Receta repetida París es sin lugar a dudas el escenario perfecto a la hora de realizar una película que gire en torno al mundo gastronómico. De todos modos es Jean Reno, el prestigioso actor francés a quien también hemos visto en algunas producciones norteamericanas, lo único que posibilita que El chef (Come to chef, 2012) llegue a los cines comerciales. Jacky Bonnot (Michaël Youn) es un chef autodidacta y de impecable paladar, cuyo sueño consiste en trabajar en un restaurante de categoría para desplegar su talento culinario. Pero al estar esperando su primer hijo, debe dejar de lado su sueño y aceptar un trabajo como pintor en un hogar para ancianos. Por otro lado, Alexandre Vauclair (Jean Reno) es un chef respetado y reconocido por todos, pero que está atravesando una crisis culinaria y necesita de la ayuda de otro colega para reinventar sus platos y modernizar su comida o, de lo contrario, perderá una estrella en su restaurante y será despedido. Ambos personajes se encuentran de casualidad, y al hacerlo, descubren que cada uno necesita del otro, decidiendo unirse y así embarcarse en una aventura gastronómica. Infinitas han sido las películas que giran en torno a la figura del chef en la búsqueda de grandes recetas y sabores exóticos, para lograr complacer a los críticos de difícil paladar. Entre ellas recordamos a Sin reservas (2007), Fuera de Menú (2008), y al film de animación Ratatouille (2007). El director y guionista Daniel Cohen nada nuevo aporta a esta receta y se limita a ir tildando casilleros con los elementos que forman parte de la misma, bajo la construcción de personajes demasiado estereotipados. Está clarísimo que busca generar situaciones cómicas a partir del contraste de personalidades que presenta el dúo Alexandre/ Jacky (el primero más serio y tradicional y el segundo distentido y divertido), pero no era necesario hacerlos tan paródicamente opuestos entre si. El personaje de Jacky Bonnot es directamente odioso. Más allá de la exageradisima actuacion que provee Michaël Youn se convierte en una caritatura (que recuerda al histriónico Roberto Benigni), que en vez de provocar empatía en el espectador, genera deseos de abofetearlo durante todo el film. Daniel Cohen también tiene su parte de culpa en su constante búsqueda por generar situaciones “cómicas” entre la dupla, como ocurre con la burda escena en que los personajes deben pasar desapercibidos en el restaurante de la competencia para encubrir el robo de algunos ingredientes, y apelan a uno de los recursos más bajos para hacer reír: disfrazar a Jacky de mujer. Pero ni siquiera esto es suficiente y lo hacen realizar movimientos de geisha alrededor de una mesa. La frescura de Jean Reno, las secuencias en donde se muestra la bella ciudad París (en el desenlace del film los chefs cocinan frente a la Torre Eiffel) y el aspecto visual a través del despliegue de colores (principalmente en las escenas de exterior), son los únicos elementos destacables dentro de una producción que, habiendo contado con tantos recursos como para poder salir adelante exitosa, solo puede definirse como perezosa.
