¿Puedes ponerle precio a tus sueños? A Terry Gilliam, director y guionista junto a Charles McKeown de esta visualmente impactante película de fantasía y aventuras, podría achacársele cualquier cosa, menos que sea un director que a pesar de manejar repartos de grandes figuras y presupuestos abultados, busque el reconocimiento comercial. Gilliam es ferozmente arriesgado, loco, tenaz realizador de Films que no pasan inadvertidos. Se gustan o se odian, se disfrutan o se padecen pero todo porque es evidente esa impronta personal que seguramente marca cualquier proyecto que se le cruce por la mente: “Lo haremos a mí manera”. El imaginario del Dr. Parnassus- clara alegoría quizá del arte e imaginación en sí misma- es difícil de contar, ¿quién podría contar el argumento de 12 monos, de Brazil o del Barón Munchausen sin caer en algún tipo de infidencia? Sin embargo podríamos sucintamente definir la historia como la pelea entre una entidad demoníaca representada en un Tom Waits vestido de pulcro traje negro con apariencia de inglés formal a punto de tomarse su té de las cinco y una especie de monje venido a menos, zaparrastroso y casi patético interpretado genialmente-debo decir- por un viejísimo Christopher Plummer. Lo que cada uno de ellos representa quizá sea lo divertido de la cinta y queda a la exclusiva interpretación del espectador. El aspecto visual de la película es lo más sorprendente. Mundos de sueños y pesadillas retratados con una fotografía de luces y contraluces, colores y formas de verdadero cuento fantástico. Invita a soñar y deslumbrarse aunque lamentablemente de alguna u otra forma el film decae en su última media hora de una forma penosamente infeliz. Pero se prevé tal vez si uno piensa que el riesgo de hacer algo tan personal puede brindar maravillas cinematográficas como las anteriormente nombradas o las peores historias jamás contadas como Tideland o Los hermanos Grimm. Recordemos que Heath Ledger, quien interpreta aquí a Tony, desgraciadamente fallece durante el rodaje de la misma por lo que el proyecto se vio parado por unos cuantos meses hasta que- por esta gracia e ingenio del director y su loca historia que facilitaba la solución- fue reemplazado en distintas escenas por Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell quienes generosamente han donado las ganancias del proyecto a la hija del desaparecido joven actor. El imaginario del Dr. Parnassus es una aventura en sí misma, llena de color y escenas de antología, un film que hay que ver aunque no sea lo mejor del año ni lo mejor de Gilliam. Recomendable, divertida, atrevida.
Narración fragmentada, personajes con pasados tormentosos, búsqueda de la redención; ingredientes indudables del cine de Guillermo Arriaga que pese a apelar a los mismos elementos, aquellos que parecen obsesionarlo, siempre nos entrega una historia diferente. Camino a la redención (otra vez una traducción confusa si pensamos en Reservation road) es una historia oscura, de tensas culpabilidades que nos cuenta tres historias que obviamente se nos revelará como una sola hacia el final: una adolescente preocupada por la infidelidad de su madre, una mujer aparentemente exitosa en los negocios que se autoflajela ante ciertos recuerdos de su pasado y una niña desolada ante la posibilidad de perder a su padre, única familia con la que cuenta. Nominada en el Festival de cine de Venecia y finalmente ganadora del Marcello Mastronianni en el mismo festival para la joven Jennifer Lawrence quien protagoniza a Mariana, una jovencita que vivirá como testigo silencioso la infidelidad de su madre (Kim Basinger) y más tarde una historia digna de Capuletos y Montescos, el film nos regala una historia dura, pesada y emotiva. Cuesta no reflexionar sobre cómo cada uno de nuestros actos marca los actos de los demás, cómo uno puede ir escribiendo su historia sellando pasos para la historia de los otros; reflexión casi impuesta en al menos varios de los films del director: 21 gramos, Amores perros, Babel. Muy buenas actuaciones sobretodo de Chalize Theron quien a esta altura ya no puede versela como la mera actriz de cara bonita, muy bien acompañada por un reparto algo desconocido pero sólido para lo que la historia nos brinda. Un argumento correcto aunque un tanto lento por momentos y bastante previsible para quienes ya conocemos a Arriaga. Es que a la larga uno espera ver cómo se conectarán las historias aparentemente individuales, y esta vuelta es mucho más fácil y prolija de entrever. Austera y por partes un poco melodramática, Camino a la redención nos arranca finalmente alguna lágrima y nos deja pensando por un ratito. Lejos de considerarla la mejor película del director es, sí, una buena opción para quienes gustan del género.
