Los juegos del amor y del azar Se utilizan varios textos de Shakespeare para hablar de los vínculos, los desencuentros entre hombres y mujeres y lo efímero de las relaciones amorosas. Matías Piñeiro intenta reflejar una cotidianidad en la que sus intérpretes se mueven frente a la cámara con una comodidad y naturalidad que no deja de despertar asombro. Las obras clásicas han inspirado a autores contemporáneos, que bebieron en las de autores como Shakespeare, para elaborar nuevas teorías dramáticas. En esto pensamos al usar el título de una obra de Marivaux para esta crítica. Matías Piñeiro con "Viola" y "Rosalinda", que se exhiben juntas en la sala Leopoldo Lugones del San Martín, se inspiró en dos obras del bardo isabelino. En "Rosalinda", el mundo shakespereano se "mete" en la vida de un grupo de actores que ensayan la comedia "Como gustéis", en una isla del Tigre (ver aparte). En "Viola", se utilizan varios textos del autor de "Romeo y Julieta", para hablar de los vínculos, los desencuentros entre hombres y mujeres y lo efímero de las relaciones amorosas. La "Viola" (María Villar) a la que refiere el título, es una chica que vende videos pirata y va en su bicicleta visitar a clientes de distintos barrios de la ciudad. La chica vive con Javier (Esteban Bigliardi), un músico que se encarga de "bajar" de internet las películas que su novia comercializa a domicilio. LOS SENTIMIENTOS A estos personajes se unen Cecilia (Agustina Muñoz), una chica que ensaya junto con su amiga Sabrina (Elisa Carricajo), una pieza de Shakespeare en un teatro del off, a cuyas representaciones van varios jóvenes, atraídos por el magnetismo de unos textos, tan ajenos al hablar cotidiano y en los que el amor, o las separaciones son contadas a través de una poética fascinante. El director Matías Piñeiro se preocupó por establecer un continuado contrapunto entre los personajes de la pieza y lo que le ocurre a los actores en su vida cotidiana. El "micromundo" en el que se mueven los personajes, parece deslizarse sin mayores preocupaciones, más allá de lo que les ocurre a cada uno con sus afectos, sus parejas, o sus nuevos vínculos afectivos. Igual que en su película "Rosalinda", en "Viola", Matías Piñeiro intenta reflejar una cotidianidad en la que sus intérpretes se mueven frente a la cámara con una comodidad y naturalidad que no deja de despertar asombro.
La muerte, compleja elección El filme guarda cierta herencia con la recordada "Amour", de Michael Haneke, que protagonizaron Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant. Stéphane Brizé consigue un drama conmovedor a través de las exquisitas actuaciones de Vincent Lindon y Hélne Vincent, dos actores que saben conectarse a partir de la sutileza y expresar una constante sensación de pérdida, que despierta un inusitado interés en el espectador. El silencioso drama de una mujer que sabe le queda poco tiempo de vida, a quien acompaña su hijo, que acaba de salir de la cárcel, es el tema que aborda el francés Stéphane Brizé en este drama, que es contado a través de un ritmo pausado y de una intensa melancolía. "Algunas horas de primavera" guarda cierta herencia con la recordada "Amour", de Michael Haneke, que protagonizaron Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant. En este caso no se trata de una pareja de ancianos, sino de un vínculo madre-hijo, que se ha ido desgastando a través del tiempo y a partir de que el hijo es condenado, se presume que por contrabando de drogas. Cuando Alain (Vincent Lindon) sale en libertad y regresa al hogar, descubre que Yvette (Hélne Vincent), su madre, toma cada vez más pastillas y luego sabrá que ella contrató en Suiza un servicio de muerte asistida. DRAMA INTIMO La eutanasia, prohibida en Francia, permite a una persona que sufre de una enfermedad incurable y sabe que va a morir, ser preparada para ese momento final. Sobre estos elementos Stéphane Brizé construye un "friso" dramático íntimo y profundamente doloroso. Cuando Alain regresa al hogar con la intención de rehacer su vida y encontrar un trabajo, se da cuenta que le resulta imposible y entra en un estado de cierto desasosiego, en el que no tiene muy claro qué le ocurre. En un salón de bowling encuentra a una mujer, tiene una relación sexual con ella y poco después intentan seguir juntos, pero los silencios y lo que cada uno intenta preservar, hacen imposible el diálogo y la pareja decide separarse. DECIR ADIOS No obstante la preocupación para Alain parece ser otra. Sabe que si su madre muere pierde el último referente sanguíneo que tenía. A la vez se da cuenta que heredará esa casa, ubicada en una pequeña ciudad de Francia, aunque no se sabe dónde. Los silencios, algunas miradas y una muy triste escena de violencia entre el hijo y la madre, definen una situación que va camino a desbarrancarse, no obstante al final Alan decide acompañar a su madre a Suiza. Stéphane Brizé consigue un drama conmovedor a través de las exquisitas actuaciones de Vincent Lindon y Hélne Vincent, dos actores que saben conectarse a partir de la sutileza y expresar una constante sensación de pérdida, que despierta un inusitado interés en el espectador.
