Nuevos desafíos, nuevos escenarios, nuevos covers de reconocidas canciones, y misma fórmula… ¿se repite la calidad de su predecesora? Aquí se los contamos.
En el año 2016, el estudio Illumination Entertainment, el cual estrenó películas como «Mi villano favorito» (2010), «Minions» (2015), «El Grinch» (2018), entre otros largometrajes animados, nos trajo «Sing», centrada en el personaje de Buster Moon, un koala dueño de un teatro sin mucho éxito. Un día decide realizar un concurso de talentos para producir un show y poder sobrellevar los problemas económicos del establecimiento. Ante un error de su secretaria, Miss Crawly, quien realiza el letrero del premio con un monto de dinero mucho mayor al que puede pagar el empresario, la convocatoria es muy grande y comienzan a llegar los personajes que formarán parte de la película, como Rosita, Ash, Johnny, Meena, todos talentosos animales con voces destacadas. El protagonista tendrá muchos problemas para mantener en pie su teatro, y así se generarán diversos conflictos. Ahora, años después, en esta nueva oportunidad de reencontrarnos con estos simpáticos personajes, el elenco en el nuevo teatro logra un gran éxito, con salas llenas todos los días. Todo parece marchar bien hasta que el grupo recibe la visita de una productora que abandona la función sin ver el final de la obra, y le afirma a Buster Moon que no son suficientemente buenos para que los produzca el poderoso Mr. Crystal, un nuevo personaje que será el malvado de la película. Esto despierta el enojo del protagonista quien, a pesar de ser rechazado, se dirige a la fabulosa ciudad Redshore, donde se encuentra la compañía del empresario, para presentar su show. Con este nuevo personaje interesante, ya que agrega a la trama el funcionamiento de la industria del entretenimiento, el grupo formado por estos talentosos animales lucharán para poder armar un gran show para sorprender tanto a Mr. Crystal como al público. En esta entrega, la película ya no se centra en los problemas personales de cada uno de los animales protagonistas (como la historia de Johnny, por ejemplo) sino que se focaliza en esta aventura grupal para lograr una obra espectacular. Con esta excusa, la película arma escenarios que se destacan visualmente, donde el show musical es el principal protagonista. «Sing 2», además de continuar con el mismo director que en la entrega anterior, Garth Jennings, también lo hace con las voces originales de famosos actores como Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Scarlett Johansson, Taron Egerton, entre otros, mientras que el doblaje es realizado por Benny Ibarra, Hanna y Ashley de Ha*Ash, Roger González, María Eugenia Suárez, Chayanne, entre otros artistas. Asimismo, se interpretan reconocidas canciones de diferentes cantantes y bandas, una de ellas es U2, ya que Bono es la voz de uno de los nuevos personajes, el león Clay Calloway, quien interpreta junto a Ash (Scarlett Johansson) la canción «I Still Haven’t Found What I’m Looking For». En resumen, «Sing 2» es una película entretenida que continúa con las aventuras de este grupo de animales artistas, no centrándose en sus problemas personales, como en la película anterior, sino en la preocupación grupal por realizar un gran show, de esta manera veremos escenarios y números musicales que se destacan visualmente, además de interpretar canciones que el público reconocerá, y permitirá que la película sea disfrutada tanto por grandes como por chicos.
