Si bien la originalidad y frescura presente en la primera entrega se pierde, el solo hecho de ver a Jim Carrey con su circo de humor corrosivo, aun en esta propuesta familiar, vale la pena para pagar la entrada. Los grandes podrán recuperar al gran cómico canadiense y los más pequeños se sorprenderán con los efectos visuales.
No sé qué pretenderá usted, lector/a, al posar sus ojos sobre esta crítica. ¿Una crónica acerca de lo que ocurre en la pantalla mientras usted y su(s) hijo(s), sobrino(s) o primo(s) o nieto(s) devoran el pochoclo en la sala de cine, y Jim Carrey hace de las suyas como el malvado Robotnik contra Sonic? Sepa que no, no hace falta haber sido uno de los pocos espectadores que llego a ver la primera Sonic -estrenó el 13 de febrero de 2020, poco antes de que los cines cerraran, ¿se acuerdan?- porque todo aquí es razonablemente entendible. Robotnik es el némesis del erizo que brilla de azul, que llega de otra dimensión y que utiliza -el erizo- unos anillos dorados con los que va y viene donde quiere. Además de tener una velocidad, sí, claro , sónica. La precuela arranca donde terminaba la primera, con Robotnik ansiando regresar a la Tierra en vez de estar en el planeta Hongo, adonde -ah, sorpresa- llega otro némesis de nuestro héroe (Knuckles), que también tiene cuentas pendientes con él. Es un equidna rojo, fortísimo, y juntos vendrán a nuestro planeta para vengarse de Sonic. Por si no vieron la primera, el erizo azul ha sido arropado como un hijo adoptivo, -casi como sucedía con Stuart Little- por el policía Tom (James Marsden, el príncipe Edward de Encantada) y su esposa Maddie (Tika Sumpter). Son los Wachowski. Y no, pese a su mismo apellido, no tienen nada que ver con quienes dirigieron Matrix. Y menos con Mike Wazowzki, de Monsters, Inc. Divagues al margen -cosas que uno tiene tiempo de pensar mientras ve Sonic 2-, y como algo tenía que pasar para que Sonic estuviera separado de Tom y Maddie, estos últimos se van de Green Hills y viajan a Hawaii, al casamiento de Rachel (Natasha Rothwell), la hermana de Maddie que no se llevaba tan bien con Tom. Bueno, al fin de cuentas uno no entiende bien por qué hay dos líneas argumentales tan desparejas en Sonic 2, pero eso seguramente será lo de menos. Traigan más personajes Faltaba mencionar a dos personajes secundarios, uno más importante que el otro. Del lado de los personajes animados, y para terminar el arco de los colores primarios tradicionales (Sonic es azul, Knuckles, rojo) está Tails, una zorra con dos colas, amarilla, que llega al socorro de Sonic, desde algún lugar. Y del lado de los malos, está Stone (Lee Majdoub), que siente devoción por Robotnik, algo que va más allá de recrear su rostro con la espuma del café. Esto es una comedia, Carrey estaba pasado de rosca ya antes de que le preguntaran por la cachetada de Will Smith, el humor es simple, efectivo, slapstick (físico) y con algún juego de palabras que en la traducción se pierde. Pero eso tampoco importará mucho. Y ojo que en algunas salas en alguna función nocturna se proyecta la versión original, subtitulada. Y allí podrán escuchar a Jim Carrey, pero también a Ben Schwartz prestándole la voz a Sonic, o a Idris Elba, la de Knuckles. Y atención, que el director Jeff Fowler está estrenando una nueva película animada con La Pantera Rosa. Están avisados.
Después del éxito de la película del 2020, llega esta segunda parte sobre la saga de videojuegos de Sega. Instalado con una pareja que lo integra a su relación como a un hijo, Sonic descubre las bondades de la tierra mientras hace algunas travesuras no permitida por Tom y Maddie. Sin embargo un viaje originado por un casamiento le da al erizo azul la oportunidad de conocer a Tails, un zorro amarillo con dos colas que lo admira, y rápidamente tendrá que enfrentarse al retorno del supervillano , el Dr Robotninik y a un asociado temible, Knocles, parecido a un puerco espín rojo. El argumento que abreva en muchas referencias a los superhéroes y a películas de Indiana Jones combina aventuras con efectos especiales y animación llamativa. El mismo equipo creativo de la primera entrega se esmera en un film entretenido para toda la familia, pero por momentos resulta repetitivo Jim Carey con su personaje, que ocupa demasiado protagonismo con sus demostraciones histriónicas. A pesar de eso la entrega mantiene la frescura de los personajes animados que se preocupan por un mensaje de solidaridad y amistad en una vida familiar. Todo unidos pueden contra el superpoder peligroso que emana de una esmeralda que debe ser cuidada y escondida.
