Búsqueda implacable Películas de acción con Liam Neeson hay muchas. Lo hemos visto intentar recuperar su identidad, intentar sobrevivir durante una noche de la mafia, intentar rescatar a su hija y ex esposa. En fin, Liam Neeson ya es sinónimo de película de acción y lo vimos en esos papeles hasta el cansancio. O no tanto, porque esta semana se estrena Venganza, la nueva película de acción de Neeson pero que es muy diferente a las demás. La diferencia radica en dos aspectos. La primera es en la historia. El actor interpreta a Nelson “Mr. Plow” Coxman, un quitanieves de Kehoe, un pequeño pueblo de Colorado. Acá quien la pasa mal es su hijo, quien es asesinado por encargo de un mafioso tras quedar envuelto en un asunto de narcotráfico. Corrompido por el dolor que lo lleva incluso a la separación con su esposa (Laura Dern) decide buscar venganza por su propia cuenta. Hasta aquí la historia es muy similar a tantas otras, pero la diferencia recae en que Coxman no es ni un agente secreto ni un experto en combate, sino simplemente un quitanieves por lo cual los métodos que aplicara en busca de su venganza son bastante pocos ortodoxos propios de la inexperiencia. La segunda diferencia está dada en el tono de la película, ya que no se puede catalogar como una película de acción más. Sí hay escenas de acción, pero no tantas como se podría pensar ya que la película se centra más en los procesos de la búsqueda de venganza mostrándonos tanto la mirada de Coxman como de “El Vikingo” (Tom Bateman) el mafioso más importante de Colorado. Además, la ironía y el humor está bastante presente. Un humor que no llega a ser del todo negro, pero si por momentos incomodo que te hace reír en momentos que no deberías estar riendo, por ejemplo, la forma de contar las muertes que van sucediendo en la película. Tanto la inexperiencia de Coxman como la forma de ser de “El Vikingo” -bastante extravagante- contribuyen a dotar la película de ese humor mencionado. Si falla en algo Venganza es en intentar estirarla con subtramas que podrían tranquilamente haberse omitido, como la participación de la típica pareja de policías que está tras la mafia y no aporta nada o como lo que sucede en el enfrentamiento entre los indios y la mafia, pero esto si se puede entender que esta presencia funciona para darle mayor protagonismo al ambiente, el cual, tanto por el clima como por la ubicación es importante. Como curiosidad hay que destacar que esta película es una remake de la película noruega In Order of Disappearance (Kraftidioten) de 2014 y ambas fueron dirigidas por el mismo director, Hans Petter Moland, quien supo utilizar la fórmula que tanto éxito le dio a la carrera de Liam Neeson pero a la vez realizando cambios para generar un producto final totalmente distinto. Venganza es otra película de acción con Liam Neeson pero a su vez no es solo otra película de acción con Liam Neeson. Y posiblemente sea una de las mejores películas de acción con Liam Neeson hasta el momento.
Los cyborgs también tienen sentimientos En un futuro distópico en donde las personas remplazan su miembros por piezas robóticas convirtiéndose así en cyborgs, el Dr. Ido (Christoph Waltz) encuentra la cabeza de un cyborg y le da un nuevo cuerpo, y nombre: Alita (Rosa Salazar). Alita no recuerda nada de su pasado, pero todo indica a que esta relacionado con “la caida” una guerra entre las Repúblicas Unidas de Marte y la Tierra y la cual provoco la destrucción de las ciudades flotantes a excepción de una, Salem, donde viven los que logran destacarse de los demás, mientras que la tierra es habitada por la plebe. Poco a poco va descubriendo quien es a través de una serie de encuentros con personajes peligrosos y pintorescos que la llevan a encontrar su verdadera razón de ser en el mundo. La película dirigida por Robert Rodriguez y basada en el manga cyberpunk GUNNM es un espectáculo visual como pocas veces antes se vio. El CGI está muy presente, por su puesto, pero con una armonía tal que todo luce totalmente realistas y detallados, incluso aquellos personajes que tienen el 90% de su cuerpo robótico. Las escenas de acción tienen una coreografía perfectas e impredecible dotadas de violencia al limite del gore como sello propio del director, sobre toda una que se desarrolla en un bar. Sin dudas todo lo relacionado a los aspectos visuales es lo mejor de está película. Pero no solo de violencia se trata Battle Angel, ya que como casi toda historia distópica tiene su elementos filosóficos. En este caso esta centrado en Alita, su pasado y la pregunta de ¿quién soy en este mundo? Si hay algo que falla es en los momentos románticos entre los personajes de Alita y Hugo (Keean Johnson), un joven humano que le enseña el mundo y su deseo máximo es poder viajar a la ciudad flotante, algo que esta completamente prohibido. Estas escenas de amor adolescente no están de más, ya que sirve para mostrarnos que ademas de violentos, los cyborg también pueden tener sentimientos, pero sí están demasiado estiradas que su no presencia podría haberla hecho funcionar mejor. Sin spoilear la trama, podemos decir que por como se dan las cosas -por ejemplo varias incógnitas que no se terminan resolviendo- tendremos Alita para rato.
