Los oropeles de la sátira. Quizás cueste recordarlo pero hasta no hace mucho tiempo cada vez que florecía un bello escandalete en el ámbito cinematográfico era por alguna película -más o menos valiosa a nivel cualitativo- que había afectado la sensibilidad de algún grupo/ sector de poder con un cierto margen de influencia. En la actualidad dichos exponentes más que tumulto social lo que generan es ruido mediático, un subproducto que se cotiza alto en materia de publicidad y que en colectividades muy conservadoras como la norteamericana puede derivar en proscripción o censura lisa y llana. Si obviamos estos ataques anacrónicos a la libertad de expresión, lo más patético del asunto se reduce a la idiotez de todas las partes involucradas en esta cadena pueril de sonseras sin sentido a la que estamos acostumbrados hoy por hoy. El caso de Una Loca Entrevista (The Interview, 2014), una parodia sumamente mediocre alrededor de la figura de Kim Jong-un, el dictador regente en Corea del Norte, pone de relieve las fauces intervencionistas de los organismos gubernamentales de Estados Unidos (que utilizan cualquier pavada como excusa para profundizar la propaganda contra el enemigo del momento y ampliar su esfera de competencia), la cobardía de la dirigencia hollywoodense (que suelta de inmediato las manos de los cineastas ante el resoplido de las siglas CIA), y la obsecuencia de la crítica y el público estándar de los productos industriales (incapaces de leer absolutamente nada más allá de esta nueva colección de chistes robados a Mel Brooks y el trío compuesto por Jim Abrahams y los hermanos Jerry y David Zucker). ¿Pero de qué va la película en concreto? Hablamos de un film insignificante y por demás olvidable que combina la premisa satírica básica de cualquier capítulo de South Park con un tono irreverente en sintonía con las obras de la dupla Larry Charles/ Sacha Baron Cohen, léase las maravillosamente enajenadas Borat (2006), Bruno (2009) y El Dictador (The Dictator, 2012). Por supuesto que ésta última es la principal víctima de los directores Evan Goldberg y Seth Rogen y del guionista Dan Sterling, un señor que ha trabajado en El Rey de la Colina (King of the Hill), de Mike Judge, y en la tira animada de Trey Parker y Matt Stone. Poco y nada ha sobrevivido de aquel influjo sardónico en el tratamiento degradado de los realizadores, orientado a la levedad política, la bobería y los estereotipos más burdos. Como sucedía en los bodrios de la extinta “nueva comedia americana” de la última década, aquí la mayoría de los artilugios cómicos están destinados al orden sexual/ escatológico (resulta curiosa esta mutua identificación de dos gremios distintos, pareciera que a los muchachos -al igual que a las moscas- les encantan las deposiciones) y a los improperios por los improperios en sí (otro rasgo infantil, en esencia vinculado al placer que sienten los niños frente a determinadas palabras que consideran prohibidas y que dejan de utilizar al crecer, cuando descubren su consabida universalización entre la comunidad de hablantes). La “revelación” de la naturaleza despótica de Kim a ojos de James Franco y el propio Rogen, los engreídos televisivos de turno en pos del reportaje del título, es torpe y banal. Más allá de la oportunidad desperdiciada de desparramar verdaderos dardos en torno a los delirios armamentistas de ambos países y sopesar el rol de los medios de comunicación en la formación de la opinión pública, en realidad la película justifica su existencia sólo en lo que respecta a la visibilización de mecanismos nada sutiles de boicot por parte del estudio (retrasos y cancelaciones del estreno comercial) y un denominado “terrorismo” informático que filtra oropeles y cae en la redundancia denunciando lo evidente (es decir, la soberbia y/ o sensación de impunidad de algunos palurdos de Hollywood). Uno no puede dejar de sonreír ante un panorama en el que cada actor de este mejunje se ridiculiza a sí mismo y saca a relucir toda la vulgaridad, corrupción e inoperancia de los estados contemporáneos…