Desencuentro de dos culturas La documentalista Ximena González acompañó con la cámara el proceso que llevó al niño a transitar el esperanzador paso hacia su operación por una cardiopatía congénita y el desgarrador final que significó su muerte. A lo largo de 2005 la documentalista Ximena González acompañó con su cámara a la familia de Crispín Acuña (20), su mujer Leonarda Vázquez (17) y Julián Acuña (3), el niño aborigen, que padecía de una cardiopatía congénita (según los médicos) y por una orden judicial, fue traído de su Misiones natal, a nuestra ciudad. Se lo operó exitosamente en el Hospital de niños Ricardo Gutiérrez y más tarde su dolencia se complicó, por lo que murió en junio de 2006. Esa familia pertenece a la comunidad guaraní de Pindó Poty, ubicada a doscientos kilómetros de la provincia de Misiones, en un paraje conocido como "El soberbio". El pequeño Julián había nacido el 26 de julio de 2002, en el hospital del lugar. A los tres años, una descompensación obligó a llevarlo al hospital de pediatría de Oberá y los médicos aconsejaron llevar al chico a Buenos Aires. COMO UN SUEÑO Cuando los padres le cuentan la situación a la gente de su comunidad, el Opyguá, líder espiritual de la aldea guaraní, dice que soñó que al cuerpo del chico ingresó un espíritu y alojó cinco pequeñas piedras en la cavidad del corazón. Luego de este comentario, los padres regresan con el niño a su casa, para que sea tratado con la medicina aborigen. Pero hasta el lugar llega un patrullero con la orden de una juez y la familia es obligada a trasladar al chico al porteño hospital Gutiérrez. Cuando los médicos, le dicen a los padres que se debe operar al niño, Pablo Villalba, líder espiritual de la comunidad Mbya, les pide a los médicos, que permitan que el chico regrese a su provincia, que se lo va a curar con la medicina de su pueblo. Luego de una reunión el comité de bioética del hospital porteño, se decide operar al chico, pero sin la venia de los padres. UN INTERROGANTE El postoperatorio es bueno, a Julián se lo ve jugar y los médicos indican que puede volver a su provincia. Más tarde en el chico se repiten los síntomas, se lo interna nuevamente en Oberá y de Misiones se lo traslada otra vez a Buenos Aires. En el Hospital de Niños, a finales de 2005 los médicos dicen que ya no se puede hacer nada y el chico regresa a Misiones. El pequeño Julián Acuña, que durante su estadía porteña se convirtió en una noticia mediática, fue víctima de un choque entre dos culturas, la propia y la del "hombre blanco", como la llaman los aborígenes. Este es el interrogante que deja abierto este contundente documental, de planos cortos, precisos, que la directora Ximena González concreta con valentía, dejando que su cámara se convierta en testigo de un hecho profundamente doloroso.
