La cobardía institucionalizada. Si uno tuviese que explicitar la premisa central de Home (2015), aunque sin dar demasiados detalles en lo que respecta a los protagonistas y el MacGuffin de turno, cualquiera podría pensar que estamos ante una especie de “drama exacerbado” que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial, estereotipos cinematográficos mediante (como si sólo los europeos hubiesen arrastrado cadenas a lo largo de la historia). Nuevamente el séptimo arte -y/ o el sustrato cultural en general- demuestra su enorme capacidad de adaptación: el film comienza con un ejército invasor destinando a campos de concentración a los habitantes locales y disfrutando sin el más mínimo tapujo de las posesiones confiscadas a los cautivos. Pero lo verdaderamente curioso es que el asunto no termina allí, sino que va más allá en su planteo narrativo a partir del desliz de un personaje, quien envía por accidente un mensaje hacia fuerzas enemigas, un bastión bélico todavía más cruento que tiene por hobby perseguir y masacrar a los usurpadores. Ahora bien, las promesas se magnifican cuando ponemos de manifiesto los pormenores de la faena: aquí los seres humanos están recluidos en Australia (una ironía considerando el destino que el Imperio Británico le dio al lugar), la milicia de ocupación es una horda de extraterrestres azules, y el “mensaje” de la discordia se reduce a una invitación para una fiesta en la casa de Oh, un alienígena bastante ingenuo. Como el mundo no gira con la mera presencia de buenas intenciones y sin una tanda de complementos de toda clase que las respalden, Home dilapida rápidamente las expectativas acumuladas y cae en el atolladero habitual de gran parte de la animación mainstream de nuestros días. En lo que parece un ciclo infinito, una y otra vez nos topamos con propuestas de distintos orígenes, tanto hollywoodenses como de tierras aun más lejanas, que desean inyectar nueva vida a fórmulas de antaño sin poder evitar un esquema conceptual poco desarrollado, adalides huecos, chistes extremadamente derivativos, los típicos secundarios bufones, una empatía que brilla por su ausencia y muchas escenas de acción de medio pelo. Quizás lo más destacable del opus de Tim Johnson sea esa pretensión -algo simplona, por cierto- de construir una parodia de la cobardía institucionalizada dentro de la sociedad invasora, cuyos representantes hacen una constante apología de sus destrezas para con el escape y las variantes de una doctrina que le rehúye al peligro vía la “salida hacia adelante” del saqueo/ colonialismo espacial. Lamentablemente ni los errores verbales de Oh ni la liturgia del paria, condición que comparte con Tip, su compañera humana de aventuras, nos salvan de un tedio que responde a esa misma falta de osadía que los guionistas Tom J. Astle y Matt Ember le adjudican al paladín azulado y su heroicidad kitsch, de segunda mano…
Home, no hay lugar como el hogar es la nueva película de animación de Dreamworks. Con voces en inglés de Jim Parsons, Rihanna y Steve Martin y dirigida por el veterano en la materia, Tim Johnson. Phone, Home Home, no hay lugar como el hogar cuenta la historia de “Oh”, un adorable personaje extraterrestre que llega a la Tierra con todos los Boov, una raza que huye de los Gorg (quienes los están persiguiendo por toda la galaxia). Por desgracia, Oh es un outsider dentro de su propia comunidad y nadie lo aprecia como es. Cuando Oh invita a todos sus “amigos” a la fiesta de inauguración de su nuevo hogar, accidentalmente envía el mensaje a todo el universo dando a conocer la ubicación exacta a sus enemigos. Ahora, Oh tendrá que huir de su propia comunidad. Pero no estará solo: se topará con Tip (un niña que no encuentra a su madre) con la que comenzará una nueva aventura plagada de obstáculos. Home resulta cálida, especialmente dirigida para los más pequeños, llena de colores y personajes adorables. Sin embargo, la película argumentativamente hace agua por todos lados. Ello resulta especialmente una pena en una película de animación, cuya realización lleva años. Para nuestro pesar, termina siendo una sucesión de escenas inconexas que son intercaladas con música pop del momento interpretada por Rihanna, Jennifer Lopez y Kiesza, entre otros. Con dos de azúcar por favor El film tiene como origen el libro infantil del escritor e ilustrador estadounidense Adam Rex, quien nos presenta a los Boov como una raza tierna y amigable. Los Boov cambian de color según su estado de ánimo e invaden nuestro planeta de una manera absolutamente pacifica. Si bien este relato puede funcionar muy bien en un libro, llevado a la pantalla grande resulta totalmente naive y aburrido. Trazando paralelismos, lo primero que se viene a la cabeza son los prisioneros de guerra, destinados a campos de concentración mientras los invasores disfrutaban sin escrúpulos de las posesiones de los invadidos. Un trasfondo realmente muy oscuro para una película de animación para chicos. Aún así, creo que el film falla principalmente debido a que el personaje de Oh no tiene un verdadero giro en su personalidad con el avance de la trama, sino que solamente acaba siendo aceptado por su comunidad, mientras que el espectador jamás logra empatizar con el resto de los personajes. El film pivotea entre la comedia y el drama, pero sobre todo se apoya en el roadtrip que los dos personajes principales tienen que realizar en búsqueda de la madre de Tip. En ese viaje irán conociendo cosas de cada uno y sobre todo Oh descubrirá que el planeta Tierra es el lugar que él estaba buscando para no sentirse excluido. Home, no hay lugar como el hogar termina siendo una mezcla de un sinfín de películas, con algunos chistes graciosos, pero que apela principalmente al slaptick como forma de humo,r en vez de apelar al diálogo un tanto más inteligente al que nos tienen acostumbrados las películas de Pixar o Blue Sky. Conclusión Home, no hay lugar como el hogar es una película absolutamente tierna, tan tan tierna que por momentos, aburre. El foco no está puesto en el nivel argumental sino en el diseño de los personajes y en la música, especialmente diseñada para que este producto no pase desapercibido para los más chicos.
