Extraños en la noche El director vasco Álex de la Iglesia se mete con la película italiana Perfectos desconocidos (Perfetti sconosciuti, 2016) y hace una remake que se convirtió en un éxito de taquilla en España siendo la película más exitosa del responsable de El día de la bestia (1995), Muertos de risa (1999), La Comunidad (2000), El Bar (2017), entre otras. La premisa parece simple: tres parejas y un amigo soltero se reúnen un sábado a la noche a cenar, y para que la reunión tenga más picante deciden jugar un juego en donde todos los celulares quedarán a la vista y cualquier notificación, mensaje o llamada deberá ser compartido con los demás. Todos parecen estar de acuerdo pero se darán cuenta que nunca se llega a conocer totalmente a los seres queridos. Con una puesta bastante teatral la película hace que de la Iglesia aproveche ese espacio reducido para desplegar todo tipo de movimientos de cámara que meten al espectador dentro de ese departamento, tal como lo había hecho en El Bar. En las actuaciones de Belén Rueda, Eduardo Noriega y Juana Acosta están los puntos más fuertes de los personajes. Además cabe destacar que los rubros técnicos son todos muy correctos y dan una película impecable visualmente, también la música a cargo de Víctor Reyes es una pata importante. Perfectos desconocidos tiene en su relato una parte más cerca del género fantástico que no llega a funcionar tan bien como sí lo hace la comedia que resulta bastante redonda. No estará entre lo mejor del director pero sí es bastante entretenida.
Divina venganza Después de su paso por diversos festivales, incluído Cannes donde compitió por la Palma de Oro, se estrena en Argentina la nueva película del director griego Yorgos Lanthimos, responsable de La langosta (The Lobster, 2015) donde también protagonizaba Colin Farrell. El cirujano Steve Murphy (Farrell) tiene una vida ideal, le va bien en su trabajo, está casado con la oftalmóloga Anna (Nicole Kidman) y ambos tienen dos hijos Kim (Raffey Cassidy) de 14 y Bob (Sunny Suljic) de 12 años. Pero las cosas se complican y comienzan a suceder tétricos acontecimientos cuando Steve se hace amigo de Martin (Barry Keoghan), un joven de 16 años sin padre. Si bien es la película más “convencional” de su director, mantiene las bases de su cine, grandes planos, una gran dirección de fotografía y un guión que va dejando más preguntas que respuestas. En cuanto a las actuaciones son todas destacadas pero quien se lleva todas las palmas es Barry Keoghan, ese adolescente que va corriendo los límites cada vez más y sus acciones logran poner nerviosos no sólo a los personajes sino también al espectador. El sacrificio del ciervo sagrado es una película que incomoda y no deja las cosas servidas por lo que puede ser un poco difícil de llevar, sobretodo porque se hace algo larga durante el segundo acto. Aún así es una arriesgada propuesta que merece ser vista.
Zona de conflicto Kathryn Bigelow vuelve al cine después de lo que fueron las dos películas que le dieron prestigio y la llevaron a cosechar premios y nominaciones como fueron Vivir al límite (The Hurt Locker, 2008) y La noche más oscura (Zero, Dark Thirty, 2012). En la década del 60 la ciudad de Detroit fue epicentro de los disturbios generados por las diferencias raciales ya que la gente de color organizaba revueltas porque estaban cansados de la violencia que sufrían y los gobernantes enviaban más personal policial. Un 25 de julio de 1967 un suceso en el Motel Argiels termina en una violenta redada policial que deja como saldo tres hombres negros muertos, siete golpeados salvajemente y dos mujeres blancas que estaban presentes. La historia real de los hechos sucedidos esa madrugada tiene tres protagonistas que estaban en el hotel: el guardia de seguridad de una tienda cercana Melvin Dismukes (John Boyega), el joven cantante Larry (Algee Smith) y el ex soldado Green (Anthony Mackie) quienes son sometidos por el racista oficial Klauss (Will Poulter). Bigelow filma con una crudeza pocas veces vista la brutalidad a la que eran sometidas las personas de color y logra el cometido de hacer sentir incomodo al espectador. También mérito de la fotografía que retrata una ciudad en llamas. Además plantea desde un principio los problemas de los negros en Estados Unidos ya que la introducción es una animación donde narra las etapas por las que fueron pasando desde la esclavitud y su posterior abolición tras la Guerra Civil. El guion de Mark Boal, que colabora por tercera vez consecutiva con Bigelow, logra reconstruir de la mejor manera posible pero tuvo que agregar datos o poner características de varias personas en un solo personaje ya que según indica la película no hay registros claros de los hechos. El personaje que Will Poulter interpreta magistralmente es una combinación de varios policías racistas que estaban presentes en el motel. No solo la discriminación está presente sino que también se habla de la violencia policial y como la institución intenta cubrir los hechos de sus agentes hasta que finalmente explotan. Además de que la justicia no le garantiza el debido proceso a los negros. Detroit es una película de casi dos horas y media por lo que es inevitable que se haga larga pero la recreación de época y el caso que cuenta es un llamado de atención ya que a cincuenta años las mismas temáticas se siguen repitiendo hoy en día.
