“El universo de Clarita” de Tomás Ligpot. Crítica En la apertura de BAFICITO 2021 llega un nuevo documental con su premiere mundial este 17 de Marzo. Rodrigo Rivas Hace 4 semanas 0 60 Clara Micheletti tiene 13 años y siempre soñó con ser astronauta, a medida que fue creciendo decidió tomar el rumbo de la astronomía. En este documental, Tomás Ligpot saca a relucir todos los conocimientos de nuestra protagonista y cómo poco a poco su pasión sigue creciendo a medida que conoce personas y lugares nuevos referidos a la astronomía en nuestro país. El documental empieza en Rosario, donde nos muestran un repaso de las distintas etapas de Clara, y como se va desarrollando, aún más, su pasión por las estrellas. Ahora con 13 años y todos los conocimientos adquiridos, es guiada por sus mentores Sofía Méndez y Yayo Ekdesman a un camino más amplio de la astronomía, para luego sumarse a ellos y a este viaje, Alejandro López, Licenciado en Astronomía y Doctor en Antropología. Clara sabe que tiene que poner esfuerzo y dedicación, pero la pasión que la mueve ya son más que suficientes. Ella comenta, que, al ir a un colegio católico, hay muchas cosas que se cuestiona y preguntas que hace constantemente, a lo que siempre replica; “Este un documental de ciencias, no de creencias, no de religión”. En este documental, Tomás Ligpot, nos llevará junto a Clarita a diferentes lugares de Argentina referidos a la astronomía, hasta incluso iremos aprendiendo con ella en este camino. Además de mostrarnos la convivencia con sus padres y sus dos hermanas, más muchísimas anécdotas de cuando Clarita iba creciendo y a lo que quiere llegar cuando sea adulta explorando y aprendiendo de esta gran pasión. La fotografía de Javier Pistani es extraordinaria, tomando todos los paisajes de nuestro país, desde el mundo urbano, hasta el natural; captando cada momento único, prácticamente llevándonos hasta ese lugar. Mientras que la edición fue de Emiliano Serra, que por su parte los documentales son su especialidad. La música fue compuesta por Pablo Urristi, y Hernán Saverino fue quien añadió efectos como si estuviéramos en el espacio y acorde con lo que Clarita relata en todos los lugares en los que se encuentra. Por otro lado, María Laura Ramos y María Gabriela Ortiz, se encargaron de realizar los subtítulos para personas sordas e hipoacúsicas con audio-descripción, junto a ellas, Gustavo Pardi se encargó de la locución del audio-descripción. En resumen, un gran documental por parte de Ligpot, que nos lleva a los lugares más ricos de la astronomía en nuestro país y en como nuestra protagonista continúa creciendo y viendo el mundo más allá de las estrellas. ¡Agendalo! Funciones Presenciales: Miércoles 17 de marzo a las 19 horas en Museo de Arte Español Enrique Larreta. Reservá tu entrada Sábado 20 de marzo a las 16.15 horas en Museo Sívori. Domingo 28 de marzo a las 18 horas en Polideportivo Pomar. Función online: Miércoles 17 de marzo a las 19 horas. Disponible por 72 hs. Registrarse en la plataforma “Vivamos Cultura”. El universo de Clarita
Sacando nuestro niño interior "A través de la mirada curiosa de Clarita, este documental permite al espectador redescubrir y emocionarse con las maravillas del cosmos como así también con los paisajes de nuestro país." EL UNIVERSO DE CLARITA, 2021 Clarita tiene doce años y vive en Rosario junto a sus padres y hermanas. Lo que más le interesa en el mundo es la astronomía, pasión que descubrió gracias al "Proyecto Miradas", un taller experimental y lúdico para niños, dictado por Sofía y Yayo. ¿De qué están hechos los meteoritos? ¿Cómo se crearon las estrellas? ¿De dónde salió el primer pájaro? La curiosidad de esta niña la lleva lejos: un viaje de aprendizaje por diversos sitios astronómicos de Argentina. Las respuestas nos llegan de los especialistas y científicos, pero también de la sabiduría de