El thriller es la excusa para hablar de la identidad en un país que aún tiene heridas abiertas y que el paso del tiempo y la conciencia sobre lo acontecido en la última dictadura cívico militar no han logrado subsanar la marca a fuego en cada uno de nosotros. El misterio tras el pedido de captura de un oficial de la policía es sólo la punta del ovillo de lana que al tirar de él traerá secretos inconfesables.
"El hombre inconcluso", un policial puro, cosecha argentina. El policial puro no suele ser un género muy frecuente en el cine argentino. Sí hay películas que toman algunos elementos reconocibles de su formato, pero para construir narraciones que acaban decantando hacia otros géneros u otras intenciones. Por eso sorprende la coherencia con la que El hombre inconcluso, primera ficción como director y guionista de Matías Bertilotti, se mantiene dentro de ese molde a lo largo de casi todo lo que dura su relato. Hay un crimen (un oficial de policía se sorprende cuando, desde un pueblito perdido en una provincia, llega un pedido de captura a su nombre, vinculado a un asesinato); hay un misterio (una persona con su mismo nombre, nacido el mismo día y con número de documento correlativo que ha desaparecido tras la muerte); y hay una investigación y un pueblo lleno de sospechosos que casi funciona como un cuarto cerrado. El problema no es que El hombre inconcluso sea una película de recursos escasos, sino que, por lo contrario, se excede en las decisiones formales que le van dando forma al relato. No mucho, ni de manera ampulosa, pero si notoria. El uso de una voz en off inicial, por ejemplo, resulta un exceso que tiene su origen en una idea un poco conservadora de lo que debe ser un policial y de qué manera debe contarse. Como si la sola presencia de esa voz de aspiración literaria le permitiera al relato adquirir una atmósfera noir, pero que enseguida se revela como un gesto manierista. Algo parecido puede decirse de algunos personajes, cuya sola existencia solo parece explicarse a partir de la necesidad de adosarle al relato algunos toques (innecesariamente) costumbristas. O la banda de sonido expresionista, a veces invasiva, cuyo protagonismo por momentos se cuela por encima de la acción. A diferencia de eso, resulta de cierto interés la idea de utilizar dos tipos de fotografía distintas para representar líneas del relato que corren en paralelo. Por un lado el presente, en el que el oficial investiga el crimen, filmado con un tono azul acero que busca remedar los claroscuros del policial negro. Por el otro, una paleta más saturada para destacar con colores brillantes los hechos ocurridos una semana antes y que desembocarán en el crimen, revelando el misterio sobre el clímax de la película. Una idea simple y no necesariamente original, pero que Bertilotti utiliza con cierto estilo. Queda para el final, junto con la resolución del caso, una segunda revelación que le da al relato una perspectiva y una connotación histórico-política que puede ser percibida con cierta ambigüedad. Por un lado, como una iniciativa bienvenida para utilizar el registro de ficción para representar la historia. Por el otro, como un recurso que, como la banda sonora, parece querer volverse más importante que el cuento que la película acaba de contar.
