Melancolía en estudio La lluvia, las rondas de mate, las risas, la ansiedad. O los conflictos, la tensión, la tristeza por una muerte inesperada. Postergación. Miedo. Todo se apila en Elefante blanco, el búnker de grabación montevideano donde No Te Va Gustar (uno de los grupos más convocantes del rock charrúa) se recluyó para gestar su último disco: El calor del pleno invierno. Contracaras. Y en donde el director argentino Gabriel Nicoli se invisibilizó, cámara en mano, para registrar paso a paso y de un modo no invasivo. Sin entrevistas ni declaraciones al lente. Sólo la cruda intimidad del proceso compositivo del álbum. Desde el comienzo, El verano siguiente parece una semblanza sobre su líder, el cantante y guitarrista Emiliano Brancciari quien construye en off las vivencias del grupo. ¿Una biopic sobre él? No, por más que él guíe al espectador (con su voz en off) recorriendo las cuatro estaciones de este viaje cinematográfico que culmina, muy acertadamente, con la antesala del show en Costanera Sur (6/4/13) ante más de 50.000 personas. La edición del filme tiene sus momentos críticos, con un ritmo que, por momentos, parece el de un videoclip donde se intercalan, como flashes, grabaciones de instrumentos, un asado, anécdotas de convivencia, entredichos, y más. El verano siguiente es un collage de vivencias, que por momentos pierde el hilo argumentativo por el forzado vértigo que busca ante la tranquilidad del grupo: no esperen una road movie con los cliches típicos del rock. No, en NTVG todo es melancolía. Muy familiar. Durante el rodaje se vivió la muerte del tecladista Marcel Curuchet (el 14/07/12 en EE.UU.), que mutó de gris a negro el tenor del filme. Pero jamás se cayó en el golpe bajo. La grabación de los coros de NTVG, en una iglesia, fue una metáfora de lo padecido.
Hay una larga tradición de documentales dedicados a bandas de rock. A grandes rasgos, y corriendo el riesgo de generalizar demasiado, los más interesantes fueron siempre los que revelaron alguna faceta desconocida de los artistas retratados, o bien los que los mostraron descarnadamente, con sus virtudes y miserias (LoudQUIETloud, sobre la conflictiva reunión de los Pixies en 2004 es un buen ejemplo de estos últimos, los más sabrosos). El último verano es de los otros: un film pensado casi exclusivamente para fans de la banda uruguaya, que da unas cuantas cosas por sobreentendidas y que está centrado fundamentalmente en la grabación y la gira de presentación del álbum El calor del pleno invierno, una época complicada para los integrantes de NTVG, que sufrieron la pérdida de Marcel Curuchet en julio de 2012, luego de un trágico accidente en motocicleta ocurrido cerca de Manhattan, cuando el grupo estaba de gira. Entre los emotivos recuerdos del compañero ausente (la película está dedicada a su hijo Renzo, que nació unos meses más tarde) y la mística que suelen tener las grabaciones en estudio, con las clásicas discusiones por detalles de sonido, los momentos muertos y la distracción vía PlayStation, las mateadas y los suculentos asados, se va configurando un pequeño muestrario de la intimidad de esta banda con veinte años de trayectoria que es uno de los exponentes más notorios de la avanzada del rock uruguayo que viene haciendo roncha fuera de su propio país desde hace una punta de años..