El corredor del laberinto Después de haberse pospuesto la fecha de estreno por un accidente que casi le cuesta la vida a su protagonista Dylan O´Brien en el set de filmación, llega la conclusión de la trilogía Maze Runner iniciada en 2014 y basada en la saga literaria creada por James Dashner. Thomas (O´Brien) está dispuesto a encontrar la cura para la enfermedad que ha infectado a gran parte de la población mundial pero para eso deberá lidiar la batalla final contra la corporación CRUEL (WCKD en inglés) que tiene a su amigo Minho (Ki Hong Lee), metiéndose en sus ultra seguras instalaciones y enfrentándose a la doctora responsable de los experimentos Ava Paige (Patricia Clarkson) y Janson (Aidan Gillen). Además se conocerá la nueva situación de Teresa (Kaya Scodelario). Lo más notorio de esta tercera entrega son las escenas de acción que abundan en el relato y ninguna de ellas está forzada para darle más efusividad, no solo incluye tiroteos sino explosiones y persecuciones, incluso una de las primeras escenas es un “homenaje” a Mad Max: Furia en el camino (Mad Max Fury Road, 2015). El ritmo de la película tiene altas y bajas ya que tiene una duración de casi dos horas y media, por lo que hace perder cierta atención en su afán de cerrar todo de la mejor manera. Eso también hace que algunas cosas queden sin explicación alguna o a medias. Wes Ball, director de toda la trilogía, logra una mejor película que supera a la segunda Maze Runner: Prueba de fuego (The Scorch Trials, 2015) y le da un cierre bastante digno a la última saga juvenil que quedaba aunque aún hay un libro precuela que seguramente tendrá su adaptación. La cura mortal tiene grandes momentos, revelaciones inesperadas, buenos secundarios y regresos de personajes claves. A pesar de su larga duración es entretenida, los fanáticos , y no tanto, de Maze Runner quedarán contentos con el cierre de la historia que empezó en aquel laberinto.
Viaje al pasado El afán por cumplir una promesa que hizo hace más de 70 años motiva al anciano judío Abraham Burzstein (Miguel Ángel Solá) a escapar de Buenos Aires, donde sus hijas planean internarlo en un geriátrico, para buscar a un viejo amigo que le salvó la vida en Polonia mientras el territorio europeo estaba ocupado por los nazis y al que nunca más vio ni escribió. Abraham primero aterriza en Madrid y desde allí deberá buscar la manera de llegar a Polonia, en la capital española tendrá la ayuda de Leonardo (Martin Piroyanski) y María (Ángela Molina), la responsable del hotel donde se aloja. Miguel Ángel Solá deslumbra con su interpretación del octogenario sastre judío que ya no tiene nada que perder y decide embarcarse en una travesía donde parece imposible que tenga éxito. Además está brillantemente bien acompañado por una amplia gama de personajes secundarios que se cruzarán en su camino y con los que tiene una gran química. El principal problema es que la película plantea alguna que otra situación un tanto predecible pero aún así es un relato muy redondo. El guion está a cargo del director Pablo Solarz y plasmó parte de la vida de su abuelo quien había escapado de Polonia hacia la Argentina y consideraba una mala palabra el nombre de su tierra natal, Abraham en la película también señala desprecio por su tierra natal. El último traje es una road movie filmada en cuatro países y que contiene dosis de humor sin dejar atrás la emotividad emotiva y que se solventa en las grandes actuaciones.
