Doble jubilación de privilegio Ciertos géneros como el terror, la acción y la ciencia ficción suelen estar más curtidos al momento de producir secuelas y continuaciones varias. La clave siempre gira en torno a respetar la fórmula original y adosarle un monstruo más grande, más persecuciones a alta velocidad, más explosiones o múltiples villanos. Cuando aquello que hizo a la primera destacarse por sobre el resto no alcanza para seguir siendo una propuesta atractiva, el instinto de los productores es agregar más de ALGO. ¿Qué sucede cuando aplicamos esa lógica a una comedia dramática sobre turistas británicos de la tercera edad que se instalan en la India para pasar sus días postjubilación?
El regreso de los viejitos piolas Otra comedia geriátrica y van… Secuela del exitoso –en términos económicos, claro– film de 2011, El exótico Hotel Marigold 2 es más de lo mismo. O menos, si se tiene en cuenta que dispone sus elementos con la misma pereza que casi todas las películas de este subgénero con el único objetivo de centrarse en la explotación audiovisual de la India. Dirigido nuevamente por John Madden (el mismo de, ay, Shakespeare apasionado y La mandolina del capitán Corelli), El exótico Hotel Marigold 2 reencuentra a los protagonistas viviendo en una suerte de comunidad de la tercera edad. El equilibrio perfecto se rompe cuando llegue un turista norteamericano (Richard Gere, con su inoxidable estampa de modelo), supuesto “espía” del grupo inversor que financiaría la expansión hotelera. Los enredos generados por su presencia tienen como finalidad máxima la de regodearse en la “cultura” india, exhibiendo paisajes, costumbres y, claro está, su música, todo con una superficialidad alarmante. La cereza del postre llega con el infaltable mensaje –dicho en off, como para que todo el mundo lo entienda– sobre la importancia de vivir el presente. Lo único que salvaguarda mínimamente a El exótico Hotel Marigold 2 es el empuje y garra actoral de Judy Dench, Maggie Smith y Bill Nighy, quienes entienden que se trata de cine y no de un librito de autoayuda en movimiento.
La vejez ideal Las segundas partes no son buenas. Pero El exótico hotel Marigold 2 (The second best exotic Marigold, 2015) sale airosa de esa afirmación porque continua la línea argumental planteada en la primera, a la que se le agregan nuevas situaciones, y mantiene el magnífico elenco que la caracterizó. La película dirigida por John Madden muestra el presente de sus protagonistas: un grupo de adultos mayores ingleses que, en la primera parte, decidieron quedarse a vivir en la ciudad de Bangalore, ubicada en la India, y disfrutar de su jubilación en el hotel Marigold. En el aquí y ahora, la Sra. Donelly (Maggie Smith) mantiene su fuerte e inconfundible carácter, Evelyn (Judi Dench) dedica parte de su tiempo y buen gusto a trabajar para una empresa textil, Douglas (Bill Nighy) intenta acercarse a su hija, Madge (Celia Imrie) se disputa entre dos amores, y el matrimonio de Carol (Diana Hardcastle) y Norman (Ronald Pickup) atraviesa la cotidianeidad conyugal. Mientras, la actualidad también encuentra a Sonny (Dev Patel), el joven hindú dueño del hotel, a punto de comprometerse con Sunaina (Tena Desae). Y con el deseo de expandir el negocio y comprar otro hospedaje cerca del original. Con las ambientaciones y paisajes de India como escenario, el film transcurre de forma dinámica y llevadera. Divertidas situaciones de enredos atraviesan a los personajes y los hacen queribles. Sin duda, en sus interpretaciones radica el mayor atractivo de El exótico hotel Marigold 2 porque aunque algunos de los sucesos puedan ser predecibles y sentimentales, quedan en un segundo plano al ver tantos actores de renombre en una misma película. Otros aspectos destacables son la mágica historia de Evelyn (Dench) y Douglas (Nighy) (en la que demuestran con sutileza que para el amor no hay edad), y la aparición de Richard Gere en un papel que, si bien le sienta cómodo, no lo hace desentonar con el resto del elenco. Madden no decepciona al espectador que disfrutó la primera película. Le agrega ingredientes acertados y logra imprimirle risas a temas importantes, como el enfrentarse al fin de la vida. El exótico hotel Marigold 2 asegura un momento de distención y entretenimiento. Pero, principalmente, una clase de actuación.
Expandiendo el negocio y la familia Esta inesperada secuela de "El exótico hotel Marigold" -2011-, que celebraba las bondades de la tercera edad reflejadas en el encanto de Oriente, recupera los tiernos personajes de aquella y los embarca en una nueva aventura que suma a Richard Gere como estrella invitada. Ol Parker y John Madden, de nuevo guionista y director respectivamente, retoman el reparto de consagrados veteranos actores británicos y el deleite por el exotismo en El exótico Hotel Marigold 2, un relato de idas y vueltas que tiene a los equívocos de personalidad como fuente de principales gags. Después de que el experimento para personas mayores y encantadoras rindiera sus frutos, Sony -Dev Patel- y su socia Muriel -Maggie Smith-, deciden que es momento de expandirse, pero las grandes cadenas de hoteles no están completamente convencidas y deciden mandar sus analistas para determinar si vale la pena invertir en este proyecto, pero sin revelar su identidad. A los planes de expansión del hotel, esta secuela agrega como excusa argumental la inminente boda del único personaje joven de la historia, interpretado por Dev Patel -el británico de origen indio de Slumdog millionaire-, con el amor de su vida Sunaina. Manteniendo los clichés de la primera y sumando una serie de situaciones más ridículas que graciosas vinculadas a la boda y que culminarán con un baile al mejor estilo Bollywood, El Exótico Hotel Marigold 2 vuelve a concentrar su fuerza en la personalidad y estilo de sus grandes actores, sus conflictos sentimentales y el modo elegante de exponerlos y ocultarlos. La gran química entre Bill Nighy, Maggie Smith, Celia Imrie, Ronald Pickup y Judi Dench es incuestionable y dotan de encanto cualquiera de los giros inverosímiles de la película. Richard Gere es sólo un personaje más en este film orientado a un público adulto, que simplemente precisa sentarse y contemplar esta entretenida comedia que celebra las ganas de vivir y gozar de las oportunidades del destino.
