EL AMOR EMPALAGOSO Película de prediseño, la cual el director Marshall y los productores ejecutaron como una verdadera acertada de mercadeo: caras famosas en abundancia, breves historias -la mayor parte insignificantes, repetidas, estériles-, "Los Angeles city" como meca del romance y mucha, tanta azúcar artificial, que en su probar empalaga, por su excesos tanto de personajes -algunos pinchados con alfileres- como de absurdas y bobas resoluciones. Sin dudas la idea era vender una de romances, de ribetes comediescos, algo de glamour y supuesto cine coral. Allí deambulan , en las 24 hs que dura la conmemoración -ya casi impuesta a nivel comercial desde el norte hasta en los países más subdesarrollados-, una serie de personajes que van a ir desenrollando como puedan breves situaciones que van y vienen todo el tiempo, donde quizás la que más destaque sea la de la maestra enamorada (No..no es Lolita Torres en aquella vieja peli nacional), a cargo de Jennifer Garner y hasta ahi, el resto incluyendo lo brevísimo de Julia Roberts, o lo paupérrimo de Jamie Foxx y por su lado la del matrimonio maduro de Shirley MacLaine y Hector Elizondo, es todo tan vacuo como torpe en lo cinematográfico, y ni que hablar de las dos historias de adolescentes que van a un mismo secundario, son tan deplorables que no se pueden creer. No hay sorpresa,ni hay estímulos para ver cine bueno por este lado. Como esos horrendos y denodadamente "kitch" Osos grandes de peluche color rosa, como esos grasas globos de plástico con leyendas tipo "I love you" dentro de un corazoncito más grasa aún, como esas cajas de bombones de recargado dulce de leche, asi es esta peli ideal de cine-shopping. El amor en el cine es otra cosa, es el de la reciente y estupenda "Los amantes". No hay otra.
El director F.Gary Gray había hecho un thriller muy entretenido como "El Negociador" (1998), y después se metió con "Tómalo con calma" (Be Cool, 2005) y mostró un bodriazo insufrible, así estamos con este director. Aquí ofrece la historia de un hombre ingeniero que luego de sufrir un ataque de vándalos en su propio hogar, perdiendo mujer e hija, decide desechar la idea que la justicia puede hacerse cargo de la barbarie, y así tomar el toro por las astas o sea: venganza "Ojo por ojo", pero metódica, precisa, despiadada y a la vez...ilógicamente creible. Todo el entramado de este nuevo thriller es rápido, tecnicamente correcto, ágil, pero se instala en una serie de situaciones que superan lo imaginable, también puede olfatearse un cierto tufillo fascistoide, que llevará a pensar a algún espectador, que se trata de lo correcto. En verdad la crítica que el vengador hace al sistema judicial no es loca, como sí lo es el resto de la historia, solo que queda más que claro que la justicia falla, y está repleta de errores, y mechada de corrupciones, aquí, allá y en todas partes del planeta. Gerard Butler está desquiciado y acorde a su papel de enajenado social que llega sostener que su venganza tendrá casi "desatos bíblicos", y en la vereda opositora está el fiscal a cargo de Jamie Foxx, con mucho nervio también y hasta cierto grado de histerismo. Si bien está llevada como una peli entretenida, bien narrada, y nunca decae su ritmo, uno se sorprenderá con su final increible -en todo sentido amplio de la palabra-, y esa sorpresa quedará reservada para el espectador. Y si este después putea de bronca, como le ocurrió a muchos que vieron este año ese tremendo fiasco llamado "2012", será cosa suya. Entretenida si pero con reservas, morales, ideológicas y cinéfilas.
Comediantes de oficio: Robin Williams, Travolta, y la productora Disney en su rubro "comedia para que la familia vaya al cine en patota y la pase bien", pergeñaron junto al director Walt Becker, el mismo de la insípida "Wild hogs", llamada aquí "Rebeldes sin causa" del 2007, otra comedia anodina y vacua como esta, repleta de chistes fáciles, torpezas fílmicas y nada más que eso. La distribuidora argentina encima la proveyó a las salas en absurdo doblaje -la mayor torpeza de la peli-, por todo lo cual resulta incierto desmenuzar tal propuesta que sin dudas a gente de carcajada fácil divertirá algo, no mucho precisamente. Williams juega otra vez al "papá" de dos niños, volcando su dotes de clown con los de actor de hondo contenido emocional, o sea más de los mismo, desde sus tiempos de "Mrs. Doubtfire"(1993, Chris Columbus), en tanto Travolta hace ese amigo, compañero de trabajo de Robin, chantún, mujeriego, soltero, que se las cree saber todas. Cosa que ambos hacen muy bien pero que no alcanza. Todo el panorama de la comedia resulta de una chatura absoluta, y en su suma total no agrega ni quita nada. O sea superflua por donde se la mire.