Y comieron perdices... Dirigida en el año 2010 por la directora holandesa Hilde Van Mieghem, Locamente enamoradas (Smoorverliefd, 2010) consiste en retratar la vida amorosa de cuatro mujeres que viven bajo el mismo techo. Judith, (Veerle Dobbelaere) Michelle (Marie Vinck) Bárbara (Wine Dierickx) y Eva (Aline Van Hulle) atraviesan distintas etapas en su vida. Las cuatro mantienen una relación familiar: Eva es hija de Judith, Michelle su hija adoptiva y Bárbara la tía de ambas, y juntas atraviesan situaciones que tienen como núcleo central al amor y al sexo. Este film holandés parte de una estructura utilizada y reutilizada hasta el cansancio, de las cuales podemos nombrar algunos ejemplos como Amor de madres (Mother and Child, 2009), La Ronda (2008), y Con solo mirarte (Just by looking at her, 1999) que giran también en torno a la vida de distintas mujeres atravesando una crisis o a alocados problemas amorosos como ocurre en este caso. Lo que hace destacar a Locamente enamoradas en su rubro de comedia romántica, es la forma en la que son encarados sus personajes femeninos, pero fundamentalmente se debe a los recursos técnicos utilizados para enriquecer la historia: El juego con el espacio y el tiempo, en donde por ejemplo el personaje de Bert solo puede mirar a su hija Michelle como cuando era niña, la forma en la que se presentan las relaciones entre los integrantes de la familia, (a través de animaciones y pantallas divididas) y la introducción del realismo mágico en diversas secuencias. Recursos sumados a la frescura y al desarrollo de sus personajes femeninos que consiguen destacar a esta comedia romántica sobre muchas otras. El sexo en el film cumple un rol fundamental, en especial dentro de las secuencias que atraviesan Judith y Bárbara, mezclando el sexo con los sentimientos en más de una oportunidad. La influencia de Woody Allen sobre su directora Hilde Van Mieghem (Kafka, La verdad oculta) se refleja claramente con la utilización de los recursos señalados, e incluso el director es nombrado por uno de los personajes masculinos en una de las escenas. La voz en off que acompaña a estas historias, es la de Eva, la pequeña hija de Judith, que nos recuerda a la voz que brinda la hija del protagonista para narrar los sucesos que ocurren en su familia en Todos dicen te quiero (Everyone says I love you, 1996). De todos modos, de los cuatro personajes femeninos, el personaje de Eva es el menos desarrollado e interesante y su historia bien podría haber sido eliminada, ya que su único aporte es el de incorporar al resto de las historias el punto de vista de un amor si se quiere mas ingenuo y fresco, que el atravesado por el resto. El desenlace del film no presenta ninguna sorpresa y deja al espectador con la sensación de que la directora decidió recurrir al camino más fácil, y optar por el clásico “Y vivieron felices para siempre”. Así, Locamente enamoradas no deja de ser una comedia romántica, y como en toda historia del género, el amor siempre debe triunfar.
Otra vez sopa Cuando parecía que las películas de la saga de Scary Movie habían cumplido un ciclo, llega Scary Movie 5, para continuar parodiando a los films más taquilleros de los últimos años con el peor de los gustos. Luego de la extraña desaparición de su hermano Charlie (Charlie Sheen), (Simon Rex) y su novia Jody (Ashley Tisdale) deciden adoptar a sus tres pequeñas hijas, quienes son encontradas en una casa en el bosque bajo condiciones precarias y que como consecuencia de esto, han adoptado actitudes salvajes. Desde la llegada de las niñas, Jody comienza a percibir ruidos extraños, y sospecha que pueda tratarse de un espíritu maligno. Siguiendo con el mismo esquema del resto de la saga, Scary Movie 5 arma una estructura narrativa a partir de las historias de dos de los films parodiados: en este caso se trata de Actividad Paranormal (Paranormal Activities, 2007) y Mamá (2013), y dentro de la línea narrativa principal se introducen secuencias que buscan parodiar a El Cisne Negro (The black Swan 2010), El planeta de los simios (R) Evolución (Rise of the Planet of the Apes, 2011), El Origen (Inception, 2010) y La cabaña del terror (The cabin in the Woods, 2011). En la primera escena, Charlie Sheen y Lindsay Lohan realizan una parodia de si mismos, a través de diálogos relacionados a sus problemas con la ley en los últimos años. Si bien algunos de estos gags pueden resultar divertidos, al igual que la presencia de ambos en escena, el recurso de auto parodiar a estos actores está muy visto e, incluso, es el tema central en la nueva serie de Charlie Sheen, Anger Management. Además poco ayudan las apariciones de los cantantes Usher y Snoop Dog. Más bien se ven descolocados y hasta como si se hubieran agregado