En esta secuela, los viejitos se encuentran ya instalados en la India, contentos, viviendo divertidas experiencias, con trabajos y amores nuevos; en una comedia que, una vez más, se ríe de los cliches de la tercera edad. La historia comienza con Sonny (Dev Patel) y Muriel (Maggie Smith) en busca de inversores en Estados Unidos, para ampliar el hotel. También llegará un huésped de incógnito, que será en realidad un inspector encargado de informar si vale la pena invertir en el proyecto. Para redoblar la apuesta, esta vez hay más huéspedes, más romances y una boda, la de Sonny y Sunaina, que agregará más caos a las ajetreadas vidas de los protagonistas y varias historias paralelas que enriquecen la trama, pero también la complican un poco. No hay grandes novedades en esta secuela, que esta vez a apostado por completo a la comedia, sin el lado reflexivo de película anterior, con la misma mirada positiva sobre la vejez, con mucho humor, y mostrando que en la tercera edad también se pueden vivir nuevas experiencias y romances. La fotografía es hermosa y los colores y la belleza de la India atraviesan todo el film, con algunos cliches sobre su cultura, incluido un baile final al estilo Bollywood. El fuerte de la historia es nuevamente el dream team de veteranos actores ingleses: Judi Dench, Bill Nighy, Maggie Smith, Celia Imrie, Ronald Pickup, Penelope Wilton y Diana Hardcastle, a los que esta vez se suma el norteaméricano Richard Gere, debutando así en un filme sobre la tercera edad. Una vez más los maduros protagonistas demuestran que la vida puede disfrutarse cuando uno ya está de vuelta, y poco le importa lo que piensen los demás.
La primera tuvo su encanto con grandes actores, un lugar de ensueño y amabilidad. ¿Por qué la segunda? Porque fue un éxito y, contra todo pronóstico, puede ser una saga. Los ingredientes son los mismos, y aunque el comienzo es forzado, a poco de andar el encanto lo inunda todo. A los nombres de Maggie Smith, Judy Dench, Bill Nighy se suman entre otros Elia Imrie y Richard Gere.
El retiro menos pensado Quienes hayan disfrutado de la grata compañía que los jubilados ingleses de El exótico hotel Marigold invitaron a compartir durante su estada en el no muy pretencioso pero acogedor hospedaje de Jaipur recibirán con satisfacción este reencuentro. Algunas cosas han cambiado, pero el clima es el mismo, la voluntad de sobrellevar con el mejor humor los achaques inevitables a estas alturas de la veteranía, también, y la decisión de afrontar con el mejor ánimo cualquier novedad que se presente sigue inalterable. Nadie se olvida de que el futuro está siendo cada vez más acotado, pero el humor no flaquea y la disposición para sacar provecho de estos días soleados y coloridos que la India les ofrece (así como la promesa de una nueva vida), tampoco. Si hasta a la ayer amarga Muriel (Maggie Smith) se le ha endulzado el carácter ahora que ha devenido socia del eléctrico Sonny (Dev Patel) y lo está secundando en su proyecto de ampliar el negocio, ya que las cosas marchan viento en popa, comprando otro gran hotel vecino, notoriamente mejor conservado que el deteriorado Marigold original, aunque para ello deban procurar financiación, que es precisamente lo que están haciendo en San Diego cuando la película comienza. No es la única novedad. Alguien ha sabido reconocer los talentos de la emprendedora Evelyn (Judi Dench) y le ha propuesto que los aplique a la compra de telas, mientras su eterno enamorado, el tímido Douglas (Bill Nighy), que ahora se ha convertido en guía turístico pese a la modestia de sus conocimientos en ese terreno, apenas logra que ella lo trate como un amigo. La coqueta Madge (Celia Imrie), por su parte, tiene en vista dos candidatos parejamente adinerados. A la confusión reinante se suman dos nuevos pasajeros, con los que el guionista Ol Parker consigue incorporar a la historia una pizca de liviano suspenso. Un poco llega con Richard Gere, que pasa por ser un escritor en busca de material para su nueva novela, que con su apostura agita el avispero femenino y con sus actitudes despierta las sospechas de los responsables del hotel, que ven en él a un probable espía del presunto inversionista norteamericano, y otro poco con Tamsin Greig, presencia igualmente misteriosa que podría estar desempeñando actividades similares, aunque dice estar en busca de un hospedaje adaptado a las necesidades de su mamá. Si se suman al embrollo los preparativos de la boda de Sonny, se verá que sobrarán entretenimiento y aventuras para la simpática pandilla de ingleses en situación de retiro que son el atractivo principal de la película. Sí, porque éste es, como el film que lo precedió, uno de esos casos en que grandes actores son capaces de compensar con su encanto, su talento y su simpatía un material narrativo que no necesariamente debe desbordar de ingenio, aunque aquí hay probablemente una porción algo más generosa que la que prodigaba el film original. Además del colorido que brinda el ya familiar ambiente del Marigold y ciertos atractivos visuales que se han sabido tomar prestados del vecino Bollywood con su previsible y correspondiente cuota de pintoresquismo, como sucede en la larga escena final del festejo matrimonial. En otras palabras que, como se lo proponía, el film regalará a su platea natural -la más madura, especialmente- un rato de placentero entretenimiento.