Balas pop Es difícil analizar The Interview abstrayéndonos del contexto escandaloso de su estreno. Por lo pronto, ya la vio casi todo el mundo. Apenas estrenó el 24 de diciembre en varios sistemas de streaming estuvo disponible para bajar ilegalmente, y mucha gente -o al menos la espuma de la espuma de twitter- la vio en las primeras 48 horas y exclamó, casi al unísono, “¿tanto lío para esto?”. Es que el conflicto con Corea del Norte y la ira de Kim Jong-un le puso a The Interview el epíteto de “controversial”. ¿Y qué puede haber de controversial en una película que parece hecha por dos fumones que probablemente sepan poco y nada de política internacional? Puede que no nos parezca controversial a nosotros, pero The Interview pega precisamente ahí donde más le duele a un régimen totalitario: dispara con balas de cultura pop al ritmo de Fireworks, de Katy Perry. De todas formas, y ahora sí olvidando la simpatía previa que nos provoca The Interview, hay que decir que es un retroceso en la todavía incipiente filmografía como directores de Seth Rogen y Evan Goldberg, o quizás más que un retroceso sea la prueba de que su humor tiene un techo bastante bajo: la onda de grupo de amigos famosos que hacen una película para participarnos de su diversión, que se ríen de sí mismos e invitan a sus amigos de Hollywood a jugar, se agotó bastante pronto. Dave Skylark (Franco) y Aaron Rapoport (Rogen) listos para la acción Dave Skylark (Franco) y Aaron Rapoport (Rogen) listos para la acción No me encuentro entre los fanáticos acérrimos de This Is the End, la anterior película de la dupla, aunque reconozco que es irresistiblemente divertida. Seth Rogen y Jay Baruchel haciendo de sí mismos y yendo a una fiesta en la casa de James Franco en la que Michael Cera toma cocaína y le toca el culo a Rihanna… bueno, hay que ser muy amargo o tal vez no amar lo suficiente a Hollywood como para no ser conquistado por ese disparate. Pero The Interview es una película un poco más ambiciosa -un poco, tampoco tanto- y salvo la primera parte en la que se presentan los protagonistas y su mundo, esa cosa autorreferencial no existe y no es reemplazada por nada demasiado inteligente, ni siquiera muy divertido. Por eso lo mejor es cuando la película nos presenta a Dave Skylark (un Franco desatado y algo irritante), conductor del programa Skylark Tonight en el que entrevista a famosos sobre cosas personales. Su productor es Aaron Rapoport (Rogen haciendo de Rogen, y está bien). En esa primera parte, Skylark entrevista a Eminem, a Rob Lowe, a Joseph Gordon-Levitt, todos haciendo de sí mismos, y la película continúa con esa cosa juguetona, leve y autorreferencial de This Is the End. Skylark (Franco) y Kim Jong-un (Randall Park) de juerga por Corea Skylark (Franco) y Kim Jong-un (Randall Park) de juerga por Corea Pero después, cuando se enteran de que Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte, es fanático de su programa, deciden viajar para entrevistarlo y ganar en rating y en “seriedad”. Pero antes son interceptados por la agente Lacey (Lizzy Caplan, siempre perfecta), de la CIA, que les ordena que cuando se encuentren con Kim Jong-un lo maten. Cuando Skylark y Rapoport viajan a Corea del Norte empieza otra película, una comedia bastante boba sobre dos tontos retontos metidos en una aventura de espionaje. Y ahí lo mejor es Randall Park (el rival político de Selina Meyer en Veep) que interpreta a un Kim Jong-un que navega entre la maldad y la ingenuidad. Rogen dijo que una de las discusiones fue hasta dónde hacer simpático a Kim y eso se nota: Kim es el personaje más complejo e interesante de la película, un mono con navaja, víctima de su padre, fanático culposo de Katy Perry y las margaritas. ¿Tanto lío por esto? Sí, tanto lío por esto. Si en los ‘40 fue Charles Chaplin lanzando una perorata progre anti-Hitler, hoy es el trío Rogen-Goldberg-Franco oponiéndose al totalitarismo con boberías pop. Y aunque no terminan de ser del todo efectivos, los queremos igual.
