Dominik Moll logra, una vez más, construir un apasionante relato sobre las miserias humanas a partir de un siniestro e inesperado asesinato que terminará por transformar no sólo a la familia de la víctima, sino, principalmente, a los investigadores.
Por esas cosas de la lógica ilógica de la distribución los osos tendrán un protagonismo en las salas de Argentina. Winnie the Pooh: Sangre y Miel y Oso Intoxicado desembarcan en los cines apostando al gran interés del público por el género, aunque cada una transite el “terror” de la manera que mejor le quede. Sobre la primera ya pueden encontrar algunas palabras en este mismo espacio, pero hoy la intención es destacar la segunda por su riesgo y sus ganas de transitar un relato que, en manos de otro/otra director/directora, hubiera terminado en algo completamente diferente. Oso intoxicado le debe todo a su realizadora Elizabeth Banks, actriz, productora, que se pone detrás de las cámaras para llevar adelante la difícil empresa de narrar los hechos que acontecieron, en la realidad, en 1985, cuando en Tennesee, Estados Unidos, cayeron 70 kilos de cocaína de un avión y un oso ingirió gran cantidad de esos kilos y terminó generando una masacre. Vuelvo sobre el punto que en manos de otra persona, esta película hubiera zozobrado, pero gracias a un inteligente guión, logradas interpretaciones y el entender que la seriedad y la solemnidad no tenían que ser de la partida, se termina por consolidar uno de los relatos más originales y divertidos de los últimos años. Keri Russell, O’Shea Jackson Jr., Alden Ehrenreich, Margo Martindale y la maravillosa Brooklynn Prince (sí, la nenita de The Florida Project), se adentran al juego propuesto por Oso intoxicado, y juegan y brillan en cada una de las escenas, al igual que el desparpajo con el que se van contando las sangrientas mutilaciones con las que el oso va asesinando, uno a uno, cual Diez Indiecitos, de Agatha Christie, a los protagonistas. Oso Intoxicado es una fiesta cinematográfica, que cuenta con grandes momentos de tensión, pero también de humor, además de acompañar las escenas con una banda sonora exquisita que nos lleva al pasado. Ideal para verla y disfrutarla sin pedirle rigurosidad documental ni verosímil, porque justamente es todo lo contrario, y ahí es donde radica su logrado funcionamiento de la propuesta. Una verdadera fiesta.
A pesar de la solemnidad con la que está filmada y hablada, esta película que habla de búsqueda de respuestas y soluciones cuando ya casi todo está perdido, tiene, una vez más, una maravillosa interpretación de Gustavo Garzón.
Cuando el mundo se apagó y se cerró para muchos por la pandemia del COVID 19, para otros, como en este caso Jeff Zorrilla, se abrieron muchas posibilidades. La vida y la muerte en un relato diferente sobre aquellos días encerrados.
No creo que estén preparados para este nuevo capítulo de la saga protagonizada por Keanu Reeves, quien, impávido, se presta al juego de la acción y la re acción, en una nueva aventura, cosmopolita, de peleas y muerte.
Lo que bien comienza, mal termina. El disparador, original, de esta propuesta es cómo Christopher Robin abandonó al osito y amigos para ir a estudiar en la universidad y a partir de allí este pequeño grupito se pasó de bando y comienza una sangrienta venganza por su ida. Un comienzo interesante para una película que luego cae en el tedio.
En un lugar emblemático, un personaje dialoga con los habitantes mientras intenta reconstruir la pesadilla que habitó cada rincón de aquello que hoy es un ambiente supuestamente ajeno al pasado. Perel una vez más indaga en el ayer para entender qué mirada tenemos sobre nuestra historia.
Otra de las grandes olvidadas de la temporada de premios. Un doloroso retrato de cómo una familia desmembrada intenta comprender qué pasa con su hijo, un joven que, agobiado por la vida, no encuentra su rumbo. Una indagación sobre la salud mental que dispara profundas reflexiones. Hugh Jackman, Laura Dern y Vanessa Kirby, descomunales.
White people problems. Herederos del menemato se proponen tener un fin de semana idílico que en realidad termina por convertirse en una pesadilla en altamar en la que nadie saldrá indemne de las palabras y secretos de los demás.
Si la propuesta tiene dinosaurios, meteoritos y paisajes extraordinarios, además de estar protagonizada por Adam Driver, yo estoy. Apasionante relato de supervivencia que revisita clásicos del cine clase B y los aggiorna a nuestros tiempos.