los pueblos originarios y de los secretos que esconde la naturaleza. El deseo de Clarita por conocer y descubrir nos lleva a sorprendernos ante el infinito universo del que somos parte. En apariencias, no parecería haber un germen de interés documental en la historia de una niña rosarina que quiere ser astronauta cuando crezca. Sin embargo, Tomás Lipgot, de mucho oficio, pudo dar con una protagonista afable y carismática cuya curiosidad astronómica termina convirtiendo a la película en una dinámica road movie. En donde la puesta de cámara sumada a una bella fotografía (por momentos con demasiado contraste de post-producción) aprovechan muy bien los espacios a cielo abierto para lograr increíbles paisajes. Pero cabe aclarar que, el ritmo dinámico dado por el montaje, no siempre le sienta tan bien: en su corta duración -alrededor de 70 minutos-, Clarita recorre junto a sus profesores de taller muchísimos puntos del país con geografías muy distintas y, como muchas veces no aparece un título del lugar donde están como anclaje, por momentos eso termina desorientando un poco. Más allá de lo mencionado, el documental tiene muchas fortalezas. Una de ellas es la capacidad de plasmar en pantalla el espíritu soñador de la protagonista. Mediante la utilización de cromas y efectos visuales podemos ver a Clarita, por ejemplo, interviniendo en una proyección de Viaje a Luna (1902) de George Méliès o colgando de una rama en bosque mirando las estrellas. Como así también, hacia el final, la capacidad conmover al espectador (acompañado con una música incidental muy efectista y efectiva) con la belleza de los fenómenos astronómicos. "El universo de Clarita, termina siendo una muy linda experiencia que nos permite aprender un poco más sobre los misterios del universo y desconectarnos de nuestra chata vida terrenal para recordar que somos insignificantes."
Documental familiero, esos que se comparten todos amuchados en el sillón con ánimo de risa y enseñanzas. El Universo de Clarita es un retrato inusual, la calidez y cercanía con que la cámara retrata el crecimiento físico e intelectual de la joven protagonista nos entrega una película divertida y entrañable. El acierto de Tomás Lipgot es acercarse a Clarita con la intuición de que su camino será de grandes descubrimientos, la pequeña astrónoma desde muy joven ya perfila un carisma y actitud únicos y espontáneos. Clarita escucha, pregunta, indaga, inquieta y constructiva se encuentra con facilidad aprendiendo y enseñando en el dialogo. La cámara retrata la evolución de su visión; vocación de primera hora que se vuelca con pasión al estudio y el viaje. Acompañada de sus amigos docentes, Clarita recorre el país, en cada lugar el cielo le devuelve nuevas enseñanzas. El camino del astrónomo no solo se configura mirando al cielo, El universo de Clarita también comprende los modos en que la astronomía es tanto ciencia como mito y hobby, convocando variopintos entrevistados cuyas vidas se encuentran atravesadas por la misma pasión. A fin de cuentas, la historia de esta joven parece indicarnos como la confianza y apertura a un espacio de formación, aun siendo muy joven, potencia enormemente la capacidad comunicativa y expresiva de toda persona. El camino de la ciencia puede ser duro, pero este recorrido nos muestra la veta humana y amistosa de sus protagonistas. Clarita se consolida como una estrella más, evidenciando su lugar prometedor dentro de una constelación vigente. EL UNIVERSO DE CLARITA El universo de Clarita. Argentina, 2021. Dirección, guion ypProducción: Tomás Lipgot. Intérpretes: Clara Micheletti, Sofía Méndez, Yayo Ekdesman, Alejandro López, Victor Buso y Beatriz Garcia. Fotografía y cámara: Javier Pistani. Edición: Emiliano Serra. Sonido: Hernán Severino. Música: Pablo Urristi. Color: Lucila Kesselman. Distribuidora.: Santa Cine. Duración: 80 minutos.