"Nos invaden los pequeños" Una de las invasiones extraterrestres más coloridas y pacificas del cine es el puntapié inicial de esta tierna y divertida historia de humor centrada en la inesperada amistad que entablan un pequeño marciano y una niña. Oh es un simpático alienígena que, luego de desembarcar en la tierra junto a todos los de su especie (denominados Boovs), decide organizar una fiesta de bienvenida en su nuevo hogar. Ese simple y aparentemente plan es el detonante de varios problemas, que van desde el rechazo por parte del resto de los miembros de su raza, una inminente invasión de sus enemigos acérrimos y la irrupción de una niña (y su gato) que está dispuesta a todo con tal de reencontrarse con su madre. Después de varias idas y vueltas, finalmente fue el experimentado realizador Tim Johnson (“Vecinos Invasores”, “Antz”) el encargado de recoger el guante y dirigir esta entretenida producción basada en el cuento “The True Meaning of Smekday” del ilustrador y guionista Adam Rex. El resultado es más que una recomendable propuesta animada que apunta casi de forma exclusiva a los más pequeños, tanto por su humor como por su diseño de producción y el nivel de la animación. Secuencias cargadas de colores, una utilización perfecta del 3-D y una banda sonora eficaz con una marcada presencia femenina (Rihanna, Jennifer Lopez y Lana Del Rey aportan lo suyo) son los pilares técnicos de “Home”. El guión por su parte ofrece un humor muy sencillo, básico e infantil, casi imperceptible para los más adultos, lo que deja en evidencia desde el primer minuto la clase de público a la que apunta esta propuesta. Habrá que esperar algún tiempo para poder disfrutar de este film con las voces originales, algo a priori llamativo, ya que dentro del elenco se encuentran ni más ni menos que el genial Jim Parsons (“The Big Bang Theory”) y el inoxidable Steve Martin. Por el momento, “Home” es una oferta original, de gran ritmo y con mucho humor que ningún niño pequeño de este planeta podría rechazar.
Una para chicos con demasiadas explicaciones La nueva película animada de los estudios Dreamworks resulta un interesante objeto de análisis. No porque venga a aportar nada sustancial al género infantil, uno de los más redituables y prolíficos de la actualidad, sino porque su eje temático se encuentra en pleno contacto con una realidad ineludible para una sociedad como la estadounidense. Home, no hay lugar como el hogar, de Tim Johnson, es un relato acerca de la invasión, sus causas y consecuencias pero que, a diferencia de otros relatos que giran en torno del mismo tema, aborda el asunto desde numerosos puntos de vista e incluso intenta ser comprensivo con las motivaciones que dan origen a todos ellos. Un intento de sinopsis: los Buvs son una civilización de tiernos y pacíficos extraterrestres que se ven obligados a invadir la Tierra para evitar la extinción, debido a que los Gorgs, otra raza alienígena, los persigue desde hace rato. Claro que a diferencia de los Buvs, los Gorgs son feos y agresivos, los malos del cuento, y en su persecución van destruyendo los diferentes mundos que los otros eligen para asentarse. Pero aunque sus motivos sean diferentes, ambos pueblos comparten su carácter de invasores y la humanidad termina encerrada en un campo de refugiados en el desierto de Australia. Pero como los Buv son buenos, lejos de parecer la Franja de Gaza el lugar es una especie de Disneylandia, en donde la humanidad no sólo tiene todo lo que necesita, sino también todo lo que aparentemente puede desear. El lugar perfecto, un paraíso de capitalismo socialista.A diferencia de Francotirador, de Clint Eastwood, en donde la narración se ocupa nada más del relato propio y reduce al otro y sus acciones a un papel menor, en Home el otro también es un individuo con una explicación razonable para su accionar. Pero la película no sólo tiene esa generosidad con los humanos y los Buvs, que también habitan el lugar de la víctima y con quienes es muy fácil empatizar, sino que hasta se permite ser comprensiva con los Gorgs, los monstruos, que parecen venir a destruir por capricho y sin lógica aparente. En Home, entonces, no hay malos, sino problemas para entender las razones ajenas. Claro que todo eso sería más poderoso si tras un arranque prometedor, con buen humor y un alto sentido del absurdo, el film no se dedicara a dinamitar sus propios méritos con una banda de sonido de canciones pop–chorizo; con un doble final que sólo busca multiplicar el llanto del espectador y que, peor que peor, termina cayendo en el proto new age saintexuperiano de “lo esencial es invisible a los ojos” que desvirtúa bastante la cosa. Porque en el fondo, Home no se permite aceptar al otro en tanto monstruo (donde lo monstruoso es lo verdaderamente distinto de uno), sino que antes necesita asimilarlo en un ser lindo y amigable. En cambio, hay quienes podrán acusar a Eastwood de derechista o de alterar la realidad que retrata (incluso todo eso podría ser cierto, aunque este no es el espacio para debatirlo), pero les será más difícil probar que Francotirador es una película timorata o que atenta contra su propia (y sólida) lógica dramática.
Home tiene un comienzo raro, por un lado la presentación de los personajes parece una alternativa a los Minions, pero al toque pasan a secuestrar a todos los humanos para re agruparlos en territorios lejanos. Siguen con la historia de una chica separada de su madre y la unión con el protagonista de la película. Ese comienzo confieso me pareció perturbador, pero todo luego se va diluyendo y se transforma en una linda película familiar. Y digo familiar porque tiene el humor de los chicos y también los guiños para los padres. Bien musicalizada y con buenos gags a lo largo de la historia. La mayoría de las películas en las cuales hay una parte floja tienen un comienzo a todo trapo y luego se caen, Home tiene como ventaja ese arranque medio raro y una muy buena conclusión. Confieso que hay una escena final con una dirección de arte brillante, trabajando con fuera de focos y una combinación con la banda sonora brillante, pocas veces trabajado en el cine de animación de esta clase. Home es una buena salida al cine con el balde de pochocos, padres, tíos e hijos la pasarán bien :)
Amable y efectiva. DreamWorks, la productora detrás de exitosas sagas como Shrek y Madagascar, busca recuperar terreno en el lucrativo pero siempre competitivo mercado de la animación con una historia sencilla, clásica y efectiva (aunque lejos de la audacia y la creatividad de la reciente Cómo entrenar a tu dragón 2) que recicla la fórmula de la amistad entre un niño y un extraterrestre vista en, por ejemplo, E.T., el extraterrestre o Lilo & Stitch. Más allá de la inevitable sensación de déjà vu, Home funciona con su calculada interacción entre los opuestos que se terminarán complementando y entendiendo, mientras que a los adultos acompañantes les quedará apreciar el despliegue visual de la animación 3D y sonreír frente a algunas citas y referencias un poco más elaboradas. Los Buv son unos alienígenas en problemas que invaden la Tierra y envían a los humanos a una suerte de campo de refugiados. Sin embargo, no se dan cuenta de que una niña llamada Tip ha quedado en su casa y, decidida y aventurera como es, saldrá en busca de su madre, Lucy. A ella y a su gato se les sumará Oh, un extraterrestre tan inteligente como torpe e individualista, que es perseguido por los líderes de su comunidad, especialmente por el patético Capitán Smek. Lo que sigue es una larga saga de enredos por escenarios de los Estados Unidos, China, Australia y Francia (la Torre Eiffel tiene un lugar decisivo en la trama) que apuesta, claro, a la tolerancia entre seres de diferentes orígenes y culturas. El director Tim Johnson (Vecinos invasores, Sinbad, Hormiguitaz) construye una narración leve y previsible que se sigue sin esfuerzo, sin demasiadas sorpresas, pero con una sonrisa permanente. Home, está claro, no pasará a la historia grande de la animación, pero es un producto familiar concebido con indudable profesionalismo. Algunos giros y acentos del doblaje resultan un poco molestos y hacen extrañar una versión original subtitulada con las voces originales de, entre otras figuras, Jim Parsons, Rihanna, Steve Martin y Jennifer Lopez.