Sonic 2: la película tiene buena banda sonora con temas de Bruno Mars, Heart, Run-DMC, Norah Jones y Pantera, un buen tratamiento del CGI, de la animación y los efectos especiales.
Esta nueva incursión del personaje cumple con todo aquello que se espera de una secuela, no presenta nada novedoso, casi sostenido por la performance de Jim Carrey. Después de establecerse en Green Hills, Sonic se desespera por demostrar que tiene el talento, madera de auténtico héroe. La prueba de fuego llega con el retorno del malvado Robotnik, en esta ocasión con un nuevo compinche, Knuckles, en busca de una esmeralda que tiene el poder de destruir civilizaciones. Sonic forma equipo con su propio compañero de fatigas, Tails, y juntos se lanzan a una aventura que les llevará por todo el mundo en busca de la preciada piedra para evitar que caiga en manos equivocadas. El filme cumplirá casi a medias con las expectativas que despertó la original en la platea a la que va dirigida, los niños, pero no les dejara huella alguna. En el punto de los personajes, salvo el antagonista principal, Robotnik (Jim Carrey), todos los demas personajes humanos no tienen demasiada evolución y desarrollo, casi no tienen injerencia en la trama principal, si sucede en mayor medida con los personajes animados. Sonic 2, cae en perezas que la original evitaba, pero eso se adapta a partir de intentar generar o mantener ingreso de divisas en la taquilla, explotar al máximo un logro sin importar el deterioro del texto de raíz. En definitiva, cumple en parte con la platea infantil, pero para pasar el rato y olvidarse.
Retomando los eventos sucedidos en la primera película, el Dr. Robotnik (interpretado cómicamente desbordado por Jim Carrey) planea regresar al planeta Tierra luego de haber estado varado durante tres meses en un planeta lleno de hongos como resultado de su derrota contra el erizo supersónico. No sólo esta vez está más loco que antes, sino que también lo acompaña un nuevo compañero, Knuckles (Idris Elba), un equidna rojo formidable de gran espíritu guerrero, con el cual se podrán en búsqueda de una esmeralda que le permitirá conseguir el poder supremo para poder conquistar el mundo. Mientras tanto, Sonic (Ben Schwartz), bajo el cuidado de su familia adoptiva, el policía Tom (James Marsden) y su esposa Maddie (Tika Sumpter), está listo para tener más libertad y poder demostrar que tiene el material para convertirse en un justiciero. Con el retorno de Robotnik, ahora conocido como Dr. Eggman, llega la prueba de fuego, la cual le permitirá a Sonic darse cuenta si tiene la capacidad de ser un verdadero héroe. Su llegada coincide con la de Tails (Colleen O'Shaughnessey), un zorro amarillo de dos colas, admirador del erizo corredor al que ya venía siguiendole el rastro, y con el cuál entablará una dinámica y cómplice amistad. Sonic y Tails se embarcarán en una aventura para encontrar la esmeralda antes de que caiga en las malas manos de Robotnik. Bajo la dirección de Jeff Fowler, Sonic 2 apuesta a un público mucho más jóven que los fanáticos adultos del erizo supersónico. Más allá de que en algunos momentos hace referencias al universo del videojuego, éstos se dejan de lado para dar lugar a un humor más simple y físico, de vez en cuando efectivos. Sin embargo, quienes hayan adorado la primera película, van a ser más indulgentes con la secuela, y disfrutarán de esta nueva alocada aventura del mítico personaje de SEGA.