Pueblo chico, infierno grande La temporada de premios está en desarrollo y por eso la cartelera argentina empieza a poblarse de películas que tienen nominaciones y grandes chances de llegar a los Oscars, tal es el caso de la nueva película del director británico Martin McDonagh que resultó ganadora de cuatro Golden Globes incluyendo Mejor Película Dramática. Mildred Hayes (Frances McDormand) es una divorciada de Ebbing, Misuri, que perdió a su hija Angela (Kathryn Newton) quien fue violada y asesinada brutalmente. Los meses corren y el autor no es atrapado por las autoridades locales a cargo del jefe de policía William Willoughby (Woody Harrelson) y su asistente el violento y racista oficial Jason Dixon (Sam Rockwell). Para evitar que el caso sea olvidado Mildred alquila tres grandes carteles ubicados en la entrada del pueblo en los que coloca mensajes para Willoughby, lo cual generará un caos en la pequeña comunidad. Al igual que en sus películas anteriores, Escondidos en Brujas (In Bruges, 2008) y Siete Psicópatas (Seven Psychopaths, 2012) McDonagh presenta un relato donde muestra claramente la imperfección de todos y cada uno de los personajes, ninguno de ellos es un ejemplo a seguir, sus miserias están a la vista. Todo el elenco tiene un desempeño excelente pero las actuaciones de Frances Mc Dormand y Sam Rockwell están en un nivel superior que la de sus compañeros, sobre todo en las escenas que comparten juntos. La fotografía a cargo de Ben Davis convierte en un personaje importante a Ebbing, ese pequeño pueblo del medio oeste estadounidense ubicado en Misuri. 3 anuncios por un crimen es un drama con algo de humor negro que va más allá de la situación de una madre buscando justicia por el atroz crimen de su hija, también habla del mal desempeño del sistema judicial, la violencia policial, el racismo y la xenofobia que es bastante común en el territorio.
Un pasaje hasta ahí Michael McCauley (Liam Nesson) es un vendedor de seguros de vida que todos los días viaja al trabajo en tren, su rutinaria vida se ve trastocada cuando lo echan de su trabajo. Esa misma tarde mientras hace el trayecto de vuelta a su casa una misteriosa mujer (Vera Farmiga) le ofrece la oportunidad de ganarse cien mil dólares si localiza a un pasajero que lleva un bolso y colocarle un pequeño rastreador GPS. El trabajo parece sencillo pero Michael se dará cuenta que el trabajo no es tan inofensivo como pensaba y no solo su vida corre riesgo sino la de los otros pasajeros e incluso su familia. La cuarta película entre Liam Neeson y el director español Jaume Collet-Serra (Desconocido, Non-Stop, Una noche para sobrevivir) es un thriller de acción que mantiene la tensión durante todo el relato y que al estar situado en un tren puede parecer que va a acercarse al clásico de Agatha Christie Asesinato en el Expreso de Oriente que tuvo su adaptación en 2017, pero no es así y toma bastante distancia. Las escenas de acción están muy bien filmadas y van subiendo su intensidad para que nuestro héroe pueda despacharse con todas sus habilidades para llegar al fondo del asunto. El elenco de secundarios que acompaña a Neeson está formado por reconocidas estrellas como la mencionada Vera Farmiga, Patrick Wilson y Sam Neill, cuyo personaje merecía un poco más de tiempo en pantalla. El pasajero es un thriller de acción muy bien logrado y que funciona perfectamente en su cometido de entretener. Además podría ser uno de los últimos trabajos del actor irlandés dentro del género ya que amagó varias veces con dejar de hacer este tipo de películas.
Las mujeres arriba Billie Jean King (Emma Stone) luego de su consagración en el Us Open se abrió de la Federación de Tenis ya que la paga era la octava parte de lo que cobraban los hombres pese a que la venta de entradas era igual. Mientras Billie Jean y su agrupación se embarcan en una gira por los Estados Unidos, el ex tenista Bobby Riggs (Steve Carrell) de 55 años decide desafiar a la joven tenista para demostrar que los hombres son superiores a las mujeres y que no merecen una carrera profesional. Billie se niega porque no quiere prestarse al circo pero Riggs le gana a Margaret Court, la número uno del ranking, y se proclama “campeón femenino” por lo que Billie decide enfrentarlo. Los directores de Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, 2006) y Ruby Sparks (2012), Jonathan Dayton y Valerie Faris deciden encarar la historia como una comedia dramática pero los hechos son totalmente reales, incluidas varias subtramas. El elenco hace un trabajo notable, sobre todo Carrell y Stone en quienes obviamente se apoya la película. En su momento Billie Jean King iba a ser interpretada por Brie Larson pero al ver las similitudes de Stone con la verdadera King no quedan dudas que fue la elección indicada para el papel. Los secundarios también tienen grandes actuaciones, incluso algunos que aparecen poco como es el caso de Elizabeth Shue quien interpreta a la esposa de Bobby. El partido entre Riggs y King logra mantener la tensión y hace olvidar que se trata de un hecho real cuyo final ya es conocido. Todo acompañado de una excelente recreación de época. La batalla de los sexos es una buena película deportiva y que deja en claro su mensaje sin necesidad de andar remarcándolo varias veces. Billie Jean King quien luego del enfrentamiento fue amiga de Riggs hasta la muerte de él en 1995, se reunió con Emma Stone y los directores mientras producían la película y luego de verla en varias oportunidades declaró: “Cada vez que la veo estoy maravillada de cada uno de los actores y de lo que le aportaron. Fue tan auténtico, tan real y preciso”.