En la intimidad de un éxito Ideal para los fanáticos de este grupo que cautiva no sólo a partir de sus letras, también de su música en la que coinciden el pop rock, el reggae, el ska y la salsa, el filme de Nicoli es un registro ideal que da cuenta de una de las bandas que cada día escala mejores posiciones, no solo en América latina. El documental del argentino Gabriel Nicoli registra la grabación del último álbum de la banda uruguaya "No te va a gustar". La película es una recorrida espontánea -filmada en distintos momentos- por la intimidad de la banda liderada por el vocalista y guitarrista Emiliano Brancciari, mientras intercambian ideas y opiniones sobre las canciones de su último álbum "El calor del invierno", hasta su posterior grabación en estudios. La banda uruguaya "No te va a gustar" se formó en 1994 y fue escalando posiciones hasta trascender las fronteras de su país. En la Argentina, su última actuación, en la que presentaron el álbum "El calor del invierno", convocó alrededor de sesenta mil espectadores en el estadio de la Costanera Sur. SUMAR MERCADOS En su filme Gabriel Nicoli, se interesa por dejar que su cámara capte las reuniones informales de los músicos, durante su proceso creativo, en el que coinciden discusiones, convivencias en las que a veces las palabras para una canción cuesta encontrarlas; o muestra como cada uno de los músicos intenta superar la pérdida de Marcel Curuchet, el ex tecladista, que falleció en un accidente de tránsito, durante la gira que la banda realizó en 2012, por los Estados Unidos. Ideal para los fanáticos de este grupo que cautiva no sólo a partir de sus letras, también de su música en la que coinciden el pop rock, el reggae, el ska y la salsa, el filme de Nicoli es un registro ideal que da cuenta de una de las bandas que cada día escala mejores posiciones, no solo en América latina.
El director argentino Gabriel Nicoli realiza este documental sobre el grupo “No te va gustar” en uno de los momentos más fuertes de la banda. Todo el proceso creativo de álbum “El calor del pleno invierno”, y un momento difícil donde la vida y la muerte jugaron sus cartas. Intimista, interesante, lejos de los lugares comunes.
Rock con identidad propia En Uruguay no hay estrellas de rock," dice en un momento el cantante Emiliano Brancciari, al comentar que pueden caminar tranquilos por la calle de su país, sin mayores interrupciones que algún pedido de foto. Ese espíritu sin exaltaciones desmedidas del ego y del divismo es una constante en la trayectoria del grupo No Te Va Gustar y también en su primer largometraje estrenado en cines, con dirección del argentino Gabriel Nicoli. El tono es tranquilo y sin veleidades técnicas, pero editado con buen gusto y un criterio acertado que no sólo sigue un orden cronológico de la grabación de su último álbum El calor del pleno invierno, sino que también toma por las astas al dilema de cómo encarar el drama de la trágica muerte del tecladista Marcel Curuchet en plena gira estadounidense. Porque el tema aparece ya en el primer minuto, con reflexiones genéricas de Brancciari sobre la muerte y la pérdida. Más adelante, claro, aparecen imágenes de unas horas previas al accidente de moto, y se refleja el duelo y el dolor interno sin golpes bajos y sin evitar el tema. También están omnipresentes la camaradería y el clima interno en momentos de suma concentración y trabajo creativo. Hay frases hilarantes (el planteo sobre una porción de tarta olvidada en un sofá), discusiones técnicas (los planos de saxo y trombón en el estudio) y muchos climas de melancolía (las despedidas y reencuentros con las familias). El documental gana en su buen gusto, sin grandes pretensiones ni veleidades de superproducción propias de estrellas de rock anglosajonas. No es Spinal Tap (aunque era una ficción) pero hay momentos de comic-relief. No es un Live at Hyde Park, aunque las escenas en vivo son impactantes. Y tampoco es un retrato oscuro como The Devil and Daniel Johnston. Por suerte, por posee identidad propia. El título de El verano siguiente hace alusión al largo año de trabajo que retrató Nicoli, arrancando desde el verano anterior y llegando hasta la presentación en vivo en Costanera Sur. O mejor dicho, hasta la dedicatoria final a Renzo Curuchet, que nació tras la muerte de su padre.