escenas solo para que participen, y restan los bloopers que aparecen después de los créditos. Se destaca Morgan Freeman ejerciendo el rol de narrador a través de una voz over. A este actor lo hemos escuchado como el narrador de incontables películas de género dramático, y esto provoca un efecto cómico inesperado. Podemos afirmar de hecho, que este es el único efecto cómico inesperado en todo el film. El problema de Scary Movie 5 surge cuando se recurre a todo lo que pueda generar la risa fácil, principalmente a través del gag visual. Entonces se presencian caídas, en donde lo único que varía es que los personajes se lastiman en distintas partes del cuerpo cada vez, persecuciones, (incluso algunas similares a las que se veían en las películas de Buster Keaton o de Charles Chaplin), nuevos golpes en nuevos lugares, más caídas, y por supuesto, siempre queda espacio para lo chabacano. En la primera Una película de miedo se había conseguido un mejor producto, en primer lugar, porque el objeto de lo parodiado era lo que el propio título de la película indica: Películas de miedo, y no una selección (que además parece completamente arbitraria) de películas que han sido taquilleras en los últimos cinco años. En segundo lugar, porque formó parte de la novedad de ser la primer película que buscaba parodiar películas de horror. En sus incontables intentos por provocar gracia, se termina por conseguir algunas risas, pero después de una hora de película Scary Movie 5 se torna intolerable y reiterativa hasta el cansancio.
Vacaciones para siempre Las expectativas de Spring Breakers: Viviendo al límite (Spring Breakers, 2013) no son demasiado altas al descubrir que dos de sus protagonistas son las ex chicas Disney y cantantes Pop Vanessa Hudgens y Selena Gómez. Pero para nuestra sorpresa, el director independiente Harmony Korine traslada a sus personajes a un mundo en donde el único objetivo es entregarse a los impulsos más primitivos y llevar las vacaciones de primavera a un nuevo nivel. En Spring Breakers: Viviendo al límite, cuatro jóvenes colegialas deciden robar una tienda de comida rápida para perpetuar sus vacaciones en Florida. Tras ser arrestadas por consumir drogas conocen a Alien, un gangster local que las invitará a conocer nuevas formas de diversión. La frase "Spring break forever" (Vacaciones para siempre) repetida por los personajes en distintos momentos del film, resume la esencia del mismo, además de ser lo buscado por las cuatro quinceañeras interpretadas por Vanessa Hudgens (High School Musical) Ashley Benson (Pretty Little Liars, TV), Rachel Korine (Trash Humpers, 2009) y Selena Gómez (MonteCarlo, 2011). El guión y la estructura dramática pasan a un segundo plano, ya que la prioridad del director está puesta en la creación de un mundo y clima casi surrealista, a través del uso de la reiteración de diálogos que se resignifican con la repetición de distintos planos. La aparición de Alien (James Franco) lo hace todo aún más interesante. Un personaje en donde el actor apenas se reconoce detrás del vestuario. Un gángster que en su tiempo libre rapea y que, detrás de la máscara violenta que lo caracteriza, esconde una faceta sensible que logra seducir a las chicas, consiguiendo que hagan lo que él quiera, aunque por momentos sean ellas quienes lo manipulen a él. La escena en la que las cuatro jóvenes le piden a Alien que toque en el piano un tema inspirador y este se decide por el de Britney Spears, I guess I need you baby, consigue uno de los momentos mejor logrados del film en donde, a través de un montaje paralelo, el clima de paz que se genera mientras todos cantan la dulce canción, se muestra en contraste con una secuencia de actos delictivos protagonizada por Alien y las adolecentes generando un efecto cómico. La utilización de la música de la reconocida cantante (que se repite en otra escena) funciona además para recordarle al espectador, que más allá de las acciones poco puritanas que estas cometen, no dejan de ser adolecentes que forman parte de aquella generación. Es cierto que, si bien la intención del director estaba puesta en la creación de un clima en donde la realidad y el sueño por momentos se torna indiscernible, hubiera sido interesante poder diferenciar las personalidades de los cuatro personajes femeninos ya que, con excepción de Faith (Selena Gómez, quien era de esperarse que interpretaría a la más inexperta y asustadiza de las cuatro) las demás no presentan personalidades definidas. Spring Breakers: Viviendo al límite nos transporta a un viaje marcado por el estancamiento en el tiempo y la desconexión con el mundo exterior producto de una generación, en donde se aplica la frase “vale todo” y las vacaciones de primavera no parecen terminar nunca.
