Si bien a Huye! (Get Out 2017) se la presenta como película de terror, no encaja de lleno en ese género. En caso de querer definirla, no podría pertenecer a un solo género en particular porque lo tiene todo: suspenso, drama y hasta ciencia ficción. Incluso, es difícil de comparar con otras películas aunque, si se pudiesen combinar La Familia de mi Novia (Meet the Parents 2000), Las Mujeres Perfectas (The Stepford Wives 2004) y la personalidad de Monsieur Calvin J. Candle (papel de Leonardo Di Caprio en Django Unchained 2012) se aproximaría bastante al resultado final de este nuevo film. También, si se hila mas fino, podría tranquilamente encajar como un nuevo capitulo de Black Mirror, la serie de antologías distópicas cuyo propietario es Netflix. Ya mencionada la serie británica, el papel protagónico del largometraje le corresponde al actor inglés Daniel Kaluuya, responsable de uno de los mejores episodios de la serie (15 Millones de Méritos, 1×02). En esta oportunidad Daniel interpreta a Chris Washington, un fotógrafo afroamericano que se pone de novio con Rose, una chica blanca de una familia de buen nivel económico. Luego de cinco meses estando en pareja, Rose le propone a Daniel ir a pasar un fin de semana a la casa de campo de sus padres, los Armitage. Pero a los pocos minutos de su arribo a la casa, Chris empieza a notar muchas cosas extrañas, como por ejemplo las actitudes de las únicas personas negras que estaban en la propiedad, el jardinero y la mucama, teniendo comportamientos como si fuesen gente autista. Al conocer a sus suegros, las cosas se empiezan a poner mucho más que incómodas, ya que estos resultan ser tan puristas como Voldemort y, por supuesto, son bastante racistas. Un neurocirujano y una psicóloga componen este matrimonio peculiar, a la familia la completa el hermano menor de Rose, que también es doctor y se lo nota más preocupado por comparar negros y blancos que por saber cómo fue la vida del pobre Chris. La idea del fin de semana especial y agradable empieza a derrumbarse cuando una fiesta sorpresa se da en la casa y todos los amigos blancos de los Armitage llegan a la propiedad. Por supuesto, del mismo palo que sus suegros, Chris se enfrenta a constantes preguntas e interrogantes dignas del siglo pasado sobre su color de piel. Chris decide no seguir permitiendo que se lo trate tan despectivamente y decide escapar de la fiesta, pero lo que no sabia es que mientras él fue a aclarar sus pensamientos a las orillas del lago mas cercano, ellos estarían planeando qué hacer con él, al mejor estilo de La Purga (The Purge 2013). ¡Huye! es una película donde el director expone el racismo de una forma totalmente novedosa, viniendo de un palo tan diferente como lo es la comedia, Peele diseñó una historia espeluznante donde reflejó el sometimiento que existe, por parte de la sociedad blanca, hacia los negros. No es casualidad que este film haya salido en estas épocas, donde la población estadounidense se encuentra sumamente dividida por todo lo que provoca la asunción de Donald Trump y lo que éste representa en la sociedad. De hecho, en varios segmentos de la película, para poder empatizar con Chris, se utiliza el concepto de “yo hubiera votado a Obama de nuevo, pero no se pudo”. Si bien se arma una trama donde el terror queda en la superficie y no abarca enteramente el film, es una historia que tiene comedia, cosas sobrenaturales y un terror gore y violento al estilo de Evil Dead (1981). Se notan varios cambios en el eje del argumento donde, a pesar de que se avisora que lo peor puede pasar, aumenta los deseos de ponerse de lado de Chris y que agarre las valijas y raje de ahí. Se pinta un panorama de “es el protagonista negro contra todos, que vengan de a uno “. Esta película está totalmente bien dirigida, guionada y actuada. Y esto es un muy buen síntoma porque no está esa estrella rutilante que se lleva todas las luces de la producción. Es más, el costo del film fue de solo ¡5 MILLONES DE DOLARES! Cifra que en algunos tanques hollywodenses solo puede ser abarcado al sueldo de un actor. Una película que dura 104 minutos, raramente puede convencer sin dejar cabos sueltos, pero este no es el caso. La historia tiene un principio, desarrollo y final dignos de las mejores películas que tratan temas tan delicados como el racismo, claramente con la demencia y el odio llevados a su mayor extremo.
