Luego de haber sido dirigida la primera entrega por el maestro Guillermo del Toro, esta secuela toma elementos de otros filmes similares como “Transformers”, para narrar una historia con pocos argumentos, demasiado larga, y que alcanza sus mejores momentos en la última media hora. En esta película, dirigida por Steve S. DeKight y escrita por él mismo y Emily Carmichael, nos situamos en un mundo post apocalíptico en donde Jake Pentecost (John Boyega), ha vuelto a caer en prisión por ayudar a una adolescente llamada Amara, que intentaba pilotear su propio Jaeger. En estas condiciones se ve en la necesidad de acudir a la ayuda de su hermanastra, Mako Mori (Rinko Kikuchi), quien le ofrece libertad a cambio de prestar servicio como entrenador de una nueva camada de pilotos. Es así como Jake, marchará hacia los cuarteles generales para cumplir con su palabra. Allí se encontrará con Nate Lambert (Scoot Eastwood) y formará parte de una nueva etapa en donde los Jaegers, en cumplimiento de ordenes de las Empresas Shao, lideradas por Liwen Shao (Tian Jing), pasarán a estar comandados a distancia y ya no piloteados por seres humanos. Esta nueva tecnología, despierta el enojo de los pilotos, pero sin embargo no es el argumento principal de la historia, pues una nueva y poderosa amenaza Kaiju se presenta, traición de por medio, para destruir no solo a todos los Jaegers, sino al mundo entero. El plan destructivo deberá ser combatido por todos aquellos que se animen a hacerlo para salvar al mundo del trágico final. Sí, suena cursi, reiterativo, y poco original. Y de hecho lo es. Más allá de los excelente efectos visuales de la película, y los elementos técnicos de primer nivel, en donde participaron decenas de profesionales, el filme no logra sorprender en ningún momento: las escenas de los jaegers luchando no muestran nada nuevo, ni tampoco logran salvar la película el guión ni las actuaciones. Sin embargo, además de algunas escenas bien logradas entre John Boyega y Amara (Cailee Spaeny), los últimos treinta minutos de la película tienen una adrenalina y un ritmo que entretiene bastante, de todas formas, no alcanza para compensar lo monótono que resulta todo el material durante la primera hora. Para los seguidores de la historia, y amantes de las luchas entre maquinas aparatosas, les recomiendo que, sin expectativas, vayan a verla al cine y en 3d, pues hay efectos que sin duda se disfrutan en ese formato.
El director Fatih Akin (“En julio”, “Contra la pared”), nos presenta a través de este filme, quien se llevó las estatuillas como mejor película de habla no inglesa en los Critics Choice Award y los Golden Globes, un cruel y potente relato basado en hechos reales, en donde la tragedia es la principal protagonista. Katia (Diane Kruger), vuelve de pasar un día de spa con su mejor amiga cuando se enfrenta al peor de los hechos que le puede acontecer a cualquier persona: una bomba estalló en el barrio turco de Hamburgo (Alemania), acabando con la vida de su marido y su hijo. La película escrita por el mismo Akin y Hark Bohm, se fragmenta en tres grandes segmentos (“La familia”, “El juicio” y “El mar”), tornando al relato excesivamente ordenado, ya que todos los acontecimientos que se suceden responden, como un examen, al título que lo precede. El dolor insoportable que atraviesa la protagonista se exhibe, claro está por lo sucedido, como golpes bajos constantes en donde, sobre todo durante la primer parte de la película, abundan las escenas lacrimógenas. El trabajo de composición y entrega de Diane Kruger es sublime y es, junto con el guión, lo más valioso para destacar. La actriz, ganadora en Cannes por este papel, lleva sobre sus hombros un compromiso de una gran exigencia emocional. Su trabajo es de una complejidad notable , sin fisuras. Quizás necesaria para mostrar que la discriminación etnica esta lejos de extinguirse, “En pedazos” propone adentrarse en una historia sin matices, incomoda, dolorosa, con un mensaje tan cruel como cierto.
