El actor, escritor y productor Peter Berg ("Hancock", "El Reino", serie "Friday Night Lights") dirige esta superproducción inspirada en el clásico juego de combate naval de la marca Hasbro, responsable de haber llevado al cine las franquicias basadas en las figuras de acción "Transformers" y "G.I. Joe". Y claro que la influencia de aquellos robots que se convierten en vehículos se nota en "Battleship: Batalla Naval", en varios aspectos. La película, que llega a nuestras salas de cine una semana antes que su estreno en los Estados Unidos, narra -sin demasiado argumento y a través de una sucesión de tensionantes secuencias de acción, destrucción y explosiones muy bien logradas gracias a los increíbles efectos especiales- la historia de un enfrentamiento al que hace referencia el título de la cinta. El mismo se desarrolla en pleno océano Pacífico contra un enemigo superior: seres extraterrestres -que comandan unas naves que meten miedo- que llegan a nuestro planeta como producto de una respuesta a una serie de transmisiones interestelares que científicos de la NASA han estado enviando a su planeta. Lamentablemente, el guión escrito por Erich y Jon Hoeber no le proporciona al espectador más detalles de la amenazante "visita" de estos aliens. El conflicto sucede mientras la Marina de los Estados Unidos se encuentra realizando ejercicios de práctica como parte de una convención internacional de oficiales y de una nueva edición de los juegos navales que se llevan a cabo en Hawaii, donde Estados Unidos tiene la base de Pearl Harbor. Encerrados en un campo de fuerza liberado por estas naves extraterrestres, se libra esta batalla a gran escala que mezcla la estrategia bélica de los acorazados de guerra norteamericanos con la ciencia ficción. Claro que un segmento del metraje está dedicado a la estrategia tradicional del juego "Batalla Naval". En cuanto a los protagonistas de carne y hueso, la poca línea argumental más allá de la invasión, se centra en Hopper, interpretado por Taylor Kitsch, quien viene de protagonizar un fracaso de la factoría Disney como "John Carter". Aquí, el actor conocido por su papel en la serie "Friday Night Lights", encarna a un joven sin rumbo, arrogante e individualista (en él, se centran los pocos momentos de humor) que se enlista en la Marina porque su hermano mayor Stone (Alexander Skarsgård) lo convence. Enamorado de Sam (Brooklyn Decker), la hija del capitán de la flota (a cargo de Liam Neeson), en su camino por convertirse en héroe, no está sólo. Entre los que lo acompañan, se encuentran el Capitán japonés Yugi Nagata (Tadanobu Asano) y la cantante Rihana, quien en su pasable debut actoral en la gran pantalla, interpreta a la Teniente Raikes (Rihanna), una especialista en armas. En esta especie de "Transformers" acuático todo se exagera. No sólo el gran despliegue de efectos visuales sino, además, la propaganda militar para unirse a la Marina y el sentimiento de patriotismo (el caso de los verdaderos veteranos que participan del film es un claro ejemplo). A pesar de ello, no hay que dejar de reconocer que el entretenimiento está a la orden del día y que "Battleship: Batalla Naval" tiene algo de originalidad a pesar de reconocer elementos ya vistos en la industria.