Tomas Lipgot director, guionista y productor de esta singular película, siempre brinda creaciones sorprendentes y con una mirada particular, a personajes como el que protagonizó la zaga de Moacir o a los fanáticos que mostro en “Viva el palíndromo”. Aquí pone su mirada en una niña que desde los cuatro años insistió en su destino de estrellas como astronauta, pero luego de un taller lúdico y experimental supo que lo que realmente la fascinaba era llegar a ser astrónoma. Y su recorrido con poesía y canciones, acompañada por su familia y expertos es el camino del descubrimiento de una vocación a una muy temprana edad, un verdadera maravilla para su futuro. No solo es incentivada en su elección, sino que también comienza a enseñar, a experimentar, a interesarse por la influencia de las estrellas en la cosmovisión de los pueblos originarios de nuestro país y las civilizaciones de la historia. También visita observatorios astronómicos maravillosos o realiza experimentos con la cámara estenopeica. Conocimiento y entretenimiento una conjugación perfecta y encantadora, como su protagonista y sus deseos hechos realidad.
22º BAFICI: cine argentino, a pesar de todo. Chispazos similares a los de López, aunque en un terreno más cercano al mundo infantil (acorde con la persona de la que se ocupa), desprende El universo de Clarita, documental de Tomás Lipgot que integró el apartado Baficito. En este caso, el deseo de una niña rosarina por ser astrónoma resulta una invitación a contagiarse de su curiosidad, su entusiasmo y su alegría. Sucesivos viajes de esta afectuosa Mafalda por CABA, La Plata, Chaco y San Juan, permiten sumergirse en un remolino de inquietudes y sorpresas en el que caben estrellas y meteoritos, la cultura de pueblos originarios y el deslumbramiento ante la ciencia, Georges Méliès y Harry Potter. Más allá de unos toques spielbergianos (efectos especiales, ampulosa música) que parecen innecesarios, el film de Lipgot puede verse como modelo posible de un cine argentino familiar o para preadolescentes, con un plus en la visita a un penal juvenil, donde los pibes presos dicen sentirse mejor después de mirar el cielo y exteriorizan, ante una estrella fugaz, un previsible pedido: la libertad.
TOCAR LA LUNA Clara es una niña que sueña desde sus 4 años con llegar a la luna, una odisea con la que convive y aprende para algún día conseguir su objetivo. Esta fascinación por los cielos nos conecta con la curiosidad infantil, que en este caso se traslada a la astronomía, pero también es una carta nostálgica a esa etapa desde una protagonista que desborda alegría. A priori la sinopsis sería esa y el mérito del experimentado documentalista Tomás Lipgot (Vergüenza y respeto, ¡Viva el palíndromo!) es expandir ese universo para reencontrarnos a través de sus ojos con esa etapa y también, por qué no, revivirla. El sueño de ser astronauta primero y luego astrónoma lo vemos no a partir de complejos números o teorías científicas, sino a través del vínculo cultural e histórico que tenían algunas etnias con el universo. Esto le da al documental un tinte más sentimental y sencillo de seguir, sin perder su fondo científico. Es un balance difícil porque otras propuestas suelen caer en un tono new age que en El universo de Clarita no asoma gracias a su rigurosidad académica. El resultado es un relato entrañable que desde el testimonio construye un mundo que gana desde la calidez de sus anécdotas y el protagonismo de la joven Clara. Sin embargo, al evaluar la suma de sus partes, también se advierten irregularidades porque algunos segmentos pierden efectividad o permanecen aislados al no darles una continuidad. Si bien su centro, Clara, no se pierde nunca, muchos de los profesionales y tutores que forman parte de su aprendizaje quedan fragmentados en el relato porque se los expone fugazmente. A pesar de esta inconsistencia, El universo de Clarita demuestra ser por momentos un viaje a la fascinación infantil, ese rincón perdido en la adultez, antes que a la luna.