“Sing 2: ¡Ven y Canta de Nuevo!” Crítica. Entretenimiento para toda la familia La secuela del film de 2016 trae una historia más ambiciosa y con muy buenas canciones Maria Paula Iranzo Hace 14 horas 0 14 Desde que las películas animadas entendieron que los grandes llevan a los chicos al cine, que se disfrutan de otra manera. Este es el caso de Sing 2: ¡Ven y canta de nuevo!, secuela del film animado de 2016, es uno de los estrenos de la semana del 6 de enero. Vuelven todos los entrañables personajes que hicieron reír a los espectadores grandes y chicos El koala Buster Moon siempre aspira a más, y con la chance de poder montar un novedoso musical en Redshore City (una especie de Las Vegas), no sólo debe convencer al dueño de Crystal Entertainment, el despiadado lobo Jimmy Crystal, sino también a una leyenda de la música, el león Clay Calloway, quien está recluido en su casa desde hace años. ¿Podrán Buster, Meena, Ash, Rosita, Johnny y Gunther superar sus obstáculos y lograr el show que desean hacer? Aunque la propuesta esta vez intenta ser más ambiciosa que la anterior, lamentablemente no logra el impacto que tuvo la original hace un par de años. Sin embargo, la historia junto a los gags y las canciones, garantizan la diversión de grandes y chicos. Clay Calloway, personaje nuevo de la historia, con Ash La cultura musical de Sing 2 es algo para celebrar, ya que cuenta con música de Billie Eilish, Taylor Swift, Korn, Elton John, U2 y más. Es poner Spotify en aleatorio y dejarla estar. Con respecto a la animación, no deja de sorprender el mundo creado y pensado para este film, es divertidísimo. Un gran punto a favor de Illumination Studios, los mismos de quienes crearon a los tan ponderados Minions. En resumen, aunque es imposible compararla con la primera película, sabe entretener y tiene con qué.
Hay pocos antecedentes en la historia del cine animado más ambicioso, exigente e innovador del planeta como el de los estudios Illumination. Con apenas una década y media de existencia (nació en 2007) cuenta hoy con autoridad e influencia suficientes como para competir mano a mano con poderosos colegas de Hollywood con trayectoria mucho más extensa y salir como ellos a la conquista del público global. Sing, ¡ven y canta! es una de las ideas más felices del estudio que se hizo famoso gracias a los Minions y a las películas de Mi villano favorito. Estrenada en 2016, llevó todavía más lejos que en sus proyectos más exitosos lo que es ya una marca de fábrica. Lo mejor de Illumination aparece cuando el poderío consolidado de su marca se une al espíritu creativo casi artesanal de su pequeño socio francés, el estudio MacGuff. A los creativos y animadores europeos le debemos gran parte de la inspiración que las películas de Illumination tienen para el gag, ese pequeño gran momento que le da esencia y sentido al arte maravilloso de hacer reír. En las películas de Illumination, cada personaje se diseña a partir de ciertos gestos y movimientos físicos característicos que propician el gag. Esta impronta se multiplica en el universo animado de Sing, cuya acción –como sabemos- se mueve en un planeta habitado íntegramente por animales que reflejan y expresan prototípicos comportamientos humanos. La película original de 2016 se cerraba con el triunfo de ese puñado de animalitos que encuentra en el canto un modo de expresión y un propósito vital similar al de tantos y tantos humanos que llenan las convocatorias de los reality shows al estilo de La voz Argentina: competencias de talentos que viajan del anonimato al reconocimiento. Un astuto productor con aspecto de koala consigue reunirlos y salir él también de perdedor. La inevitable secuela de ese celebrado triunfo deja a la vista la otra gran dimensión visible del modelo impuesto por Illumination: insistir en la fórmula original, llevándola lo más lejos posible, y hacerla más larga de lo aconsejable. Esta conducta suele transformar una idea verdaderamente innovadora en una apuesta a lo seguro. Así, historias tan creativas en su punto de partida como la de Sing terminan condicionadas por la rutina y la falta de riesgo, disimuladas en un envase cada vez más ostentoso y grandilocuente. La ambición del empresario koala lleva a la entusiasta pandilla a Redshore City, versión de Las Vegas en este mundo de animales humanizados. Todo parece igual que en la primera parte, pero aumentado a la enésima potencia: hay un musical en marcha (pero con características mucho más espectaculares), dudas y miedo al fracaso en los ensayos, descubrimientos y afirmaciones. La única novedad es la necesidad de sumar al show a la estrella más elusiva del mundo, un viejo león de estirpe rockera que dejó de cantar y se alejó de todo durante quince años