“Vox Lux”, de Brady Corbet Por Jorge Bernárdez Celeste es una temperamental e insoportable estrella pop que se encuentra pasando por una crisis, toda su vida ha sido una crisis, pero a los 31 años y a punto de lanzar Vox Lux, el álbum conceptual que va a redefinir su arte, después de una temporada de accidentes provocados por su excesos que la han llevado al lado oscuro después de un largo romance con el público. Celeste tiene una hermana que la envidia, una hija adolescente que como todos los adolescentes está en guerra con el mundo y un representante que en parte la explota y en parte la apaña además de tener sexo con ella y compartir las drogas. Celeste es adicta al alcohol claro y varias drogas ilegales, además de las que debe tomar por sus problemas de salud. Todo es desmesurado en esta fábula pop, que arranca con un incidente al estilo de la masacre de Columbine que ocurre el mismo año que aquel evento, es decir en 1999. Celeste es el producto de ese evento, sobrevivió a pesar de recibir una bala cerca de la columna y su primer hit fue una canción que escribió para el primer aniversario del incidente. El tema era una balada que hablaba en clave personal sobre aquello que sufrió, pero que la visión de un productor transformó en la canción que necesitaba la sociedad para hacer catarsis por aquel momento demoníaco. Para mejor justo cuando estaba por lanzarse el simple, se produce el atentado a las Torres Gemelas y el resultado fue que las ventas se dispararon haciendo de aquel hit el himno que necesitaba una sociedad confundida y aterrorizada. Celeste con 14 años es tomada por un manager ambicioso que interpreta Jude Law. La película esta separada por capítulos y todo su armado es tan pretencioso y sugerente que en cierta forma atrapa al espectador y lo mete de lleno en el mundo de Celeste, que de grande es Natalie Portnam que vuelve un poco al registro de El cisne negro pero esta vez no está Aronofsky para acompañarla en el registro desmedido, sino que el director Brdy Corbet prefiere dejar de lado lo ampuloso y trabajar el registro de la intimidad de Celeste con un tono más cercano al melodrama. El asunto es que el guión se vuelve tan caprichoso que la cantidad de referencias puede abrumar, porque justo cuando Celeste está relanzando su carrera aparece un grupo terrorista que provoca una matanza en una playa europea y lo hace usando máscaras que remiten al video con el que Celeste llega a la fama. Cuando la película amenaza con volcar del todo en una fábula grandilocuente se termina y deja en la nada el tema del grupo terrorista. Todo se acaba en el show de Celeste que es básicamente horrible y con una música básicamente horrible, que no es ni un pop pegadizo ni rock ni nada. Es posible que mientras filmaran esta confusa fábula todos estuvieran pensado en Tommyo en Velvet Goldminecomo referencias y el espectador también se remite a esas películas que son mucho mejores y tienen claro qué buscan decir. Vox Lux es un festival de excesos estéticos y de sobreactuaciones, enmarcadas por una voz en off aportada por Willem Defoe que le agrega un toque pretencioso de mala literatura. VOX LUX Vox Lux. Estados Unidos, 2018. Dirección y Guión: Brady Corbet. Intérpretes: Natalie Portman, Willem Dafoe, Jude Law, Christopher Abbott, Jennifer Ehle, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Micheál Richardson, Maria Dizzia, Logan Riley Bruner. Producción: Brian Young, Gary Michael Walters, Christine Vachon, Michel Litvak, Robert Salerno, Svetlana Metkina, David Litvak, Andrew Lauren, David Hinojosa y D.J. Gugenheim. Distribuidora: BF + París Films. Duración: 114 minutos.
