Un muy eficaz cuento de hadas Indudablemente Kaurismäki permanece fiel a su estilo y a su temática. Y cada vez más, depura su obra sin abandonar su esencia. Esta vez entreteje la vida de un digno lustrabotas, su querible mujer, un pequeño inmigrante africano y una corte de vecinos solidarios, casi tan pobres como él. Unidos en un barrio portuario que parece salido de los filmes de René Clair ("Puerta de lilas" es un referente inmediato), teñidos de la soledad y pulcritud nórdica, Kaurismäki reúne sus excéntricos personajes. Monet (Jean-Pierre Darroussin) es escritor devenido lustrabotas, más cercano a la nobleza versallesca que a la aristocracia de la calle, el inspector obstinado emigró de las películas policiales más clásicas de la tradición francesa y los vecinos son una logia como los de Alex de la Iglesia en "La comunidad", pero con un objetivo altruista. Todo es una fábula maravillosa y nunca tan semejante a una obra de arte que dirigió un maestro casi olvidado llamado Vittorio De Sica. "El puerto" es también un cuento de hadas donde los pobres son angélicos como en "Milagro en Milán" y buscan el sol con alegría. APOYO SOLIDARIO El filme es un Aki Kaurismäki puro. Ascético, sensible, capaz de estremecer de emoción ante esa manifestación amorosa inmensa que adorna la mínima cena preparada por ese prodigio de expresividad llamada Kati Outinen. Este gran director finlandés es capaz de transformar un melodrama sórdido en un pequeño himno al amor y la solidaridad y matizarlo con increíbles grupos musicales que "muerden" el rock con entusiasmo sesentista. Como si esto fuera poco, transforma a esa pareja de la verdulería y la simpática panadera en algo así como un grupo de miembros de la Resistencia francesa, empecinados en apoyar a otro idealista, que juega todas sus cartas para defender a Idrissa (Blondin Miguel), el pequeño africano ilegal. Mínima, austera, emocional, con pequeños cameos de Jean Pierre Léaud ("Los 400 golpes") y Pierre Etaix ("El suspirante"), junto con una singular actuación de un profesional de más de cuarenta años de actuación en el cine francés, André Wilms. Rarezas sensibles que pocas veces entrega el cine de nuestros tiempos.
Una chica con muy mala suerte Hay temas que no se tratan demasiado en el cine o en la literatura, como por ejemplo el de la desgracia. El asunto de la "yeta", de la mala suerte es poco abordado tanto en el cine como el teatro. Aunque hubo una emblemática obra teatral argentina, que tomó el tema desde el punto de vista humorístico y se convirtió en un éxito, "Jettatore" (1904) de Gregorio de Laferrère. Una nueva y joven directora se interesa por esta superstición universal en "Una cita, una fiesta y un gato negro". En su filme hay una chica linda, con un buen negocio y un simpático marido, una vida sin problemas, hasta que todo se termina ante la presencia de Felisa (Leonora Balcarce), una ex compañera de secundario, de la que nunca tuvo noticias desde que dejaron el colegio y que tiene fama de traer mala suerte. TODO ESTALLA La historia cuenta como le cambia la historia a Gabriela (Julieta Cardinali) y todo estalla. Problemas con Marcelo (Fernán Mirás) el marido, asalto al negocio, etcétera, etcétera, mientras la otra revolotea sin tener conciencia de lo que ocurre o de lo que provoca. El tratamiento formal del filme provoca simpatía, pero se agota enseguida, más cuando no hay historias paralelas lo suficientemente atractivas. Sólo una subtrama que incorpora el tema de la competencia empresarial de forma elemental y que no alcanza a interesar. La puesta es fresca y divertida, pero se reitera y la música lastima, con su agotador objetivo de no dejar a los actores en paz. Invasora y de elevado volumen, arruina algunos momentos. Es bueno el plantel de actores, encabezados por las jóvenes protagonistas Julieta Cardinali y Leonora Balcarce, Fernán Mirás acompaña bien y los veteranos, Rita Cortese, Roberto Carnaghi, Adela Gleijer y Juan Manuel Tenuta hacen lo suyo.