Declarada como la favorita en la próxima entrega de la Academia y nominado, Clint Eastwood, su director, en la categoría de mejor dirección en los próximos Globos de oro, Invictus ciertamente cuenta con un apoyo considerable en su promoción. Basada en el libro de John Carlin "Playing the enemy: Nelson Mandela and the game that made a Nation" la historia nos pasea por los primeros años de gobierno de "Madiba" focalizado en cómo resurgiendo el Rugby como deporte nacional construyó la idea de unión en un pueblo años y años dividido por el Apartheid. Un deporte que por décadas constituyó el símbolo de un régimen de discriminación y abuso y que además estaba nétamente constituído por hombres blancos, salvo por un sólo hombre de color. Ciertamente una muestra genial de cómo una especie de diplomacia alternativa pudo cambiar las cosas. Motivación, idea de nación y la figura de un hombre, Mandela, que a pesar de sus tantísmos años de cárcel supo contagiar, o al menos lo intentó, su resiliencia a toda una nación alimentada por el resentimiento y el odio. El término "invictus" viene dado del latín cuyo significado es invencible y que se corresponde al título de un poema de 1875 de William E. Henley que se dice Mandela repite de cuando en cuando. Un equipo, una nación. No es una idea descabellada que el film se centre en esta idea de construir y fortalecer un equipo para a su vez, construir y fortalecer una nación. Si bien el mismo Morgan Freeman, a quien Mandela decretó como el único actor posible para personificarlo, quería producir más bien una película biográfica basada en el libro "Un largo camino a la libertad" del propio Mandela, fue conciente de que sería improbable adaptar semejante material a la pantalla, y optaron entonces por el libro de Carlin quien se focalizaba en contar un aspecto importante de la vida de Mandela. Eastwood solapado Viendo films de Eastwood nadie puede dudar de dos cosas: que es un excelente director y que es americano. Sus historias son narradas con momentos lúcidos, fuertes, sólidos y salpicados- cómo dudarlo- de un sentimiento altamente nacional, Eastwood despliega, aunque magistralmente, muchas de las cosas que siempre le podemos machacar al cine del Norte, aun cuando es capaz de meas culpas y autocríticas, como por ejemplo hemos saboreado en Gran Torino. Pero esta vuelta, Eastwood nos impone 2 horas y cuarto de un derroche exagerado de escenas altamente americanizadas aun cuando la historia se centre en el pueblo sudafricano. Frases forzadas que envuelven la figura de Mandela en un hiperbólico halo de carisma innecesario. Morgan Freeman, nominado como mejor actor para los Globos de oro así como Matt Damon en la categoría de mejor actor de reparto no lucen su conocido histrionismo y pasan escena tras escena correctamente y sin pretenciones. En este aspecto no podría creer que Mr. Damon fuese elegido por sobre Mr. Waltz. No obstante es un film digno, correcto, un pequeño desencanto en la filmografía de Eastwood pero con un montón de elementos "oscarizables".
