“… y ojo con no convertirnos nosotros también en símbolos”, advierte el periodista y escritor Dante Leguizamón a los dieciséis minutos de Una historia de la prohibición (2020). Y por lo menos dos paradojas impiden que la obra cumpla esta advertencia. Por un lado, la película de Juan Manuel Suppa Altman y Martín Rieznik ignora casi por completo las voces externas a la penalidad o la historia, como entrevistar a profesionales de otras ciencias sociales. Esto sería un capricho de rigurosidad por culturizar un consumo. Pero tampoco olvidemos que ya incluso la “antipsiquiatría” y el psicoanálisis han dado cuenta de que las drogas no son prohibidas nada más de un control legal gubernamental o estatal. Y ayudaría para poner en contexto el caso de Eric Sepúlveda fuera de la criminalidad. Leguizamón se refiere en la escena antes mencionada a lo complejo de convertir a Eric, detenido en Córdoba en 2016 por posesión de aceite de cannabis, en un abanderado de la marihuana y que de esta manera la ley lo siga persiguiendo hasta convertirlo en un chivo expiatorio. Pero el recorrido histórico del documental, armado en un montaje alterno entre el siglo pasado y el proceso actual, dan por hecho que sus espectadores sabemos de antemano los beneficios y problemas de las drogas psicoactivas, o que conocemos otras detenciones como la de Sepúlveda. Por otro, no hay una contraparte informativa sobre el consumo problemático. A favor de esto, se podría razonar que ya se demonizan bastante las drogas como para que el documental lo detalle. Su interés va más hacia la libertad individual ejemplificada en Eric. Pero los realizadores tampoco muestran otros casos aunque digan que Eric no es el único. En entrevistas a medios uno de los directores reconoció que les interesaba un documental enfocado solo en la prohibición. Si los espectadores ya conocen este enfoque, el visionado se vuelve redundante más allá de cierta atención técnica y detenerse en el contraste actual entre las medidas gubernamentales en Argentina y Uruguay. Incluir esta postura legal del país limítrofe puede no ser novedoso, pero sí sienta un precedente audiovisual. Así se podría incentivar la libertad terapéutica de cada individuo. Un gran acierto de la obra evidencia la burocracia para entrevistar a las autoridades federales vinculadas con el proceso de Eric. Estos vericuetos además se ejemplifican en un paseo de Martín Armada por el recinto y sus llamadas infructuosas para terminar a modo de consolación, grabando el ejercicio de allanamiento del cuerpo policial. Así vemos el espectáculo antes que el diálogo frente al urgente desorden. Llama la atención que la obra apele a la historia lejana como documento fiel e incuestionable donde el control gubernamental diezmó la libertad de los individuos en múltiples ocasiones. Los mismos realizadores pierden muchas oportunidades para sustentar la libertad del consumo. Más allá de las palabras del funcionario uruguayo y el ejemplo de cómo vive Eric, la obra se convierte en un panfleto camuflado contra la prohibición, sobre todo la heredada de Estados Unidos. Al final, la obra a estrenarse en CINE.AR este 1º de septiembre, detalla los vericuetos legales de casi todo el siglo pasado en tomados por los gobiernos de Estados Unidos, Argentina, Brasil y Colombia. Pero lo hace con un contexto tan tímido de otras áreas humanas que la pregunta es inevitable: cuál es el verdadero contrapeso de las ciencias y las artes frente a las drogas para los realizadores quienes han trabajado antes el tema y están recurriendo ahora a un medio artístico para contar su perspectiva.
