Rápidos y Furiosos 7, 7 películas para el grupo que supo ganarse el corazón de muchas partes del mundo, la franquicia más exitosa de Universal Studios vuelve a la carga para arrasar en la taquilla mundial teniendo de regreso a la acción a Toretto y su banda más ese plus negativo, pero positivo al fin: La última película de Paul Walker (1973-2013). La película comienza muy arriba y termina muy abajo así como esos autos que saltan de un avión. 7 películas, muchas ideas para hacer que un grupo de amigos con unos autos super tuneados hagan lo que quieran, bueno, el estudio y el presupuesto de éstas películas lo pueden. Por momentos se sentirán disfrutando de estos momentos flasheros que la verdad son el principal motivo por lo que uno se pone a ver éstas películas, el tema es lo siguiente: Yo quiero comenzar con buscar un responsable y explicar porqué ésta película no es de las más fuertes de la franquicia. ¿Vin Diesel? Para nada, es el director James Wan (SAW, El Conjuro) que tuvo la tarea de llevar adelante ésta séptima entrega pero que todo se le terminó yendo de las manos. Digamos que el problema más grande que pudo tener es la muerte de Paul Walker mientras la película se seguía rodando. Pero más allá de la triste tragedia, tuvo que armar una historia con el equipo que ya todos conocen enfrentando a Jason Statham, hermano del derrotado en la 6, Owen Shaw. La verdad que poco se entiende de la historia, las actuaciones de los “nuevos” son malas y los grosos como “The Rock” se quedan sin mucho tiempo en pantalla. Tyrese “Green Lantern” Gibson es otra vez el loco que rompe el hielo y te hace cagar de risa, las actuaciones de Vin Diesel y Paul Walker son de los momentos que más se disfrutan porque sabemos que son los más capos de la franquicia y también Michelle Rodriguez tiene su mano a mano con la peleadora de UFC: Ronda Rousey, buena pelea. El director se juega con muchas subtramas en la película en lugar de enfocarse en el enfrentamiento que están teniendo la familia de Toretto con Shaw. Suma a Djimon Hounsou como un terrorista que Kurt Russell quiere derribar y pide ayuda a Dom para que luego lo vuelvan a ayudar con Shaw. ¿Eh? Sí, así de retorcido es todo. El final como viene sucediendo en las últimas Rápidos y Furiosos, busca generar un caos y una destrucción masiva al momento que te das cuenta que se recontra pudrió todo. Tiros, autos veloces, tiros, granadas, misiles, tiros, autos, tiros y más tiros. “Furious 7” está dedicado a la memoria de Paul Walker que murió antes de terminar el rodaje. La película resulta muy conmovedora al final y el homenaje que le rinden al personaje de Brian O‘Conner es muy bueno. Con una sonrisa brillante, Walker dice adiós a Rápidos y Furiosos. Más allá de que disfruté volver a ver a Vin Diesel, Paul Walker y a todo el equipo, siento que el director no supo aprovechar a un muy buen actor de acción como Jason Statham y sus subtramas no pegaron con nada. Los buenos momentos están: las megafiestas, secuencias impresionantes y escenas de mucha adrenalina. Tras Fast Five en Río y el último despelote que armaron en Londres la vara estaba muy alta y quizás esperaré una 8va que vuelva a capturar la esencia de esta saga.
Martin Terrier (Sean Penn) es un asesino a sueldo, pero que no trabaja en algún lugarcito de por ahí. El loco es un asesino a sueldo en el Congo, metido entre el quilombo y la guerra de las empresas multinacionales y el negocio de los minerales, además de la explotación del oro. Pero como todo tipo duro, tiene su lado sensible y la debilidad de cualquier hombre: Una bella mujer. Cansado de ser quien es y poco orgulloso de su trabajo, Terrier decide retirarse del negocio para poder seguir adelante con su vida, lejos de riesgos, de problemas y en busca de una vida tranquila junto a su novia (Jasmine Trinca). La chica es una linda actriz italiana donde la mayoría de sus escenas se la pasa mostrando su sensualidad y su buen físico, no podemos ver nada de desnudo pero te podes dar cuenta de que Sean Penn no estuvo mal acompañado en ésta película. Lo bajón de todo esto para el personaje principal, es que luego de realizar ese “último trabajo” la condición para “desligarse” de todo contacto era abandonar el continente y convertirse en un fantasma. Dicho eso, era obvio que su historia de amor llegaba a romperse de manera poco formal para un caballero como lo es The Gunman así que luego de cumplir con su misión, el personaje cumple con lo pactado y desaparece del mapa. Pero obvio, ¿te pensabas que te ibas a ir como si nada? resulta que la gente para la que él trabajaba, luego de varios años del último asesinato, han salido a cazar a todos los protagonistas del golpe y Terrier es el objetivo mayor. Luego de varios años de haber renunciado a todo tipo de trabajo mercenario, el chabón vuelve a Congo para realizar tareas comunitarias (ONG) y tratar de remediar todo el mal que ha hecho, mal que lo persigue durante toda la película y que tiene grandes consecuencias en el personaje. Como dijimos, el pasado pasa factura al protagonista y de una manera bastante especial. Al sufrir ataques y descompensaciones, tras consultar con un médico se