Un homenaje con más entusiasmo que logros Fallido análisis de la influencia de Sarmiento Repasar cinematográficamente la vida y la obra de Domingo Faustino Sarmiento no es, en verdad, una tarea fácil. El director Pepe de la Colina intentó en este film, con más entusiasmo que logros, rescatar el perfil sarmientino a través de una historia en la que el pasado se entrelaza con la actualidad en la figura de una maestra sanjuanina, a la que la directora de su escuela le encomienda organizar un acto para recordar al prócer. Ella intentará por todos los medios que ese homenaje sea inolvidable y así se dará a la tarea de investigar los detalles públicos y privados de Sarmiento, mientras mediante flashbacks, la figura de ese hombre público se muestra en diversas circunstancias. Pero la trama se enreda entre esa maestra dispuesta a cumplir con su misión y algunas de las diversas alternativas de la existencia de Sarmiento, que pasan por su labor de minero, de despachante de almacén, de escritor, de periodista, de sus encuentros con Facundo Quiroga y de su exilio. Rodada íntegramente en San Juan y en San Luis con actores de esas provincias, el film va decayendo en su ritmo hasta llegar a un final que pretende, discursivamente y de manera bastante ingenua, resaltar la obra de Sarmiento. La vida y la obra de este personaje ya había transitado por la pantalla nacional en 1944 a través de Su mejor alumno , que dirigida por Lucas Demare tuvo en Enrique Muiño a un notable actor que supo darle la necesaria fuerza a la figura del prócer. Aquí, en cambio, todo es demasiado infantil y carente de contenido dramático, a lo que se suma un elenco de baja calidad expresiva. El Sarmiento que encarna Boy Segovia nunca logra su propósito de conmover, a lo que se suman diálogos que pretenden la elocuencia pero que son, en definitiva, trazos casi caricaturescos de la existencia del protagonista.
“Sarmiento, un acto inolvidable”, película sanjuanina estrenada en Cuyo en agosto de 2009 y ya vista por 30.000 espectadores, se estrenó en Buenos Aires, exhibiendo lo que su realizador Pepe de la Colina presentó como “una propuesta que busca hacer equilibrio entre las posiciones demasiado extremistas que genera la figura y la obra de Sarmiento”. “Por ahí nosotros hemos idolatrado mucho a Sarmiento y los porteños lo denostan demasiado, así que en esta película intentamos balancear ambas miradas”, argumentó De la Colina. El cineasta de 52 años que lleva tres décadas de actividad audiovisual, consideró que a la hora de encarar su demorada ópera prima “me pareció que había que hacer un Sarmiento distinto”. Pepe indicó que para el filme que desata su trama a partir de un acto escolar por el aniversario de quien fuera presidente de la Nación entre 1868 y 1874, “tuve la idea de hacer un Sarmiento más humano y quizá más simple”. De la Colina sostuvo que el disparador del filme “comenzó cuando me pregunté qué pasaría si Sarmiento estuviera mirando por la ventana un acto escolar en su homenaje”. Para el realizador, que se inició en el cine como “meritorio del segundo ayudante” para el filme “Difunta Correa” (1975), de Hugo Reynaldo Mattar, el hecho de llevar a Sarmiento a la pantalla grande “era una deuda pendiente”. “Salvo la película donde Enrique Muiño hizo de Sarmiento (por ‘Su mejor alumno‘, de Lucas Demare, de 1944) -apuntó-, el cine pasó por alto a este prócer y personaje”. Con tono coloquial, admirativo y cariñoso, pero sin pasar por alto los cuestionamientos que completan la figura del sanjuanino nacido en 1811, que murió 77 años más tarde en Paraguay, la trama transcurre en el presente pero apela a escenas de época que muestran aspectos de la vida y de la acción de Sarmiento. Para alcanzar este logrado prodigio, “Sarmiento, un acto inolvidable” necesitó de un equipo de trabajo de 450 integrantes entre personal técnico y actores. En semejante grupo destacan las actuaciones de un elenco integrado por Boy Segovia, Viviana Moya, Katy Moya, Federica Mariconda, Antonio De Tommaso, Ricardo Sáenz, Manuel Cardozo, Mabel de Arrascaeta, Martín Graffigna Palomba, Willy Riveros, Rosita Molina y Gabriel Yudewitz. La cuidada textura de la obra apela a la utilización del sistema Blu-Ray de alta definición que por primera vez se aplica en la Argentina, que brinda una calidad seis veces superior que un video común por el que en muchos países se ha sustituido el 35mm. A pesar de todos estos avances tecnológico “Sarmiento, un acto inolvidable” se convierte en un acto olvidable. Otro intento fallido de nuestra historia llevada al cine.
El innegable gran educador, hombre de estado y escritor tiene en este film un protagonismo especial, ya que la propuesta fundamental de Sarmiento, un acto inolvidable es poner en primer plano su relevancia como figura histórica de la patria. Reconocido por los progresos que llevo adelante en el campo educativo, el autor de Facundo o Civilización y barbarie es sin dudas un prócer controvertido, más por sus ideas que por su obra. Es precisamente lo que el director sanjuanino Pepe De La Colina pone en el tapete en su film, apelando a diversos recursos expresivos en los que alterna situaciones del presente con otras de la historia sarmientina combinadas con un toque fantástico. Elementos que conviven en una trama en la que una maestra, encargada de la realización de un acto alusivo, recibirá una fantasmal sorpresa, a la que se suma una módica vuelta de tuerca en el final. El afán reivindicatorio del director se hace ostensible a través de un profesor de historia que cuestiona severa y maniqueamente a Sarmiento, por cuanto, más que homenajearlo sin retaceos, De La Colina cae en un discurso enfático y por momentos burdo que no favorece sus objetivos. La discreta labor del elenco tampoco ayuda, pero de todos modos el esfuerzo puesto en juego en la ambientación y algunas ideas pueden atraer a quienes se interesen en nuestra historia.