“Una historia de la prohibición”. Crítica. ¿Qué esconde la restricción? Cristina Lopez La microhistoria de Eric Sepúlveda es el pretexto utilizado en el documental para desnudar el oficio de castigar a los más débiles. El documental argentino “Una historia de la prohibición”, de Juan Manuel Altman y Martín Rieznik, que se podrá ve a partir del 1 de septiembre en la plataforma Cine.AR, devela los mecanismos de la construcción de un otro marginal y, a partir de ello, expone la imposición de un sistema de violencia y de control sobre los sectores débiles de la sociedad. El film se centra en la historia de Eric Sepúlveda, el joven procesado en Córdoba, en 2016, por tenencia y comercialización de estupefacientes. Eric fue detenido en octubre de ese año por poseer cincuenta mililitros de aceite de cannabis medicinal. Su caso es el disparador de una cronología de la prohibición de las drogas a nivel mundial, que arranca con la sangrienta colonización de América y llega a las políticas represivas de las últimas décadas. La toxicomanía se representa en el imaginario global y local, a lo largo del tiempo, como el mal que invade ciertos cuerpos: los más vulnerables, los de los sectores populares. La violencia del Estado, nacida de su fuerza policíaca, justifica la vigilancia directa sobre estas subjetividades. ¿Criminalizar a unos para hacer sentir seguros a otros? El debate queda planteado. La construcción de símbolos es clara: el diferente es el enemigo investido de una monstruosidad que atenta contra el orden social. El film muestra cómo durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía los usuarios de drogas eran internados por las fuerzas de seguridad en neuro-psiquiátricos. Las mismas Naciones Unidas declararon, en 1964, que Buenos Aires era el principal centro de consumo de cocaína de América. El fallo Colavini (1978), en plena dictadura de Videla, le dio sustento legal a la persecución de los usuarios de drogas. El joven Ariel Colavini fue condenado a dos años de prisión por la tenencia de un par de cigarrillos de marihuana. Más tarde, en la década del ‘80, la débil democracia argentina adhirió a tratados de cooperación con los Estados Unidos para combatir el tráfico de sustancias psicotrópicas. Amparada en este marco, la policía impuso razias y detenciones en todo el país. La paradoja de cien años de prohibicionismo queda planteada: nunca se produjeron tantas drogas en el mundo. Eric y tantos otros esperan en los márgenes. Él todavía puede ser condenado a quince años de prisión. Sin embargo, se abren otros caminos. Una multitud lo acompaña en las calles. Nuevas voces enfrentan el tabú. ¿La sociedad habrá aprendido la lección que dejó una centuria de clandestinidad? “Una historia de la prohibición”. Crítica. Dirección Montaje Arte y Fotografía Música El documental argentino “Una historia de la prohibición”, de Juan Manuel Altman y Martín Rieznik, que se podrá ve a partir del 1 de septiembre en la plataforma Cine.AR, devela los mecanismos de la construcción de un otro marginal y, a partir de ello, expone la imposición de un sistema de violencia y de control sobre los sectores débiles de la sociedad.
