Sangre nueva En tiempos en los que Luna Nueva hace estragos en boleterías, esta criatura nocturna intentará abrirse paso con sus colmillos afilados. Y lo bien que hace. Vampiros suecos: toda una rareza. Una historia sólida, bien narrada y con recursos visuales que sorprenden. El público se encontrará con un relato que se toma su tiempo, pero dosifica correctamente los sustos y los climas hasta su sangriento final. Este también es un cuento de amor. Oskar, un niño tímido de doce años, vive en un suburbio de Estocolmo y, en su camino, aparece Eli, una chica recién llegada al vecindario. Su aparición coincidirá con una serie de misteriosos asesinatos y el caos no tardará en desatarse. Al igual que en La hora del espanto (donde el vecino recién llegado traía más de un dolor de cabeza al protagonista), el director Tomas Alfredson equilibra aquí una trama de lealtad, amistad y enamoramiento dentro del cambiante mundo adolescente. Y le imprime su mirada poética y misteriosa que la convierte en una propuesta original. El blanco de la nieve se funde con el rojo sangre en esta escalofriante variante del mito vampírico. Sangre nueva y burbujeante que tarda en aflorar, pero finalmente lo hace con gran belleza visual. La escena de la pileta quedará en la retina de muchos y es de las más logradas que se han visto en años. Esta criatura de la noche debería recomendarle un buen dentista a los chicos de Luna Nueva.
Una perlita documental Una muy grata sorpresa resulta El último aplauso, el documental de German Kral que se exhibe en nuestro país. El mundo olvidado de un viejo bar en el barrio de Pompeya y los músicos que lo habitan, sirven como inspiración para contar una historia emocionante. Una radiografía de viejos artistas que lucha desde su lugar y que todavía están en forma para demostrarle al mundo que no piensan bajar sus brazos. Todo lo contrario, cantan desde el corazón y expresan lo que mejor saben hacer. Lo interesante del film es que toda esa riqueza atraviesa la pantalla a través de la música y los testimonios de sus protagonistas. Una perla valiosa que hay que saber escuchar.
El mundo se cae a pedazos... El año en el que la Tierra llega a su fin según la civilización maya. Con este punto de partida, el director Roland Emmerich (especializado en catástrofes de todo tipo) construye un relato que fusiona la aventura y las advertencias sobre una Tierra cambiante. En ese aspecto, parece que el público estuviese montado en una atracción de un parque de diversiones de Orlando junto a los protagonistas: un escritor separado (John Cusack), su ex esposa (Amanda Peet), un profeta loco (Woody Harrelson) y un geólogo (Chiwetel Ejiofor) que prevee el peligro que se avecina. En tanto, los mandatarios mundiales (Danny Gover como el Presidente de los Estados Unidos) tienen planes secretos para salvar a los sobrevivientes. Si bien su excesiva duración (153 minutos) le juega en contra, 2012 entrega adrenalina en la mayoría de sus secuencias, recordando a títulos clásicos como Terremoto o La aventura del Poseidón (con una escena casi calcada) y Volcano. Todo está pensado al detalle en esta megaproducción que no escatima gastos y en la que los personajes siempre se salvan raspando. Persecuciones, escapes , la Tierra que se devora todo en segundos y el agua que llega de todas partes, son los ingredientes para sorprender al espectador. El marco escenográfico también aporta lo suyo y juega con la imágen del Cristo Redentor en Río de Janeiro, derrumbándose como si fuera papel, o de la Capilla Sixtina hecha pedazos. El dato curioso: la película no fue pensada para exhibirse en el Imax. Hubiese sido una atracción más.