Probablemente, THE INTERVIEW se estrene en la Argentina, tal como se anunció en un principio, como UNA LOCA ENTREVISTA, el 22 de enero próximo. Probablemente, nunca la veamos en salas. Lo cierto es que la película alcanzó tal notoriedad por motivos que, imagino, son por todos conocidos, que me resultó inevitable verla y comentarla apenas estrenada online y convertida en una especie de representante de la “libertad” contra la opresión de la dictadura norcoreana… O algo así. Son tantos los problemas, complicaciones, despistes y errores que se cometieron a consecuencia de esta película que ya resulta difícil analizarla como tal. Todo empezó con los emails leakeados de ejecutivos y empleados de Sony y varias películas del estudio puestas online por hackers supuestamente conectados con el Supremo Líder Kim Jong-un. A eso le siguieron más amenazas y la cancelación del estreno por parte de Sony a partir del rechazo de las cadenas de cines a proyectarla por motivos de seguridad. Todo culminó –bah, hasta ahora– con la participación de Obama en el debate y la decisión final de lanzarla en unas pocas salas independiente y en distintas opciones de VOD. Tras eso, THE INTERVIEW ya no es una película, es una mezcla de curiosidad y “causa sociopolítica”. theinterviewLo más llamativo es que es todo lo contrario al tipo de película que podría provocar situaciones de este nivel de caos político internacional. No, no es LOS GRITOS DEL SILENCIO ni THE ACT OF KILLING ni nada parecido. Si bien es potencialmente ofensiva para Corea del Norte, los norcoreanos y en tono de broma se denuncian muchos de las cosas que habitualmente se le achacan a los líderes –tanto al padre como al hijo– de ese país, la propuesta es tan absurda, banal y poco convincente en ese sentido que, como suele pasar, los norcoreanos no hicieron más que darle más publicidad a un producto que de otra manera podría haber pasado bastante desapercibido. No tiene la acidez brutal de TEAM AMERICA ni su delirante y salvaje furia. Es, en ese sentido, mucho más previsible. Es que THE INTERVIEW, dentro de los parámetros cómicos que manejan Rogen, Goldberg, Franco y compañía (unos de los tantos subgrupos herederos de la “familia Apatow”), tampoco resulta demasiado lograda. Ni es tan ácida como supone serlo ni tan caótica como THIS IN THE END/ESTE ES EL FIN, la previa comedia apocalíptica del mismo grupo creativo. THE INTERVIEW es bastante simple y redundante en lo que respecta la “cuestión norcoreana” y sus mejores partes están en general relacionadas con algunas situaciones y diálogos entre los protagonistas, y entre Franco y el mítico dictador. Seth Rogen;James Franco;Lizzy CaplanComo en todas las comedias del grupo, hay un elemento de bromance (esa fuerte amistad entre hombres que bordea y parodia una relación gay) que está en primer plano y es cada vez más una jugada consciente de los propios actores y directores. Franco es el conductor de un programa de noticias del espectáculo de Hollywood (del tipo “Exclusiva: Matthew McConaughey tuvo sexo con una cabra”) que es bastante idiota y Rogen encarna al productor del show, un tanto menos imbécil. Su último gran logro es haber conseguido que Eminem diga al aire, en vivo, que es homosexual, lo cual le genera mucha publicidad pero también las burlas de un periodista más serio, viejo compañero de universidad del personaje de Rogen que se ríe de sus “logros” periodísticos a la manera de personaje de THE NEWSROOM. Pero la dupla se topa con una sorpresa inesperada cuando se entera que Kim es fan del programa de chimentos y, tras unas absurdas negociaciones, consiguen una entrevista con él en su palacio en Pyongyang. La “entrevista” está completamente armada y ellos no tienen libertad de hacer preguntas, pero la cosa se complica aún más cuando la CIA, enterada de que ellos tendrán contacto con el inaccesible dictador, los obliga a cumplir con la misión de asesinarlo de una manera un tanto peculiar. Pero como Franco y Rogen son una versión apenas mejorada de los protagonistas de TONTO Y RETONTO, nada les será sencillo una vez allí. the interview 3Los mejores momentos de la película aparecen cuando conocemos a Kim, quien lejos de ser un maníaco dictador, da toda la impresión de ser uno más “de los muchachos”, enamorado de la cultura pop norteamericana, fanático secreto de Kate Perry (no quiere admitirlo porque da “gay”, como tomar margaritas). Los momentos entre Kim y el periodista que encarna Franco son lo mejor del filme y dan para imaginar por donde podría haber ido la película de haber buscado ser un poco más sutil y menos tarzánica en su último tercio. Es claro que Kim, finalmente, no es tan copado como parece ni Franco tan imbécil, pero el caótico desenlace de la película no logra ser demasiado gracioso ni lo suficientemente osado (bah, calculo que si algún norcoreano se la toma muy en serio podría ofenderse de la misma manera que los de Kazajistán podían hacerlo con BORAT). El eje principal de la película, más allá de la misión de asesinar a Kim, vuelve a pasar por la relación entre los protagonistas y este eterno juego/coqueteo de referencias sexuales que empiezan a volverse un poco tontuelas. La cantidad de menciones al orificio anal tal vez sea un récord en la historia de Hollywood pero casi ninguna de ellas logra causar gracia alguna si uno cumplió los doce o trece años. the interviewSí, ya sabemos, esta idea de la adolescencia eterna masculina (bromas con amigos, bastante sexo, algo de drogas, pero sobre todo… bromas con amigos) es central al humor que manejan Rogen, Goldberg, Franco y compañía, pero por momentos se vuelve excesivamente boba, más allá de que es claramente consciente de serlo. En THE INTERVIEW se vuelve particularmente agotador porque muchos de esos chistes, digamos, no tienen absolutamente nada que ver con el resto de lo que está pasando, más allá de ese gran tema del filme que es determinar si Kim tiene o no un orificio anal… En síntesis, la película tiene una primera mitad relativamente entretenida y graciosa, pero cuando intenta volverse, a la vez, más política (cuando es evidente que Kim es otra cosa que lo que parece) y caótica, la gracia empieza a perderse y cuesta llegar a los 112 minutos sin desear que acabe un poco antes (uy, dije acabe… LOL!). Si esta película llega a causar algo parecido a una Tercera Guerra Mundial o, digamos, alguna tragedia que exceda conocer los emails privados de los ejecutivos de Sony, sería de un absurdo tal como para generar inmediatamente una secuela que incluya lo que pasó en la realidad con THE INTERVIEW. Después de todo, estoy convencido que los eventos del último mes deben ser bastante más graciosos, ácidos y osados que la película en sí.
Uno se da cuenta de que el mundo se ha ido literalmente al carajo cuando hablamos - como escenario altamente probable - de un posible estado de guerra entre dos potencias nucleares a partir de una comedia fumona de Seth Rogen. ¿Lo qué?. Y no hablamos de una ácida sátira política kubrickiana - de esas recargadas de veneno, destinadas a quemarte la cabeza y darte una nuevo punto de vista del mundo -, sino de una comedia pedorra en donde dos drogones intercambian chistes malos con un dictador tercermundista que llora cada vez que escucha un tema de Katy Perry. Pero si la realidad es absurda - la posibilidad de considerar seriamente a Seth Rogen como el líder de una troupe de capitalistas conspiradores obsesionados con voltear el régimen comunista norcoreano -, también es cierto que los acontecimientos posteriores han desatado una espiral de locura que va mucho mas lejos de todo lo imaginable. The Interview será una película mediocre pero, por Dios, el libro (y la película) que puedan generar sobre esto será mucho mas fascinante que la insulsa comedia diseñada por Rogen y sus socios. El tema de fondo con el escándalo es la paranoia que tienen los dictadores respecto a su imagen. Ellos se ven a sí mismos como los Padres de la Patria, los líderes fundadores de un nuevo régimen destinado a llevar a su país a la grandeza, y gastan enormes fortunas en el culto a su nombre. Crean obras tan costosas y monumentales como inútiles, y desarrollan toda una cultura masturbatoria basada en su persona. Todo esto los hace ver imprescindibles, eternos, etéreos, autoritarios, intimidantes, paternalistas... un montón de basura preparada por los marketineros de turno, creada para vender una versión falsa del mundo. ¿Qué dictadura - o aspirante a mandamás