Disponible en Cine.ar Juan Manuel Suppa Altman y Martin Rieznik afrontaron el trabajo de contar en poco más de una hora logran dar un panorama general sobre el tema de la prohibición. Los datos son abrumadores y para escandalizar. En la Argentina cada cincuenta minutos alguien es detenido por la policía por consumir o tener alguna droga y eso abarca desde la marihuana a cualquier otra clase de sustancia, menos el alcohol y el tabaco. Por varias razones los poderes han decidido instaurar una guerra a todas luces inútil y carísima. Desde el comienzo de la prohibición en tierras americanas, con la llegada de los conquistadores, hasta la inversión millonaria del ex presidente Ronald Reagan en esta guerra que ya ha quedado claro que no va a ningún lado. Pero además de la mirada global y de las historias individuales aparece lo que pasó en el país. La historia de la prohibición en la argentina arranca por culpa de un diputado radical, pero también el peronismo acompañó la mirada punitivista que se hizo más y más dura empezando por Frondizi, pasando por Onganía, José López Rega, Videla y hasta los democráticos Alfonsin y Menem, que se sumaron a los esfuerzos del imperio y a la persecución del consumidor. Tomando casos particulares de gente encarcelada por un par de porros y hasta por una jeringa de aceite de cannabis, que suele ser de uso medicinal, la película muestra archivos y testimonios suficientes para dejar en el espectador datos y más datos además de experiencias como la que está llevando adelante acá nomás, cruzando el Río de la Plata, donde después de una serie de crímenes violentos la política en Uruguay decidió que podría intentar acabar con algunos hechos criminales sacando algo del negocio de los narcotraficantes como la marihuana, sobre la que no hay datos de que haya matado a nadie. Y lo estaría logrando además de haber abierto una actividad económica próspera. Así que Una historia de la prohibición es un documental que vale la pena ver para tener datos y de esa manera formarse una opinión para ver cómo sigue el asunto de esta guerra estúpida que hace que los estados derrochen fondos, mientras el consumo de sustancias que modifican la conciencia aumenta día a día. UNA HISTORIA DE LA PROHIBICIÓN Una historia de la prohibición. Argentina, 2019. Guión y dirección: Juan Manuel Suppa Altman y Martín Rieznik. Dirección de fotografía: Ary Benjamin Lukides. Produción ejecutiva: Daniel Gilman Calderón. Asistente de dirección: Gabriela Haberle. Voz en off: Martín Armada. Cámara: Ary Benjamin Lukides, Anibal Kelvo, Martín Rieznik. Sonido directo: Lucia Gonzalez. Música original: Lu Foglio. Edición: Mauro Caporosi. Color: Eloisa Yankelevich. Duración: 67 minutos.
Este film es el primer documental sobre la historia de la prohibición de drogas en Argentina, y se encuentra basado en el libro "La Prohibición" de Juan Manuel Suppa Altman, co-director de la película. Un documento histórico, que nos lleva de recorrido a la historia de prohibiciones y política de drogas a lo largo de América Latina y Estados Unidos. Aquí vemos el caso concreto de Eric Sepúlveda, quien viviera en la ciudad de Córdoba y cumpliera condena por tenencia ilegal, epítome de una ecuación injusta que los realizadores intentan visibilizar, inmiscuyéndose en la polémica y otorgando vigencia presente a las inquietudes que plantean. ‘La prohibición’, vista como política sanitaria y represiva desde el Estado, nos habla de ciertas conductas adquiridas en lo social a través de décadas. Colocando el objetivo en desnaturalizar la prohibición, el documental pesquisa el relato quitando el velo moral con miras a repensar la opinión pública al respecto. La consecuencia del narcotráfico, mal entendida como causa y problema a combatir a nivel internacional, es otro punto en donde el film hace foco. El director de “Selva”, Martín Rieznik, concreta este documental libre pensante con miras a encontrar una forma de relacionarse en relación a los hábitos y consumos desde un lugar pacífico y superador.