Super Sonic lo hizo otra vez. Recuerdo que la primera aventura del erizo azul se había convertido en el último filme que vi en cines antes que la pandemia arrasara con todas las salas en 2020. Aquello fue un valor adicional, pero no quepa duda que Sonic era una adaptación gamer que tenía grandes expectativas y no sólo las colmó sino también que aquella estrategia marketinera había funcionado a la perfección. Una secuela era inevitable y hoy, a dos años de aquel estreno, la tenemos entre nosotros. Sin aburrirlos con mis recuerdos, vamos a lo más importante: hablar de la secuela en cuestión. Sonic 2: La película (2022) nos inserta mucho más al universo de los videojuegos, luego de una primera parte introductoria, ya que nos presenta a un Sonic establecido pero que aún no termina de adaptarse del todo; hablaremos de ello más adelante. Aquel conflicto pronto se nos olvida al ver a los nuevos personajes: Tails y Knuckles, el antagonista devenido en aliado, y cómo no, el regreso del doctor Eggman, interpretado magistralmente por Jim Carrey. Con su aparición en búsqueda de la Master Emerald, capaz de destruir civilizaciones, el filme pronto se tiñe de un show gamer donde inmediatamente te sentís transportado a los viejos juegos de Sega Genesis, plagada de escenas de acción y grandes peleas. Ver a Tails en el avión rojo junto a Sonic fue nostálgico, rememorar la intro del Sonic Hedgehog 3 es brillante y ni hablar del clímax donde el homenaje se completa de manera orgánica. Sonic 2: La película cumple con creces como adaptación gamer y cumple como película también porque se permite contar una historia, aunque lamentablemente el que queda fuera de la ecuación es el personaje de James Marsden. Tom aparece casi toda la película en una boda y me pareció injusto como lo sacaron de un plumazo luego de haber trabajado tan bien su relación con Sonic en el filme anterior. Si bien sobre el final “se acordaron que estaba” no puedo dejar de señalar su desaprovechamiento. Afortunadamente tenemos más de Sonic por delante y espero que puedan corregir sus errores. Una serie de Knuckles, uno de los personajes más carismáticos, es lo que pronto veremos y una potencial tercera entrega, donde una escena post créditos nos insinúa por donde puede ir la cuestión. Son dos productos que prometen muchísimo, pero sobre todas las cosas sirven para ratificar que Sonic llegó a las salas para romper con la maldición de los videojuegos al cine. Sin lugar a dudas, Sonic 2: La película va a borrar ese sabor amargo que muchos gamers tuvieron recientemente con Uncharted: fuera del mapa.
Siempre es grato ver una película sin expectativas y que nos sorprenda con su desempeño cinematográfico. Si bien la primera Sonic (2020) ya había demostrado su capacidad para equilibrar los elementos del videojuego en el que está basada y los del cine de aventuras, nadie se podía imaginar que una segunda parte pudiera ser tan arrolladora y efectiva. Los méritos de Sonic 2: La película van de la dirección de Jeff Fowler (quien también dirigió la primera) a las actuaciones, pasando por los efectos visuales y el diseño del erizo antropomórfico protagonista. Cuenta también con un guion dinámico y una edición clara, que permite que se luzcan tanto los personajes principales como los secundarios. Esta segunda parte del personaje basado en el clásico videojuego de Sega no es una segunda parte hecha porque sí, sino una continuación necesaria de la anterior. Repite director, guionistas y elenco, pero agrega nuevos personajes, da un paso más en el desarrollo de los ya conocidos y hace que la trama se ajuste a las necesidades de los nuevos protagonistas. Sonic (voz de Ben Schwartz en la versión original), el erizo azul alienígena que en la primera parte llega a la Tierra y se instala en Green Hills, en la casa del policía Tom (James Marsden) y de su esposa Maddie (Tika Sumpter), quiere ser un superhéroe, pero aún le faltan muchas cosas por aprender. El malvado Dr. Robotnik (Jim Carrey), a quien lo habían mandado a través de un anillo/portal al Planeta de los Hongos, logra regresar a la Tierra ayudado por un nuevo villano, Knuckles, el Equidna (voz de Idris Elba en el original), un guerrero de pelaje rojo y nudillos prominentes. Knuckles también busca a Sonic, quien tiene el mapa que conduce a la Esmeralda Maestra, que durante mucho tiempo estuvo custodiada por Garralarga, el búho que fue la protectora de Sonic, muerta por un flechazo de los guerreros de la tribu a la que pertenece el Equidna. También aparece el zorro con dos colas llamado Tails (voz de Colleen O’Shaughnessey), quien llega para rescatar a Sonic del peligro que corre con el arribo de Knuckles y de Robotnik, y para ayudarlo a proteger la Esmeralda Maestra antes de que la encuentren los villanos. Esto hace que los personajes tengan que cumplir una misión por Siberia y por playas paradisíacas, en la que la acción mantiene un nivel de timing sorprendente. Sonic 2: La película es más larga que la anterior (dura dos horas y tiene dos escenas poscréditos), lo que le permite incorporar situaciones más complejas y humorísticas. Jim Carrey está en un nivel superior de juego, es un maestro absoluto de la mímica, sus líneas son infalibles y su participación enaltece una película que entretiene en todo momento. Pero hay un logro mayor en esta secuela: su capacidad para enganchar tanto a los conocedores del videojuego como al público que nunca lo jugó. La clave está en su sentido de la aventura y en cómo combina la técnica animada con el realismo de los personajes humanos sin que el efecto rompa la armonía del filme. Sonic 2: La película es la prueba de que ha nacido un nuevo clásico.