Inspirada en hechos reales, Michael Sucsy (la película para TV de HBO "Grey Gardens") dirige este drama romántico que, a diferencia de muchas producciones del género, no responde a una historia de amor repleta de los típicos clichés que los espectadores esperan encontrar. En "Votos de Amor", protagonizada por Channing Tatum y Rachel McAdams, lo ocurrido a Kim Carpenter y su esposa Krickitt, un matrimonio residente de Nuevo México que decidió escribir una novela sobre su experiencia, sirve como punto de partida para desarrollar la historia de Leo y Paige, dos jovenes profundamente enamorados, casados y con satisfactorias vidas como artistas en Chicago (él es un músico dueño de un estudio de grabación y ella, una escultora) cuyo amor se pone a prueba. Una noche, conduciendo de regreso a su casa tras disfrutar de una salida al cine, sufren un accidente de automóvil. Leo (Tatum) sobrevive intacto, pero Paige (McAdams) queda en coma producto de un trauma en la cabeza. Al desperar, experimenta una severa pérdida de memoria por lo que su esposo se convierte en un total extraño para ella, ya que 4 años previos al accidente desaparecen por completo, incluyendo el haberlo conocido. A medida que avanza la trama (la cual incluye algunos flashbacks de los momentos más importantes de la pareja), él intenta desesperadamente volver a conquistar el amor de su esposa, quien -para peor- lo último que recuerda es estar comprometida con Jeremy (Scott Speedman), su ex-novio que aún la desea. Mientras él se niega a darse por vencido para no perder al amor de su vida -y su única familia- tratando de reiniciar una relación con Paige como si se acabaran de conocer, ella se vuelve a reecontrar con sus padres (Jessica Lange y Sam Neill) y su hermana (Jessica McNamee), de quienes había estado separada años atrás, asunto que complica el accionar del protagonista. Mediante voz en off, Leo narra lo que la premisa de la película tiene por objetivo transmitir; que la vida tiene momentos de impacto que pueden cambiar nuestra vida para siempre, que te definen. ¿Pero qué pasaría si un día no pudieramos recordar ninguno de ellos? ¿Puede un amor único volver a renacer? Fiel a sus votos matrimoniales ("Prometo, sin importar los desafíos que puedan separarnos, que siempre encontraremos el camino para volver a estar juntos"), el personaje de Tatum acepta el desafío que estos interrogantes plantean. Veremos qué tiene preparado el destino para él. Además de las buenas performances de la dupla protagónica -ambos participaron de otros dramas románticos pero basados en las novelas de Nicholas Sparks "Querido John" (Tatum) y "Diarios de una Pasión" (McAdams)-, el guión escrito por Abby Kohn, Marc Silverstein y Jason Katims está muy bien concebido.
Iron Man (Robert Downey Jr.), Thor (Chris Hemsworth), Capitán América (Chris Evans) y Hulk (ahora encarnado por Mark Ruffalo tras la decisión de Marvel de no contar con Edward Norton) se unen por primera vez en la gran pantalla. Tras haberlos visto en sus respectivas películas, las cuales fueron presentando a cada uno de estos personajes y abriendo el camino para este acontecimiento cinematográfico (el más esperado del año por muchos fanáticos de los comics), estos superhéroes ahora deben luchar todos juntos, al igual que en los comics creados por Stan Lee y Jack Kirby. Y lo hacen en "Los Vengadores", esta super entretenida megaproducción dirigida por Joss Whedon (creador de las series "Buffy, la Caza Vampiros", "Angel", "Firefly" y "Dollhouse"), quien se cargó al hombro no sólo estar al frente de la filmación sino también la difícil tarea, como guionista, de tomar todos los elementos importantes de aquellos filmes y combinarlos para hallar un equilibrio en lo que respecta a la narración y al desarrollo de los personajes, sumado a lo que tiene que ver con la acción de una historia independiente estructurada de forma tal que el público pueda verla y comprenderla sin necesidad de haber visto ninguna de las películas predecesoras... aunque es preferible hacerlo. En cuanto al argumento, sobre el que no se puede revelar mucho, podemos decir que al igual que en el primer ejemplar del comic editado en septiembre de 1963, Loki (destacada labor del británico Tom Hiddleston) es el detonante del conflicto que reúne a todos los Vengadores por primera vez para vencerlo, ya que este villano, luego de que su intento de derrocar el trono de su planeta Asgard se viera frustrado, desea vengarse no sólo de su hermano Thor (Hemsworth) sino contra la Tierra entera, amenazando la seguridad y supervivencia del planeta. A pesar de que la Iniciativa Vengadores ha sido descartada tiempo atrás, Nick Fury (Samuel L. Jackson), el director de S.H.I.E.L.D. (la agencia para el mantenimiento de la paz mundial), con la ayuda del agente Coulson (Clark Gregg) y Maria Hill (Cobie Smulders) se ve obligado a reclutar a los poderosos superhéroes para cumplir esta misión de la que también participan los agentes Black Widow (Scarlett Johansson), personaje que apareció en "Iron Man 2", y Hawkeye (Jeremy Renner), quien hizo lo propio en "Thor". Claro que no es fácil lograr que todos trabajen en equipo. El resultado es una propuesta formidable, repleta de escenas de acción que llegan a su punto máximo en una batalla final que se desarrolla en pleno Manhattan y con las dosis justas de humor que no opacan la tensión dramática del relato. Y lo mejor es que cada personaje, absolutamente todos, tienen su momento de protagonismo sin descuidar lo referente a la interacción entre ellos. Una JOYITA que no hay que dejar de ver, ya que se esperan más entregas, luego de "Iron Man 3" (actualmente en pre-producción), "Thor 2" y "Capitán América 2".