ENTRE LA DOCUMENTACIÓN Y LA POCA SUSTANCIA Una historia de la prohibición, el documental de Martin Reiznik y Juan Manuel Suppa Altman, avanza sobre dos ejes temáticos en los que exhibe resultados dispares. Por un lado es un registro minucioso e histórico sobre el concepto de prohibición en torno a las drogas y por el otro una suerte de toma de posición a favor de la lucha actual en torno a la legalización de la marihuana y el derecho individual al consumo de drogas. Toma de posición en la que se aprecian las buenas intenciones, pero que está sostenida en un recorte demasiado subjetivo; y está claro que cada uno puede hacer el recorte que quiera, lo que no significa que no pueda restarle un poco de valor cinematográfico. En verdad, como señalan sus realizadores, este es un documental sobre la prohibición antes que sobre las drogas o el narcotráfico. Basándose en el libro La prohibición. Un siglo de guerra a las drogas, escrito por el propio Suppa Altman, la película aporta una documentación precisa y bien detallada históricamente, especialmente en la política que Estados Unidos llevó adelante bajo la idea de “guerra a las drogas”, algo que va de los tiempos de los colonos al presente, con particulares hitos históricos en tiempos de la post “Ley Seca” o en los 80’s de Reagan. La lucha contra las drogas es un asunto que sirve no solo para tratar de controlar el acceso de la sociedad a sustancias estimulantes, sino también para continuar una construcción prejuiciosa y discriminatoria del otro: las drogas, como elemento externo que se introduce al cuerpo, en relación directa con la idea del extranjero que introduce las sustancias en otro país (los “mexicanos”, los “colombianos”). Puede que el documental suene un tanto didáctico en ese recorrido, pero no deja de tener su interés y tanto el relato oral como el montaje son dinámicos. Como síntesis de ese resumen histórico que hacen Reiznik y Suppa Altman, la idea de un orden represivo de control es el hilo que une las diversas etapas. Un Estado que termina afectando los intereses de los consumidores antes que de los narcotraficantes, llegando incluso al ridículo de la prohibición del cannabis medicinal. Y es ahí donde ingresa la mirada sobre el presente a partir de la presentación del caso de Eric Sepúlveda, un joven cordobés que en 2016 fue detenido por poseer aceite de marihuana medicinal y sobre el que todavía pesa una causa judicial. Es en este segmento donde la película flaquea un poco, puesto que el registro no pasa de cierta convención formal (casi de informe televisivo), a la vez que resume su búsqueda de información en testimonios que sostengan su propia tesis. Tanto en el viaje a Uruguay para conocer los pormenores de la legalización en aquel país como en su retrato de una fuerza policial dedicada a la lucha contra el narcotráfico lo que se observa es un temor a la fricción, a contraponer miradas que pongan el propio discurso en tensión. Seguramente el consumo de marihuana (y otras sustancias) está lo suficientemente demonizado como para darle entidad en esta película a voces contrarias. En todo caso Una historia de la prohibición se puede interpretar como un documental que milita, con corrección, una causa.
La otra cara de la Ley. El primero de Septiembre llega a la plataforma Cine.ar Una historia de la Prohibición (2019), un documental imperdible de Martín Rieznik y Juan Manuel Suppa Altman el cual está basado, en gran parte, en el libro de este último "Historia De La Prohibición. Un Siglo De Guerra A Las Drogas". En Octubre de 2016, Eric Sepúlveda es detenido en Córdoba por poseer aceite de marihuana medicinal. Es trasladado a un penal de máxima seguridad y podrían condenarlo a 15 años de prisión. En Buenos Aires, el periodista Martín Armada se involucra en el caso y se pregunta ¿Por qué se prohibieron las drogas en Argentina? ¿Qué sucede en países con un modelo alternativo como Uruguay? Una Historia de la Prohibición, es una historia personal y un recorrido por los principales hitos de la guerra a las drogas en Argentina y el mundo. Su estructura simple pero efectiva, yendo de la macro historia a los casos puntuales en Argentina y Latinoamérica, al igual que la elección acertada de los diferentes apartados y material de archivo, facilitan la comprensión del constante flujo y volumen de información recibida sin perder el enfoque. Nada queda al azar y Rieznik y Suppa Altman hacen un trabajo excelente en brindarnos una mirada alternativa al discurso de la ley prohibicionista vigente en nuestro país, incitándonos a su vez, a la reflexión de una manera entretenida y eficaz. "Una historia de la Prohibición, es un documental accesible que nos invita a ver en profundidad una problemática urgente que afecta la salud y libertad de la población, no solo argentina, sino a nivel mundial, abriendo nuevamente la discusión de las políticas de drogas, su manipulación y aceptación."