Oh, el extraterrestre Aunque es una producción que va a lo seguro, entretiene desde el principio hasta el final. En el cine de animación puede haber quienes apuesten a algo innovador o distinto, como La gran aventura Lego o Cómo entrenar a tu dragón entre lo más reciente, o los que van hacia el humor cordial, la unión familiar, la aceptación del otro, como Río o esta Home, no hay lugar como el hogar. También hay otras realizaciones, como la saga de Madagascar, pero ahí no suele haber demasiadas ideas. Los responsables de Home van a lo seguro -como, se verá, los extraterrestres de la película-. Y no está mal. La película es entretenida desde que arranca hasta que llegan los títulos finales, los chicos se divierten, ríen y aplauden. Tal vez no haya, no ofrezca material para un spin off o derivados, pero el cometido de entretener por una hora y media se logra. Oh es de una especie extraterrestre, los Buv, unos invertebrados que van copando distintos lugares en el espacio, hasta que otros extraterrestres malos, los Gorg, que los persiguen se enteran dónde están, y se refugian en otro planeta. Eso han hecho en la Tierra. “Chuparon” a los humanos y los llevaron a todos a Australia, apoderándose de las casas y sacando lo que no consideran útil -desde inodoros hasta lo que se les ocurra-. Ahí Oh conoce a Tip (como en Lilo y Stitch), una niña que se quedó con su gato, encerrada en su departamento, y que quiere encontrar a su mamá. Ambos están como “fuera de lugar”, y se necesitarán, porque Oh se mandó una macana: envió un mensaje invitando a todo el mundo -o habría que decir todo el universo- a su fiesta de “estrenamiento” -hablan modificando palabras- de su nuevo hogar, y cuando los malos se enteren de su ubicación ya nada será seguro en la Tierra. La tipificación de los extraterrestres hace a la cuestión. A los Buvs no les gusta correr riesgos, van a lo seguro. Tildarlos de cobardes sonaría un poco fuerte. Por eso son casi todos iguales. Casi. Algunos dirán que pueden ser parientes cercanos de los Minions, que ayudan a Gru en Mi villano favorito. Y algo de la cara de Oh recuerda a la de Chimuelo en Cómo entrenar a tu dragón. Tim Johnson, que codirigió Antz y Vecinos invasores, está al frente de la realización. Hay mucho color, mucha música (Rihanna dobla la voz de Tip, y canta en la banda de sonido original) y mucho pum para arriba. El 3D no parece hacer mucha diferencia. En el original las voces son de Rihanna, Jim Parsons, Steve Martin y Jennifer Lopez. Para los fanáticos, a esperar la edición en DVD.
Dibujo que gustará a los más chiquitos. Un extraterrestre que cometió un lío bastante grande en su planeta y decide huir lo más lejos posible aparece en la Tierra y se hace amigo de una chica solitaria que lo ayuda a fugarse de los otros aliens que lo persiguen. Esta es la idea básica de la última película animada de DreamWorks,. Realizada por el equipo que hizo película tan populares como "Antz" y "Cómo entrenar a tu dragón". No hay muchas novedades en este nuevo film, que no brilla precisamente por su originalidad, pero que sí ofrece situaciones razonablemente divertidas -por ejemplo los efectos de la música y el baile en el marcianito- y muchas escenas estéticamente atractivas, especialmente en todo lo que tiene que ver con el colorido de los paisajes y del alien protagónico, que más allá de eso, no tienen un diseño especialmene elaborado, por decirlo de alguna manera. Uno de los puntos fuertes de "Home" eran las voces de los personajes, a cargo de Jim Parsons (el Sheldon Cooper de "The Big Bang Theory"), Rihanna, Steve Martin y Jennifer Lopez, pero como pasa con las versiones dobladas al castellano, este talento vocal se pierde totalmente, y es que en realidad poner el énfaiss en algo ajeno a lo visual siempre fue un modo facilista de aproximarse a un film de animación. En todo caso, no será una explosión de originalidad sobre todo para quienes recuerden otros films con marcianos como "Lilo & Stitch"), pero el público se renueva, sobre todo el infantil, y "Home" tiene gags, colorido y música como para entretener a la audiencia a la que está dirigido.
Hogar dulce hogar Como viene sucediendo con los últimos films animados de los grandes estudios, detrás de la impronta de “cuento infantil”, hay una profunda crítica a la sociedad de consumo y su dependencia de la tecnología. Home. No hay lugar como el hogar (Home, 2015) no se escapa a esta premisa, aun cuando de ella se desprenda también una sinergia de negocios asociados (juguetes, libros, etc.). Home. No hay lugar como el hogar narra la interacción entre una humana llamada Tip (Rihanna) y un extraterrestre de nombre Oh (Jim Parsons) cuando ambos vean la necesidad de trabajar juntos para alcanzar sus objetivos. El de la niña es encontrar a su madre (Jennifer Lopez), y el del alien poder detener un mensaje involuntario que lo transformará en el culpable de la extinción de la raza humana y también de su especie. Todo comienza cuando los Boou deben encontrar un nuevo refugio para esconderse de sus archienemigos y evitar así ser diezmados. La tierra parece ser el objetivo y lugar ideal para que puedan mudarse, pero claro está, antes deberán realizar una reubicacion de los humanos y ahí es cuando el destino de Tip y Oh se cruzarán. Involuntariamente Oh envía una invitación al espacio para la inauguración de su nueva vivienda, pero sin detenerse en el detalle (detrás de ese mensaje esta la posibilidad que pueda detectar su lugar de residencia) con el consecuente peligro que determina. Dirigida por Tim Johnson, Home. No hay lugar como el hogar es una comedia entretenida que basa su fuerte en el contraste de diferentes que potencia el gag -y el punchline- a partir del desconocimiento del alien por los objetos y costumbres “terrestres”, que generan un sinfín de situaciones divertidas y disparatadas. Por el contrario, el personaje de la niña es presentado como una aguerrida luchadora que a fuerza de esmero, pudo en su pasado reciente superar el bullying escolar por su condición de inmigrante. Esa potencia se traduce en tezon y esmero para liderar la tarea de búsqueda. El guion, basado en el cuento de Adam Rex, trabaja temas como la amistad, la labor en equipo, la familia, pero además denuncia un estado de dependencia con la tecnología que exige una salida hacia un trabajo intelectual en su ausencia, siempre dejado de lado o para otro momento. Por su parte, los personajes están bien delineados, y son las características de los extraterrestres (cambios de color de acuerdo a sus sentimientos, lenguaje símil telegrama, sincopado y con palabras inventadas, etc.) las que hacen de Home. No hay lugar como el hogar, una entretenida comedia de aventuras que buscara detrás de su apariencia de film infantil encontrar algunas respuestas sobre la tolerancia al otro, la vida en sociedad, la aceptación del diferente y la dependencia tecnológica; siempre con una sonrisa y con una banda musical que explota el potencial de la protagonista con ritmos acelerados y pegadizos.