Escrito y dirigido por el realizador Bruce Robinson ("Jennifer 8"), este film que se desarrolla en tono de comedia, está basado en la novela "Los Diarios del Ron" de Hunter S. Thompson (título original de esta producción), el fallecido escritor estadounidense que fue creador e icono del periodismo "gonzo", un estilo que elimina, a través del relato en primera persona, la división entre sujeto y objeto y objetividad y subjetividad, ya que plantea un abordaje directo de la noticia, llegando hasta el punto de influir en ella, y convirtiendo al periodista en parte importante de la misma. Johnny Depp, amigo y profundo admirador de Thompson y su carrera (de hecho es uno de los productores de esta adaptación que logró concretar para cumplir uno de los últimos deseos del novelista) lidera el elenco interpretando aquí a una especie de alter ego del propio autor, quien vivió en Puerto Rico durante los años '60. Es en ese país caribeño y durante aquellos años donde se desarrolla el argumento de esta historia que gira en torno a un periodista alcohólico llamado Paul Kemp (Depp), quien proveniente de Nueva York llega a San Juan para trabajar en un periódico local a punto de cerrar. Allí, lejos de cumplir su objetivo de encontrar una noticia seria sobre la que escribir, su editor en jefe (interpretado por Richard Jenkins) lo contrata para la sección de horóscopos. Mientras tanto, perfectamente adaptado a la rutina de la isla, que básicamente consiste en sumergirse en ron (y algo de alucinógenos), se hace amigo del fotógrafo del diario, Sala (Michael Rispoli), y conoce a Sanderson (Aaron Eckhart), un hombre de negocios implicado en sospechosos asuntos inmobiliarios con los que busca convertir a Puerto Rico en un paraíso del capitalismo al servicio de los más pudientes. Una propuesta de este empresario lo dirige directamente a una encrucijada relacionada con su labor como comunicador; pero su otro problema -aparte del alcohol- también surge tras mostrar cierto interés en Chenault, la sexy novia de Sanderson, interpretada por la joven actriz Amber Heard. El film, basado en las experiencias de Thompson, no tiene un rumbo definido sino que consiste en una sucesión de situaciones, algunas divertidas, otras completamente tediosas (la de los alucinógenos es una de ellas) que no profundizan demasiado ciertos aspectos de la trama que por momentos, parece perder su hilo conductor.
Tras más de una década (precisamente 11 años, a lo largo de los cuales se lanzaron cuatro películas directamente para el mercado de video hogareño), el elenco original de la saga "American Pie", luego de algunas ausencias en "American Pie: La Boda" (2003), vuelve a reunirse por completo en este cuarto film basado en los personajes concebidos por Adam Hertz. Escrita y dirigida por Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (los creadores de la saga "Harold & Kumar"), "American Pie: El Reencuentro" es una propuesta pura y exclusivamente dirigida al público que se divierte con el humor propio de esta franquicia que comenzó en el año 1999 y que nos ha ido contando la historia de cuatro amigos que estaban obsesionados con perder la virginidad antes de que finalizara su último año de secundaria. Jim (Jason Biggs), Michelle (Alyson Hannigan), Oz (Chris Klein), Heather (Mena Suvari), Kevin (Thomas Ian Nicholas), Vicky (Tara Reid), Finch (Eddie Kaye Thomas) y Stifler (Seann William Scott) regresan a East Great Falls, ese pequeño pueblo de Michigan, para asistir a una reunión de graduados organizada por uno de los integrantes (en este caso el personaje a cargo de John Cho) del grupo de estudiantes que fantaseaba con tener sexo con las atractivas mamás de cualquiera de sus compañeros. Por supuesto que algunas cosas han cambiado en la vida de estos personajes, pero en su mayoría, todo sigue igual. Durante ese fin de semana, tanto ellos como nosotros -los espectadores- descubriremos que a pesar de que ya están bastante crecidos, algunos de estos ejemplares aún no han madurado del todo, por lo que en el fondo siguen comportándose como adolescentes con hormonas incontrolables. La trama del film, a lo largo de casi dos horas, gira en torno a los problemas de intimidad entre Jim y Michelle, quienes ahora padres, carecen de relaciones sexuales; Oz se ha convertido en un exitoso comentarista deportivo y ha cobrado notoriedad tras aparecer en un reality de baile; Kevin está felizmente casado pero siente que su vida es monótona; Finch es un misterio y Stifler sigue siendo él mismo. Por su parte, el ahora viudo papá de Jim (Eugene Levy), impulsado por su hijo, decide que es hora de volver a tener citas. Como en los viejos tiempos, y a la espera de la tan ansiada reunión, Jim y sus amigos se ven involucrados en varias situaciones comprometedoras, en esta ocasión con la antigua vecina del personaje encarnado por Biggs, a quien solía cuidar como niñero y que ahora es una sensual joven de 18 años (Ali Corbin). Con un elenco cuya química sigue intacta como el primer día, el film -que será bien recibido por algunos y por otros no tanto- presenta un panorama similar al de aquella primera película pero ahora desde un punto de vista nostálgico de la adolescencia que ya quedó atrás... aunque no lo parece.
