Existencialismo vacío y con las luces casi apagadas A todos los que vamos mucho al cine nos gusta Brad Anderson, director de prestigio en la industria americana. Principalmente por "The machinist" y un poco menos por "Session 9", dos films que mostraban a un tipo preocupado por retratar mundos donde lo sensorial y lo físico se encontraban en contradicción. Sabemos que le gusta el relato metafísico y los dilemas existenciales y a pesar de no haber dado con la nota exacta en "Transsiberian" (del 2008), tenía el crédito abierto (merced a sus antecedentes) para intentar profundizar en el cine que le gusta. Acostumbrado a trabajar con actores de peso (DJ Caruso, Woody Harrelson, Ben Kingsley, Christian Bale, Philip Seymour-Hoffman entre otros), ya nos extrañó de movida que le haya dado el protagónico a Hayden Christensen, un intérprete que sigue buscando encontrar su lugar en el mercado. Más allá de eso, nos dispusimos a ver que proponía Anderson incursionando en el suspenso de alto impacto. "Vanishing on the 7th street" no alcanza a ser una buena película, desgraciadamente. Lo que arranca bien (hay que reconocer el valor de los primeros 15 atrapantes minutos), el establecimiento del encuadre situacional, está logrado y predispone al espectador a vivir una experiencia aterradora...pero cuando la historia empieza a desarrollarse, comienza a desinflarse sin remedio: hay mucho detalle puesto en la atmósfera en la que los protagonistas están inmersos, más que en la profundidad del conflicto que los atraviesa. Anderson parte de una premisa interesante, una película de desapariciones y apocalipsis, de sobrevivientes y de esperanza aunque su intención real parece alentar un tratamiento existencial que excede las posibilidades del guión con el que trabaja. Sabemos que está movido por una idea original (la caracterización de un final para la humanidad en el cual la luz abandone este plano, donde el vacío y la oscuridad nos absorba a todos y a cada uno de nosotros de manera que nos fundamos con la fría y eterna noche del universo), el problema es que el trasfondo filosófico que se propone, no alcanza como sostén para una trama despareja y aburrida. Debutando como guionista en esta oportunidad aparece el novato Anthony Jaswinski, quien se ve que no logró acordar junto a Anderson un camino claro en el que los personajes mostraran sus miedos más arcaicos y se articularan de manera significativa para enfrentar la suerte que el destino les ofreció. Sus líneas son repetitivas, impregnadas de estereotipos religiosos y plagadas de lugares comunes. No importa cuanto esfuerzo se ponga, con ese libro lograr buenos resultados era altamente improbable. A ver, "Vanishing..." logra ese clima opresivo y ténebre que deben tener los films de este tipo. Lo tiene, conseguido por sus virtudes técnicas en el tratamiento de la imagen. La cuestión aquí es que no logra interesar al espectador por la suerte de los personajes (algo grave), ya que desde la butaca, nos sentimos todo el tiempo en alerta para encontrar pistas que nos permitan explicar el hecho en cuestión y nada nos distrae de ese objetivo. ¿Será esto porque sentimos que entender que pasa es muy importante y dejamos de lado la empatía por los sufridos sobrevivientes para prestar atención a esa cuestión? Supongo que algo de esto opera. Anderson y Jaswinski no creen que es importante el porqué están allí y nosotros, pensamos exactamente lo contrario. No podemos seguir en ese vacío de información porque sin ese contexto, no hay texto que se vuelva significativo. La historia nos trae a cuatro personas que viven en Detroit. Cierta noche, un apagón se expande sobre la ciudad, dejándola a oscuras. Esta oscuridad devora (o desintegra, o funde... o....) a la población. Hombres y mujeres desaparecen en instántes. De los cuerpos, ni rastros. No hay restos materiales que permitan saber que sucedió. Extrañamente, hay personas que siguen con vida. Conoceremos entonces a Luke (Christensen), hombre de los medios de comunicación que se encuentra en la producción de un noticiero de tevé cuando sucede el hecho. Linterna en mano, buscará adentrarse en las calles de su ciudad hasta dar con gente que haya sobrevivido al extraño hecho. Llegará a un bar abandonado y allí se encontrará con un niño (James, jugado por Jacob Latimore) y una fisioterapeuta (Rosemary, aquí la dúctil Thandie Newton) que han logrado atrincherarse en el lugar. Hay luz gracias a un equipo electrógeno y eso permite que el lugar sea seguro. A ellos se les acoplará un proyector de cine (el sujeto que cambia los rollos en las salas) herido, Paul (John Leguizamo) quien llega a contar parte de su experiencia en la oscuridad. Entre ellos se instalará la esperanza de supervivencia y la inquietud de decifrar las razones de lo que están viviendo. El problema es que son cuatro personajes para sostener casi una hora de metraje en el medio de una creciente oscuridad, poca acción y diálogos planos sin relieve emotivo. Pocos elementos e ideas para tanto tiempo... Cierro los ojos y recuerdo "Buried" de Rodrigo Cortés con Ryan Reynolds (del año pasado) y me digo: se podía hacer algo mejor. Un buen guión puede casi todo. Para cerrar, hay que decir que el film es un intento fallido por intentar conectar un ideario existencialista con una película de terror convencional. No termina siendo ni una ni la otra cosa. Encima en el climax derrapa mal y... no hay sonrisas al final al llegar los títulos de cierre. Hay decepción. Un paso en falso de un gran cineasta. No importa. Esperemos que la próxima sea mejor. Madera, el hombre tiene.