La amistad y la aceptación de la diversidad DreamWorks Animation aterriza en las salas con esta original y fresca película animada dirigida directamente a un público infantil, con momentos graciosos, personajes simpáticos y una banda sonora que sirve como vehículo comercial para Rihanna. Home: No hay Lugar como el Hogar, cuenta la historia de unos simpáticos extraterrestres -los Boov- que llegan a la tierra huyendo de sus perseguidores -los temibles Gorg-, colonizándola de forma pacífica y concentrando a toda la humanidad en una zona limitada de la tierra especialmente habilitada. Así los Boov, una sociedad individualista guiada por un líder cobarde e incompetente, se quedan con el resto del planeta ocupando las casas de las personas y descubriendo con entusiasmo para qué valen los artilugios dejados atrás por los humanos. Pero Oh, uno de sus integrantes diferente al resto, en su búsqueda de hacer nuevos amigos cometerá un terrible error con el que pondrá nuevamente en peligro a su raza y el planeta tierra, comenzando una aventura a la que se unirá una niña humana en busca de su madre desaparecida. La película centra su interés en la energía de la aventura más que en el desarrollo de la historia y los personajes, destacándose el simpático y carismático extraterrestre Oh -en la versión original con voz de Jim “Sheldon Cooper” Parsons- con un humor prácticamente de preescolar, Tip -con voz de Rihanna-, la heroína femenina fuerte, luchadora e independiente y una galería de personajes típicos pero agradables. Si bien Home: No hay Lugar como el Hogar posee una animación vistosa destacándose en el diseño de la niña y de los escenarios interiores, la rigidez en los movimientos humanos y la sobrecargada propuesta de colores y formas simples de los alienígenas, sumado al abuso de temas de Rihanna en la banda sonora, da la sensación de que el film fue ideado de cara al merchandising. De igual forma, Home: No hay Lugar como el Hogar es un efectivo pasatiempo infantil que temáticamente rescata la aceptación de la diversidad y la importancia de enfrentarse a los problemas.
Crítica emitida por radio.
Extraterrestre y entusiasta Oh es un alienígena positivo, feliz y entusiasta, tal vez demasiado entusiasta. Le pone ganas a todo, y sin embargo nadie tiene ganas de estar con él. Cuando el capitán Smek, el líder de su planeta, decide invadir la Tierra huyendo de sus peligrosos enemigos, los Borg, todos los humanos son enviados a vivir a una colonia, y los Boov ocupan su planeta y sus viviendas, haciendo de la Tierra su nuevo hogar. El atolondrado Oh comete un error y debe huir de sus compañeros que quieren capturarlo. Al huir conoce a Tip, una niña que permanece escondida de los aliens, y que fue separada de su mamá. Ambos desconfían uno del otro al encontrarse, pero deben recorrer juntos un camino, en un simpático auto que Oh ha tuneado para que pueda volar. Al conocerse, descubren cuanto tienen en común, a pesar de las diferencias, y a través de Tip, Oh conoce las costumbres humanas, y finalmente tiene una amiga, lo que siempre ha querido. La relación entre dos culturas diferentes es la base de la historia, lo distintas que pueden ser las cosas cuando se miran con otros ojos, y como al aprender de otros podemos darnos cuenta de las cosas buenas que nos estamos perdiendo. Además de la hermosa amistad entre Oh y Pit, la película tiene muchísimo humor, de ese que a veces entienden mejor los adultos que los chicos, mucha acción, y algunos de esos inevitables momentos tristes, presentes en todas las películas infantiles para que los niños aprendan a que a veces hay obstáculos que superar para llegar a un final feliz, en este caso un final demasiado predecible. Colorida, estridente, con un 3D impecable, y una estética muy accesible para los chicos, este nuevo film de Dreamworks, relata una hermosa aventura, con toques de ciencia ficción y un lindo mensaje. Nada nuevo, pero siempre efectivo.
Una delicia para los más chiquititos. Alienígenas que invaden la tierra, el valor de la amistad, la necesidad de la valentía.
Parece que atravesamos una época de probar fórmulas que parecieran innovadoras para impulsar la cartelera infantil, en busca de una renovación de tópicos que ya lucen demasiado tradicionales y previsibles. Varias productoras siguen intentando sorprendernos en esa dirección con resultados desparejos. Lo cierto es que parecemos vivir una etapa de pocas ideas en cuanto al género. No es que falten intenciones nuevas, están (de hecho, si ustedes se fijan en la elección de voces para "Home", la versión original incluye a Rihanna y a Jim Parsons como las primeras figuras, clara apuesta arriesgada) pero hasta ahora, en pocas oportunidades han podido construir alternativas transgresoras que conmuevan al mercado. Debo decir entonces, que por osada que parezca superficialmente "Home", el resultado dista mucho de ser bueno. El guión que trabaja este nuevo producto de animación firmado por Tim Johnson (“Ants” fue su gran carta de presentación en el medio) está basado en una obra literaria llamada “The True Meaning of Smekday”, libro infantil de gran suceso en USA que data del 2007. La historia es poco convencional (digamos) y presenta una invasión a nuestro planeta realizada por una raza llamada “boov”. Ellos son criaturas que huyen en el espacio de otra que depreda cuanto espacio ellos visiten: los Gorg. Asi planteadas las cosas, ellos llegan a la Tierra, desplazan a los humanos a Australia (son de cuidar a los dueños eh! -¿?) y comienzan a vivir en este hogar, sin mayores preocupaciones. La cuestión es que uno de ellos, Oh (Parsons si la ven subtitulada) es bastante particular y con su conducta, los problemas no tardarán en aflorar. Quiere tener amigos con desesperación y la verdad, las relaciones sociales no son su fuerte. Accidentalmente conocerá a la humana Tip (ya dijimos, nada menos que Rihanna, quien también aporta algo para la soundtrack), quien está enfurecida porque sabe que su madre fue abducida por los visitantes y no sabe dónde está. La cuestión (a esta altura) es que Oh está siendo perseguido por sus compañeros por un error infantil. Digamos que un mensaje suyo, enviado con descuido, podría complicar un poco las cosas para su pueblo: envió una invitación a una fiesta personal indicando en qué planeta se encuentran los Voov. Esto provocaría que los Gorg puedan enterarse del escondite de sus enemigos. Siendo los dos fugitivos, deberán resolver algunas cuestiones importantes como dar con la mamá de Tip, cancelar el impacto del mensaje y eventualmente, salvaguardar la vida interestelar sin dañar los intereses de las razas involucradas. La historia ofrece algunos giros bastante poco usuales (¿no es Australia una especie de campo de reclusión para nuestra gente?) que sumados a la liviandad de algunos recursos (¿un mensaje que llega a todos los destinatarios del universo entero?, ¿un líder –el Capitán Smek- demasiado parecido a el rey Julien de la saga Madagascar?) terminan por ofrecer un menú básico en el que las excentricidades no aportan la explosión necesaria para hacer un film divertido, de principio a fin. Los aspectos técnicos son los esperables en este tipo de producción (Dreamworks sabe de esto y no se lo vamos a negar) y la aventura, se deja ver, pero no genera el entusiasmo esperado. “Home” es una película familiar no tan sencilla para los más chiquitos (hay muchos elementos complejos en ella) así que a tener en cuenta. Habrá que seguir intentando. Lejos del impacto de otros tanques de la compañía, un producto discreto que sólo conformará a fans del sci-fi y de los actores involucrados en las voces (al menos, en la versión en inglés).
