Lo habrás imaginado es un thriller entretenido, eficaz y particularmente ambicioso en el horizonte del cine argentino contemporáneo. Uno que mezcla corrupción, servicios de inteligencia, rosca política, redes de pedofilia, empresarios mafiosos y violencia de género, entre otros temas de enorme urgencia y trascendencia en la actualidad del país. Todo arranca cuando Guille (un siempre correcto Carlos Portaluppi) llega a una fiesta que organiza una vieja amiga del secundario llamada Abril (Diana Lamas) y a la que también va el tío de ella, Ángel (Mario Pasik). La simultaneidad está lejos del ser casual: el primero es, en realidad, parte de lo que suelen llamarse los “sótanos de la democracia”, una zona de los servicios de inteligencia donde las funciones originales se mezclan con operaciones y negocios paralelos. Guille investiga a Ángel por su supuesta participación en una compleja red de trata de personas a través de su fundación internacional con base en Chicago. Mientras Abril desconoce todo el trasfondo, será su pareja la que empiece a sospechar que nada es lo que parece. Entre medio de esa investigación, distintos asesinatos y amenazas ejecutados con frialdad por matones de los dos “bandos” no harán más que complejizar la situación. La mencionada ambición le juega por momentos una mala pasada a un relato que se enrosca con su propia cola, como si en su voluntad de ampliar temas no supiera cómo entreverarlos en un todo homogéneo. En otros, en cambio, la realizadora Victoria Chaya Miranda maneja con indudable oficio la tensión y el suspenso, ayudada por una atmósfera que contrasta la belleza inmaculada de la casa de Abril con la suciedad (literal y metafórica) de la fábrica abandonada que funciona como base operativa de Guille y su equipo.
Hablar vagamente de corrupción y hacer alusión a los de arriba, poderes superiores que mueven los hilos; diseminar términos como femicidio, pedofilia, deep web, lavado de dinero; meter un par de escenas de sexo (justificadas o no, da lo mismo); incluir una explosión, un par de tiroteos y unas cuantas puteadas; no olvidar a un investigador torturado, transgresor, pero honesto, ni a un villano perverso, millonario, desagradable. El guion de Lo habrás imaginado –autoría de Victoria Chaya Miranda, la directora- parece escrito siguiendo una receta del manual de lo que se supone debe ser un policial negro actual, sin saltearse ningún lugar común y dejando de lado cualquier atisbo de creatividad. La trama jamás funciona: el intento por construir algo complejo deriva en la confusión total. No sabemos bien cuál es la razón de ser de esos personajes, sus motivaciones, sus vínculos. Todo es una gran cáscara vacía que deriva en una parodia involuntaria. Además, esa enrevesada conspiración es enunciada verbalmente, como si se tratara de un radioteatro. Se habla de fundaciones sospechosas, de cruces de fronteras, de conexiones internacionales, pero siempre desde el estatismo de escritorios o mesas de bares. Eso sí: como para teñir la cuestión de algo de realismo sucio, la oficina de los pesquisas está ubicada en una suerte de fábrica abandonada. Lo peor llega con los intentos de darle un cariz de denuncia a la historia, con burdos parlamentos que intentan traernos ecos de la “realidad” argentina. “Somos un país de mierda, nos matan nuestros pibes, nos matan nuestras mujeres” o “Las mujeres estamos preparadas para morir, crecemos preparadas para ese destino”, dicen dos de los personajes. La manipulación emocional se completa con la representación del abuso sexual de una menor mediante animaciones completamente descolocadas. Así y todo, son preferibles al dolor que produce ver a actores de trayectoria (Carlos Portaluppi, Osmar Núñez, Mario Pasik) luchando durante una hora y media contra líneas de diálogo imposibles y situaciones de una artificialidad irremontable.
Victoria Chaya Miranda ha declarado que se piensa como una comunicadora social. Y los temas de su cine reflejan bien ese perfil. Sus intereses van desde la lucha por la supervivencia de los jóvenes que sufren la marginalidad (la miniserie Los pibes del puente ) hasta las adicciones y la cosificación de los cuerpos (en su anterior largometraje, A oscuras) . El tema central de Lo habrás imaginado también es espeso: la trata de personas y la trama de responsabilidades políticas necesaria para su desarrollo. La densa historia de esta película, que debido a las restricciones de público conocimiento se estrena directamente en la plataforma online cine.ar, incluye también un abuso intrafamiliar perpetrado por el personaje del experimentado Mario Pasik, inspirado en el caso de real del responsable de una entidad benéfica argentina que operaba en las sombras una red de pedofilia. La directora consigue hacer funcionar con fluidez un argumento con muchas aristas, manejando con solvencia la puesta en escena, el deliberado clima de tensión permanente y un despliegue de intrigas cuyos orígenes va revelando de a poco, con mucho criterio. También recurre de manera sorpresiva a la animación 2D en un fragmento breve del film. Todo el elenco luce compacto, pero se destaca el fenomenal trabajo de Carlos Portaluppi, capaz de calibrar misterio y vulnerabilidad con una soltura admirable.