Aprendiendo a convivir Llega a los cines la última película nominada a los Óscars que quedaba por estrenarse y que ya lleva acumulados 37 premios -incluido el Golden Globe a mejor película musical o comedia– y con 5 nominaciones por parte de la academia. Gren Book está basada en una historia real y es básicamente una road movie de una pareja dispareja, con el elemento fundamental de racismo en los Estados Unidos de los 60s como el eje central de la trama. Viggo Mortensen interpreta a Frank “Tony Lip” Vallelonga, un italoamericano con tendencias racistas que trabajaba de patovica en el Copacabana, un famoso club nocturno de Nueva York. Luego de que el club entre en renovaciones consigue trabajo como el chofer personal de “Doc” Shirley (Mahershala Alí) un reconocido pianista de jazz afroamericano excéntrico, solitario y bastante sofisticado. Tony debe dejar su racismo de lado para acompañar a Shirley en su gira por el medio-este y sur profundo de los Estados Unidos, zonas donde los afroamericanos son tratados con total desprecio, y es por eso que durante su viaje deben guiarse por el ” The Negro Motorist Green Book”, un libro guía de los años 20 con locaciones en las cuales los negros son bien tratados. Durante las ocho semanas que dura el tour los personajes, opuestos en todos los sentidos, no solo aprenden a convivir sino que se enseñan mutuamente mientras Tony vive en carne propia los maltratos que sufre Doc solamente por ser negro, recapacitando sobre sus antiguas actitudes y generando una empatía a tal punto que comienza a florecer una gran amistad entre ambos. Es acá donde fluye lo mejor de la película que es la química entre Viggo Mortensen y Mahershala Alí. Sin duda, esta dupla es lo que le permitió a Green Book en un 80% ser uno de los films más reconocidos y galardonados del año. Si bien Mortensen la tuvo bastante difícil en cuanto a la competencia en las ternas de mejor actor, Alí ganó 7 premios en esta temporada como mejor actor de reparto y es casi un hecho que también se consagrará con el Óscar, repitiendo así el mismo premio que obtuvo en 2017 por Moonlight. Sin embargo, quien más ganó con esta película es el director Peter Farrelly, conocido por ser director de comedias como Tonto y Retonto (Dumb & Dumber, 1994), Loco por Mary ( There’s Something About Mary, 1998), Irene, yo y mi otro yo ( Me, Myself & Irene, 2000) y Los tres chiflados (The Three Stooges, 2012), dejando en claro a toda la industria que también puede dirigir dramas como este (a pesar de que para los Golden Globes es una comedia). La película puede ser tratada como muy moralista por algunos y de recurrir al tropo del “hombre blanco salvador de negros” por otros, sin embargo, hay que recordar que está basada en una historia real que permite ser un reflejo de la época que se vivió hace apenas 60 años ( y que en algunos lados aún se sigue viviendo), y en los personal deja un mejor mensaje sobre el racismo que otra película también nominada como el El infiltrado del KKKlan (Blackkklansman) de Spike Lee.