El ideólogo de un noble sueño El director Nemesio Juárez, al abordar la obra de Andrés Rivera, se enfrenta con la difícil tarea de trasladar el extenso monólogo subjetivo de la novela a un lenguaje cinematográfico. Castelli, figura alrededor de la cual gira la historia novelada, es considerado "el ideólogo de la revolución de Mayo". Cuando comienza el filme, Castelli está muriendo de un cáncer en la lengua y a través de flashbacks se alude a hechos fundamentales de la historia nacional en los que participara, como el Cabildo del 22 de mayo, la muerte de Liniers, fusilado, la Campaña del Ejército del Norte y el juicio por mal desempeño en esa lucha. Pero fundamentalmente, "el orador de la Revolución" reflexiona sobre su papel en ella. De sus conceptos surge la pasión revolucionaria, que arde tan violenta como la enfermedad que lo carcome. MIRADA SUBJETIVA Ni totalmente biográfica, ni totalmente histórica, el filme incorpora miradas subjetivas al concepto de concepción revolucionaria, sus contradicciones, la condición que deben tener los que la aplican y el interrogante mayor: la revolución compensa dolores y penas que de ella derivan. El filme se plantea como una exposición de ideas, donde la revolución es el centro y sus manifestantes, peones del ajedrez, juego que metafóricamente enfrentan en una secuencia a Castelli y Monteagudo. Es una película austera, llana, con justo diseño de producción, que ambienta el tono de la época con mínimos elementos. Aunque faltó profundización de caracteres, hay un tono de sinceridad general y el diálogo es llano, no estereotipado y se da desde los comienzos, cuando Castelli es atendido por su médico (un excelente Hugo Alvarez) en una escena mínima y austera. Figuras como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Bernardo de Monteagudo toman el rostro de un buen elenco integrado por Adrián Navarro, Luis Machín, Juan Palomino, una sensible Mónica Galán y en el que sobresale Lito Cruz, con toda la fuerza de la pasión que el personaje exige y los altos y bajos de la decadencia ante la enfermedad.
No hay nada nuevo bajo el sol Estamos ante una clásica película de espionaje con un misterio, la muerte reciente de un senador, el posible asesino: el famoso Cassius, una estrella del espionaje soviético y el encargado de la investigación: Paul Shepherdson, retirado de CIA. El enigma se establece porque el tal Casssius fue muerto hace mucho tiempo y nada indica que la resurrección sea un hecho. Habrá un Jefe de la Cía insistente y el clásico "aprendiz" joven, puesto como investigador al lado del veterano Shepherdson, que persiste en la cartesiana duda. FIGURAS CONOCIDAS "Misión secreta" está correctamente filmada, no hay demasiados recursos narrativos salvo algún que otro flashback tradicional o sea nada respecto a los adicionales que buscan los amantes del cine policial y de espionaje. Su elenco cuenta con dos figuras conocidas como Richard Gere, que luego de "Mujer Bonita" (y hace más de veinte años) no tuvo demasiadas ocasiones de lucimiento y Martin Sheen, al que le pasó algo similar luego de "Apocalypsis now" de Coppola (1979). Y una nueva "estrella" popular, Topher Grace ("El hombre Araña III") no aporta demasiado como actor. El filme, cuyo verdadero nombre es "El Doble" fue dirigido por Michael Brandt, que viene de la tevé y los videojuegos, aunque también participó del guión de "El tren de las 3.10 a Yuma". Rico en lugares comunes, tiene su cuota de acción, algunas demostraciones de degüello, forma de asesinato ancestral, "puesta de moda", recientemente, en Méjico, carteles mediante; pero no hay ningún detalle sorprendente que la destaque de otros filmes de espionaje o algún tipo de final diferente. Para aficionados poco exigentes.
