La película de María Torellas muestra testimonios históricos y actuales de la actuación de la mujer desde el inicio de la revolución cubana hasta nuestros días. Es un cine militante, con una clara postura, y de factura tradicional, con reportajes a cámara y documentos del pasado. Desfilan así, los recuerdos y los homenajes, pero también las actuaciones preponderantes y en puestos dirigentes que ocuparon las mujeres desde el inicio, al lado de Fidel Castro. Desde la lucha de guerrillas a la actualidad, pasando por la alfabetización, la salud, el desarrollo cultural. Con testimonios curiosos y conmovedores y múltiples homenajes. Hasta mostrar la lucha por los derechos LGTBI y sus desfiles.
Cine militante que prefiere exponer una parte de la realidad, en este caso la de un grupo de mujeres luchadoras, proclives a la revolución, para hablar de temas como el empoderamiento femenino y la igualdad de géneros. Con una puesta simple, la tradicional película de entrevistas esconde, en el fondo, una lograda pasión por cada una de las mujeres que hablan frente a cámara. No importa tanto qué dicen, sino de la totalidad de una propuesta que mejora con el correr de los minutos.
Revolución con aroma de mujer Como lo indica su título, el documental de María Torrellas busca ponerle rostro y voces a la mayoría de las mujeres del pasado y el presente atravesadas por el proceso de la revolución en Cuba. En ese sentido, la cantidad de testimonios que dan cuenta del proceso transformador de conciencias en la isla y su reflejo en las adquisiciones de derechos para igualar los géneros toma como punto de partida la inmejorable situación de poder estudiar en universidad una carrera y trabajar en el propio territorio, sin miras hacia el mundo exterior, producto de un bloqueo económico que hizo del caso cubano un ícono de resistencia popular, luego manipulado por diferentes regímenes latinoamericanos, sin dejar de lado el carácter simbólico y mítico visto en nuestros días antes y después de Obama; antes y después de Fidel Castro, antes y después de Donald Trump. La idea de sumar voces se une a la causa de reivindicar el aporte de las mujeres no conocidas en una revolución cultural de larga data, sin menoscabar claro está el legado político y de la lucha armada donde también las mujeres aportaron su gigante grano de arena junto a los hombres del momento revolucionario. Los testimonios de jóvenes sumados a los de veteranas confluyen en la misma prédica y eligen los mismos referentes como símbolo de una lucha y de un proceso que empezó como respuesta al atropello y siguió con conquistas concretas de derechos y posibilidades de cambios significativos en la sociedad, siempre acompañados del puntal educativo y la unión del Estado a los movimientos simpatizantes con las ideas castristas y o socialistas. En Cubanas no se escucha otra campana y eso no es sinónimo de parcialidad porque en ningún momento la premisa de María Torrellas abre el espacio a la reflexión o a la autocrítica porque asume desde el primer testimonio hasta el último que el cometido es dar visibilidad a las cubanas no visibles.
Producido por Resumen Latinoamericano, periódico-revista creado en 1979 por el argentino Carlos Gabetta, exiliado en aquel momento en España, este documental realza el papel de las mujeres en la revolución cubana. Con buen material de archivo y una serie de testimonios de mujeres que se dedican a la medicina, el deporte, el arte y la ciencia, la película recuerda el legado de Celia Sánchez, Vilma Espín y Haydée Santamaría en un momento de cambios cruciales en aquel país caribeño, cuyos habitantes deberán decidir este año en un referéndum si aceptan la inclusión del reconocimiento de la propiedad privada en la nueva Constitución cubana.
Cubanas revueltas María Torrellas estrena Cubanas. Mujeres en revolución (2018), un documental de investigación que recorre la Revolución Cubana en boca de sus protagonistas femeninas. La película abre con el recuerdo a un ícono cinematográfico como es Lucía (1968), del realizador cubano Humberto Solás, que narra la Guerra de Independencia cubana, la década de 1930 durante el gobierno de Gerardo Machado, y los años 60’ sobre la propia revolución, en la vida de tres mujeres cubanas llamadas Lucía, quienes luchan contra sus circunstancias. Luego continúa con una reconstrucción del rol de Haydée Santamaría, su participación en el centro de la coyuntura y su función de referente moral, mechado con entrevistas a mujeres que en la actualidad hablan de la influencia de la Revolución para el desarrollo de sus libertades, y como camino hacia la igualdad. Con un interesante debate sobre la conformación de este proceso histórico y sus características en forma de homenaje y con ese romanticismo que suele estar en el aire de este tipo de películas, Cubanas. Mujeres en revolución también presenta los desafíos actuales de una ciudadanía formada con herramientas para enfrentar la desigualdad. Vilma Éspín, El pelotón Mariana Grajales, Celia Sánchez y otros personajes que obraron en la Revolución, están relatados en las voces de distintas mujeres en la actualidad con variada participación en la comunidad, ya sea artistas, científicas, políticas, estudiantes y demás profesiones. Cubanas. Mujeres en revolución reconoce que la historia siempre fue, es y será contada desde los hombres, para proponer un nuevo recorrido femenino. La realización quizás no sea virtuosa pero porque su fuerza está centrada en aquello que se relata: La valiosa lucha del -supuesto- sexo débil.
