Vivitos y rockeando Pearl Jam estuvo por unas horas en Toronto para acompañar el estreno mundial de Twenty, trabajo de Cameron Crowe (Vida de solteros, Casi famosos, Jerry Maguire: amor y desafío) que recorre en 120 minutos las dos décadas de trayectoria de la banda liderada por Eddie Vedder y, de paso, para tocar en el Air Canada Center durante dos noches (también acompañaron a su amigo Neil Young en la proyección del documental de Jonathan Demme Neil Young Life). De Pearl Jam se sabe (casi) todo, pero Crowe tuvo acceso a 30.000 horas de música e imágenes, a más de 1.200 horas de material de archivo inédito (incluido muchos VHS de los primeros tiempos), y a largas entrevistas con sus integrantes para, así, conocer detalles de la larga, fecunda y contradictoria historia del grupo y sumergirse en la intimidad del proceso creativo y de las relaciones humanas entre estos cuatro amigos para los que el tiempo parece no pasar nunca. De Crowe se podía esperar una narración cuidada y potente, así como un know-how y un respeto (casi reverencial) por el grupo, pero Twenty está por encima de la media de los rockumentales de tributo / celebración como es en este caso. El film arranca reconstruyendo la historia de las bandas que antecedieron a Pearl Jam (Mother Love Bone, Temple of the Dog) y luego describe la escena social y nocturna de Seattle que derivaría en el movimiento grunge (con PJ, Nirvana, Soundgarden, Stone Temple Pilots, Alice in Chains, Blind Melon y Mudhoney a la cabeza). Crowe (quien fue firma estrella de la revista Rolling Stone y se radicó en Seattle durante aquella explosiva época para filmar allí Vida de solteros, "la" película grunge y retrato de la Generación X) recorre en distintos momentos las influencias musicales (el punk, The Who, los Clash) y de las otras (David Lynch, el surf, el skate, el básquet); el unplugged de MTV que los hizo masivos y su posterior distanciamiento con esa cadena; su explosión que los llevó de clubes a arenas y de arenas a estadios; sus shows en el festival Lollapalooza; el golpe por la muerte de Cobain en 1994; la famosa tapa en la revista Time; las adicciones varias y la rebeldía; el conflicto legal con Ticketmaster; sus ataques al "circo" del rock y su mala relación con los medios, las corporaciones y las discográficas; su admiración y trabajo conjunto con el "profeta" Neil Young; su desaire en los premios Grammy ("no significa nada", dijo Vedder sobre el escenario) hasta llegar a la crisis de fines de los '90 y la catástrofe (9 muertos durante un concierto en el festival danés de Roskille) que en 2000 casi termina con la banda. La segunda mitad tiene que ver con la caída en la popularidad (casi buscada por ellos con la idea de "controlar el límite de tu propio negocio"), su independentismo a ultranza (dejaron de lado a las discográficas), sus ataques a la administración Bush, sus conciertos benéficos por causas nobles (desde la liberación del Tíbet hasta la campaña pro-voto) y su vigencia, ya instalados en el lugar de clásicos. El final, claro, no podía ser con otro tema que con Alive. Porque los Pearl Jam están más vivos que nunca. Para ellos -a pesar de todo- 20 años no es nada.