Todo no es tan increíble La gran aventura Lego (The Lego Movie, 2014) es, quizás, una de las mejores películas animadas que el cine nos dio en los últimos años. De echo, su no nominación a la categoría de Mejor película animada de los premios Oscars fue una de las mayores injusticias en la historia de la entrega de esos premios. Cinco años después, y con un spin-off de Batman en el medio, llega su secuela La gran aventura Lego 2 (The Lego Movie 2: The Second Part), posiblemente la primera gran decepción del año, y por decepción no me refiero a sea una mala película (de hecho es correcta), sino que para aquellos que esperábamos ver algo a la altura de sus antecesoras nos deja un sabor amargo. Para poder hacer una critica es imposible no compararla con la primera parte. Si hay algo que nos sorprendió esa película fue ver como lograban crear todo un mondo en base a unos muñecos y no solo lo lograron correctamente sino que la idea fue de lo más original. Además, todas las referencias a la cultura pop, la coalición de distintos mundos y un plop twist que nadie lo venía venir le sumó muchos pontos. Para esta secuela se esperaba ver nuevas ideas aún más originales, pero no solo no sucede sino que nos dan más de lo mismo. La película zafa en las referencias pop (pocas igual) pero pierde en historia y sobre todo en el giro de la trama, el cual es bastante confuso, teniendo en cuenta que es una película dirigida a los chicos. Se podría argumentar como defensa que esta película no esta dirigida por la dupla Phil Lord y Chris Miller (remplazados por Mike Mitchell), pero sin embargo fueron los encargados del guión y los principales productores (mismos cargos que tuvieron en la también exitosa Spider-Man: Un nuevo universo), por lo cual no hay defensa que valga. Simplemente se puede llegar al a conclusión de que quisieron repetir la fórmula que le dio tanto éxito cinco años atrás, algo que está implícito en las muchas (y cansadoras) canciones pop de la película que tienen toda la intención de quedar pegadas en nuestras cabezas, tal como sucedió con la maravillosa “Everything is Awesome”. Otro claro ejemplo de que repetir una formula no garantiza un nuevo éxito. Como ya dije, a pesar de ser una decepción no es una mala película. Sí tiene momentos un poco aburridos y la historia no termina de cerrar del todo, pero nuevamente la animación es perfecta y sin dudas los más chicos la van a disfrutar y a los más grandes se les escaparán algunas carcajadas, con las referencias dirigidas exclusivamente a ellos.
El segundo Dick Cheney fue posiblemente una de las personas más poderosas del mundo durante la década del 2000 y a la vez más desconocidas, incluso por gran parte de los Estados Unidos, país donde fue el vicepresidente de George W. Bush durante ocho años y hay quienes dicen que fue él quien realmente manejaba la Casa Blanca y tuvo una gran implicancia en la guerra con Irak. Es tan desconocida su historia que el director Adam McKay decidió llevarla al cine con El Vicepresidente: Más allá del poder, claro, con su estilo único lleno de ironía y juegos de montaje. Quien se pone en la piel de Cheney es nada más y nada menos que Christian Bale, actor que en varias veces ya hemos visto cambiar su fisonomía para interpretar distintos papeles, desde la delgadura extrema en El maquinista (The Machinist, 2004) pasando por un musculo Bruce Wayne en la trilogía de Dark Knight hasta llegar a este sexagenario, canoso, con poco pelo y robusto hombre, en quizás uno de sus mejores papeles de su extensa y reconocida carrera. Este papel ya lo ha hecho ganar todos los premios a la categoría a mejor actor en las entregas que se llevaron a cabo hasta ahora y es el gran favorito para llevarse el Oscar a esta categoría, sobre todo teniendo en cuenta que a la Academia le encantan las actuaciones que implican un gran cambio físico, tal como sucedió el año pasado con Gary Oldman y su interpretación de Churchill en Las horas más oscuras (Darkest Hour, 2018). El elenco lo completan Amy Adams como Lynne Cheney -esposa de Dick-, Steve Carell como Donald Rumsfeld -su mentor en la política- y Sam Rockwell como el Presidente George W. Bush. Todos con prótesis y maquillaje que logran parecerse a la perfección a sus personajes. Si hay algo que se destaca de esta biópic es la forma de contarla que eligió McKay, reconocido director de Saturday Night Live, las películas de Anchorman y La gran apuesta (The Big Short, 2015) la cual se parece en varios aspectos con este film al ser un drama narrado desde la ironía y con recursos de la comedia, especialmente por los juegos de montaje utilizado. Sin dudas este estilo -ya un sello propio del director- logra que la historia se vuelva interesante para todos dotándola de frescura -con algunas excentricidades- algo que no es común ver en los dramas biográficos. Sin embargo, en la segunda mitad de la película, la cual se centra exclusivamente en sus años como vicepresidente de Estados Unidos y su fundamental implicancia en la guerra con Irak este estilo va desapareciendo de a poco hasta tornarse una película dramática tal como solemos conocerlas y un tanto engorrosa de comprender, dando a entender que lo que se relata allí es un tema “serio”, y es ahí donde uno se da cuenta que sin esos recursos la película se vuelve “una más” hasta se llega a preguntar si es necesario que hayan hecho una película sobre este hombre. En conclusión, El vicepresidente es una película interesante desde sus actuaciones y recursos técnicos, con algunas escenas que pueden sacar algunas risas, pero un tanto difícil de comprender en sus momentos culminantes.