El arte de ofrecer diversión Un curioso y divertido filme que como las "rutinas" de los viejos payasos circenses, desarrolla una serie de escenas anárquicas y delirantes, que tienen el sabor de ese humor absurdo que es capaz de despertar sonrisas, o cambiarle el estado de ánimo tanto a un niño, como a un adulto. Curioso y divertido a la vez es este documental de Lucas Martelli, que cuenta lo que sucedió con un grupo de hombres y mujeres que convirtieron su vocación -tener la capacidad de hacer reír a los demás-, en un medio de vida. "Sólo para payasos", es un filme, que como las "rutinas" de los viejos payasos circenses, desarrolla una serie de escenas anárquicas y delirantes, que tienen el sabor de ese humor absurdo que es capaz de despertar sonrisas, o cambiarle el estado de ánimo tanto a un niño, como a un adulto. LA CONVENCION Lucas Martelli, el director, quería reunir a payasos de distintas generaciones y no sólo de la Argentina. Con esa idea, convocó a todos a una "Convención argentina de payasos", que tiene como centro la carpa del circo Bristol, en Buenos Aires. Lo que muestra la película es a artistas de las distintas corrientes circenses, que viajan a la convención como pueden. Algunos lo hacen en una vieja nave, como si fuera un dirigible parecido al antiguo Zeppelin, otros en autos "eternos", o simplemente caminando. Mientras que los de Europa y países de América latina, sólo hacen llegar sus saludos a los payasos reunidos en la Convención, a través de pequeños videos filmados. El motivo de la Convención es intercambiar técnicas, conocerse y demostrar las destrezas humorísticas de cada uno. TENER VOCACION El filme en el que coinciden desde el catalán Tortell Poltrona, de "Payasos sin fronteras"; hasta Tenaza, el payaso anarquista, o Chacovachi, el conocido artista callejero; sumado a Luisito y Pecusito, el clásico dúo de los hermanos Videla; hasta Petarda (Cristina Martí), permite ir conociendo a cada uno de los artistas y las distintas formas de su impronta estética y expresiva. Mientras las escenas van mostrando las peripecias por las que atraviesan los artistas para llegar a la Convención, otros cuentan cómo se formaron, de qué manera descubrieron su vocación -que la mayoría de las veces cuesta convertir en un medio de vida-, o hablan de las diferencia entre un payaso del circo criollo y el clown (técnica introducida por Cristina Moreira en nuestro país, a partir de 1980, sobre el método de Jacques Lecoq). "Sólo para payasos" permite conocer la voz y el pensamiento de artistas que eligen distintos espacios para desarrollar su trabajo, desde Totó Castiñeiras en el Cirque du Soleil, hasta Chacovachi, o Pedro "Peligro" del Grupo Catalinas.
Homenaje al club River Plate La gigantesca bandera con los colores de su club, realizada por los fanáticos de River Plate, con la que desfilaron por las calles porteñas, el 8 de octubre del año pasado (Día del respeto a la diversidad cultural, que fue feriado), inspiró a Federico Peretti este documental. "Esos colores que llevás" registra la pasión de los socios y no socios de la institución, que se sintieron convocados por el rojo y blanco del club de Núñez y decidieron unirse y acompañar la bandera, a modo de homenaje, luego que el equipo conducido por Matías Almeyda, después de su doloroso descenso a la B, recuperara volviera a Primera División el 23 de junio del año pasado. Con una elocuente dinámica narrativa, el director filma la espontaneidad y la emoción de los hinchas y los que se sumaron al festejo contagiados por el entusiasmo de los organizadores, los que se dividieron en grupos para coser la gigantesca tela, que según el escribano Andrés Bello, que firmó el acta de la ceremonia, midió siete mil ochocientos veintinueve metros. GRAN CORTEJO El cortejo que se sostuvo con cánticos y sin partidismos a lo largo de su recorrido y partió de la avenida Del Libertador y Tagle, donde estaba ubicada la vieja cancha del club, hasta el estadio Monumental, en Núñez, también contó con la bendición del sacerdote Máximo Jurcinovic. "Esos colores que llevás", será muy disfrutable para los fanáticos de River Plate, aunque lo cierto es que el logrado lenguaje narrativo de Federico Peretti, permitorá su llegada a una amplia franja de público. La película incluye breves testimonios de Matías Almeyda, Sergio Goycochea, la neuróloga Fernanda Ascurra, el sociólogo Rodrigo Daskal y una figura señera como Amadeo Carrizo, un inolvidable del club de Núñez.