A comienzos del 2020, llegó a la pantalla grande Sonic: la película, una adaptación que lograba capturar la esencia del popular erizo azul de los videojuegos. Dicho film rompía una racha de numerosos largometrajes fallidos, que intentaban trasladar a la pantalla distintas franquicias de consolas. Pero la de Sonic (Ben Schwartzman) era una aventura sólida, capaz de interesar tanto a fans como al público ajeno al personaje. Y frente al éxito de ese título, se puso en marcha una secuela. En este film, el protagonista debe enfrentarse nuevamente a Eggman (Jim Carrey), que esta vez cuenta con la ayuda de un musculoso aliado, una criatura roja veloz como Sonic, cuyo nombre es Knuckles (Idris Elba). Ambos intentarán encontrar una poderosa esmeralda que les permitirá cumplir sus malvados planes, pero el pequeño héroe, junto a un nuevo aliado llamado Tails (Colleen O´Shaughnessey), lucharán por estropearles su objetivo. En buena medida, el triunfo de Sonic 2 consiste en mantenerse cerca de la fórmula de su antecesora, aunque dándole un mayor protagonismo a los personajes animados. Se intuye que la intención de esta película, no es solo repetir el éxito de la primera parte, sino también expandir el universo de Sonic, con nuevos héroes y villanos que probablemente, cuenten con algún spin off en un futuro no muy lejano. Si bien al negocio se le ven los hilos, afortunadamente eso no significó descuidar la construcción de esta dinámica aventura. Aunque probablemente esté lejos de figurar en los Top Ten del año, Sonic 2 es un film logrado. Y eso no es poca cosa dentro de la cartelera actual.
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La primera «Sonic» sorprendió entreteniendo a chicos, fans y amantes de la polémica en internet. En esta secuela se enfocaron mucho más en satisfacer a los dos primeros grupos, por lo que de no estar en ninguno de los dos campos mirarla va a ser un riesgo del que se hacen enteramente responsables. A grandes rasgos la experiencia se mantiene muy similar, aunque envalentonados con la confianza de una sorprendentemente buena recepción para la primera entrega. El resultado de esa valentía son algunas osadas secuencias que estiran alguno de los momentos que más pueden encantarle a los creativos detrás de la película, a riesgo de molestar a los cascarrabias en la audiencia que no soporten un desvío momentáneo de la trama en pos de pasar un buen rato con personajes secundarios o escenas «colgadas». Si en la original Sonic encontraba un hogar y pasaba a dejar de sentirse solo, esta secuela es sobre el siguiente paso: disfrutar del momento sin preocuparse de más por el futuro. Sonic siempre fue jovial e infantil pero estas películas dejan en claro que su Sonic es un niño. Un niño con supervelocidad que todavía necesita aprender algunas lecciones por su cuenta. El humor de la primera entrega está de regreso, con ese tono infantil y caricaturesco que encantó a más de un distraído. Lo que se profundiza un poco más es esa suerte de corazón emocional que apenas asomó la cabeza en la anterior, con «Sonic 2» muy claramente enmarcada como una película sobre un padre que quiere que su hijo alienígena azul tenga la oportunidad de aprender cosas por sí mismo con un grupo de amigos a la par. Ese «par» van a ser Tails y Knuckles, el primero ayudando un poco al apropiado sentimentalismo de la cinta y el segundo proporcionando no sólo un nuevo rival (con su propio tipo de humor) sino una excusa para que el Robotnik de Jim Carrey regrese a la Tierra. Excusas bien recibidas por cualquiera que sepa qué tipo de cine esta viendo: películas para chicos bien entendidas que no los miran como seres inferiores desde un pedestal y que intentan entretenerse a ellos mismos mientras le dan a la joven audiencia algunas herramientas que ellos disfrutaron de otras películas cuando eran purretes. Puede sentirse algo larga, especialmente para los no fans que no se sientan intrigados por las palabras Chaos Emeralds por ejemplo, pero los momentos que más se alargan o que serían más fáciles de «cortar» son justamente los que más diversión transmiten por parte de quienes los realizaron. En un mar de películas que priorizan una visión de negocios por sobre una producción individual, «Sonic» destaca aún siendo una explotación de una propiedad intelectual de videojuegos japonesa que no planea terminar pronto. Porque afortunadamente todos los inversores de traje del mundo todavía no pueden hacer tan fácil películas sin la necesidad de un montón de tontos dispuestos a divertirse, como bien son el trío de creativos que dirigen y escriben esta franquicia que se gana ser el entretenimiento momentáneo de tus hijes o sobrines.