eterno - no se ha engolosinado con el culto a la persona?. Desde Hitler hasta los pichones fascistas que tuvimos en Argentina, desde Khadafi hasta el mas ignoto autócrata africano... todos ellos gustan de verse en el mármol y, mejor aún, estando en vida. No esperan el juicio de la posteridad, la valoración de su obra, sino que quieren sentirse personas importantes mientras aún respiran. Y, entre toda esa tanda de tipos de gatillo fácil, poca moral y baja auto estima, quien sobresale es Kim Jong-un, líder de la volátil Corea del Norte. El tipo es un dictador de tercera generación - su familia domina el pais con mano de hierro desde finales de los años 40 -, lo que significa que hereda toda una cultura del disparate engendrada y practicada desde hace 70 años. Mantiene a su país en un estricto aislamiento tecnológico e informativo, ha desarrollado todo un sistema cultural falaz - tergiversando los detalles esenciales de su historia nacional -, se ha embadurnado con montañas de títulos ridículos (para ensalzar su fama de superhombre) y ha llevado el culto de su persona a niveles disparatados, con decenas de miles de estatuas suyas diseminadas por todo el país, eso sin contar las cientos de leyendas que rondan alrededor de su persona, como que su nacimiento produjo una serie de eclipses, o de que posee el poder de parar la lluvia en cualquier parte del mundo. Curiosamente los dictadores suelen elegir ignorar a sus enemigos externos - o a quienes consideran que los son -, ya que tienen dos dedos de frente y saben que la confrontación sólo sirve para enaltecer a su opositor. Hitler no le declaró la guerra a Estados Unidos cuando Chaplin parodió su persona con El Gran Dictador (1940); ni siquiera los norcoreanos hicieron algún escándalo cuando se estrenó en el 2004 Team America: World Police, la cual despellejaba literalmente al papá de Kim Jong-un; pero a este pibe le faltó temple y, cuando escuchó el rumor de que habían rodado una película que lo satirizaba, se le soltó la chaveta. Primero comenzó con las amenazas diplomáticas; después mandó en silencio a un grupo de hackers a reventar los servers de la Sony - como si nadie pudiera sospechar de dónde venía el ataque -; después vino la advertencia de los mismos "hackers" de que iba a correr un río de sangre en los cines en donde estrenaran la cinta (referenciando al 11 de Setiembre de 2001) y, cuando Corea del Norte se estaba lavando las manos del saqueo informático (que incluyó robo de libretos de filmes a punto de rodar, peliculas aún no estrenadas, e incluso escandalosos mails internos en donde los CEOs de la corporación puteaban en todos los idiomas a las caprichosas - y costosas - estrellas del estudio), saltó a amenazar de manera directa a los Estados Unidos diciéndoles que debían aceptar si o sí su oferta de ayuda, so pena de desatar un conflicto armado por el desaire cometido. Al toque salieron los yanquis a contraatacar - primero, con un contraataque informático en la frágil Intranet norcoreana; después Barack Obama, quien salió a enardecer el espíritu nacional y terminó por calificar a la gente de Sony de "cobarde" debido al congelamiento indefinido del estreno del filme decidido por el estudio (y sin que mediara una consulta previa a las agencias de seguridad nacional); y por último los encendidos discursos de la mayoría de los integrantes de la comunidad artistica norteamericana, los cuales vendieron a The Interview como un auténtico símbolo de la libertad de expresión y una herramienta de reprobación a la tiranía norcoreana -, lo cual convirtió a todo esto en un circo de proporciones impensadas. Todos se volvieron mesianicos fundamentalistas, y la comedia drogona de Rogen & Goldberg pasó a transformarse en una martir caída en la sempiterna lucha del mundo occidental librepensante contra la descomunal tiranía comunista, ... poniéndole un sayo tan gigantesco como ridículo a una película pochoclera y puramente comercial, hecha con un dedo de frente y sin la mas mínima intención de trascender en algún sentido. Ciertamente The Interview es una película zarpada. No se engolosina con Kim Jong-un pero definitivamente