Un anti héroe a mitad de camino En el afiche de Roa (2013), la frase “Los perdedores también escriben la historia” acompaña al título principal, en referencia a la vida de Juan Roa Sierra en la Colombia de los años 50’ y los hechos que lo llevaron a convertirse en el asesino del candidato por el partido liberal, Jorge Eliecer Gaitán. Juan Roa Sierra (Mauricio Puentes) es un humilde albañil que vive con su mujer (Catalina Sandino Moreno, nominada al Oscar por Maria llena eres de gracia) y su hija, y se encuentra atravesando un momento de crisis al no conseguir trabajo. En su desesperación, recurre en la ayuda del abogado Jorge Eliecer Gaitán (Santiago Rodríguez, de la serie de TV Los caballeros las prefieren brutas), candidato del partido liberal para la presidencia y aclamado por el pueblo, ofreciéndole a este sus servicios como guardaespaldas. Al ser rechazado por Gaitán, Roa comienza a obsesionarse con él hasta tomar la decisión de matarlo. El film está basado en hechos reales, pero no deja de ser una historia ficticia sobre la vida de Roa y los sucesos que lo llevaron a convertirse en asesino y a desencadenar la ola de violencia recordada con el nombre de “El Bogotazo”. La puesta en escena nos transporta con éxito a la Colombia de aquellos años, con la acertada recreación del tranvía, las calles y el vestuario representativo de las distintas clases sociales. El actor Mauricio Puentes, que hace con Roa su debut en la pantalla grande, genera una acertada sensación agridulce al interpretar la figura del antihéroe ayudado por sus característicos rasgos faciales. Por otro lado, es difícil para los actores ponerse en la piel de personajes ligados a tres o cuatro adjetivos calificativos. Esto es lo que ocurre por ejemplo con la mujer de Roa, de quien sus únicas características de madre, ama de casa y sumisa, no le permiten a Catalina Sandino Moreno lucirse en el rol que se le ha asignado. El tema principal gira (o debería haber girado) en torno a la obsesión creciente de Juan Roa Sierra hacia Gaitán. El problema principal se presenta en el distanciamiento de esta línea narrativa. Porque el director Andrés Baiz (La cara oculta, 2011) comienza a darle prioridad al otro conflicto que atraviesa Roa, que consiste en su frustración por la escasez de trabajo, y esto provoca que la línea principal se debilite y que por momentos pase a un segundo plano. Es interesante remarcar la introducción de la figura del cómplice, como el ejemplo perfecto del poco desarrollo de los elementos que constituyen la trama narrativa, ya que al ser introducido de un modo arbitrario, y en donde solo se le revela al espectador que es un hombre que parece peligroso porque lleva un arma, no es difícil deducir que posteriormente cumplirá un rol relevante en el asesinato. Y así se pasan los minutos con Roa. Con una sensación casi constante de que se cuenta con poco tiempo para contar los hechos y que entonces es obligatorio comprimir y dejar de lado emociones, diálogos y escenas para llegar a abarcar todo. Lamentablemente para Andrés Baiz, la acertada puesta en escena y el desempeño de su protagonista, no son suficientes para sacar adelante una película con un guión al que le faltaban todavía, muchas horas de trabajo.