Una comedia olvidable, amigos. Después de varios proyectos dejados de lado, Tom Cruise apostó volver a la comedia de acción, esta vez de la mano de James Mangold; un director sin grandes títulos. Y Una pareja explosiva no es la excepción colocándose en el grupo de films medianamente entretenidos, llenos de chicos malos y sin demasiados logros a la hora de hacer reír, saltar de la butaca o lagrimear con las escenas románticas. June (Cameron Diaz) es una chica soltera, algo torpe e inocentona que conoce en un vuelo a Boston a Roy (Tom Cruise) aparentemente por casualidad. Entablarán diálogo y June quedará prendida de la atractiva personalidad de un hombre que finalmente la enredará en la aventura de su vida donde malos y buenos no están del todo definidos. Rodada por varias partes del mundo esta película más bien escapista y entretenida no será la maravilla del año pero al menos es efectiva para garantizar 109 minutos de peleas, tiros, corridas de autos y una trama de espionaje que involucra la venta de una batería de energía inagotable que medio planeta desea para distintos fines, algunos claro, no tan gratos. Quien espere más quedará sumido en un mar de decepción. Es que si hemos de nombrar hay muchas comedias de este tipo que dejan mejor sabor de boca. Las actuaciones de Diaz y Cruise, que ya coincidieran en Vanilla Sky, no sobresalen en particular pero hacen un trabajo correcto dentro de un guión verdaderamente flojo y lleno de clichés del género. Sin grandes diálogos y con una última media hora que la eleva un poco, Una pareja explosiva es una comedia de acción del montón más digna de un rentado en DVD que lo que puede valer su entrada al cine.
Mucho ruido, mucha sangre. No he visto toda la filmografía de Trapero como para aducir que Carancho es fiel a su estilo o no. De lo que he visto prefiero quedarme con las narrativas de Leonera o El Bonaerense, donde su representación de la realidad, que después de todo es lo que más se resalta de sus historias, son abordadas de forma más madura para mi gusto. Viendo Carancho sentí que esta vuelta Trapero denunciaba a los gritos y tortazos que en Argentina hay cosas sucias en relación a los accidentes de tránsito pero su forma casi locuaz de mostrarla directamente me hizo sentir subestimada, como si me metiera en el grupo de gente adicta a policías en acción y que no puede entender más que con piñas, patadas, sangre y más tortazos que la sociedad argentina-como muchas otras- puede ser realmente violenta, corrupta y mafiosa. Y con esto no critico que la película sea violenta, que lo es, sino que pareciera el único recurso para contar una historia que realmente podría haber dado mucho más de sí si no se focalizara en el estereotipo andante- y hasta diría ignorante- de ciertos ambientes. He trabajado durante 12 años en hospitales, clínicas y consultorios varios, privados y estatales, y si bien es cierto que las guardias son muchas veces caóticas y los recursos son escasos, estoy un poco arta de ciertos mensajes que terminan dando a entender que la realidad es unívoca. Es que a fin de cuentas este film es puro ruido, pura camilla va y viene, puro accidentado sangrante y puro médico corriendo desesperado mientras en paralelo hay abogados mafiosos que se aprovechan de los más pobres y desprevenidos para sacar provecho pero a la vez también, ¡hay que mostrarlo!, se pegan, se amenazan, se tirotean. Y entre todo ese ruido mezcla de ER y policías en acción como espectadora todavía estoy esperando saber y entrever qué me quiere contar el director, quien junto a otros tres también ha escrito el guión. Es que uno se termina fastidiando de tantas escenas de golpes: le pegan a Sosa (Darín), mucho, todo el tiempo, le pega el chofer de ambulancia al accidentado abusivo, le pegan a la doctora, se muelen a palos dos encamillados que tan mal no estaban si se pueden dar tanta salsa. Y todo adornado con incontables jeringas, mazasos y más trompadas. Carancho es eso, no tiene diálogos inteligentes, no hacen falta para tanto impacto brutal que lo dice todo, lo dice en demasía y eso es lo que hastía y me hace sentir infravalorada. Si la peli siguiera la corriente actual del 3D habría que verla no solo con anteojos sino también con casco. Carancho no da pie a la tensión del qué vendrá, no da aires de claustrofobia y desesperación como en otros films de Trapero porque todo está ya canalizado, procesado y elocuentemente digerido desde los personajes. Vemos a una Martina Gusman sosa junto a un Ricardo Darín que hace lo que puede con un personaje al límite pero con el que no pude llegar a identificar y el final, realmente es patético, infumable, todo un chiste infructuoso y nefasto. Un final de esos que dan ganas de pararse pero no para aplaudir sino para terminar, como termina todo en esta historia, dándole trompadas a la pantalla.