No tenía demasiado sentido el primer film de Sonic, pero la presencia de Jim Carrey era al menos un motivo de curiosidad. Esta secuela del live-action basada en el videojuego de SEGA sobre un erizo de color azul no empieza de manera tan irrelevante como la anterior y adquiere un buen ritmo en la primera parte. Pero aun así, y por motivos difíciles de establecer, alarga la historia hasta convertirse en un largometraje de casi dos horas. Claramente es demasiado y pierde esa energía inicial. Vuelve Jim Carrey (desde el 2016 sus únicos roles en cine han sido en esta franquicia) y como en todas las secuelas, hay más personajes, más acción y los efectos visuales se han ordenado un poco con respecto a la anterior. Aun así el resultado es pobre y demasiado largo, lo que pudo ser una rápida y divertida película pasa a la lista de los films sin estilo ni importancia. Eso sí, los fanáticos de los videojuegos descubrirán mil referencias. Qué se diviertan, si pueden.
Antes de la irrupción de la pandemia la película de Sonic sobresalió entre los estrenos más taquilleros del 2020 y debido a los buenos resultados la compañía Sega optó por desarrollar la continuación con el mismo equipo técnico y reparto de actores. Más allá de la incorporación de nuevos personajes que pertenecen a esta franquicia el espectáculo que ofrece la película no presenta cambios notables frente a lo que se hizo en la entrega previa. La característica que tal vez marca la diferencia es que el tono de la historia es más infantil y se concentra principalmente en entretener a los chicos. Si bien el primer film también era una propuesta familiar contaba con más guiños al público gamer adulto que descubrió el juego en los años ´90. No obstante, el director Jeff Fowler no se olvida del fandom veterano y combina con un buen equilibrio la aventura de Sonic orientada a los niños con chistes y referencias humorísticas para los adultos. De hecho, la comedia es mucho más efectiva que la reciente película de los Foo Fighters que se estrenó hace poco. En teoría esta producción representa la despedida de Jim Carrey del cine quien hace poco anunció su retiro, si bien dejó la puerta abierta a un regreso en el caso que encuentre algún guión que lo motive a retomar la actuación. Para un artista de su nivel la verdad este film no aporta el cierre que se merecía su filmografía, sin embargo no abordó al villano Doctor Robotnic en piloto automático y despliega una vez más todo su histrionismo para robarse cada escena que cuenta con su presencia. En más de una ocasión Carrey levanta por completo el relato de Fowler, quien tal vez por contar con un mayor presupuesto en esta oportunidad optó por presentar una película más larga de lo necesario. A esta continuación, que llega a los 122 minutos, le sobra con facilidad media hora que se extiende sin necesidad debido a una subtrama que tiene la finalidad de justificar la presencia del reparto humano que en esta continuación quedó un poco desdibujado. En términos generales Sonic 2 es una propuesta muy amena que seguramente enganchará a los más chicos con este nuevo universo de ficción que Sega desarrolló en el cine.