Un hotel con buena gente A la secuela de aquella emotiva película le sobran intérpretes de calidad y le falta consistencia. Es como un minifirmamento de la interpretación inglesa. El elenco de la original El exótico Hotel Marigold y de esta secuela, cuatro años después, tiene al frente a dos semidiosas como Judi Dench y Maggie Smith, jugando a que son dos inglesas que se retiran. Dos jubiladas con ganas de más, en este hotel con muy buena gente. La primera objeción a esta película de John Madden (Shakespeare apasionado) es que no hay ni una sola referencia al filme que lo precede, por lo que si usted no vio El exótico… le va a costar entender -no mucho, ¿eh?, hasta que se acostumbre a ver tantos rostros y saber quién es quién-, tal vez tarde en comprender qué hacen estas cuatro damas y los dos caballeros en un hotel en la India. Los que sí disfrutaron de aquella película ya saben que llegaron hasta Jaipur a pasar, del otro lado del mundo, los últimos años de su vida, y que al final terminan con el joven Sonny, manager y copropietario, creando algo así como una familia en la que el afecto es primordial. Ahora Sonny (Dev Patel, el joven de ¿Quién quiere ser millonario?) está a punto de casarse, y la trama arranca con él y la Sra. Donnelly (Smith) tratando de convencer a un capo de una cadena hotelera en San Diego de asociarse a ellos, en un nuevo emprendimiento para gente mayor. Mientras esperan que un inspector, de incógnito, los visite como huésped común para cerrar o no el asunto, están los preparativos de la boda, ciertos nervios de Sonny -y no de su prometida, para no pecar de machistas- y cuatro historias amorosas por desarrollarse. Siendo tan tenue la trama -en la primera la emoción llegaba al desarrollarse el conflicto y simpatizar con los personajes, sumamente diversos-, esta secuela necesita más de sus intérpretes. Y si tienen que sobreactuar, será en beneficio del relato. En fin, como siempre. Al grupete de Dench, Smith, Billy Nighy, Celia Imrie, Penelope Wilton y Ronald Pickup se agrega Richard Gere, que no es octogenario, pero con sus canas puede integrarse muy tranquilamente, y a cuyo personaje Sonny trata como si fuera el enviado espía. Y también está David Strathairn, como el hotelero en San Diego. Maggie Smith es tan british como siempre -y tiene las mejores líneas para defenestrar a los estadounidenses-, y Madden deja para el cierre una fiesta de casamiento digna de Bollywood. Y a Smith, cerrando la película. Que seguramente le falta consistencia, y coherencia para las dos horas que dura, pero son esa decena de actores las que hacen pasar volando el tiempo, cuando eso es algo que a los personajes precisamente no les sobra.
Si viste la primera entrega de "El Exótico Hotel Marigold", a mi parecer, viste lo mejor de esta "franquicia", que intenta repetir lo interesante de la historia anterior pero quedándose en el camino rumbo a la India. No voy a negar que la fotografía, las locaciones, la música, y el elenco, son soberbios, pero acá lo que realmente nos interesa y falla es el guión... y sí, hay un guión, pero muy muy muy débil, que ni los actores, que son uno mejor que el otro, pueden remontar. Maggie Smith es lejos LA ACTRIZ de la peli (todo lo que hace está bien, es un placer verla). Judi Dench, Richard Gere, Bill Nighy y todos los que van apareciendo son geniales, pero es tan poca cosa el guión que se pierden en la historia. Creo que si hubiera durado una horita veinte (dura dos largas horas) sería más simpática que el resultado final.
Crítica emitida por radio.
La salvan el colorido de la India y el carisma del elenco Se pasa el rato con esta secuela, pero mejor van a pasarla quienes no hayan visto la comedia original. A fin de cuentas, no necesitan gran esfuerzo para comprender que el Marigold es un hotel hindú medio familiar, donde han recalado varias personas de edad más que suficiente, todas inglesas, que quieren vivir tranquilas. Quien no vive tranquilo es el joven gerente, que corre de un lado para otro con afán expansionista y matrimonial. En efecto, quiere ampliar su empresa con un nuevo hotel, y también quiere casarse de una vez con su linda novia. Ambos proyectos arriesgan ser incompatibles. Entretanto, las antedichas personas de edad viven sus respectivos problemas, casi todos soportables (y el gerente les pasa lista, para comprobar si todavía viven). La gracia de estas dos películas reside en el colorido de la India y el carisma de su elenco: Judy Dench, Maggie Smith, Bill Nighy, Celia Imrie, la dupla Diana Hardcastle y Ronald Pickup, es decir, un ramillete de la más rancia escuela inglesa de actuación. Da gusto ver con qué gracia y señorío alicaído se chancean las viejas damas, y cómo se florea Nighy cada vez que abre la boca. Falta Tom Wilkinson, el Graham Dashwood de la primera película. Y, para completar este seleccionado y hacerlo más regocijante, debería aparecer sir Michael Caine, el grande. En cambio aparece Richard Gere. Un modo de asegurar el mercado norteamericano y el target de las señoras mayores de todo el mundo, por supuesto, pero no molesta. Además, es un tipo bien ubicado. Más molestia causa la composición del joven Dev Patel, inglés de ascendencia hindú, como gerente ridículo, obsecuente y cargoso. Lo mismo, varios chistes repetidos, el ritmo inicial, la extensión innecesaria, lo previsible de ciertas resoluciones, el histrionismo facilón del baile a lo Bollywood for export que se introduce como gran atracción de la noche. A señalar, Rajesh Tailang en rol de chofer. Y el lugar donde se filmó, un hotelazo de Jaipur con todos los chiches de real exotismo llamado Pearl Palace Heritage Guesthouse, que cobra apenas 2.400 rupias por noche la habitación más barata. Aceptan maravedíes.
Uno de los grandes aciertos de esta secuela, es haber mantenido los créditos técnicos y el cast original. No hay manera de no sentirse atraído por el enorme potencial y carisma de cada uno de los intérpretes. Y si bien el argumento es sencillo y por momentos remanido, el encanto del filme se encuentra en los duelos actorales, los diálogos filosos cargados de ironía y claro, la belleza visual de una India más cercana al cuento de hadas que a la realidad cotidiana. Adicionalmente, la presencia de RICHARD GERE sumándose a la saga, le da, aún más aire fresco y nos permite disfrutar de un actor que no le teme al paso del tiempo y que demuestra que con personalidad y humor se puede seguir seduciendo. Una encantadora comedia, romántica y divertida, cautivante y sincera. Conquista desde el primer fotógrama.