El experimentado realizador y productor Tomás Lipgot estrena un documental diferente, que tiene a la niña que da nombre a la propuesta como disparador de ideas e impulsar a otros a seguir sus pasos. Particular realización que conjuga divulgación y entretenimiento y que se apoya en el carisma de su protagonista para avanzar en el relato.
Tomás Lipgot, en su filmografía inscripta totalmente dentro del género documental (de los que podemos mencionar, entre otros, a “Fortalezas”, “Moacir” “Vergüenza y Respeto” o “Viva el palíndromo!”), ha demostrado tener un ojo virtuoso para encontrar personajes atractivos y con carisma, que generen un particular interés en el espectador: quizás uno de los mayores méritos que pueden presentarse a la hora de construir un trabajo de no ficción. De esta manera hemos acompañado los recorridos que Lipgot propone y nos ha presentado tanto a un grupo de amantes de formar frases lo más largas posibles que puedan leerse tanto “del derecho” como “del revés”, los testimonios de quienes se encuentran en situación de encierro ya sea en la cárcel o en internaciones en instituciones psiquiátricas, retratarnos a un artista sin formación musical formal pero con un prodigioso talento para el canto o recorrer las diferentes generaciones atravesadas por los rituales y las costumbres ancestrales marcadas en una familia gitana del conurbano bonaerense. En su nuevo trabajo, “EL UNIVERSO DE CLARITA”, que fue presentado como película de apertura de la sección BAFICITO en el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, su cámara pone en el centro de la escena a Clara Micheletti –Clarita-, una niña de catorce años con marcadas inquietudes intelectuales, incluso desde muy temprana edad, por todo lo vinculado con las ciencias pero muy particularmente apasionada por la astronomía. Ya desde chiquita Clarita sueña con ser astronauta, habla de las estrellas, y construye su mundo de cometas, asteroides, planetas, constelaciones y telescopios. Fanática incansable asistiendo a cuánto taller apareciera por su camino, se nutre de experimentos, libros, charlas y todo lo que tenga que ver con la astronomía para seguir creciendo y conociendo más y más del infinito mundo cósmico. Sus maestros en los talleres de astronomía, Sofía y Yayo, saben de su pasión y sus conocimientos, de su compromiso y su espíritu de superación, y es por eso que la eligen para una experiencia vivencial única: desde su Rosario natal emprenderán un viaje a través de diferentes puntos del país relacionados con la astronomía. Un camino lleno de instancias de aprendizaje y posibilidades de experimentación que amplíen su mirada y los saberes que fue modelando a través de los talleres del “Proyecto Miradas”, para lanzarse a un recorrido que la apasiona desde el primer momento. En su cuaderno astronómico –uno de sus primeros regalos en este viaje- irá registrando todos los acontecimientos, desde lo vivido en los observatorios de Chaco, San Juan o La Plata, hasta sus charlas con expertos en diversos temas relacionados con el polvo estelar, las Supernovas, satélites y hasta habrá lugar para poder generar un espacio de reflexión y respeto de posiciones a esa eterna disputa entre la postura religiosa y la postura científica frente al Big Bang y el misterio del principio del Universo. Lipgot entraba un diálogo directo con su trabajo anterior sobre el mundo de los palíndromos y le imprime a “EL UNIVERSO DE CLARITA” el mismo estilo lúdico y naíf, permitiéndose jugar no sólo con la protagonista sino con el resto de los miembros de su familia, desacartonando el rol de los profes, alejándolos lo más posible de una mirada enciclopedista –aunque por momentos no se puede evitar el hecho de que aparezcan gran cantidad de datos con formato de manual de escuela media- y generando un espacio para la magia visual en donde le permite a Clara hasta interactuar con Georges Méliès y su icónica luna que ya data de principios del siglo pasado. Este viaje también será un transporte a las culturas originarias y a