Musical pop con las canciones de Raffaella Carrá Ópera prima del uruguayo Nacho Álvarez, resulta una delirante comedia musical pop que, como sucedía en "Mamma Mia!" (2008) con las canciones de Abba, tiene como hilo conductor las canciones de la diva italiana Raffaella Carrà. La historia, que se ambienta en los albores de la década del 70, comienza con una novia que sube a un avión llorando en el aeropuerto de Roma. Una azafata le pregunta que le sucede e inicia una coreografía cantada que deambula entre lo kitsch y lo pop de un típico estilo almodovariano. Y ahí radica la esencia de una película que cuenta una clásica historia de amor cruzada con la la tv española en medio de la censura franquista. María, la novia en cuestión es interpretada por Ingrid García Jonsson, una joven mujer española que plantó a su novio italiano en el altar y salió huyendo para regresar a su país. Su sueño es ser bailarina y ante una serie de casualidades o causalidades terminará participando del programa de mayor audiencia del momento, Las noches de Rosa, donde su nuevo novio es hijo del censor que el dictador Franco puso en TV Española para controlar lo que se dice y lo que se muestra. El muchacho es el heredero natural de ese puesto y por supuesto María no solo no lo sabe, sino que también es víctima de la censura que impone su novio. Explota explota (2020) es la típica comedia de enredos, fresca y disparatada, pero también llena de clisés y estereotipos, teñida de una estética pop retro que es acompañada por los ritmos arrebatados de la célebre artista boloñesa y donde los personajes actúan en un tono hiperrealista.El elenco secundario, que incluye nombres como Verónica Echegui, Carlos Hipólito, Pedro Casablanc y Natalia Millán, acompaña a la perfección el tono festivo que la historia impone. Más allá de que muchos elementos del relato carezcan de sentido y algunas situaciones se vean forzadas, Explota explota, como su título lo indica, resulta una agradable explosión de color, brillo y alegría que genera una especie de placer culpable.
BAILARÁS "Expresión estética imponente, en donde lo poético obtiene un lugar relevante y sensorial, atravesando un borde contundente e incluyendo al espectador. Es lo que nos presenta, el Director uruguayo Nacho Alvarez, en su ópera prima" Un viaje de alegría contagiosa a través de los grandes éxitos de la incomparable Raffaella Carrà, EXPLOTA EXPLOTA, 2020 sigue a María, una novia que acaba de huir de su propia boda y cuyo sueño siempre fue bailar. Mientras le da color a la España gris de la década de 1970 al convertirse en una estrella del más importante musical de televisión, su búsqueda de libertad personal irá de la mano de la explosión de una censura impuesta por el régimen desde hace mucho tiempo. Alvarez, logra una prolija dirección, con la finalidad de acentuar la figura de la estrella. Para lo que utiliza una paleta de colores interesantes y resplandecientes. Buscando una mejor conexión, entre el espectador y el film. Consiguiendo así, un relucir más efectivo con los colores y contrastes. Y si bien su guion es predecible, tampoco peca de inocente, entretiene y a pesar de las reminiscencias a musicales, se constituyen en inspiraciones bien logradas y armoniosas, mostrando el estilo del también co guionista. La construcción de personajes y sus justificaciones es la atinada, consiguiendo una buena y simple comunicación de la trama dramática. Destaca y asombra, la magnífica puesta en escena. Cada detalle pensado meticulosamente para lograr el brillo necesario. Las interpretaciones, son sobresalientes, resultado de un gran trabajo de casting en los personajes secundarios. Sin embargo se carga el film al hombro INGRID GARCIA JOHNSON quien interpreta a Maria. La dirección de arte a cargo de UXUA CASTELLÓ se lleva todos los aplausos, siendo puntillosa y exquisita. Consiguiendo denotación y connotación en cada elemento muy bien elegido, para acompañar el brillo de la estrella. "Cómo el camino de la vida de los personajes, la mágica y luminosa María, sólo desea Ser feliz y aspira lo mismo para los demás, logran nuestra empatía desde el comienzo. Esto se relaciona con talentos como Raffaella Carrà, que nos interpelan y contagian de luz, en una atmósfera histórica de cambios repleto de "lagunas o burbujas", en la cual, es más que adecuado, hacerle homenaje, deseando para todos, lo mismo que ella anheló desde el cielo, en donde se encuentra ahora."