El azul de los 80 también destiñe... Con la tecnología de Traductor de Google "Los Pitufos": el azul de los 80 también destiñe... postdateiconViernes 05 de Agosto de 2011 06:22 | postauthoriconEscrito por Rodrigo Chavero | Correo electrónico La verdad, es que cuesta sobreponerse a tanto rescate de series y películas de los 80. Estaba en la butaca viendo los trailers y ví un teaser de "Top Cats (Don Gato y su pandilla)" para dentro de un tiempo... No se salva nadie. Hollywood en su afán de generar productos se sube a cualquier colectivo. Claro, siempre que haya sido probado y tenga un potencial público que pueda recepcionarlo. No recuerdo a los Pitufos en mi infancia, la verdad (no se muy bien porqué), si recuerdo la irreverencia con la que se los criticaba en su época en nuestro país. Eran una compilación de ideas básicas marcadas por un relato muy simple plagado de ternura y aventuras. El hecho de que tuvieran un solo personaje femenino era un tema... Recuerdo (no puedo olvidarlo) a Jorge Ginzburg haciendo parodias sobre el tema en sus envíos de humor y la enorme ridiculización a la que exponía la serie... Lo cierto es que "The Smurfs" era una propuesta exitosa dedicada a los más pequeños de la familia de impacto global. Se hicieron más de 200 capítulos en la NBC producidos por la histórica Hanna-Barbera (se acuerdan?) entre 1981 y 1990. Nacidos a fines de los 50' de la mano del dibujante Peyó, aquel comic franco-belga que se publicaba en un semanario fue cobrando suceso hasta que del otro lado del Atlántico se adquirieron los derechos para llevarlos a la animación muchos años más tardes. La historia era la de una aldea, poblada por pequeños gnomos, que viven en un bosque en enormes hongos (son sus casas) y los cuales enfrentan a un villano de turno que quiere robarles el secreto de su magia para beneficio personal. Aquella serie transcurría en el hábitat natural de los Pitufos. La película en 2011 no. Como todo cambia y para sostener una trama más elaborada (quizás) se los traerá a nuestra época actual y por supuesto, a la ciudad por excelencia para vivir historias increíbles: New York. Sí, sólo veremos al inicio unos minutos la aldea donde viven y luego, accidentalmente, algunos de ellos (los más taquilleros, por supuesto), abrirán un portal y terminarán en la Gran Manzana. Gargamel (Hank Azaria), un villano limitadísimo y su gato Azrrael han atacado su poblado y ahora también los siguen en su lugar de llegada: no van a parar hasta dar con ellos. Dentro del team de los visitantes, papá Pitufo será el encargado de pensar una eficaz manera de volver a su mundo, restituyendo el puente mágico. Pero hasta que eso suceda, deberán sobrevivir a la dura Nueva York de estos días... No podrían hacerlo sin la ayuda del joven matrimonio conformado por Patrick y Grace (Neli Patrick Harris y Jayma Mays), quienes son sorprendidos por la invasión de seres azules a su vivienda. Grace se lo toma mejor, Patrick no tanto, pero lo cierto es que ayudarán al grupo a que reúna los elementos necesarios para volver a su lugar de origen. Todo esto mientras por supuesto, Gargamel los persigue afanosamente, sin éxito, por supuesto. El guión debe tener dos ideas sobre la que giran los conflictos y poco más. Creo que ni los chicos mayores de 6 pueden disfrutar del film porque su target de edad es más bajo, presentando un humor físico (de golpes, empujones y caídas) que no hace reir a nadie, excepto a quienes cursan el jardín de infantes. Está bien, hay algunas escenas locas (por ejemplo cuando Patrick y tres Pitufos cantan "Rock this way" en el Guitar Hero sobre la pista original de Aerosmith, la más original de la película) pero la trama es elemental y desteñida. "Los Pitufos" apunta a dejar un mensaje positivo en cuanto a los valores que debe tener un buen jefe de familia y al valor del trabajo en grupo pero...La verdad es que lo hace con crayones. No creo que se haya usado siquiera tinta al imprimir el libro. Hay una cuidada 3D y una buena banda de sonido, eso sí. No mucho más. Es uno de esas cintas que lamentamos haber visto, sinceramente. Ya saben, yo no me escapo del cine infantil (y no lo haré por unos cuantos años) así que estoy ducho en el tema: no es una buena película. El público adulto la sufrirá bastante. Sí es alternativa si tienen chicos en edad de educación inicial. En ese caso, ellos, al menos, saldrán de la sala satisfechos. No ustedes, por supuesto.
Psicoanálisis y desarraigo en clave de romance Es riesgoso trabajar con figuras muy populares de la televisión. Si bien a priori parecería que facilta la manera de encontrar productores y canales de distribución, lo cierto es que el espectador viene con mucha "información" sobre los modismos y posturas que estos actores usan en aquel medio masivo y entonces, es difícil apreciar (con algún atisbo de objetividad) si lo que hacen en cine está bien o repiten estereotipos de sus programas diarios o semanales... Es un desafío profesional para ellos encontrarle la vuelta entonces para despegarse de lo que hacen habitualmente y ofrecer una interpretación distinta que los perfile como actores en serio. Para muchos, la televisión es un género menor (no es mi opinión, pero es la de muchos). "Güelcom" es el segundo largo de Yago Blanco. El anterior, no lo ví ("Los Domingos son para dormir"), creo que no tuvo estreno comercial, pero el hombre tiene experiencia detrás de las cámaras y muchas ganas de recrear desde aquí, el clásico estilo de las comedias románticas de molde (bien norteamericanas). Soñó con un elenco importante y pudo contar con él y ha sido apoyado por una interesante campaña en la red llamada "volveriasaenamorarte.com" donde algún opinólogo/a aconseja a quienes dejan mensajes sobre cómo resolver situaciones conyunturales del corazón... Simpático no? Con toda esta data me dispuse a avanzar sobre "Güelcom", sin olvidar que (fusílenme por esto!!) yo tengo debilidad por este género. Es uno de mis favoritos y entonces era fácil entusiasmarse con los avances del asunto... Bueno, dí con un producto honesto, desparejo y que no colmó mis expectativas. Válido, desde algún punto (la fundamentación, al final), pero lejos de lo esperable para la expectativa puesta en él. Mariano Martínez es Leo, joven (o bueno, no taaan joven), psicólogo de profesión que sufre por un amor que se fue. Hace cuatro años, Ana (Eugenia Tobal) dejó Argentina, buscando otros horizontes. Ellos convivían y tenían una relación que parecía sólida pero algunas diferencias de fondo y sobre todo, la indecisión de Leo de acompañar a Ana en sus proyectos, terminaron por separarlos. En este presente, los amigos comunes de ámbos se preparan para casar a otra pareja de argentinos que vive en Ibiza y regresa a visitarlos por unos días. Estos tres "exilados" regresarán a ver a su gente y de paso, a celebrar con una gran fiesta aquella unión que se consumó en España y en la que los de aquí no fueron partícipes. Dentro de este grupo, encontraremos un fauna comandada por el comediante Peto Menahem (Javier), Maju Lozano (su esposa, Andy) y Eugenia Guerty (la amiga soltera, Sol). Todos serán satélites de la historia que buscarán complementar la pareja central, jugada por Martínez y Tobal. Ah, Ana llega con novio español (Oriol, jugado por Chema Tena) y su estadía será sólo de una semana, ese será el tiempo que tendrá Leo para reflexionar sobre lo que pasó con esta distancia y operar para recuperar el amor de su ex. Hay un segundo grupo de secundarios que también intentan ponerle color al relato (el psiquiatra que juega Gustavo Garzón, el paciente guitarrista de Nicolás Condito, la seductora y sexy psicoanalizada Agustina Córdova, quien busca hacer trastabillar el profesionalismo de Leo), pero ninguno logra el timming necesario (ni el clima) para lograr un buen ensamble de personajes. Sabemos en que toda comedia romántica hollywoodense (a la que "Güelcom" mira con respeto) los amigos de la pareja en cuestión son fundamentales para sostener el andamiaje de la trama. Deben ser ocurrentes, tiernos, accesibles y... tener