El testimonio de dos culturas Hay un novio en tren de casamiento, sus amigos, futuros padrinos de la boda y una distancia a recorrer desde Inglaterra, el país de origen de los cuatro y Australia, el país de la novia en que se realizará el casamiento. Aparentemente hay mucha diferencia entre los primeros y los segundos. Los ingleses David, Luke, Tom y Graham son algo así como los "chicos terribles" de la zona y gustan de todo tipo de transgresiones; mientras la familia de Mia, futura esposa de David es lo que se dice "un grupo tradicional" y de óptima situación económica. El choque inicial de los amigos ante la sorpresiva boda de David, disgustados por la falta de consulta ante, según ellos "un romance de verano que nunca debió tansformarse en boda" continuará en las Montañas Azules australianas, idílico lugar, donde los "mpadrinos" traspasarán su locura ingresando a la mansión de la novia. GUION FLOJO La película fue escrita por Dean Craig, el exitoso guionista de "Muerte en un funeral" y producida por los que también intervinieron en el recordado éxito inglés. "Los padrinos de la boda" acumula sus mejores momentos en la primera parte. Para luego convertirse en una desaforada acumulación de gags de no demasiada comicidad, que llegan a la astracanada (algo así como lo más burdo que puede obtenerse como recurso humorístico) y muestra superficialmente las diferencias culturales de dos países. Caos nupcial en el que en lugar de enanos e invitados alucinados por droga y alcohol como en "Muerte en un funeral" se acumulan traficantes desubicados, la rareza de carneros disfrazados con "knickers", y escandalosas y bellas suegras pasadas por alta dosis de cocaína (Olivia Newton John). Deja que desear el manejo del guión y el guión en sí. La comercialidad del proyecto y eso que el guionista fue el mismo de la estupenda y fina comedia inglesa "Muerte en un funeral" y el manejo formal denso en ciertas partes del director de la muy buena "Priscilla" son puntos en contra en una comedia que va tras la risa fácil. Es excelente la producción técnica, el vestuario, el diseño, la música y los actores.
Ese infierno más que temido Realista visión del infierno. Crítica y no partidaria. Filmada con el tiempo narrativo justo, intenso, como el que caracteriza el estilo Trapero, directo, lejos de cualquier poesía o metáfora, un "punch" a la mandíbula del espectador". Una escena: el padre Julián muestra a su amigo, también sacerdote, un patético esqueleto de hormigón de catorce pisos, el de la Villa 15 de Lugano, sueño de un dirigente socialista, Alfredo Palacios, que en 1937 lograra importantes aportes del Congreso Nacional para hacer "el hospital más importante de Sudamérica", proyecto posteriormente apoyado por el gobierno peronista. Segunda escena: Gerónimo, el amigo sacerdote del padre Julián corre desaforado por los laberintos estrechos de la villa, para rescatar un cadáver, el de alguien querido asesinado por la droga y los que la comercian. Tercera escena: un velorio que transcurre a tiro y cerveza echada sobre el ataúd. Y así, en el relato se encadenan multitudinarias escenas de enfrentamiento con la policía, de narcos versus narcos, de gente de la villa desplazándose, escapando ante el tiroteo inesperado con los que entran al lugar para ayudar, como el padre Julián, como Luciana o el padre Gerónimo. ESTUPENDOS ACTORES Estas escenas no suceden en zonas marginadas de América latina o Africa. Es la "otra Argentina", donde conviven rituales de muerte en los que se junta la bebida y el alucinógeno, como en míticas ceremonias dionisíacas o bandas antagónicas disputan el mercado de los chicos andrajosos, muriendo en los lugares más alejados de la villa o los chicos ricos, habitantes de cercanos edificios-torre. Porque ese mercado no hace distinciones sociales. Esas imágenes son las más duras de este itinerario auténtico (y nunca tan bien aplicada la palabra) por la realidad de una villa de emergencia. Un mundo que laicos y religiosos quieren erradicar a pesar de presupuestos que no llegan y demoran cualquier acción de cualquier lugar del que emanen fondos. Realista visión del infierno. Crítica y no partidaria. Filmada con el tiempo narrativo justo, intenso, como el que caracteriza el estilo Trapero, directo, lejos de cualquier poesía o metáfora, un "punch" a la mandíbula del espectador". Con el tiempo, el director pulió sus recursos y profundizó la emoción. Sigue teniendo la mirada amplia en las épicas escenas de los enfrentamientos o las intimistas del sexo, en los momentos detallados de un plano secuencia que cava hondo en los significados o en la exacta marcación de personajes de la misma villa o de actores como Ricardo Darín, siempre un modelo de equilibrio interpretativo, en un personaje contrapuesto al de Jérémie Renier, veterano en este tipo de personajes, no por nada es un preferido de los hermanos Dardenne ("La promesa", "El hijo"). O Martina Gusmán, con toda la fibra de la luchadora de la película. Un filme imprescindible. Desesperanzado y necesario.