Paul Thomas Anderson, guionista y director de películas como “Juegos de placer”, “Embriagado de amor” y “Petróleo sangriento”, entre muchas otras, nos presenta en esta oportunidad una historia realmente muy particular, que si bien no alcanzó la victoria como “Mejor película”, logra instalarse en la actual cartelera como la opción cinefila más interesante. Anderson nos presenta a Reynolds Woodcock, un diseñador de alta costura exigente y talentoso que fue quien vistió a la alcurnia inglesa en la década del 50. Si bien la película tiene elementos biográficos de este personaje, interpretado magistralmente por Daniel Day Lewis (nominado como mejor actor al Oscar por este trabajo), la historia va mas allá y nos permite adentrarnos en la oscuridad del diseñador, sus deseos, particularidades y obsesiones tanto de sí mismo, como en relación a los otros. Rodeado de costureras y clientes, Woodcock tiene como mano derecha a su hermana Cyril (Lesley Manville), quien lo acompaña desde que era un niño tanto en lo profesional como en lo personal, pues Woodcock no se ha casado y ha vivido con ella y las telas durante toda su vida. Sin embargo, luego de finalizar una relación con una muchacha, decide emprender un viaje en donde conocerá a quien será su musa, amante y compañera, Alma (Vicky Krieps), una mesera que caerá, seducida por Woodcock, en una vida totalmente diferente, y en una relación llena de idas y vueltas, amor, lujo, y también, por momentos, locura desenfrenada y complicidad enferma. Los personajes se encuentran delineados por el director e interpretados por los actores de forma excelente, dando lugar a lucimientos individuales (sin dejar de lado el talento en conjunto del elenco). El trabajo de Daniel Day Lewis es de un gran nivel de profundidad y sensibilidad. Acompañado por Vicky Kreps, con el ojo de Anderson como guía, el film nos permite disfrutar de escenas realmente memorables, emotivas, únicas. La historia, relatada con elementos técnicos de primer nivel, como la fotografía del mismo Anderson, el vestuario de Mark Bridges (ganador del Oscar), el diseño de producción de Mark Tildesley, y la música de Jonny Greenwood, no deja de ser un drama pero contado de forma tal que lo previsible no existe, dando lugar a que el espectador, como los hilos en las telas, recorra el film sin descanso hasta la puntada final.
La nueva película de Gonzalo Calzada (“Resurrección”), que participó en el Festival Internacional de Cine de Bruselas “BIFF”, y en el FANTASPOA – Brasil, es una arriesgada apuesta al cine de género en donde a pesar de la gran cantidad de temas que se abordan, se logra mantener al espectador atento y entretenido durante su desarrollo. Ver “Luciferina” (la primera de la saga “La trinidad de las vírgenes”), es encontrarse con una película que atraviesa diferentes géneros (fantástico, suspenso, terror), y por más que resulte raro que todos estos formen parte de una misma historia, es quizás eso lo que hace de la película una experiencia diferente, y si bien por momentos pareciera que esto atentara contra el filme, logra convertirlo en uno en donde lo previsible se corre, para dar paso a lo novedoso, algo que siempre se agradece. En esta historia, Natalia (Sofia del Tuffo), quien tiene el don de poder ver el aura de las personas por detrás de su espalda, y de esta forma saber si la energía que rodea a ese ser es positiva o negativa, decide salir del convento en donde vive tras enterarse de la reciente muerte de su madre. Decidida a intentar buscar una explicación sobre su propia historia, visita a su hermana y a su padre convaleciente, y decide, motivada por un grupo de adolescentes que desean realizar un viaje espiritual, llevar adelante su propia experiencia junto a ellos y así poder responder los secretos familiares y su propio origen. La protagonista viajará para cumplir su objetivo a una isla del Tigre, en donde, luego de tomar una bebida llamada ayahuasca, podrá conectarse con su propia luz, y dar lugar a un viaje espiritual que responderá sus cuestionamientos y marcará su propio presente. Si bien el filme se centra en el personaje de Sofia del Tuffo, quien compone su comprometido papel con mucho profesionalismo y entrega, la historia también nos relata acerca del grupo de adolescentes que acompaña a Natalia en su viaje. Estos personajes, con la excepción de Pedro Merlo, quien logra darle diferentes matices a su “Abel”, y la brillante y experimentada Marta Lubos, no logran ningún destaque en la trama, e incluso deslucen ciertas escenas de la película. El trabajo de Calzada, a cargo del guión y la dirección, es arriesgado y ambicioso. Logra un estilo muy particular con escenas poco comunes, y de gran impacto visual. Así, “Luciferina”, se impone en la cartelera como una película de género distinta, y jugada.