Al saber de la existencia de The Second Best Exotic Marigold Hotel, uno tiene sentimientos encontrados. La primera parte fue un soplo de aire fresco, ya que el elenco de consagrados actores y las exhuberantes locaciones daban lugar a una agradable historia que tenía como moraleja que la vida no se acaba después de los 60 años. Al finalizar la película uno se encariñaba tanto con los personajes que los quería volver a ver una vez más a toda costa, pero el peligro que se corría era que no hubiese buenas historias para continuar el viaje del sexagenario grupo. Y acá estamos, tres años después, básicamente en el mismo lugar donde nos dejó la anterior entrega, con las mismas esperanzas y temores. No es imprescindible haber visto la primera parte para entender cómo viene la mano en esta ocasión, pero no está de más saber quiénes son los personajes, cómo llegaron hasta este precioso hotel y qué les depara la vida en esta segunda reunión. Feel-good movie por donde se la vea, no es muy difícil adivinar como terminará, pero en este caso es el viaje lo que importa y no el destino. El director John Madden y su guionista Ol Parker parecen haberse quedado un poco somnolientos en los laureles y están prácticamente en modo automático, sabiendo que estos titanes del cine sacarán adelante cualquier historia que se les pare por delante. Bill Nighy y Judy Dench siguen en su idilio amoroso, Maggie Smith sigue firme en la búsqueda de expandir la experiencia del primer hotel junto al hiperquinético y un poco insoportable Sonny de Dev Patel, la Madge de Celia Imrie no se decide entre dos pretendientes, Norman y Carol tienen un pequeño inconveniente en su relación, y un nuevo y atractivo visitante llega a agitar un poco las aguas femeninas. Todo lo que antes funcionaba, sigue funcionando, pero con una subida de nivel. Si antes el personaje de Patel bordeaba las líneas entre lo divertido y lo fastidioso, acá está un par de voltios más arriba, junto a uno de los momentos que más gustan en el cine bollywoodense: una boda india, con todos los clichés que ella conlleva. Las líneas cortantes del personaje de Maggie Smith están más afiladas que nunca y en general todo el elenco sale airoso, aunque algunas decisiones sean bastante extrañas -¿hacía falta la presencia de Gere acá?-. Es una lástima que no hayan podido dejar la primera entrega tal cual como estaba, pero en el caso de The Second Best Exotic Marigold Hotel estamos frente a uno de esos casos donde una secuela no lastima el resultado original ni tampoco lo mejora, sino que aparece como un Lado B, un pequeño rejunte de grandes éxitos que vuelve a poner en foco al virtuoso elenco y las fascinantes locaciones indias, que actúan como un adorable folleto turístico. ¿Veremos una tercera apertura de un Hotel Marigold? Sólo el tiempo lo dirá.
Una envejecida comedia geriátrica Las comedias geriátricas encuentran aquí y ahora su versión más inflada. Esto porque el “2” que lleva el título muestra que la moda de las secuelas alcanzó a un subgénero con parámetros de por sí comunes y estatificados. Pero también porque la música, los colores y la estilización visual y social de un país complejísimo como la India conforman la muestra más fiel del exotismo de postal turística tan habitual en este tipo de películas, porque el desarrollo narrativo tuerce su propio verosímil hasta lo inimaginable con fiestas y derroches que vaya uno a saber quién paga, porque los indios nunca fueron tan idiotas, porque el mensaje aleccionador sobre las bondades de vivir el presente es escupido con deliberación a través de una voz en off, cuestión de que incluso aquellos espectadores con un grado de desatención supina entiendan de qué va el asunto. Que algunos de los intérpretes conformen una auténtica selección inglesa de veteranos ameniza levemente la experiencia en la sala oscura.Dirigido otra vez por John Madden, cuya lapidación pública está pendiente desde el díptico integrado por Shakespeare apasionado y La mandolina del capitán Corelli, el film reencuentra a los viejitos piolas ahora viviendo la experiencia del corporativismo geronte en el hotel del título. Por su parte, el regente (Dev Patel, de Slumdog Millionaire) está felizmente comprometido con una de las empleadas e intentando expandir un negocio que no se sabe muy bien cómo subsiste, pero que aparentemente es próspero. La rutina cambia cuando entre en escena un supuesto empleado de una potencial compañía inversora (Richard Gere: 90 por ciento facha y 10 por ciento expresividad), generando una serie de enredos menores entre algunos de ellos. El film toma la sabia decisión de dejar a alguno de ellos por fuera de este conflicto, desmarcándolos –no demasiado– del cliché para insuflarle algo de aire al asunto. Allí están Judy Dench, Maggie Smith y Bill Nighy moviéndose, yendo y viniendo, dudando, sintiendo que la vida se les escapa, aceptando la irreversibilidad de la finitud, obligándose a poner el cuerpo en movimiento. La creencia de ellos tres en la humanidad de los personajes que les tocaron en suerte es lo único que hace de este compendio de colorinches, música –India = Bollywood asegura un numerito de baile– y frases de autoayuda algo parecido a una película.
Con buenos actores no basta La segunda parte de esta historia protagonizada por un gran elenco muestra signos de agotamiento. Un guión poco relevante que se convierte en un pasatiempo menor. Cuando en 2011 se estrenó la primera parte de una historia protagonizada por veteranos intérpretes británicos observando azorados la forma de vida y las costumbres de la India, los resultados de la película no iban más allá de un entretenimiento liviano donde el cruce cultural se manifestaba desde alguna situación graciosa hasta un conjunto de chistes xenófobos de efímero impacto. Poco podía esperarse de un mediocre director como John Madden (Shakespeare apasionado, La mandolina del capitán Corelli) retornando al mismo paisaje con similares intenciones a las del film anterior acompañado de un plantel actoral que ahora se duplica en número. El mismo hotel pero ya con la posibilidad de abrir otro, un idéntico dueño rendido al flematismo y al sarcasmo británico, los viejos ingleses que siguen viendo a esa India for export como un gran paraíso, una boda donde entrarán en choque las dos culturas y la reiterada letanía argumental de la primera de la saga ahora en versión amplificada junto a esos paisajes obscenos de Nueva Delhi y Bombay exhibidos como carnada de una compañía de turismo. Madden invierte dos horas para contar todo lo anterior (es decir, poco y nada en relación con el film inicial), ya excedido en metraje y sólo sosteniendo la historia a través de un grupo actoral que aún representa años y años de tradición teatral y cinematográfica parida en Inglaterra. A esta altura, con un guión tan poco relevante que permite una lectura subliminal sustentada en una mirada colonialista que añora territorios ajenos y expropiados, El excéntrico Hotel Marigold 2 sólo vale como pasatiempo menor debido a su team actoral donde vuelven a triunfar Judi Dench (Evelyn Greenslade), Maggie Smith (Muriel Donnelly) y Celia Imrie (Magde Hardcastle). Pero la película suma a Richard Gere, aun en un papel de pocos minutos pero importante para justificar alguna vuelta de tuerca de un relato desvaído. ¿El intérprete de American Gigoló y Pretty Woman será cabeza de reparto de una más que posible tercera vuelta por las instalaciones del hotel Marigold?