Los sospechosos de siempre La novela de Agatha Christie “Asesinato en el Expreso de Oriente” tiene una nueva adaptación cinematográfica luego de lo que fue aquella de 1974 donde al igual que esta tenía en su elenco a un elenco de reconocidas figuras. El detective Hercule Poirot (Kenneth Branagh) es obligado a suspender sus vacaciones y debe volver a Londres para resolver un caso. Para eso aborda a último momento el tren Expreso del Oriente, pero lo que creía un viaje normal, se verá perturbado cuando es asesinado Ratchett (Johnny Depp), un turbio empresario que venía recibiendo amenazas. Poirot acepta el caso donde todos los pasajeros son sospechosos. Sin cambiar mucho de la novela original, salvo algunas características de los personajes o nacionalidades, la película busca acercar a los espectadores a una reinvención del detective belga protagonista de varias novelas y relatos de la escritora británica Agatha Christie. Kenneth Branagh dirige e interpreta al “mejor detective del mundo” que se enfrenta al misterio más complicado de su carrera ya que a medida que interroga a los sospechosos se encuentra cada vez más lejos de la verdad. Aquellos que hayan leído el libro pueden no sentir la sorpresa de la vuelta de tuerca pero la investigación logra mantener la tensión durante el relato y Branagh hace una gran caracterización del detective, incluso la película arranca con un buena presentación del personaje, más actualizada pero sin aggionarlo completamente como lo hizo Guy Ritchie con el Sherlock Holmes que encarnó Robert Downey Jr. Asesinato en el Expreso de Oriente no es una novedad en el género pero entretiene y deja abierta la puerta para ver otra vez al detective en otra adaptación de alguna de sus historias.
Cómo renovarse sin perder Thor (2011) y Thor un mundo oscuro (Thor: The dark World, 2014) tal vez sean las películas menos populares del Marvel Cinematic Universe, por lo que desde los estudios Marvel decidieron cambiar las cosas y darle otro tono al “Dios del trueno”. Thor (Chris Hemsworth) y Loki (Tom Hiddleston) son enviados por Hela (Cate Blanchett), la poderosa Diosa de la Muerte que desata la destrucción de Asgard, al planeta Sakaar donde los recibe “El Gran Maestro” (Jeff Goldblum) y obliga a Thor a participar del duro combate de gladiadores contra su campeón invicto Hulk (Mark Ruffalo). El "Dios del trueno", Hulk, Loki y Valquiria (Tessa Thompson) deberán encontrar la salida de Saakar y volver a Asgard para salvar la tierra natal de Thor y evitar el fin del mundo. Esta tercera entrega de Thor viene a dar todo el humor que sus antecesoras no tuvieron, por eso la elección del director Taika Waititi, quien comanda su primer gran tanque, puede ser molesto para aquellos que esperaban algo más serio debido a que se está hablando de la batalla del fin del mundo. Si bien la historia tiene mucho para contar, el guion logra unir todas las tramas pero al verla es algo denso, si bien quedó bastante redondo y deja abierto solo lo necesario para la llegada de la primera parte de Avengers: Infinity War el año que viene. Casi toda la película está hecha con CGI en exceso, dado que que se necesitan muchos efectos visuales para dar vida a Asgard, Saakar y a las escenas de acción. El director Javier Aguirresarobe logra un buen trabajo. La banda sonora usa dos veces “Immigrant song” de Led Zeppelin, pero el fuerte está en las obras creadas por el compositor Mark Mothersbaugh. La pelea entre Hulk y Thor es uno de los momentos más importantes y no decepciona aunque todos los fans se queden con ganas de verlos más tiempo dándose puñetazos. Thor Ragnarok tiene muchas similitudes con Guardianes de la galaxia ya que son comedias de acción. La química entre su reconocido elenco se nota y termina siendo una película muy entretenida y divertida.