“Michelangelo infinito”, de Emanuele Imbucci Por Jorge Bernárdez Hay obras de arte que por su trascendencia pasan a pertenecer al legado de la humanidad y está claro que muchas de las obras de Miguel Angel alcanzan ese status y Michelangelo infinitotrata de hacer justicia a ese legado. Una producción que consiguió tener al Vaticano como socio, lo que le permite mostrar en todo su esplendor las más importantes obras del artista italiano, pero que no logra estar a la altura del objeto de estudio. Cuanta la leyenda que cuando le preguntaron sobre la perfección de su David, Miguel Angel respondió, “David estaba dentro de ese bloque, yo tan sólo quité lo que sobraba”. Lo cierto es que la cámara del realizador Emanuele Imbucci se pierde en la observación minuciosa de la obra pero a la hora de contar quién fue el gran artista, no es tan feliz. Una especie de anfitrión/historiador que representa a Giorgio Vassari -pintor, escultor y crítico de arte que escribió sobre los principales artistas de la época-, es quien narra los momentos vitales de la biografía del artista y unas dramatizaciones apenas correctas sirven de nexo entre obra y obra. Los textos de Vassari son interesantes pero las dramatizaciones no tanto. En el mejor de los casos, Michelangelo infinito muestra a un artista inmenso de manera torpe, pese a eso ver su obra en pantalla gigante vale la pena aunque la película no esté a la altura. MICHELANGELO INFINITO Michelangelo – Infinito.Italia/Vaticano, 2018. Dirección: Emanuele Imbucci. Guión: Emanuele Imbucci, Tommaso Strinati y Sara Mosetti. Elenco:Enrico Lo Verso, Ivano Marescotti. Producción: Francesco Invernizzi y Cosetta Lagani. Distribuidora:Zeta Films. Duración: 97 minutos.
“Cementerio de animales”, de Kevin Kölsch y Dennis Widmyer Por Jorge Bernárdez Cuando llegan remakes de películas que aún se pueden ver, uno no puede evitar preguntarse que necesidad había de volver a filmar algo que ya estaba bien contado en 1983 por Mary Lambert. En el caso de Cementerio de animales en la original participaba en un cameo Stephen King, que es uno de esos autores que suele quejarse de los que hacen con sus libros al adaptarlos para una serie o una película. Esta nueva versión de Cementerio… vuelve sobre la historia de la familia que se traslada a un pequeño pueblo para lograr una mejor calidad de vida. Una familia típica, papá, mamá y la parejita de hijos se instalan en una cabaña a la orilla de la ruta por donde los camiones pasan a gran velocidad pero pese a tener un hijo bastante chico, no ponen ni una ligustrina para impedir el paso. La otra particularidad de la casa es tener un enorme terreno que no exploraron previamente, así que no se enteran de la existencia de un cementerio de mascotas hasta que la hija de la pareja no se mete en lo profundo del bosque donde se accidenta y conoce al vecino. Hasta ahí va todo bien pero empieza a notarse que el lugar está cargado de presagios y que algo no anda bien. Señales funestas que pese a ser fuertes los miembros de la familia disimulan. Una mañana la mascota de la familia aparece muerta al costado de la ruta. Church era un gato amable y familiar que se llevaba particularmente bien con la nena de la familia y entonces Judd (John Lithgow) el vecino que se encariñó con la familia, le dice al padre del grupo familiar de ir a la noche a enterrar al gato -al presidente no, esta es una película de terror no de política-, así que ambos se van en el medio de la noche pero Judd le dice que no le entierre en el cementerio propiamente dicho sino un poco más allá. Papá y mamá le explican a sus hijos que el gato se escapó a pesar de que un rato antes habían estado hablando de la muerte, pero claro una cosa es hablar en abstracto y otra muy distinta es hablar sobre algo concreto. Pero mientras hablan con la hija esta les dice que Church no se escapó nada, que estuvo dando vueltas por la casa y tiene razón el gato está por ahí pero ya no es el gato amable y pachorriento que la familia trajo de la ciudad. Cuando el padre de la nena le pregunta a Judd este le cuenta que esas tierras más allá del cementerio tiene la particularidad de hacer volver de la muerte a los seres que son enterrados allí. También le cuenta que le pasó algo así con un perro y que el perro había vuelto hecho un verdadero incordio pero que esperaba que no pasara eso con Church, porque aquel perro originalmente ya era bastante mal llevado. La vida familiar se enrarece y la mujer le dice al esposo que a lo mejor la idea de mudarse al campo no había sido tan buena pero llego el día del cumpleaños de la nena y vinieron los abuelos y todos felices festejaron al lado de la ruta por donde pasan los camiones a mucha velocidad y la jornada termina trágicamente. Ahora ya no quedan dudas de que está todo mal en ese lugar pero la familia Creed no aprendió nada y vuelva a usar esas tierras malditas para volver a la vida a alguien y ahora ya se pierde el control y las muertes se suceden. El final es un poco convencional pero eso no quita que la película sea intensa y que logra por momentos trasladarle al espectador bastante tensión. CEMENTERIO DE ANIMALES Pet Sematary. Estados Unidos, 2019. Dirección: Kevin Kölsch y Dennis Widmyer. Guión: Jeff Buhler. Elenco: Jason Clarke, John Lithgow, Amy Seimetz, Jeté Laurence, Hugo Lavoie, Lucas Lavoie, Obssa Ahmed, María Herrera, Alyssa Brooke Levine, Sonia Maria Chirila. Producción: Lorenzo di Bonaventura, Steven Schneider y Mark Vahradian. Distribuidora: UIP. Duración: 101 minutos.