Un problema que se cobra miles de vidas cada año Sustancias controladas y drogas lícitas. ¿Alguien ha indagado con mayor profundidad el por qué de la prohibición? Esa es la pregunta inicial que se hace el documental Una historia de la prohibición. Porque en ciertas cuestiones (en varias, para qué mentir) vivimos casi en el Medioevo intelectual. Eso sin hablar de la vista gorda con drogas lícitas que arruinan la salud de las personas y destruyen el funcionamiento del sistema de salud. Toma como elementos distintos puntos de la historia La conquista y la inquisición, por un lado; y la historia y seguimiento del consumo de estupefacientes en Estados unidos, y la costumbre de encontrar la responsabilidad en el otro. Lo que, claro, es cierto, pero es justo decir también, para no tratar verdades a medias, que ver el culpable afuera, si bien es un modus operandi clásico de USA, es también una costumbre bastante arraigada en la política a nivel de cada país, a la vez que en algunas cuestiones sociales dentro mismo de dichas sociedades, y su tratamiento. Porque miopías, conmigo, no. ¿Por qué se castiga el consumo de medicamentos naturales comprobados en su acción, frente a acciones de tratamiento dolorosas que no son tan efectivas? Es una pregunta que nos aqueja a todos. Y en este momento, y en este contexto, en el que si cualquiera se atreve a contradecir a la medicina tradicional es digno de morir en la hoguera social y política posmoderna (lo paradójico de una hoguera encendida por quienes defienden los derechos de los habitantes originarios, pero a la vez te discuten a favor de los grandes laboratorios) Al fin… ¿Cuál es la verdad? Tal vez, como decía al final de aquella famosa serie, la verdad, (increíble, también como la culpa) está allá afuera. En cuanto a la conquista y la inquisición, y retomando el tema: nunca disfruté mucho del mate, pero de ahí a prohibir la yerba… sí, a eso llegaron por aquellos tiempos. Porque algunas cuestiones parecen ser simples, pero no lo son tanto. De todos modos estamos en un país en que si tenés suerte vivís para contarlo y llegás a viejo y si tenés menos buena ventura… ya sabemos. Así comenzó la guerra contra el consumo de toda droga que ¨corrompiera” a la sociedad. Otro punto de historia remite a los colonos puritanos llegados a USA y los acontecimientos que siguieron con las guerras por la independencia y el uso de drogas como la morfina para combatir el dolor de los combatientes, y posteriormente el opio. Una vez obtenido el control respecto de la producción de opio en el otro lado del mundo, lo que siguió, muy posteriormente, fue la ley seca, que jamás funcionó porque a mayor control mayor búsqueda de la ruptura de dicha fuerza para evitar…bueno, para evitar lo que sea, y el efecto nocivo del consumo de lo que fuera para romper la ley (y hacer dinero, claro) fue muy duro. El punto es concreto: estamos hablando de medicina alternativa con acciones comprobadas. Y es este momento el ideal para seguir revisando las cuestiones de la salud pública y de la medicación y los laboratorios a nivel mundial. Desgraciadamente, como ya dijimos, en el contexto actual se mete a todo en la misma bolsa (siempre aporta ello para confundir, diluir las causas específicas y verificadas junto con la idiotez lisa y llana).
En octubre de 2016, Eric Sepúlveda es detenido en Córdoba, por poseer 50 ml. de aceite de marihuana medicinal. Es trasladado a un penal de máxima seguridad y podrían condenarlo a 15 años de prisión. En Bs As, el periodista Martín Armada se involucra en el caso. ¿Por qué se prohibieron las drogas en Argentina? ¿Qué sucede en países con un modelo alternativo como Uruguay? El documental narra una historia personal y un recorrido por los principales hitos de la guerra a las drogas en nuestro país y el mundo. El caso de Eric es el disparador de una cronología de la prohibición de las drogas a nivel nacional y mundial, que parte de la colonización de América y llega a las agresivas políticas de los últimos años. La idea de castigar al más débil sigue vigente y se ve exacerbado en lo que deja ver este documental.