La estructura del iceberg es bien conocida por todos. Una pequeña porción de hielo sobre la superficie que esconde una inmensa masa en las profundidades. A simple vista inofensivo y poco atractivo, pero a medida que uno se acerca, la cuestión se complica, sobre todo si no se tiene pulida la técnica de la navegación. `El hombre inconcluso' es ese iceberg, la ópera prima de su autor y director Matías Bertilotti, quien nos propone este policial, a distancia poco llamativo pero que si lo comenzamos a abordar, se nos apodera de todos nuestros sentidos. Nos mide, nos intriga y cuando ya caímos en su espacialidad, nos va contando una historia que a cada paso nos sorprende. Para bien, obvio. HECHOS REALES El filme cuenta sobre un llamado desde el pueblo Carmen del Sauce (provincia de Santa Fe) pidiendo la captura inmediata del oficial de policía Julián Gianoglio (Gastón Ricaud) a manos del Comisario zonal (Claudio Santamaría) por el atroz asesinato de `El alemán' (Ernesto Claudio), uno de los tipos más buenos con los que uno puede cruzarse en la vida. Y a partir de esa llamada, la historia comienza a ir y volver en el tiempo, mostrando el devenir de los personajes en cuestión. Un turista desaparecido llamado también Julián Gianoglio (Nicolás Pauls) y Reinaldo (Víctor Laplace), uno de sus habitantes históricos recién llegado de visita, le ponen más confusión al misterio. Inspirado en hechos reales, `El hombre inconcluso' sobresale por su homogeneidad y contundencia en apenas 81 minutos. Su elenco afina una inquietante melodía que oscila entre la amabilidad pueblerina y la tensión del policial más oscuro, ese de tinte ochentoso que une en un mismo plano, la ingenuidad de los que desconocen la trama con los que ocultan un pasado turbio. Así, Matías Bertilotti (también coguionista de `Un crimen argentino', 2022) nos muestra su mejor carta de presentación. Su final, aunque no tan sorpresivo, es un baño de realidad que aún hoy, sigue dejándonos con la boca abierta.
Matías Bertolotti nos presenta una intriga muy bien armada, con serias implicancias en las experiencias que vivimos los argentinos en los años de plomo. Lo que parece un enigma sin solución encuentra su cauce en un policial filmado en Misiones, con un elenco de notables y que tiene como escenario un pequeño pueblo de muy pocos habitantes. Un lugar donde todos se conocen y un crimen es un hecho más que trágico porque solo pueden sospechar de los extraños. Pero en ese escenario se da una coincidencia entre un presunto culpable y el policía que llega a investigarlo. Los dos se llaman igual y tienen idéntico documento. Lejos de las implicancias filosóficas de “el doble”, cerca de las atrocidades de nuestro pasado, hermanado con secretos guardados y sentimientos de culpa. Un elenco que reúne a Víctor Laplace, Carlos Santamaría, Gastón Ricaud, Nicolás Pauls, Ernesto Claudio, armando personajes creíbles con un costado oscuro, la historia y se resuelve como se debe.
El primer film de ficción con guion y dirección de Matías Bertilotti aborda el género policial. De que se trata? 👉 A Carmen del Sauce, un pueblo en Misiones, llega Julián Gianoglio (Nicolás Pauls) a pasar unos días de descanso con su cámara de fotos. Allí conoce a Lucía (Paula Sartor), una joven por la que se siente atraído. Se hospeda en el único lugar posible, un cuarto dentro del Almacén de Norma (Gabriela Licht). En ese lugar se reúnen El Alemán (Ernesto Claudio), su amigo Reinaldo (Víctor Laplace), Mariano (Alejandro Scholler), y el niño Nicolás (Tiziano Acosta) quien un día, descubre por casualidad un cadáver flotando en el río. Para dilucidar el asesinato requieren además de la intervención del Comisario Rodríguez (Carlos Santamaría) la ayuda del Oficial Julián Gianoglio (Gastón Ricaud) quien se siente perplejo al escuchar que el principal sospechoso lleva su nombre. Lo Mejor 👉 Una historia basada en hechos reales, con un guion y elenco muy sólidos que atrapará a los amantes del género. Buena. Dirección y Guión: Matías Bertilotti Producción: Luis A. Sartor Producción Ejecutiva: Luis Sartor, Jonathan Daniele, Juan Ferreira y Franco Valsecchi Asistente de Dirección: Marcelo Brigante Dirección de Fotografía: Ignacio Echeberria Dirección de Arte: Axel Monsu Montaje: Alberto Ponce (SAE) Música: Antonio del Favero y Felipe Cadenasso Dirección de Sonido: Javier Stavropulos (ASA) Vestuario: Jimena “Peta” Acevedo y Amancay Villalba Maquillaje: Mónica I. Acuña Duración: 81 min. Género: Policial País: Argentina Año: 2022 Distribución: Batata Films
El filme se construye a partir de dos lineas temporales, la que despliega la investigación del asesinato y la que finaliza con el mismo. En medio habrá lugar para presentar desde distintas analepsis, formadas por recuerdos, de hecho sucedidos hace 46 años, en los inicios de la dictadura militar, para ser mas exactos 27 de mayo de 1976. El filme abre con la leyenda de ser una ficción, personajes y situaciones no son reales, cualquier similitud es casual. Luego de los títulos aparece otra leyenda que dice “Basado en hechos reales”. Lo cual podría generar cierta confusión a partir de considerarse una contradicción, aunque en realidad no lo es. Un llamado desde Carmen del Sauce pide la captura del Julián Gianoglio (Gaston Ricaud), un Oficial de la policía misionera, perplejo por el pedido, reconoce el nombre del lugar donde nació,
El Hombre Inconcluso cumple con la premisa principal de sostener la atención del espectador en pos de la resolución de un crimen y un robo de identidad. Es dinámica, tiene personajes bien configurados en sus traumas del pasado y destacadas actuaciones.