No Te Va Gustar es una banda de rock uruguaya nacida de la última explosión de popularidad que dio a conocer gran parte de los grupos provenientes del país de Jaime Ross que actualmente suenan en todas las radios de nuestro país. Eso es todo lo que necesita saber el posible espectador no avispado antes de entrar a la propuesta que presenta El verano siguiente, o sea, meternos en la intimidad (y no tanto) de una banda. El documental de Gabriel Nicoli nació de una prolongación natural que el director creo cuando estaba filmando algunas imágenes para lo que sería el DVD que acompañase una edición de lujo del último trabajo de NTVG, El Calor del Pleno Invierno. Según cuenta, en un momento de la filmación, por determinadas circunstancias, vio que el material capturado era extenso y se decidió a continuarlo en un trabajo cinematográfico que hoy llega a las salas. El asunto (¿y gancho?) es que El Calor del Pleno Invierno no es una placa más del grupo, se trata del trabajo posterior al fallecimiento de uno de sus integrantes, Marcel Curuchet, durante un accidente de tránsito; y eso se hace notar en los 69 minutos que dura este film dedicado al hijo de Curuchet que naciera con posterioridad a la muerte de su padre. El verano mezcla pruebas de ensayos, intimidades, silencios, reflexiones, diálogos y todo lo que le puede interesar al seguidor de estos muchachos y que quiera saber un poco más de ellos, si es que todavía no sabe lo suficiente. En realidad, a pesar de su duración de largometraje, no se diferencia demasiado de esos mini documentos que acompañan los CD’s mostrando a los músicos ensayando, bromeando y reflexionando (acrecentado por la desgracia que atraviesa el conjunto); por esa misma razón es que pareciera que el único destinatario del asunto es quien conozca de antemano a NTVG y más aún, exclusivamente a sus seguidores o fanáticos. El Verano Siguiente no hace presentaciones, arroja algunos datos que serán de entendimiento para quienes los conocen de antemano e intenta generar algún fervor o guiño para el público, su público. Quienes lo miramos desde el afuera el asunto se nos hará algo más cancino, hasta se podría pensar en el propósito de presentar en una sala una gira y grabación de material musical; pero lo cierto es que El verano Siguiente no está pensada para el que mira desde afuera, pretende al cómplice; y claro está, no se la puede culpar por eso, no es la primera en hacerlo, hay una larga trayectoria en este tipo de documentales. En el trabajo de Nicoli no hay destreza, riqueza de imágenes o una fotografía jugada. Sí, por supuesto cobra importancia la banda sonora, por cuestiones circunstanciales. Pero no necesita nada de ello, el director tiene un objetivo, el de inmiscuirse, y más de una vez la cámara pasa desapercibida logrando que los integrantes actúen con total naturalidad. Quizás ese sea el objetivo y logro de El verano siguiente, descubrir el día a día del ídolo, sin nada en particular, aunque por los hechos del destino termine transformándose en un testimonio del adiós a un amigo.
No es un documental sobre los uruguayos No te va a gustar. Iba a serlo, pero en el medio de su desarrollo, el tecladista de la banda murió en un accidente y eso trastocó todo para los protagonistas y para el film. Lo que resulta en una película al mismo tiempo curiosa y emotiva sobre el encuentro imprevisto -siempre lo es- con la muerte y las consecuencias de ese encuentro. La música aquí tiene un rol, pues, diferente de lo que sucede con películas similares.
