El mismo dúo de “Los rompebodas”: Vince Vaughn y Owen Wilson. Dos vendedores que se quedan sin trabajo e intentan hacer un curso de pasantía en Google, junto a un grupo de estudiantes brillantes. La comedia transcurre en carriles convencionales, con situaciones obvias. Pero interesante es el telón de fondo, cómo la empresa que se promociona como el mejor lugar para trabajar, lleno de diseño y color, tiene en realidad una competencia más que despiadada para gente de mediana edad y también para los más jóvenes.
Es seguro que la gente diga, como ocurre con Darín, voy a ver la película de Francella y se encuentren con una historia que llama la atención por una cuestión de tamaño pero pone el acento en la mirada de los otros frente a los diferentes. El efecto de “achicar” al protagonista está bien logrado, y después de la sorpresa, la historia es otra. Una situación límite con aristas sobre la discriminación.
Cuatro adolescentes y una fábrica abandonada. Cuatro historias y un final que busca sorprender. Una película de poco vuelo y que por momentos pierde fuerza en el relato.
Es un documental especial, hecho con respeto y buenas intenciones por Sebastian Lingiardi, que narra cómo dos compañeros de la infancia deciden de adultos registrar antiguos relatos orales wichí. Muy interesante.
Desde el vamos, la leyenda basada en un hecho real está certificada por Lorraine Warren, que vivió lo que se cuenta en la película, donde es encarnada por Vera Farmiga. El film, dirigido por James Wan (“Los juegos del miedo”) cuenta lo que ocurre en una granja poseída, y cómo los Warren, famosos investigadores de fenómenos paranormales, combaten esas presencias demoníacas. Lo que ocurre, bien contado, se vio en muchos films de terror, pero la construcción del relato es contundente y provoca inquietudes varias.
Precedida por críticas españolas que la destrozaron, Almodóvar suele sufrir esos ensañamientos en su país, este film marca un retorno del director a la estética, el delirio y el desenfado de los 80 que marcaron a fuego su estilo. Pero el tiempo pasó y esos graciosos personajes gays o bisexuales, más el estafador, la vidente, la madama y el asesino provocan sonrisas leves pero poca sorpresa. Si bien es un Almodóvar menor, se disfruta de estos pasajeros en un avión sin destino donde él quiso simbolizar a la España actual.
Es un thriller de acción, pero también una manera de ver cómo funciona le ley la lucha contra el narcotráfico en EEUU. Un chico a punto de entrar a la facultad admite recibir un paquete con drogas. Es apresado y condenado. El padre del chico comprende que si se mete con el narcotráfico y entrega a un pez gordo, salvará a su hijo de la cárcel. Un recoveco legal. Y la excusa para la acción. Entretiene, nada más.
La última etapa de la vida del famoso pintor Auguste Renoir realizada con morosidad e inteligencia. El pintor, aquejado por su viudez, por una artritis implacable, despierta a la pasión por una joven modelo. Hará en esa época sus cuadros más famosos. En ese momento regresa el hijo del artista, herido de guerra, con futuro destino de fama en el cine, que también se deslumbra con la joven. De ese triángulo de deseos cruzados se nutre el film, pero también de discusiones filosóficas, del aferrarse a la vida y el deseo de muerte, y el punto de cruce entre pintura y cine.
Una coproducción argentina francesa de Edouard Deluc, un film de aventura, de caminos: dos hermanos franceses llegan a nuestro país, para participar en Mendoza del casamiento de un primo. Tienen que superar varios obstáculos, conocerse, fundamentalmente, sorprenderse con Buenos Aires primero y Mendoza después, sobrevivir chapurreando el idioma, hacerse de aliados (un conserje y una chica que busca huir) de su hogar. En el mientras tanto, espacio para el humor, el conocimiento entre hermanos, el amor y los secretos mejor guardados. Despareja pero fresca y bien actuada.
La primera fue unacierto, con estos agentes retirados extremadamente peligroso (eso significa red), la segunda ya no tiene la sorpresa, y no es un mal fin, pero es más de lo mismo. Sigue el encanto cara de piedra de Bruce Willis, John Malkovich se divierte igual que Anthony Hopkins y a Helen Mirren el talento le brota. Si a eso se le suma Mary Louise Parker y Catherine Z Jones, la peli entretiene con algunos momentos muy buenos.