La codicia del poder y la avaricia son vicios difícilmente de erradicar. «Lo habás imaginado» es un relato inspirado en el caso de real del responsable de una entidad benéfica argentina que operaba en las sombras de una red de pedofilia. La cineasta argentina Victoria Chaya Miranda, luego del drama «A oscuras», nos trae su tercera cinta, que sigue la misma línea de tramas con cargas turbulentas: en este caso, un thriller sombrío que retrata la corrupción con sutiles tonos perturbadores. El peligro se presenta en la vida de Abril (Diana Lamas), cuando reaparecen su adorado tío Ángel (Mario Pasik) y su gran amigo de la adolescencia Guille (Carlos Portaluppi) en vísperas de las fiestas de fin de año. Ambas apariciones esconden una estrecha relación con una investigación judicial acerca de oscuros secretos de la familia de Abril. Así, ella deberá encontrarse con la inevitable confirmación de que lo personal es político. Una batalla entre la Justicia y el poder demostrará que la trata de niños es un poderoso negocio internacional con demasiados cómplices. La película nos presenta una composición de personajes plagados de secretos y miseria, situaciones de acción de alto impacto y un particular estilo de realización audiovisual, envuelto en un extraño ambiente. Al mejor estilo del cine negro americano, se logra un film entretenido y eficaz. Los movimientos de cámara, la angulación, iluminación y encuadres son muy buenos, acompañando a una atmósfera intensa que es sostenida a lo largo del film con una homogeneidad estilística definida. Si bien presenta algunos inconvenientes al manejar elementos básicos del policial, ya que algunos no se muestran con claridad en la estructura narrativa, por ende, del misterio se cae un poco en la confusión, aun así compensa con todo lo anterior mencionado. Cabe destacar la banda sonora compuesta por Lula Bertoldi, que sabe aportar los climas exactos para cada escena. Tenemos un comprometido y preciso Carlos Portaluppi sumergido en el submundo de la política y el crimen de un modo magistral, al igual que el correcto Mario Pasik. Diana Lamas presenta una más que correcta interpretación de un personaje perturbado y desorientado. Un policial negro que demuestra que en nombre de la justicia se puede perderlo todo. En síntesis, «Lo habrás imaginado» es un film ambicioso colmado de corrupción, intereses políticos, servicios de inteligencia y pedofilia, tratado mediante una mirada oscura y acorde sobre la trata de niños. Incluye también un abuso intrafamiliar con un solvente desarrollo del personaje, y escenas bien marcadas de sus secuelas. A pesar de sus momentos tambaleantes, la cinta nos ofrece una visión de un tema delicado, cotidiano y que muchas veces queda o se intenta colocar debajo del tapete. Acá, la cineasta lo trae a escena con su mirada directa acerca de la trastienda del poder, la putrefacción y deshonestidad.
“Inocencia Cero” Thriller con tintes de policial y cine negro contemporáneo. Este film está escrito y dirigido por la directora argentina Victoria Chaya Miranda (A oscuras, 2018) y en su reparto cuenta con figuras como Diana Lamas (Eso que llaman amor, 2015) o Carlos Portaluppi (El marginal, (2016). Lo habrás imaginado (2019) comienza desde una fiesta en la casa de Abril (Diana Lamas), en donde se encuentra su tío Ángel (Mario Pasik) y un viejo amigo, Guille (Carlos Portaluppi), este último trabaja en una investigación para inculpar a Ángel de una supuesta participación en una red de trata de personas. La dirección de Miranda se encuentra en un laberinto a la hora de llevar los hilos de la trama, esto apoyado por un guión que por momentos no termina de cerrar la historia de los personajes, ya que no parecen tener un trasfondo para explicar sus motivaciones, además de que se agregan muchas situaciones trilladas que le quitan cierto realismo a la historia. Se puede decir que en la parte técnica se pueden observar un conjunto de planos bien trabajados y escenas que se trabajan desde la tensión de una manera correcta. También la fotografía a cargo de Sebastián Gallo es muy buena y en ese aspecto remarca las diferencias entre los distintos escenarios y contextos. En el aspecto actoral se puede destacar un muy buen Carlos Portaluppi que pareciera que tira solo de la película en todo momento, luego Osmar Núñez está muy bien en su labor y Diana Lamas que representa bien lo que su personaje padeció. Puntaje: 6/10
Lo Habrás Imaginado es un recomendado estreno argentino que este nuevo jueves de cuarentena llega a través de la plataforma cine.ar. La realizadora Chaya Miranda logra construir una película con muchos aciertos desplegando con inteligencia y sensibilidad uno de los temas que el cine nacional frecuenta muy poco, y no siempre con buenos resultados. - Publicidad - Ya desde el guión que es propio, Chaya Miranda se atreve a desarmar el entramado político, policial y judicial de la trata de niños y el abuso infantil logrando que las dos dimensiones que la película reúne, la intima y la política, logren fusionarse sin bajar linea, o sin construir un sistema de discursos prefijados. Tal vez el hecho de moverse, desde el comienzo, en el plano de las sugerencias y que el espectador tenga que ir deduciendo qué piezas encajan