revela que su pasado de asesino a sueldo, rodeado de explosiones y bombas le han hecho mierda el cerebro y tiene un principio de Alzheimer, a lo que el especialista le recomienda dejar de asistir a “recitales” “espectáculos ruidosos” y todo tipo de actividad peligrosa. ¡Pero no le importa nada, el loco se va a cagar a tiros con todos! Esa es la acción que queremos vieja, un enfermo que tiene el cerebro destruido sale a la cacería. Así que los momentos fuertes son los que compartimos junto a The Gunman tratando de arreglar el problema que lo sigue atormentando, además de su dificultad/enfermedad que lo molesta. La película recorre desde el caos del Congo, pasando por la lujosa Londres y los suburbios de Barcelona, donde vemos como siempre el protagonista se la arregla para quedar como el más groso de todos. Otra mención especial es para Idris Elba, el actor británico de “Luther” ocupa el rol del hombre de la ley que está dispuesto a ayudar al tipo más buscado del mundo. Si bien sus minutos en escena no son muchos, su talento y capacidad de persuasión para con el papel, le dan un salto de calidad a la película. La idea que trae “The Gunman” es sentarse y disfrutar de una buena película de acción, sin muchas escenas de piñas pero sí con una buena trama que por momentos se hace larga, pero la espera lo vale.
“Los modales hacen al hombre” es lo que Harry Hart siempre le recalca a Eggsy en “Kingsman: The Secret Service”, la nueva película dirigida por Matthew Vaughn basada en un cómic de Mark Millar y que está más buena que comer pollo con la mano. “Kingsman: The Secret Service” tiene todo lo que necesitas cuando vas al cine. Una historia con mucha acción, humor, más acción y un excelente Colin Firth. ¿Quién podría pensar que el actor de “El discurso del Rey” la iba a tener tan clara para pelear como los dioses y ser una máquina de matar sin perder la elegancia británica? “Kingsman” es la quinta película del director, guionista y productor inglés en las que se destacó en buenas producciones como “Kick-Ass” (2010) o “X-Men: First Class” (2011), ahora en 2015 con algunos años en el rubro, se lanza en otra historia basada en un cómic: “The Secret Service” de Dave Gibbons y Mark Millar publicada en el año 2012 bajo el sello de Icon Comics, una editorial de Marvel. Podemos decir que la película cuenta con el estilo violento de “Kick-Ass” pero con un mejor manejo de cámaras, una velocidad en los golpes y sin excederse con la sangre. Sutileza para los hombres de trajes que deberán proteger al mundo de los terroristas. La película como casi todas las basadas en comics, cuentan con el origen del personaje principal que salvará a todos. Hace 17 años, el agente Harry Hart (Colin Firth) se emprendía en una misión de máximo riesgo, pero luego de un mal calculo están todos por morir. Gracias al acto heroico de un Kingsman novato que dio su vida para salvar a Harry -conocido como Galahad por el Servicio Secreto- Hart se quedó en deuda de por vida con la viuda y el pequeño hijo del agente muerto. El pequeño nunca supo la historia de cómo murió su padre y pasó sus años creciendo en los suburbios de Inglaterra junto a su madre, una nueva hermanita y un padrastro hdp. Gary ‘Eggsy’ Unwin con mucho potencial y capacidad no siguió los pasos de su padre y se dedicó a juntarse con su bandita de amigos “Hooligans” versión 2015. Tras el fracaso de Lancelot (Jack Davenport) en una misión de rescate del profesor Arnold (Mark Hamill, la voz del Joker en Batman TAS) en ¿Argentina? frustrada por el multimillonario Valentine (Samuel L. Jackson) que junto a su asesina de elite Gazelle (Sofia Boutella) logran matar a todos. Inclusive a uno de los mejores agentes de Kingsman. Luego de eso, cada miembro del Servicio Secreto debe proponer un joven candidato al líder Arthur (Michael Caine) para ocupar el lugar de Lancelot, superar el intensivo entrenamiento y pasar la pruebas individuales/grupales a cargo de Merlin (Mark Strong). Dejando atrás su vida, Eggsy (Taron Egerton) es el elegido por Harry para unirse al entrenamiento Kingsman. A pesar de las exigentes pruebas, el joven candidato de Galahad es de los mejores y destaca su forma de actuar ante cada situación. ¿El servicio Kingsman se toma vacaciones mientras entrenan a estos novatos? Para nada, Galahad está en plena misión tratando de descubrir los planes de Valentine que entre secuestros, extorsión y muchas locuras está preparando un gran golpe. La tarea del Secret Service es descubrir y solucionar a toda costa el increíble y demente plan que diseñó el querido Samuel L. Jackson. “Kingsman: The Secret Service” te enamora desde el primer minuto. Es que si comienza la peli con “Money for nothing” de Dire Straits el resultado de piñas, tiros y rock and roll es arrollador. Con actuaciones increíbles, desde Colin Firth, pasando por el groso de Mark Strong más el conocido talento de Samuel L. Jackson y Michael Caine todo cierra con la excelente participación y estreno de Taron Egerton en la pantalla grande. Si disfrutas del genero y si las pelis basadas en cómics te gustan pero necesitas más piñas, más sangre, ésta es la película para sentarte a disfrutar.