Un repaso en la línea de tiempo humano sobre las censuras aplicadas al consumo y distribución de drogas, con una mirada crítica y precisa sobre la política prohibicionista de los Estados y la sujeción de los cuerpos en todas sus modalidades.
Los realizadores Juan Manuel Suppa Altman y Martín Rieznik utilizan el impactante suceso de la detención de Eric Sepúlveda para contar en “UNA HISTORIA DE PROHIBICION” un recorrido sobre lo prohibido –que se presentó tanto en aquella Ley Seca como puede suceder ahora con las drogas-, haciendo no solamente foco en lo sucedido a lo largo de la historia en nuestro país, sino también recorriéndola a nivel mundial. En Octubre de 2016 Eric Sepúlveda es detenido en Córdoba, por poseer aceite de marihuana y es trasladado inmediatamente a un penal de máxima seguridad, dando inicio a un largo proceso judicial en el que claramente, en nuestro país, se sigue criminalizando a los sectores más populares que es, como subraya uno de los testimonios, “la mejor manera de hacer sentir segura a la clase media”. Lo que en principio es un excelente disparador, se va diluyendo a medida que las imágenes de archivo empiezan a recorrer la historia de la lucha contra la toxicomanía, convirtiendo esta interesante propuesta inicial en una suerte de documental escolar, explicativo, con información sobreabundante, que respondería a un formato más pedagógico para enfocar este tema en los colegios secundarios dentro de la currícula programática de alguna materia, que de un verdadero producto cinematográfico donde se espera no solamente una mera exposición sino fundamentalmente una mirada crítica, reflexiva, que vaya más allá de presentar las diferentes implicancias del tema como simples titulares periodísticos. La historia de Sepúlveda termina perdiendo fuerza entre una reiterativa explicación de conceptos con conclusiones subrayadas que potencian las hipótesis de lo que se pretende demostrar sin poder contraponer pluralidad de testimonios que inviten al espectador a la reflexión y a un análisis propio, sino por el contrario, presentando información que bajo otro formato y con una mirada más crítica y menos expositiva, podría haber logrado mejores resultados.
En Octubre de 2016, Eric Sepúlveda es detenido en Córdoba por poseer aceite de marihuana medicinal y trasladado a un penal de máxima seguridad, amenazado con recibir una condena a 15 años de prisión. Su historia es el disparador para que periodistas como Martín Armada y Juan Manuel Suppa Altman se interesen por Una Historia de la Prohibición que lleva poco más de un siglo, pero que tiene pocos o nulos triunfos que mostrar a la hora de controlar el consumo de drogas ilegales y sus posibles efectos nocivos sobre la salud pública. Su hipótesis es que conocer ese pasado es la única forma de replantear las estrategias que aún fallan en el presente para poder elaborar nuevas propuestas a futuro. Con el relato fragmentado como los capítulos de un libro, Una Historia de la Prohibición recorre diferentes momentos del siglo pasado durante los cuales se construyó la idea de que es necesario demonizar y combatir el consumo de algunas sustancias. Por ejemplo, lo que sucedió con el alcohol a principios del siglo pasado en los Estados Unidos; una historia muchas veces retratada por el cine que demostró solo servir para crear y fortalecer poderosos grupos criminales de forma no muy diferente a la que viene sucediendo hace décadas en latinoamérica, en parte por políticas diseñadas por los sucesivos gobiernos del país líder en el consumo de estupefacientes a nivel global. El relato de Martin Rieznik y Juan Manuel Suppa Altman no profundiza en detalles sobre el consumo o producción de marihuana, solo da el puñado de datos necesarios para proponer su hipótesis de que el sistema actual hace poco o nada para enfrentarse al narcotráfico. Por el contrario, Una Historia de la Prohibición denuncia que el Estado se concentra en atacar a los consumidores antes que a quienes lucran con su necesidad, sin resolver ninguno de los problemas. Sin juzgar el consumo recreativo, Una Historia de la Prohibición se