tras un momento de profundo dolor. Llegar a él y convencerlo de que vuelva será el gran desafío que moverá la acción. Por suerte, cada personaje tendrá de nuevo ocasiones aseguradas de lucimiento con algunos logrados gags (cerditos y elefantes se lucen en este terreno) y de nuevo, como en la película anterior, la trama cuenta con decenas de canciones muy populares que seguramente los padres reconocerán (y disfrutarán) más que los chicos. Por supuesto, esto ocurrirá en las muy contadas copias presentadas en idioma original y las voces en inglés de Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Scarlett Johansson, Taron Egerton, Tory Kelly y… Bono. El cantante de U2 debuta en el cine animado con un personaje especialmente pensado para el aprovechamiento de su voz áspera y cargada de nostalgia. Nada de eso aparece en la versión doblada que recurre para este personaje a la desabrida manera de hablar del portorriqueño Chayanne. Las voces en español con mezcla de acentos latinoamericanos se combinan aquí, de un modo a veces desconcertante, con los temas originales cantados en inglés. El doblaje (inevitable en cualquier película destinada al público infantil) deja aquí más que nunca al descubierto sus limitaciones. Si algo identifica y deslumbra a la vez en las grandes producciones animadas de Hollywood es el talento de sus artistas para construir cada vez más a los personajes sobre la base de las inflexiones vocales y los movimientos corporales de las figuras que le dan vida. Por más conocidos que sean sus equivalentes latinos, la adaptación a nuestro idioma sólo consigue la pérdida de ese atributo, cada vez más decisivo.
Animales cantando sobre un escenario no es lo mismo que animales haciendo playback… con las voces de artistas famosos. Eso es lo que sucedía en Sing, y era un éxito, y es lo que repite Sing 2 ¡Ven y canta de nuevo!, y el resultado, sigue siendo el mismo. Ahora si hacen lo mismo en Sing 3 no esperen que la gente salga del cine aplaudiendo. O sí. Illumination, el estudio de animación detrás de Mi villano favorito y Minions, la pegó en 2016 con Sing. La película de Garth Jennings (que vuelve a prestarle su voz en la versión original a Miss Crawley) trataba, es una manera de decir, sobre cómo un koala empresario trataba de salvar el cierre de su teatro, haciendo un show en el que otros animales humanoides (porque de alguna manera hay que llamar a los personajes) realizaban un casting que excedía sus expectativas. Como seguramente fueron los 634 millones de dólares que recaudó la primera Sing en todo el mundo. Las canciones eran muchas. Alguien se tomó la molestia de contarlas, pero se cansó y llegó hasta 85 los hits de los años ’40 hasta ese presente, 2016. La nueva Ahora tal vez no haya tantos, pero sí muy conocidos y de ritmo variado, pero lo fundamental es que ahora Buster Moon -el koala empresario- tiene que conseguir, como sea, que el antes exitoso y hoy retirado Clay Calloway salga de su ostracismo -sus motivos tendrá- y los acompañe en un show. Hay un empresario multimillonario y poderoso, un lobo blanco, que quiere que su hija actúe en un show, y en el casting Buster y los suyos lo convencen de que conocen a Clay y que pueden hacer un musical en el espacio, y… Si Clay no acepta, la vida -y no sólo la artística- de Buster correría serio peligro. ¿Por qué? Bueno, acompañen a sus hijos, sobrinos, primos o nietos y se enterarán. Claro que la mayoría de las copias que se proyectan en los cines en la Argentina están dobladas, habladas en castellano. Pero ojo, que en algunas salas sí proyectan la versión original, o sea no doblada al español, sino con subtítulos. Y allí podrán escuchar a Matthew McConaughey (Buster Moon), a Reese Witherspoon (la cerdita Rosita), a Scarlett Johansson (Ash). Y entre los nuevos personajes, a Alfonso le pone la voz Pharrell Williams, y al león Clay Calloway -que no por nada canta I Still Haven't Found What I'm Looking For-, Bono. Lo curioso es que en la versión latina Clay tiene la voz de Chayanne. Y no es éste el lugar para hacer odiosas comparaciones. Claro que la mayoría de las copias que se proyectan en los cines en la Argentina están dobladas, habladas en castellano. Pero ojo, que en algunas salas sí proyectan la versión original, o sea no doblada al español, sino con subtítulos. Y allí podrán escuchar a Matthew McConaughey (Buster Moon), a Reese Witherspoon (la cerdita Rosita), a Scarlett Johansson (Ash). Y entre los nuevos personajes, a Alfonso le pone la voz Pharrell Williams, y al león Clay Calloway -que no por nada canta I Still Haven't Found What I'm Looking For-, Bono. Lo curioso es que en la versión latina Clay tiene la voz de Chayanne. Y no es éste el lugar para hacer odiosas comparaciones.