Estamos en la vida de Riggan Thomson (Michael Keaton) un actor que no vive con todos los lujos que viven las grandes celebridades, pese a que él fue Birdman. Birdman, el héroe sensación del cine en los 90´ está acabado y en pocos días deberá afrontar una oportunidad para re-lanzar su carrera y volver a hacer una estrella de Hollywood, nada menos que en Broadway uno de los teatros más importantes de New York. La obra y la actuación es pésima, al mejor estilo Sandy Lyle (Philip Seymour Hoffman) en “Mi Novia Polly” Thomson cree que no consigue un actor de nivel para compartir la obra con él y para completar tiene al personaje de Birdman comiéndole la cabeza entonces, la obra no podía ser cancelada y Riggan debería triunfar como sea. Así es como consiguen al actor de nivel, Mike Shiner (Edward Norton) está disponible y no solo está disponible sino que se sabe los diálogos de toda la obra, así que en la “primer entrevista” entre Shiner y Thomson deciden actuar de una y la obra comienza a tomar un tono más profesional, todo parece perfecto. El pre-estreno venía de diez, hasta el momento de ingresar en acción para Thomson, ahí descubre que Shiner está bebiendo alcohol de verdad y no “agua” como debería ser, así que en plena improvisación el actor dice sus lineas mientras cambia la botella de alcohol por la de agua, grave error. Shiner vuelve a beber y descubre lo peor. No tiene problemas en putearlo delante de todo el público de Broadway por la estupidez de Thomson. El telón se baja y la obra es una incógnita. Birdman vuelve a hacer de las suyas y Thomson quiere que despidan a Shine, a lo que su productor (Zach Galifianakis) le explica que es imposible, el actor es querido por el público y su talento traerá mucha ganancia a la obra. Así es como debe luchar el actor que simplemente protagonizó una franquicia de películas de superhéroes para interpretar “What We Talk About When We Talk About Love” de Raymond Carver y demostrar a todo el mundo que no es simplemente un actor olvidado. Mientras Thomson decide arreglar su vida, tratar de recuperar a su familia, luchar contra Birdman y contra él mismo la obra se estrenaría en tan sólo algunos días. No queda otra, pese a que era un arrogante infumable Mike Shiner tenía talento y lo iba a necesitar en la obra. Las cosas se “arreglaron” y siguieron trabajando adelante. La obra pasa un pre-estreno aceptable en el que Thomson se ve afectado por quedarse afuera del teatro de una manera increíble a lo que recurre a dar toda la vuelta por New York pasando por Times Square para ingresar a la obra por la puerta de adelante con un vestuario bastante llamativo. A horas del estreno de su vida, su vida sigue siendo una mierda. Thomson decide liberar a su ego (Birdman) y en una noche de alcohol comienza la locura extrema. Podemos decir que el día del estreno de “What We Talk About When We Talk About Love” Riggan se transformó completamente en Birdman. El monstruo está suelto y se dirige con una resaca terrible para el teatro a dar la mejor actuación que hayan visto. La obra es un éxito total y Riggan Thomson obtiene una de las mejores críticas por parte de los especialistas del NY Times, el diario que te consigue la buena reputación o te manda directamente al infierno. Thomson lo hizo una vez más, lo tenía todo preparado, siempre supo lo que iba a pasar, aunque el precio fue muy caro. “Birdman” de Alejandro González Iñárritu es una belleza de película. Con un estilo de filmación único y poco visto en el cine, una banda sonora ideal para viajar con la trama (no piensen que estan viendo “Whiplash”) y un reparto en el que resaltan obviamente las actuaciones de Michael Keaton y una sublime tarea de Edward Norton con su aire de frescura y calidad, pueden llevar a Birdman a arrasar con los Oscars.