focaliza en aquellos que hacen un uso medicinal de la planta y sus derivados. Son, muchas veces, quienes más injustamente reciben el asedio de un sistema legal poco claro, llevando a que las distintas fuerzas policiales inviertan recursos en perseguir consumidores que son eventualmente sobreseídos por jueces cuando estos, con las mismas leyes de base, consideran que no han cometido delito alguno. No es un proceso inocuo. Antes deben pasar por un tortuoso proceso judicial que les exige destinar mucho tiempo y dinero para mantenerse fuera de la cárcel. Mientras tanto, el narcotráfico se enriquece y quienes genuinamente necesitan ayuda para sobrellevar un consumo problemático, son criminalizados en vez de asistidos por el sistema de salud. Es evidente la profunda investigación que hay detrás de Una Historia de la Prohibición o al menos para el libro sobre el que está basado el documental, por más que el traspaso a la pantalla no sea siempre el mejor, especialmente cuando se trata de material nuevo. Mientras que toda la parte histórica se siente mucho más sólida y coherente tanto a nivel narrativo como estilístico, Una Historia de la Prohibición hace un poco de agua con las entrevistas actuales mezclando formatos y calidades de imagen sin el mejor de los criterios. Ello no sería tan importante si lo errático no se sintiera también en lo narrativo, donde parece querer abarcar varios hilos conductores al mismo tiempo pero sin llegar a desarrollar ninguno con la profundidad que hubieran merecido, ni decidiéndose a dejar unos afuera para focalizarse en otros. Seguramente el principal problema es que el tema que propone Una Historia de la Prohibición es demasiado complejo y largo como para ser abarcado en apenas una hora de extensión, apenas alcanzando como introducción.
Se presenta como una indagación sobre la guerra de las drogas como “nunca te la contaron”, realizada por Martin Rieznik y Juan Manuel Suppa Altman. El disparador es la detención, en Córdoba, de Eric Sepúlveda por poseer aceite de marihuana medicinal, que fue trasladado a un penal de máxima seguridad y que tiene una pena pendiente que podría llega a 15 años de prisión. A partir de allí el periodista Martín Armada que se involucra y se obsesiona con el caso. El film inicia un recorrido curioso, interesante y personal que investiga la historia de las drogas en el mundo y las razones políticas, geopolíticas de los países dominantes en una lucha que luego se impone en el mundo entero. Curioso, polémico, con todas las voces y por sobre todo con el interés de quienes necesitan para su uso personal o de familiares enfermos la utilización del aceite de cannabis como solución, que otras substancias no pueden dar.
En este nuevo documental, Martín Rieznik y Juan Manuel Suppa Altman retoman un álgido debate contemporáneo en donde se tensiona, una vez más, esa mirada dualista y tendiente a una oposición irrevocable a la que estamos tan acostumbrados (la famosa “grieta” que podemos advertir en todo ámbito ligado a lo social). En Una historia de la prohibición se traza un recorrido historiográfico acerca de cómo se forjó el combate a las drogas desde que éstas empezaron a ser un problema político y social, hasta la actualidad; partiendo de las principales potencias mundiales hasta llegar al caso argentino. Image for post La estructura se rige de dos modos que se van alternando: por un lado, una voz en off que hilvana esa narrativa a lo largo del tiempo con un muy acertado material de archivo. Y por otro lado, el documental se vuelca hacia una función más participativa al mostrar al periodista Martín Armada frente a cámara, recorriendo el territorio e interactuando con los protagonistas más recientes que se han visto envueltos en conflictos legales por autocultivo y consumo personal de marihuana. La figura central es Eric Sepúlveda: un joven cordobés que en 2016 fue detenido por poseer aceite de cannabis para uso medicinal (habiendo pasado casi un año en prisión), quien aún hoy espera una sentencia judicial que podría condenarlo a una pena de hasta casi 15 años. En esta pieza documental nos vamos a