en ese rompecabezas en el que no todo es lo que parece, tenga mucho que ver en la fluidez narrativa que el film alcanza.Lo otro importante son los actores: sobre todo el tandem Portaluppi-Nuñez que funciona a la perfección, uno, un personaje más escondedor que el otro, y más oscuro, pero entre ambos logran momentos de diálogo realmente intensos, nunca obvios, tal vez los más atractivos. Ese investigador (Portaluppi), enamorado de una mujer asediada por sus fantasmas, se ve enfrentado a todo un sistema de poder en el que él a su vez está inscripto, logra momentos notables: como cuando llora desconsoladamente y dice que este país es una mierda. Aunque tiene momentos mas desencajados como la escena onírica entre Pasik y Lamas o algunas de las escenas sexuales del matrimonio, y algunas situaciones fueron demasiado rápidamente resueltas como el juicio, Lo habrás imaginado cuyo titulo alude a esa frase típica con la que los mayores cómplices contestan a los niños abusados, no mella el resultado general.
Se estrena comercialmente el jueves 16 de abril en Cine.Ar Trata de personas, carteles de drogas, corrupción política, traumas infantiles por abusos familiares, femicidios. Podría decirse que a Lo habrás imaginado no le falta nada. El elenco de esta película nacional que afronta la denuncia de toda una gama de delitos como puede, con un débil relato que trata de juntar todos esos temas y lo logra, pero a duras penas. Guillermo (Carlos Portaluppi) es empleado de la Cámara de Diputados y reaparece en la vida de Angel (Diana Lama) al mismo tiempo que el tío de ella, Marcolni (Mario Pasik) . La chica está perturbada y no queda claro qué le pasa, a su alrededor se desarrolla una trama bastante compleja que a los que intenten desentrañar se les va a hacer cuesta arriba y claro, tampoco para el espectador le resultará claro nada de lo que pasa. Todo llega a un juicio que sigue sin desentrañar el nudo de la cuestión y eso que ya pasó alrededor de una hora y veinte del relato, pero quedan unos diez minutos para que una fiscal explique todo en su alegato. Y lo hace. Así por suerte nos queda claro que la pedofilia y la trata y el tráfico de niños están mal. Los malos reciben el castigo y llegamos a un final aleccionador. Para resumir, lo que no se pudo ver en la película nos lo cuentan en los alegatos judiciales y con un fragmento de animación, que resulta lo mejor de todo el asunto. En fin, A lo mejor lo imaginaste es confusa y fallida, pero bien intencionada. Algo es algo. LO HABRÁS IMAGINADO Lo habrás imaginado. Argentina, 2019. Dirección y guion: Victoria Chaya Miranda. Intérpretes: Diana Lamas, Carlos Portaluppi, Osmar Nuñez, Mario Pasik, María Ibarreta, Germán de Silva y Esteban Prol. Fotografía: Sebastián Andres Gallo. Música: Lula Bertoldi. Edición: Nicolás Fedor Sulcic. Sonido: José Luis Díaz y Mariana Delgado. Duración: 88 minutos.
Trata y explotación de personas, pedofilia, femicidio: tres temas de semejante envergadura parecen demasiado para una sola película, y en el caso de Lo habrás imaginado la rebalsan. La sensación de desborde aumenta ante los parlamentos que subrayan la crítica autoral a un país «de mierda» –el nuestro– donde «nos matan nuestros pibes; nos matan nuestras mujeres; están haciendo cualquier cosa» según dice entre sollozos el personaje a cargo de Carlos Portaluppi. En su nuevo largometraje, Victoria Chaya Miranda recrea la investigación (para)estatal de una red delictiva que opera hace décadas bajo la apariencia de una exitosa ONG con sensibilidad social. A partir del seguimiento de los detectives que lideran la pesquisa, la guionista y directora revela progresivamente las artimañas financieras, políticas, familiares del artífice de la fundación en cuestión, y la identidad de su víctima principal. La redundancia señalada no sólo aparece entre los parlamentos. También se manifiesta en los personajes arquetípicos que componen –con toda la entrega posible– el mencionado Portaluppi, Osmar Núñez, Mario Pasik, Diana Lamas, Esteban Prol, Germán de Silva. El estereotipo roza la parodia en el caso de la bienuda que encarna María Ibarreta, sobre todo en las escenas donde habla francés –con mucho acento argentino– con su esposo, interpretado por Pasik. Son también evidentes el propósito de las escenas de sexo, así como la razón de los primeros planos acordados a la inexpresividad de Abril, atribulada mujer que interpreta Lamas. En sintonía con la expresión devenida en título, en Lo habrás imaginado es posible anticipar mucho de lo que sucederá. Acaso lo más disruptivo de esta propuesta sean los dibujos animados que nos retrotraen a la infancia de la mencionada Abril. Vale preguntar cuánto aportan a las revelaciones que escuchamos en el juicio contra el factotum de la corruptísima –y corruptora– Angel Love Foundation. Aunque el film aborda flagelos de innegable actualidad, las escenas típicas del género policial (duelos verbales, puteadas, golpizas, disparos, cruces de autos) lo ubican más cerca del cine argentino de los ’80 o ’90 que de thrillers contemporáneos sin precedentes, por ejemplo El otro hermano de Adrián Caetano. Según la ocasión, la música original de Lula Bertoldi aumenta o disminuye la sensación de que estamos mirando una película añeja.