El documental de María Torrellas explora las políticas de géneros, diversidad y sexualidad en Cuba, un lugar donde las mujeres han logrado casi todo aquello por lo que en el resto del mundo seguimos luchando. “Todas las mujeres hoy en día somos revolucionarias”. La argentina María Torrellas le brinda voz a mujeres de Cuba que, desde diferentes profesiones y lugares, comparten su mirada y experiencia sobre distintos aspectos de sus vidas. Mujeres revolucionarias porque si no lo hubiesen sido no hubiesen llegado donde están, aunque el camino todavía no haya terminado. Para entrar en contexto, entre otras cosas, en Cuba las mujeres comparten posibilidades y condiciones laborales con los hombres, no existe el femicidio y el aborto es legal, seguro y gratuito. El film se propone además reflejar la lucha constante contra la homofobia haciendo que, en conjunto, muchas veces, Cuba parezca un lugar idílico. Y sin embargo no lo es, porque otra de las luchas es la de mantener esa situación más allá del bloqueo (económico, comercial y financiero) impuesto por los Estados Unidos. El documental cuenta con varios testimonios que además sirven de retratos para diferentes tipos de mujeres y profesiones. Una científica, una artista, una educadora, una periodista, una cantante, una bailarina. Mujeres que han sabido inspirarse en sus propias referentes (el film presenta como heroínas a tres figuras especialmente: Haydée Santamaría, Celia Sánchez y Vilma Espin como las principales responsables de este legado) y que, gracias a la Revolución, consiguieron lo que el patriarcado les negaba. Claro que todas saben que el camino es largo y que aún queda trayecto por recorrer. Es cierto que en su último tercio el film no puede evitar centrarse más que nada en la figura de Fidel Castro y las puertas que él abrió desde su lugar y el “Yo soy Fidel” que colma las calles. Las políticas de géneros, diversidad y sexualidad son los principales puntos en los que elige enfocarse este documental. Siempre con la voz de mujeres y estableciendo la importancia de la educación. A la larga, lo que hacen Torrellas y las mujeres a las que les brinda voz y espacio, es retratar parte de la historia de Cuba. Un costado de la historia que no suele ser tenido en cuenta a la hora de referirse a ese país. Y lo hace de manera ágil, entretenida y siempre interesante. Es que a nivel más técnico, estamos ante un documental bastante formal. Testimonios e imágenes de archivo o de registro con una estructura claramente definida.
Oportuna película en estos tiempos de oleada feminista, Cubanas, mujeres en revolución se estrena en Buenos Aires gracias a la gestión de la Asociación de Documentalistas de Argentina. - Publicidad - ¿Como viven las mujeres en Cuba, luego de la Revolución Cubana de 1959? Qué fue de ellas junto a los principales líderes, qué fundaron, qué organizaron, qué crearon?. ¿Qué sería de las mujeres hoy en el presente, tras más de 50 años de bloqueo, sin la Revolución y sin esas otras mujeres históricas Vilma Espín, Celia Sánchez o Haydée Santamaría.? Las respuestas son clarísimas, no hay lugar a dudas ni a titubeos. La mujer en Cuba es defensora a ultranza de la Revolución. Porque esa gesta política de Fidel les dio todo. Hoy Cuba no tiene femicidio, no hay abusos, tiene ley de aborto legal, seguro y gratuito, educación sexual desde la escuela primaria, igualdad de salario. La mujer cubana ha logrado una igualdad en la situación frente a los varones. La lista de testimonios de mujeres es amplia, músicas, médicas, maestras, ingenieras, cantantes, directoras de bibliotecas, feministas, directoras de diversas asociaciones, incluida Cenesex, dirigida por Mariela Castro,hija de Raul y Vilma. La directora de este documental es argentina se llama María Torrellas y trabaja hace 20 años en la revist Resumen Latinoamericano. Torrellas está enamorada de la Revolución cubana y se nota. “Yo quiero una revolución como la cubana. No quiero una democracia representativa, yo quiero una revolución como la cubana” repite. Torrellas organiza las entrevistas por nudos temáticos: la historia, la educación, la salud, la diversidad sexual, el trabajo, para terminar con el homenaje que todas ellas le hace a Fidel y su legado. Gaumont, 12,40 hs y 19,50 hs
María Torrellas nos presenta, esta semana en el Gaumont, un documental sobre el rol de las mujeres cubanas, en todo el proceso revolucionario vivido en esa isla, desde la década del 50'. "Cubanas..." es producido por Resumen Latinoamericano y del Tercer Mundo, órgano periodístico- artístico creado hacia fines de la década del 70 por el argentino Carlos Aznárez, que ocupa un lugar importante en la transmisión de documentos que describen la realidad americana, contada por voces americanas. Este film recopila un puñado de historias fuertes y valerosas de mujeres que hicieron historia en Cuba: Vilma Espín, Celia Sánchez, Haydée Santamaría y Melba Hernández, todas con su tarea comprometida por sostener los ideas de la revolución que enmarcó esos años que muchos recuerdan con emoción y cariño. La vida de cada una, consagrada a la revolución. La cinta propone un camino sencillo, modesto, pero colorido, que describe la fuerza de género que impulsó y cambió para siempre la historia de la isla centroamericana. Los testimonios, fotos y relatos cortos plagados de emoción, son el escenario que recorremos en este prolijo y correcto documental de Torellas. Desde los aspectos técnicos y el montaje, "Cubanas..." no difiere demasiado del resto de propuestas similares del género. La potencia de los testimonios son el corazón del film y no se necesita mucho más para conmover al espectador. Sí, deja claro que sin la lucha de las mujeres, los logros de la revolución (el acceso a la universidad, la protección sanitaria, etc) no habrían tenido lugar. Emotiva y muy acorde al momento histórico que vivimos (de empoderamiento femenino), "Cubanas..." se ofrece como una ventana narrativa que nos permite conocer cuál fue el rol de las mujeres para sostener integralmente la revolución.