Defendiendo el legado La saga de Rocky ya es una mitología en si mismo con millones de fanáticos, y desde 2015, con el estreno de Creed: Corazón de campeón se extendió con la incorporación de un nuevo protagonista: Adonis Creed, hijo del fallecido Apollo. Si bien la anterior película podría considerarse una continuación de la saga de Rocky o un spin-off, también se constituía por si sola como una película independiente que podía ser vista sin haber visto ninguna de las anteriores. En esta nueva entrega ya requiere un poco más de conocimiento ya que es una secuela directa de Creed I y a la vez de Rocky IV (1985), película en la que su padre falleció arriba del ring a manos del boxeador soviético Ivan Drago (Dolph Lundgren). En esta ocasión el director Steven Caple Jr. ocupa el lugar que dejó Ryan Coogler -uno de los directores más reconocidos de los últimos años- y a pesar de no contar con experiencia en grandes películas, logra estar a la altura e incluso dotarle más dramatismo y emoción a la trama (sobre todo cuando empieza a sonar ESA música). La edición visual y sonora están tan bien construida que el espectador sufre junto a los boxeadores por cada golpe recibido. Otro punto a destacar es que por primera vez los rivales de los protagonistas están totalmente humanizados. En Rocky IV nos presentaron a Ivan Drago directamente como una máquina de boxear sin emociones. Ahora lo vemos entrenando a su hijo, ambos totalmente corrompidos y resentidos tras haber perdido todo (desde su reconocimiento hasta su esposa) luego de la derrota en manos de Rocky. En su anterior película vimos a Adonis dando sus primeros pasos en el boxeo siendo entrenado por Rocky Balboa (Sylvester Stallone) como su coach y figura paterna tanto arriba como abajo del ring. Ahora, ya consolidado como un boxeador profesional, deberá demostrar que está a la altura de lo que alguna vez fueron tanto su padre como su entrenador, al enfrentase a Victor Drago. Pero claro, esta pelea no es una más, sino que para ambos boxeadores significa su mayor desafío. Otro pilar importante es el de Bianca (Tessa Tompson), la novia de Adonis y su apoyo moral para afrontar todo lo que la vida le pone en frente. Como no podía ser de otra manera Rocky le aporta toda la emoción a la película demostrando que sigue siendo un luchador de la vida. Si en Creed I tuvo que enfrentarse al cáncer ahora peleará con sus demonios internos y su pasado que hizo alejarlo de su hijo. Adonis, Bianca y Rocky están ahí para demostrar que las verdaderas peleas ocurren debajo del ring. Creed II, curiosamente, presenta una incoherencia, pero muy positiva. Por un lado, está relacionada fuertemente con la saga de Rocky (sobre todo la mencionada Rocky IV) lo que genera un gran atractivo para los fanáticos del personaje, pero a su vez el personaje de Adonis demuestra que puede valerse por sí mismo, y a la vez que defiende el legado de su padre y su entrenador, logra construir el suyo.