“4×4”, de Mariano Cohn Por Jorge Bernárdez En el comienzo de 4X4 el espectador se encuentra ante la promesa de una propuesta que puede pensarse como interesante. Un ladrón de autos (Peter Lanzani) se mete a una camioneta de las grandes para desvalijarla, el ladrón comete todas las tropelías y maldades posibles demostrando que además de ser ladrón es un resentido social. Pero cuando termina su faena de saqueo y vandalismo, no puede salir de la camioneta y entonces asistimos a la desesperación del caco que no puede salir de esa trampa. Pasan los minutos de película y se agotan las opciones del ladrón que en su desesperación, le dispara al vidrio blindado de la camioneta y la bala al rebotar le perfora una pierna. Además de chorro y resentido es bastante chambón, digámoslo todo. Esos primeros minutos son lo mejor de la película que a partir de ahí se cae como los nuevos modelos aviones Boeing. Suena el teléfono de la camioneta y el ladrón, que lleva unas horas encerrado, atiende a la voz que sale del teléfono que se presenta cómo Enrique (Dady Breva). Enrique le habla al chorro gastándolo un poco y contándoles sus pesares de clase media acomodada en la Argentina, donde los ladrones entran por una puerta y salen por la otra y es que a Enrique ya le robaron un montón de veces y no solamente a él, también a la hija, a la nieta y a la madre. No se debe tratar con el resto de la familia porque si no seguro que también Enrique nos aburría a nosotros y a Peter Lanzani con más casos de inseguridad. Lo que prometía algo cinematográficamente apasionante se vuelve ramplón como canal de noticias en las crónicas policiales del conuburbano. El medicó ginecólogo dueño de la camioneta es machista, lector de Clarín y anuncia el evangelio del ciudadano escandalizado para el que los políticos “son todos iguales”, pero todo sin plan alguno y es que tiene un as en la manga que no vamos a develar porque no somos ortivas como el dueño de la camioneta. El ginecólogo de paso tira un chiste viejo y machirulo que si el espectador tiene más de cincuenta años seguramente ni lo entiende. Cuando ya estamos todos medio hartos del juego entre el gato y el ratón hay una escena medio onírica protagonizada por Peter Lanzan antes de que finalmente Enrique aparezca en escena porque claro, ya va siendo hora de que se presente. Y un rato después llega Luis Brandoni el negociador de la policía de la ciudad, y qué duda cabe, un cuerpo que los porteños sabemos lo impoluto y efectivo que puede ser. Lo cierto es que junto al negociador también aparecen los medios con su cobertura desde el lugar del hecho del hecho y también la voz de la gente del barrio, aportando lugares tan comunes e innecesarios como reaccionarios. Entonces los acontecimientos se precipitan de manera dramática aunque antes se le brinda un aplauso a la policía. En fin. El asunto es que justo cuando el mediador parecía convencer al ginecólogo indignado se pudre todo. En el epílogo vuelve la voz de la calle recalcando que los decentes vivimos entre rejas y los delincuentes están libres. 4×4 cuenta con un buen papel protagónico de Peter Lanzani, que debe ser el mejor actor de su generación, un Dady Brieva correcto aunque la gracia de poner un actor cómico en un papel dramático ya no sorprende a nadie, porque sabemos que los cómicos tienen su costado sombrío y pueden hacer bien eso de ser un canalla. Luis Brandoni cumple holgadamente su papel de mediador policial. El relato es astuto y el casting lo demuestra. En las notas previas del director se deja bien claro que la intención de la película es promover el debate sobre la inseguridad. Si hubieran pensado un poco más en hacer cine y menos en abrir un debate, por ahí la película levantaba vuelo, quién sabe. 4X4 4×4. Argentina/España, 2019. Dirección: Mariano Cohn. Guión: Mariano Cohn y Gastón Duprat. Intérpretes: Peter Lanzani, Dady Brieva, Luis Brandoni, Gustavo Rodríguez, Noelia Castaño. Producción: Gastón Duprat, Jaume Roures y Carolina Krasñansky. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 90 minutos.