Cameron Crowe volvió a su primer amor. Me refiero, por supuesto, al rock and roll. Mucho antes de convertirse en director de cine Cameron trascendió como periodista en la revista Rolling Stone, donde se destacó por la particular cobertura que hizo de los tours de grandes artistas como Led Zeppelin, los Allman Brothers, Rory Gallagher y los Eagles entre tantos otros. Esa etapa de su vida la retrató muy bien en el film Casi famosos, que estuvo inspirada por situaciones que vivió en su carrera como periodista. Pearl Jam Twenty es un típico trabajo periodístico de Crowe con la particularidad que fue desarrollado en un medio audiovisual. Si te ponés a leer las notas que hizo el director en el pasado (disponibles en su página web) vas a descubrir que su manera de abordar este film es muy parecida a lo que hacía en la gráfica. No es necesario ser un ultra fanático de Pearl Jam para poder disfrutar este gran documental. Cualquiera que ame la música, especialmente el rock, va a saber apreciar, este film que narra la historia de una de las bandas más trascendentes de las últimas décadas. Crowe no deja nada librado al azar y cubrió todo los aspectos claves e importantes retratando los altos y bajos de la banda a lo largo de 20 años. Desde los orígenes de Mother Love Bone, el grupo que integraron previamente los músicos de Pearl Jam, hasta el meteórico ascenso a la fama, el famoso conflicto con Ticketmaster y la tragedia del Festival Roskilde en Dinamarca, en el 2000, donde murieron nueves fans en un accidente durante un show. Uno de los aspectos más fascinantes de la película es el increíble material inédito de archivo que el director recopiló de distintas fuentes. Hoy si Pearl Jam brinda un concierto en Suiza al día siguiente uno puede ver fragmentos del show por You Tube que suben los propios espectadores. En los ´90 esto era imposible y el material visual al que uno podía acceder de todo lo que fue la movida del grunge en Seattle la recibías a través de los videos clips o imágenes que trasmitían los canales de música. Pearl Jam Twenty, además de narrar la historia de estos músicos, la primera parte del film brinda un gran retrato de todo lo que fue esa movida musical nueva que surgió en los ´90, donde se destacaron bandas como Nirvana, Soundgarden, Alice in Chains y Green River entre tantas otras. Todas esas imágenes del backstage de esos primeros shows de Eddie Veder y sus compañeros y la camaradería que tenían con las otras bandas es fantástico y hoy tiene un valor impresionante. Por ejemplo, hay un momento fabuloso donde se recuerda la fiesta de promoción de la película de Cameron Crowe, Singles, donde tocó Pearl Jam, con los miembros totalmente escabiados que terminó en un descontrol absoluto. En los ´90 era imposible acceder a ese tipo de material que hoy es todo un tesoro de archivo. Crowe a lo largo del film también se toma un momento para conocer la historia personal detrás de cada integrante, sin dejar de lado el presente, que es otro aspecto de esta película sumamente interesante. La madurez y evolución de Pearl Jam a lo largo de su historia es notable y al escuchar el testimonio de los artistas, uno entienden cómo lograron sobrevivir tantos años en el medio y llegar con su arte a distintas culturas del mundo. El montaje final con el que cierra el documental, donde el director fusiona el pasado y presente de la banda es muy emocionante y cuando la película termina uno no puede dejar de estar agradecido porque este tipo estuvo a cargo de la realización. Para los fans de Pearl Jam (y también de Cameron Crowe) este estreno es una cita obligada en el cine.
"Son," She said, "Have I got a little story for you...” La historia de varias bandas empieza con un “En Seattle a finales de los años ochenta unos chicos que tocaban en garajes”, de hecho Pearl Jam Twenty es el segundo documental que se estrena en el año que empieza en la misma escena musical. Pero acaso que esta banda sea solo una entre varias bandas únicas que surgieron en el mismo tiempo y en el mimo lugar, no lo hace menos interesante. Si hay que llamarlo de alguna forma, coincidencia no es la primera palabra que se me ocurre, es privilegio, el del oyente. Privilegiados nosotros por poder ser parte de la que posiblemente haya sido la última gran revolución del rock, privilegiados porque la amistad que hubo entre esas grandes bandas , permitió un ida y vuelta entre los músicos y los espectadores, sin