Goku y Vegeta Vs. Freezer y Broly Y finalmente llega a los cines Dragon Ball Super: Broly, la primera película canónica del anime japonés creado por Akira Toriyama. Seguro te estarás preguntando: pero ¿cómo? ¿Acaso no existen una decena de películas de Dragon Ball? ¿Incluso no aparece Broly en varias de esas? La respuesta es sí. Existen casi 20 películas de esta serie, pero ninguna ha sido canónica hasta ahora. Para entenderlo mejor hay que pensar en dos líneas temporales diferentes: en una ocurren todos los hechos vistos en la serie, pero nada de lo sucede en las películas ni los personajes exclusivo de estas son tenidos en cuenta. En la otra línea sí ocurren los hechos de las películas, así como también algunos de la propia serie. Esta nueva película ocurre inmediatamente después de la saga de El Torneo de la Fuerza, es decir, al finalizar el animé de Dragon Ball Super, por lo cual se considera dentro de la primera línea temporal mencionada. Es por eso que el personaje de Broly, a pesar de que ya lo hayamos visto en tres oportunidades, esta debe considerarse la primera vez que se encuentra con Goku, obviando todo lo anterior. Tampoco puede ser considerada una remake de El poder invencible (199) ya que además de presentarnos una historia completamente nueva también la personalidad del villano es completamente distinta. La película puede dividirse en dos parte. La primera nos ubica 40 años atrás y nos permite explorar aún mas en profundidad los últimos días del planeta Vegeto y el fin de la raza Saiyan. Allí vemos a un joven Freezer que recién asciende al trono de emperador del universo, unos muy pequeños Vegeta, Goku y Radditz (hermano de Goku), volvemos a ver a Bardock (padre de Goku) y se hace presente por primera vez en el animé Gine, la madre de Goku, que tuvo su debut en el manga hace apenas unos 5 años. En esta época Broly y su padre son exiliados por el Rey Vegeta por lo cual sobreviven a la destrucción del planeta. Si bien esta parte suma muchos datos importantes a la mitología del anime, por momentos se torna un tanto aburrida y repetitiva. La segunda parte ya se ubica en la actualidad en la cual Freezer intenta construir un nuevo imperio para, por fin, derrotar a Goku y Vegeta y es así como tras descubrir la existencia de Broly lo recluta y se dirige con él a la Tierra. A partir de allí comienza una increíble batalla que hará deleitar a todos los fanáticos con una impresionante animación que por momentos se torna un poco surrealista. Dragon Ball Super: Brolly suma nuevos personajes (algunos nuevos pero viejos conocidos a la vez), nuevas transformaciones y fusiones. Es una película exclusiva para los fanáticos de este animé, por lo cual a aquellas personas que se encuentran ajenas a la serie se le recomienda que no intenten entrar acá.
Amo y señor Aunque cueste creerlo Pablo Escobar y Winston Churchill tienen algo en común: las exhaustivas interpretaciones en películas y series que han tenido en los últimos años. Al capo del Cartel de Medellin ya se lo vio en las exitosas series: Escobar, el patrón del mal (2012) y las primeras dos temporadas de Narcos (2015-2016), así como también en la correcta película Escobar, paraíso perdido (Escobar: Paradise Lost, 2014), entre otras. Ahora en la “Escobar Exploitation” le toca el turno a Pablo Escobar: la traición (Loving Pablo, 2018), protagonizada por el matrimonio español Javier Bardem / Penélope Cruz y dirigida por León de Aranoa. En esta ocasión se le busca dar una mirada diferente al contar la historia desde el punto de vida de la periodista y ex amante de Escobar Virginia Vallejo (Penélope Cruz). Sin embargo, ni siquiera esta vuelta de tuerca logra tapar todos los fallos de la película. En primer lugar hay que destacar la actuación de Bardem como Pablo Escobar al lograr una interpretación cargada de magnetismo y crueldad por igual propia del personaje, pero no se puede decir lo mismo de Penélope Cruz quien sobreactúa su papel llegando al absurdo, lo que no permite que exista una química entre ambos personajes, algo curioso teniendo en cuenta que los actores son pareja en la vida real. Tampoco ayudan los recursos artísticos elegidos por el director como la elección de que los personajes, que son colombianos se expresen en un inglés muy forzado (solo con algunas expresiones en español) mientras que los personajes que los rodean si hablan en su mayoría con el acento original, generando un raro collage idiomático. La película pretende abarcar la historia de la subida definitiva a la cima de Escobar como el capo de la droga, sus acciones para mantenerse en lo más alto y los detalles que llevaron a su caída final, cada acto intentado contar con la mayor verisímiles posible. Sin embargo, en su conjunto la película se queda en mitad de camino y no logra aportar nada nuevo a este personaje que ya ah sido explotado hasta el cansancio.