“La rebelión”, de Rupert Wyatt Por Jorge Bernárdez Una invasión de extraterrestres a la Tierra acaba con los gobiernos que los humanos habían conseguido armar hasta ese momento. Las criaturas son como organismos parecidos a un cactus y por momentos tienen formato de Alien. Los alienigenas instalan gobiernos que llaman parlamentarios a los que no se ve. Instalan sus cuarteles bajo tierra y someten a los terrícolas que de repente se encuentran trabajando para los extraterrestres y sacando para ellos toda clase de riqueza naturales y a cambio de eso se inicia una etapa de progreso pacífica y sin divisiones bajo el férreo puño de la autocracia extraterrestre. Por supuesto que no todos los seres humanos se dejan doblegar y la acción de la película se instala nueve años después de la llegada de las primeras naves al planeta. La rebelión es ciencia ficción pero también es un thriller político con algo de novela negra. La acción central se desarrolla en un barrio marginal de Chicago, pero se adivina que los rebeldes se expanden por distintos lugares de la Tierra. Hay un policía que maneja el represión a los rebeldes que se llama William Mulligan (John Goodman), un humano que trabaja para los invasores y que como todo policía de las novelas negras tiene su propio código de conductas que se maneja por los márgenes de lo que permite la ley y los poderosos de la época. El relato es sinuoso, muestra un planeta pujante en el centro de todo pero derruido y decadente en los barrios por los que se mueven aquellos que no trabajan para el nuevo sistema. El momento central de la película es un evento festivo de los nueve años del encuentro entre los humanos y sus déspotas visitantes, en el que los protagonistas de la guerrilla humana van a intentar un atentado sobre los parlamentarios de la zona de Chicago. Hay también una prostituta (Vera Farmiga) que se relaciona con el policía que comanda la represión. La guerrilla se dispone a encender un fósforo que provoque la chispa de la rebelión humana y el espectador se ve envuelto en una trama que incluye vueltas de tuerca y decisiones que hace de algunos de los seres humanos el héroe que se necesita porque a veces sí, se necesitan héroes. LA REBELIÓN Captive State. Estados Unidos, 2019. Dirección: Rupert Wyatt. Guión: Rupert Wyatt y Erica Beeney. Elenco: John Goodman, Ashton Sanders, Jonathan Majors, Vera Farmiga, Kevin Dunn, James Ransone, Alan Ruck, Madeline Brewer, Kevin J. O’Connor, Ben Daniels. Producción: Rupert Wyatt y David Crockett. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 109 minutos.
“Dumbo”, de Tim Burton Por Jorge Bernárdez Tim Burton volvió a la casita de los viejos y lo hizo con todos los honores, al menos su regreso es con la versión en carne y hueso de un clásico de Disney que ganó un Oscar y que originalmente fue hecho para rescatar las finanzas de Disney, que para 1941 venía de producir PinochoyFantasía, dos películas que habían sido muy caras y Dumbo, con su historia simple y su animación clásica, saneó las arcas de la empresa. Desde hace un tiempo Disney, además de comprarse todo lo que tiene a tiro, se puso a revisar su historia y de allí decidió rescatar algunos clásicos y darles una nueva vida. Están en carpeta Aladdin y El rey leóny claro, ya fueron remozadas La bella y la bestiayEl libro de la selva. Tim Burton, que en su momento tuvo que irse de Disney porque su estilo oscuro y raro no pegaba con el legado de la empresa, ahora vuelve como director consagrado para hace su versión de Dumbo. No es raro que Burton se haya sentido atraído por la historia del elefante que puede volar, al fin y al cabo el director californiano sufrió las burlas por parte de compañeros y jefes de la empresa que ahora le entrega una de su joyas más preciadas. Burton reunió a un grupo de actores que son afines a su mundo y recreó la historia original a su manera. El circo de los hermanos Medici (Danny de Vito) está de gira por los Estados Unidos, es el año 1919 y acaba de terminar la Primera Guerra Mundial y sus efectos aún se hacen sentir. El circo está un poco venido a menos, lo que no impide que vuelvan a tomar a Holt Farrier (Collin Farrell) una ex estrella que vuelve de la guerra con un brazo menos y que se ve obligado a ser apenas el que trate con los elefantes del circo. Para mejorar el show, el circo compra una elefante embarazada que da a luz a