en la tenacidad de Georgia, su apetito por la aventura y el profundo vínculo con su padre. De esa forma, la trama avanza de manera segura, y apoyándose en una carismática protagonista, que sin problemas sostiene sobre sus hombros el peso de la historia.
En los principios de la animación, personajes del primer Walt Disney o incluso íconos de los hermanos Fleischer, como Popeye, podían hacer cosas muy atrevidas, incluyendo vestirse de bomberos para hacer locuras peligrosas. Eso se acabó hace tiempo, y se entiende que el género de los bomberos se adecua más a series adultas como “Rescue Me” que al cine infantil, básicamente por el lado más dramático que supone la tarea de apagar incendios. Pero esta coproducción franco-canadiense aprovechó este hueco temático en el cine de animación para armar una excelente película sobre la hija de un jefe de bomberos que sueña con seguir la profesión de su padre aunque él se lo prohíba. Corren los años ’30 y un extraño fenómeno de incendios y bomberos desaparecidos en los teatros de Broadway ayudan a que la protagonista se ponga un bigote falso y utilice el viejo truco de hacerse pasar por hombre para lograr su cometido. Hay gags divertidos, buena descripción de los personajes y sobre todo una serie de escenas vertiginosas que recuperan algo de aquella vieja animación alocada a la que nos referíamos antes. Sólida en lo técnico a todo nivel, con imaginativos backgrounds neoyorquinos y una variada paleta multicolor, la ambientación de época y la banda sonora jazzera son otros puntos fuertes de esta recomendable película animada. Mayor logro aun dado que los codirectores son debutantes, pero antes Thedore Ty fue animador en “Kung Fu Panda” y, más extrañamente aun, Laurent Zeuton fue el productor del film de culto “La muerte de Stalin”.
Los anhelos de una niña que desea ser bombero como su padre. Un progenitor protector que le asegura que no se admiten mujeres en el oficio por ser débiles, pero que también renuncia a su profesión para estar cerca de su hija. La chica por supuesto no ceja en sus intensiones, entrena todas las noches y cuando llega su oportunidad, y su padre es convocado en una emergencia, se viste de chico para ser admitido. Después de muchos enredos y aventuras, con alguien que quiere destruir teatros y anular bomberos, la chica finalmente será admitida por su valentía y conocerá la verdad de su padre, que no era finalmente un machista más. El film termina por ser un homenaje para las primeras mujeres bomberas cuyas fotografías aparecen con los títulos. Dirigida por Laurent Zeitoun y Theodore Ty (creadores de “Bailarina”) las historia sin muchas originalidades tiene ritmo, cierta ternura, un toque de locura y acción. Entretiene.
Ambientada en nueva York de los años ’30, Georgia - la joven hija de un bombero retirado- sueña desde que es pequeña con seguir los pasos de su padre, pero se choca contra una dura realidad de aquellos tiempos: "esa no es una profesión para chicas". La vida de Georgia tiene un giro, cuando extraños incendios se dan lugar en distintos teatros de la ciudad con la posterior desaparición de los bomberos que actuaron en los siniestros y Shawn – padre de Georgia- es convocado para realizar las investigaciones correspondiente. Así es como, sin dudarlo, se disfraza de chico para poder ayudar a su padre a detener al pirómano. Con muy buenas animaciones (recordemos que hablamos de los creadores de la hermosa película animada Bailarina!), una entretenida historia y un fuerte mensaje de siempre luchar para cumplir los sueños, es una buena opción para ver con los mas chic@s. Y recordar que las mujeres pueden hacerlo todo!
Bellamente diseñada y bien animada, esta historia de una chica a principios del siglo XX que decide convertirse en la primera mujer bombero de la historia es directa. Es decir, no trata de hacer nada más que contar su historia del modo más efectivo y atractivo posible. Lo logra y eso vuelve la película más interesante a la hora de volverse una fábula con moraleja. Lateralmente, habla de los géneros, sin por eso bajar línea de manera explícita.