Publicada en edición impresa.
"El Exótico Hotel Marigold 2"¿un regreso innecesario? Deborah Moggach es una escritora inglesa, bastante conocida en su país, que publicó 18 novelas hasta el momento. Su apellido real es Hough, y es hija de los escritores Charlotte y Richard Hough (aparentemente el talento se lleva en la sangre). Además de su trabajo literario, Moggach es también guionista y ha adaptado, tanto a la pantalla grande como a la chica, su propias novelas y la de otros reconocidos autores. Por ejemplo: "Orgullo y Prejuicio", de Jane Austen; o la serie para la BBC "The Diary of Anne Frank ". En general, las novelas de esta escritora son contemporáneas y suelen tocar temas como la familia, relaciones sentimentales, el divorcio, los hijos, etc. En 2011 uno de sus escritos, These Foolish Things (2004), se transformó en la película "El Exótico Hotel Marigold". La trama del filme, por si no la vieron, contaba cómo un grupo de ancianos viajaba a la India -por diferentes motivos- atraídos por la publicidad de un supuesto hotel restaurado, ideal para ser tomado como una residencia geriátrica. Al llegar se encuentran con que la realidad es otra y los lujos no existen en el lugar. Sin embargo, descubren que el sitio les puede ofrecer otras cosas, como la esperanza de un nuevo amor, nuevas amistades o demostrarles que todavía pueden ser útiles en un trabajo. Nuevamente estos simpáticos señores retornan en "El Exótico Hotel Marigold 2", aunque sería hora de que vayan pensando en tramitar la pensión realmente. La historia continúa unos meses después de los acontecimientos ocurridos en la primera. Sonny (Dev Patel) viaja a Estados Unidos con la Sra. Donnelly (Maggie Smith) para entrevistarse con Ty Burley (David Strathairn), un inversionista que podría ayudarlo con el sueño que tiene de comprar otro hotel para expandir el negocio. Mientras tanto, también prepara su casamiento con Sunaina (Tina Desai) pero la llegada de un viejo amigo lo pone celoso. Burley promete revisar la oferta, y es por esto que cuando al Marigold llegan Guy (Richard Gere) y Lavinia (Tamsin Greig), y sólo queda una habitación buena disponible, Sonny aloja al hombre pensando que es la persona encargada de dar el visto bueno para el trato. Por su parte, Norman (Ronald Pickup) y Carol (Diana Hardcastle) pasan un momento complicado en la relación. Madge (Celia Imrie) tiene dos propuestas de matrimonio y no sabe por quién decidirse; y Douglas (Bill Nighy) trata de formalizar una relación con Evelyn (Judi Dench) ahora que está separado de su señora. Todos y cada uno tendrán contratiempos que tendrán que solucionar. Hay que decir que es un hecho destacable que una película de estas características tenga una segunda parte: no tiene ni superhéroes, ni héroes de acción, ni efectos especiales masivos ni siquiera es una saga literaria. Eso no quiere decir que sea necesaria. Repite guionista, director y elenco (impecables todos ellos), pero las historias parecen forzadas y con poco sentido. Al igual que la primera, no se entiende por qué transcurre en la India si no es relevante el lugar bajo ningún sentido, y ni siquiera las costumbres o la idiosincrasia del país son claves en la historia. Hay más de 300 años de experiencia y talento entre los protagonistas principales del filme, y es hermoso verlos mostrar lo que saben hacer. El problema es con lo que tienen que trabajar. Mejor que consigan el aumento para los jubilados así pueden descansar tranquilos y no se les ocurre hacer una tercera parte, ¿no?
Una segunda taza de té "La historia retoma a los personajes casi en el mismo punto en que habían quedado en la película anterior y desarrolla de un modo esquemático los distintos conflictos" Un inglés debería saber mejor que nadie que no es posible preparar una buena segunda taza de té con el mismo saquito. Pero cuando se trata de cine, la tentación es demasiado grande, y John Madden no pudo resistirse a repetir la fórmula de El exótico hotel Marigold. El sólo dato de que el enorme Tom Wilkinson ya no integra el elenco –y que en vez de él aparece Richard Gere (buen mozo pero insípido)– basta para sospechar de que se trata de una copia descolorida. De todos modos, el resto de los actores que componen esa corte de jubilados ingleses retirados en un hotel de la India son maravillosos, incluso a la hora de mostrar emociones obvias y de pronunciar diálogos poco elaborados. La historia retoma a los personajes casi en el mismo punto en que habían quedado en la película anterior y desarrolla de un modo esquemático los distintos conflictos, todos ellos vinculados con el amor en la tercera edad, salvo el de la ama de llaves interpretada por Maggie Smith. Esa vieja señora solitaria y escéptica es la contrafigura perfecta del simpático joven dueño del hotel, compuesto por un Dev Patel cada vez más carismático y versátil. Si bien no puede decirse que sea el protagonista, sin dudas el tema de su boda es uno de los hilos conducotes que mantiene unidos los distintos componentes del relato. El otro es menos interesante desde el punto de vista emocional. Se trata de la necesidad de conseguir inversiones para que la idea de un hotel para jubilados europeos crezca de acuerdo con sus potencialidades. Este vector de la trama introduce al personaje de Gere, quien además se siente atraído por la madre del joven hotelero. Sería impropio acusar de exotismo a una película que ostenta la palabra "exótico" en su título, pero lo cierto es que al igual que en la primera parte no hay una sola imagen que no exprese la nostalgia colonialista inglesa. Todas son postales en las que la belleza y la miseria conviven como una fatalidad al que el voluntarioso adjetivo de "maravillosa" no vuelve menos fatal. Si bien el mensaje sigue siendo que la vida hay que vivirla hasta el último momento, la ilusión de un mundo perdido e irrecuperable se filtra en cada una de esas postales e impregna a toda la película con la atmósfera de una comedia forzada, como si fuera posible reírse de verdad cuando la muerte está cerca.