no lo deja bien parado. Es, entre otras cosas, un gordito de peinado simpático, un loquito dueño de una tonelada de misiles, un drogón que carece de orificios para evacuar sus deshechos corporales, un mujeriego que ama en secreto la decadente cultura norteamericana, y un inmaduro que llora cada vez que le ponen un tema de Katy Perry. Pero el filme no se obsesiona con él, simplemente es un elemento mas de la historia. El quid de fondo son las desventuras de estos dos torpes, reclutados a la fuerza por la CIA para que asesine al lider norcoreano en lo que parece ser una oportunidad tan única como imperdible. El prólogo y el desarrollo están bastante bien. No hay mucha lógica en todo - como pasa en las comedias de Rogen, los protagonistas toman decisiones en base a su líbido y a la cantidad de droga que llevan en el organismo, y aquí no es muy diferente: este par de ineptos termina enrolados en una alta y peligrosa misión de la CIA, simplemente porque la espía que les hace la propuesta "está buena" -, pero uno se entretiene bastante. Rogen va bien como tipo sufrido víctima de las circunstancias, mientras que Franco sobreactúa mal como la estrella egocéntrica del show periodistico, y el resto acompaña con cierta gracia. Si hay alguien más que se destaca, esa es Diana Bang como la secretaria del dictador norcoreano, la cual tiene una espectacular cara de mala... hasta que larga prenda y empieza a portarse como una loca. Comparada con Team America, The Interview es una comedia infantil. Carece de veneno, no es una sátira, y sólo se dedica a hacer chistes groseros sobre el régimen norcoreano y su particular líder eterno. Y si el Acto I y II zafan, en donde el filme se clava de punta es en el Acto III, en donde queda en evidencia que los guionistas no tienen la más minima idea de cómo terminar lo que empezaron con cierto decoro. Las incoherencias se acumulan de manera descomunal - considerando que éste es un régimen extremadamente paranoico y altamente militarizado, estos extranjeros se desenvuelven con total libertad para recibir paquetes aéreos secretos de la CIA a plena medianoche, e incluso disparar una catarata de preguntas incómodas al supremo lider durante la transmisión en vivo a nivel mundial... cuando cualquier cameraman podía apretar un botón y cancelar la emisión al toque - y todo es tan estúpido como forzado. Es cierto que a Sony metió mano desde mucho antes de que la hackearan, intentando suavizar el tono de todo, pero aún así es peor el emparche de lo que debió haber sido el final original. Una Loca Entrevista es una comedia mediocre que merecería el anonimato si no fuera por la disparatada anécdota que rodeó a su estreno. Sería apasionante que un grupo de tipos afilados para la sátira - como los que escribieron In the Loop, la cual era una comedia política realmente inteligente - tomara esta premisa y la desarrollaran como corresponde, ya que el escándalo daría lugar a una película mucho mejor que esta berretada sobreproducida. Ese si es un filme que me encantaría ver y recomendar, ya que el original del escándalo dista mucho de ser un filme pasable. - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/interview.html#sthash.LGNwAGUB.dpuf
Es imposible hablar de The Interview sin hacer algún tipo de referencia a todo lo que la rodeó en la previa a su estreno. El hackeo a Sony y la amenaza terrorista en caso de que se la exhibiera –Corea del Norte como responsable de ambas-, los cines que decidieron sacarla de cartelera antes del debut, el estudio que eventualmente optó por retirarla previo a su lanzamiento, el Gobierno de Estados Unidos y el FBI que se involucraron en el asunto, idas y vueltas en torno a si vería o no la luz. Todo el contexto generó que una comedia quizás intrascendente se volviera una cuestión de importancia nacional. El film es más relevante por el suceso histórico que generó que por sus cualidades cinematográficas, uno interpelado por la coyuntura y que quizás en ese sentido sea considerado menor, a la luz de todo lo que ocurrió. Una nación que intenta impedir que se difunda, otra que necesita que se la conozca para así