Lejos del vicio indie y la nadería argumental de las producciones de bajo presupuesto del cine argentino más reciente, El hombre inconcluso, la opera prima de Matías Bertilotti, se mete con un tema complicado de nuestra historia para convertirlo en un policial de provincia honesto y comprometido, que aborda la cuestión de la identidad con los códigos de un género preciso y difícil de ejecutar. La película protagonizada por Carlos Santamaría, Gastón Ricaud y Nicolás Pauls siembra el misterio sin manipular al espectador, respeta la historia que quiere contar (y a sus personajes) y enmarca los elementos del policial en una estructura narrativa que va del presente al pasado (y viceversa) sin entorpecer el discurrir de la narración. La acción transcurre en Carmen del Sauce, un pueblito de Santa Fe en el que aparece un cuerpo flotando en el río. El comisario Ignacio Rodríguez (Carlos Santamaría) llama a la policía para pedir la captura del oficial Julián Gianoglio (Gastón Ricaud), quien, perplejo por la noticia, dice no tener nada que ver con el crimen del que se lo acusa. Julián reconoce el nombre de su pueblo natal, desde el que lo llaman, y decide viajar para investigar personalmente el caso. Cuando llega, se encuentra con un pueblo conmocionado por el asesinato de Alberto Müller, el Alemán (Ernesto Claudio), uno de sus habitantes más viejos. A medida que el misterio comienza a desenvolverse, Julián descubre que el sospechoso desapareció y que tiene su mismo nombre, lo que hace que todo se torne confuso. Julián y el comisario visitan a los vecinos para hacerles una serie de preguntas acerca de un viajero que estuvo en el pueblo en esos días. Una semana antes de que el cuerpo del Alemán apareciera flotando en el río, a Carmen del Sauce llegó el otro Julián Gianoglio (Nicolás Pauls), una especie de mochilero que solamente fue a hacer un trámite en el registro civil y a sacar fotos, sin ningún otro propósito claro. Quienes lo acercaron en camioneta desde la ruta hasta el bar del pueblo fueron el Alemán y Reinaldo (Víctor Laplace), los dos veteranos del lugar. Pero fue el Alemán quien se hizo amigo de Julián, a quien lo invitó a su casa para mostrarle unas fotos que sacó su padre hace mucho tiempo atrás. La película se encarga de ir intercalando lo sucedido con Julián, esa semana anterior, con la investigación llevada adelante por el oficial, quien intenta a toda costa resolver el enigma de su nombre duplicado y dar con la verdad. El hombre inconcluso es un policial directo y efectivo, que mantiene el suspenso con una ejecución digna y con buenas intenciones, sin ninguna pretensión más que la de contar una historia en clave de un género crudo y duro, y cuya temática de fondo se conecta con el infierno vivido en la última dictadura cívico-militar. Es un prometedor debut el de Matías Bertilotti, quien también se encarga del guion. Y es un punto a favor para el cine argentino que el director haya decidido empezar con un policial en el que los personajes importan tanto como la historia.