La nueva propuesta de Dreamworks resulta técnicamente impecable. Festiva, aunque por momentos muy naif, es una propuesta destinada al público más menudo. La confección de los personajes, monigotes tan simpáticos como queribles, y la utilización de una paleta de colores estridentes, al igual que el manejo de las texturas y la animación en general, resultan cautivantes. La premisa del filme, fusionar el cine de “invasiones alienígenas” con las comedias de enredos, termina generando una aventura fílmica que no decae, con algunos diálogos muy inspirados y chistes físicos muy ingeniosos. Y pese a que a diferencia de otras exponentes del estudio, la trama es mucho más elemental y menos original, resulta una excusa perfecta para disfrutar de una hora y media con una historia de amistad, superación y fantasía.
"Home" Encuentro divertido del tercer tipo No hay demasiada verdad revelada en decir que en el rubro de películas animadas para chicos, Pixar es el rey indiscutido de la industria. Quien hace lo posible para pelearle ese reinado, a base de buenas historias y calidad técnica, es DreamWorks. Sin dudas la compañía mejoró muchísimo en los últimos años y, después de haber exprimido hasta la última gota de "Shrek", nos brindó nuevas sagas que gozan de buena salud y futuro: "Madagascar", "Kung Fu Panda", "Cómo Entrenar a tu Dragón", son algunos de estos ejemplos. Ahora nos llega "Home - No Hay Lugar Como el Hogar", que primero era un cortometraje que fue convertido en largo. Este filme está basado en el libro "The True Meaning of Smekday", publicado en 2007 por Adam Rex. Y créanme si les digo que la empresa acertó nuevamente en su elección de qué brindarnos. Una raza alienígena llamada buv va invadiendo planeta tras planeta para tratar de escapar de los Gorg, sus enemigos acérrimos. Es así como llegan a la Tierra, la colonizan ocupando las casas de las personas, desechando las cosas a las que no les ven utilidad y trasladan a todos los humanos hasta una nueva locación: Australia. Los buv son una raza muy particular cuyas acciones son metódicas, precisas y no pierden tiempo en insignificancias como la amistad o las relaciones personales. Siempre hay alguien que se destaca por ser diferente y no seguir los parámetros establecidos. En este caso es Oh (Jim Parsons), un buv que no goza de mucha popularidad entre los suyos (todos tratan de evitarlo, por eso su nombre proviene de esa expresión, que es la que hacen cuando lo ven). ras que no vive haciendo torpezas y equivocándose, no tiene mejor idea que organizar una fiesta en su nuevo departamento para festejar el haber encontrado un nuevo hogar. Para ello manda un mail avisándoles a todos, con tan mala suerte que el mensaje va dirigido incluso a sus enemigos. Claro que lo hace sin querer, pero esto hace que empiecen a perseguirlo los de su raza para que les dé el password desu casilla y anular todo. Oh escapa de ellos , se encuentra con Tip (Rihanna), una nena que logró escapar de la invasión y vive escondida en un departamento junto con su gato. Ambos formarán un dúo improbable en el que cada uno aprenderá el valor de la amistad y el verdadero significado de la palabra hogar. Es cierto que, en la mayoría de los casos, los filmes infantiles tocan los temas de amistad, valores familiares, amor filial, etc. Lo que hace que algunos se destaquen es la forma de contar su historia, o los personajes que emplea para hacerlo. En este caso el alienígena Oh es uno de los más simpáticos y graciosos que vimos en la pantalla grande en los últimos tiempos. A esto hay que agregarle que los guionistas Tom J. Astle y Matt Ember nos proveen de unos diálogos muy divertidos y eficaces que funcionan hasta en la versión doblada al español. A Rhianna -que se encargó de crear toda la banda sonora del largometraje- y Parsons los acompañan Steve Martin como el Capitán Smek, líder de los buv que hace recordar mucho al Rey Julien de la saga Madagascar. Jennifer Lopez le pone su voz a Lucy, la madre de Tip y Matt Jones a Kyle, un policía de tránsito al que Oh lo considera su mejor amigo. No lo duden ni un segundo. Esta es una apuesta muy divertida para el cine en el que grandes y chicos van a disfrutar por igual. No comentan el error de perderse esta película.