Además de ser un medio perfecto para contar historias vibrantes y atractivas, el thriller también es un vehículo para tratar temas delicados. En el caso de Lo habrás imaginado, las redes de pedofilia son el punto de partida para una historia con personajes complejos y manejos turbios que alcanzan niveles insospechados. El eje está puesto en Abril (Diana Lamas), una mujer distante, que carga con un trauma de origen impreciso y no puede empatizar con quienes la rodean. Por un lado está su tío, Ángel (Mario Pasik), un político de destacada trayectoria, responsable de obras benéficas. Por otro lado aparece Guillermo Guillermo (Carlos Portaluppi), un amigo de la juventud que, junto a su colega Uribe (Osmar Nuñez), investiga el vínculo de Ángel y de otros políticos con una red de pedofolia. Será cuestión de tiempo para que Abril, con ayuda de Guillermo, comience a abrir los ojos en torno a una serie de siniestras revelaciones. La película tiene momentos de suspenso y acción, con persecuciones y tiroteos bien resueltos. Hasta hay una situación de individuos apuntándose mutuamente, como en los viejos films de John Woo. Pero lejos de apostar a un tono frenético, el foco está puesto en la intimidad de los personajes. Ya en las películas Eso que llaman amor y A oscuras, y en la serie Los pibes del puente, Victoria Chaya Miranda había indagado en la vida de seres urbanos y sus complejidades. Esta vez los muestra en su cruzada por hacer lo correcto, aun cuando la corrupción y la perversidad parecen brotar de las calles y de las residencias de primer nivel. Un ámbito donde nadie está limpio, donde no queda lugar para la pureza. Miranda vuelve a demostrar su capacidad para sacarles el jugo a los actores. Diana Lamas brinda una actuación desafiante y audaz; Abril se ve mayormente catatónica, pero suele expresar sus sentimientos mediante recursos calculados, sin caer en la sobreactuación. Carlos Portaluppi sobresale gracias a un rol que también es exigente desde lo físico y lo emocional. Tampoco dejan de ser correctos los aportes de Osmar Nuñez, Mario Pasik y Gustavo Pardi. Pasik, en especial, consigue transmitir la esencia de su personaje evitando los clichés y el trazo grueso. Aun cuando a veces las intensiones de la propuesta quedan algo subrayadas (“Qué país de mierda”, dice Guillermo dos veces en una misma escena), Lo habrás imaginado cumple de lleno con su función de thriller policial y nos recuerda las injusticias de una clase política que no conoce límites.