El realizador francés Jean-Jacques Annaud ("El Nombre de la Rosa", "Siete Años en el Tibet", "Enemigo al Acecho") dirige esta superproducción de aventuras con trasfondo político. La historia que el propio Annaud se encargó de adaptar junto a Alain Godard (el guión estuvo a cargo de Menno Meyjes) está basada en la novela "South of the Heart: A Novel of Modern Arabia" (algo así como "Al Sur del Corazón: Una Novela sobre la Arabia Moderna"), del escritor suizo Hans Ruesch. La misma fue publicada en 1957. La historia se desarrolla a principios del siglo XX justo cuando el descubrimiento de petróleo cambiaría para siempre las vidas de las tribus beduinas de la península arábiga y, por lo tanto, de nuestro mundo, ya que el conflicto que aborda la película sigue vigente en esa zona rica en "Oro Negro" (título original del film), por el que se originan luchas y guerras. En el centro del relato están dos líderes enemigos, Nesib (Antonio Banderas), emir de Hobeika, y Amar (Mark Strong), sultán de Salmaah, quienes bajo el inclemente cielo del desierto sellan un pacto de paz. El acuerdo establece que ninguno de los dos reclamará el territorio neutral que existe entre ellos, un pedazo de arena sin dueño conocido como el "Cinturón Amarillo". Los dos pequeños hijos del personaje encarnado por Strong -Saleeh (Akin Gazi) y Auda (Tahar Rahim), están incluidos en el trato, ya que éste los debe entregar a su contrincante como garantía de que no habrá más enfrentamientos entre ambos… hasta que aparece un texano (Corey Johnson) que encuentra petróleo justamente en esa zona neutral y que comienza a hacer negocios con Nesib. En medio de esta nueva disputa territorial entre ambas tribus, los ya crecidos hermanos (uno guerrero, el otro un tímido bibliotecario) se ven obligados a tomar importantes decisiones que afectarán tanto a uno como al otro bando. La mayor responsabilidad recae en Auda, a quien se le encarga negociar la paz entre sus dos padres, el biológico y el que lo crió. A lo largo del film, este joven príncipe irá descubriendo su destino como líder. En "El Príncipe del Desierto", su director decide dejar a un segundo plano algunas líneas argumentales secundarias para ahondar más en el viaje épico de quien termina siendo el verdadero protagonista del film, a cargo del actor francés Tahar Rahim (el mismo de "Un Profeta", la cinta ganadora del Oscar al mejor film extranjero en 2010). El joven logra transmitir de manera convincente la transformación de su personaje: de un inocente académico a un aguerrido guerrero. No se puede decir lo mismo del español Antonio Banderas, cuyo papel como tirano árabe pasa por momentos convincentes y por otros que no lo son tanto. Su contraparte, Mark Strong, está muy correcto. Por su parte, la actriz Freida Pinto ("Slumdog Millonaire: Quién Quiere ser Millonario?, "El Planeta de los Simios (R)Evolución") interpreta, sin aportar demasiado a la trama, a la princesa Leyla, la hermosa hija de Nesib, y el interés romántico del personaje de Rahim, por lo que la clásica historia de amor no está ausente en este relato. A lo largo de las dos entretenidas horas que dura, el film despliega -sin decaer en su ritmo- un escenario con asombrosos paisajes, espectaculares enfrentamientos y batallas que transcurren en un mar de arena.