En la España de los años setenta, una joven con aspirante a triunfar en la televisión sufre en carne propia el siniestro mecanismo de censura franquista, en donde las melodías de una cantante llamada Bárbara, y sus exóticos bailes, son objeto de disputa. Mientras se enamora y desamora, la película homenajea a una de las grandes de la canción mundial recientemente fallecida, Rafaella Carrá, con inventiva, emoción, y, principalmente, un conocimiento profundo sobre el género.
Crítica publicada en YouTube
Imposible no cantar. “Explota explota” de Nacho Alvarez. Crítica. Fiesta, fiesta, que fantástica fantástica esta fiesta. A pocos días de la trágica muerte de la icónica Rafaela Carrá, se estrena el musical español “Explota explota”. Nacho Alvarez selecciona las mejores canciones de la música, le agrega unos coloridos vestuarios y se burla de la censura durante el régimen franquista de la segunda mitad del siglo XX. Además de ser la última aparición de la cantante en una película. La misma llegará a los cines mañana 15 de julio, una gran oportunidad para volver a revisitar una sala de cine. Con vestido de novia y lágrimas en los ojos, Maria se sube a un avión para volver a su España natal desde Italia. Sin nadie que la espere al llegar, es hospedada por Amparo, una empleada del aeropuerto. El tiempo todo lo cura y es así como Maria se repone y por azares del destino conoce a Pablo, a quien tu abuela describiría como un buen muchacho. Además consiguió llegar a la televisión y conseguir un trabajo como bailarina en el programa más visto de la televisión nacional. Las canciones de Carrá no hacen más que transportarte musicalmente a una fiesta. Los carnavales carioca de casamientos, cumpleaños de 15 o alguna otra celebración que fuera musicalizada por la cantautora. Saber capitalizar esto y convertirlo en el espíritu de la película es la mayor virtud del audiovisual. Sin ser el mejor musical español, aunque muy autoconsciente de ello, no pretende más que entretener y alegrar. Una trama poco profunda, casi de culebrón televisivo, con un humor tendiente a la picaresca, hacen de contenedor de varios momentos musicales, de lo más divertidos. Por supuesto los vestuarios estrafalarios y coloridos no podían faltar en una producción así. La paleta de colores es dominada por saturados colores y mucho brillo, a juego con los decorados. Los bigotes y los peinados hacen su parte también. Podemos observar la utilización de los bellos faciales como símbolo identitario de las ideologías políticas de los personajes. El bigote cortado a lápiz y el pelo prolijo para el censor, defensor de la moral y las buenas costumbres, contra los pelos largos y el tupido bigote del director del programa de televisión, más liberal y contemporáneo. En todo momento la censura ronda la trama como un oscuro fantasma que todo lo corta con su enorme tijera. Si bien lo vemos reflejado en tonterías como el largo de una pollera o lo abierto de un escote, también podemos observar en la vida del joven Lucas. Obligado a vivir su vida amorosa en completo secreto ya que no corresponde a lo “moralmente correcto”. En la misma época la tenemos a Rafaela con sus canciones, quien algunos años después se convertiría en icono de la cultura queer, logrando sobrepasar la censura de esos años. “Explota explota” no es ni busca ser la mejor película y mucho menos el mejor musical de la historia. Empero, con un espíritu emprendedor y mucha voluntad logra ser un producto entretenido, capaz de sacar varias carcajadas. La energía y felicidad que ponía Rafaela Carrá se ve reflejada en los momentos musicales, en las actuaciones, en las líneas de diálogo, y no hacen más que sumar para pasar un buen y divertido momento. Calificación