Hacer comedia no es fácil Producida por Peter Farrelly y Charles Wessler, creadores de Tonto y retonto (Dumb & Dumber, 1994) y Loco por Mary (There's Something About Mary, 1998), llega una comedia que reúne a un grupo de actores consagrados en catorce pequeñas historias. Con el objetivo de llevar a cabo una broma pesada, dos amigos inventan una película con el nombre Proyecto 43, convenciendo al hermano de uno de ellos de que es imposible encontrarla, ya que la misma es buscada por la CIA y el FBI. En un intento desesperado, el niño comienza a hackear distintos sitios de Internet, y en su búsqueda se encuentra con distintas historias cortas, encabezadas por actores como Hugh Jackman, Richard Gere, Kate Winslet, Emma Stone, Halle Berry y Naomi Watts, entre otros. El primer cortometraje describe la primera cita entre David (Hugh Jackman) y Beth (Kate Winslet). Al realizarse una introducción de lo absurdo en lo que hasta entonces parece una cita como cualquier otra, se genera un efecto cómico genuino, producido por lo inesperado de la situación. El problema (uno de los tantos) que se presenta en Proyecto 43 (Movie 43, 2013), es que una vez que la dinámica del uso de lo absurdo queda establecida, el factor sorpresa desaparece para dar lugar a lo predecible y, como consecuencia, a la pérdida de la comicidad a medida que van apareciendo el resto de las secuencias. Con algunas pocas excepciones en donde se logran describir situaciones paródicas que provocan la risa desde un lugar un poco más elaborado, como resulta con el corto que muestra la creación del I babe (un I pod con forma de mujer que genera contradicciones al confundir a los adolescentes en cuanto a su uso) la mayoría de las historias recurre al chiste fácil a través de temas como la masturbación, los genitales y la materia fecal, llevándolas además a un nivel tan reiterativo que genera un reemplazo de lo cómico por lo grotesco. Ni siquiera resulta posible destacar alguna de las interpretaciones de los actores premiados que hace su aparición convertidos en simples figuras que se diluyen en secuencias de lugares comunes y diálogos obscenos, que a la larga solo parecen estar ahí para llevar más gente a las salas. Por otro lado, el intento de utilizar una línea narrativa que una todas estas historias, simplemente no funciona y es inevitable preguntarse como el director no pudo encontrar la inspiración para idear una línea en donde los cortos se introdujeran de un modo un poco más justificado. Recordemos producciones como New York, I Love You (2009) o Paris je t'aime (2006), en donde también se trabaja la serie de historias cortas, y si bien el resultado puede gustar mas o menos, el núcleo central queda establecido desde el comienzo ya que se trata de cortometrajes cuyo tema central es la ciudad ¿Pero cuál es el denominador común en este caso? Finalmente, lo que descubrimos al ver Proyecto 43, es que se trata de un rejunte de gags en donde, para tratarse de una comedia, lo cómico se vislumbra en contadas ocasiones.