A CORAZÓN ABIERTO Hay documentales que se conciben como actos de fe. Este es uno. No hay nada de malo en ello, sobre todo porque las causas son nobles y justas. Reivindicar el papel de las mujeres en Cuba durante y después de la revolución, en los distintos campos de acción, es en la película de María Torrellas un ejercicio que destila pasión, admiración y afecto. A partir de testimonios alternados con valiosos archivos, los nombres de Celia Sánchez, Vilma Espín y Haydeé Santamaría son evocados para destacar su importancia en el decisivo proceso histórico que atravesó el país caribeño. Especialmente destacables son aquellos fragmentos que recorren imágenes fílmicas como las de Lucía (1968), de Humberto Solás, donde hay una original mirada en torno a la manera en que las mujeres incidieron en la construcción de la nueva nación; también los otros, los que muestran la participación intelectual activa y que diera lugar a sitios emblemáticos como la Casa de las Américas. Pero no sólo el pasado es el protagonista y se abren aristas llamativas, poco exploradas desde enfoques más bien oficiales o adherentes al gobierno hasta el momento. Se trata de la posibilidad de exponer argumentos inclusivos en relación a la diversidad sexual, uno de los desafíos en el presente de la región y de los puntos oscuros de su historia. Al respecto, es significativo el aporte de Mariela Castro, hija del actual mandatario, sexóloga y política. Ahora bien, los méritos del documental en términos informativos y pasionales, no logran ocultar un cierto tono institucional sostenido por estampas postales, registros televisivos y una música poco conveniente, que alteran el resultado final. Como dice la canción, “son las cosas de la vida, son las cosas del querer”.
Según lo que transmite este documental sobre las mujeres en Cuba, ellas son así en la actualidad, gracias a la revolución y lo que hizo por ellas el extinto Fidel Castro. La directora argentina María Torrellas viajó hacia el país caribeño, para consultar a varias mujeres de distintas edades, con el fin de corroborar esas afirmaciones. Cuentan diferentes historias de lucha acompañando a los hermanos Castro en la transformación del país. Junto a los testimonios actuales hay fotografías y filmaciones en blanco y negro de los momentos previos y posteriores a la toma del poder. La música nacional suena con fuerza en algunos momentos, en tanto que otros hay imágenes de marchas donde nadie protesta, todos vanaglorian el sistema. Lo llamativo del film es que la realizadora charla con mujeres que tienen un trabajo estable, algunas son profesionales, otras dirigen o coordinan alguna institución o medio vinculado a la cultura. Todas están muy bien establecidas, mientras recuerdan a distintos personajes femeninos que, según ellas, fueron una suerte de heroínas intachables, porque hicieron grande a su país, y se deshacen en elogios a Fidel Castro y su revolución. María Torrellas no sale a la calle para charlar con chicas y señoras pobres que no tienen las mismas posibilidades que sus entrevistadas. No cuestiona el método de reparto alimentario, cuando tienen que hacer cola para conseguir comida racionada. O los pequeños contrabandos de mercadería que hacen algunos para conseguir ciertos elementos, que, por las vías normales, es muy difícil de adquirir, etc. En vez de un documental, parece un panfleto político. Donde la directora parece fascinada con lo que le cuentan. Son todas loas y un agradecimiento eterno hacia el líder. Pero eso no es lo único grave, sino también la de mostrar sólo una cara de la misma moneda. Además, no hay un esfuerzo creativo que corresponda a un género cinematográfico, es excesivamente larga, como para ver y escuchar siempre lo mismo, llegando a aburrir en algunos tramos.