Podría nombrar un montón de films de Scorsese que me han parecido geniales, que no me canso de ver, que disfruto cada vez que tengo oportunidad de toparmelas en la tele- Casino, Toro Salvaje, Cabo de miedo, Buenos Muchachos, etc- asique cuando vi el trailer de Shutter Island sabía que tarde o temprano la vería. Traté de no leer muchas cosas sobre el film porque últimamente no sé que pasa que a la gente (y no tanto al autor sino a los que comentan) se le ha dado por el spoiler, asique no sabía mucho de qué iba el argumento.Lo que sí pude darme cuenta que no era un film de medias tintas. O lo adoraron o lo detestaron, ahora que ya puedo tomar partido... me quedo en el segundo grupo. Muchas veces me gusta tantear una peli no sólo con los blogs que leo asiduamente, sino también con la gente que me rodea y también pude percibir esta dualidad. El primero en hablarme de este film fue mi hermano al que tibiamente me dijo que le había gustado y cuando hace pocos días atrás le confirmé que la había visto y que no me había gustado me espetó con una carcajada:- me parece que tenés demasiado cine encima. Me dejó pensando porque ciertamente a veces el que te guste tanto el cine te juega en contra porque no podés dejar de comparar, de adelantarte, de intuir. Y en Shutter Island, siendo de Scorsese, y aunque suene pretencioso, lo que más pesa entonces es su irremediable previsibilidad. Desde el minuto 1 pude darme cuenta qué estaba pasando, cómo terminaría todo. Reconozco que mi almita de espectadora esperaba hacia el final algo que diera vuelta la tortilla y que finalmente me dijeran:- aaaa te la creiste! y poder estar aplaudiendo de pie como tantos otros esta película. Acepto que por momentos el film me hizo dudar un poco, quizás en esa esperanzada espera de la sorpresa, quizá tengo el cine encima suficiente para esperar siempre demasiado, lo cual no es bueno. Pero La isla siniestra me pareció tan siniestramente hecha como su título. A ver si acá sí me ponen los patitos en fila. El film tiene una factura visual bastante atractiva, eso no se puede negar. Su fotografía en constante contraste con tonos grises y anaranjados, rojos furiosos por momentos e iluminaciones varias le suman una buena cantidad de puntos; pero el cine a mi modo de ver es como una sinfonía: cuando algo destaca por sobre el resto o cuando al revés, algo desentona demasiado... el film pierda en calidad. Lo visual es por momentos impactante gracias a la dirección de fotografía de Robert Richardson, responsable por ejemplo de la fotografía de Malditos Bastardos, pero se desinfla por completo en cuanto el argumento no tiene mucho que ofrecer de nuevo. Por otra parte si nuestros ojos empiezan a disfrutar de inmediato con sus ambientaciones y puesta en escena, nuestros oídos chillan tortuosamente con esa espantosa música que se eligió casi como leiv motiv. Entonces nunca dejarás la isla...loco de m.. El film cuenta con un reparto más que atractivo- Leonardo DiCaprio, Max von Sydow, Ben Kingsley, etc- pero el único que realmente destaca es Leo a quien gracias a esos flashbacks de guerra ya podemos ver como el loco que resulta; quizá sin ese detalle podría haberme ahorrado el final y salir satisfecha. Otro que destaca como siempre- aunque reconozco que es una debilidad personal- en su cortita participación es Jackie Earle Haley y Mark Ruffalo...bueno, destaca sí pero siempre como el cara de nada que es, uno de los actores que a mi humilde parecer es uno de los últimos más sobrevalorados de la década. Una de las cosas que más le critico al film es quizá esta refritura de otros films que podrían para algunos ser buenos tributos y para otros una cadena al cuello que hacen del guión, basado en una novela de Dennis Lehane, un aburrido tránsito donde el palpar el paso a paso desluce el visionado. Pero Scorsese conoce su oficio y, como dije antes, por momentos me hizo dudar suponiendo que tal vez sí había una especie de complot en el cual el protagonista había caído y la isla era un siniestro sitio donde se llevaban a cabo experimientos psicológicos. Y me hizo aplaudir, eso sí cómo negarlo, esa línea final de DiCaprio "Qué sería peor, vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?". Es que las buenas frases puestas en el momento indicado son una genialidad. Esa frase es un estupendo corolario para el final que nos