Una peculiar aventura animada coproducida por Estados Unidos, el Reino Unido y España, con dirección de Jorge Blanco (creador de los video juegos Commandos), que narra la llegada de un astronauta americano al Planeta 51, donde encuentra varias sorpresas. Esta comedia alienígena escrita por Joe Stillman (el mismo de Shrek) despliega personajes apenas simpáticos (criaturas verdes con antenas) pero sí acierta en la inversión de la fórmula: los invasores somos nosotros. La correcta animación, la ambientación de la aldea apacible, las referencias a títulos clásicos de la ciencia-ficción y los “aliens” paseados con collares por sus dueños constituyen los atractivos de esta propuesta.
El clásico navideño de Charles Dickens aparece renovado con tecnología de punta: 3D y captura de movimiento (al igual que en El Expreso Polar y Beauwolf) y con el sello inconfundible de Robert Zemeckis. Un hombre miserable, temido y solitario (Jim Carrey) maltrata a su empleado (Gary Oldman) y escapa a las obligaciones familiares con su sobrino (Colin Firth) hasta que es visitado por presecias fantasmales que cambiarán su visió del mundo. Una fábula escalofriante (no recomendable para los más chicos) y aleccionadora que entrega sobresaltos y deja lugar a la aventura en su segunda parte. La caída de la nieve y los vuelos sobre Londres encuentran un buen adepto en el 3D y potencian la profundidad de campo. Pero la estrella del film es la historia y Jim Carrey, que encarna a siete personajes en sus edistintas edades y a los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura. La oscurdad que surge de algunas situaciones familiares y relaciones laborales resulta más terrorífica que las presencias del "más allá".
La fórmula entre romance adolescente y criaturas de la noche encuentra su punto débil en esta continuación de Crepúsculo. La adolescente Bella y el irresistible vampiro Edward (el ascendente Robert Pattinson) enfrentan nuevos obstáculos: la amenazante presencia de lobos rondando en los bosques de Forks, la terrorífica amenaza de una vampiresa y un siniestro clan de vampiros que reina en Italia, los Vulturi. Una de las incorporaciones de esta secuela es la crecidita Dakota Fanning, la actriz de La guerra de los mundos y Mente siniestra. LUNA NUEVA CON POCA LUZ Por su parte, la mano del director Chris Weitz encuentra un libro del que no saca tanto provecho ni crea los climas necesarios para que la tensión crezca lo suficiente. Prefiere mostrar la lucha de dos lobos (demasiado plástico para los tiempos que corren) con personajes que amagan durante más de dos horas y no concretan. Vampiros muy enamoradizos, light y en versión descremada. ¿Dónde quedaron los inmortales colmillos de Christopher Lee?. Acá seguro que no.
Comedia romántica que va y viene en el tiempo. El jovenTom (Joseph Gordon-Levitt, de la serie 3rd Rock from the sun y G.I.Joe), un arquitecto que escribe tarjetas de felicitación, decide revisar los quinientos días de su relación con Summer (Zooey Deschanel, vista en “Sí, Señor!”), la mujer de sus sueños y la secretaria de su jefe, cuando ella decide terminar la relación. La idea de escribir tarjetas melosas para terceros perono poder comunicar sus propios sentimientos era interesante desde el inicio, pero no todo lo que se ve resulta entretenido. El relato aprovecha la pegadiza banda sonora para conquistar al espectador.
El regreso de un clásico imperdible Vuelve un clásico de la animación con el sello del director John Lasseter, pero esta vez el reestreno se produce con el apoyo tecnológico de las 3 dimensiones. Con la festejada y pegadiza partitura musical de Randy Newman, la película es un verdadero canto a la amistad erntre un niño y sus juguetes que cobran vida. La aparición de Buzz Lightyear, la nueva adquisición de Andy, el protagonista, genera conflictos y celos en Woody, el vaquero que ha sido el juguete preferido por años. Toy Story se impone una vez más por su eterno espíritu lúdico, por sus entrañables personajes, series sin vida que, de la noche a la mañana, sienten y respiran tanto o más que el personaje humano de la historia. El film se exhibirá sólo por dos semanas, antes del reestreno de Toy Sory 2, tambien en 3D. Y la culminación de la saga se verá en julio con la llegada de la tercera parte.