Para fanáticos de lascriaturas azules, una comedia con más maldad de Gargamel y más protagonismo de la Pitufina, más unos seres malignos que se ponen azules a fuerza de cariño. Naif, simpática, ideal para los más chiquitos.
Ariel Winograd, elmismo de “Cara de queso” y “Mi primera boda”, se mete con un policial en clave romántica y divertida, pero respetando todas las reglas del género y el resultado es redondo. Daniel Hendler, en un rol distinto, un ganador, ladrón que no conoce imposibles, y Valeria Bertucelli, lejos de sus sufrientes criaturas, una ganadora que oculta secretos. Entre los dos, más un delirante Martin Piroyansky. Un deleite entretenido y burbujeante.
Las dos obras son delpremiado director Matías Piñeiro. Y en las dos, el texto de Shakespeare se mezcla con la realidad, mujeres que ensayan las palabras eternas y la vida en un juego de talento y frescura, filosofía vital y profundidades varias. Un cine distinto, que hay que ver.
Está el personaje delas garras de Adamantio, con su carga de iras y pesadillas, recala en Japón para meterse de lleno entre una rica heredera, una singular guardaespaldas y cientos de samurais e integrantes de la Yakuza. Además de peleas con destreza de artes marciales continuas por primera vez se enfrenta (por obra y gracia de un poderoso y una mutante) con la posibilidad de perder sus poderes curativos y su inmortalidad. El peligro de muerte es palpable. Mejor armado el personaje adquiere más espesura (deja de ser el malhumorado con cuchillitos) y entretiene con una visión más oscura y una trama que tiene sus defectos pero entretiene. Ojo, no irse con los títulos porque hay una yapa de los próximos Xmen.
El director Sthepane Brize, el mismo de “Un affaire de amor”, vuelve a convocar a Vincent Lindon para una película que plantea la difícil relación entre un hijo adulto y su madre (deben convivir porque él salió de la cárcel), la enfermedad y la decisión del suicidio asistido permitido en Suiza. Pero además, si entre esos seres es posible un gesto de mínimo entendimiento antes de la muerte. Película profunda, distanciada del golpe bajo, bien actuada, que deja interrogantes fundamentales para el espectador.
Una comedia con grandes actores como Jason Bateman y Melissa McCarthy que plantea un caso de robo de identidad que lleva a la ruina a la víctima y a conocer a la delincuente, exagerada en su crueldad, pero también tierna. Un argumento que apunta al delirio y al toque emocional que entretiene hasta ahí, con enredos previsibles.
Un caso muy conocido,que tuvo amplia difusión, el de Julián un niño de la comunidad indígena Mbya Guaraní, que es internado y traído a Buenos Aires por una orden judicial para operarlo de un tumor en su corazón. El guion y la dirección de Ximena González apuntan al constante choque de culturas entre el poder de los blancos -como ellos llaman a quienes no son sus pares- y el líder espiritual que reclama curarlo con su medicina en el lugar de origen. Una interesantísima visión, donde las imágenes nos plantean contradicciones, esperas, interrogantes.
Lucas Martelli el director se inspira en un hecho ficticio para mostrar el mundo de los payasos, algunos veteranos, muchos jóvenes, clanes, familias. A pesar de cierto desorden en el relato y de las reiteraciones, la frescura de muchas escenas gana al espectador.
Un documental conmovedor ¿El lugar? La cárcel de Ezeiza, donde conviven más de doscientas mujeres. Allí funciona un taller de poesía que despierta entre las asistentes sentimientos dormidos, necesidad de expresión. A través de tres historias un mundo donde florece la esperanza de la mano del talento.