presentan: que todo ha sido una maquinación de la pobre mente del protagonista y que como experimento último para sanarlo su psiquiatra personal y el de la institución deciden formar parte de su "irreal mundo" para ver cuándo hará click y reconozca su condición. Ahogados...de espanto. Finalmente sentí un sobrecogimiento tremendo en esas escenas un tanto morbosas donde el protagonista recopila mentalmente su historia, otras en las que recuerda los momentos de post guerra, en fin... que me parecieron más excusas para impactar visualmente que lo que realmente cuenta dentro de su drama vital. Pero digamos que esa soy yo, pavota número uno cuando se ponen niños de por medio. Asique redondeando, el film se deja ver si no has de ponerte en quisquilloso querido lector; para los que vieron film como The Uninvited, El maquinista, Una mente Brillante y largos etcéteras, pues quizá terminen dándome la razón.Para terminar, les recomiendo lean la crítica que hizo Mariano Masci sobre el film. Pero tómense el tiempo de leer los comentarios porque siempre me suscribo a los comentarios para ver qué responden los autores y qué debate se puede llegar a armar de un determinado título y acá les juro que terminé tanto matándome de risa como indignándome de lo cerrados que pueden ser algunos a la hora de hablar de cine ( y no lo digo por Mariano a quien obviamente apoyo en su crítica como podrán leer en los comentarios).
The Lovely bones se reñirá en una sola categoría en los Globos de oro:Mejor actor de reparto para Stanley Tucci, un actor que ciertamente la viene remando hace años y que en este film sale más que airoso. Basada en la novela homónima de Alice Sebold , adaptada para la gran pantalla por Fran Walsh y Phillipa Boyens y dirigida por Peter Jackson, el film divaga entre la realidad y "el más allá", en una estética similar aunque no igual a Más allá de los sueños, para contarnos la historia de una niña, Susie Salmon, asesinada por un vecino y cómo su familia y ella misma desde esta especie de purgatorio tratará de sobrellevar la difícil muerte. Entretenida aunque no genial, Jackson no precisa si contar el drama de esta familia en la difícil tarea de superar la muerte trágica e inesperada de un ser querido-como sí el libro lo hace- o involucranos en una historia policial de suspenso. Así, la fotografía, la escueta pero efectiva banda de sonido y las interpretaciones actorales hacen el mayor deleite del film para un guión infructuoso y desde ya difícil. Es que aquí la mezcla entre 'cielo' y 'tierra' no termina de convencer y cuando Jackson acierta en emocionarnos, en seguida nos arrastra sorpresivamente para el thriller cortando todo clima y sin decidirse en qué quiere conmovernos. Si he de elegir, hubiera preferido se centrara en lo policial ya que son las escenas mejor logradas, las de la intriga e investigación, las que más nos involucran con la historia poniéndonos nerviosos y conteniendo el aliento en más de una oportunidad. Acertadísimo, por otro lado, la participación de la casi desconocida Saoirse Ronan, quien interpreta a Susie Salmon, la víctima que además nos narra la historia.Una joven actriz que ya estuvo nominada al Oscar como Mejor actriz de reparto en Atonement. El resto del reparto nos ofrece a los correctísimos Mark Wahlberg y Rachel Weisz como los padres, y una Susan Sarandon un tanto estereotipada como la liberal abuela Lynn. En líneas generales este es un film que seguramente agradará a unos y odiarán otros. Mientras, en el medio estaremos aquellos que disfrutamos de a ratos los momentos acertados pero ciertamente no será un film que se aliste en nuestra lista de grandes títulos cinematográficos dados los puntos flojos como la carencia de profundidad psicológica en los personajes o los desvaríos del guión. Stanley Tucci. De origen Italiano aunque nacido en Nueva York este actor, director y escritor ya ha sido galardonado en dos ocaciones con el Emmy y el Globo de oro. Su debut como actor fue en el teatro con The Queen and the Rebels y en cine con El honor de los Prizzi (1985). En Desde mi cielo protagoniza a George Harvey, un solitario vecino de los Salmon que gusta de armar casa de muñecas y cultivar rosas. Si bien su actuación es muy buena y destaca por sobre el resto del reparto, su personaje carece de una psicología que nos responda sobre sus instintos asesinos.