“Explota Explota”, de Nacho Álvarez. Crítica. Se estrena el 15 de julio en exclusiva en Cinemark Palermo. Escrita y dirigida por el realizador uruguayo Nacho Álvarez, es esta su ópera prima en largometraje. Un musical con una selección de los temas más conocidos de la inigualable Raffaela Carrá y su breve participación en el film, siendo esta su última aparición en cine. Por Nito Marsiglio. La definición de vintage dice de un objeto con cierta edad, que no pueden aún catalogarse como antigüedades, y que se considera que han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo. Hacía mucho tiempo que no se producía un film musical al mejor estilo de los de fines de los 60 y los 70 con el manejo del colorido de la época, tan pop, y siguiendo al pie de la letra la estructura del musical donde prevalecen las canciones y la danza. Por otra parte Raffaella Pelloni conocida por su nombre artístico Raffaella Carrà, recientemente fallecida el 5 de julio de 2021, fue una cantautora, compositora, bailarina, coreógrafa, presentadora de televisión y actriz italiana. Sin duda un ícono de lo que fueron los musicales de aquella época. No es fácil en el mercado de la cinematografía lograr que un productor acepte un proyecto de un género que ya hace tiempo que no se hace y ha quedado en el pasado. Sin embargo Nacho Álvarez viaja de Uruguay, su país natal, a España, a probar suerte, y le pide a su hermano que le recomiende un productor. “…me puso en contacto con Mariela Besuievsky, de Tornasol, quien –casualmente– también es uruguaya. Le dije que me encantaría rodar un musical y ella me confesó que nunca había producido uno, pero que le gustaría mucho hacerlo. En marzo de 2018 tuvimos el primer borrador de guion y en 2019 se reactivó todo tras buscar financiación, así que nos reunimos en Roma con Raffaella para contarle la idea y a ella le encantó.” La obra comienza con María (Ingid García Jonsson) que baja unas escalinatas llorando mientras viste un traje de novia. Está en Italia, llega al aeropuerto y entre llorando tratando de hacerse entender le dice a la empleada de la compañía aérea que le de un boleto para España.Ya en el avión, cuando una de la azafatas le pregunta si se encuentra bien, ella llorando responde que no y ahí comienza el primer musical cantando y bailando las azafatas, María y algunos de los pasajeros con el tema de Carrá “Adiós amigo”. En el aeropuerto de Madrid conoce a Amparo (Verónica Echegui) con quien se harán grandes amigas y también conoce a Pablo (Fernando Guallar) con quien se llega a enamorar. España se encuentra bajo los últimos años de la tiranía de Franco. María siempre quiso ser bailarina y logra entrar como tal en la TVE donde también trabaja Pablo como asistente de su padre Celedonio (Pedro Casablan) que cumple el rol de censor y es extremadamente retrógrado. Tanto María como Pablo deben luchar contra la censura de la época. Durante toda la obra se va transitando por el repertorio más conocido de Raffaela Carrá. La película tiene una coreografía excelente, un arte, actuación y musicalización muy bien logrados y una narrativa alegre, tierna y gratificante. Alguien dirá que el film es vintage y algo naif y son exactamente esas características combinadas la que la hacen una obra hermosa. Puntaje:90. Calificación: Arte Actuación Fotografía Guion Música
Promocionada oportunamente como la última película en la que participó Raffaela Carrá, esta ópera prima del uruguayo Nacho Alvarez financiada con capitales europeos tiene en realidad un argumento que tiende puentes con algunas de las canciones de la cantante italiana fallecida a principios de este mes. La protagonista es María (la española de origen sueco Ingrid García-Jonsson), una joven azafata que sueña con ser bailarina en la Madrid de los años 70, todavía marcada a fuego por la rigidez del franquismo, como resaltan varias escenas condimentadas con un humor reiterativo y de trazo grueso. Pronto se convierte en figura de un canal de televisión donde también empezará una relación amorosa -nada menos que con el hijo del censor de la TVE de la época- que abrirá la puerta del melodrama. Las inspiraciones más obvias son Los paraguas de Cherburgo (1964), una obra extraordinaria del francés Jacques Demy, y el cine más ligero y colorido de Pedro Almodóvar, aunque aquí faltan la profundidad, la picardía y sobre todo el veneno que suele estar oculto bajo la superficie brillante de los films del gran realizador manchego. Aun así, algunas escenas -como la del inicio, una coreografía muy bien filmada y montada en el interior de un avión- tienen gracia, timing y un contagioso espíritu festivo que siempre son insumos esenciales de la comedia musical.