un elefante que muchos consideran un adefesio por sus enorme orejas. El elefantito vuela pero eso es una especie de secreto entre él y los hijos de Holt. El bebé es bautizado como Dumbo (juego de palabras que en ingles significa torpe) y se transforma en estrella del circo. El circo empieza a ser un éxito y ahí aparece un magnate del mundo del entretenimiento V.A. Vandevere (Michael Keaton) que se interesa por el circo y por su estrella. Vandevere se asocia con Medici y se lleva al circo y su gente a su parque de diversiones (sugestivamente el parque tiene un inocultable aire a Disneylandia). Al poco tiempo Vandevere ubica a su mujer Colette Merchant (Eva Green) al lado de la atracción principal y presenta al verdadero accionista de todo que es Griffin Remington (Alan Arkin), el banquero detrás del extravagante millonario. A esta altura no podemos avanzar sin descubrir demasiado y arruinar las sorpresas, pero es necesario decir que ya estamos lejos de la historia original porque la mirada y la estética de Burton se imponen y el espectador se va a encontrar mirando a Keaton y De Vito pensando en Batman y en El pingüino. Incluso la oficina de Vandevere parece un decorado de alguna de las películas de Batman dirigidas por Burton. Dumbo funciona a varios niveles y las lecturas múltiples de lo que Burton quiso hacer se pueden volver confusas. La diversión está, la troupe de actores funciona y la promesa que apareció en las notas de prensa de un regreso de Beetlejuice da esperanzas de ver que puede pasar cuando Burton vuelva la mirada sobre su propia historia y no tenga que trabajar sobre un clásico ajeno. DUMBO Dumbo. Estados Unidos, 2019. Dirección: Tim Burton. Guion: Ehren Kruger. Intérpretes: Colin Farrell, Michael Keaton, Danny DeVito, Eva Green, Alan Arkin, Nico Parker. Producción: Katterli Frauenfenler, Derek Frey, Ehren Kruger, Justin Springer. Distribución: Buena Vista. Duración: 112 minutos.
“Yo, mi mujer y mi mujer muerta”, de Santi Amodeo Por Jorge Bernárdez En el comienzo vemos a Bernardo (Oscar Martínez) haciendo los arreglos para el velatorio de Cris, su esposa. El hombre es arquitecto, estructurado y ve desmoronarse su mundo. La muerte de la mujer lo deja indefenso y pese a que sobre el final de lo que se adivina que fue una enfermedad dolorosa Cris había pedido ser cremada y que sus cenizas fueran esparcidas en un lugar llamado Las Marinas, ubicado en España y Bernardo se niega al pedido. Pocos minutos después cambia de idea, es que ocurren cosas en el departamento que quedó ocupando solo por él, que le hicieron ver que a lo mejor lo que corresponde es cumplir con ese deseo póstumo, así que le dice a su hija que se va a ir a España a cumplir el pedido y de paso ver a la hermana de Cris. Una vez allí no es difícil adivinar que Bernardo se va a enterar de cosas que preferiría no haber sabido. La hermana de su esposa le deja leer cartas escritas por Cris donde la occisa escribió entre otras cosas que Bernardo estaba muerto en vida. Averiguando por el lugar en el que debe tirar las cenizas de la que ahora ya sabe que fue su infeliz esposa, Bernardo termina en un Spa nudista. En el camino Bernardo conoce a Abi (Carlo Areces) un desarrollador inmobiliario en quiebra que no duda en intentar alguna especie de estafa para ganar algún dinero y que lo llevará a Bernardo a vivir algunas aventuras a pesar de que el argentino no pierde su rigidez del comienzo, se suma al asunto. Lo cierto es que a pesar de conocer gente nueva, de descubrir cosas de su esposa que no son demasiado gratas, Bernardo llega al final de la película sin aprender mucho de la vida. La película dirigida por Santi Amodeo amenaza con dispararse hacia cualquier dirección, el relato se hunde y lo que pudo ser una gran aventura de conocimiento de un personaje con una pesada rígida moral. Demasiado para ser comedia, demasiado liviana para ser un drama, Yo, mi mujer y mi mujer muerta, traiciona toda promesa de alocarse o de ser una buena comedia negra y finalmente termina siendo una película malograda en donde en definitiva no pasa nada. YO, MI MUJER Y MI MUJER MUERTA Yo, mi mujer y mi mujer muerta. Argentina/España, 2019. Dirección: Santi Amodeo. Intérpretes: Oscar Martínez, Carlos Areces, Ingrid García Jonsson, Malena Solda, Cris Nollet, José Luís Adserías, Germán Baudino, Carolina Bassecourt y Jorge Booth. Duración: 97 minutos.