La película de la joven directora Greta Gerwig, nominada a cinco premios Oscar, es una historia entretenida y enternecedora, que relata el último año de la secundaria de Chrstine "Lady Bird" McPherson (Saoirse Ronan), una adolescente de 17 años que sueña con ser artista y estudiar fuera de la ciudad en la que vive. El film, que tiene un guión original, divertido y a la vez profundo, escrito por Gerwig,nos presenta a Chistine, quien a meses de finalizar la preparatoria debe decidir sobre futuro. En una ciudad como Sacramento, sus posibilidades no son las mas alentadoras, su sueño de estudiar en la gran manzana y convertirse en una artista no parecen ser compartidos por su madre (Laurie Metcalf), quien a pesar del amor inmenso que le tiene, debe hacerle entender a su hija algunas cuestiones de la realidad que a Lady Bird- como ella se hace llamar- no le interesan demasiado. Preocupada por la mirada de los otros, el descubrir sexual, los primeros amores y las apariencias sociales, Christine tomará varias decisiones que parecen ser para ellas las ideales, pero que no serán mas que una enseñanza, una tras otra, sobre el verdadero sentido de las cosas. La relación amor/odio con su madre , el vínculo con su mejor amiga Julie (Beanie Feldstein), y las relaciones que posee con Danny (Lucas Hedges) y Kyle (Tymothée Chalamet), serán vivencias que marcarán la personalidad de Lady Bird, y en lo que en ellas sucede, la harán más fuerte y decidida para alcanzar sus sueños. La película, que por momentos logra carcajadas espontáneas debido a la creatividad de su guión, y al trabajo del elenco, también logra profundizar en diferentes escenas permitiéndonos reflexionar sobre la importancia real de los afectos, lo imprescindible de la familia, el sostén que significa un buen amigo y el valor que tiene el estar decidido para alcanzar las metas propias. Los trabajos de Saoirse Ronan (ganadora del Golden Globe por este trabajo, y nominada a mejor actriz protagónica por el mismo) y Laurie Metcalf (nominada al Oscar como mejor actriz en un papel secundario), son excelentes, y en varias escenas que comparten se logra transmitir como la incondicionalidad del amor de una familia, puede superar cualquier diferencia, por más leve o grave que resulte.
El film dirigido por John Frances Daley y Jonathan Goldstein, resulta una divertida y dinámica historia en donde un grupo de amigos, que tienen como costumbre reunirse a jugar diferentes juegos de mesa, se encuentran envueltos en uno completamente diferente, cargado de adrenalina, incertidumbre, y un factor sorpresa eficaz que no decepciona. Max (Jason Bateman) y Annie (Rachel Mc Adams) llevan una relación llena de risas y diversión, se conocieron hace unos años juegos de por medio, y es así como continúan sus días, rodeados de amigos y diversión. Queriendo dar un paso mas en la relación, buscan tener un hijo. Eso no es lo único que ellos desean, pues seguir con la tradicional "noche de juegos" mas allá de que haya hijos de por medio es algo que está fuera de discusión. Entre esta búsqueda y los juegos, Max se entera de que recibirá la visita de su hermano Brooks (Kyle Chandler), quien a diferencia de él, disfruta de una posición económica y social mas ventajosa. Arrogante, mentiroso y superficial, Brooks decide sorprender a su hermano y amigos con una propuesta que saldrá de la rutinaria mesa de juegos que Max y Annie ofrecen. A su vez, el recientemente divorciado, y excluido del grupo, Gary (Jesse Plemons), también hará lo posible para volver a tener a sus amigos alrededor. Así es como el grupo de amigos se verá envuelto en una noche en donde el juego y la realidad se entrecruzarán constantemente, sorprendiendo y entreteniendo a los jugadores, y del otro lado, al espectador. "Noche de juegos", es una comedia norteamericana más, pero se destaca dentro del género por su guión, locuaz y entretenido, a cargo de Mark Perez, y las actuaciones de su elenco, en el cual si bien no hay grandes destaques, existe una composición de personajes muy bien delineada.