Tributo que queda en familia Estructurado por episodios coincidentes con las estaciones del año, El verano siguiente es un documental que gira en torno a la banda uruguaya de rock No te va gustar, pero que se concentra en un momento crítico debido a la inesperada muerte de su tecladista Marcel Curuchet –fallecido por un accidente de moto en julio de ese año- en pleno proceso de producción y grabación de lo que terminó siendo su séptimo disco: El calor del pleno invierno. El director argentino Gabriel Nicoli logra a través de la cámara adentrarse en ese clima de intimidad de los miembros de la banda durante todo el período de grabación del álbum en el estudio de Montevideo Elefante blanco. Allí, desde febrero hasta septiembre de 2012 se terminó de producir este séptimo trabajo, que para la banda marcó un punto de inflexión tras la ausencia de su tecladista, aspecto que fortaleció anímicamente al grupo a pesar de la tristeza y ese hecho particular se vio reflejado en el show ante 50.000 personas en la costanera sur en 2013. Ese hito que marca el desenlace del documental de Nicoli se entronca con los pequeños momentos que fue registrando el realizador argentino donde su líder, el guitarrista Emiliano Brancciari, toma la posta como voz predominante pero sin acaparar completamente el centro de atención, a pesar de que la voz en off que conduce de cierta manera el relato está a su cargo. Las diferencias a la hora de elegir canciones, las rencillas entre los miembros de la banda y esa sensación constante de camaradería en los ratos de ocio con torneos de futbol virtual forman parte de las anécdotas que van sumándose a lo largo de 69 minutos sin un hilo conductor pero que seguramente para aquellos fans no resulte importante siempre que algún aspecto no conocido sea revelado. Y en ese sentido es donde El verano siguiente se destaca porque logra mantener la distancia entre persona y personaje sin abusar de entrevistas o puestas en escena para que la obra sea más redonda.
Las mieles del éxito En El verano siguiente (2014), rockumental sobre la banda uruguaya No Te Va Gustar, el realizador Gabriel Nicoli realiza una suerte de ensayo sobre el precio de la fama, a través del recorrido intimista por el año de mayor éxito pero también el más desgraciado de los hacedores del disco El calor del pleno invierno. Lo que sería el documento visual sobre el proceso creativo que desencadenaría en el nuevo disco de la banda, toma otro giro ante la trágica muerte en un accidente automovilístico del tecladista del grupo Marcel Curuchet. A partir de ese hecho El verano siguiente adquiere otro sentido para convertirse en una especie de ensayo sobre la vida y la muerte. Si lo que el espectador (y los fans de NTVG) piensa encontrar en El verano siguiente es un rockumental clásico que registra un recital o donde suenan las canciones del grupo retratado está ante la película equivocada, de hecho en este caso la música original corresponde al también músico uruguayo Fernando Cabrera y el único tema completo de NTVG solo sonará en los títulos finales. Tampoco focaliza sobre el proceso creativo, ni sobre el detrás de escena de sus giras y grabaciones, aunque están presentes en imágenes y palabras. Sino que va mucho más allá para convertirse en algo mucho más filosófico y menos banal. Gabriel Nicoli se mete con su cámara en el interior del grupo y por ende dentro de cada uno de sus integrantes para exteriorizar sus miedos más profundos y entremezclarlos con los sabores del éxito. Pero por sobre todas las cosas ver ese enfrentamiento que se produce con la vida ante la repentina muerte de un amigo. Será ese hecho el que funcione como bisagra dentro de una banda que, alejada de los tópicos que marcan al rock, se encuentre con el éxito en medio de la tragedia. Pero que también hará que una película que en un principio sería sobre la creación se vuelva introspectiva y personal, donde temas como los miedos, las alegrías, las tristezas, los amigos, los amores y los fans salgan del confesionario de lo privado para hacerse público. Pese a que seguramente, por esas razones del marketing, El verano siguiente llevará más fans de NTVG que simples espectadores ávidos de ver un documental interesante, merece que se le dé una oportunidad. No solo para conocer a una banda (que puede gustar o no) sino para encontrarse con algunas cuestiones que hacen a la vida y a la muerte.