Llega a las salas de cine este jueves la primera película escrita y dirigida por Matías Bertilotti. En “El hombre inconcluso” el director traslada a la audiencia a la pequeña comunidad de Carmen del Sauce, Misiones, lugar que se convulsiona tras la muerte del alemán (Ernesto Claudio), un personaje al que todos estimaban. El principal sospechoso es Julian Gianoglio (Nicolás Pauls), un fotógrafo desconocido por todos que fue a pasar unos días de vacaciones. Tras descubrir el asesinato, el comisario llama a la policía para iniciar la investigación correspondiente. y quien llamativamente resulta estar a cargo del caso es un oficial que se llama igual que el sospechoso (Gastón Ricaud). Dos hombres con el mismo nombre y la misma edad enredados en el mismo caso. Durante el desarrollo de la película Bertilotti pone el foco en las declaraciones que el oficial de policía obtiene de los habitantes del lugar, la relación entre ellos y el alemán, y los indicios que hilvanan los puntos claves de la historia. El relato toma giros muy efectivos en el desenlace de la trama, lo que evidencia un guión bien elaborado. El flashback como recurso narrativo permite que el espectador descubra en momentos precisos ciertas revelaciones y secretos que enriquecen el contenido dramático de la película. “Un hombre inconcluso” es un policial bien construido e inspirado en hechos reales que no deja indiferente al espectador. Opinión: Buena.
Un pedido de captura inicia una investigación para resolver un sospechoso asesinato en un pequeño pueblo en la provincia de Misiones. «El hombre inconcluso» llega a los cines para proponernos un camino repleto de sospechas y pistas para descubrir algo más allá del inusual homicidio.
Yo creo que el género, cualquiera de ellos, bien trabajado, lúdico, genera un lazo con el espectador tan fuerte que nos da la posibilidad de subvertir casi cualquier cosa. (Matías Bertilotti entrevistado por Hugo F. Sánchez en Télam [enlace] ¿Cómo precisamos lo expresivo de una ‘ficción’ que pone la lupa en violaciones dictatoriales de los setenta y ochenta? Antes de precisar y ponderar esto, recordemos que El hombre inconcluso (2022) reitera dos veces y al comienzo el punto de partida de su idea. Primero, luego de los créditos, indica el frecuente “los hechos y personajes son ficticios, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia”; y a segundos de un prólogo reflexivo sobre el cambio¹, dice: “inspirada en hechos reales”. Aquí ya hay una contradicción matizada. Se trata de una investigación policial, ambientada en Carmen del Sauce, Rosario²; años ochenta. Entre saltos temporales y confusiones de identidad de dos Julián Gianoglio (Gastón Ricaud y Nicolás Pauls), narra la resolución de un asesinato. Para responder la pregunta inicial, ilumina la síntesis de Aumont y Marie en el apartado de «expresión» en su diccionario teórico y crítico. Parafraseemos en particular lo que ellos mencionan de Derrida y Gombrich. El primero cuestionó las concepciones clásica, romántica y moderna de lo expresivo porque privilegiaban en demasía la producción de un significado. Para el segundo, la expresividad se ubicaba en lo formal, implicaba una marcación violenta de esos rasgos. Según él, ella posee elementos naturales (el valor emocional de algunos colores, por ejemplo) y solo se define en medio de su contexto histórico. El dilema viene cuando nos preguntamos con qué criterios particulares precisar esos aspectos en la película de Bertilotti, y recordando que el meollo allí, lo que busca denunciar, también es formal. Porque el crimen de falsificar identidades como lo hicieron supuestos funcionarios con esas partidas de nacimiento, consiste finalmente en formas siendo desdeñadas. Bertilotti, realizador con varias obras para cine y tv en su filmografía, se apoya en la propuesta sonora y en algunas decisiones actorales para reiterar tal expresividad en su primera obra de ‘ficción’. Los gestos casi farsescos de Alejandro Scholler, quien interpreta al lugareño Mariano, son una muestra de esto. También hay efectos utilizados para generar sorpresa que empobrecen la claridad de sentidos visuales. A diferencia de estos, como el plano final donde vemos a los Julianes a través del parabrisas roto, algunos sonoros ponen en riesgo las múltiples intrigas buscadas en el guion y sostenidas con el montaje paralelo de Alberto Ponce. Al final, algunos desaciertos en la dirección actoral y varias decisiones técnicas estereotipan este thriller. Y a su vez, la plena ficcionalización presentada aquí es un reto para problematizar quizá a ciegas sobre la figura del doble en la realidad histórica. Porque quiénes pueden saber su identidad, con padres fallecidos o enloquecidos, partidas falsificadas y sin datos que los distingan totalmente del resto. ¿Cómo cambiar o mantenerse igual frente a confusiones de origen?