Durante el transcurso de la filmación de Precious quedaron en el camino: un editor, un director de arte, 3 jefes de locación, dos productores, dos asistentes de director, dos sonidistas, dos "caterers" y la lista sigue. Me pregunto si en algún momento Lee Daniels se habrá preguntado si no era esa una señal para dejar este proyecto a un lado o, como buen capricorniano, seguramente habrá hecho caso omiso de ese sentimiento para luego regodearse en que su testarudez lo llevó por buen camino ganando los festivales de Toronto, Sundance y varias nominaciones entre ellas para el Spirit Award o las 3 categorías del Globo de oro que nos compete: Mejor Film, Mejor actriz (Gabourey 'Gaby' Sidibe) y Mejor actriz de reparto (Mo'Nique). No caben dudas, y realmente como docente puedo dar fe de esto, que la vida de Precious es lamentablemente la vida de muchas adolescentes de 16 años que sufren abusos tanto físicos como verbales y que eso desde ya les dificulta su aprendizaje, su relación con el resto de la sociedad y las aspiraciones con respecto a su futuro. Ni hablar si todo eso lo condimentamos con el sinsabor de no encajar en los cánones estéticos de los pares o sociedad en general donde el sentido de pertenencia y referencia se hace tan importante en una edad donde el desequilibrio emocional es de por sí natural: se es chico y grande al mismo tiempo y tratar de definir cuándo ser uno o cuándo, otro marea a quien más; una edad en la que la guía es tan importante como comer o beber. También es indudable que si el film logra mantenerse en pie es por las actuaciones de sus protagonistas- sorprenden las participaciones escuetas de Lenny Kravitz y Mariah Carey- pero la dirección desfallece en un intento de mostrarnos todo y cuantos ejemplos de marginalidad, pesadumbre y sujeto de discriminación pueda pasarsele por su cabeza: negros, analfabetos, abusados, madres solteras, latinos, inmigrantes, sidosos, lesbianas, todo empaquetado en un guión que no se decide si está contando la difícil vida de una muchacha que finalmente puede levantar cabeza por sí misma- que a priori es lo que parecería querer vendernos el film- o si la cosa pasa por la inutilidad de los servicios sociales de un país aparentemente organizado, si el tema es en sí el racismo, o si todo eso licuado fue expresamente colocado para la gracia de un publico que busca el drama fácil y manipulador. Considerando que el film viene amparado por Oprah Winfrey se entiende que la película aparente un enorme cúmulo de historias dignas de cualquier reality con las manifestaciones típicas de tales: gritos e insultos a mansalva, llorisqueos forzados, líneas "emotivas" y demás. Precious podría llamarse Pretentious. Un film que se ha contado muchas veces pero no de maneras tan dispersas, sin tantos hilos que terminan por no unirse nunca. Comienzan con una niña que no puede leer ni escribir, que evade su realidad con incontables fantasías (que en este film en particular resta profundidad a la trama al ser mostradas) y que de a poco se va desvirtuando a la historia de una niña que lucha por recuperar a sus hijos y desprenderse de su inestable y violenta madre. Un film que en definitiva podría tener mucho para emocionar pero su forma narrativa y sus estereotipos insufribles dejan frío y hasta indiferente. Una hora cincuenta que se llegan a ser eternas.