“A dos metros de ti”, de Justin Baldoni Por Jorge Bernárdez Nacemos para morir, esa es una la única certeza que tenemos y es algo con lo que tratamos de convivir fingiendo demencia, pero Stella (Halley Lu Richardson) no tiene tiempo de fingir nada porque es adolescente y tiene fibrosis quística. Quienes tienen esa enfermedad cuentan con poco tiempo y la única salida, que es el trasplante de pulmones, apenas le agrega unos años a su esperanza porque los órganos trasplantados duran unos cinco años de promedio. A pesar de todo esto Stella se muestra vital y optimista y ha hecho de la habitación del hospital donde está cuando comienza la historia el cuarto de una adolescente común, si obviamos el carrito de remedios y las máscaras de oxigeno. La chica tiene un amigo con la misma enfermedad en el hospital con el que se conocen desde niños y se cuentan todo. Una característica de la fibrosis es que los enfermos de ese mal no pueden estar más cerca de dos metros, ya que si uno infecta al otro es posible que le provoque la muerte. A ese hospital donde Stella está esperando los pulmones llega Will (Cole Sprouse) que tiene una dolencia similar pero más compleja, Will tiene 17 años y entra para probar una nueva terapia. Stella y Will no pueden ser mas opuestos, él es amargo y taciturno, un poco punk y con una estética más bien dark que se completa con el dato de que es dibujante. Por supuesto que Stella y Will se van a enamorar como corresponde al melodrama. Hoy estas películas de adolescente son enfermedades terminales o casi, son un género con un público seguro. Si existieran Hallmark Channel o el Canal 9 de Romay, estas producciones irían derecho al espacio dedicado al de la “Película de la semana”. Pero no, es un estreno y sentarse en la butaca para ver A dos metros de ti con espíritu crítico o sarcástico sería una pérdida de tiempo, así que ni pasen por la puerta del cine si es el espíritu que los alienta. Si son románticos y les gusta sufrir, esta es la película indicada, llena de golpes bajos pero a la vez cargada de buenas intenciones con las dosis adecuadas de personas de distintas etnias y de gustos sexuales diversos. Un poco de libro de autoayuda y una buena banda de sonido. Dos horas de llanto asegurado en una película bien actuada y con el ritmo justo, compren pañuelos de papel y a llorar a moco tendido. O huyan sin mirar atrás. A DOS METROS DE TI Five Feet Apart. Estados Unidos 2019. Dirección: Justin Baldoni. Intérpretes: Cole Sprouse, Haley Lu Richardson. Claire Forlani, Parminder K. Nagra, Moises Arias. Duración: 116 minutos.
“Capitana Marvel”, de Anna Boden y Ryan Fleck Por Jorge Bernárdez Cuando en los minutos finales de Avengers: Infinity War Thanos, el villano de las galaxias hacía su ahora famoso chasquido con el guante en el que llevaba las gemas que dominan todo y se cargaba a la mitad de las vidas que habitaban el universo, los espectadores quedaron atónitos viendo como se volvían cenizas la mitad de los seres vivos, sin importar si eran héroes o no. Pero sobre el final, Nick Furry (el personaje que intemedia entre los superheroes y las Naciones Unidas), antes de convertirse en cenizas, agarra una especie de comunicador extraño y manda una señal que los muy conocedores de los comic en ese momento relacionaron con un personaje que hasta ese momento no se había hecho presente en el Universo cinematográfico de Marvel: ¡Capitana América! Desde ese momento hasta ahora todo ha sido agitación porque se supieron varias cosas: 1- El Universo Expandido de Marvel está por entrar en una nueva etapa. 2- Carol Danvers, La capitana Marvel, vendría a la Tierra para solucionar el lío . 