Aventuras animadas por duplicado con Jim Carrey El histriónico actor anunció su retiro hace unos días y aquí compone nuevamente a Robotnik en este híbrido entre animación y ficción que le calza como anillo al dedo. En esta segunda parte del erizo azul que corre a gran velocidad, reaparece Dr. Robotnik (Carrey) con la ayuda de Knuckles/nudillos (voz de Idris Elba), un erizo de enormes puños que viene a llevarse la esmeralda de los super poderes. Pero para detenerlos Sonic (voz de Ben Schwartz) tendrá la ayuda de Miles "Tails" Prower (voz de Colleen O'Shaughnessey), un zorro de dos colas con quien entablará amistad. También reaparecen sus pares humanos (James Marsden y Tika Sumpter) sellando el discurso del film pro familia y amigos. Sonic 2: La película (Sonic the Hedgehog 2, 2022) vuelve a replicar con inteligencia las virtudes de la primera parte también dirigida por Jeff Fowler. La energía puesta en la aventura constante, mucha persecución, dosis de comedia distribuidos oportunamente y un show aparte de Jim Carrey, con rienda suelta para sus morisquetas que lo equiparan a cualquier personaje animado por computadora. Como la ley de la secuela indica, esta película tiene el doble de acción (que llega a niveles épicos sobre el final), el doble de personajes y el doble de tiempo -dos horas de duración- para que cada actor secundario tenga “su momento” en el film. La historia y guion vuelven a estar a cargo de Patrick Casey y Worm Miller, y se suma con inteligencia John Whittington, responsable de las películas de LEGO. Hay varios chistes cinéfilos sobre Capitán América, Batman -“soy el héroe que mereces” dice en un momento-, y todo el formato del cine de superhéroes siempre con un estilo paródico para no tomarse nunca demasiado en serio lo que se cuenta. En ese límite muy fino (por momentos camina por la cornisa de la desfachatez) Sonic 2 logra imponer frescura, gracia y un aire de entretenimiento sin pretensión alguna.
Bajándole unos cambios El erizo azul favorito de todos vuelve acompañado a la pantalla grande, esta vez apuntando especialmente a los más chicos. El cine y los videojuegos no tienen la mejor relación del mundo. Desde la reciente Uncharted, hasta esa vieja película de Mario Bros. a principio de los ’90, tenemos una mezcla de adaptaciones aceptables, y otras cosas de las que mejor ni hablar. ¿O acaso alguien se acuerda de esa Assansin’s Creed con Michael Fassbender? (¿¿Por qué dejamos que eso pasara??). Lo increíble de esa existente complejidad de adaptar una franquicia de consolas a la pantalla grande, es que Sonic de 2020, originalmente condenada al fracaso por un horrendo diseño de personaje, fue una grata sorpresa. Colorida, tonta, y entretenida, fue un éxito que supo hacer un buen balance de chistes básicos para los más chicos y referencias para el público original que creció jugando a sus juegos. Y aunque iban por el camino correcto, Sonic 2 se siente menos por un claro cambio de audiencia. Bajan de posición y se ponen a la par de entretener a una audiencia infantil. Para sorpresa de nadie es más de lo mismo, solamente que es claro que esta vez se enfocaron muchísimo más en otro público, dejando migajas para quienes esperaban un poco más de ese humor original que tuvo la primera. La película retoma desde donde dejaron con la escena post-créditos. El Dr. Robotnik (Jim Carrey) encuentra la forma de volver al planeta Tierra con la ayuda de Knuckles (Idris Elba), y se alían para encontrar una poderosa gema. Es entonces que Sonic (Ben Schwartz) recibe el aviso de Tails (Colleen O’Shaughnessey), un zorro de otro mundo, y juntos emprenden un viaje para detener al nuevo dúo malvado. Dos horas de una película de aventuras infantil básica y predecible, que busca entretenerte durante el viaje con chistes, nuevos personajes, y diferentes locaciones. Primero y principal, lo más destacable es que Jim Carrey (The Mask, Eternal Sunshine of the Spotless Mind) vuelve a levantar el nivel de una película que sin él sería bastante más aburrida. Repite el mismo personaje con una interpretación caricaturesca y entretenida de la forma que solo alguien con su capacidad actoral puede. Siguiendo con lo bueno, otra vez sobresalen los efectos digitales y el diseño de los personajes. Consiguen imitar el estilo 3D original y lo traen al mundo live action. Lo malo es que al agregar nuevos protagonistas que son completamente generados por computadora, es muchísimo menor la interacción que tienen con el mundo real. Sonic 2 Mientras que uno de los puntos más interesantes de la primera era ver cómo lograban que Sonic se mezclara de una forma tan vívida con James Marsden (X-Men, Westworld) y todo lo que tenía alrededor, en esta secuela es con Tails y Knuckles con quien más se relaciona. Y si bien los efectos digitales están a la altura, muchas veces con gran cuidado al