líneas coloridas para enriquecer y distender la atmósfera amorosa que juegan los protagonistas. En ese sentido, hay esfuerzo (Lozano y Guerty son las abanderadas del sacrificio), pero el libro que el mismo Blanco y Diego Nuñez escribieron no les da mucho vuelo. Falta humor y con eso, mucho no se puede hacer. Tobal y Martínez ofrecen actuaciones distintas. Mientras que a Tobal el traje le calza como un guante y puede mostrar que es una actriz versátil, a Martínez le pusieron las ropas de un psicólogo demasiado locuaz (o a veces, extrañamente silencioso) para el que no da el perfil. La historia la cuenta Leo (es un relato enmarcado), por ende mucha de la carga interpretativa se diluye en sus artificiales parlamentos (hay una tendencia a llenar el aire con frases extensas que no conectan con lo que se está contando, excepto hacia el final). No es culpa del actor, quizás hubiese sido preferible esperar al primer elegido por el director, Juan Gil Navarro (quien no pudo por problemas de agenda) o pensar en otro tipo de profesión y parlamentos para el héroe televisivo de "Los Unicos". Lo cierto es que no hay mucha química en la pareja y esto tampoco ayuda. O sea, tenemos los elementos de la estructura, pero no la solidez esperable en cada columna de la misma. A favor de Blanco hay que decir que la apuesta por bucear en el análisis de los hechos que motivan a los argentinos se vayan del país es válido. El director quiere dejar en claro que piensa sobre el tema con una colección de diez inteligentes máximas que definen el hecho, algunas mortalmente ciertas y otras tantas más discutibles, pero todas son creíbles y han sido escuchadas por nosotros, miles de veces. El tratamiento que todos los personajes hacen del tema del irse a vivir al Primer Mundo (Europa, precisamente), está bueno y es de lo mejor del film. No es "Made in Lanús", no, pero suma. Creo que para hacer buena comedia romántica, hay que hacer mucha comedia romántica. No aprenderemos la fórmula mágicamente. Habrá que trabajar mucho para lograr productos que estén acordes a los estandares de calidad del género. Y también pensar que hay que darle un tinte regional nuestro, único y particular al producto. Una vez leí a Graciela Borges hablando de la gran cantidad de cine que se filma en nuestro país en estos tiempos que corren y ella decía que para que hubiera diez, o quince películas argentinas buenas cada 365 días, había que producir unas doscientas por año. Me parece que para hacer este género bien, hay que intentarlo muchas veces. Por eso, apoyamos "Güelcom" y saludamos su estreno, más allá de los errores, se hace camino al andar...
Ácida y abrumadora historia de vida "Barney's version" es la adaptación cinematográfica de un best seller candiense muy laureado. El libro en cuestión fue escrito en 1988 por Mordecai Richler y es recomendado por abordar, además de una historia de vida colorida, características de la cultura canadiense particulares en los últimos treinta años. Richler es judío y dueño de un estilo irreverente que hace recordar a los mejores de su escuela y en este, su trabajo más conocido, reflexiona con acidez sobre sucesos que definen a la sociedad de ese país y subrayan su particular modo de vida. Para esta llevar este desafio adelante la industria buscó a un director de amplio currículum en televisión (Richard J Lewis) y se procuró generar un guión confiable a la altura de la popular obra. Es ahí donde buscó apoyarse la adaptación de Michael Konyves, lineal y fiel a la magnética personalidad de Bareny, aunque sin los sabrosos regionalismos que no pudieron encontrar espacio en la pantalla grande. La esencia y espíritu de la obra está. Paul Giamatti la trae. Sin él, no estaríamos hablando de "Barney's version". Ganador del Globo de Oro este año por este protagónico, el veterano y talentoso norteamericano sostiene con su gran actuación una película que de otra manera habría caído fácilmente en el olvido. Conocemos a Barney (Giamatti) en la actualidad. Es productor de televisión en Canadá, tiene 65 años y le gusta beber. Siempre quiso ser escritor, pero la vida lo llevó por otros caminos. En este momento del camino, tiene un buen pasar y muchos problemas matrimoniales, de hecho, está separado de su esposa, Miriam (Rosamund Pike) y muy enojado con la situación que le toca vivir. Barney, digamoslo claro, no es un buen tipo. Sus actos no son los que nos inflan el pecho ni nada parecido. Más bien, están unidos a nuestro lado miserable, ese que no nos gusta ver y el que actúa muchas veces cuando nos sentimos frustrados o desesperanzados. Es un hombre normal, astuto (el film siempre marca con claridad que su olfato laboral lo deposita en el camino correcto) y políticamente incorrecto. No le gusta aparentar y vive como lo siente, lo cual hace que coseche antipatías serias que le juegan en contra durante toda su vida. Mientras toma un whisky en un bar, un polícia le obsequia un libro autografiado. Eso presenta la historia. Años atrás, Barney estuvo implicado en la desaparición de uno de sus mejores amigos y para este oficial (el detective O'Hearne, jugado por Mark Addy), él fue responsable de su muerte. Pero el cuerpo no apareció y sin él, el presunto delito no pudo ser probado. Por ende, O'Hearne escribió una novela policial para contar su hipótesis. Molesto con esto, Barney reorganizará algunos recuerdos y tendremos su versión de los hechos, que desgranarán muchos episodios significativos de su pasado, con gran detalle. Desde sus años mozos hasta el fin de sus días. "Barney's version" es una historia de vida que atraviesa tres décadas con flashes que van mostrando cómo el protagonista se fue transformando en quien es actualmente. Digamos, en su favor, que no tuvo una existencia fácil. Se casó tres veces, estuvo implicado en un asesinato, es ícono de la televisión canadiense... Giamatti compone un gran papel y se calza sus mejores ropas: llena la pantalla a lo largo y a lo ancho todo el tiempo. Donde no aparece él, el film se cae. Sin él, me habría ido antes de la sala, sin dudas. Algo sucede con el interés que la trama presenta, que si no te identificás con ella, se hace tediosa. A pesar de lo bien que trabaja Giamatti, hay una extensión innecesaria en algunos tramos del relato que cansan al espectador. Hay mucha carga abrumadora en los actos de Barney por lo cual, tenerlo tanto tiempo como rol central desgasta los puentes que conectan con el interés de la audiencia: si es un mal bicho y encima la historia se hace larga, la atención se va perdiendo. Eso sucede aquí. Promediando el metraje, miré el reloj y había pasado una hora. Me restaba otra y quince minutos más para el cierre... Uno nunca controla el tiempo cuando la está pasando bien. En general, si el goce es intenso, volvés a la realidad cuando se encienden las luces. Quizás lo tortuoso e incómodo de algunos tramos de la vida de este hombre no sean algo que uno quiera ver. Al que si hay que prestar atención es a Dustin Hoffman haciendo de su padre. Enorme actuación secundaria, cuando los dos (Giamatti y él) están en escena, el film vibra y atrae. Desgraciadamente, eso no sucede muchas veces. Al menos, no las que hubiésemos deseado. No es una mala película "Barney's version", debemos decir. Es correcta, está bien filmada y mejor actuada. Pero no me cerró. No se si definir si fue así por una cuestión de piel. De hecho, amé "Sideways" (del mismo protagonista) y lo tengo entre mis actores favoritos pero... Hay en "Barney's version" mucho drama moral (supongo) y no siempre está bien dosificado su devenir. Su acidez a veces va más allá de lo tolerable y me nace pensar que no todo se puede tapar con grandes actuaciones. Una cinta debe lucir equilibrio entre todos sus factores, sin olvidar que su objetivo principal debe ser entretener al público. Por alguna razón siento que aquí, eso está logrado a medias. No es de las películas que volveré a ver ni de las que recomendaría, aunque no niego sus valores y la calidad de sus intérpretes. Está en ustedes decidir si le dan una oportunidad o no...
