Desde su debut como realizador con “I pugni en tasca” (1965), Marco Bellocchio demostró un compromiso militante con su país y su tiempo. Es un realizador incómodo, amigo de meter el dedo en la llaga. El film registra (con un tratamiento no realista), el dramático itinerario de Ida Dalser, primer gran amor de Benito Mussolini, quien le dio un hijo y luego fue repudiada y silenciada por el Duce. La historia arranca en la segunda década del siglo XX en una Italia convulsionada, en la que las incipientes ideas fascistas se enfrentaban al socialismo. Apenas Mussolini crece políticamente y toma el poder, Ida y su hijo se convierten en una mala palabra. Ese hijo, reconocido al nacer, será oficialmente repudiado y borrado de todos los registros. La pasión deja lugar al cálculo y a las necesidades de Estado. Ida conoce a Mussolini en Milán, cuando él es editor de Avanti y aparece como un socialista fervoroso, anticlerical y antimonárquico. Para ayudarle a financiar Il Popolo d' Italia, Ida vende su casa, su salón de belleza y sus joyas. Pero, a medida que él avanza políticamente, se le convierte en un estorbo y sepulta ese vínculo sin mirar atrás. La película va y viene en el tiempo, marcando la lucha inclaudicable de esa mujer que lleva adelante el ejercicio de sus derechos ante la Justicia, arriesgándose a un futuro de hospicios y clausura. Porque el régimen ha elegido declararla insana y confinarla durante años en un loquero. De esa manera crecerá el hijo no querido del hombre más poderoso de Italia. Un testimonio estremecedor.
La serie dejó de emitirse en el 2004, pero es tan popular que hace un par de temporadas sus productores decidieron lanzarla a la pantalla grande con sus atribuladas protagonistas, ese cuarteto de cuarentonas de clase media alta, que se debaten entre el deseo, el glamour y la frustración. La película no obtuvo críticas muy entusiastas, sin embargo, llega el capítulo 2, ahora con producción ejecutiva de una de sus intérpretes, Sarah Jessica Parker. Como se sabe, las chicas, eternas consumistas de todo lo bueno que tiene la moda, siguen en sus nubes mientras el mundo se derrumba. Aquí, la acción se traslada de Nueva York a Oriente, pero la comedia se ocupa de seguir deslumbrando a la platea femenina con su galería de nuevos diseños. Es un desfile imparable de marcas. Tres de las muchachas se han casado y dos de ellas han sido madres, pero siguen tan despistadas y ansiosas como siempre. El acento está puesto en trasladar a este cuarteto tan liberal a un contexto ultraconservador, para así disfrutar con el choque de culturas. En esta suerte de road-movie, las cuatro deliciosas tilingas deberán sortear obstáculos tan fatigosos como una cabalgata a lomo de camello en pleno desierto, bajo un sol abrasador, y la aparición de antiguos amores, como Aidan Shaw, ex de Carrie. En suma: si usted fue espectador incondicional de la serie, le va a encontrar su lado bueno al reencontrarse con una serie de personajes entrañables. Caso contrario, puede prescindir sin culpa de este entretenimiento con más sofisticación que verdadero ingenio.
Basado en la novela homónima de Evelyn Waugh, un clásico de la literatura inglesa tan polémico como elogiado, se ocupa de amores condenados y relaciones triangulares en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. El contexto va a condicionar las reacciones de los protagonistas y la edad de la inocencia se interrumpirá abruptamente para más de uno. El amor y el deseo tendrán que hacer frente a una educación de principios inapelables. Un elenco británico, donde se destacan Emma Thompson, Michael Gambon y Greta Scacchi, contribuye a que el drama romántico prospere. En este tipo de relatos, los prejuicios y códigos de la época librarán dura batalla con las pasiones incontrolables. El factor humano acaba desequilibrando las reglas más rígidas. El texto original y el film se ocupan de subrayar la decadencia de la aristocracia católica inglesa y de un estilo de vida destinado a perecer. En el camino, quedarán unas cuantas heridas que no cierran, y pérdidas irreparables. La película, con una puesta en escena muy “british”, deja claro que todo podría haber sido de otra manera. Regresar a la mansión Brideshead es asomarse a un mundo que muestra serias grietas, que prefiguran el definitivo derrumbe. Por su tratamiento y algunos de sus personajes, el film recuerda títulos notables como “Lo que queda del día”, aunque le faltan recorrer muchas millas para acceder a la estatura de la obra de James Ivory. Con todo, da gusto que una actriz como Emma Thompson pueda reencontrarse con un personaje a su altura, luego de tantos papeles olvidables que no se merecía.