conocer más sobre la concepción del tiempo y del espacio, sobre la forma en que cada una de las otras culturas que nos antecedieron en el tiempo, miraron al cielo e interpretaron ese mapa estelar de diferentes maneras y con diversos fines. Lo que va impulsando cada tramo del documental es la inagotable curiosidad de Clarita para abordar cada nuevo tema y cada nueva experiencia, sin que en algunos momentos como espectadores pueda aparecer la pregunta sobre quiénes son los verdaderos destinatarios a los que apunta este trabajo. Más allá de su impecable factura técnica, de la destreza de Lipgot para ir enhebrando las experiencias de los viajeros en cada uno de los tramos, el formato y el estilo con el que se trabaja el material parece ser más acorde a un formato televisivo o de un video de divulgación de ciencias en una materia del colegio secundario que de un trabajo destinado a la pantalla grande, sin que esto de ninguna manera quite mérito al valor del producto, pero que se sienta, en varios tramos, que falta “algo” para poder redondear un producto de corte más cinematográfico. Vale la pena rescatar fundamentalmente de “EL UNIVERSO DE CLARITA” que frente a un mundo en el que los adolescentes parecen completamente faltos de motivaciones, en donde todo pasa por los designios de la playstation y las pantallas a las que viven conectados, aparece un espacio para el deseo, para los sueños, para apasionarse y para sumergirse en la búsqueda del conocimiento que nos hace crecer. Otro plus –que no es poco- son las bellas imágenes que construye Javier Pistani a cargo de la fotografía del filme y que nos regala la mágica experiencia de ver un fenómeno que ocurre aproximadamente cada 200 años: un magnético eclipse solar en la localidad de Bella Vista, provincia de San Juan que es pura seducción y asombro visual. POR QUE SI: » Lo que va impulsando cada tramo del documental es la inagotable curiosidad de Clarita para abordar cada nuevo tema y cada nueva experiencia «
El documental de Tomás Lipgot (Fortalezas, Moacir, Que viva el palíndromo) recorre el itinerario de Clara Micheletti, una niña de trece años interesada en la astronomía, que desde su Rosario natal emprende un viaje de aprendizaje y experimentación, pasando por los observatorios de Chaco, San Juan, La Plata, junto a sus maestros de taller de astronomía, Sofía Méndez y Yayo Ekdesman, además de sus padres y hermanos, en busca de otros cielos… VIAJE ASTRAL Sus maestros de taller le proponen emprender un viaje de experimentación astronómica. Clarita, asidua asistente a sus talleres astronómicos “Proyecto Miradas”, en donde se estudia e investiga la astronomía desde un punto de vista experimental y no académico, acepta y sin dudarlo se lanza a la aventura astral. Recién llegada a Buenos Aires Clarita visita el Centro Cultural de las Ciencias, en donde le regalan un cuaderno astronómico para tomar nota de sus experiencias astrales que ella utilizará como diario de viaje y cuaderno de bitácora al mismo tiempo. Clarita tiene muchas preguntas para hacerse como por ejemplo, de qué están hechos los meteoritos, cómo se crearon las estrellas, o de dónde salió el primer pájaro. Entre risas y una curiosidad inagotable la acompañaremos a visitar expertos que quizás respondan en parte sus preguntas. Desde el encuentro con el cerrajero rosarino Víctor Busso, astrónomo amateur que descubrió una Supernova, hasta el fin de viaje recalando en Bella Vista, localidad ubicada en la provincia de San Juan donde asistiremos a un mágico y magnético eclipse solar, por entonces Clarita habrá visitado ya la luna en un viaje astral y surrealista, donde la veremos sobreimpresa bailar y saltar dentro de la mítica película de Georges Mélies, Viaje a la luna (Le Voyage dans la Lune, 1902). ASTRONOMÍA SOCIAL Trabajar lo social por medio de la astronomía es una de las premisas del documental, y adentrarnos en cómo los pueblos originarios concebían la astronomía a través del aporte del astrónomo social Alejandro López que nos introduce en la