"Le Diner de Cons" era aquella divertida comedia francesa de 1998 que en Argentina se conoció como "La Cena de los Tontos" y que tuvo una exitosa adaptación teatral en Buenos Aires protagonizada por Adrián Suar y Guillermo Francella. Ese film escrito y dirigido por Francis Veber sufre ahora su innecesaria remake norteamericana, en donde se pierde toda la frescura y esencia de la original de la misma forma que ocurrió con otras adaptaciones norteamericanas de trabajos del realizador francés. Los guionistas David Guion y Michael Handelman ("The Ex") junto al director Jay Roach ("Austin Powers", "Meet the Fockers") se encargan de destrozar la versión francesa en esta adaptación, respetando muy poco de la estructura original y relegando al tramo final la famosa cena que da título a la película. A pesar de contar con buenos actores de comedia como Steve Carell (el más destacado, interpretando al idiota principal), Paul Rudd, Zach Galifianakis y Jemaine Clement, "Dinner for Schmucks" ofrece escasos momentos graciosos, está cargada de personajes exagerados y sus tediosos 114 minutos de duración se hacen eternos. Cuando finalmente se llega a la famosa cena, ya no hay vuelta atrás y uno desea que esta desastrosa remake hubiese caído en manos de un buen editor que sepa cortar al menos 30 minutos de sobra para ahorrarnos algo de sufrimiento.
Uno cree que al juntar a Jay Roach (el director de la trilogía Austin Powers y de las dosprimeras entregas de La familia de mi novia) con Steve Carell, Paul Rudd y Zach Galifianakis enuna remake de la película francesa The Dinner Game, alcanza y sobra para realizar un film quesupere al original, o que al menos nos haga doler la panza de la risa, pero no. La película se centra en un grupo de compañeros de trabajo de puestos jerárquicos que,semanalmente, organizan una cena en la que cada uno debe llevar un “tonto” para que todosse rían de él; el ganador, es decir el más idiota, se lleva un trofeo. A ese juego es invitado Tim(Paul Rudd) que aspira a obtener un mejor puesto en la compañía, y decide llevar a Barry(Steve Carell) un hombre a quien conoció atropellándolo el día anterior. Barry es taxidermistay su “tontera” es embalsamar ratones y luego hacer maquetas con ellos; más allá de eseparticular don, Barry tiene la peculiaridad de destrozar todo lo que quiere arreglar, si bien se esfuerza porque las cosas salgan bien, el no hace más que empeorarlas. El film es insostenible por varias razones, en primer lugar era innecesario realizar una remakede una película que nos muestra lo mejor de la comedia francesa, una comedia divertida y elegante sin caer en la vulgaridad, que es justamente lo contrario a lo que pasa en la versión americana. Por otro lado, el guion es pobre, los gags son poco divertidos y poco originales;la película cuenta con los mejores actores de la comedia americana del momento y no losexplota ni en una decima parte. Es aburrida y por sobretodo larga, dura alrededor de dos horas en las que el espectador a duras penas se puede reír. Chistes básicos, clichés y poco lucimiento actoral; además de caer en todas las obviedades que hasta un espectador no cinéfilo puede advertir. Ya sabemos porque no se estreno en los cines de nuestro país.
Colocando en el centro de la escena a una pareja de probada química como lo es el dúo Rudd-Carell (ya habían trabajado juntos en el exitosa “Virgen a los 40”), el filme que no pasó por las salas locales tiene su único gran problema en la extensa duración: suprimiendo media hora del metraje y llevándolo a unos más cómodos noventa minutos, no sólo se hubiese ganado en ritmo sino que las bromas, desperdigas por aquí y allá, hubieran estado más cercanas entre ellas, generando una sensación de comicidad más aceitada de la que termina teniendo el producto final. Las escuetas participaciones de Lucy Puch (“Conocerás al hombre de tus sueños”) merecen ser destacadas.