GÉNERO (CINEMATOGRÁFICO) E IDEOLOGÍA Una pareja de policías de moral dudosa intenta llevar a prisión a Angel y Marconi, dos políticos corruptos cuya fundación dedicada a realizar obras caritativas para niños en situación de calle resulta estar vinculada a la trata de menores. Guillermo, el protagonista, se acerca a la sobrina de uno de ellos, la cual resulta ser su ex compañera del secundario. Abril es un espectro en cámara; se pasea por los planos como ausente, desconectada de lo que ocurre a su alrededor y apática respecto de las acciones de los demás personajes. Cuando el compañero de Guillermo se mete con el negocio de narcotráfico de Marconi, la investigación da un vuelco violento. A medida que avanza el descubrimiento de los delitos políticos se revela también otro crimen de carácter íntimo. Esa es, más o menos, una sinopsis algo extendida de la nueva película de Victoria Chaya Miranda, que escribe, dirige y produce. Lo habrás imaginado se apoya fuertemente en el policial negro y el thriller psicológico: dos caras de una misma moneda que es la historia de los crímenes de dos políticos varones, ya que la película teje un entramado entre el abuso en las estructuras políticas y en las relaciones patriarcales. El sometimiento de la mujer es el reverso de la corrupción del Estado. Lo público y lo político quedan ligados como dos partes indisociables de lo mismo. El género del policial negro funciona como un lenguaje para expresar la perversión que corroe a los personajes, tanto víctimas como victimarios. Guillermo es una suerte de Philip Marlowe argento, corrompido él mismo, pero que adquiere un carácter de antihéroe en contraste con un elenco de personajes despreciables y aún más oscuros que él. La necesidad de recuperar o resumir la trama de la película proviene del hecho de que desde el guion y el montaje se decide construir el relato a base de escenas recortadas bruscamente y muchas veces carentes de un hilo conductor claro. El espectador, como Abril, avanza a través de los sucesos algo desorientado, e intenta recuperar las piezas del rompecabezas mientras reflexiona junto al protagonista acerca de si este es, efectivamente, un país de mierda. La propuesta estética se alimenta de cortes que cambian de golpe el sentido del movimiento de la cámara y apuesta por la ausencia de la estabilización de los planos, lo cual genera una sensación constante de mareo y cansancio. Existe sin duda una intención detrás de estas elecciones, pero el resultado no es óptimo. El exceso de diálogo y la ausencia de elementos expresivos que remarquen con mayor precisión esta búsqueda estética hace que el mareo del espectador no sea generador de suspenso, tensión, ahogo o inquietud, sino más bien de un hastío que aumenta a medida que pasan los minutos y surgen escenas cuya finalidad y lugar dentro de la trama son, al menos, confusos. Las actuaciones, a excepción de Carlos Portaluppi, tampoco ayudan, al no terminar de dar en esa tecla de realismo sucio que el guion exige. Es inevitable, ya que la película lo exige, hablar de feminismo. En principio, el personaje de Abril, pieza clave del largometraje, demuestra un tipo muy elemental de caracterización psicológica, plagada de clichés y lugares comunes. Pero hay otra cuestión aún más importante. La pregunta central es qué tan bien se asocian narrativamente la historia de una mujer que triunfa, al menos relativamente, sobre su pasado de maltrato a manos de varones, con la de dos policías sucios que trabajan en un sistema corrupto. Existe una intención de utilizar la cosmovisión del policial negro para representar las estructuras sociales y políticas viciadas del patriarcado. Y funciona, pero hasta cierto punto, ya que se percibe un conflicto esencial de intereses: el policial negro se ancla en la noción de una sociedad podrida y sin arreglo, y la historia feminista apunta a la necesidad y, finalmente, a cierta realización de un cambio del estatus quo. Esto hace que la película se vea obligada al mismo tiempo a sostener dos visiones contradictorias de la realidad social y política. Lo cual explica tal vez la sensación de que Lo habrás imaginado maneja, sino dos historias diferentes, dos registros que chocan y concluyen en dos finales muy distintos e incongruentes entre sí.
En medio de la pandemia del coronavirus y el cierre de cines como consecuencia, Cine.Ar dispuso su plataforma para que las productoras puedan estrenar ahí sus películas. Es así que, a partir de este jueves, se podrá conseguir on demand Lo habrás imaginado, la nueva película de Victoria Chaya Miranda. Lo habrás imaginado es un policial focalizado en la trata de niños, protagonizado por Carlos Portaluppi, Mario Pasik y Diana Lamas. Este policial con tintes políticos nos presenta a Abril (Lamas), cuya vida comienza a desmoronarse con la aparición repentina de Ángel (Pasik), su tío, y Guillermo (Portaluppi), un compañero de facultad con quien mantenía una relación muy cercana. Poco a poco se nos irán revelando los secretos que se esconden detrás de estos personajes y las verdaderas intenciones de cada uno de ellos. Guillermo, quien cuenta con un puesto muy alto en el Estado, está investigando a Ángel, dueño de una fundación que promete ayudar a las personas más vulnerables de cualquier rango etario. Dicha fundación parece tener múltiples verdades ocultas que amenazan con salir a la luz: la trata de niños, el abuso a estos y el narcotráfico (aunque este último punto se pasa completamente por alto). Si bien la película pretende ser un policial respecto a la trata de menores, la realidad es que, justamente, la parte “policial” es la que termina haciendo agua por donde se la mire. Su costado político tampoco resulta muy eficaz: deja más dudas que certezas. Lo habrás imaginado se esfuerza tanto en tocar múltiples temas (y al mismo tiempo unir cada uno de ellos) que las ideas no se terminan de cerrar. Finalmente quedan decenas de cabos sueltos. El fuerte de Lo habrás imaginado está puesto en el abuso a menores, sobre todo en los abusos que se dan en el seno familiar. Es ese punto en donde más se remarca la tensión y el drama en la película y donde más se logra captar la atención del público. Lo habrás imaginado cuenta con buenas ideas que finalmente no logran ser llevadas a cabo de una manera eficaz. Intenta abordar tantos temas que se queda a mitad de camino en cada uno. Aun así deja un importante mensaje sobre los abusos intrafamiliares y cómo son usualmente invisibilizados.