precedentes, y Cameron Crowe esto lo supo todo el tiempo, y vaya si lo aprovecho. Crowe era ese periodista musical que ya nos retrató con el William Miller de Casi Famosos. Cuando llegó a Seattle y conoció a varios de los músicos que podemos ver en documental. La historia de la banda es, en parte, su historia. No se trata solo acerca de ¿Quién o Qué es Pearl Jam? Se trata de una búsqueda artística, de una visión del Como se debe hacer el arte y está claro que un escritor y director de cine que se embebió en esa escena artística pueda, no solo entenderlos sino compartir parte de esa ideología; y, por supuesto, capturarla en forma cinematográfica. La historia de Eddie Vedder, Stone Gossard, Mike McCready, Jeff Ament y Matt Cameron comienza con Mother Love Bone, una banda que Gossard y Ament formaron en los ochenta y que conoció su final cuando su cantante Andy Wood murió a consecuencia de una sobredosis. Pero tiempo después se abrirían dos nuevas puertas, por un lado Jeff y Stone decidirían formar una nueva banda, y por el otro el compañero de departamento de Andy, un tal Chris Cornell, se contactaría con ellos para hacer un disco homenaje a al amigo que tenían en común. Si bien Cornell solo sería parte de ese proyecto que se llamó Temple of the Dog, de la unión de esos dos caminos surge el Pearl Jam que conocemos hoy. Crowe sostiene la película a partir de la rica historia personal que tienen los miembros de la banda entre sí. En los 20 años de la banda vivieron muchas cosas y el impacto que tuvieron en ellos, forjó una amistad y un espacio creativo muy particular. Se vale de material de archivo que sorprende por su variedad y calidad, no en cuanto a la belleza de la imagen, sino al contenido del mismo, de testmonios de fans y allegados a la banda, recitales, audio de demos, entrevistas a los integrantes de la banda, todo para acercarnos a eso que es Pearl Jam. Al final de cuentas, la búsqueda artística es lo que hizo que la banda tuviera una respuesta “¿Por qué seguimos tocando?”, pero la amistad es el pegamento que los mantuvo unidos ante tantas tragedias por las cuales tuvieron que pasar. No solo es la música, es lo humano. Pearl Jam es una agrupación de personas excepcionales que hacen música, porque lo sienten, porque es su pasión y su vocación, y son buenos en lo que hacen, y aunque no lo fueran, lo harían igual. No cabe la menor duda de eso. El documental nace de esa premisa, y lo sumerge al espectador en esa comunidad, y nos permite entender, quienes son y porque hacen lo que hacen, aunque sea por un rato. Aquel que seguidor de Pearl Jam, tendrá la suerte de poder dialogar con el film desde otro lugar, hay claramente una conversación entre la música y lo que pasa en la pantalla. Una de las cosas más maravillosas de los documentales es la posibilidad de llevar nuestra historia personal con el objeto del documental y ponerlo en la mesa a la hora de ver la obra. Pero la realidad es que aún aquel que no conoce a la banda puede sentarse y pasar un gran momento. Las grandes historias son así, te atrapan quieras o no, y en este caso lo dejan a uno deseoso de más, y agradeciendo que Pearl Jam, pueda decir I’m still alive.
Sobre la permanencia en el tiempo Si existe un ítem que históricamente ha caracterizado a los debates alrededor de Pearl Jam es el de la calidad musical de la experiencia en sí: sin dudas durante las últimas dos décadas la banda de Seattle dio innumerables muestras de su fuerza en vivo pero a decir verdad siempre quedó flotando aquel comentario de Kurt Cobain de principios de los `90 en el que los denigraba tildándolos de ser una “versión grunge” de Led Zeppelin. Muy lejana la coyuntura y considerando la escena rockera contemporánea, atrapada en lo que podríamos definir como una “retromanía aguda”, ya poco importa si la agrupación en su momento de despegue fue la más clasicista, en términos concretos hoy constituye una propuesta valiosa. Frente a un documental tan satisfactorio como el presente a uno le resulta casi imposible esquivar el aluvión de recuerdos de aquellos años dorados de la adolescencia, última etapa masiva del rock como movimiento contracultural capaz de moldear imaginarios sociales autónomos (específicamente hablamos de un random existencial que incluye descubrir por primera vez el video de Jeremy y/ o encontrarse con una infinidad de “piratas oficiales” en las bateas de la Tower Records). Por supuesto que no podía ser otro que