Una película con buen potencial, que se sostiene por sus actuaciones pero sufre sus errores de dirección. “Mío o de nadie” (Unforgettable, 2017) es un película cuyo argumento principal sienta muy bien. La historia es así: Julia (Rosario Dawson) una editora que vive en la ciudad de San Francisco con un pasado muy traumático y perturbador, se enamora de David (Cheryl Ladd) un ex empresario y ahora dueño de una cervecería hogareña, en un pueblo de California. Cuando Julia acepta irse a vivir con su nuevo amor y su pequeña hija Lilly, todos imaginaban que sería la típica historia del príncipe azul, pero no. Todo cuento de hadas tiene una bruja malvada y ésta no es la excepción. Aquí es cuando la película presenta a Tessa (Katherine Heigl) la ex mujer de David y madre de su hija, una mujer que marca su presencia instantáneamente, rubia, con el cabello hasta la cintura y con unos ojos penetrantes le hará saber a la nueva pareja de su ex que mucho no la quiere. Luego de un careo muy incómodo entre ambas, donde fingen estar felices por la situación y donde ambas intentan plantar postura de que es buena idea de que se conozcan, empiezan los problemas. Haciendo honor al nombre del film, para Tessa no puede existir la posibilidad de que en la vida de David y Lilly haya otra mujer que no sea ella. Obsesiva-compulsiva, posesiva y con una buena cantidad de locura in extremis, Tessa demuestra todos sus sentimientos hacia Julia y no la dejará vivir nada tranquila, es más, Tessa traerá al presente los oscuros secretos y fantasmas del pasado de Julia, para incomodar y embarrar su estado actual con su nueva familia y hacer que tenga un futuro no muy próspero. En cuanto a la descripción técnica, esta primera producción y dirección conjunta de la americana De Novi, deja muchas cosas que desear. Por ejemplo, el guion. Hay ciertos momentos donde la trama de la película se vuelve irrisoria y sin sentido. Algunas escenas se vuelven totalmente predecibles y otras, para mal, total y absurdamente inesperadas. Uno de los buenos elementos del metraje es la actuación de Heigl y Dawson. La rubia interpreta su papel de tal manera que hasta puede hacer creer que en realidad sufre de trastornos mentales y demencia. Si bien llega a un punto, un tanto exagerado, donde se manda un sinsentido tras otro, a nivel general esta muy bien. Por otro lado, la morocha tiene una historia muy fuerte en sus espaldas que no termina de desarrollarse por la trama principal, pero al ser tan compleja hubiese sido interesante indagar un poco más. Rosario cumple con su actuación, sin ser la mas destacada de la película, tiene una interpretación sólida pero lamentablemente los errores técnicos de guion y dirección hicieron que decaiga un poco en ese rubro. Si bien es una película que podría haber dado más, es recién la primer experiencia de la directora y si lograse escapar de momentos básicos y poco coyunturales, a lo que respecta el resto de la película, no caben dudas de que podrá mejorar en sus próximos trabajos detrás de las cámaras.