Si sos una persona afecta a las películas de terror extremo seguramente Actividad paranormal no te va a gustar ni un poquito. Es un film filmado con cámara en mano desde el primer minuto hasta el último, recurso usado cada vez más desde aquel proyecto blairwitch que tanto pegó. A mí particularmente es un recurso que me molesta un poco pero mentiría si les dijera que acá no está bastante justificado, porque le da ese toque de documento como aquellos que uno ve en el canal Infinito. Juega psicológicamente con los que somos más bien cobardones a estar todo el tiempo tensos a la espera de alguna caripela que nos sorprenda como esos videos poco chistosos que hay en youtube- anécdota aparte, mi pobre hija estuvo casi dos noches sin dormir porque un gracioso colgó uno de esos al final de un capítulo de Bob Esponja, creo que se le deben haber caído las orejas de lo mucho que lo maldije-. La historia nos muestra una parejita joven que desde el vamos interpretamos que vienen sintiendo ruidos extraños en la casa sobretodo de noche. Micah, el hombre de la casa, decide comprar entonces una cámara para registrar todo lo que les pase. No es un tipo que se lo tome muy seriamente pero siente que esa es la única manera de apoyar a su asustadiza mujer que según parece desde pequeña ya hay algo que la persigue. Y digo parece porque el film es ese, el parece que... no tiene un argumento por el cual podamos conocer los porqués, los qué o los comos de lo que sucede, se nos tiran indirectas, indicios y lo único que poseemos es ese testimonio gráfico. La peli está bien hecha desde lo visual, la casa en la que suceden los hechos es la del propio director- bonita por cierto- sin iluminación específica, tampoco la de los actores que bastante naturalmente se mueven en la historia. Pero el film se torna un tanto lento, por momentos parece que nada va a pasar, pero los pocos toquecitos de susto están bien armados como para irse uno a dormir un tanto paranoico. De hecho hay una escena que refleja el miedo de muchos con respecto a las apariciones, después si la ven o la vieron me cuentan a ver cuál les parece que es. El film dirigido por Oren Peli, tenía otro final que fue cambiado, dicen, por sugerencia del propio Steven Spieldberg, un final que lamentablemente por leer comentarios de la peli yo ya sabía de antemano y la verdad que no sé si me gustó tanto, un final más bien abrupto y soso. Balance: Es una película lenta, sin un argumento sólido, que asusta de a momentos si sos medio gallinacea. como esta que escribe. Que no en vano tiene momentos de tensión bien logrados pero que deja con ganas de unas cuantas resoluciones que faltan (la foto, la tabla de Ouija, etc). Supuestamente basada en un hecho real que vivió un parapsicólogo famoso que no recuerdo el nombre que participó como asesor del film. Sin embargo el único hecho verídico que dió idea a la realización del film, según el propio director, es una caja de detergente que una vez vio cómo se caía de una estantería y que fue a parar varios improbables metros lejos de donde estaba parado. Para verla cuando salga en DVD.