detalle, se pierde esa sensación de que realmente son personajes que están ahí. (Eso, o tal vez estamos analizando demasiado una película para chicos. Pero esto mismo se puede decir de cualquier crítica a peli infantil, así que seguimos). A todo esto, se le suma que el Tom Wachowski de James Marsden pasa a un tercer lugar, apareciendo por muy pocos minutos. Como su personaje se aleja para una penosa trama secundaria, la dinámica principal pasa a ser entre Sonic y Tails, que ni por asomo llega a ser tan divertida como la relación que tenía el erizo con el humano en la primera entrega. Sin embargo, un aspecto que resta muchísimo a la relación entre Sonic y los nuevos personajes es que el humor ya no es el mismo. No solo apuntan a lo infantil, sino que pasan por clichés ya demasiado vistos. Competencias de baile en un contexto inesperado, chistes de pedos y personajes intencionalmente tontos. Cada tanto hay algún chiste para los más grandes, pero es muchísimo menos de lo que habían entregado en 2020. Una referencia a los juegos por acá, otra al mundo de Hollywood por allá, y listo. Lo que sí sorprende, es que en el doblaje al español adaptaron algunos chistes para que se relacionen a Latinoamérica, y que son esos (pocos) los que más llegan a hacer reír. Así y todo, es una pena que perdieran su mayor atractivo. En la primera entrega habían demostrado que apuntaban a los dos públicos. Claro llegar a los más chicos, pero también hicieron una película disfrutable para esa persona mayor de 20 años que pasó su infancia jugando al SEGA. Entendieron qué audiencia quería ver a Sonic en la pantalla, e incluyeron mucha comedia y referencias (tanto de los juegos como de la comunidad gamer) para ellos también. Y aunque en esta secuela mantengan el ritmo, el nivel de animación y los nombres de actores reconocidos para llamar la atención, es un cambio de posiciones dentro de la carrera en la que esta nueva franquicia está compitiendo. Hay presupuesto, ganas, ideas y contenido para seguir exprimiendo al erizo azul por un rato largo, pero esperemos que para eso vuelvan a aumentar la velocidad y retomen el lugar que bien supieron conseguir en el 2020.
¿NO SE PUEDE HACER MÁS RÁPIDO? Hace dos años celebraba en la reseña de Sonic: La película las moderadas intenciones de una producción que no se autocelebraba desde la grandilocuencia. Era claramente un relato más cercano al de aquellas pequeñas películas de fantasía de los 80’s, mezclado con algo del humor pop que campea hoy en el cine mainstream. Pero en esta secuela, que repite parte de su elenco, director y algún guionista, todas las enseñanzas de aquella película moderada se dejan de lado y se apuesta decididamente por un gigantismo agotador: Jim Carrey luce más suelto e incontenible, no se agrega un personaje animado sino a dos, y si a la primera parte le alcanzaban 99 minutos para presentar un personaje y un mundo, esta precisa de 122 para avanzar sobre una trama que se enreda innecesariamente. El alerta sobre las posibilidades de convertir a Sonic en una saga estaba presenta ya en la misma película: si sobresalía no era precisamente por su ingenio y creatividad, sino porque sabía hacer más o menos bien un par de cosas que al resto del mainstream hollywoodense le cuesta. En lo concreto, ser práctico narrativamente y conciso en lo expositivo. Pero no había mucho más, destacaba por contexto no tanto por un valor propio. Al calor del éxito de aquella película, claramente sus creadores tuvieron luz verde para expandirse en una producción que luce tan grande como fofa, con subtramas mal desarrolladas y unidas con pegamento con la trama central, secuencias que solo están ahí para acumular ruido y pericia técnica (todo ese pasaje con Sonic solo en la casa) y un humor infantil en el peor de los sentidos (hay toda una subtrama en Hawai que es bochornosa y está filmada con un nivel de pereza descomunal). Pero claro que hasta un reloj roto acierta la hora exacta dos veces al día y ahí tenemos la inclusión de Knuckles, un personaje animado al que Idris Elba le aporta su voz grave y una personalidad tan candorosa como tosca. Knuckles puede ser bestial, pero también una criatura de una lógica algo confusa y muy humorística. Es en esa construcción donde queda en evidencia cómo se desarrollan estos productos, más como ideas sueltas, como conceptos que sirven para fascinar al público cautivo que pagará la entrada para ver finalmente la representación del personaje que conocen desde hace tiempo. Sonic 2: La película es la concreción de una mediocridad solo tapada por la pompa del CGI, la prepotencia de la tecnología y el ruido de las agotadoras secuencias de acción. Lo curioso aquí es que si Sonic, el personaje, es una celebración de la velocidad, esta secuela se toma demasiado tiempo para contar algo a lo que le sobra fácil media hora.