Abrams homenajea al cine de los 70 "Super 8" es un film particular. Nació de un proyecto de JJ Abrams (hombre de la televisión -el escritor de "Lost", básicamente) que encontró rápido eco en Steven Spielberg, quien la produjo. Sabemos por la prensa que los dos compartieron el set de filmación en varias oportunidades y que la pasaron realmente bien durante el rodaje. Viendo el producto final, es evidente que su buena relación ha operado para que esta sea una más que interesante y atrayente cinta de suspenso que homenajea a un nutrido conjunto de elementos que el clásico cine de aventuras setentoso poseía en cantidad. Es raro en estos días ver algo así, estamos (mal) acostumbrados a deglutir productos de ciencia ficción en formato digital plagados de efectos que desnaturalizan cualquier atisbo de contar una historia decente. "Super 8" bucea en un formato ya probado en esa lejana época (las películas de niños que enfrentan situaciones extraordinarias) y busca instalarnos en ese momento histórico a través de una gran fotografía y un encuadre tradicional y pausado, a contramano de cómo se filma hoy. Se toma el tiempo necesario para construir suspenso sugiriendo antes que mostrando, adoptando una postura casi abandonada por el cine actual. Abrams no necesita animaciones digitales para impresionarnos: la historia de a ratos tiene un clima que mete miedo y eso, es su mérito (el también la escribió). Está bien que toma inspiración en la escuela de Spielberg ("ET", "Close encounters...") en cuanto al impacto que tiene lo sobrenatural sobre gente corriente, pero aquí su particular manera de escribir (su sello personal) instala un escenario empático inmediato que atrae nuestra atención. Sin dudas pocos cineastas podrían haber salido bien parados con este guión, no es una historia que cualquiera podría dirigir... O producir. Claro, aquí el posicionamiento siempre parece haber estado claro. Corre el año 1979 y estamos en un pueblito de Ohio. El verano llega y con él, el tiempo para los proyectos postergados. Un chico del lugar, Charles (Riley Griffiths), está cerrando un corto que hizo sobre zombies para un festival de cine alternativo. Ha reescrito una escena y convoca a un par de amigos a rodarla en las cercanías de una estación de tren. Uno de ellos es Joe (Joel Courtney), quien recientemente ha perdido a su madre y lucha para superar su dolor y salir adelante. La idea de ir tarde a acompañar a Charles no lo entusiasma, pero cuando se entera de que el rol femenino lo hará Alice (Elle Fanning, la hermana de Dakota), aceptará. Ella es una de las más bellas y talentosas alumnas de la escuela, así que bien vale la experiencia. Junto a algunos compañeros acuerdan juntarse a medianoche para grabar la toma restante. Con el equipo técnico instalado (estos chicos tienen 12 años eh!) y en el medio del rodaje, presenciarán una violenta colisión entre un camión y un convoy (formación ferroviaria) que transitaba a esa hora por el lugar. El accidente es tremendo y ellos son testigos de una situación que no deberían haber presenciado (no es precisamente un hecho fortuito). Algo extraño viajaba en uno de los vagones por lo que a poco del luctuoso incidente, militares comienzan a llegar al lugar en gran cantidad. Los chicos lograrán escapar, pero las consecuencias de lo que esa noche sucedió afectarán sus vidas y las de los habitantes de su pueblo. La fuerza aérea tomará las riendas de control del lugar para encontrar algo que perdió durante el choque... y no se detendrá hasta encontrarlo... Es, en pocas palabras, una historia de suspenso. No simple. Está atravesada por un coqueteo con varos tópicos como el romance, la amistad, el drama y la ciencia ficción. Abrams da dos pasos y está homenajeando a alguien de aquella época, ya sea, George Romero (en todo lo que tiene que ver con los zombies, sino miren el poster que hay en la habitación de Joe), su amigo Spielberg (la banda de chicos parece extraída de "The Goonies") e incluso, él mismo (con la referencia a "Cloverfield" de la que fue productor, visto en la manera en que se encara el enigma de la criatura). Lo que es cierto, también, es que esa oscilación entre los diferentes componentes que van desgranandose no se ensamblan para generar cohesión de manera natural. Y en ese sentido van las críticas de los cinéfilos: a veces cuesta definir "Super 8" porque es una mezcla extraña y lo virtuoso de su remix retro a veces suma confusión en vez de claridad. Por otra parte, la película vira de tomas de alto voltaje emotivo (donde se luce una Fanning sorprendente) en las que se reflexiona sobre lo familiar a otras donde remite al terror de lo oculto (tipo "Halloween" de esos años), con las desapariciones de los habitantes del pueblo, por ejemplo. En ese sentido, es extraña la alquimia que opera en esta construcción, a muchos puede no gustarle pero en general el interés no decae a lo largo del metraje. Excepto en el cierre. Ahí mucho de lo bueno que nos atrapaba tiene una resolución que no hace justicia al trabajo previo de la cinta. Pero bueno, nadie es perfecto. Si buscan una película distinta, (parece filmada realmente en los setenta con la técnica que se la trabajó) esta es una muy buena opción. Quizás no se sientan del todo cómodos los seguidores del género más estructurados, pero seguramente sí lo harán quienes se dejen sorprender por estilos y climas de narración poco convencionales. Abrams se va perfilando como un tipo al que hay que seguir cuando hace cine. Alentador y cautivante estreno para esta semana.