UN CUENTO CLÁSICO Corazón de fuego se inscribe en un par de ítems que la vuelven fácilmente identificable, casi dócil. Primero, es la típica producción animada al margen del mainstream que mira de reojo la animación hollywoodense, en forma y en fondo; tanto es así que la historia está ambientada en la Nueva York de los años 20’s y 30’s. Y segundo, que su trama construye un cuento de empoderamiento femenino a partir de una chica a la que su padre le corta el sueño de ser bombero. Por lo tanto tenemos un diseño de producción que, aún con lo raro que pueda resultar para el gran público ver una coproducción animada entre Francia y Canadá, no deja de estar narrada con elementos asimilables. Y por otra parte su anécdota es edificante e impacta positivamente con el viento de su época, al que la industria audiovisual ha convertido en un huracán por el que es muy difícil no ser arrastrado. En todo caso siempre triunfan las formas con que los discursos se imparten y los directores Theodore Ty y Laurent Zeitoun lo hacen con cierta sobriedad. Georgia es la chica que quiere ser bombero, estimulada por la presencia icónica de su padre, Shawn, quien en el pasado fue un heroico batallador contra las llamas pero que está retirado y trabaja de sastre. Es Shawn quien alerta a Georgia sobre los riesgos de ser bombero y quien, directamente, le derriba sus sueños, instándola a continuar su camino en el mundo de la costura. Pero elemento shakespeareano por medio (y homenaje en sordina a Mulan), la chica terminará haciéndose pasar por un hombre y alistándose en el cuartel de bomberos cuando a su padre lo convoquen para combatir a un peligroso pirómano. Corazón de fuego no evita todos los chistes posibles sobre esa reconversión de género, aunque tiene una ingenuidad evidente y muestra lo suyo con la convicción del que está revelando algo novedoso. Hay algo candoroso en la propuesta, que avanza con levedad y sin mayores aspavientos. Y hay también buenos personajes secundarios (a excepción de un perro comic relief que es como una herencia innecesaria de Disney), la conformación de un grupo de ilustres perdedores y una fascinación por la aventura y el vértigo en algunas secuencias de acción muy bien narradas en las alturas de los edificios neoyorquinos. Ty y Zeitoun, con experiencia desde diversos roles en la exitosa Ballerina (de la misma casa productora), demuestran tener el conocimiento suficiente para trabajar los clichés de este tipo de relatos y presentarlos con gracia y distinción. Pero si hay algo que hace sobresalir a la película, es la ambientación en aquella Nueva York, en la zona de teatros y cines, con el encanto de viejas marquesinas plagadas de guiños y homenajes al cine clásico. Esa ambientación no solo es un gesto para la platea adulta y una apuesta por cierto preciosismo visual, sino un adecuado fondo para personajes nobles que sostienen la lógica y la moral de otros tiempos y para inscribir a esta aventura en el universo de las viejas aventuras cinematográficas donde todo se veía con cierta ingenuidad. Eso le otorga una corazón a la película, que no sabemos si es de fuego pero que seguramente la vuelve más atractiva que la mayoría del cine animado regular que se estrena semana a semana.
Georgia Nolan ha soñado desde niña con ser bombero. Pero su padre, un veterano retirado de la profesión, le explica que las mujeres no se pueden dedicar a esa profesión. Ella no busca ser la primera, pero cuando ya más grande, la vida le dé la oportunidad de ser bombero, ella se disfrazará de hombre para formar parte del cuartel de Broadway, en Nueva York. Ni su padre conoce el secreto, pero ella no descansará hasta lograr su sueño. Esta película de animación con mucho humor y bastante aventura disfruta con su tono de feminismo clásico, eufórico y feliz. Absolutamente todos los chistes funcionan, como en las comedias de los treinta y los cuarenta. La película transcurre justamente en esos años, lo que además permite una ambientación bonita y una banda de sonido espectacular. Toda la película es una homenaje a esas pioneras, pero por encima de eso es unentretenimiento genuino, con ideas fantásticas que ojalá se replicaran en más películas. No es bajada de línea, es convicción.