Si le gustó la primera no se pierda esta segunda película, que logra lo que parece imposible, no solo que segunda parte sea buena, es superadora, inspirada, deleitable de principio a fin. Estos integrantes de una troupe ya profesional, que en la primera entrega terminaban con un futuro incierto, ahora son profesionales y grandes artistas. Y como pasa en muchas comedias musicales deben invertir su propio esfuerzo para cumplir sus sueños de un gran show en Las Vegas, aunque fueron rechazados para una selección final. Nada puede amedrentarlos y con las más ingeniosas situaciones salen adelante imaginando el mejor show de sus vida y el retorno esperado de un personaje que en la versión en inglés es el debut del legendario Bono en este género. Ya desde el comienzo con un número musical que dura cuatro minutos, el film conquista todos los corazones de grandes y chicos. Y las apuestas se renuevan constantemente. No se prive de este placer gracioso y con los mejores temas de una play list perfecta.
Secuela de Sing ¡Ven y canta! (Sing, 2017) que repite la idea de comedia musical de la original, donde los personajes interpretan covers de temas muy conocidos. Ahora Buster (Matthew McConaughey) tiene pensado estrenar un espectáculo sin precedentes en la Crystal Tower Theatre en Redshore City. Pero el poderoso empresario a cargo de montar el espectáculo es despiadado y solo lo han convencido de darles un oportunidad a Buster y su pandilla porque le prometieron que tendrían a la leyenda del rock, el león Clay Calloway (Bono) como parte del show. Es una carrera contrarreloj donde habrá todo tipo de canciones, humor y algunas enseñanzas. Si la ven en inglés las voces son un casting fuera de serie. Si la ven doblada, no. La película es un eficaz producto demagógico que no aporta novedad alguna, pero las canciones son buenas y algunas interpretaciones son aceptables. Algunos chistes son graciosos y nada más. Fácil para pasar el rato si uno tiene una exigencia muy baja y aun más fácil de olvidar. Secuelas son secuelas y esta película es la confirmación de todos los lugares comunes. Definitivamente no está a la altura de la original.
Reseña emitida al aire en la radio.