El amor desde diferentes edades No voy a hablar de Steve Carell porque seguramente ya habrán visto uno o más de sus films en estos últimos años. Es un comediante talentoso, sutil, inteligente y con pinta de tipo bueno. En Estados Unidos lo aman. Incondicionalmente. A mí en particular, excepto en "Dan in the real life" y "Little miss Sunshine", nunca me pareció un actor al que tuviera que prestarle mucha atención. No veo "The office", su mayor éxito televisivo (además de haber conducido "Saturday Live Night" un par de temporadas allá por el 2005), y no me muero cuando algo suyo se estrena. Por ende, fui al cine a ver una nueva comedia romántica (intuía que parecida en cierta manera a "Date night", no se porqué) sin mayores expectativas que las rutinarias. Grave error. No miré el casting en la ficha de prensa (volví hace poco de mis vacaciones y estoy un poco vago, reconozco), pero cuando empecé a ver el film me sorprendí por lo bien elegido que está en "Crazy, stupid, love". No es usual que uno vea una película donde cada actor esté exacto en su lugar. Pero es así. Teniendo un seleccionado de talentosos como este, la tarea de ensamblar una historia coral sobre el amor intergeneracional era un gran desafío. Rol que tuvieron a cargo los directores de "I love you, Philip Morris", Glenn Ficarra y John Requa. Partiendo de un buen guión pensado por Dan Fogelman (quien viene de escribir cine para chicos, como "Cars", "Tangled", "Bolt", etc) se animaron a pensar una comedia romántica poco tradicional que recuerda, lejanamente a las clásicas del género con el sello británico (se me viene a la cabeza, "Love actually"). Aunque no sería justo compararla con otras cintas que transitan caminos similares porque justamente, "Loco y estúpido amor" está estructurada para ser algo distinto. Es una película donde todas las historias que se juegan interesan, con la misma intensidad. Hecho curioso y alentador. Cal (Carell) es un correcto padre de familia. Tiene tres hijos y una bella esposa (Emily, jugada por Julianne Moore) y vive sus cuarenta en una letanía peligrosa. Ya en la primera escena, al verlo sentado en el restaurant con sus viejas zapatillas nos damos cuenta que algo está mal. El matrimonio ha salido a cenar como tantas otras veces pero cuando llega el momento de pedir el postre, Emily estallará en un pedido de ruptura formal: quiere el divorcio. Cal no reacciona bien, apenas entiende el hecho, pero baja los brazos inmediatamente, se tira del auto (!!) en el regreso a casa al saber que su esposa le fue infiel y acepta darle la separación. De la noche a la mañana se transforma en un hombre derrotado por la vida. Sus amigos lo abandonan y debe mudarse a un pequeño departamento mientras intenta entender que sucedió. Lo más fácil sería hablar con Emily, pero para este Cal, eso parece una posibilidad vedada. Bebiendo en un bar dará con un seductor de aquellos, Jacob (Ryan Gosling), joven, simpático y con dinero (digno de envidia para todo hombre!) quien se conmoverá del infortunio de Cal. Claro, él se casó muy joven con Emily (a los 17, para ser más precisos) y su vida fue lineal, siempre. Siempre amó a su mujer, con lo cual pensarse en un rol distinto lo abruma desde el inicio. El galancito le explica que si quiere rehacer su vida y mostrarle a su ex que ella se equivocó, debe cambiar. Integralmente. Su imagen física, su manera de vestir, su conversación. Bah, ser otro. Y si bien a nuestro despechado protagonista le cuesta, una vez que entiende cómo funciona el juego, la maquinaria volverá a funcionar, para sorpresa de todos en la familia... Pero "Crazy, Stupid, Love" no es sólo la historia de Cal y Emily. Hay varias subtramas más vienen creciendo con el relato de manera paralela (el interés amoroso de su hijo por la niñera, el affaire de su esposa con su compañero de trabajo, la elección amorosa de "Hanna Banana", etc) y que el guión va emparejando hasta fusionarlas con gran solidez. Lo que arranca como previsible (una historia de reencuentro y crisis matrimonial, de las que vimos cientos), va mutando en una película coral donde cada personaje tiene algo que aportar y es valioso por si mismo, independientemente de como afecte al dúo protagónico. Hay diálogos muy divertidos y reflexivos para pensar el amor en todas las edades y también mucha emoción al ver el derrotero de Cal para salir de su letanía y movilizar algo nuevo en su entorno. Una nota especial para los secundarios Jonah Bobo (Bobby, el hijo de Cal), Marisa Tomei (Kate, una maestra singular) y Liza Lapira (Liz, la amiga de Hannah, genial). Todos traen una simpatía que desborda la pantalla. No sólo sonreimos bastante, nos emocionamos mucho también (ya verán las reacciones en la sala). Hay una química especial en este elenco que la distingue claramente de las demás de su especie: hay humor y sentimiento por partes iguales y eso es algo para celebrar. Finalmente, Carell y Moore generan una complicidad enorme con el espectador y sostienen el marco romántico necesario para que los demás jueguen a sorprender al público en cada vericueto del guión. Son dos grandes y su oficio les permite componer dos seres en conflicto que conectan con la audiencia logrando una identificación inmediata. El público adulto disfrutará mucho de verse reflejado en algunas conductas de estos personajes. "Crazy, stupid, love" es una de esas películas que uno no quiere que terminen, porque la esta pasando realmente bien. Me gustó, se dieron cuenta no? Me parece que es bastante interesante para provenir de donde proviene. Lo que no es poco. Podría criticarse que algunas piezas del rompecabezas no calzan justo si pensamos a la trama como una unidad pero, sería pedir demasiado. Hay que saludar y acompañar en la taquillas las buenas películas. Las que entretienen con honestidad y buenas ideas. Eso es lo que aquí hay. Altamente recomendable para todo tipo de público.