Más encuentros del tercer tipo La nueva propuesta animada de Dreamworks, que tiene bastante poco de original, presenta a Oh un alienígena que no encaja en su mundo y decide probar suerte en la Tierra donde conocerá a una inseparable amiga. El cine de animación sigue siendo una apuesta poderosa para la industria. En Argentina, particularmente, suelen dominar la taquilla anual. Y, salvo que aparezca un Relatos salvajes, casi cualquier exponente del género termina en el puesto más alto de las recaudaciones. Por eso no es raro que en todo el mundo estas películas se conviertan en los tanques más esperados por el negocio cinematográfico. Home es la nueva apuesta de Dreamworks, el estudio de Shreck, Madagascar y Cómo entrenar a tu dragón. Aunque los críticos solemos tentarnos con lecturas ideológicas sofisticadas frente a esta clase de películas, la realidad es que no hay que investigar demasiado en este film más bien inocuo e irrelevante. También es cierto que la ciencia ficción es un género al que las interpretaciones políticas le sientan muy bien. Home es un film de ciencia ficción animada. El alienígena Oh –el nombre es de lo más gracioso del personaje– no ha podido encajar en su mundo y prueba suerte en la Tierra. Nota: la voz original del personaje de Oh la hace Jim Parsons, nada menos que Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory. Como de costumbre, Dreamworks apuesta mucho al humor y al disparate, dos armas con las que ha logrado sus mejores éxitos. Sin embargo, el problema que enfrenta esta nueva película es que todo lo que se ve en la pantalla parece usado, gastado, muchas veces visto y todavía no olvidado como para generar simpatía o interés extra. Home da más la sensación de estar viendo una película que vimos demasiado que de estar frente a una obra nueva. Esa película "repetida" que tenemos delante tampoco es lo más brillante del mundo, que quede claro. Ser predecible no es algo siempre malo, pero acá le quita fuerza. Oh, claro, tendrá en la Tierra a una amiga, Tip (la voz original es la de Rihanna) y juntos recorrerán las aventuras que para ambos serán también un viaje personal de autodescubrimiento. Suena muy sofisticado y lo es, pero la forma en que esta clase de films lo plantea no es nada más que una serie de frases y situaciones elementales. A años luz de los grandes clásicos del cine de animación actual, Home puede servir más que nada para variar un poco la repetición de otros films favoritos de los niños, pero es probable que aun, viéndola por primera vez, surja la sensación en los espectadores de que esta película la vieron antes. De alguna forma, así es. Canciones no le faltan, eso sí, y algo de baile también tiene.
No depende del color con que se mire. Oh forma parte de los Buvs, una raza alienígena que desconoce el significado de la palabra “valor”. Más bien a él y a sus congéneres les sale bien lo que conocemos por aquí como “soldado que huye sirve para otra guerra”. Y así comienza la historia de Home, con una huida general de Buvs que finaliza en un planeta amigable como La Tierra. Al llegar, ellos quieren estar tranquilos, por lo que deciden reubicar a los terráqueos en Australia, lugar donde crean una colonia para “humanos felices”. Resuelto el tema, comienzan a moverse a sus anchas en tierra ajena. Despreocupados, sintiéndose a salvo de otra raza alien que los persigue y ha destruido su hábitat en anteriores ocasiones, sólo tienen que adaptarse a su nuevo mundo. Oh se diferencia de sus pares, la gran familia de los Buvs, ya que su deseo es entablar relaciones y socializar con ellos. Pero los demás no quieren saber nada de eso y lo excluyen. Oh descubre pronto que está solo. Y que a los otros solo les importa vivir de una manera rígida y conformista. Trip, adolescente que se salvó por azar de ser llevada a Australia, se cruzará en su camino. Y pronto ambos descubren que la soledad y el no ser aceptado por sus pares es el común denominador que los une. Trip busca desesperadamente a su madre y Oh decide ayudarla en una travesía que incluirá momentos divertidos y algún que otro susto. Oh aprenderá, como todo héroe, el significado de la palabra arrojo y descubrirá que tener amigos no es solo para seres de su especie. Trip pasará del susto y la desconfianza a la comprensión y el afecto. Como suele suceder en las “buddy movies”, nuestros protagonistas, obligados a convivir por razones que los exceden, se encuentran más allá de sus diferencias. Home no se caracteriza por su originalidad pero tiene algunos elementos para tener en cuenta, como el cambio de forma y color de los Buvs con sus emociones o cambios de actitud (Oh se pone verde al mentir, delatando sus propósitos). Y Tip, su compañera de aventuras, no es la típica WASP (las siglas en inglés de Blancos, Anglosajones y Protestantes) sino afroamericana, cosa no muy habitual en propuestas para niños. ¿Corrección política? No lo sabemos, pero el cambio es bienvenido. Estamos ante una película que con sus lugares comunes y previsibilidad en la trama, logra conquistar. Sin ser pretenciosa, transmite un mensaje claro que habla de la familia como eje y la comprensión y el equilibrio con el otro más allá de las diferencias (y los colores). Disfrutable de principio a fin.
La decadencia de Dreamworks… Ya pasaron dos décadas desde la fundación de Dreamworks, el estudio cinematográfico liderado por tres moguls de la industria: Spielberg, Katzenberg y Geffen (SKG). Gracias a la apertura de un departamento de animación, irrumpieron en 1998 con el film Antz, del director Tim Johnson; mismo año en el que Pixar lanza Bichos, una aventura en miniatura, proyecto definitivamente paralelo y superior. Hoy, luego de varios éxitos y demasiados fracasos, Dreamworks se ve obligada a solo poder lanzar un par de proyectos al año, entre ellos, Home. En efecto, la causa se refiere a las bajas recaudaciones durante el transcurso del año pasado. Así como en la época de oro de Hollywood algunos estudios destinaban proyectos a una segunda línea de comercialización y exhibición, denominada “B”, que nada tenía que ver la calidad del film (las diferencias eran de índole presupuestarias), Home viene a ocupar ese lugar dentro de la producción de Dreamworks de este año, generando como resultado un film que da la sensación de haber sido terminado a las apuradas, sin una imaginería visual impactante ni una trama bien desarrollada. Home pareciera haber sido delegado a otro nivel de importancia para la empresa. En muchas ocasiones, los films animados son utilizados para realizar una crítica a políticas mundiales y guerras, o para celebrar la preocupación ambiental y/ o las relaciones humanas. A veces implícitamente, por tratarse de films para menores que permiten crear consciencia a través de un trasfondo que el niño pasa de largo, mientras disfruta de estas propuestas desde otro lugar y entendimiento. En mayores, la percepción es otra y permite en casos como este percatarse de la trama “oculta” o de determinado gag. Ya en otra animación de este mismo estudio vimos encausar una comparación entre una colmena y un campo de concentración (Bee Movie). Ahora, en Home, un grupo de extraterrestres, los Boovs, migra de su planeta destruido por otra raza espacial para así dominar La Tierra, lo que permite desencadenar la búsqueda de Tip, una adolescente humana cuya madre fue reubicada, junto a Oh, el Boov en desacato para con el resto de su especie (debido a que torpemente envió un mail en el que delata la ubicación actual al feroz enemigo). Así el film vuelca su contenido emocional a la relación entre Tip y Oh, ejemplificada en repetidos gags sobre los diferentes dialectos y costumbres de cada especie; todo a su vez reforzado por escenas con musicalizaciones a cargo de las pop queens Rihanna, Lana del Rey y Jennifer Lopez. No faltan las obligadas persecuciones vertiginosas para acelerar el ritmo cinematográfico ni el ejemplo de redención frente a los Boov. Quien ayer fue tu enemigo, abdujo a tu madre, invadió tu planeta y te mantuvo cuasi esclavo, hoy es invitado a tu casa a tomar el té. Estas pequeñas observaciones podrían justificar el desgano de la maquinaria de Dreamworks y esta decadencia en la que se encuentra: hablamos de una animación poco pulida, tanto en lo visual como en lo argumental.