La memoria, como un obstáculo Leo y Page son una pareja feliz. Ella es escultora, él gusta de la música y tiene un estudio de grabación. Los dos se rodean de muy buenos amigos y su matrimonio funciona. Mientras hablan de sus cosas, su coche tiene un accidente. Los dos resultan heridos, pero Page lleva la peor parte y la conmoción cerebral que sufre la lleva a la amnesia. Cuando recupera el conocimiento, no reconoce a su esposo. Leo intuye todos los problemas que vendrán. Los extraños mecanismos de la memoria, la harán recordar sólo el período anterior a su casamiento y los padres volverán a ocupar el primer plano en su vida. De Leo ni noticias. Hasta el rencor que tenía con su padre y que la llevó a abandonar la casa muy joven, no tiene lugar en su recuerdo. Y hasta su ex novio aparece como un recuerdo firme. Poco a poco, Leo se siente desplazado y tiene que ir recomponiendo paso a paso la relación. El mismo reflexiona sobre los impactos de la vida que le dan sentido. MATIZ DRAMATICO "Votos de amor" es una liviana y atractiva comedia con tintes melodramáticos, que tiene a su favor a una encantadora pareja joven, la canadiense Rachel Mc Adams y el ex modelo Channing Tatum. Se trata de un melodrama romántico que muestra las distintas formas en que se puede intentar reconstruir una relación casi perdida por un problema físico. La pareja joven tiene una contraparte en la pareja madura integrada por Jessica Lange ("Cabo de Miedo" quedó muy atrás, pero Lange sigue siendo una muy buena actriz) y Sam Neill, los padres de la protagonista. El filme abunda en clichés y algunos estereotipos, especialmente en cuanto a situaciones. Pero la simpatía de los protagonistas, su buena onda y el apoyo de un buen equipo de actores jóvenes hace que la historia entretenga. El filme, según se aclara hacia el final, está basado en una historia real.
Acción más efectos especiales Si a uno le hubieran dicho años atrás que iba a filmarse algún día una producción multimillonaria basada en juegos de mesa, nadie lo hubiera creído. Y menos ante esa "Batalla Naval" que en el colegio primario enfrentaba media división contra la otra media a puro lápiz, crucecitas y tiempo. Claro, después vino "Transformers" y todo fue posible. Los filmes basados en historietas ya eran historia, ahora le tocaba orientar la inspiración a los juegos de mesa. En esta historia se cuenta el enfrentamiento entre la armada norteamericana, al mando del almirante Shame y una división naval alienígena que busca en el agua una fuente de energía necesaria en su planeta. Todo en un ensayo de fuerzas en acción en el Pacífico. La subtrama romántica (no podía faltar) une a la hija del almirante de la armada, con un recluta transformado en oficial de la flota, Alex Hopper, algo así como la oveja negra de la familia (su hermano, destacado oficial, le echa siempre en cara su inconducta). Por supuesto que almirante y oficiales, más amiga de Hopper, suboficial en la Armada se dan cita para darle un poco de fuego al incendio que se va a desencadenar a bordo. Imaginen con barco alienígena enojado incluído. ALIENIGENAS EN EL MAR Qué más se puede decir. Que hay enfrentamientos navales en el Pacífico que se universalizan, según cuentan los medios. Y la flota de los aliens es algo así como una ballena gigantesca que da saltos a lo loco y siembra el terror entre todos. Estupendos los efectos especiales, excesiva la duración de la película, destinada sólo a un entretenimiento adolescente basado en puros fuegos artificiales. El bueno de Liam Nisson hace lo que puede y muestra que se puede pasar del Jean Valjean de "Los Miserables" o la recordada "Michael Collins" de Neil Jordan a divagar en las "Crónicas de Narnia" o enfrentar alienígenas como almirante. Las adolescentes disfrutarán de un atractivo e inexpresivo Taylor Kitsch, los chicos y las chicas se entusiasmarán porque está la cantante de moda Rihanna, convertida en suboficial y los efectos especiales movilizarán la energía de muchos. Para consumir con pochoclo.