El último vengador se prueba las ropas Cada vez que tengo que escribir sobre una película basada en el cómic, muchos de mis lectores miran con lupa lo que decimos para resaltar nuestro desconocimiento del género, cosa absolutamente cierta. Nunca me interesaron las historietas ni tampoco las coleccionaba de chico, asi que estoy para el paredón de fusilamiento al hablar sobre "Captain America". Tengo todas las de perder. Me declaro culpable y acepto que no soy un especialista en el tema, pero eso sí, he visto mucho cine y se distinguir cuando un producto es bueno y cuando no. Este primer (aunque último en ser presentado) "vengador" de la escudería Marvel era uno de los más controversiales, por ser emblema de los valores americanos en su máxima expresión. Ser pro-yanqui no es políticamente correcto en estos tiempos posmodernos y globales que vivimos, con lo cual hay que prestar atención al hecho de que los guionistas tenían una dura tarea por delante: convencernos de que este Capitán América protege al mundo libre, y no sólo al país que lleva en su escudo. Menuda tarea. Antes de seguir adelante, es bueno recordar que en 2012 tendremos "The avengers". En este producto encontraremos a varios de los más taquilleros hijos de la factoría. Pero para llegar a ella, Marvel tuvo que ir presentando las historias individuales de cada superhéroe, de manera de que el próximo mayo la pantalla grande estalle con un film que protagonicen Iron Man (Robert Downey Jr), Thor (Chris Hemsworth), Black Widow (Scarlett Johansson) y Hulk (Mark Ruffalo), entre otros. Creo que de todas las historias que vimos en este universo, la del Capitán América, nada menos, es la más pobre de todas, siendo la más anodina y aburrida de todas las presentadas hasta aquí. No voy a hacer hincapié en la cuestión idelógica que sustenta al personaje. Es nefasta, ya lo sabemos. Tampoco voy a dedicar tiempo a reconocer el trabajo de Christopher Markus y Stephen McFeely (quienes adaptaron varias "Narnia" y trabajan juntos desde "The life and death of Peter Seller", largo para la televisión del 2004). Por mucho empeño que hayan puesto, el film es una sucesión de lugares comunes que intentan compilar en pocos minutos, la odisea del Capitán América de haber luchado en todos los frentes contra el nazismo (en aquellos lejanos años 40) y los hombres de Hydra, enemigos principales y auténticos villanos del superhéroe en cuestión. No percibo un buen desarrollo de ideas, sino una apresurada sucesión de eventos de corte bélico que desembocan en una construcción lineal y predecible. Nada que sea original y encima, hasta soporífero en alguna de las secuencias donde nuestro soldado no está lanzando su escudo a diestra y siniestra. Lo extraño es que Joe Johnston (el director) sabe mucho del tema (la aventura es su especialidad) y sin embargo, su experiencia no pesó a la hora del balance final. A ver, la historia es la de un débil hombrecito llamada Steve Rogers (Chris Evans) que quiere ir a la guerra. No le importa cómo, pero siente el llamado. Su padre fue soldado y su madre enfermera y él quiere seguir la tradición familiar. Pero tiene problemas físicos que hacen imposible su alistamiento en la fuerza. Cierto día, accidentalmente da con un prestigioso científico, el doctor Erskine (Stanley Tucci), quien le hace una tentadora propuesta: probarse en el ejército y entrar en un programa experimental. Rogers acepta y luego de una temporada entrenándose, se le da la oportunidad de someterse a un suero que podría modificar su estructura genética y transformarlo en un Super Soldado. El tratamiento tiene efecto y Rogers cambia completamente su físico acorde a lo que uno espera de un súper héroe. En esa vuelta, él tomará contacto con una hábil y seductora agente del servicio británico, Peggy Carter (Hayley Atwell) y conocerá al verdadero enemigo detrás del enemigo. Hitler ha formado una división de investigación genética con fines militares y eligió para conducirla al sanguinario Johann Schidmt (Hugo Weaving), quien ha dado con una fuente de energía que le permitiría ser más poderoso que el mismo Fuhrer. Está construyendo bases y armamento sofisticado y posee una tecnología de avanzada para la época. Será tarea del Capitán América evitarlo, pero antes de eso lo veremos transitar los terrenos europeos como animador de las fuerzas aliadas en el frente de combate (homenaje al auténtico origen del sujeto....Recordemos que el verdadero fin de la historieta era enfatizar el patriotismo y levantar la moral estadounidense en lo duro de la contienda - Segunda Guerra Mundial, por supuesto-) El film se ríe un poco de la imagen pro-americana en esas secuencias musicales donde trata de ridiculizar el mensaje frontal que refiere su vestimenta y escudo, pero no logra convencernos. El resultado final es mediocre y no logra cumplir el objetivo de entretener a lo largo de sus 124 minutos, lo cual es alarmante teniendo el presupuesto con el que se contó. Hay mucho tiempo dedicado a caracterizar personajes que no terminan de cobrar vuelo (los secundarios principalmente) y el peso de la trama recae sobre los hombros de Chris Evans, por desgracia. No es que tengamos nada contra él, nos parece simpático, de hecho. Pero no logra transmitir la intensidad que la envergadura de su rol merece. Su lenguaje corporal es pobre y sus líneas no lo ayudan demasiado. Algunos cables que le tiran Tommy Lee Jones (como el coronel Chester Philips) y Hugo Weaving intentan sacarlo de la letanía, pero es inútil. Es un personaje "plano". No tiene casi conflictos interiores (como los de Tony Stark, por ejemplo) y su transitar por las escenas donde no combate es... intrascendente. Esperemos que mejore, de cara a lo que viene (dicho sea de paso, "Los Vengadores" está ya en rodaje). "Capitán América" está plagada de efectos visuales aceptables, tiene una atmósfera retro cuidada y una buena banda de sonido pero la línea que eligieron para abordar su historia no permitió que sus guionistas entregaran un producto acorde al héroe que tantos seguidores tiene. Hay demasiada carencia de profundidad en la construcción de los lazos que sostienen la trama y todo es demasiado elemental y sin sorpresa. Aunque, si les gusta el cine de acción y aventuras, quizás salgan satisfechos. Yo me aburrí mucho. En mi defensa, me encantaron las Iron Man, X-Men y The Green Hornet, asi que no pueden decir que no tengo empatía cinéfila con el género. Pero esta no. Sólo para espectadores interesados en el despliegue visual y fans de las historietas. El grueso del público que no es de ese palo, debería analizar si merece el precio de la entrada en estos inflacionarios días que corren...