La guerra mundial Z Películas sobre la Segunda Guerra Mundial hay y muchas, pero si buscamos algo “fuera de lo normal” con experimentos nazis y monstruos ahora tenemos Operación Overlord, la nueva película producida por J.J. Abrams y que en momento se especuló que podría ser una precuela de Cloverfield pero luego fue desmentido, a pesar de que comparte varios elementos de la saga desde los aspectos visuales hasta el suspenso. La trama sigue a un pequeño grupo de soldados estadounidenses en pleno desembarco de Normandía que luego de que su avión sea destruido logran sobrevivir y son refugiados por Chloe (Mathilde Ollivier), una joven francesa que vive con su pequeño hermano y su tía -quien tiene una rara enfermedad-, y además es acosada por Wafner (Pilou Asbæk), un general Nazi que la amenaza con llevarse a su hermano al igual que ya lo hicieron con sus padres. Hasta ese momento puede parecerse a cualquier otra película bélica, y son justamente esos primeros 40 minutos los “más aburridos”, no porque realmente sean aburridos por que de hecho podemos ver bastantes escenas de acción, sino porque todavía no aporta nada que la difiera de todas las demás películas. Sin embargo, cuando el solado Boyce (Jovan Adepo), el más moralista del grupo, se infiltra en la iglesia para destruir la torre de control y permitir el arribo del resto de los aviones, descubre un laboratorio secreto nazi donde se realizan experimentos en las personas secuestradas con el objetivo de crear un ejército monstruoso para un “Reich de mil años”. A partir de allí la escena cambia completamente y Operación Overlord se torna una pelicula de ciencia ficción con tintes de terror y suspenso en medio de la Segunda Guerra Mundial. El grupo de soldados lo completan Ford (Wyatt Russell) como el mas misteriosos y quien terminará liderando al resto; Tibbet (John Magaro) como el bromista; y Chase (Iain De Caestecker) como el más temeroso. Sin embargo, más allá de que cada uno tenga su momento, ninguno de los protagonistas logra sobresalir ni destacarse por sobre el resto. La película está dirigida por el Australiano Julius Avery (Son of a Gun y próximo director de la remake de Flash Gordon) quien en los 108 minutos del film logra generar un gran clima de fantasía y suspenso con varias escenas bien gore y otras que hacen que el espectador se agarre de la butaca por la tensión que se trasmite en la pantalla, todo esto aún más destacado con grandes efectos visuales y sonoros. Para aquellos amantes del cine bélico histórico y el género de terror, Operación Overlord es la película ideal para ver.
Detrás de las paredes Lewis (Owen Vaccaro) es un niño huérfano que tras la muerte de sus padres se muda a la casa de su tío Jonathan (Jack Black). Pese a que todo parece normal, ese hogar, su tío y su vecina, la señora Zimmerman (Cate Blanchett) esconden un secreto: son magos. Cuando Lewis se entera hará todo lo posible para adentrarse al mundo de la magia, pero no todo es alegría en ese extraño hogar. Un desesperante tic-tac de un reloj resuena por las paredes de la casa que inquieta al pequeño y a su tío, lo que lo lleva a intentar descubrir los misterios ocultos que estarán involucrado con el fallecido mago Isaac Izard (Kyle MacLachlan), antiguo compañero de Jonathan. Sus descubrimientos desembocan en un reloj oculto que puede provocar la destrucción del mundo si no logra detenerlo a tiempo. La casa con un reloj en sus paredes logra destacarse en tres aspectos. El primero y más obvio es el nivel actoral de Jack Black y Cate Blanchett que logran generar una gran química con dos personajes con personalidades tan opuestas. La segunda es en lo visual. Por un lado, la ambientación de los años 50s y por el otro los efectos especiales tan bien logrados. Por último se destaca la fantasía, el terror juvenil y toques de humor presentes que forman un equilibrio entre estos estilos. El punto flojo se encuentra en la tardía llegada al punto de conflicto, estirando bastante todo lo previo, incluyendo algunas escenas repetitivas que no aportan a la trama y otras habladas por demás. Es inevitable, a pesar de varias diferencias, asociar la historia de La casa con un reloj en sus paredes con la saga de Harry Potter, sobre todo por las características del protagonista, un niño huérfano, que intenta convertirse en mago. Sin embargo, hay que rescatar que esta película esta basado en una novela homónima publicada por el autor John Bellairs en 1973 (2 décadas y medias antes de la saga de J.K. Rowling) como el comienzo de una saga de libros que la lleva mas de 12 volúmenes. Quien se encuentra detrás de cámara es el director Eli Roth que, con más o menos éxito, quiere demostrar que puede encargarse de un amplio abanico de géneros al tener en su haber películas de terror como Hostel (2005), de acción como Deseo de matar (Death Wish, 2018) y ahora de una fantasía dirigida a espectadores infantiles. La casa con un reloj en sus paredes es una película ideal para que los más chicos comiencen a adentrase al mundo del genero de terror en un marco fantasioso y con el humor acorde para llamar su atención.