Mentira la verdad El cine de Victoria Chaya Miranda (A oscuras) es un cine que hace de la denuncia de problemáticas padecidas por mujeres su punto de origen, para impulsar, desde allí, apasionantes relatos que rompen esquemas y que son, para la mayoría, impensados para que los dirija una mujer. En Lo habrás imaginado (2019), su nueva propuesta, avanza en sus ambiciones de hacer cine de “acción”, logrando un potente thriller de denuncia que se desarrolla a partir de la historia de una mujer (Diana Lamas) que es víctima de una red de trata en la que están involucrados parte de sus vínculos más cercanos. Si en su anterior película la realizadora se animaba a desarrollar un fresco sobre la noche, en el que la prostitución y violencia eran moneda corriente, aquí ese desnudar tramas de complicidades apuntan de lleno a una familia acomodada de Buenos Aires y oscuros secretos que se esconden tras los muros de sus casas y que impactan de lleno en el personaje principal. En paralelo, Lo habrás imaginado muestra el accionar de un investigador (Carlos Portaluppi) y cómo éste se introduce en el barro de las instituciones, lugar ideal para cultivar vicios y complicidades, donde también está indirectamente afectada Abril, desnudando difíciles procedimientos para llegar a conocer la verdad. Gustavo Pardi, Mario Pasik, Esteban Prol, Osmar Núñez, Maria Ibarreña, entre otros, secundan a Lamas en diferentes roles, los que terminan por configurar un complejo entramado de personajes que intentarán ocultar -algunos y otros develar- el misterio detrás Abril y sus extraños comportamientos. Anclada en el thriller de acción, pero también el más tradicional drama procedimental, el guion de la propia Victoria Chaya Miranda, avanza con una mirada de género que refuerza su progresión narrativa, una línea que por momentos, se apoya en una tensión in crescendo, sumada a logradas escenas de acción que terminan por elevar la calidad de la propuesta. Si bien en algunas resoluciones de situaciones complejas se precipita todo, el valor de una película como Lo habrás imaginado radica en poner en evidencia mecanismos de solapamiento y redes de encubrimiento en las que muchas veces las víctimas son parte sin siquiera saberlo. Además, sin revelar detalles, el que una mujer (Susana Varela) termine por ayudarla a salir del siniestro encono en el que se encuentra, cierra la perspectiva con la que el guion revalida la fuerza femenina de la historia. A la denuncia que subyace en todo el relato se le suman escenas de una lasciva representación en las que el dolor de Abril por entender aquello que la ha inmovilizado durante años se expresa en acercamientos detestables por parte de su tío (Pasik). La directora se detiene en eso, pero sin regodearse, evidenciando con esto una situación que se repite en miles de grupos familiares de aquí y de todo el mundo más allá de la ficción. A la solidez interpretativa de Lamas, el oficio de Portaluppi, Nuñez y Pasik, como también de gran parte del elenco secundario, se le suman escenas de acción filmadas con pericia, como así también un cuidado diseño de arte que eleva el desarrollo de la historia de manera ampulosa y potente. Lo habrás imaginado es tal vez el primer ejemplo de cine de género, en este caso thriller de acción, dirigido por una mujer que pisa fuerte en una industria que salvo contadas excepciones (Tamae Garateguy, Natalia Meta, Camila Toker) prefiere seguir ofreciéndole a las realizadoras propuestas románticas y pasatistas, biopics, o dramas de bajo coste e intimistas, para ejercer su profesión, reservando el cine de “acción” a los hombres.