Sobredosis de acción Inspirada en la novela de Donald Westlake y con una mezcla de acción y humor negro, Parker (2012) es un film atravesado por una adrenalina constante que atrapa desde la primera secuencia hasta la última. Parker (Jason Statham) es un delincuente profesional y su especialidad consiste en los robos que envuelven grandes sumas de dinero. Pero cuando decide juntarse con un grupo de individuos para efectuar el hurto en un parque de diversiones, estos no siguen sus órdenes al pie de la letra, y si bien consiguen irse con el dinero, surgen algunos conflictos. Luego de ser engañado por sus colegas quienes lo dan por muerto, Parker decide llevar a cabo su venganza contra ellos, y los sigue hasta Palm Beach para rastrear su próximo objetivo: robarles una vez que hayan consumado el robo, y por si esto fuera poco, asesinarlos uno por uno. Con la inclusión de algunos flashbacks explicativos que nos llevan a conocer un poco más sobre la vida pasada del personaje y su relación amorosa, el film se mantiene fiel a la temática principal que se trabaja: la venganza de su protagonista hacia el grupo de traidores. Suele ocurrir a menudo que en este tipo de películas, que la trama se diluye al incluir arbitrariamente escenas de acción para utilizar al máximo las figuras del género como Jason Statham, pero como ya mencionamos, no será este el caso. El director, Taylor Hackford, no nos muestra únicamente a un chico malo dispuesto a todo para conseguir lo que quiere, sino que aparece aquí otra faceta en la personalidad de Parker, convirtiéndolo en un personaje cómico y hasta interesante. Porque Parker posee ciertas reglas inquebrantables, en donde no se lastima a gente inocente y no se le roba a los pobres, como si se tratara de un "Robin Hood posmoderno". Desde la primera escena en donde un Parker disfrazado de sacerdote consuela a uno de sus rehenes y este le agradece como si se tratara de un verdadero padre, hay una introducción a lo absurdo que se mantiene en el resto de la narrativa del film acompañando los diálogos del protagonista con una fuerte carga de ironía. Una vez que el protagonista arriba a Palm Beach para la concreción de su venganza, hace su aparición por primera vez, Leslie Rogers (Jennifer Lopez) como una agente inmobiliaria local que, para ser del todo sinceros, no aporta demasiado a la trama. Su contribución en el robo es prácticamente nula y en ocasiones incluso problematiza la estrategia del protagonista, ya que “El aparecer en el lugar equivocado a la hora incorrecta”, se muestra poco justificado y pareciera ser una simple excusa del film para poner más trabas en la línea narrativa. De todos modos, al tratarse de la mujer normal que cae en una situación atípica, se generan situaciones cómicas al mostrar el contraste entre ella y el personaje surreal de Parker, con un Jason Statham que superará cualquier obstáculo y herida de gravedad (y no serán pocas), para conseguir la anhelada venganza.
Policías en acción Con un relato que simula el falso documental, En la mira (End of watch, 2012) nos transporta a la cruda realidad que experimentan dos policías de Los Ángeles, que registran con una videocámara su trabajo, hecho que les traerá más de un problema. Brian Taylor (Jake Gyllenhaal) y Mike Zavala (Michael Peña) son dos oficiales que más allá de ser compañeros son buenos amigos, y patrullan las calles de la ciudad mientras esperan a que el deber llame. Cuando Brian decide registrar el trabajo policial que realizan, se pondrá en evidencia el peligro que enfrentan a diario. Al estar contada como una suerte de documental apócrifo, En la mira utiliza los recursos propios del género: mirada a cámara, cámara en mano y entrevistas. Generando un efecto realista para transportarnos con éxito a un mundo de corrupción e inseguridad al que ambos deben enfrentarse. Es atractivo el manejo del tiempo que busca también ser realista, al trasladarnos a situaciones de pura adrenalina (junto a secuencias de persecución que se asemejan un poco a las experimentadas en videojuegos). También se muestran los tiempos muertos en el auto policial, cubiertos de conversaciones banales, que crean cierta distensión y ayudan a conocer con mayor profundidad a los dos oficiales y sus respectivas relaciones amorosas. Por otro lado, como suele suceder en este tipo de documentales, surgen algunas contradicciones al encontrarnos ante secuencias en donde la cámara aparece de un modo forzado, solo para continuar manteniendo la coherencia en el relato. Esto lo vemos principalmente en las escenas en donde Brian no aparece y se utilizan nuevas formas para registrar los hechos, como a través de cámaras de seguridad o de un integrante del narcotráfico que decide filmar al resto del grupo de un modo completamente injustificado. Aquí además surge un problema de puntos de vista, ya que al estar contado todo desde la perspectiva de Brian, es equívoco incorporar escenas en donde este se encuentre ausente. Al carecer de un argumento sólido, (ya que el objetivo central pasa justamente por el mero registro de lo que hacen Mike y Brian mientras patrullan) nos encontramos ante algunas secuencias que terminan resultando eternas, como sucede principalmente con la boda entre el protagonista y el deslucido personaje interpretado por Anna Kendrick. Y como no podía ser de otro modo, la figura del hispano se muestra estereotipada al extremo con un inglés españolizado al mejor estilo Penélope Cruz. Sin el efecto de documental apócrifo mencionado, En la mira seguramente se hubiese convertido en otra película del género. Un ejemplo perfecto de cómo el modo de encarar un proyecto puede cambiar el rumbo de cualquier guión cinematográfico.