mantener sus ideales de libertad, no hay mayor logro para The Interview que este. Es una suerte de profecía argumental que se cumplió, dos héroes improbables que se dirigen a la reclusiva Norcorea para matar a su líder es algo que se considera absurdo, no así que su propia película sea el eje de disputa entre dos estados con poder nuclear. Más allá de los sueños más alocados. Suficiente contexto, es hora de hablar del film en sí. Después de haber entregado This is the End y convertirla en una de las comedias más exitosas del 2013, Seth Rogen y Evan Goldberg tenían luz verde en Sony para encarar lo que quisieran y vaya si lo hicieron. Es impactante el nivel de producción del que se dispone, una rareza en una comedia que no se ve prácticamente desde Tropic Thunder. A la dupla se le permitió jugar, divertirse, se podía anticipar que habría algún tipo de revuelo alrededor del contenido de su película pero no la desproporcionada exageración en la que se vio envuelta, que por efecto contagio implicó que New Regency cancelara el próximo film de Gore Verbinski, titulado Pyongyang. The Interview es un paso más de Rogen para consagrarse como una de las figuras más importantes de la comedia americana actual. Ese tipo de cine que pone a la amistad por sobre todas las cosas, el gran tópico del humor moderno, es uno que tiene al director en el centro. Junto a él está James Franco, con quien celebra su bromance en cada oportunidad que tiene delante de cámaras. Ya desde Superbad el guionista demostraba que lo importante no era lo que los protagonistas querían lograr, sino la evolución y perdurabilidad de su vínculo. Su nueva comedia mantiene esa hermandad entre Dave Skylark y Aaron, no obstante pasa a un segundo plano cuando es la entrevista lo que realmente importa. Hay una certeza en torno a The Interview y es que no se explotó todo el potencial que se tenía a disposición. No es a un nivel como A Million Ways to Die in the West o Sex Tape, los peores ejemplos de este 2014 de cómo desaprovechar una buena premisa y todos los recursos de los estudios, pero sí genera la impresión de que se pudo haber hecho más. El escritor Dan Sterling opta por un humor más básico que contrasta con la elaborada producción y su absurdamente ambiciosa premisa. Insinuaciones sexuales, chistes escatológicos, referencias a celebridades, mientras que de movida se apuntó bien alto con lo que se quería hacer –y de hecho se les dio la oportunidad de hacerlo- a la hora del guión se dejaron las pretensiones de lado y se prefirió mantener la comodidad en el nivel más bajo del espectro cómico. El hiperactivo James Franco, tan necesitado de confirmarse como artista multitalentoso que trabaja en 20 proyectos a la vez en todas las tareas, no ofrece una actuación en piloto automático sino que es el corazón de The Interview. En perpetuo estado de excitación por la vida que lleva, goza de cada minuto que tiene en pantalla y su cuerpo muestra espasmos de felicidad. Rogen es Rogen. Y Randall Park da su salto a la fama como el dictador norcoreano, con una interpretación que es oscura o festiva cuando se lo necesita y nunca el film es mejor que cuando se lo ve en pleno disfrute junto a Dave. Una Loca Entrevista por momentos quiere tomar una postura y eso no le sienta, no hay lugar para el aleccionamiento o la corrección política en una película que por definición debe ser incorrecta. Sin embargo no es ese el motivo por el que no trasciende, sino por su falta de ambición a la hora de encontrar la comedia. ¿Es absoluta pereza o humor autoreferencial el hecho de que para el final se utilice el mismo recurso cómico que en This is the End? Quizás un poco de ambas, de todas formas no es algo que funcione. Las constantes menciones a El Señor de los Anillos, al famoso de turno –Matthew McConaughey, Miley Cyrus, Nicky Minaj-, los sexual innuendos que un personaje celebra de forma explícita, el sentido del humor es limitado y nunca termina de explotar. Rogen y Goldberg quisieron hacer una comedia que tuviera la producción seria de un film bélico o de acción y lo logran, no obstante el chiste recurrente acaba por mostrarse corto. Nos