Cuando pensaba en la anterior entrega de esta naciente saga, me preguntaba cuál había sido su peso en la taquilla allá por el lejano 2020. Descubrí que la peli había arrancado muy bien, justo antes de los cierres mundiales de ese año, por lo cual los estudios sintieron que podrían continuar las aventuras del simpático y adorable personaje de Sega de los lejanos 80'. Siendo gamer de la primera ola, pasé muchísimas horas de mi vida jugando "Sonic" en todas sus variantes y conozco bastante de su universo, aquí representado en forma más libre y relajada. Al frente de la dirección tenemos otra vez a Jeff Fowler y su equipo técnico, gente aparentemente en ascenso, a juzgar por el pronto lanzamiento del retorno de "Pink Panther" que se espera para fin de año. ¿Ideas nuevas? Pocas. Expansión del universo. Sí, un par de personajes. ¿Diversión garantizada? Según la edad. La propuesta es bastante básica y no arriesga demasiado en transgredir lo esperado en este tipo de producciones. Sonic la pasa bien, en su casa y con sus "papás" (James Mardsen y Tika Sumpter, de vuelta), que lo cuidan y quieren. Juega a ser superhéroe por las noches y vive una vida sin demasiados problemas. Pero Robotonik, que estaba exilado en un planeta lejano, regresa por una circunstancia extraña junto a una versión clásica de otro personaje de la saga, Knuckles. El villano, gracias a ese evento descubre que hay un esmeralda verde que otorga poderes increíbles a su poseedor. Casualmente, Sonic es "el guardián" del mapa que conduce a donde la misma está y es el blanco de la acción de esta nueva asociación entre Robotonik y el poderoso Knuckles. A las circunstancias que se van generando, le sumaremos algunos secundarios nuevos (Tales) y el simpático Stone (Lee Majdoub), adorador del villano principal. Pero el corazón del film (si se pudiera definirlo) es el trabajo de Jim Carrey como el centro neurálgico del humor que respira la cinta. Su maléfico doctor está lleno de tics y rememora los mejores personajes grotescos del actor. El resto, entre animados y humanos, apenas cumple con lo mínimo. Carrey, en cambio, se toma la película en serio (o en broma, para ser justos). El guión es predecible, con predominancia de las acciones simples. No hay sorpresa en el recorrido y se extraña, mayor presencia de cuadros musicales o que hagan homenajes a otros marcos, que descontracturen al personaje principal. No se destacan los rubros técnicos y la cinta, solo transcurre. En síntesis, "Sonic 2" será aceptado por el público mas menudo de la sala, aunque dudo que suceda de la misma forma con los adultos que acompañen. Sí reconozco que lo más entretenido de las dos horas de proyección fue la actuación de Carrey. Es un producto demasiado convencional y esquemático, en una época donde transgredir, hace la diferencia. Ahí, se queda corta. No alcanza con lo que se presenta y su director, en mi opinión, queda en deuda. Como nota de color, al final, hay escena post-créditos, que algo de lo que viene, podría anticipar.
Sonic 2 es un filme entretenido y recomendado para niños, pero es menos amable con los adultos que su antecesora. Es una mezcla de aventuras, acción y comedia, técnicamente excelente, pero con un argumento que no ofrece mucho, entretiene bien, los chicos van a estar agradecidos de verla, pero no aporta mucho. La crítica completa radial abajo en el reproductor.