Kiarostami certifica el valor de su cine El iraní Abbas Kiarostami es un artista integral. No sólo dirige cine, sino también hace poesía, instalaciones y fotografía. Su estilo es muy particular, posee una perspectiva estética única y singular que le permite abordar múltiples ángulos de una historia desdibujando lo obvio y entrelazando diversos niveles de mensaje con llamativa naturalidad. Y si esto fuera poco, muchas de sus historias más impactantes poseen una alta carga metafísica y/o intelectual ("El sabor de la cereza", "El viento nos llevará", por ejemplo) que no se ve habitualmente en nuestras salas. Es uno de esos sujetos que siempre sorprenden, aunque es válido decir que algunos de sus films requieren del espectador cierta atención para decodificar emociones, estados, ideas y secuencias. Kiarostami compone su trabajo atendiendo a una lógica que el público debe descubrir si quiere disfrutar la película. No es cine fácil ni accesible (aunque tampoco es tan difícil como otros de su escuela), pero si requiere una cierta predisposición que hay que tener a la hora de degustarlo. Eso hace que tenga, como muchos genios, detractores que lo defenestran y furiosos simpatizantes por cantidades iguales. "Copie conforme" es su última cinta. Parte de un guión que, como él mismo dice, va cobrando vida a medida que se indaga sobre las concepciones que le van surgiendo durante la preproducción y el rodaje... Junto a la conexión que sus actores establecen con sus personajes y el feedback que entre ellos se da. Digo esto porque la mayor dificultad que tendrán los que se "inician" en Kiarostami con este película será entender cómo se estructura la realidad que estas dos personas viven y que escenario temporal atraviesan. Esa aparente "confusión" que el espectador tiene es absolutamente deseada por el director. Dentro del terreno que maneja con soltura el hábil iraní, los sujetos que se vinculan aquí nunca estarán expuestos a una realidad estática y mundana. Por el contrario, serán originales y copias (a la vez) de un registro que se disfraza en los sugerentes diálogos que pueblan de misterio la relación entre los protagonistas. Este film en particular de Kiarostami sembrará de cuestionamientos a su público y fomentará debates entre los que quieren cotejar sus impresiones con la de otros, para iluminar los supuestos oscuros de un paseo de verano en la Toscana italiana que a todos nos representa algo distinto. La película abre con una presentación. Un famoso escritor inglés, James (William Shimell) está en Italia promocionando su último trabajo "Copia certificada". En él, habla sobre la importancia de las reproducciones que hacen quienes se dedican al arte y cómo la gente subestima el valor de quienes hacen copias. En su discurso, James verá a una inquieta Elle (Juliette Binoche), que desde la primera fila, escucha parte de su alocución mientras se distrae con un niño que va y viene por la sala. Elle le da al representante de James un papel con su dirección y teléfono y le dice que está abierta a encontrarse con el hombre de letras, tener una cita con él. Acto seguido, los vemos a los dos encontrandose para salir. Elle es una mujer llena de engimas, es francesa y trabaja en una galería de arte. Hasta ahí sabremos de ella. Así es que esta pareja saldrá a recorrer la deliciosa Toscana al sol, en verano. Aunque tratandose de Kiarostami no piensen que será una simple historia de amor... Ya al llegar al pequeño poblado italiano elegido para la excursión, veremos como algunos pilares de la convención entran a desdibujarse. Para empezar, el lenguaje formal. Se habla italiano, francés e inglés. Se combinan, de acuerdo al dramatismo o la circunstancia escénica. Interesante. Luego, lo visible, (Elle se siente muy atraída por James) comienza a cambiar. Y lo que parecía previsible termina por dar un vuelco. Pero no queremos anticipar más, creemos que "Copie conforme" es una película sobre el valor de lo auténtico. De lo que se ve como real y lo que se juega a serlo. En este universo de bellas imágenes que pueblan la cinta, el prestigioso y veterano Abbas desarma el vínculo que sostiene la trama, varias veces. Pone el lente para hacernos cómplices de diálogos ricos y ásperos que describen momentos, imaginarios o concretos, de la relación que James y Elle tienen. Y son, absolutamente absorbentes. Binoche está magnífica. Pasa por todos los estados de ánimos imaginables en una situación con la que se presenta, con gran soltura. Su actuación es de las mejores de su larga carrera, cosa que no sucede con el debutante Shimell, quien es cantante lírico y se le nota bastante en el juego que propone Kiarostami: su inglés es demasiado duro y frío para la intensidad del relato. Quizás ese sea el punto más flojo de esta enorme película, un actor de mayor experiencia le habría puesto una piel más interesante que la vista en pantalla por el popular vocalista británico. Pero más allá de ello, hay que volver a decir que esta no es una película directa o unidimensional. No, aquí hay mucho por hacer para seguir las pistas que el relato propone si se quiere entender la auténtica intención del director en este trabajo. Creo que una buena opción es verla más de una vez. De hecho, yo la ví dos para poder escribir sobre ella. La primera vez quedé impactado por la historia y la segunda pude hilvanar otros conceptos que son valiosos en esta cinta y que pude ir descubriendo al volver a verlos. Si les gusta el cine de calidad, esta es su película de la semana. Arte en estado puro.