Los secretos de la cocina. Es una road-movie sobre un padre y su hijo, pero también sobre afrontar los cambios, el intercambio generacional y el apoyo de la familia y amigos tan imprescindibles en los momentos álgidos de la vida. Ser el chef estrella de un restaurante cuando el negocio no es propio, puede ocasionar al especialista en cocina más de un dolor de cabeza y eso es lo que le sucede a Carl Casper, separado y con un hijo de diez años. El filme del director Jon Favreau que acá se reserva el protagónico, muestra como ha ocurrido con otros filmes sobre las artes culinarias (‘La fiesta de Babette’, entre ellos), que el saber cocinar no se trata únicamente de combinar bien los elementos, también implica un aprendizaje sobre la vida, que ejercita las emociones y agudiza los sentidos.NUEVOS PLATOS‘Chef... es una original comedia familiar, en la que a partir del conflicto que tiene Casper con el dueño del local en el que trabaja, cuando a ambos les avisan que vendrá a calificar el restaurante un temible crítico de cocina, la vida del primero se modificará radicalmente. Casper es un obsesivo que siempre está ideando nuevos platos, pero a partir de que abandona su trabajo porque se siente humillado, con la ayuda de su ex mujer y en compañía del hijo de ambos viaja a Miami y su realidad se modifica.En la llamada Little Havana de Miami, Casper no sólo se reencuentra con su ex suegro, un compositor de música tropical, también constata al primer ex marido de su mujer, él que lo ayuda en un nuevo emprendimiento. Le consigue un trailer rodante con cocina para vender comida en la calle.Lo concreto es que a partir de ese momento comienza una nueva vida para Carl Casper, su hijo y su ex mujer, él que ahora se dedica a proveer a sus numerosísimos clientes, en su mayoría latinos, de sabrosa comida cubana.El filme de Jon Favreau es una road-movie sobre un padre y su hijo, pero también sobre afrontar los cambios, el intercambio generacional y el apoyo de la familia y amigos tan imprescindibles en los momentos álgidos de la vida.Valiosas son las actuaciones de Jon Favreau, Emjay Anthony y Sofía Vergara, a los que acompañan en papeles secundarios: Dustin Hoffman, Scarlett Johansson y Robert Downey Jr, al que Favreau dirigió en la saga Iron Man.
Teatro en una cárcel romana Es un documental, que mezcla elementos ficcionales, para mostrar cómo funciona un taller de teatro en la cárcel de Rebibbia, en Roma. A través de lo que los presos cuentan, el espectador y el director de la obra, se enteran de por qué esos hombres están detrás de las rejas. La nueva película de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani (‘Padre padrone’, ‘La noche de San Lorenzo’, ‘Kaos’), es un documental, que mezcla elementos ficcionales, para mostrar cómo funciona un taller de teatro en la cárcel de Rebibbia, en Roma. ‘César debe morir’, enfoca la preparación del estreno de ‘Julio César’ de William Shakespeare, que Fabio Cavalli, director de la institución carcelaria, les propone ensayar y representar a los presos que quieran hacerlo, para luego darla a conocer en el teatro de la prisión. Los que deciden participar, deberán pasar por un casting, en el que tendrán que decir en voz alta, sus nombres, si tienen familia y por qué están en la cárcel. La mayoría acepta y los ensayos se ponen en marcha. A través de lo que los presos cuentan, el espectador y el director de la obra, se enteran de por qué esos hombres están detrás de las rejas. La mayoría integraron una banda de criminales organizada, o están ligados al narcotráfico. LA PREPARACION Pero eso a Fabio Cavalli, el director de la obra, no le importa, para él, a medida que comienzan los ensayos, los presos pasaran a ser un grupo de actores, a los que tendrá que guiar en sus papeles. Giovanni Arcuri es elegido para hacer de César y Salvatore Striano, será Bruto su fiel servidor. La versión de Cavalli, se apoya en que César luego de vencer a Pompeyo y regresar a Roma, ambiciona abolir la República y adueñarse del poder. A partir de esa sospecha se arma una conspiración para asesinarlo y el elegido para hacerlo es Bruto. Ganadora del Oso de Oro, en Berlín y el David de Donatello, en su propio país, ‘César debe morir’, es un drama contundente, en el que los hermanos Taviani, consiguen que el arte del teatro se fusione con la vida misma. Por momentos, los textos de Shakespeare, despiertan en los presos viejos rencores, que se fusionan en los ensayos de la obra, para adquirir nuevos matices dramáticos, muy verosímiles y si se más quiere trascendentes, por el énfasis que los ‘actores’ le aportan a sus personajes. HOMBRES LIBRES El empleo del blanco y negro, para la mayoría de las escenas que forman parte del contexto carcelario y el color, durante la representación, en que los presos por un instante se convierten en ‘hombres libres’, le otorgan al filme, un impacto de áspera poesía. El contraste que se produce cuando los presos dejan sus papeles y luego de recibir el contundente aplauso del público en el teatro de la cárcel, deben volver a sus celdas, los Taviani lo subrayan a través de una frase -‘desde que me familiaricé con el arte, la celda se volvió una prisión’-, que dice Giovanni Arcuri, que, como se dijo, cubre el papel de César. Salvatore Striano (Bruto), intensifica su actuación a través de constantes matices melodramáticos. En otros papeles se destacan, Antonio Frasca (Marco Antonio) y Vincenzo Gallo (Lucio).