El filme dirigido por el creador de “The reconstruction of William Zero”, alterna entre varios géneros sin lograr calar hondo en ningún de ellos. En el relato, dos hermanas, Vee y Leah, interpretadas por Taryn Manning (“Orange is the new black”) y Francesca Fisher Eastwood (“Outlaws and angels”), deciden planificar y ejecutar junto a una banda, el robo de un banco para salvar a su hermano Michael (Scott Haze), conocido por, entre otras películas, “Deber cumplido”. Con un comienzo que se perfila como una historia sobre asaltos más, Bush propone elementos que si bien resultan un tanto cliché, no dejan de ser efectivos: tiros, rehenes, gritos, y un grupo de delincuentes que resultan no estar tan de acuerdo con el plan a seguir. Del lado de los rehenes, James Franco (“The disaster artist”), interpreta a una subgerente bancario que está dispuesto a ayudar a los ladrones a cumplir su misión. Sin embargo, aquel banco no es como los otros y en la bóveda no solo hay dinero. Es a partir de allí, cuando Bush, desde el guión y la dirección, combina el hilo que se desarrolla con el terror, un género que está abarrotado de intentos fallidos. Sin efectos sorpresa, y con pocas escenas a destacar, “La bóveda”, es una película que a pesar de tener un buen casting, podría estar destinada al olvido por su pobre argumento, y la mediocre forma en que es narrada.
Situada durante la Segunda Guerra Mundial, y con un Hitler cada día más poderoso, el parlamento inglés debe elegir un nuevo primer ministro para hacerle frente a la compleja situación internacional que golpea a toda Europa. Ciudades importantes han sido tomadas ya por los Nazis, e Inglaterra corre peligro. El filme del director de "Anna Karenina", relata los días cruciales que debe afrontar Winston Churchill (Gary Oldman), al asumir como primer ministro, en un marco de conspiraciones políticas y malestar institucional. La película, que cuenta con una ambientación excelente y una dirección de arte de primer nivel, pone el eje en el personaje de Churchill, quien debe luchar contra las presiones a las que se encuentra sometido por su propio partido político, y el ojo crítico de la oposición. El incorrecto primer ministro, así, lidiará durante el desarrollo de la historia. con el Rey (Ben Mendelssohn), su propio gabinete, y su conciencia, dividida por momentos a la hora de tomar decisiones cruciales. Con un guión elegante (Anthony Mc Carten), una de la grandes nominadas para los Oscars, exhibe a un Gary Oldman sublime, que compone el papel de su carrera mostrando las diferentes facetas de un Churchill inolvidable. Un personaje al cual el actor, le imprime una humanidad que lo hace hipnótico. Se destacan los trabajos de Kristin Scott Thomas (Clemmie Churchill) y Lily James (Elizabeth Layton) , quienes junto a Oldman, alcanzan escenas cargadas de emotividad.
El pasado 12 de marzo estrenó en Netflix (la reconocida plataforma que cada vez más productoras de primer nivel eligen para estrenar sus nuevos productos), la nueva película de Alex Garland: un thriller sic – fi , basado en la novela de Jeff VanderMeer de primer nivel en cuanto a efectos visuales, actuaciones, en donde se destaca la brillante (e hipnótica) Natalie Portman (“El cisne negro”). En “Aniquilación”, Lena (Portman), es una ex soldado y biologa que se encuentra casada con Kane (Isaac Oscar), un Sargento que conoció en sus días en el Ejército. Cuando este debe marchar a una misión secreta, de la cual vuelve sin pronunciar palabra un año mas tarde, Lena es reclutada por un grupo de científicos que planea una expedición a una región acordonada en donde sucesos inexplicables acaecieron. La zona “X” debe ser investigada con el riesgo que esto implica: “nadie” que entró, logró salir con vida. Garland decide comenzar la historia por el final, en donde Lena es interrogada por un grupo de científicos acerca de la paranormal experiencia que vivió durante la expedición, de la cual fue la única sobreviviente. ¿Qué fue lo que allí pasó con exactitud? ¿A qué se debió que ella fuera la única sobreviviente?. Con flashbacks constantes al pasado, que alternan la travesía de las científicas, con recuerdos de la relación entre Lena y Kane, el filme toma elementos del thriller, la ciencia ficción y el suspenso, para brindar un ambicioso pero efectivo relato en el cual nada es predecible hasta el ultimo segundo. Con un numeroso equipo a cargo de los elementos técnicos como efectos visuales, fotografía, dirección de arte, maquillaje y sonido, la película se convierte en una experiencia diferente y provocativa, en donde permanecer al margen es casi imposible. Natalie Portman, protagonista indiscutida del film, realiza un gran trabajo, acompañada por un elenco en el cual se destacan reconocidas figuras como Jennifer Jason Leigh (“Twin Peaks”, “Amytiville”) y Jena Rodriguez (“Deepwater horizon”), entre otros. “Aniquilación” no es apta para escépticos, pero sí para aquellos dispuestos a abrir la imaginación.