"El triunfo del elenco" Se trata de la secuela de la película coral de mismo nombre de 2012 en la que un grupo de ancianos viaja a la India para disfrutar de su retiro en un lugar exótico. Sin embargo, la idea del HOTEL no es la que parece, sino proporcionar a sus huéspedes un lugar cómodo y placentero para quedarse hasta que mueran. Con el éxito que tuvo el primer HOTEL Marigold, en esta segunda parte vemos a Sonny (Dev Patel) en negociaciones para ampliar su negocio, comprar otro HOTEL, y convertirlo en franquicia. Por supuesto, como en todo negocio familiar, las tensiones no se hacen esperar. Sonny debe lidiar con su madre y con su prometida mientras se hace más y más adicto al trabajo, y se pone más celoso del amigo de su novia. Además, necesita desesperadamente la aprobación de un inspector de HOTELES que irá de incógnito como un huésped. Cuando Guy Chambers (Richard Gere) llega al hotel, Sonny enseguida sospecha que es él y hará hasta lo imposible por mantenerlo contento. Sin embargo, el trabajo de Gere no es el más destacado. Con un elenco impresionante, vemos la convivencia entre los huéspedes bajo la mirada vigilante de la Sra. Donelly (Maggie Smith). Ahora convertida en administradora, deviene en una especie de guardiana de los secretos de los demás. Por ejemplo, le toca aconsejar a Evelyn (una impecable Judi Dench), que no tiene las agallas para invitar a salir a Douglas (Bill Nighy), o a Madge (Celia Imrie), una mujer con dos amantes sin decidirse por uno sólo. O incluso le toca aconsejar a Sonny, que planea su boda sin mucha atención ni entusiasmo. Es por esto que el trabajo de Maggie Smith se destaca por sobre los demás ya que explora a una persona que cuida de todos sin tener realmente a nadie. Es triste y movilizante. Además de un elenco de gran altura, no podemos dejar de hacer mención a lo hermoso de la cinematografía. Todo es prolijo y cuidado, con el componente exótico de retratar a la India. Vemos el guión en forma de episodios titulados con cada una de las fiestas típicas, cada una de mayor importancia que la anterior. La música, el vestuario y la escenografía, representan todo el colorido de una tierra exótica e idealizada. Porque no olvidemos que vivimos dentro de un HOTEL, así que de la parte pobre de la India, nada. Sin embargo, logramos el equilibrio con algunas escenas callejeras y conociendo la vida de personajes subalternos a los huéspedes, como choferes, taxistas, y mozos. Catalogada como comedia dramática, hace reír pero no nos arrancará carcajadas. Tiene momentos tiernos y emotivos, sin demasiada tensión, como es típico de una película coral que no tenga un sólo protagonista. El elenco es increíble pero todos los laureles se los llevan Maggie Smith y Judi Dench, e incluso el joven Dev Patel que ha demostrado estar a la altura. Es una película colorida, alegre y emotiva, con un final un poco predecible pero que aun así funciona. Humor inglés, dominguera, para ver con una pareja de muchos años. Agustina Tajtelbaum
TERCERA OPORTUNIDAD Segunda parte de una comedia apenas amable sobre la tercera edad. Si la primera parte fue casi ñoña, esta episodio dos no mejora nada. Otra vez la India y su mezcla de exotismo y paisaje. Y otra vez, aunque aumentada, el contingente de maduros que se quiere llevar a buen puerto el saludable proyecto de vivir juntos, hacer planes y divertirse como se pueda. Y hay de todo. Pero en un tono que no va más allá de lo simpático. Y que difunde el mensaje muy repetido de que no queda otra que el presente, que la vida hay que disfrutarla y que todo puede ser mejor si se tiene espíritu, ganas y buena compañía. El elenco (ahora más poblado que nunca) permite que todos se puedan lucir en esta viñeta dulzona sobre la tercera edad y las chances que ofrece el turismo de estos días.
Previsibilidad provinciana Del mismo modo que en el relato anterior, la estructura del film está compuesta por dos grandes bloques: por un lado, la historia de Sonny en torno a la consolidación (y ahora expansión) de su hotel y la conquista de su novia Sunaina (ahora matrimonio); por otro lado, el conjunto caleidoscópico de tramas secundarias que hacen a las historias de los hospedantes. El gran defecto que tiene la película es la previsibilidad de casi todas las ocurrencias: desde la confusión entre las identidades de los nuevos huéspedes (Richard Gere y Tamsin Greig), hasta los desenlaces amorosos del segundo bloque (la decisión de armar pareja con el chofer, etc.). Si a esto le sumamos el desbalance entre forma y contenido, es decir, que las historias más interesantes (la de los huéspedes) no ocupan el lugar central de la diéresis, y viceversa, el resultado es una narración bastante anodina, que logra incluso el pecado de aburrir con esa troupe de excelentes actores, principalmente porque el nivel dramático de las historias particulares se ha mantenido, por un lado, en el nivel más bajo posible, y, en segundo lugar, porque toda la poca comicidad de la película se ha dejado en manos de Sonny, un personaje que resulta más detestable y estúpido, que cómico. La película no sorprende, lo cual en sí mismo no es un defecto si fuera del caso que es extremadamente conmovedora e intensa, pero lamentablemente no lo es. De alguna extraña manera, ambas películas operan con una estrategia pobre e insuficiente para lograr un buen producto: excelentes actores, en escenarios exóticos potencialmente explotables, historias aburridas y previsibles. De hecho, y sobre todo en el segundo film, la previsibilidad del argumento parece trasladarse a la vida misma de los personajes, que se han vuelto prácticamente provincianos del lugar. Del exotismo de la India, del hotel, de los personajes o de la trama ya no queda ni el recuerdo.
