Entretenimiento armado para dejar prendido al espectador. No importa que después la resolución sea ingenua. El durante funciona con suspenso, vértigo literal y mucha acción. Un hombre parado en una cornisa, sinónimo de desesperación, es en realidad alguien que busca justicia.
Quiere ser como 300 pero no es lo mismo. Es de guerreros, al estilo de las que se hicieron en serie en Italia, con Maciste y sus aliados. Héroes de otros tiempo, dioses que toman partido, titanes, un rey malísimo a cargo de Mickey Rourke. En fin. Con buenos efectos especiales, muchas luchas, y poco más.
Para quienes son admiradores incondicionales del humor de Diego Capusotto y su aliado creativo Pedro Saborido, estarán en la gloria. Para los recién llegados, la mejor oportunidad. Un humor original y creativo, cáustico, con un discurso a cargo de Violencia Rivas en un supuesto documental inteligente y delirante en contra de los peligros del entretenimiento. Hay que verla.
David Fincher lo hizo. Se plantó ante la fama de “Millenium”, ante la trilogía de películas suecas, y demostró que su versión no es en vano. Volvió al libro original, cambió sólo algunas cosas superfluas, ya que la historia tiene tantos elementos atractivos y terribles, y con gran solidez nos regala su versión aún más intensa y fría y también más fácil para el espectador. Daniel Craig está perfecto y la gran discusión entre los fanáticos es si Roonet Mara está o no a la altura de la mítica Noomi Rapace, que es la reina de las tres pelis suecas. Es distinta, más apagada, quizás más parecida a la que soñó el autor. Para discutir las diferencias o para descubrir una obra que tiene fanáticos en el mundo, hay que verla.
El mundo de la política, el ambiente de primarias en EEUU, la obsesión del poder, las promesas y las convicciones que pueden ladearse por distintas razones, las trampas para aminorar las ventajas de un equipo, el descubrimiento de secretos que destruyen y permiten la acumulación de más poder. George Clooney se maneja con pericia, con verdad y profundidad. El protagonista, Ryan Gosling, hace un gran trabajo, igual que Clooney, Paul Giamatti y Philip Seymor Hoffman.
Uno imagina que Ben Stiller (ademas productor) junto a Eddie Murphy son sinónimo de un humor muy característico, pero aquí se trata de un thriller en tono de comedia. Un robo con fines solidarios, con momentos delirantes para estos ladrones principiantes, con más posibilidades de torpeza y fracaso que inteligencia. Un buen entretenimiento
Una muy buena idea plasmada en un buen guion, del director Jose Glusman y Daniel Lopez, con actores de talento (el “puma” Goity, Mauricio Dayub, Pompeyo Audivert, Héctor Bidonde). Lo que no llega a buen nivele es la realización. Igual vale para la tradición del policial argentino.
Si decimos que es tan intensa, más espectacular y con un mejor enemigo que la primera, le hacemos justicia. La mente perversa, brillante, malvada de Moriarty es perfecta para las cualidades del detective. Juntos y enfrentados brillan. El duelo entre Robert Downey Jr, más histrión, con disfraces increíbles, tiene en Jared Harris el oponente a su medida. Brillan Noomi Rapace y Jude Law junto a un elenco impecable. Diversión de marca mayor
Volvieron. Presentes en la nostalgia de varias generaciones, estos muñecos entrañables buscan captar a los fans adultos y crear nuevos. Con más ingenuidad pero igual ternura, con el estreno de un nuevo integrante que los ama y tiene una familia humana (un recurso que es un hallazgo) cada personaje convocará recuerdos. Miss Piggy, más glamorosa que nunca, René maravilloso. Naif y encantadora. Hay que verla.
Ambientada en la década del 60, cuando en el sur de EEUU los derechos de los afroamericanos no existían. Las señoras ricas sureñas blancas no pueden sobrevivir sin sus criadas negras. Ellas cuidan a sus hijos, cocinan, limpian pero también sufren todos los desprecios. Una relación de dolores e injusticia que a instancias de una futura escritora ellas se atreven a contar. El resultado es un film conmovedor, con grandes actrices, situaciones increíbles que ponen al desnudo las raíces del racismo.