Nuestro ayer por las veredas El filme plantea un registro algo desordenado, por momentos caótico, en el que alumnos, docentes y vecinos de la ciudad opinan sobre una nueva forma de ‘registro’, que permite no olvidar parte de nuestra historia. La cineasta, documentalista y antropóloga argentina Carmen Guarini (a la que la sala Leopoldo Lugones, del San Martín, además de exhibir esta película, le dedicará una muestra retrospectiva), invita, nuevamente, a repensar el pasado de la Argentina, durante los años de plomo. EN LOS BARRIOS A un grupo de estudiantes extranjeros, les propone un taller de cine sobre la memoria y los invita a la búsqueda, de aquellas calles de nuestra ciudad, en cuyas veredas, se encuentran baldosas, en las que están estampados los nombres, de hombres y mujeres desaparecidos. Al comienzo de ‘Calles de la memoria’, una voz en off, dice que es llamativo que en una época en que se iniciaron los juicios a los causantes de las desapariciones, la ciudad recuerde los nombres de las víctimas a través de una serie de baldosas, ubicadas en veredas de distintos barrios, entre ellos, San Telmo (Escuela Otto Krause, Paseo Colón 650), Congreso (Ateneo de la Juventud, en Riobamba 165), Once y Almagro. El filme plantea un registro algo desordenado, por momentos caótico, en el que alumnos, docentes y vecinos de la ciudad opinan sobre esta nueva forma de ‘registro’, que permite no olvidar parte de nuestra historia. LOS ESTUDIANTES Lo que se dice y muestra resulta interesante, porque saca a la luz, la presencia de esas ‘baldosas’, que en su mayoría se pisan diariamente, sin saber bien qué significado adquieren para el hombre común. A la reflexión de una estudiante chilena, que luego del taller, dice que llevará la propuesta a su país, para que se haga lo mismo; o la visión de una joven brasilera, que se entera del valor que tiene esa baldosa ubicada en la puerta de la casa en la que vive con sus padres, en Almagro, se suman las voces de varias generaciones de porteños, a los que esos nombres impresos le resultan indiferentes, o le parecen una forma positiva de no olvidar el pasado. ‘Calles de la memoria’, también da cuenta de una cantidad de jóvenes y personas anónimas de escuelas, instituciones, o empresas privadas, que se dedican a hacer las baldosas y hasta a limpiarlas. A esto lon asumen los porteros de las viviendas, en cuyas veredas se ubicaron estas coloridas baldosas, con el nombre de una persona que sufrió aquella época incomprensible para la Argentina. Al terminar la película, nuevamente una voz en off, señala que el registro de las baldosas, es sólo una excusa para que la memoria se mantenga viva.
Las chicas más competitivas En muchas universidades de los Estados Unidos es moneda corriente que se formen coros que participan en concursos con otras casas de estudio y una vez al año, los mejores, se presentan en un gran show, que se realiza en el Lincoln Center de Nueva York. Sobre la intimidad de lo que ocurre en estos grupos se apoyó el guión de esta comedia, que a la manera de la famosa serie televisiva "Glee", de Fox, sus personajes se muestran dispuestos a dar batalla para ganar el primer puesto en el concurso de grupos de canto a capella. TRAS LA IDENTIDAD "Ritmo perfecto" muestra lo que sucede en una universidad de Estados Unidos, donde cada adolescente va formando su propia identidad, a partir de la integrarción a equipos de todo tipo que responden a sus propios intereses. El hilo conductor de esta historia, en la que se oyen el hip-hop, la balada, o el rock, es Beca (Anna Kendrick), quien sueña con viajar a Los Angeles, para convertirse en productora musical. Pero su padre, que es profesor en la Barden University, de Atlanta, en Giorgia (en la que está ambientado el filme), quiere que primero obtenga un título terciario. Beca, que es bastante rebelde, vive sumergida en su computadora, mezclando música y tratando de hacerse amiga de los que en la universidad tienen gustos afines a los de ella. Así descubre que en la radio de la universidad, hay un chico que es disc-jockey y la invitará a pasar música los sábados por la noche. CODICIADO TROFEO Aunque lo más interesante que le sucede a Beca es ser invitada a formar parte de las "Barden