Cuando la secuela supera la original La segunda parte del éxito animado "Sing" se propone trazar líneas narrativas mas reflexivas y profundas que superan a la película anterior y además, cuenta con animalitos con aspiraciones de fama. Buster Moon (voz de Matthew McConaughey) sigue sin superar el hecho que su compañía de artistas no logre el éxito que siempre soñó. Como viejo productor, aun desea que sus proyectos superen el límite de la territorialidad que le impone su teatro, por lo que decidirá contactar a una cazatalentos que responde a uno de los artífices más importantes del mundo del espectáculo. Tras varios traspiés se embarcará en un viaje de profunda transformación y crecimiento que terminará por empoderar no sólo a él sino a cada uno de los personajes de la película, atravesando todo el país para llegar a la meca del entretenimiento, para introducirse, cual polizones, en unas audiciones privadas para talentos. Sing 2: ¡Ven y canta de nuevo! (Sing 2, 2021) está dividida en dos etapas bien diferentes. Una primera se alía a clásicas propuestas sobre la importancia de seguir, sin importar cómo, los instintos. Luego, en una segunda instancia, la película se acerca con humor y números musicales a la inolvidable Los Productores (Mel Brooks, 1967) y sus posteriores puestas teatrales, en donde la utilización de incautos puede funcionar como vía de escape monetaria para otros. En esta etapa del relato, impulsada por la búsqueda de una vieja figura de la música (voz en la versión original de Bono), se intenta hablar de los nuevos tiempos, en donde un like en las redes sociales es más importante que el talento, desatendiendo los valores como parte de los atributos de cualquier artista. Sing 2: ¡Ven y canta de nuevo! funciona porque decidió apoyar su relato en una inteligente comedia que decide animarse a adentrarse en el oscuro universo del mundo del espectáculo que exprime hasta el hartazgo a sus integrantes y que los descarta ante el mínimo cambio del medidor de éxito. Pero además, y allí está su principal valor, evita caer en los lugares comunes de cualquier secuela desarrollando un nuevo relato, inteligente y que no reniega de su predecesora, pero, mirándola a distancia, se sabe mucho mejor que ella. Música, color, canciones populares con artistas reconocidos que, en el disfraz de los personajes protagónicos, se animan a jugar y a criticar una industria que fagocita y escupe a su figuras de acuerdo al termómetro de las redes sociales.
La primera Sing ranquea entre las mejores películas animadas de la última década, con su épica de desclasados con vocación artística y final alla Show de los Muppets, totalmente efectivo incluso después de verla varias veces. Esta segunda entrega es, desgraciadamente, menos de lo mismo: sí, animalitos que cantan; sí, versiones de hits pop; y sí, un cuento de un viejo rocker que no quiere volver al ruedo y hay que convencerlo. La voz del viejo rocker la pone Bono, y a esta altura -disculpen los fanáticos de U2-, puede pensarse que el hombre, en el cine, resta. Quizás no sea su culpa, sino que el realizador Garth Jennings solo pensó en los golpes de efecto del primer film en lugar de pensar por qué funcionaba, qué tenía -tiene- de encantador, qué lo volvía fresco y novedoso aunque la historia hubiera sido contada millones de veces desde que existe el cine musical. Quedan en pie un diseño apabullante (lo que no siempre es bueno) y un poco de simpatía; lo otro, lo sustancial que proveía toda la emoción y el placer, quedó fuera del inventario.
Sing 2 ¡Ven y canta de nuevo! es una secuela del largometraje animado del 2016, en el que Illumination Studios se lució con una historia protagonizada por animales que interpretan temas populares de música contemporánea. Y para ello vuelve a contar con una gran cantidad de estrellas de cine que prestan sus voces en la versión original, entre los que se encuentran Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Scarlett Johansson, Taaron Egerton, Bobby Cannavale, y Bono, líder de U2, entre otros. La historia vuelve a repetir la misma fórmula de la primera, de un relato coral en el que cada personaje tiene un momento para lucirse. Contando esta vez como Buster Moon (McConaughey) y su equipo de músicos llegan a Redshore City para montar un nuevo show. Pero para poder estrenarlo tienen que contar con la participación de Clay Calloway (Bono), un exitoso cantante que vive aislado de la sociedad desde que decidió retirarse. Lo que hace que esta película funcione son sus gags efectivos que apuntan a un público infantil, por su generosa cantidad, variedad y buen ritmo entre uno y otro. Así como también los guiños al público adulto, que ve parodiados los shows musicales que consume por televisión. Además de reconocer cada una de las canciones y reírse con la forma en que las interpretan estos personajes animados, ya que forman parte de nuestra cultura. Porque también es necesario tener en cuenta que su director utilizó la misma propuesta estética de Robin Hood de Walt Disney, en el que todos los personajes son interpretados por animales de diferentes especies. Respetando en este caso el diseño urbano contemporáneo, con una Redshore City que es claramente identificable con Las Vegas. Así como también el vestuario de cada personaje define su personalidad como si fuera humano, como puede verse en el smoking del koala Buster Moon o la campera de cuero del león Clay Calloway. En conclusión, Sing 2 ¡Ven y canta de nuevo! Es una comedia que funciona porque cumple con su objetivo de entretener al público infantil, a quien está dirigida en primer lugar, con gags efectivos. Así como también a los adultos, reconociendo las referencias y disfrutando de la gran variedad de temas musicales.