mostraron el caramelito o nos endulzaron, un término al que se hace referencia en forma frecuente durante la película como "The Honey Pot" (El Frasco de Miel). Se mostraron avances sumamente divertidos –algunos que incluyen casi todos los chistes de la película-, una puesta en escena notable y estalló un conflicto internacional que sacó al film de todo tipo de proporción. Tras 112 minutos, se muestra como una película más, una comedia en ocasiones ingeniosa pero limitada en mayor medida. Y todo lo que se generó a su alrededor –incluso puso en tablas la cuestión de el lanzamiento de grandes estrenos en formato VOD- es su máximo logro posible.
Bombas de baja intensidad Pocas veces una película causó tanto revuelo como The Interview. Pensada como una parodia de la actualidad de Corea del Norte, la polvareda que levantó este film, en mis veintinueve años de edad nunca la vi. Hackeos de cuentas de mail, amenazas cruzadas entre grupos de fanáticos y cancelaciones; acompañaron este proyecto, que luego de verlo, uno aun no se decide si era para tanto, o si en realidad, no lo era. Dave Skylark es un entrevistador amarillista mega famoso de la tv norteamericana. En su programa grandes estrellas confiesan cosas personales. Mientras el show es ninguneado por medios mas especializados, su productor Aaron Rapaport es contactado por las fuerzas coreanas, quienes le comunican que el auto proclamado presidente Kim Jong – un, accedería a una entrevista. Al mismo tiempo la CIA se contacta con ambos para encomendarles una misión: asesinar al dictador coreano. Seth Rogen;James Franco;Lizzy Caplan Antes de avanzar voy a hablar únicamente de la película, dejando todo lo mediático para el final. Estamos ante el nuevo proyecto del dúo Goldberg-Rogen. Juntos hicieron unas interesantes comedias, que siempre trataron de diferentes formas, el tema de la amistad masculina y el hecho de tener que dar el paso final para dejar de ser un adolescente de treinta y tantos, y convertirse en adulto. Acá vuelve a hacerse presente esto, quizás de forma no tan evidente como pasaba en Superbad por ejemplo. Tampoco está el tono de bromance (duplas de hombres demasiado amigos entre si y casi sin contacto con mujeres); así que si alguien dice que estamos ante el film más adulto de Rogen y Goldberg, no estaría tan errado. Si, existe el tema de la amistad, pero acá tiene una pequeña vuelta de tuerca. Si bien Rogen tiene importancia, la dupla que destaca y salva el film, es la protagonizada por Franco y Park. the-interview-141124 Usando la entrevista a su favor, el Dictador Kim utiliza al entrevistador Skylark para mostrar una Corea potente, con bienestar entre sus habitantes, y sobre todo, mostrarse así mismo como un ser humano ejemplo. El grueso de la película es esa amistad que intenta venderle Kim a Skylark, como dicen en la propia película “darle el panal de miel”. Así es como esta dupla carga a espaldas la historia, relegando al personaje de Rogen a un segundo plano. El tema es que ya se vieron films similares donde parodiaban gobiernos totalitaristas, y de forma mucho más cruda. A la mente se me viene Team America como buen ejemplo. Y acá es donde uno se pregunta si de verdad era para tanto revuelo. Está bien que la mente en occidente es muy distinta a oriente, y sabemos que a algunos países es mejor dejarlos así; porque donde se los provoca, hay una contestación. Pero uno esperaba mucho más viendo lo que pasaba en la realidad. Si no se usaba la formula de Team America, se podría haber utilizado entonces algo de mal gusto, como lo fue Borat y sus constantes burlas a otras culturas. Esta vez, si bien se ridiculiza un poco la figura de Kim, también se la humaniza en cierto grado, sobre todo cuando se lo ve como un ser pequeño ante la leyenda de su padre. 5158 Es obvio que esta película pasara a la historia por la enorme polémica que se armó en torno de ella. Cosa que también le va a afectar bastante en contra al producto final cuando uno lo vea. Y es que si bien como comedia entretiene y hace reír de a ratos, no pasa de la media general del genero, y de lo realizado por la dupla Rogen y Goldberg.