Otro rompecabezas decepcionante. Una fiesta de fin de año en casa de Abril (Diana Lamas) y su marido significa una buena oportunidad para que Guillermo (Carlos Portaluppi), un investigador del estado, intente atrapar a Ángel (Mario Pasik), el tío de Abril. Este es un hombre poderoso con fuertes vínculos con el narcotráfico y la política y conocido popularmente por su trabajo de beneficencia. La búsqueda de Guillermo junto con su equipo de investigación se centra en probar cómo Ángel utiliza su fundación como pantalla para traficar menores de edad. La propuesta de esta película dirigida por Victoria Chaya Miranda se destaca por querer abarcar temas sobre corrupción política, red de trata, servicios de inteligencia, violencia de género, y operaciones mafiosas; todas estas mal llevadas por un guion apático que demuestra el vacío narrativo que se esconde en cada diálogo. Lo habrás imaginado es un film que en ningún momento, salvo los primeros segundos del film, logra generar interés. No lo consigue en el comienzo, no lo consigue en el segundo acto, y mucho menos lo consigue llegando al desenlace. Estamos frente a una historia plagada de incógnitas que busca de manera estereotipada, tosca y sin cuidado, generar tensión y suspenso. No solo no lo consigue, sino que convierte a la película en algo confuso y artificial. Y digo confuso y artificial no porque esté negando la existencia de las atrocidades que se mencionan en la película, las cuales son varias, sino porque tanto la puesta en escena, junto con el guion y el montaje, se encargan de destruir la fluidez narrativa necesaria para que pueda funcionar cualquier argumento que esta decida proponer. Si bien la película toma una postura bastante crítica sobre el funcionamiento de la justicia y el accionar que tienen los funcionarios del estado, no consigue de ninguna manera que estos tópicos puedan desarrollarse en buena forma; ya que todas estas conversaciones se llevan a cabo dentro de alguna locación pobre, o en algún que otro escritorio. La película se concentra tanto en las obviedades que deja de lado la importancia de una buena narración o una buena puesta en escena. No hay originalidad en ningún momento, los diálogos son imposibles y acartonados, los personajes no poseen ninguna motivación alguna. No hay nada. Lo peor llega cuando, en una escena final, se intenta representar el abuso sexual de una menor mediante una animación 2D completamente descolocada; y no es el recurso lo que molesta, sino la manera en la cual está empleado. Lo habrás imaginado es una película que no posee sentido alguno, por más que su propósito sea visibilizar la terrible realidad que habita en nuestra sociedad. No siembra interés, no desarrolla a los personajes, la trama jamás funciona. El intento de construir algo osado y complejo termina derivando en un producto malogrado y confuso por donde se lo mire.
El peligro se presenta en la vida de Abril (Diana Lamas), cuando reaparecen su tío Ángel (Mario Pasik) y su gran amigo de la adolescencia Guille (Carlos Portaluppi), en vísperas de las fiestas de fin de año. Ambas apariciones esconden estrecha relación con una investigación judicial acerca de oscuros secretos de la familia de Abril, que deberá entonces encontrarse con la inevitable trama política que esconden sus vínculos. Una batalla entre la justicia y el poder demostrará que la trata de niños es un poderoso negocio internacional con demasiados cómplices y poco culpables. El cine negro se nutre de la literatura noir, reformulando aquí las bases de un género ultra transitado, con mayor o menor suerte dentro de nuestro terreno nacional. Este policial, un tanto esquemático a la hora de caracterizar a situaciones y personajes que abundan en lugares comunes genéricos, nos muestra a la directora Victoria Chaya Miranda desenvolviéndose hábilmente a la hora de manejar los hilos de tensión. El relato pretende mostrarnos que es aquello que sucede bajo los estamentos de la justicia, acaso la oscuridad en donde se desarrolla se corresponde con los sombríos espacios en donde transcurre el mismo, en permanente puesta en evidencia de una realidad que vive en el silencio -como en tantos estamentos de nuestras instituciones-, dejando librada a la imaginación parte de esta verdad acallada. Qué se imagina de aquello que no se verbaliza acerca del abuso infantil quedará a juicio del espectador. Aún con previsibilidad, la eterna búsqueda de justicia colocará en el centro de la historia a personajes que se mueve al margen de la ley, enfermizos y atestados de corrupción. La construcción de personajes a través del dialogo y la acción apela a un elenco de notables intérpretes (Mario Pasik, Osmar Nuñez, Diana Lamas y Carlos Portaluppi) para denunciar los ojos ciegos de la justicia, y también del ámbito familiar. Un cine de denuncia que expone aristas del poder que ocultan bajo impune accionar, perpetrando la corrupción que avala sus prácticas.