encontrar con diferentes puntos de vista, pero la mayoría llegan a la conclusión más evidente: la historia de la prohibición de drogas como el cannabis no está relacionada con cuestiones de orden sanitario (está claro que sustancias como el alcohol o el tabaco dañan de igual o peor manera nuestro organismo), sino con intereses de otra índole. ¿Cuál sería entonces la solución más apropiada? Una pertinente regulación, en vez de la restricción o la abolición. “No hay muertes en el mundo provocadas de manera direccional por el uso de cannabis, y por lo tanto no hay argumentos científicos que justifiquen la prohibición”, enfatiza Diego Silva Forné, autor de la Ley de Regulación del Cannabis en Uruguay. Estadísticamente, sabemos que el consumo mundial aumenta día a día, lo cual pone en evidencia el fracaso histórico de las múltiples reacciones y operaciones desplegadas a lo largo del tiempo en contra del cannabis y otras sustancias soporíferas. En síntesis: resulta atractivo encontrarnos con un documental que plantea una tensión primeramente formal y discursiva: ese choque deliberado que define la estructura, al intercalar pasajes de material de archivo (con el exhaustivo repaso historiográfico de la voz off) y momentos de diálogo e intercambio con diversos actores sociales que se vieron atravesados, de alguna u otra manera, por el conflicto (la cámara sigue atentamente a Eric en su cotidianeidad, pero también asiste a un simulacro de allanamiento de la Policía Federal y viaja hasta el Club de Cultivo Canna en Uruguay). El documental, que estrena en la plataforma de Cine.ar, aborda una problemática actual, urgente y acuciante, que nos reenvía a conceptos históricos y universales como la libertad (en el autocultivo), la violencia (en el mundo del narcotráfico) y la violación de los derechos humanos (porque en el medio hay represión política y desapariciones). Una historia de la prohibición se propone abrir el debate una vez más, explorando nuevas aristas a través de su despliegue formal. Por más que no oculta la visión subjetiva de los realizadores (un rasgo latente en el título de la película: es una historia, una posible interpretación), no ofrece respuestas claras, y es acaso esta contradicción la que lo vuelve mucho más atrapante. Una historia de la prohibición (Argentina, 2020) se puede ver en la plataforma de Cine.ar y Cine.ar Play.
Quien mucho abarca El documental Una historia de la prohibición (2020) de Martín Reiznik y Juan Manuel Suppa Altman, disponible en forma gratuita en la plataforma Cine.ar, es mucho más que la historia que anuncia su título. En ello radican sus muchas virtudes, pero también sus debilidades. Todo comienza con la historia de Eric Sepúlveda quien fue detenido en un control policial y posteriormente procesado por poseer una jeringa con aceite de cannabis. Este caso será el disparador para que los realizadores se adentren en las diversas facetas que abarca la prohibición de ciertas sustancias por parte de las autoridades. Por un lado, al estilo de las series documentales de Ken Burns, en la película se realiza una pormenorizada historia de las prohibiciones, remontándose en el relato hasta el siglo XVII en busca de los orígenes y de su sustento filosófico-normativo. Una voz en off va construyendo la historia sobre un más que interesante material de archivo, como así también con escenas del cine de las distintas épocas y su mirada sobre el tema. Volviendo al caso Sepúlveda, la línea argumental del relato se bifurca en diversas direcciones: lo absurdo de los procesos judiciales, la preparación de las fuerzas policiales, el objetivo “errado” de la guerra contra las drogas, el autocultivo, los beneficios medicinales del aceite de cannabis, la experiencia uruguaya, entre otros. Demasiados temas para un documental que apenas supera la hora de duración. Sin embargo, la falta de profundidad de algunos de los temas citados, un formato cuasi-televisivo y cierta “romantización” del protagonista, no le restan valor a una película que abre las puertas a la reflexión y a un debate que en nuestra sociedad aún se encuentra pendiente.