El regreso al terreno de lo fantástico Siguiendo los pasos de la saga Crepúsculo (Twilight, 2008), Hermosas criaturas (Beautiful Creatures, 2012) es también la adaptación de un Best Seller fantástico para jóvenes adultos, en donde el tema principal gira en torno al amor prohibido entre un humano y un ser sobrenatural, y los obstáculos que estos deben atravesar para poder estar juntos. Hermosas criaturas cuenta la historia de Ethan (Alden Ehrenreich), un joven de 16 años que vive atascado en el pueblo conservador de Gatlin en donde nunca ocurre nada fuera de lo común, hasta la polémica llegada de Lena Duchannes (Alice Englert), la sobrina de uno de los fundadores del pueblo, Macon Ravenwood (Jeremy Irons), y de la que provienen distintos rumores, entre ellos, que se encuentra asociada a seres diabólicos. Ethan se siente inmediatamente atraído hacia Lena, y luego de comenzar una relación amorosa con ella, descubre que es una bruja (o Castor, como ellos prefieren llamarse) y a partir de este momento, decide ayudarla para prevenir que en su cumpleaños número 16 sea reclamada por el reino de las tinieblas. El film está contado desde el punto de vista de Ethan, lo cual es bastante inusual para este tipo de películas. Su personaje, interpretado con gran desenvoltura por Alden Ehrenreich, resulta una grata sorpresa, ya que el mismo aporta una cuota de carisma y de frescura que enriquece la estructura dramática. A diferencia de otras películas de este estilo en donde el espectador tiene la sensación de encontrarse ante adultos encerrados en cuerpos de jóvenes, Ethan actúa como un adolecente, con inquietudes y comentarios propios de un chico de su edad, y esto aporta los momentos más cómicos del film, logrando incluso funcionar en perfecta armonía con su pareja Lena, quien encarna por otro lado a la joven bajo constante presión como consecuencia del posible destino que la aguarda. Por otro lado, Emma Thompson, interpreta a Mrs. Lincoln, la madre del mejor amigo de Ethan, como una mujer religiosa que insiste en expulsar a Lena del pueblo. A esta se le agregan las interpretaciones de Zoey Deutch, como la ex novia de Ethan y de Link (Thomas Mann), que si bien actúan en base a estereotipos, logran llevar a cabo sus roles otorgándoles también un tinte cómico a los mismos. No podemos decir lo mismo del desafortunado personaje interpretado por Emmy Rossum, como la prima Castor de Lena, que al haber sido reclamada por las fuerzas del mal años atrás, nos muestra un personaje cuya seducción y maldad no deja nada a la imaginación, a un punto en que parece llevado al terreno de lo paródico. La belleza estética que presenta el pueblo ficticio de Gatblin, nos envuelve en el mundo de fantasía que propone Hermosas criaturas, destacando la construcción de la mansión de la familia Rosenwood, que mezcla un sombrío exterior gótico para introducirnos luego en un interior de estilo moderno y minimalista. Se presentan algunos giros en la trama sobre todo cerca de la resolución del conflicto, pero aún así no hay grandes sorpresas en este aspecto y tampoco contribuyen los efectos visuales, que si bien son correctos, no logran dejar al espectador boquiabierto. De todos modos, podemos afirmar que el director Richard LaGravenese consiguió llevar a la pantalla grande con éxito un Best Seller que atraerá principalmente a jóvenes adultos y al género femenino, y del que se esperará con ansias su segunda parte.