La película se sostiene gracias a sus grandes actuaciones, un guion bien implementado y algunas decisiones de dirección que suman al producto final. Hay algunas aristas que deben quedar claras antes de mirar un film como Día del Atentado (Patriots Day, 2016), la más preponderante es que cualquier película estadounidense que tenga en su trama un atentado, que además ocurre en la tierra del no muy querido Trump, es que se caerá inevitablemente en momentos de patriotismo absurdo y americanadas en exceso. Lo bueno, es que este nuevo proyecto de Peter Berg (Batalla Naval, 2012) si bien tiene todo esto, va más allá. Para empezar, la película comienza con cierto desorden al querer presentar los puntos de vista de algunos de los participes en el atentado original, sin ningún tipo de sentido o guía introductora. El metraje va cobrando mas sentido cuando la historia avanza desde la perspectiva Mark Wahlberg, aún así el cambio de perspectivas y situaciones es constante hasta tal punto que llega a marear y puede hacer que los espectadores pierdan el foco. La historia avanza y los arcos argumentales van entrelazándose, cosa que produce un hilo conductor mucho mas sólido, cuando comienza toda la barbarie que se produjo en Boston, allá por el 2013. El manejo de Berg con la violencia sin morbo y con un muy buen toque estético, hace que todo aquello que podría parecer repulsivo por su crudeza, no lo sea y se digiera fácilmente por el público. Imponiendo un corte al mejor estilo “documental”, por la honestidad y el realismo. Este realismo artificial queda de lujo al momento en el que las cámaras de Hollywood se mezclan con las distintas filmaciones de las cámaras de seguridad originales, extractos de los noticieros locales y nacionales y hasta con un discurso del por aquel entonces presidente, Barack Obama. Otro de los puntos altos de la película es su basto repertorio de estrellas, entre ellos J.K. Simmons (Whiplash, 2014), Kevin Bacon (Footloose, 1984) y John Goodman (El Gran Lebowski, 1998), quienes hacen que el relato sea mas fluido con actuaciones donde demuestran su calidad pese a los pocos momentos donde entran en acción. De la mano de enfrente, ha sorprendido el papel no muy relevante de Melissa Benoist (Supergirl, 2016) que interpreta a la mujer de unos de los terroristas musulmanes, responsables del atentado. Día del Atentado es una película que se queda a mitad de camino en el intento de transmitir un hecho sumamente oscuro que le pasó a sociedad norteamericana, con todo el gran potencial cinematográfico que esta historia tiene. Si bien la tensión y el dramatismo están presentes, no llega al punto máximo en el momento del clímax del relato y es ahí fundamental tener ese pequeño plus.
Un viaje de aprendizaje de 97 minutos que vuelve a enseñar que el amor entre hermanos viene de más allá de los intereses personales y aquellas diferencias que existan pueden verse opacadas en busca del bien común. Con una historia bien desarrollada para lo que es claramente un film para los más pequeños. Mamá, ¿de dónde vienen los bebés? Chan. Pregunta incómoda si las hay. Pero los amigos de DreamWorks, responsables de clásicos como Shrek o Madagascar, le dieron otra vuelta de tuerca a las ya planteadas hipótesis de concepción y esta vez no tiene nada que ver con repollos o cigüeñas. Esta nueva película llega a la Argentina bajo el nombre de Un Jefe en Pañales (BabyBoss, 2017) y presenta a un hijo único de 7 años llamado Timmy con una imaginación tremenda y un amor por sus padres sin comparación. Este amor es recíproco para con él hasta el momento en el que su padre le confiesa que iba a tener un hermanito. Pero no un hermanito cualquiera sino que a “Jefe Bebé“, un empleado de Baby Corp, compañía que cataloga y separa a los bebés “comunes” y a los bebés “empleados” a través de una máquina que hace cosquillas. De avanzada edad en el cuerpo de un bonito y tierno bebe, vestido de traje, anteojos y un maletín que le hace juego, todo de color negro al mejor estilo Ethan Hunt. La misión de este adorable bebé espía es la de desenmascarar a una compañía que esta interfiriendo con los negocios de su empresa. En busca de un ascenso en su trabajo, Jefe Bebé debe incorporarse a la tranquila vida de Timmy, mientras que éste le tira la típica bronca del hermano mayor. Ese enojo y celos provocados por la falta de ese afecto que supo ser todo suyo hace no tanto tiempo atrás. Esta película dirigida por Tom McGrath es un viaje de aprendizaje de 97 minutos que vuelve a enseñar que el amor entre hermanos viene de más allá de los intereses personales y aquellas diferencias que existan pueden verse opacadas en busca del bien común. Con una historia bien desarrollada para lo que es claramente un film para los más pequeños, el argumento es sólido, ágil y fresco. Si bien peca de momentos cliché y previsibles, esta comedia animada es una muy buena manera de explicar que a pesar de todas aquellas peculiaridades que los diferencian de sus hermanos menores, siempre hay una buena causa para unir fuerzas y conseguir el tan ansiado ganar-ganar. La película en su versión original cuenta con las voces de grandes actores como Alec Baldwin, Miles Bakshi, Tobey Maguire, Jimmy Kimmel, Lisa Kudrow y Steve Buscemi. Vale la pena recordar que a partir de este jueves, la peli estará disponible en todas las salas del país.