3- Pero como la mayoría del público no conoce al personaje, había una película en proceso para contar su historia. Los meses traían más y más noticias y hasta una controversia alimentada en parte por la actriz Brie Larson (la Capitana en cuestión), que al tono con los tiempos que corren dejó entrever que la el personaje traía algo de equilibrio en lo que a géneros se refiere, al ser la primera mujer que tendría su propia película en el universo Marvel. Las declaraciones y algunas filtraciones agitaron el encono de algunos influencers, que no dudaron en acusar de feminazi al nuevo personaje. Paralelamente a esa pelea surgían rumores de que por razones bien terrenales -como el final de los contratos de algunas estrellas- y por necesidades empresariales surgidas de la compra de Marvel por Disney, los diez años con películas de Thor, Iron Man y todo el grupo llegarían a su fin con la próxima producción de los Avengers, así que Capitana Marvel serviría para presentarla a ella pero también como cabeza de playa de una nueva invación de la marca. Y llegó el día -en las vísperas del Día de la Mujer-, la película ya está en cartelera dando fin a los rumores y las filtraciones. En una galaxia lejana se desarrolla una lucha entre dos razas, los Skrull y los Kree. Los skrulls son verdes y reptilianos pero pueden adoptar cualquier aspecto, mientras que los Kree pueden tener la piel azulada o como la de los humanos. Los Kree son valerosos y nobles, los Krulls son retorcidos, malvados y de manera traicionera infiltran los planetas para invadirlos y quedarse con ellos. Todo eso es lo que la guerrera Vers, sabe sobre porque anda luchando por las galaxias aunque su memoria a veces le trae ramalazos de otra vida, sus jefes dudan en usarla para misiones mayores porque Vers no sabe dominar sus sentimientos. Así, en la primera misión de importancia, cae prisionera de los Skrulls y todo se vuelve más confuso. La guerrera se escapa y termina en la Tierra aunque para los Skrulls y los Kree se llama C53. Ya en la Tierra y en plena década de los 90, Vers entra en contacto con un agente de S.H.I.L.D.S que la va ayudar entre otras cosas a saber que ella en otra vida fue la aviador Carol Danvers. Una vez que las acción de la película toca el planet, la acción no se detiene y pasamos a otra fase donde se descubre que no todo es como Vers/Danvers pensaba y además, nos enteramos que la Tierra viene siendo el centro de operaciones de intentos de invasión desde hace rato. Para evitar entrar en la zona en que se revela mucho más que lo que el espectador avisado sabe, es mejor no avanzar con el relato de los hechos de la historia así que vamos a decir que Brie Larson es una muy buena Capitana Marvel, que Samuel L. Jackson vuelve a encarnar a un Nick Furry pero esta vez como un agente más joven, que va descubriendo lo que se juega a nivel galáctico y universal con los intentos de invasión a la Tierra. Brilla Ben Mendelsohn tiene un papel al que le regalaron distintos matices aunque se anticipaba que sería una especie de villano y también está Annete Benning con Mar – Vell y Jude Law cómo Yon Roog, que es el mentor Kree de la Capitana Marvel. Una mención especial para quien se convierte en un personaje central que es el gato que se pasea durante toda la película y que aterroriza a los Skrulls por razones que a los humanos nos parecen incomprensibles. La banda de sonido, las referencias a la cultura pop en general y en especial a cuestiones muy de esa década no tan lejana funcionan muy bien y no alcanzan a desviar al espectador del relato central. Bienvenidos los noventa a la mirada retro. Para los seguidores del Universo Expandido de Marvel, solo nos resta decirles que Capitana Marvel cumple las expectativas de sobra y explica lo que esperaban saber sobre como se va meter Carol Danvers en la que seguramente será la última aventura de algunos Avengers. CAPITANA MARVEL Captain Marvel. Estados Unidos, 2019. Dirección: Anna Boden y Ryan Fleck. Guión: Anna Boden, Ryan Fleck y Geneva Robertson-Dworet. Elenco: Brie Larson, Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Jude Law, Annette Bening, Lashana Lynch, Clark Gregg, Rune Temte, Gemma Chan, Djimon Hounsou. Producción: Kevin Feige. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 124 minutos.