La novela escrita por John Kerr y la obra teatral creada por Christopher Hampton, "The Talking Cure" (algo así como "La Palabra que Cura"), son el punto de partida de este nuevo film del realizador canadiense David Cronenberg, un drama biográfico con muchos elementos de ficción que nos introduce en la relación entre el Dr. Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y su discípulo, el Dr. Carl Jung (Michael Fassbender) durante los primeros años del psicoanálisis. Esta producción escrita por el propio Hampton, se desarrolla a principios del siglo XX en Zúrich y Viena, lugares que sirven de marco para narrar una oscura historia con trasfondo sexual e intelectual y cuyo conflicto surge cuando aparece Sabina Spielrein (Keira Knightley ofrece una actuación formidable), una joven rusa y muy culta, que ingresa al Hospital Psiquiátrico de la mencionada ciudad suiza. Bajo un diagnóstico de histeria que puede llevar a episodios de violencia, Jung comienza a tratarla. Con ella, ensaya un tratamiento experimental inventado por Freud, el psicoanálisis o "curación por la palabra". Tras varias conversaciones, se revelan detalles de la infancia del personaje interpretado por Knightley e inquietantes y perversos elementos sexuales, pero también surge una relación amorosa entre ambos. A medida que Jung y Freud traban amistad a través de un intercambio epistolar acerca de la condición de Sabina, su relación comienza a tornarse turbulenta, ya que la muchacha -además de ser un objeto de estudio relacionado con la sexualidad y los desórdenes emocionales- resulta ser una complicación, ya que tanto el padre del psicoanálisis (Freud) como el joven psiquiatra (Jung) comienzan a chocar en lo que concierne a lo estrictamente profesional (teorías y métodos revolucionarios para la época), y a las cuestiones éticas, ya que Jung traspasa la línea que separa al doctor del paciente. Por su parte, la psicótica Sabina, quien más tarde se convertiría en una notable influencia en el mundo del psicoanálisis y en el pensamiento moderno como otra profesional de la rama médica, complica aún más el "intercambio" entre los dos profesionales, ya que lo intelectual comienza a mezclarse con la exploración de los propios deseos personales. Al trío, se suma Otto Gross, papel a cargo de Vincent Cassel. La subtrama de este psiquiatra y psicoanalista libertino decidido a traspasar todos los límites parece insertada a la fuerza dentro de una historia con personajes interesantes (acompaña una buena recreación de época y vestuarios) pero que a la vez se torna pesada como la psicología misma y complicada como lo oscuro de la mente humana que tanto Freud como Jung quieren descifrar. Esta película, que marca la tercera colaboración entre Cronenberg y Viggo Mortensen (tras "Una Historia Violenta" y "Promesas del Este"), se presenta a través de una forma bastante teatralizada que por momentos se torna cansadora y tediosa. A pesar de que tiene una duración promedio, la misma se larga. La historia daba para mucho más. Cronenberg no supo aprovecharla.