Extraña sensación deja “El verano siguiente”. Uno sabe que va a ver un documental, que las imágenes que se registran en éste género son un recorte de la realidad de alguien, del algo, o ambas cosas a la vez. Si a los efectos de un análisis comprensivo tuviéramos que separar por grupos entre lo producido para cine o TV, hay documentales narrados (a veces sobre-explicando o dándole un tinte humano al comportamiento animal), también otros con la entrevista en tercera persona con inserts de imágenes de archivo, y otros que eligen un camino más comprometido con la imagen a través de la cual vemos (casi en tiempo real) aquello que se desea retratar. Sylvaine George o el propio Herzog son ejemplos de lo último. En todos los casos estamos frente a la inquietud de los realizadores buscando encontrar respuestas a preguntas básicas (qué, por qué, cuando, etc.), y hasta podríamos pensar que el responsable del producto final invita con éste al espectador a preguntarse lo mismo y, en el mejor de las casos, encontrar alguna respuesta. Muy poco de esto está presente en “El verano siguiente”. El cantante y líder de una banda dice en off que estaban abordando la grabación del último disco y ocurrió un accidente. Buen planteo, pero los siguientes 40 minutos serán un largo e interminable collage de imágenes registradas por distintos especialistas con intenciones periodísticas. El armado de un estudio, discusiones en el seno de la banda de cómo encarar una canción, algo de la mística del grupo, un asado, mates, juegos de playstation, todo matizado con una desorganizada muestra de los integrantes sin que en ningún momento aparezca un graf ni nada que ponga blanco sobre negro de lo que estamos viendo. Para aquellos que no tengan ni la menor idea de quienes son los NTVG (No te va a Gustar, tal el nombre del grupo de rock), la película los va a dejar completamente afuera. Acaso solamente los ultra fanáticos, de esos que reconocen a los integrantes caminando por la calle, sean los que verdaderamente podrán sentir lo que las imágenes pretenden transmitir. La producción en este caso no pretende (¿no puede, no sabe?) ser literal ni informativa, sino más bien un intento desordenado de transmitir cómo la fatalidad que sufrió NTVG afectó, y afecta, el funcionamiento, el proceso creativo, las relaciones humanas, etc. Si es por esto, el nivel de compromiso queda diluido ante la falta total de información, y al dar absolutamente todo por entendido, es difícil conectarse.
Pese a que Emiliano Brancciari, el líder de la banda uruguaya, festejará su cuarenta aniversario dentro de tres años, “No te va a gustar” (NTVG) ya lleva veinte años de existencia. Es cierto que su primer disco (“Solo de noche”) salió a la venta recién en 1999 pero desde entonces y con gran regularidad desde su segundo (“Este fuerte viento que sopla”) de 2002 vienen editando uno cada dos años. El documental “El verano siguiente” trata sobre su séptimo y último CD hasta la fecha (“El calor del pleno invierno”) y sobre el dramático accidente de moto que le costó la vida a su tecladista Marcel Curuchet en Nueva York en 2012. La película dirigida por el argentino Gabriel Nicoli parece prestar más atención al proceso de creación de los numerosos músicos que componen la banda y deja lamentablemente poco espacio a la difusión de temas enteros de su vasta obra musical. Figura relevante es Brancciari, quien pese a haber nacido en Argentina puede hoy ser considerado más bien un uruguayo, que sostiene el grueso del film. Indudablemente la muerte de “Curucha”, como le decían sus compañeros, debe haber cambiado fuertemente el tono del documental lo que se percibe a lo largo de su metraje. Lo que sí transmite “El verano siguiente” es la armonía que reina entre los músicos presentando con no poco humor detalles de cómo en forma democrática eligen los temas de su último disco. Hay alusiones futbolísticas. Brancciari es fanático de Boca Juniors, otro de sus compañeros lo es de Nacional de Montevideo. No menor interés presenta el proceso de grabación donde cada músico va grabando por separado su parte, algo obviamente muy distinto a lo que ocurre durante sus recitales. Estos últimos, incluyendo uno reciente en Costanera Sur ante más de 50.000 fans de la banda, son uno de los pocos momentos en que se puede disfrutar de su música. Quizás hubiese sido bueno agregar algunos minutos más al ya corto metraje incorporando algunos de sus temas más famosos. Esta nota fue elaborada junto a Federico Friedlander, gran conocedor de la música de NTVG