El legado de Carlos Jáuregui Carlos Jáuregui, primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina y uno de los impulsores de la Marcha del Orgullo en nuestro país, es el centro de este cálido documental de Lucas Santa Ana, que recorre su vida desde su infancia hasta su muerte, en 1996, a través de los recuerdos de los amigos y activistas que lo acompañaron en su lucha por la inclusión (fue uno de los impulsores del primer proyecto de unión civil porteño) y los derechos civiles del colectivo LGTBQI. Recortes de diarios, revistas y programas de TV, donde Jáuregui fue una presencia constante a la hora de debates y la concientización acerca de la diversidad sexual, resaltan su legado.
Soy tu karma: enredos más que remanidos Darío (Willy Toledo), un español divorciado que llegó a Buenos Aires para casarse, se despierta una mañana con una desconocida a su lado, una monja en su placard y un hombre que habla en un lenguaje extraño en su baño. Cada uno de ellos le recrimina haber abandonado a su hijo en España. De aquí en más la historia transita por el camino de lo absurdo, ya que esos personajes son solamente vistos por él. El film, ya una comedia de enredos, emprende a partir de su planteo fantástico situaciones que pretenden ser graciosas y apela a antiguos gags. El director trató de que los disparates tuviesen algo de gracia, pero todo es aquí bastante burdo y repetido.
Bepo: salir adelante en Pampa y la vía Cada cual es artífice de su propia aventura" lee Bepo al costado de las vías del tren, y este es el tema que sobrevuela esta road movie acerca de los entonces llamados "crotos", que transitan el paisaje pampeano entre vagones, mujeres, changas y las ganas de regresar a casa. Basado en un libro de Hugo Nario, el film captura la época en que las ideas anarquistas llegaron con los inmigrantes europeos. El director Marcelo Gálvez recorre con su cámara atenta el andar de ese Bepo soñador al que Luciano Guglielmino dota de enorme ternura, secundado por un elenco que otorga verdad a esta historia plena de emoción.
Liebig: ajadas postales de un pasado venturoso A principios del siglo XX, un grupo de europeos desembarcó en el río Uruguay para fundar una planta industrial especializada en producir extracto de carne. Liebig, Entre Ríos, fue bautizado con el nombre del alemán creador de la fórmula del producto. La demanda en tiempos de guerra de los productos enlatados convirtió ese territorio en una próspera localidad, pero en los años 70 la fábrica cerró y su impronta se redujo a una escultura con forma de envase de corned beef. El director Christian Ercolano recorre las instalaciones oxidadas de Liebig, hoy un pueblo fantasma, y expone el contraste entre un pasado suntuoso y un presente de privaciones.
Te esperaré: paternidad, memoria y compromiso Ariel Creu es un arquitecto argentino casado con Laura y ambos tienen en Federico, su joven hijo, a alguien que no cesa de enfrentarlos. Miguel Creu, padre de Ariel, participó en el bando republicano en la Guerra Civil Española, luego de la cual debió exiliarse en la Argentina, donde formó una familia y fue asesinado durante la dictadura. Este arquitecto taciturno siempre tuvo con su padre una difícil relación, en la que conflictos y resquemores quedaron pendientes de resolución durante las décadas intervinientes. Federico, mientras tanto, crece con una fuerte presencia simbólica de su abuelo, en tanto que la vida de Miguel Creu se desarrolla en pantalla a través de dos libros biográficos escritos por Juan Benítez, un ficticio literato español que llega a la Argentina para darle forma al tercer tomo de su obra. En este contexto se desarrollan intrincadas relaciones en el universo del profundo legado familiar dejado por Miguel Creu, con secretos que se encuentran en un final sorprendente. El director Alberto Lecchi, que retorna a la pantalla luego de rodar en 2013 el film Sola contigo, logró en Te esperaré apuntalar una historia familiar que combina el pasado con el presente dentro de un clima turbulento que va deshojando esos secretos que los protagonistas tenían guardados dentro de sus almas. Darío Grandinetti, Juan Echanove e Inés Estévez logran darle los necesarios matices a esta trama que habla de amores y de rencores.
El amor, por sobre la adversidad El joven Robin lleva una vida feliz. Practica deportes y parece tener toda su vida por delante. Pero el destino le hace una mala jugada: su cuerpo queda paralizado al contraer polio durante un viaje a África. Desde ese momento, Diana, su flamante esposa, comenzará una ardua lucha para que el ánimo de su esposo no decaiga, y decide llevarlo del hospital en el que está internado a su casa, dispuesta a ayudar a que su esposo supere las limitaciones de esa discapacidad con amorosa devoción. Ambos, junto a su pequeño hijo, se niegan a recluirse en el sufrimiento y deslumbran a todos con su humor y sus ansias de vivir. La historia, basada en los propios padres de Jonathan Cavendish, productor del film, recorre con ternura la existencia de esa pareja unida por el amor y el dolor. Robin (excelente trabajo de Andrew Garfield) va poco a poco intentando superar la quietud de su cuerpo, amparándose en su esposa, que deja a un lado su vida por momentos mundana para dedicarse a hacer feliz a su marido. En su debut como director Andy Serkis (reconocido por sus interpretaciones de Gollum en la saga de El señor de los anillos y de César en la de El planeta de los simios) supo manejar con toques poéticos la historia, sin ceder al melodrama y subrayando la posibilidad que tenemos todos de enfrentar la adversidad. Por su parte, Claire Foy (la reina Elizabeth II de la serie de Netflix The Crown) aporta ternura a su personaje de la incansable esposa.