Se estrena en Argentina esta película española pocos días después de la muerte de Raffaella Carrá y lo que era un homenaje en vida se transforma en una comedia romántica con tono agridulce por las tristeza de que la cantante ya no esté. Pero la película es del 2020 y sí pudo Raffaella disfrutar de un resurgimiento de su figura, al menos en Europa. En condiciones normales tal vez se podría haber generador un verdadero furor, pero para ser exactos, Raffaella nunca fue olvidada. Hace poco vi nuevamente Bárbara (1980) la comedia musical que filmó en Argentina y aun con todos sus defectos su figura era tan arrebatadora y carismática y sus canciones tan luminosas que valió la pena ver una vez más. Quien quiera verla en un rol más breve y serio puede observarla junto a Frank Sinatra en El expreso de von Ryan (1965) Pero yendo a Explota, explota la historia transcurre en la España de Franco, al final de su dictadura. Una joven bailarina se encuentra con la oportunidad de actuar en televisión en el momento en el cual la censura pelea, sin saberlo, sus últimas batallas. La joven en cuestión es María (Ingrid García-Jonsson) quien ha huido de Italia dejando a su novio en el altar y conoce en España a un joven que resulta ser el hijo del censor. Sum mejor amiga, Amparo (Verónica Echegui) tiene toda la energía y la desfachatez para hacer que María se vaya animando a dar sus primeros pasos. Y la fuerza que lucha contra la censura, la amargura, el desamor y la oscuridad es la música de Raffaella Carrá. Sus canciones tienen la libertad que esa sociedad niega y una mirada vital del amor, la pareja y la vida que resulta doblemente valiosa en ese contexto y aun más a la distancia. Sus canciones son hábilmente explotadas, valga el juego de palabras, por el guión. Sin que sea un musical deslumbrante, la lluvia de colores y la enfuria erótica de la cantante se captan a la perfección. El discurso del amor que Raffaella Carrá esparció por el mundo hoy nos resulta evidente a todos, pero en aquel momento se lanzaba en diferentes grados de sutileza que en este film se manifiestan abiertamente. Para los que la admiramos la película tiene un regalo en la escena final que justifica todo. Lo que hubiera sido una alegría total se transforma ahora es un momento para que se nos caiga una lágrima de emoción. Valga como homenaje también esa lágrima, porque la alegría que ella nos dio igual nos acompañará siempre.
El uruguayo con doble nacionalidad, Nacho Alvarez, debuta luego de dos cortos interesantes («Renuncio» y «CCCP»), en el terreno del largometraje con una ambiciosa comedia musical basada en las canciones de Raffaella Carrá. «Explota, explota», sin embargo, opera prima del novel realizador, no debe verse solamente como «un grandes éxitos de la popular intérprete italiana» sino como una divertida propuesta, ambientada en los luminosos 70′ que espera ser descubierta para ofrecerse como opción para quienes esperan algo original en nuestra cartelera. Lo primero que hay que decir es que el contexto en el que se narra la historia no es similar a los grandes hits de la taquilla en el género («Mamma mía», «Cats», etc), porque está ambientada en España, en épocas del franquismo. Digamos que el contexto es el texto y aquí todo lo que sucede, está enmarcado en ese clima de opresión y censura que el pueblo español ha sufrido en dicha década. María (Ingrid García Jonsson, carismática y destacada intérprete) es una chica que tiene como ambición, ser bailarina. Todo entonces comenzará cuando decide abandonar a su novio en el altar a momentos antes de casarse (en suelo italiano) y aborda un avión que la lleve a otro destino. En los primeros minutos ya tenemos una coreo fenomenal dentro de dicha nave y desde allí, no nos queda duda de cuál será el tono del relato. Nuestra protagonista llegará a TVE (televisión española estatal) en un momento complicado y para peor, se enamorará de un chico que, da la casualidad que es el hijo de alguien que ejerce la censura en dicho lugar. Hecho frecuente en los medios de comunicación según las directivas del dictador. Encontrar un equilibrio entre el arte y la censura, ya de por si es difícil, por lo cual la pareja tendrá cuestiones importantes para resolver y mantenerse a flote en un mar no tan sencillo para María. El amor entrará en conflicto pero… siempre contamos con la música para resolver las diferencias, ¿no? ¡Y qué OST señores! La banda de sonido (100% Raffaella, imaginen!) le imprime a esta comedia musical, ritmo y desenfreno. La estética y la dirección de arte instalan una colorida atmósfera que es aprovechada por Alvarez para entregarnos un muy buen film. Hay mucha precisión en los cuadros de baile y si bien la historia tiene sus desniveles, todo se compensa con éxito tras éxito (me quedo con «Fiesta», ¡decididamente!) para redondear una destacada propuesta. Dentro de las opciones de la cartelera, creo que el público adulto tiene una gran oportunidad para disfrutar de una sólido espectáculo. Es de lo más original que ví en el género (y eso que me encantó «En el barrio», otro gran exponente hace unos meses).