The Last (time I pay to see a M. Night Shyamalan movie) Airbender "El último (vez que pago por ver una película de Shyamalan) maestro aire" diría la traducción literal, que titulaba la crítica del usuario Tamisura en IMDB; y la verdad me pareció no solo gracioso sino acertado. Shyamalan fue pretéritamente un péndulo entre lo genial y lo ridículo y con su último film se recibe ya de maestro de lo segundo. Pero como no me gusta defenestrar un film y ya, diremos que tiene dos cosas muy buenas que valen al menos los casi 150 millones que le dieron para su realización: una muy buena puesta en escena, buen armado escenográfico y la fotografía de Andrew Lesnie, el mismo que se encargara de la cinematografía de El señor de los anillos. Todo lo demás es una desconcertante, pesada y aburrida trama que para peor tiene un elenco realmente insufrible. No me gusta comparar las adaptaciones porque como siempre digo, así como cada maestrito con su librito, cada director tiene su personal visión e interpretación de una historia determinada. Pero muchas veces no queda otra porque aquellos que hayan seguido la serie quedarán realmente decepcionados con este producto. Veamos, la historia se centra en un mundo donde existen maestros "manipuladores" de los 4 elementos primordiales, aire, agua, tierra y fuego, y por ende existe una nación de cada uno. El avatar es un maestro capaz de dominar las 4 fuerzas al mismo tiempo y por ello es el capaz de mantener, junto al poder lunar, el equilibrio natural de la vida. Katara, capaz de dominar el agua, y su hermano Sokka encuentran cierto día que salieran a cazar a Aang, un niño que ha pasado los últimos 100 años atrapado en el hielo y que podría ser el avatar. Por otra parte tenemos a la nación del fuego que en estos 100 años transcurridos se ha encargado de dominar el mundo con una terrible tiranía. El problema mayor con esta primera adaptación a la que se arriesga Shyamalan, es que la serie está dividida en "libros" ( temporadas si se quiere más fácil) y el director no ha podido, quizá por desconocimiento real de la historia o incompetencia si gustan, armar un film donde se haya o no visto la historia original se pueda entender qué corno pasa. Si Shyamalan no es capaz de entregar un primer libro comprensible, poco le queda a quien tome la posta (porque de haber otras adaptaciones que la continuen espero sea en otras manos) poder explicar el resto. Es una melange de escenas que a muchos parecerá sin sentido, inconexas y muy aburridas. Toda le historia del primer libro donde podíamos apreciar el crecimiento de Aang como maestro de los 4 elementos en una especie de road movie que los llevaba por distintas aventuras mientras, además, trataban de escapar del Príncipe de la nación del fuego, Zuko, acá es un rompecabezas al que hay que tratar de armar con piezas faltantes. Cuando decíamos además que el reparto dejaba mucho que desear, es porque el casting que han hecho para este film es de terror. No suelo ser muy quisquillosa en este sentido, por el contrario es bueno saber que muchos directores dan lugar a actores medianamente ignotos, pero si Shyamalan declaró que muchos de los vocablos presentaban acentos que trataran de reflejar la raza oriental ¿por qué eligió a los actores que eligió?. Ese monje "padre" que Aang recuerda de continuo, es negro, el mismo Aang parece una mezcla entre latino y oriental y Katara y Sokka, dos hermanitos germanos. Los únicos que parecen guardar una comunión de raza es la nación del fuego con tintes indúes que tienen a Dev Patel y Shaun Toub a la cabeza. Sokka, es uno de mis personajes favoritos. Un joven muchacho que tiene un carácter explosivo, por momentos un ser medio torpe y ciertamente intolerante. Un niño valiente pero que a la vez tiene el pesar de no contar con la habilidad que sí tiene su hermana y que por momentos lo hace sentirse inferior. Este genial personaje que muchas veces nos hace reir en la serie es interpretado en el film por Jackson Rathbone, el pálido y siempre hambriento vampiro de la saga crepuscular que no sabe hacer otra cosa que abrir los ojos hasta que pareciera que le van a reventar. Como último aspecto y voy cerrando porque no da para mucho más este desastre: los efectos especiales oscilan tanto como los trabajos de Shyamalan entre lo bueno y lo pésimo. Las escenas de peleas realmente dan vergüenza ajena y las partes ralentizadas o matrixadas intentan ocultar lo que no se puede ocultar... que la dirección es pésima. Asique están adevertidos. Tengan en cuenta que se estrenará en salas 3D asique si realmente quieren ver por sus propios ojos este bodrio sideral al menos háganme caso y páguen una entrada en 2D porque dan ganas de cortarse las venas con una galletita de agua. A veces cuando el río suena, es porque agua lleva!.