La otra mansión embrujada En noviembre de 1974, el hijo mayor de una familia asesinó a sus padres y a sus cuatro hermanos mientras dormían. El siniestro episodio tuvo lugar en una mansión en Amityville, una población neoyorquina, y acerca de estos crímenes el escritor Jay Anson escribió un libro que muy pronto se convirtió en un best seller. Numerosos realizadores tomaron esta historia como base de sus films y así fue surgiendo una saga que integran más de una docena de títulos, que tuvieron como escenario esa siniestra mansión. Ahora es Franck Khalfoun (director de Maniac, muy interesante film que no tuvo estreno local en cines) quien retorna a ese escenario para contarnos la historia de Belle, una muchacha que, en compañía de su pequeña hermana y su hermano gemelo en estado de coma, se muda a esa casa junto a la madre para pagar el tratamiento del joven. Pero entonces comienzan a ocurrir fenómenos extraños, que incluyen la milagrosa recuperación de su hermano. Belle empieza a sospechar que su madre no le ha contado todo y pronto descubre que la casa conserva la maldición de antaño. El film no escapa a las clásicas recetas del género, pero Khalfoun sabe insuflarle a la historia el necesario clima de tensión que pide esta nueva derivación de la saga, y así el thriller convence por su clima de suspenso sostenido y siembra el terror entre los espectadores agradecidos. El elenco acompaña con razonable convicción.
Merello, la de la pasión arrasadora Actriz de recio temperamento y cancionista de tangos arrabaleros, Tita Merello transitó durante ocho décadas el cine, el teatro y la televisión, logrando los aplausos y la simpatía de sus fervientes admiradores. Llevar a la pantalla su vida y su trayectoria no era tarea fácil, ya que ella se debatió siempre entre el éxito y sus penurias personales, pero Teresa Costantini, como directora y guionista, supo entrelazar la existencia de esa artista con una época en la que el mundo masculino no admitía que una mujer se destacara en esos escenarios suburbanos en los que comenzó su carrera. El film, que se toma algunas licencias respecto de la historia de Tita, la encuentra por primera vez cuando intenta salir de su pobreza a fuerza de talento y carácter. Ser escuchada por Gardel y conocer al amor de su vida, Luis Sandrini, son los dos momentos definitorios en sus inicios. Teresa Costantini, en su doble rol de guionista y directora, logró una excelente recreación de una época de oro en el espectáculo argentino y tuvo en Mercedes Funes una Tita insuflada de pasión y de dolor. La película retrata además la amistad de "la morocha argentina" con las más populares figuras de la época, recrea en estupendos cuadros musicales varios temas de su repertorio tanguero (como el que da título al film) y se detiene en algunas de sus notables creaciones para la pantalla grande, como Los isleros, Mercado de Abasto, Filomena Marturano y Guacho.
Tres amigas recuperan el pasado Tres amigas que se conocieron en Barcelona en su juventud se reencuentran en Buenos Aires en el velorio del marido de una de ellas. Cada una carga sobre sus espaldas con algún problema personal que les impide hallar la tan ansiada felicidad, dilemas y conflictos que en ese postergado reencuentro saldrán a relucir cual fantasmas del pasado. Isabel, que llega con su marido, no puede disimular el cansancio que le produce su rutina compartida con un hombre que cada vez se aleja más de ella, mientras que María deberá luchar en silencio contra una enfermedad terminal. La viuda, en tanto, no puede dejar de recordar los gratos instantes que compartió con su pareja, un experto bailarín de tango. En medio del duelo, el trío reunido sacará a relucir los años que pasaron juntos, pero también los celos y las envidias que, poco a poco, amenazan con convertirlas en enemigas. La directora Karina Zarfino logró, sobre esta base argumental, exponer rituales distintos y personales que permiten volver a sacar a la luz la muerte socialmente ocultada. Así, sin caer en el simple melodramatismo, la historia se transforma en el espejo de muchas mujeres dispuestas a reencontrarse y a vivir, para mal o para bien, sus respectivos pasados. En el elenco en el que sobresalen los trabajos de Florencia Raggi, Claudia Cantero y Marian Bermejo, el film logra atrapar por su calidez y por su fiel retrato femenino.
La amistad más improbable Javier es un ejecutivo de una multinacional que espera un gran ascenso. Pero comete un pequeño error: indica mal la dirección de una calle a un desconocido y esta equivocación se transformará en su peor pesadilla cuando ese hombre desaliñado empieza a acosarlo. De aquí en más, nada parece salirle bien y en muy poco tiempo pierde su empleo y a su mujer, pero ya no a ese individuo, que se va despojando de su rara personalidad y empieza a sincerarse con quien ya está enfrentando los peores días de su vida. Grata comedia cargada de ironía, humor negro y acción Retiro voluntario, gracias a la segura mano del director Lucas Figueroa -autor del multipremiado cortometraje Porque hay cosas que nunca se olvidan-, que logró imponerle el necesario ritmo a estas vertiginosas aventuras y desventuras de un ambicioso ejecutivo en una curva descendiente. El resultado será que sus dos personajes centrales (muy buenos trabajos de Imanol Arias y Darío Grandinetti) avanzarán en este ameno entramado primero como ríspidos enemigos y con el paso de la historia, su relación irá transformándose en cálida e improbable amistad. Todo el elenco, especialmente Luis Luque, Miguel Ángel Solá y Paula Cancio, acompaña con indudable calidad esta historia que habla de tensiones diarias y de las verdaderas cosas importantes de la vida, apoyándose en ese dúo que hace valer sus fuerzas en medio de tantas cómicas andanzas.