etno-astronomía, ciencia que estudia el modo en el que distintos tipos humanos ven el cielo. Una astrónoma especializada en orientación vocacional en el observatorio astronómico El Leoncito, nos cuenta sobre la composición y la energía de los meteoritos. Los mocovíes del Chaco tenían distintos modos de relacionarse con el cielo, uno de ellos era a través de la recolección de meteoritos que caían a la tierra. Estos fragmentos de hierro y níquel son considerados escombros del sistema solar. Más allá del cielo y de las estrellas, Clarita con su inagotable curiosidad pone en duda lo que su maestra de catequismo asegura, que Dios nos cuida a todos, su renuencia se debe a una duda existencial que la carcome, cómo podría alguien, aunque se tratara del mismísimo Dios, cuidar a siete mil millones de personas en todo el mundo. A partir de sus dudas y sus cuestionamientos, no toma nada por cierto, se seguirá preguntando una y otra vez sobre el origen del mundo y del origen de todas las cosas por medio del Big Bang, contrapuesto a la idea de la existencia de Dios. Ella misma pareciera encontrar la respuesta cuando afirma que este documental es acerca de la ciencia y no de la creencia…
Este documental orientado al público infantil se centra en el viaje a través de la Argentina que hace Clarita, una niña fascinada por la astronomía. Estreno en salas de cine del jueves 15 de abril. El tono que propone Tomás Lipgot en EL UNIVERSO DE CLARITA es por lo menos inusual. Se podría decir que es algo así como un documental para niños. Esto es: no solo tiene una niña como protagonista sino que los elementos narrativos, el tono, la música y la forma tienen las características de una película infantil. Hay muchos documentales sobre niños pero pocos que se puedan ver también con ellos. Y este film propone algo así. También se podría pensar en EL UNIVERSO DE CLARITA como una de esas películas para pasar en escuelas, lo que los estadounidenses llaman un afterschool special: el tipo de film que un maestro puede mostrar a sus alumnos con el objetivo de estimularles la búsqueda por el conocimiento, el interés por la ciencia, la fascinación por el mundo que está más allá del alcance de los ojos. Es que Clarita (Clara Micheletti) es una apasionada por la astronomía. Desde pequeña. Desde muy pequeña. Y esa obsesión la llevó a aprender más y más sobre el tema, inscribiéndose en talleres como el «Proyecto Miradas» de Rosario –donde vive con su familia– en el que pudo desarrollar su interés por las estrellas, los meteoritos y otros fenómenos de ese tipo. Lo que el film cuenta es el viaje que Clarita emprende a lo largo del país, junto con sus maestros, recorriendo sitios de alta importancia astronómica en la Argentina. EL UNIVERSO DE CLARITA funciona como un acompañamiento a la chica a través de ese recorrido, permitiendo que el espectador descubra a la par de ella algunas de las maravillas que el país tiene para ofrecer en la materia. Y a los personajes (algunos muy curiosos) que se dedican a eso. Las mejores y más emotivas escenas, sin embargo, van por otro lado: una de ellas tiene lugar en una cárcel y otra, sobre el final, durante un eclipse. Los especialistas en el tema no encontrarán sorpresas aquí. Es que se trata de una película orientada a chicos como Clarita, a los que quizás se los pueda incentivar en una aventura similar a través del conocimiento, sea la astronomía u otra área de estudio. En más de una ocasión, de hecho, es la propia niña la que funciona como la especialista en el tema, impartiendo sus conocimientos en la materia a otros niños de su edad o más chicos. Lipgot rodeó a la historia de Clarita y las estrellas de un tono naive, de libro de cuentos infantiles, con canciones, pequeños videoclips y otras elecciones estéticas orientadas a hacer del documental algo tan accesible como la manera en la que se explican las ideas sobre el universo. Es un formato que no da más opción que cerrar la crítica diciendo aquella vieja frase: es una película para ver en familia. Ni más ni menos que eso.