Un musical que se encarga de amoldar las canciones de Raffaella Carrá, las más conocidas y otras menos difundidas, que sirven de base para una historia de romance, vocaciones y de lucha contra la censura. El guión de David Esteban Cubero, Eduardo Navarro y el director Nacho Álvarez, engarza cada una de las canciones con una historia que comienza con una novia fugitiva, sigue con los vaivenes del comienzo de otra relación amorosa para la protagonista, pero también desarrolla temas de sueños perdidos, padres abusivos y la lucha contra una censura que en los últimos años del franquismo tenía en la televisión española uno de sus últimos bastiones ultra-conservadores. Con un toque naif y nostálgico, con una paleta de colores brillantes y una coreografía muy al estilo Carrá los números musicales tienen un toque almodovariano que se lleva bien con todos los lugares comunes del enredo de comedias de antaño, actualizados con cierta ironía. Un entretenimiento bien logrado, con una bella sorpresa, que se convierte en un homenaje a la desaparecida estrella. El film se estreno en España y la diva la aprobó desde que era un proyecto.
Reseña emitida al aire
QUEREMOS TANTO A RAFFAELLA La reciente muerte de Raffaella Carrà habilitó de alguna forma el estreno en salas del país de Explota Explota, musical español dirigido por el uruguayo Nacho Álvarez, que rinde homenaje a la cantante italiana con coreografías musicalizadas al ritmo de varias de sus canciones y que cuenta con un cameo muy simpático. Y si bien podemos señalar el oportunismo del marketing morboso, la propia película aleja los malos presagios a puro color, encanto, simpatía y una ingenuidad deliberada. Explota Explota no solo reproduce las canciones de Raffaella, las baila y las recrea a puro zoom, sino que en su confección hay mucho de lo que era propio en la esencia de la artista: sexualidad enmascarada en una pose kitsch que acaloraba los ánimos más conservadores y movilizaba los tabúes de aquellos tiempos. Explota Explota está ambientada inteligentemente en la España franquista de los 70’s. Solo allí funcionaría esta trama naif que reproduce la comedia romántica clásica, con una mezcla de culebrón televisivo y un subtexto moderadamente político sobre la libertad y contra las represiones. María (encantadora Ingrid García Jonsson) arranca el film vestida con traje de novia: acaba de pasar algo en el altar y se metió en el primer avión que la saque de Italia y la deposite en “casa”, en España. Finalmente, en ese lugar, el aeropuerto, María encontrará no solo un destino laboral sino también sentimental: se cruzará con Pablo, el hijo del censor principal de la TVE. A partir de ahí comenzarán los cruces típicos de estas historias, entre bailes, canciones y una festividad honesta, nunca impostada. Si el aeropuerto hace recordar a Los amantes pasajeros, de Pedro Almodóvar, también lo hace la utilización del color: el film de Álvarez tiene un poco el espíritu de las primeras películas del director manchego, en una versión un poco light de aquellas obras desenfadadas. También hay desde lo estético algo de Los paraguas de Cherburgo, de Jacques Demy, aunque nunca la melancolía ni la tristeza del emblemático film francés. Y si bien Explota Explota es menos que la suma de sus referencias que mencionamos, no deja de haber en su confección una envidiable naturalidad. Hay una gracia que surge del concepto que trabaja el director y que acompaña con rictus caricaturesco todo el elenco (agregando vestuarios, dirección de arte y fotografía), sumándose a algo que por una vez sí se vive como una fiesta. No sabemos si la fiesta de Raffaella, pero sí al menos a una que nos conduce a ese territorio de fantasía y artificio, lejos de la realidad, que el cine nos lleva cada vez menos.