Carrey prueba nuevas mascotas Hace tiempo que tenía ganas de ver algo de Jim Carrey. Como muchos actores de la industria, su carrera alterna enormes éxitos y fracasos estrepitosos. Siempre lo consideré un dotado (para la comedia eh!) y me sorprendí cuando le puso su corazón a "The Truman Show" y a "Eternal Sunshine of the Spotless Mind", impecables ámbas. No lo veía un sujeto versátil, si un magnífico showman, sagaz y delirante cuyo fuerte eran las expresiones faciales y los matices de su tono de voz . Por ende, verlo como actor serio fue todo un viaje... Lo cierto es que Carrey llegó a la fama, haciendo películas para la familia. Su CV incluye dos taquilleras cintas, entretenidas y en las que él sobresalía por su marcado histrionismo. Hablamos de "The mask" y "Ace Ventura: Pet detective". El hombre tiene cualidades para este género, sin dudas. Es cierto que probó incursionar por otros (por ejemplo con "23" o "The Majestic"), aunque todos estos productos restaron más que sumar (desde todo lugar). A la hora de sacar la calculadora, este comediante tenía que retomar la senda de lo seguro y eso es lo que hace con "Mr Popper's penguins". Cuando Carrey se juntó con Mark Waters (el director), siempre tuvieron en claro la dirección que el film tendría. Nada de dobles lecturas, humor simple y directo, menos morisquetas que en la versión full del capocómico (ustedes saben a lo que me refiero) y un sólo objetivo: entretener. Hacer una película simpática y nada más. Dirán... y eso, no es fácil? Bueno, conociendo al protagonista les diría... No. No lo es. Hay una tendencia a la sobreactuación en él que conspira contra películas que potencialmente podrían ser mejores, si bajara un poco su registro...Carrey es un actor que desborda a los responsables de cualquier producción por su carisma y personalidad. Si no le marcan bien la cancha, él termina haciendo lo que le parece de cualquier película, lo cual, la mayor parte de las veces, no funciona ("The cable guy", por ejemplo). Waters tiene bastante claro su trabajo (y una trayectoria interesante en las que encuentro las divertidas "Freaky Friday" y la romántica "Just like heaven" como las más rescatables) y acompaña mucho a su actor en la construcción de su rol. Cuando vemos la cinta sabemos, que Carrey está "contenido". Eso, favorece el desarrollo de "Mr Popper's penguins" a todas luces. La vida moderna demanda mucha energía y cuando uno es ejecutivo de ventas, mucho más. El señor Popper opera un negocio de bienes raíces. Es especialista en conseguir lo que quiere y un "workaholic" hecho y derecho. Está separado y tiene un trato distante con sus hijos. En realidad, lo suyo es el trabajo. Popper es un modelo de los nuevos ejecutivos solitarios en este mundo posmoderno. Pero...la vida te da sorpresas. Su difunto padre le envía un regalo que no puede rechazar: como herencia, llegan a su loft en la Big Apple nada menos que seis pinguinos de Papúa. Lo que al principio aparece como un extraño presente que no se puede aceptar de ningún modo, empieza a cobrar significación en la vida de Popper. Estos animalitos "mediatizan" su relación con sus hijos y a través del cuidado que debe dispensarles, él comienza a percibir un mundo que de otra manera, jamás habría entendido. Dicen en psicología que todos repetimos los modelos parentales que tuvimos, por lo que la primera imagen de la película (donde hay una escena triste de espera frente a una radio) resuena en cada fotograma hasta el final: es difícil ser buen papá si no tuviste presente a tu papá. "Mr Popper's penguins" balancea en partes iguales, risas y afecto. Está plagada de tomas muy tiernas y su componente familiar es a prueba de bomba. No, no son los pinguinos de Madagascar, pero tienen lo suyo: la platea disfruta el recorrido y se va satisfecha a la hora del cierre, encontraron lo que fueron a buscar. Sólo cine de entretenimiento puro. Nada más. Lo cual, cada tanto, no está mal. Ideal para ver con niños, mientras esperamos un trabajo más jugado de Jim Carrey en el que arriesgue más ahora que parece haber tomado aire de nuevo...
Carpenter aburre en su regreso Antes de irme de vacaciones, ví "The ward" de John Carpenter pero no tuve tiempo de escribir sobre ella. Y hoy, que regresé, releyendo a mis colegas, pensaba que podía decir que sumara a todos los datos que de ella se manejan (a saber, el director no filmaba desde la mediocre "Ghost of Mars" en 2001, su pasatiempo estos años fue cobrar regalías por films viejos y hacer algunas cosas para televisión), lo cual parecía difícil... Lo cierto es que no creo que éste sea un trabajo bueno, ni siquiera aceptable de uno de los maestros del género. Es de esos títulos que si pasan directamente a DVD, nadie lamenta demasiado... Es más, si no fuera porque es Carpenter, seguramente no justificaría un estreno comercial. Aún no sabemos porqué este enorme cineasta eligió como guionistas a dos muchachos que tenían pocos antecedentes (los sobrevalorados hermanos Rasmussen, que vienen de la escribir la fallida "Long distance") para su regreso a la pantalla grande pero fue un error. El guión de "Atrapada" es una historia trillada, casi un "patchwork" de varias ideas vistas que nunca logran entidad propia y que aburren, más que asustar. Lo que sí hay que reconocerle al director de "Halloween" es que si bien el hombre parece haber retornado con un producto hecho casi "a reglamento", algo sabe del tema y logra con pequeños toques sutiles ambientar la trama (son años!) y establece un piso para su producto que está por debajo de lo esperado para un hombre de sus laureles pero que quizás concite el interés de sus fans. Clarificando el concepto, "The ward" se salva del aplazo porque la filma Carpenter. Su gran visión para generar atmósferas sugerentes apelando a su nutrido arsenal de recursos hace que el film no caiga en el abismo aunque transite peligrosamente por él. Ya sabemos que cuando te llevan a un manicomio, la cosa pinta mal. En el hospital psiquiátrico North Bend reciben con calidez (!) a una nueva interna. Su nombre es Kristen (Amber Heard) y llega allí cuando la policía la encuentra enfrente de una casa en llamas. Obviamente, ella la incendió. No sabemos mucho qué sucedió, pero no parece ser de relevancia ya que apenas en el lugar, un grupo de chicas llamarán nuestra atención. Ellas son pacientes del lugar y parecen estar abrumadas por la tarea de sobrevivir a las duras técnicas del doctor Stringer (Jared Harris). El nosocomio es un clásico del género: tratamientos fuertes (electroshock, drogas), enfermeros brutales, pasillos largos y desolados, habitaciones-cárceles y... un fantasma. O no. O algo así. Kristen rápidamente se da cuenta de que si no sale pronto del lugar, se le hará difícil seguir con vida, ya que esa presencia maléfica amenaza con eliminarlas una a una. Ella tiene un plan y nada la apartará de su objetivo, excepto claro, la ténebre presencia de una supuesta paciente muerta que busca venganza... Ejem, les suena no? Por momentos, me hizo recordar a "Sucker Punch" (demasiado y para mal). La lucha por escapar de una realidad muy fuerte lleva a la mente humana a travesar ciertos límites no? Esa presencia demoníaca de la que hablamos transita por la cinta y la vemos entrar y salir de ciertas escenas, sin entender mucho de qué va. Si, se resuelve al final pero...La pregunta es... ¿No deberíamos tener pistas que sugieran o dejen translucir qué hay detrás de semejante persecución antes de los diez minutos de cierre? El film se repite en lugares comunes (muertes, agujas, persecusiones) y la trama es tan elemental que por momentos cuesta creer que a Carpenter le haya parecido una buena idea semejante historia. El libro es... como una farmacia pobre, "no tiene remedio". Lo cosmético que utiliza para distraernos, sólo funciona para sus seguidores incondicionales. Quienes no lo somos, nos miramos extrañados. Este es un trabajo flojito de un experimentado y veterano de la industria. No hay mucho más para decir. Esta semana se estrenaron dos trabajos nuevos de dos grandes y longevos directores: George A Romero y John Carpenter. Es casi un clásico. Este round, al menos, lo ganó el primero por puntos. Sólo soportable por amantes furiosos del género.