“Obsesión”, de Steven Knight Por Jorge Bernárdez Por qué una película que originalmente se llama Serenity, nombre del barco que aparece en la historia, en nuestro país se llama Obsesión, es difícil de entender, tan difícil como ver a un grupete de estrellas de Hollywood metidas en una historia sin pies ni cabezas que arranca de manera interesante pero que al rato se transforma en algo incomprensible, para finalmente, revelarse como una historia que vincula un drama de violencia familiar y de género con problemas psicológicos, aunque para cuando se encauzan las cosas ya no le importa a nadie. En el comienzo Dill Baker (Matthew McConaughey) es el capitán de una embarcación para turistas que lleva millonarios a pescar. Dill es intenso y un poco descontrolado y todo el mundo en la pequeña isla del Caribe donde vive sabe que persigue a un pez enorme de manera obsesiva, al punto de poner en peligro su trabajo con los turistas. Para agregar otro dato a la interesantísima vida del personaje, hay que decir que también tiene una amante que lo banca todo el tiempo y cuando hablamos de banca nos referimos a sostenerlo económicamente, pero no la criticamos más porque ese personaje está encarnado por Diane Lane -cuyos pocos momentos de sexo con Dill son lo único entretenido de Obsesión-. En esa primera media hora parece que estamos ante un relato clásico de policial negro con héroe un poco tomador y con problemas de los que prefiere no hablar y por los cuales se cambió el nombre. También no enteramos que estuvo en el ejercito y participó de la guerra en Irak. A la isla llega Karen Zariakas (Anne Hathaway) que es una rubia platinada que hace sospechar que será la que haga avanzar la historia y es exactamente así. Karen es la ex de Dill, ambos tuvieron un hijo y vive con un millonario que la somete a situaciones de violencia doméstica de todo tipo. Karen le propone a Dill sacar a pescar al millonario y matarlo en alta mar. Todo empieza a complicarse y Dill parece vivir en una realidad paralela, no parece tener los patitos en fila y acá el relato toma diferentes caminos, aparecen personajes que no se entiende mucho qué hacen en la isla y como no podía ser de otra y todo el plan del asesinato se complica. No vamos a espoilear el absurdo desenlace, pero sí vale la pena advertir que salvo Diane Lane que no tiene que hacer otra cosa que mostrarse bella -y le sale muy naturalmente-, nadie en el elenco parece esta cómodo en el disparate y esa zozobra deviene en que el espectador asiste a la peor perfomance posible de un elenco a la deriva. OBSESIÓN Serenity. Estados Unidos, 2019. Dirección y Guión: Steven Knight. Intérpretes: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Diane Lane, Jason Clarke, Djimon Hounsou, Jeremy Strong, Rafael Sayegh, Charlotte Butler, David Butler, Michael Richard. Producción: Steven Knight, Guy Heeley y Greg Shapiro. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 106 minutos. ero que al rato se transforma en algo incomprensible, para finalmente, revelarse como una historia que vincula un drama de violencia familiar y de género con problemas psicológicos, aunque para cuando se encauzan las cosas ya no le importa a nadie. En el comienzo Dill Baker (Matthew McConaughey) es el capitán de una embarcación para turistas que lleva millonarios a pescar. Dill es intenso y un poco descontrolado y todo el mundo en la pequeña isla del Caribe donde vive sabe que persigue a un pez enorme de manera obsesiva, al punto de poner en peligro su trabajo con los turistas. Para agregar otro dato a la interesantísima vida del personaje, hay que decir que también tiene una amante que lo banca todo el tiempo y cuando hablamos de banca nos referimos a sostenerlo económicamente, pero no la criticamos más porque ese personaje está encarnado por Diane Lane -cuyos pocos momentos de sexo con Dill son lo único entretenido de Obsesión-. En esa primera media hora parece que estamos ante un relato clásico de policial negro con héroe un poco tomador y con problemas de los que prefiere no hablar y por los cuales se cambió el nombre. También no enteramos que estuvo en el ejercito y participó de la guerra en Irak. A la isla llega Karen Zariakas (Anne Hathaway) que es una rubia platinada que hace sospechar que será la que haga avanzar la historia y es exactamente así. Karen es la ex de Dill, ambos tuvieron un hijo y vive con un millonario que la somete a situaciones de violencia doméstica de todo tipo. Karen le propone a Dill sacar a pescar al millonario y matarlo en alta mar. Todo empieza a complicarse y Dill parece vivir en una realidad paralela, no parece tener los patitos en fila y acá el relato toma diferentes caminos, aparecen personajes que no se entiende mucho qué hacen en la isla y como no podía ser de otra y todo el plan del asesinato se complica. No vamos a espoilear el absurdo desenlace, pero sí vale la pena advertir que salvo Diane Lane que no tiene que hacer otra cosa que mostrarse bella -y le sale muy naturalmente-, nadie en el elenco parece esta cómodo en el disparate y esa zozobra deviene en que el espectador asiste a la peor perfomance posible de un elenco a la deriva. OBSESIÓN Serenity. Estados Unidos, 2019. Dirección y Guión: Steven Knight. Intérpretes: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Diane Lane, Jason Clarke, Djimon Hounsou, Jeremy Strong, Rafael Sayegh, Charlotte Butler, David Butler, Michael Richard. Producción: Steven Knight, Guy Heeley y Greg Shapiro. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 106 minutos.