Seguramente si recordás, «Sing» (2016) en su momento, fue una forma de incursión nueva de Illumination Studios en un terreno nuevo para ellos: el musical de animación. De aquella producción exitosa, se pudo ver que había público dispuestos a dejarse llevar por una experiencia de este tipo, intensa, divertida y familiar. En la primera entrega de «Sing», conocimos a todos los personajes que integraron el show final de la misma. Todos están y en caso de que sea tu primera aproximación a la ahora franquicia, ya deberías conocerlos a todos. Recordemos que en la versión en inglés (la que vimos), los protagónicos están a cargo de Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Scarlett Johansson, Taron Egerton y sigue la lista (esta vez incluso con el villano jugado por Bobby Cannavale), lo cual garantiza familiaridad y disfrute para el espectador experimentado. Pero como toda buena peli familiar, su secreto debe radicar en ser placentera para todo tipo de público: los peques de la casa y los adultos que los llevan al cine. Y para eso, Garth Jennings, tiene oficio en su haber. El director y guionista de la original, regresa y pone el pie a fondo para que no dejemos de cantar a lo largo de los 110 minutos de metraje. Para ello, se vale de la habilidad de Joby Talbot, quien supervisó la música y armó el score en hace 5 años y repite su trabajo, subiendo un poco la vara, ya que hay pocos momentos donde no haya una canción sonando en la cinta. El trabajo de selección de los intérpretes es lo más destacado de esta producción: estar en sala es no parar de tararear hits. Claro, los más pequeños y las más pequeñas no podrán reconocer el impacto de tamañas composiciones en nuestras ancianas vidas. El argumento no es innovador ni mucho menos. Buster Moon ha logrado afirmarse en su teatro y con sus compañeros y aspira a más. Ante la llegada de una scout de talentos para llevar a su crew a un teatro más grande, se altera y espera con expectativas, pero al ser descartados rápidamente, decide tomar cartas en el asunto. Convencido de que pueden ascender en el «show business», sube a su team a un micro y se va en busca del despótico Mr. Crystal, productor estrella a quien Moon no le cae bien pero… los acordes de una canción tocada en el casting le recuerda a un famoso artista retirado y finalmente accede a financiar el proyecto, si le garantiza que el mismo (que es jugado por Bono, de U2), estará en el mismo… Moon aceptará el convite aunque jamás vio ni tuvo contacto con Clay Calloway (el genio en cuestión) y deberá llegar a él y sumarlo a la obra, junto con escribir y dirigir un ensamble ruidoso en un escenario mucho más grande que en su pequeño teatro. La trama no ofrece más que pequeñas asociaciones simpáticas entre personajes y no hay demasiada intensidad ni humor en ningún tramo. Sí hay mucho por disfrutar y está centrado mayoritariamente en la catarata de éxitos de todos los tiempos que desfilan a cada instante. Es ideal para ver en una buena pantalla con Dolby Digital. Bajo esas condiciones, es una interesante alternativa para este tórrido verano porteño.