Llegó el momento tan esperado por muchos fanáticos de las novelas de Suzanne Collins, ya que -de manera simultánea- la adaptación cinematográfica de la primera parte de la fenomenal trilogía literaria escrita por esta autora norteamericana, compuesta por "Los Juegos del Hambre" (2008), "En Llamas" (2009) y "Sinsajo" (2010), se estrena en una gran cantidad de países (en la Argentina un día antes que en los Estados Unidos) cuyos espectadores se adentrarán en esta historia que se desarrolla en un futuro no muy lejano y en un mundo post-apocalíptico. En ese futuro, y en las ruinas de lo que alguna vez fue Estados Unidos, se encuentra Panem, una nación desigual signada por la devastación, la esclavitud y la pobreza como consecuencia de la guerra, la cual ha dividido al territorio en 13 distritos -12 aún existen- controlados por el enriquecido y autoritario Capitolio, el centro de poder comandado por el perverso Presidente Snow (un correctísimo Donald Sutherland). Cada año, como castigo a raíz de una rebelión pasada y una táctica de intimidación del actual gobierno, se llevan a cabo los juegos a los que hace mención tanto el título del libro como el del film. Se trata de una sangrienta competición que es transmitida por televisión y en la que una pareja de adolescentes de cada uno de los distritos (un chico y una chica de entre 12 y 18 años) debe luchar a muerte por su propia supervivencia, ya que sólo puede haber un ganador cuya condición le permitirá acceder a la riqueza y a la fama prometida por los gobernantes. Algo similar a lo visto en películas como "The Running Man" o "La Isla de los Condenados", en este certamen, los 24 competidores son colocados en una especie de arena como en el que combatían los gladiadores. Aquí, el mismo resulta ser un inmenso bosque montado con cámaras ocultas y controlado por una serie de técnicos que, mediante computadoras, modifican las condiciones meteorológicas y hasta insertan o eliminan elementos para hacerlo "más interesante" para la audiencia. La historia y su conflicto es contado a través de los ojos de la protagonista, Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), una joven de 16 años que decide ofrecerse como voluntaria (a los participantes se los conoce como "tributos") en reemplazo de su hermana menor (Willow Shields) quien ha salido sorteada para participar en la edición número 74 de este retorcido reality show con el que el Capitolio somete a los habitantes. A lo largo de las 2 horas y 22 minutos que dura esta producción muy lograda, los espectadores somos testigos de la experiencia de esta joven decidida a sobrevivir a cualquier precio. Ella es una muchacha con talentos de cazadora, y su co-tributo Peeta Mellark (Josh Hutcherson), es un humilde panadero. Ambos representan al Distrito 12, un empobrecido pueblo minero. A partir del momento de la elección, los dos son tomados bajo custodia, sometidos a glamorosas transformaciones y duros entrenamientos que los preparan para luchar contra los implacables "Tributos Profesionales", aquellos que se prepararon toda su vida para ésto y que provienen de los distritos más ricos. El proceso incluye los consejos de un mentor, Haymitch Abernathy (el siempre genial Woody Harrelson), antiguo vencedor de los Juegos al que le gusta beber en demasía. Es en este personaje en el que recaen los pocos momentos de humor dentro de una trama violenta y cruel y en la que también hay indicios de un triángulo amoroso. En medio de alianzas entre los guerreros, Katniss debe tomar decisiones desafiantes como desgarradoras que pesan sobre su conciencia. Debe decidir entre supervivencia y humanidad, entre seguridad y confianza y entre vida y amor para superar a sus contrincantes, entre los que se encuentra su compañero, y así también desafiar al sistema que los condena. El elenco liderado por la ascendente y talentosa Jennifer Lawrence, nominada a un premio Oscar en 2011 por su labor en el drama "Lazos de Sangre", se completa con logrados desempeños de Elizabeth Banks, Stanley Tucci, Lenny Kravitz, Toby Jones, Wes Bentley, Liam Hemsworth y una cantidad de jóvenes actores, algunos conocidos para la mayoría de nosotros quienes interpretan a los tributos, como Brooke Bundy, Amandla Stenberg, Dayo Okeniyi, Leven Rambin, Jack Quaid (hijo de Deniis Quaidy Meg Ryan), Latarsha Rose, Alexander Ludwig, Isabelle Fuhrman y Jacqueline Emerson, entre otros. Si bien busca captar a un público adolescente al igual que "Harry Potter" y "Crepúsculo", propuestas que también han llamado la atención de muchos adultos pero cuya temática se desarrolla cual cuento de hadas, esta película dirigida notablemente por Gary Ross ("Alma de Héroes") y co-escrita por el realizador junto a Billy Ray y a la propia novelista Collins (también productora ejecutiva), tiene aspectos de situaciones que se remontan al pasado (los juegos de la antigua Roma son un claro ejemplo) y que también podemos identificar en la actualidad y, tal vez, dentro de muchos años, en un futuro posible, por lo que se presta para el análisis profundo, sobre nuestra sociedad actual, las guerras, las opresiones, el enfrentamiento entre iguales y sobre el entretenimiento a partir de las tragedias de otros. Atrapa e interesa. Ahora, a esperar por las siguientes entregas... "Y que la suerte esté siempre de nuestro lado".