Seguramente nadie podía imaginar que una película como The Best Exotic Marigold Hotel, una comedia liviana sobre un grupo de jubilados que terminan en un decadente y poco promisorio hotel de la India, encontrándose y reencontrándose con ellos mismos, podría tener una secuela. Pero la idea de las continuaciones parece que no se le escapa a nadie y John Madden, el director de la película ganadora del Oscar, "Shakespeare In love". Si bien no era necesaria y no aporta mucho más que su primera entrega, es cierto que en esta segunda parte los actores tienen más y mejores formas de lucirse (lo que funcionaba en la primera, acá se iba a explotar, como suele suceder), y que, más allá de su historia coral y algunas subtramas que no terminan de convencer, quizás "The Second Best Exotic Marigold Hotel" es más entretenida y divertida que su antecesora. Nuevamente vuelven a destacarse las damas antes que todo. Judi Dench y Maggie Smith compiten y es difícil elegir un bando entre dos tremendas actrices, cuyos papeles ayudan a cada una por separado: Dench aprovechando la sutileza, las miradas, una sonrisa amable para decir más que lo que habla; y Smith, como una señora malhumorada, que se queja de todo pero a la vez habla con honestidad y de manera frontal, y genera que la gente la escuche (cosa que no siempre sucede con las personas de su edad). Bill Nighy se destaca entre el elenco masculino, aunque su personaje acá esté bastante más contenido. Y Dev Patel le agrega algo de frescura, en el papel de este joven a punto de casarse más enfocado en su proyecto laboral que en su vida amorosa (quizás porque da por sentado que ya está armada). La nueva incorporación es Richard Gere. Su personaje llega al hotel y se gana miradas y atención de todos. Su papel es sin dudas acorde a la carrera que supo armarse como actor. Con un humor liviano, tramas que se cruzan y entrecruzan, a veces de manera un poco caótica, The Second Best Exotic Marigold Hotel es una película agradable, que sí apunta definitivamente a un público más grande de edad, pero que, si bien en sus dos horas de duración en algún momento hace el amague, en general no aburre y entretiene. Una feel good movie que celebra cierta edad, porque “No hay mejor presente que el momento”, como dice Smith. Y para el colmo, enmarcada en la colorida India, porque, citando nuevamente, “Nadie te recibe mejor que en la India”, de la boca de Dench en su papel de Evelyn.
Con un gran elenco sigue resultando atractiva. Tiene enredos y una boda que cuenta con un gran despliegue. El exótico Hotel Marigold vuelve a abrir sus puertas con un gran elenco y bajo la misma dirección. No es necesario haber visto la anterior para disfrutar esta nueva entrega, aquí se habla de una boda y de la compra de una nueva casa para armar el segundo hotel Marigold, cada uno de los personajes continúa con sus vidas, además de mucho humor, historias de amor y nuevos integrantes. Todo comienza con un auto circulando a alta velocidad por la ruta 66 y con la estupenda elección del tema musical que acompaña en esta aventura a Muriel Donnelly (Maggie Smith) y Sonny Kapoor (Dev Patel, que vuelve a demostrar todo su talento en el género) dirigiéndose a California para encontrarse con un magnate con la idea de abrir un segundo Exótico Hotel Marigold. Mientras tanto en Jaipur, India, en “El Exótico Hotel Marigold para Personas Mayores y Encantadoras”, se realizan los preparativos de la boda entre Sonny y la bella Sunaina (Tina Desai). Allí se encuentran cada uno de los integrantes del lugar que despliegan todo su talento y cada uno vivirá algún que otro contratiempo: Evelyn Greenslade (Judi Dench) dedicada al negocio de las telas y su galante enamorado, el tímido Bill Nighy (Pride) que ahora es guía turístico en situaciones súper cómicas, Madge Hardcastle (Celia Imrie) siempre coqueta y que tiene dos pretendientes, Jean Ainslie (Penelope Wilton) y Norman Cousins (Ronald Pickup), se muestra como mujeriego o un perdedor y con Carol Parr (Diana Hardcastle) viven algunos conflictos en su relación, y se agrega Guy Chambers (Richard Gere, ante tal elenco su figura queda un poco opacada), es un escritor que intenta hacer su nueva novela y Lavinia Beech (Tamsin Greig) como la madre de la novia. Estos últimos tendrán problemas porque solo queda una habitación disponible. Los diálogos son más chispeantes, por lo tanto contiene mucho humor y varios números musicales, nunca pierde la frescura. Contiene enredos de todo tipo y mucho amor. Cuenta con una gran estética, una muy buena dirección artística, es bien colorida, contiene estupendos paisajes y una buena banda sonora. Sigue contando con un gran elenco, es emotiva y resulta un buen pasatiempo, previsible y por momentos se torna algo monótona, con un guión un tanto débil. El film mantiene el mismo director John Madden ("Shakespeare enamorado") y si todos quieren pueden apostar a una tercera.
Siempre se escucha que las segundas partes nunca fueron buenas, salvo excepciones, y menos aún si la predecesora no es una joya. El Exótico Hotel Marigold 2 (The Second Best Marigold Hotel), es un compendio de situaciones que no avanzan claramente para ningún lado. El reparto más o menos es el mismo, Judi Dench, Maggie Smith, Bill Nighy y Dev Patel. Estos personajes (excepto Patel) tratan todo el tiempo de demostrar y autoconvencerse que todavía se pueden mover. Porque la vida es vitalidad y sí estás quieto se te pega la muerte. Una práctica rutinaria que tienen los huéspedes de este hotel es no faltar a la asistencia matutina, quién no responda con un “acá estoy”, van derechito a la habitación a buscarlo porque seguro estiró la pata. Por un lado, el personaje de Judi Dench se encuentra en la incertidumbre, si acepta un trabajo más comprometido o se la juega por amor, pero claro ella no se da cuenta que el reloj avanza a pasos agigantados y si no aprovecha ahora… Después está Maggie Smith, que pinta ser la primera en dejar las instalaciones pero por ser la mayor del grupo, es la sabiduría personificada. Su personaje está algo achacado, no quiere saber nada más pero es la que alecciona a todos incluido los espectadores. El Exótico Hotel Marigold 2 es una pérdida de tiempo. Lo más tedioso de esta secuela es el personaje de Dev Patel, tan exaltado que cansa a los cinco minutos de película, y encima dura más de dos horas. Este chico, tiene que lidiar con su histrionismo, con los celos, con la presión de su casamiento, con el nuevo amorío de su madre y con la discutidísima compra de un nuevo hotel. No hay que olvidarse que para darle un toque de juventud aparece Richard Gere, muy canoso pero con toda la onda. Por supuesto enamorará a la más picarona del grupo pero su corazón irá para otro personaje. El Exótico Hotel Marigold 2, es una película que intenta aleccionar durante todo su metraje y para enfatizar la acción se apoya en el clásico acercamiento al rostro con una musiquita agradable.
