Con algunas películas, todo se trata de la edición: un desfile enérgico de imágenes sorprendentes acompañadas de una partitura cinética. Y luego están películas como Wheel of Fortune and Fantasy (La Rueda de la Fortuna y la Fantasía) y Drive My Car, de Ryûsuke Hamaguchi, en las que la cámara se queda quieta y observa a los artistas mirándose unos a otros mientras hablan, porque la conversación es la verdadera protagonista. Las escenas de diálogo largas, estáticas, significan que cada pequeño zoom, edición o panorámica llama la atención en el momento indicado, destacando el cambio en la mirada del director. Películas como ésta sacan a relucir el voyeurismo esencial del cine.
El Batman de Reeves casi se disuelve en la noche, abrumado y condescendiente con las ambiciones noirish de su película. Otro Dark Knight aceptable, pero que no es lo suficientemente diferente como para dejar atrás la sombra cada vez mayor de su legado.
Almodóvar ha perdido un poco de la antigua transgresión que lo ha caracterizado, pero en su lugar ha quedado espacio para un fervor más arraigado.
Es difícil pensar en una historia negra que se adapte mejor que Nightmare Alley al estilo de del Toro: el archi-fabulista que teme a los hombres más que a los monstruos.
Audacia, humor negro y terrorismo fashion con una Emma Stone encantadoramente punk.
La historia, que incluye rivalidades al estilo Succession entre miembros de la familia, múltiples juicios, evasión de impuestos, encarcelamiento y, por supuesto, asesinato, proporcionaron un amplio material creativo para Scott.
Last Night in Soho se siente como el cuestionamiento de Wright sobre sus propios impulsos sentimentales y, al mismo tiempo, su obra estilísticamente más grandiosa.
Villeneuve se hace cargo de Dune y recrea una ópera espacial inmensa, en la que podemos ver trazas del adn de Blade Runner 2049 y Arrival.
A pesar de la importancia, la película no cumple ni siquiera con los estándares básicos del Universo Cinematográfico de Marvel, colocando a Natasha en un thriller de espías decepcionante.
Audacia, humor negro y terrorismo fashion con una Emma Stone encantadoramente punk.