Cameron Crowe el encargado de dar forma a la antología: el director de Jerry Maguire (1996) y Casi Famosos (Almost Famous, 2000) los conoce desde antes de su cameo en Solteros (Singles, 1992). El trabajo del californiano repasa toda la historia del grupo y recopila una enorme cantidad de material inédito de la más variada naturaleza y obtenido de múltiples fuentes: así se van acumulando cronológicamente entrevistas originales, grabaciones caseras, shows a lo ancho del globo, intimidades hogareñas, reseñas de la época, presentaciones televisivas, detalles de backstage, testimonios desconocidos y muchísimas imágenes que registran los sucesivos puntos de inflexión. De hecho, el cineasta ofrece una primera mitad vertiginosa acorde con el éxito abrumador de Ten para luego bajar las revoluciones con una segunda parte más serena, en sintonía con el retrato de la permanencia en cuestión, tan inusual por estos días. Prácticamente no ha quedado tópico afuera, estamos ante un análisis exhaustivo de aquel ascenso meteórico, la dinámica interna, el carisma de Eddie Vedder, sus reiterados ataques a MTV, el boicot a Ticketmaster, los conciertos autogestionados, la excelente relación con sus colegas de Soundgarden, las colaboraciones con Neil Young, la mítica de sus recitales, los cambios de integrantes, la temática de las letras, las disputas eventuales, la decisión de no repetir demasiadas canciones en las giras, la tragedia en Dinamarca durante el Festival Roskilde, el amor de los fanáticos, sus numerosos choques con la industria discográfica, el activismo socio- político y su oposición tajante a la administración de George W. Bush. Crowe utiliza con sabiduría toda la parafernalia hollywoodense a su alcance para construir un rockumental extremadamente completo que a pesar de contar con el beneplácito de la banda nunca cae en los típicos ejercicios de indulgencia de los macro actos mainstream. Siguiendo la línea señalada por obras recientes como las extraordinarias End of the Century (2003) acerca de los Ramones o Amazing Journey (2007) sobre The Who, Pearl Jam Twenty (2011) equivale al sueño glorioso de un entusiasta de la música en general: bien podemos leer a estos muchachos como la metáfora perfecta del trayecto que va desde el glam berreta de los `80 -símil Mother Love Bone- hasta el grunge de la constitución final…
La Banda está "Alive" PJ 20 o Pearl Jam Twenty es un muy buen pantallazo de la historia de una de las bandas de rock más grosa de todos los tiempos. El documental está dirigido por el gran Cameron Crowe, escritor y director talentoso responsable de algunos films como "Almost Famous" (Kate Hudson, Billy Crudup), "Jerry Maguire" (Tom Cruise) y "Elizabethtown" (Kirsten Dunst, Orlando Bloom). Para empezar, es una buena historia ya sea uno fan o no de Pearl Jam, sirve para conocer cómo se formó la banda, quienes la conformaron y que hechos los llevaron a ser lo que representan hoy en día para muchas generaciones del rock. Quizás el problema en este sentido sea que no se profundiza mucho en detalles que podrían haber sido interesantes para los espectadores, limitándose más a lo descriptivo de los acontecimientos y al endiose de los miembros de Pearl Jam. Poco se amplia sobre los conflictos internos (diferencias entre los miembros) y externos (de credibilidad como representantes originales del Grunge), aunque es entendible para que el producto final no sea de 3 horas de duración. Se puede ver el comportamiento rockero de la banda y las demás bandas de la escena, se puede apreciar el talento musical que tiene como materia prima la ciudad de Seattle y también se puede conocer más de ese especímen tan raro y genial que es Eddie Vedder. Crowe claramente hace un tributo a la música, 1er amor que lo llevó a estar cerca de leyendas del rock como Bob Dylan, Neil Young, David Bowie y por supuesto Eddie. El tipo está en su salsa y muy cómodo en este tipo de documentales, ofreciendo material interesante e inédito que está editado de manera muy inteligente y atractivo, evitando que el público se aburra. Una propuesta que llega en un buen momento, en el que se está experimentando un auge a nivel documental y de recitales en vivo impulsado por el 3D con propuestas como Pina, Carmen, Phil Collins, Glee y más. Aunque este producto no está en esta ola del 3D (cosa que agradezco), conforma una perlita documental del rock que un fan de Pearl Jam y la música no debería desestimar.