Bellas", un grupo de chicas que vienen de un fracaso estruendoso cuando en su última actuación, Aubrey (Anna Camp) su líder, se descompuso en pleno show. Las "Barden Bellas", no se sabe bien por qué, reúne a las chicas que ningún otro grupo quiere, como la misma Beca, o "La gorda" Amy (Rebel Wilson), que así se hace llamar ella misma y tiene kilos de más, pero es dueña de una voz prodigiosa y es una de las más entusiastas del equipo. No obstante la rivalidad y discusiones que surgen entre la conservadora Aubrey y la vanguardista Beca no se hacen esperar y aportan los matices más interesantes a esta comedia, que se desarrolla en medio de competencias, romances, celos y muy buena música. Uno de los momentos más atractivos es la preselección de la que participan los exitosos "Treblemakers", un grupo de varones que hacen un dinámico y bailable hip-hop, y logran arrebatarle el primer premio a las "Barden Bellas", lo que provoca una disparatada escena en la que Beca y Amy les sacan el trofeo a los muchachos. "Ritmo perfecto" es una comedia ideal para adolescentes, que cuenta con un equipo de jóvenes que se destacan a través de una serie de melodías, muy bien cantadas y actuadas, entre otras, por Anna Kendrick (Beca), Rebel Wilson (Amy) y Anna Camp (Aubrey).
El cariño que se diversifica La división de las dos Alemanias, la del Este y la del Oeste, dio lugar a numerosas historias cinematográficas, que supieron ilustrar, y muy bien, lo que ocurría durante la Guerra Fría. El director alemán Christian Petzold, ambienta su historia en la Alemania Democrática de 1980 y elige como protagonista a una médica que pide su traslado a Alemania Occidental, donde vive su novio, lo que le es negado y como castigo es destinada a un pueblo. A partir de ese momento comienza esta historia, que tiene como epicentro un solitario pueblo de la Alemania del Este, lugar al que llega Bárbara (Nina Hoss), la médica, para trabajar en un hospital a cargo de André (Ronald Zehrfeld), un cirujano ligado a la policía secreta, la Stasi. La clara disconformidad de Bárbara con el régimen comunista, la convierte en víctima de continuas inspecciones, no sólo en el departamento que le fue asignado, que los Stasi visitan a cualquier hora para inspeccionar cada rincón, sino que además una "inspectora" revisa su cuerpo hasta niveles humillantes. UN CLIMA HOSTIL En medio de ese clima de hostilidad y violencia, Bárbara exhibe una personalidad dura, pero cálida, y es de escasas palabras: sólo las necesarias para comunicarse con los demás, de los que desconfía. La médica despierta en André, una cierta atracción entre romántica y sexual, que él intenta disimular con sutileza. En medio del cotidiano trabajo del hospital pediátrico, ambos aprenden a respetarse y ayudarse mutuamente. Ella es una profesional de gran conocimiento y él dispone de la intuición que le permite resolver los casos más graves con los mínimos recursos con que cuenta. Con el tiempo André se gana la confianza de Bárbara. La atienda, la cuida y le confiesa por qué está en ese por un error profesional que cometió en otro hospital y a partir de ese hecho, la policía lo obligó a elegir entre pasar varios años en la cárcel, o desempeñarse en un pueblo. CALMA APARENTE La bucólica calma en la que se desarrolla la vida de André y Bárbara, comienza a agitarse a partir de la presencia de Jörg (Mark Waschke) el amante de la médica, que ingresa clandestinamente desde la parte Occidental y por la sorpresiva irrupción en el hospital de Stella (Jasna Fritzi Bauer), una adolescente que es llevada por la policía para que sea atendida. La amistad que nace entre Stella y Bárbara y la dedicación que la médica y André le brindan acrecienta el vínculo entre los dos profesionales. Esa situación hará dudar a Bárbara sobre su posibilidad de escapar y reunirse con su amante en Alemania Occidental, o de seguir acompañando a André en su cruzada solidaria de atender a los adolescentes enfermos, víctimas de los trabajos forzados que son obligados a realizar por las autoridades comunistas. Christian Petzold consigue una narración clásica, de una gran rigurosidad y de diálogos precisos, que cuenta con las excelentes actuaciones de Nina Hoss (Bárbara) y Ronald Zehrfeld (André).