A MEDIO TONO Una película es una mezcla de muchas áreas trabajando en conjunto. Puede una sobresalir sobre otra sin que esto perjudique al resultado final. Pero otras veces, el foco queda tan puesto en una de esas áreas que se descuida lo demás. Algo así le pasa a Sing 2, y ya pasaba con su antecesora. Nos encontramos ante una película que cuenta con una buena selección musical, pero que resulta muy perezosa a la hora de contarnos la historia y las motivaciones de sus personajes. No es que no van a disfrutar Sing 2, seguramente por momentos la pasen bien. El soundtrack seleccionado tiene muy buenas canciones. Si pensamos en la puesta también vamos a encontrar, sobre todo al final, unos buenos momentos visuales que acompañan a la música. Pero estamos ante una película un poco desabrida. Por momentos hay ciertas intenciones de acercarse al humor, pero nunca se atreve demasiado a desarrollarlo. Quizás peca de ser una película demasiado amable y descuida un aspecto que podría ser muy efectivo para lo que cuenta. En cuanto a la historia que esta segunda parte nos presenta, vemos cómo este grupo de amigos son impulsados por el director para llevar a cabo un gran espectáculo con el que buscarán obtener fama y ser reconocidos. Hay varios obstáculos que deberán realizar para que esto suceda. Cada uno de los personajes lidia con su propio desafío, más allá del general. Las resoluciones de los problemas que cada uno de los integrantes del equipo realiza son bastante simples. Por este motivo, no hay en los personajes un cambio que llame la atención o que conmueva. Aunque sí hay uno de los conflictos que aparece mejor trabajado: uno de los personajes está traumado con el profesor que le enseña las coreografías y debe lidiar con esos miedos. Este desafío le permite al film ingresar un personaje muy simpático que lo acompaña en ese trabajo de fortalecimiento mental. Y por otro lado, esto lleva a que en la puesta final haya un despliegue atractivo del virtuosismo adquirido. Si el gran problema de Sing 2 es que no construye ni una historia sólida ni personajes profundos, su gran virtud es que al igual que la anterior es muy posible que funcione en sus diferentes momentos musicales de forma dislocada. O bien puede verse como una película que se deja de fondo para prestar atención a determinadas canciones.
Esta es una de esas películas que rompe con el mito de que las segundas partes no son buenas. No recuerdo mucho de la primera película, se que me gustó pero la puntuación que le puse fue un cinco y no recuerdo bien porqué. Si mi yo del pasado está en lo cierto, esta segunda entrega es mejor. No esperen una película innovadora; sí esperen una película divertida y para toda la familia con mensajes muy importantes que le puede llegar a los niños y a los adultos por igual. Nos volvemos a encontrar con el koala Moon y su gran, establecido, elenco de cantantes en su pequeño pueblo. Esta vez tienen la ambición de cantar y bailar en la gran ciudad y es así como una reclutadora está viendo el espectáculo. Van a la ciudad a audicionar…y suceden cosas. Todos tenemos un censor interno y externos, esas personas que nos dicen que no somos buenos jugando al fútbol, que no somos graciosos. Personas que hacen críticas destructivas y no constructivas. Esta película nos deja el mensaje claro de que no hay que escuchar a esas personas que solo quieren bajarnos el autoestima. Todos tenemos un artista adentro, es cuestión de no auto limitarnos ni dejar que los demás nos limiten. Tenemos que animarnos a hacer, a luchar por lo que realmente queremos. Siempre va a haber gente que nos diga que por ahí no es. Pero por suerte hay mucha más gente que solo nos quiere ver brillar y acompañar en ese viaje de ida. Además de la superación nos habla de como enfrentar un duelo, como buscarle la vuelta a esa sensación de vacío cuando un ser querido se va. También nos habla del primer amor. De la fama y de como no siempre es lo mejor que nos puede pasar. Los personajes tienen más profundidad que en la película anterior, hay una evolución en ellos bien lograda por parte del creador y guionista. La banda sonora también esta muy bien elegida, acompaña en todo momento a la película y es muy importante este punto. La animación es super destacable, es hermoso ver esos paisajes y esos animales animados. Desde el momento que empieza uno puede predecir hacia donde va a ir el film, es claro su desarrollo, pero eso no la hace menos disfrutable y hasta ganas de verla más de una vez. Mi recomendación: Hermosa película de animación para toda la familia. Con mensajes que nos llegan a todos. Mi puntuación: 6.5/10