APARENTES REVELACIONES Artículos de diarios, un celular, restos de basura, fotos, documentos y expedientes conviven al costado de un camino solitario y húmedo, como si hubiesen sido borrados del mundo o, peor aún, como si jamás hubiesen existido. Una serie de elementos que parecen, a primera vista, inconexos pero que la cámara se encarga de vincular a través del deslizamiento pausado y detenido. Pronto, Victoria Chaya Miranda evidencia la clave de lectura, donde lo no dicho conduce la trama, los datos se muestran escindidos y los personajes se manifiestan mediante gestos, escasos diálogos y procesos internos. Todos los fragmentos se disponen como componentes oscuros de un rompecabezas audiovisual que pretende (re) construirse con la ayuda del espectador; sin embargo, acaba por traicionar su propia lógica. En principio, porque los códigos, recursos y temas nunca terminan de explotarse. El excesivo afán por demostrar que todo acto político es personal atenta contra el desarrollo narrativo restándole importancia a la historia y volviendo ligeros o, incluso triviales, los conceptos y acciones que pretende denunciar. La investigación que confirma los vínculos entre empresarios y gobernantes con una red de trata de niños y pedofilia se reduce a una simple excusa, a frases reiterativas que abrazan una suerte de utopía imposible de derribar en medio de la corrupción y de un sistema tan omnipotente que atrae hasta a aquellos que parecen imbatibles. Mientras que se desdibuja por completo el rol de las familias como primer engranaje del circuito ya sea porque originan los abusos, los permiten o, de manera indirecta, actúan como las falsas promesas con las que atrapan a los chicos. En consecuencia, Lo habrás imaginado se desliga de esa cámara lenta del comienzo, de la mirada que analiza y del cuestionamiento permanente hacia las huellas que surgen. Por el contrario, presenta una sucesión de hechos que adquieren escasa repercusión y, enseguida, se olvidan imposibilitando cualquier tipo de toma de consciencia o debate social. Tal es el caso del femicidio que sacude brevemente el curso de las pesquisas y se evapora, a pesar de los vagos intentos de conferirle un valor mayor. Como bien comenta Guillermo en una escena sobre los carteles de drogas, ellos sólo deben concentrarse en los niños y no perseguir otras puntas. Los personajes tampoco despliegan plenamente las capas que configuran sus procesos internos, sensaciones, estados de ánimo o la carga del pasado. Por momentos se mueven por inercia vaciados de sentido; por otros permanecen en una suerte de limbo entre aquello que pretenden mostrar y lo que expresan, entre quienes creen que son y la manera en que se habitan el mundo. Ángel y Abril son los ejemplos más paradójicos. El primero no puede apropiarse por completo de su poder público y privado, más allá de reconocer que existe y de un breve montaje que lo corrobora. Se desplaza lánguido, como si pidiera permiso para exteriorizar semejante autoridad. ¿Dónde reside la supremacía? ¿Cómo intervienen esos desdoblamientos entre la vida íntima y la figura exitosa? Abril se mantiene tímida y monótona hasta desvanecerse totalmente. Si bien al inicio se pueden establecer algunos puntos de contacto con Alejandra Ferro de la serie televisiva Vidas Robadas puesto que ambas son sometidas mediante estupefacientes para olvidar rostros e información sobre altos mandos de las redes de tráfico –de niños, en un caso; de mujeres, en el otro–, éstos desaparecen debido a los diferentes abordajes. Ferro atraviesa numerosos picos hasta emprender la recuperación con ayuda psiquiátrica que la vuelven dueña de sí otra vez; Abril nunca transita crisis, más allá de una leve ocasión. Repite conductas autodestructivas, desconfía de los demás y calla pero no entran en juego mecanismos que restituyan la distancia entre sus pensamientos y el trauma. ¿Cómo puede exhibir matices si permanece uniforme? ¿Cuál es la finalidad de sugerir que todo es una ilusión si no se pone en tela de juicio que haya existido un tormento previo? Mientras que la repentina animación que pretende cumplir esa tarea, no hace más que ampliar la brecha ya que opera como una barrera más que media el vínculo, en lugar de habilitar un contacto directo entre mujer y experiencia hasta el punto de bloqueárselo también al público. En contrapartida, la directora trabaja con suma eficacia la puesta en escena de la casa de la joven y la suerte de fábrica abandonada que funciona como cuartel. El juego entre la amplitud de los ambientes frente a la luz natural o penumbra, los encuadres y la ausencia de detalles personalizados le otorgan la identidad de no lugares, donde oscilan las condiciones de posibilidad entre espacios comunes, emplazamientos creados por la mente o sitios fehacientemente habitados por ellos. Una propuesta que no sólo interactúa con el título, sino también repone los primigenios lazos sobre la lectura del filme. Invitaciones que reclaman miradas atentas y seguimientos analíticos para cuestionar aquello que aparece en pantalla y otorgarle, por fin, la visibilidad y el debate que se merecen. Por Brenda Caletti @117Brenn
Victoria Chaya Miranda como realizadora y guionista se desafía con un policial negro donde los ingredientes de corrupción, tráfico de niños, tráfico de órganos, violencia y violación le dan un tinte siniestro que se adivina enquistado en la realidad . Una mujer en el centro del argumento, una adulta con un pasado que tarda en surgir, que se debate entre un tío “adorado” y un amigo de la adolescencia que le insiste con la necesidad de su declaración ante la justicia. Un pedido difícil para una mujer que tiene distorsionada su realidad por secretos familiares terribles que la obligaron a guardar. Con buena intención el punto débil es el guión, confuso por momentos y luego muy discursivo al final. Sin embargo eso no invalida un filme que tiene a su favor un elenco de gente notable y entregada como Carlos Portaluppi, Osmar Nuñez, Mario Pasik, María Ibarreta y una notable y magnética Diana Lamas. El lenguaje cinematográfico es potente, bien logrado, buena fotografía y varios momentos con climas muy bien resueltos.