Identidades cambiadas en un policial de Matías Bertilotti La película filmada en Misiones parte de una problemática social asociada a la última dictadura militar para desarrollar un policial potente y efectivo. En el pequeño pueblo perdido en el mapa, Carmen del Sauce, hay un crimen. Muere el alemán (Ernesto Claudio) de forma misteriosa, un tipo querido por la gente del lugar. Llega un policía llamado Julian Gianoglio (Gaston Ricaud) a colaborar con la investigación del policía local (Carlos Santamaría). Pero sucede que el principal sospechoso (Nicolas Pauls) tiene el mismo nombre que él. Hallar al sospechoso y resolver el delito será la misión de este hombre. El hombre inconcluso (2022) desarrolla en dos líneas temporales su historia. El presente con la investigación del crimen y el pasado con los hechos previos al suceso de conmoción social. A medida que avanza la primera, los distintos flashback nos revelan la verdad escondida en el pasado. Una verdad ligada a los años de plomo de la Argentina. El director Matías Bertilotti nos sumerge en la sórdida historia que se cuenta, con un impecable trabajo técnico e inmejorables actuaciones. Actores muchas veces secundarios (salvo Victor Laplace, que interpreta a Reynaldo) trabajan desde una notable naturalidad para hacer creíble el cuento y trasladarnos al universo representado, además de una enorme cantidad de actores locales. Así la historia narrada tiene desarrollo y espesor dramático y no se siente una excusa para transmitir un mensaje social. La historia al servicio del relato y no a la inversa. La reflexión sobre el cambio con eco en el pasado esbozada al inicio -y retomada al final-, adquiere de esta forma un poderoso sentido filosófico pero siempre desde el placer de contar una buena historia sobre un pueblo chico en el que se oculta un infierno grande.
Este policial misionero de factura nacional se convierte en el primer largometraje de ficción de Matías Bertilotti. Elementos de thriller, efectivamente diseminados en el guion, sientan las bases de un film concebido con artesanía y buenos principios de género. Un cadáver, un sospechoso y un misterio que se descubre ante nuestros ojos alimentan el paladar cinéfilo. Una voz en off nos adentra en el incipiente enigma, nos ponemos las ropas de detectives. Una extraña coincidencia funciona como disparador para este argumento ambientado en un pequeño poblado de escasos habitantes. ¿Infierno grande? El mentado ‘doble’ funciona como conector tan alegórico como directo hacia nuestro pasado más oscuro; a fin de cuentas, “El Hombre Inconcluso” nos está hablando de la identidad, como tema principal, y más allá de su coqueteo con lo fantástico. Filmada en Puerto Esperanza (Misiones), el asfixiante calor del noreste argentino se convierte en las coordenadas geográficas de una intriga que sabe cómo dosificar la tensión a lo largo del relato. Víctor Laplace, Ernesto Claudio, Nicolás Pauls, Gastón Ricaud, Paula Sartor y Carlos Santamaría conforman un sólido elenco, mientras en el apartado estético destaca especialmente Iñaki Echeverria, a cargo del rubro fotográfico, y cuyo apreciable contraste de colores, entre pasado y presente narrados, se aprecia en sutil detalle.