Desde el afiche uno intuye que “Home: no hay lugar como el hogar” va a parecerse o tomar elementos de muchas películas, empezando por “Lilo Stich” (2002). Aquella también era sobre la relación entre una niña y un extraterrestre cuyo lado interno de las orejas era del mismo color que éste nuevo alien. Una referencia directa como para no andar intentando descubrir la pólvora. Oh (Jim Parsons –doblaje de Luis Gerardo Méndez-) es un extraterrestre algo torpe e inocente (mezcla de malvavisco con fantasmita del Pac-Man) que vive, al igual que todos sus pares, bajo el incuestionado mandato del Capitán Smek (Steve Martin –doblaje de Humberto Solórzano-). Un líder que llegó a tal posición por el sólo hecho de haber sido el mejor a la hora de salir corriendo frente a la amenaza de otra raza que viene persiguiéndolos. En una introducción brillantemente sintetizada, la voz en off de Oh nos va explicando que este es el mejor día de la vida por haber encontrado un planeta (el nuestro) en donde poder esconderse del enemigo.“Nosotros mejorando la vida de los humanos”, cuenta mientras vemos como todos los terrestres son “amablemente” extraídos de sus viviendas (esto es, sin violencia pero también sin resistencia) y puestos en guetos. Luego, las ciudades son ocupadas por estos simpáticos bichos que hacen todo esto siguiendo las indicaciones del Capitán; convencidos de estar mejorando nuestra calidad de vida e ignorando por antonomasia que su accionar es una ocupación, una invasión a la fuerza (de gravedad). Tip (Rihanna -doblaje de Danna Paola-) es una nena que gracias a su gato (no pregunte, acéptelo) no es abducida y queda sola, añorando con hacer lo posible para encontrar a su madre. Oh, por su parte, se siente ninguneado por sus “complanetarios”. No encaja. No logra ser aceptado. Para colmo todo se desmadra al enviar un comunicado (un mail) anunciando su fiesta de inauguración de su nuevo departamento terrestr, con tanta mala suerte que el mensaje sale hacia toda la galaxia, incluyendo hacia el enemigo. Obviamente esto lo transforma en el extraterrestre más buscado del planeta, con lo cual tenemos ya dos fugitivos que terminarán encontrándose y teniendo que compartir transporte y aventuras. Desde la imagen hay tantas referencias a la filmografía de Steven Spielberg que el desafío sería encontrar cuál de sus películas (como director o como productor) no aparece mencionada. Las más evidentes son “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977) y “Volver al futuro” (1985). La realización de Tim Johnson, cuyo mejor trabajo fue “Hormiguita-z” (1998), aquella de la hormiga neurótica con la voz de Woody Allen, nunca pretende ser otra cosa que una invitación a comer pochoclo y reírse, lo cual no está mal, sólo que si se descuida o se omite el análisis del texto puede caer, por ejemplo, en un nivel de inconsciencia peligroso a la hora de leer el subtexto: ¿No hay consecuencias por privación de la libertad u ocupación ilegal? ¿El poder de mando se gana, se obtiene, o se merece? ¿El que no se adapta a una forma queda afuera? ¿La impunidad no se castiga? Es decir, el afán de sólo entretener lleva al guión de Tom J. Astle y Matt Ember y Suzanne Buirgy Mireille, basados en el libro de Adam Rex, a una llamativa falta de análisis. Otros temas sí tienen lugar y son bastante directos. El anclaje emocional y de valores en la familia, poder accionar al reconocer errores y, sobre todo, las bondades de aprender a enfrentar los problemas en lugar de huir de ellos. “Home: no hay lugar como el hogar” se apoya casi exclusivamente en los personajes de Oh y el Capitán Smek. Allí es donde se puede adivinar el trabajo más minucioso en cuanto a diseño, dinámica de movimientos, líneas de diálogo (algunas son realmente muy cómicas) y timing para la comedia. El nuevo producto de Dreamworks tiene todo para entretener. Es como el chicle, como el pop de las canciones de Rihanna. Fácil, rápido y efímero. En mayor o menor medida los gags, el ritmo y las canciones están acordes con esta época vertiginosa, pero también hay pausas para buscar la emoción o bajar líneas básicas sobre las ventajas de vivir en Estados Unidos y ser norteamericano. No serán los chicos los que abran el debate, ellos simplemente la van a pasar muy bien en el cine.
La historia gira alrededor de la amistad entre dos descastados: un extraterrestre bastante torpe, perteneciente a una raza superintelectual, y una niña de unos once o doce años que trata de sobrevivir en una Tierra demasiado hostil. Como siempre sucede en esta clase de relatos, lo que comienza como una serie de malos entendidos culmina con una enorme amistad, y también, como suele pasar, se impone una moraleja al espectador. El defecto principal de esta película es estar pensada para niños en lugar de ser libre de la edad del espectador (como lo son “Madagascar 3” y “Cómo entrenar a tu dragón”, dos films grandes en todo sentido). Pero ese defecto, que podría transformar en pueriles muchas secuencias, se ve compensado por el inteligente cast de voces que coloca, en el lugar del protagonista violeta Oh, a Jim Parsons, a quien el fanático de las series conoce por ser Sheldon Cooper en “The Big Bang Theory”. Claro que para que ese trabajo excelente se note hay que ver el film hablado en inglés, y como sabemos los cines de la Argentina, quizás porque al público le cuesta cada vez más leer, optan con demasiada frecuencia –especialmente en esta clase de películas, pero en el conurbano pasa hasta con Birdman– por el doblaje. Más allá de esto, también es muy bello el diseño –que combina cierto realismo (cuando se muestra la Tierra) con el absurdo y la textura casi de juguetes en el caso de los aliens– y una gran concisión narrativa.