Atractiva, fresca y creíble Los protagonistas tienen entre veinticinco y treinta y cinco años y lo que los une es la búsqueda del amor o la conservación del mismo. Estamos en la gran ciudad y todos los muchachos que vamos a conocer viven y trabajan en ella. Está Alejandra, mesera de un restaurante, que tiene una relación con Sergio que está casado, Martín que entabla una relación con Sofia, la novia de su hermano menor. También está Paula, recién recibida de sicóloga que está casada con Sergio y Luli, la desprejuiciada de la historia, "cuidada" terapéuticamente por Paula y que va a terminar aconsejándola en su vida sexual. En síntesis gente que busca gente, que escapa de otra gente o no quiere ver que ya no le importa cierta gente. También va a surgir el tema de la familia y de la maternidad en especial. SIN PREJUICIOS "No te enamores de mí" es una comedia atractiva, fresca y bastante creíble, nada prejuiciosa y que expresa con cierto desparpajo algunas conductas especialmente relacionadas con el sexo, de representantes juveniles actuales. Se trata de la opera prima de Federico Finkielstain, representante de la generación que "copa" la película y por eso tan conocedor del lenguaje de sus coetáneos. El nivel técnico es muy bueno, sobran algunos minutos en el desarrollo y es destacable la actuación de Julieta Ortega, Violeta Urtizberea y Anita Pauls, estas dos condensadoras de la cuota de humor del filme. Bien el elenco masculino, Mercedes Oviedo es la seductora del grupo y hay un rostro y una frescura especial, la de Francisco Andrade, que puede rendir más de una sorpresa en próximas actuaciones. También en un breve papel, participa, con eficacia, Luisina Brando.
Dura necesidad de sobrevivir El filme habla de la supervivencia. De la lucha por la vida, de la posibilidad de un hombre de convertirse casi en un animal con la sola esperanza de la permanencia. Aunque no hay demasiadas alusiones a espacios geográficos, sabemos que alguien es capturado en Afganistán por militares estadounidenses y enviado a Europa detenido. Hay un accidente y la libertad es un bosque nevado, la soledad y la posibilidad de sobrevivir a pesar de todo. Con mucho de epopeya, una naturaleza implacable que trata sin quererlo, de tragar al que huye, se llame como se llame, sea o no Mohammad, talibán o quién haya huído, "Essential Killing" se convierte en casi una leyenda de lo que puede arriesgar el hombre en procura de la libertad. ESTETICA EXQUISITA Su director pertenece a la "aristocracia" de la intelectualidad polaca. Esos como Wajda, Zanussi o Munk que conmocionaron la pantalla dando una vuelta al cine del Este. Se trata de Jerzy Kawalerowicz, el gran director de "El Grito", el guionista de "El cuchillo bajo el agua", la recordada película de Polanski. Como en la mayoría de los filmes del realizador polaco, su protagonista es alguien que no forma parte del sistema, algo así como un desclasado, un antihéroe, casi suspendido en medio de una naturaleza bella pero hostil. Película de exquisita factura estética, cuidada banda sonora y la ausencia por parte de su protagonista de una voz que lo identifique. Sólo podemos rastrearlo por sus arrastres sobre la nieve, sus actitudes casi animales y la persistencia de su deseo de vivir. Película nada concesiva, austera, casi cruda, pero simbólicamente capaz de manifestar la ilimitada capacidad del hombre por continuar en la tierra. Excelente actuación de Vincent Gallo.