Chris Pine, Reese Whiterspoon y Tom Hardy protagonizan esta comedia de acción a cargo del realizador McG (director de filmes como "Los Ángeles de Charlie", "Somos Marshall" y "Terminator: La Salvación" y productor de las series "Nikita, "Supernatural" y "Chuck") en la que dos apuestos espías -ambos mejores amigos- se enamoran accidentalmente de la misma mujer e inician lo que el título de esta producción nos adelanta, una guerra campal para intentar conquistar a la muchacha. Mientras se encuentran en plena misión para atrapar a un peligroso traficante internacional de armas (Til Schweiger) que busca vengarse de ellos por haber provocado la muerte de su hermano, FDR (Pine) y Tuck (Hardy) utilizan los recursos y el personal de la CIA para este asunto personal, el cual incluye momentos de espionaje y sabotaje mutuos, ya que su "pacto de caballeros" para preservar su amistad queda en segundo plano cuando se enamoran aún más de la mujer, por lo que deciden que ella sea la que elija en esta competencia por su amor. En el medio, y sin estar al tanto de la situación que existe entre ambos pretendientes, está Lauren (la siempre encantadora Whiterspoon), una evaluadora superior de productos para una de las principales publicaciones dedicada a la defensa del consumidor. Su conocimiento sobre hornos, sartenes y teléfonos celulares y su liderazgo en el plano profesional no le sirve de nada a la hora de conocer hombres, hasta que su mejor amiga Trish (la ácida comediante Chelsea Handler) toma el asunto en sus propias manos y la inscribe a un servicio de citas en línea donde conoce al personaje interpretado por Hardy y luego, pero de forma casual, al encarnado por Pine. La historia de esta película producida por Will Smith (aclaremos que no es una comedia romántica. De hecho de romance no hay nada), ofrece momentos divertidos con una pizca de acción a gran escala. Si bien entretiene y le propone al espectador pasar un buen momento, no es de lo mejorcito en cuanto al desarrollo del guión escrito por Timothy Dowling y Simon Kinberg, aspecto que el trío que compone el elenco trata de solventar con sus simpáticas actuaciones.
En este thriller dirigido por el no muy conocido realizador danés Nicolas Winding Refn (trilogía "Pusher"), Ryan Gosling (hace poco tiempo visto en el film "Secretos de Estado") interpreta a un conductor solitario, un tanto indiferente y de pocas palabras, del que no se sabe nada de su pasado, sólo su presente, uno que incluye habilidades al volante que son evidentes. Tal es así que este joven (tampoco se da a conocer su nombre) trabaja como doble de riesgo especializado en conducir a máxima velocidad en alguna que otra película de Hollywood; pero también, reparte su tiempo como mecánico en un taller y, cuando cae la noche, como "wheel man" en trabajitos sucios para los cuales tiene sus propias reglas: ser contratado de forma anónima (nunca dos veces por la misma persona), no participar ni involucrarse de los "asuntitos" para los que solicitan sus servicios y no estar disponible para ellos por más de cinco minutos. A pesar de que su plan está bien concebido, un día algo sale mal, lo que lo lleva a estar en la mira de una persecución infernal porque el muchacho termina en el medio de un tremendo lío con la mafia de Los Ángeles. Todo comienza cuando el protagonista, que entabla una relación con su vecina (Carey Mulligan) y con el pequeño hijo de ésta, decide involucrarse en el problema que el marido de la joven (Oscar Isaac) arrastra desde su estadía en prisión y que amenaza con la seguridad de esa familia. Para proteger a Irene, la chica por la que siente amor (a su manera), y ante semejante situación en la que se ve inmerso, este conductor pasa de sentimientos como la apatía a la extrema venganza (asesinatos de por medio) para deshacerse de los hombres que están tras ellos. Estupendamente dirigida -sobre todo narrada- y con un estética visual que combina lo retro con lo moderno (la música ochentosa que acompaña los silencios del protagonista y los momentos clave de la cinta es tremenda), "Drive" está basada en la novela homónima escrita por James Sallis (los fans de los videojuegos reconocerán por momentos la premisa de "Driver") y completa su reparto con Bryan Cranston, Albert Brooks, Christina Hendricks y Ron Perlman. A pesar de las pocas palabras del personaje que Gosling interpreta a la perfección, los hechos hablan por sí solos en esta producción que -promediando el metraje- nos ofrece violencia (por momentos explícita) a través de recursos muy "a lo Tarantino", persecuciones a lo "Rápido y Furioso", una pizca de romance (breve y sutil) y momentos de acción muy bien rodados. Eso sí, no hagamos sacar de las casillas a este hombre -que sólo quiere conducir- porque vamos mal.