Si la primera película sobre estos señores de la tercera edad que vuelven a (la) primera (o, mejor, a la segunda) en un exótico lugar de la India, esta también le va a gustar. Si no le gustó, pues no le va a gustar esta tampoco, aunque cabe la posibilidad de que le disguste menos. La cosa es así: aquellos residentes del Marigold creen que, dado que muchos quieren irse al paraíso del dolce far niente, es hora de abrir una sucursal. Pero eso implica, como corresponde a toda empresa en expansión, problemas y la interrupción de la paz alegre que los residentes supieron encontrar. Lo que implica también trastocar las relaciones personales. Para colmo de males o de bienes, ingresa un nuevo inquilino, interpretado por Richard Gere que, convengamos, aun siendo un señor maduro está un poquito lejos del resto de los pensionados. Bueno, quizás no de todos, pero sí de unos cuantos. Lo bueno es que se lo toma con esa simpatía y ese aplomo que supo ganar en la última década. De todos modos, es lo de menos: la película es en sí misma un paisaje amable que funciona como una especie de ansiolítico gracioso frente al estrés y la histeria que vivimos todos los días. Eso sí, no hay mucho más que eso, y algunas de las subtramas son más gracioas que otras. Es una película que no agrede al espectador sino que lo invita, aunque lo que nos ofrece es una golosina que se disuelve en la boca contenta demasiado pronto.
El Marigold tiene pasaje completo Con un elenco de ilustres, la comedia americana y de acento inglés repite una fórmula que le dio frutos. “Si resulta, para qué cambiar..." parece haber sido la premisa del guionista Ol Parker y el directo John Madden frente a la secuela de El exótico Hotel Marigold, una comedia dramática de 2012, que reunió a la crema de la actuación británica y le sumó el ingrediente hindú que le aporta. Buena parte del reparto coral de la primera película constituye el pasaje inamobible de este segundo tour, al que se incorporan Richard Gere y Tamsin Greig, un poco de cada etnia para continuar el balance que dio buenos resultados en el pasado y procura repetirlos en esta nueva edición. La trama continúa la historia previa, aunque no es necesario ver la primera película para entrar en clima con la secuela. Sonny, el joven hindú que logró rescatar al derruido Hotel Marigold, que ya tiene pasajeros permanentes, pretende expandir el negocio abriendo una sucursal con ayuda de Muriel una mujer que aprendió los beneficios de la amabilidad. Aunque los problemas edilicios son menores, el trajín que implica el proyecto más una boda en en curso y la presencia de nuevos -misteriosos- pasajeros, dan para llevar y traer y repetir las andanzas de un grupo de adultos mayores que encuentran en este espacio un lugar donde renovar oportunidades y reinventar la vida. Las diferencias respecto del filme anterior son funcionales a la historia, siempre con final confortante y un marco fotográfico y turístico, un buen condimento.
El exotico Hotel Marigold 2 es una película por momentos aburrida, por momentos pasable, pero que no defraudará a los que disfrutaron de la primer entrega. El guión es bastante irregular y le falta fuerza y tensión como para lograr que el espectador se interese realmente en la trama...
Le fue bien y se pusieron comerciales de más Luego del éxito de la primera parte estrenada en 2012, vuelve a la carga el director británico John Madden ("Shakespeare apasionado") con su exótico hotel lleno de historias de vida de un interesante grupo de sexagenarios. El problema es que esta vuelta es bastante más superficial y liviana que lo que nos había ofrecido con la película original. Debo decir que me decepcioné bastante cuando terminé de ver esta secuela. Todo lo interesante, profundo y bueno que tenía la primera parte fue disminuido para darle lugar a lo banal, liviano y exagerado. En mi reseña de "El exótico hotel Marigold" había resaltado lo bueno de haber ensamblado a semejante equipo de actores de primera línea, lo cual sostengo, aunque esta vez todos parecen haber perdido gran parte de su carisma. Esto claramente no es un error de los actores que ya son artistas consagrados, sino del director y los guionistas que deberían haberlos exigido mucho más. Parece que los escritores se pusieron mucho más comerciales, y en lugar de ofrecernos historias profundas de descubrimiento personal y redención de los veteranos, se centraron en el hotel mismo y le dieron más protagonismo a un Dev Patel ("Slumdog Millionaire") super afectado e irritante. ¿Por qué lo hicieron más exagerado de lo que era en la primera parte? intentaron hacerlo parecer más divertido para el espectador promedio pero creo que solo lo volvieron más artificial. Por otro lado, se habían presentado historias más fuertes y llenadoras en la primera parte, como por ejemplo la de Tom Wilkinson, o el triángulo entre Bill Nighy, Penelope Wilton y Judi Dench. Acá todo es muy light y bonachón, quitando realismo y emoción a la historia. No hay drama, sólo algunos conflictos muy menores que quieren parecerse al drama, como la intervención de Kushal en la relación de Sonny y Sunaina o la vuelta de Jean Ainslie (Wilton) para incomodar a Douglas Ainslie (Nighy). Se notó claramente la intención de alivianar todo y hacerlo más comercial, lo cual en mi opinión fue un terrible desacierto. Me sorprendería que haya una tercera parte y llegue a tener éxito. Es realmente una lástima como un producto que su inicio era muy bueno pudo deteriorarse tanto. Me quedo con la primera entrega mi veces.