Los protagonistas son seres diferentes pero eso no les impide unirse para vivir una fantástica aventura. Todo comienza con un buen ritmo dándonos a conocer quienes son los boovs. Esta curiosa raza de alienígenas buscan un planeta para habitarlo y el elegido es la Tierra, porque ellos deben huir de un poderoso enemigo llamado “Grog”. Esta comunidad de extraterrestres se ubica en su nueva casa que será la Tierra y a los habitantes de este planeta que son los humanos los ubican en una enorme ciudad confortable. Apenas pasan unos minutos por suerte todo se explica rápidamente ya que en un principio resulta un poco inquietante. Estos simpáticos alienígenas son comandados por Capitán Smek, el líder de los Boovs (la voz original en inglés Steve Martin/y en español Humberto Solórzano) quien organiza absolutamente todo, entre ellos se encuentra un agradable jovencito de nombre “Oh” (Jim Parsons/en español Gerardo Méndez) a quien nadie le presta demasiada atención, lo ignoran constantemente y él decide hacer una gran fiesta para estrenar su nuevo hogar. Lo que él desconoce es que nadie irá a su fiesta, ya que previamente y para asegurarse que nadie faltase envía una invitación, esto es tomado como un grave error y desata el pánico porque por ese mensaje pueden ser encontrados por el enemigo. Ante tan situación “Oh” huye e intenta enmendar su equivocación. Entre esas corridas se encuentra con la única humana que no fue trasladada: Gratuity “Tip” Tucci (Rihanna/en español Danna Paola) quien siempre está junto a su hermoso gato. En un principio no se llevan bien pero como es de prever se unen y se ayudarán mutuamente haciendo frente a todos los inconvenientes que se les presenta, ellos tienen una doble misión juntos, “Oh”: detener el mensaje para que no llegue al enemigo y Tip encontrar a su madre Lucy (Jennifer López/voz en español Dulce Guerrero) y a su vez cada uno aprenderá del otro, sabiendo que es ser humano y alienígena respectivamente. El encargado de dirigir esta comedia animada es Tim Johnson (“Antz”) y la producción se basó en el cuento “The True Meaning of Smekday” del ilustrador y guionista Adam Rex. Contiene espectaculares escenas de acción, mucho ritmo y se encuentra llena de divertidos personajes. Estos alienígenas son amigables, pacíficos, graciosos y cambian de color según su estado de ánimo.La película es muy colorida, con una brillante banda sonora (Rihanna, Jennifer Lopez y Lana Del Rey), emotivos momentos, enseñanzas y reflexiones, además de toques de otros películas. No cuenta con un gran argumento pero tiene buenos efectos especiales, humor para los más chicos y también los guiños necesarios para los adultos. Es una buena excusa para ir al cine con un buen balde de pochoclos.
Formas de volver a casa Es una película de animación que tiene un mensaje familiar, pacífico y reconciliador. Home. No hay lugar como el hogar, la nueva animación de DreamWorks basada en la novela The True Meaning of Smekday, de Adam Rex, empieza con la invasiva mudanza intergaláctica de los Boov, unos pequeños alienígenas morados que valoran y admiran la cobardía y que cambian de color de acuerdo a la emoción que sienten. Una vez que llegan a la Tierra para huir de los Gorg, unos enormes monstruos con armaduras puntiagudas, los simpáticos aliens se encargan de reordenar a los humanos y los llevan a una villa de refugiados creada por el Capitán Smek, jefe de los extraterrestres, para disponer del resto del planeta. Los Boov se creen mejores que los nativos, a quienes consideran simples y subdesarrollados. Tienen, además, un sentido de la probabilidad mucho menos arriesgado que el de los terrícolas: si la probabilidad de éxito es inferior al 50 por ciento, renuncian. Oh (voz de Jim Parsons en su versión original) es el más entusiasmado de ellos y su espíritu alegre lo lleva a organizar una fiesta. El problema surge cuando aprieta el botón equivocado de un dispositivo que se parece a un teléfono celular y el mensaje de invitación se envía a toda la galaxia, lo que significa que los Gorg recibirán la señal y podrán localizarlos. Smek pide la detención de Oh, quien se convierte en un fugitivo. Mientras escapa se mete en un drugstore desocupado para ocultarse y se encuentra con Tip (voz de Rihanna), una jovencita que está tratando de encontrar a su madre, que fue llevada por los Boov a la villa de los humanos. A pesar de las diferencias, Oh y Tip se harán amigos inseparables. El resto es una aventura amable que se desarrolla en distintos lugares, con París y su torre Eiffel como centro preponderante. Toda la secuencia de la persecución de Oh es digna de los máximos exponentes del género de acción, y la sincronicidad de la escena en la que Tip y Oh se encuentran cara a cara es sencillamente magnífica. La música es muy importante para la sensación que transmite una película, y aquí se la aprovecha al máximo. Cada vez que suena una canción, encaja con la imagen y la realza. Home nos enseña que siempre hay que tener el valor de apostar por lo que queremos. A Tim Johnson, director del filme, deberían darle el premio Nobel de la paz, porque hizo una película reconciliadora y ejemplar, que prioriza la familia, que cree en la bondad de las personas, que tiene esperanza en la humanidad.
La invasión y las pompas de jabón Nombre habitual dentro de Dreamworks, Tim Johnson ha construido una carrera con trabajos que están pautados por cuestiones político-sociales y un tema recurrente: el territorio y la propiedad sobre él. Digamos, la invasión y el sentido de pertenencia a un lugar, un asunto cultural muy fuerte, arraigado por las distintas sociedades a lo largo de la historia y que ha llevado, claro que sí, a cruentas guerras. Hormiguitaz mostraba esa lucha desde adentro de una comunidad y Vecinos invasores referenciaba la exclusión social paredón (o seto) mediante. De hecho, Johnson dirigió aquel segmento de Los Simpson en el que Homero viajaba a las tres dimensiones y terminaba cayendo entre nosotros, para terminar tentado por el más mundano de los placeres: un pastel erótico. Ahí se observaba una reflexión sobre su propia materia -la animación- y el viaje final reflejaba una mirada interesante: el horror de los terrícolas ante la presencia del “dibujo animado”, y que es al fin de cuentas el meollo de la cuestión de tantas luchas territoriales: el punto de vista sobre el otro. Para no ser menos, la novedad Home – No hay lugar como el hogar (adaptación del libro The True Meaning of Smekday, de Adam Rex) continúa explorando esos asuntos con inteligencia y emoción. En el film hay una comunidad, los Boov, que tienen como mayor habilidad el huir. Escaparse, marcharse, irse de planeta en planeta para perderle el rastro a los Gorg, sus némesis, quienes viajan por el espacio con el fin de exterminarlos. El tema está plantado: los nómades y aquellos que los persiguen, territorialidad sin identidad, un espacio constante de búsqueda donde afincarse. Pero para sumar a la ecuación aparecen los humanos, porque los Boov deciden hospedarse en la Tierra, y ahí surge otra figura: el desplazado. Los humanos son trasladados por los extraterrestres a un lugar ubicado en Australia, donde les generan un mundo autónomo y que parece contener todo lo que necesitan. O no. El conflicto del refugiado, donde el lugar no es suficiente cuando la distancia marca lejanía con los afectos, se impone. Todo esto, que parece bastante intrincado, lo es. Pero Johnson tiene el suficiente oficio para hacer de su película un relato fluido (más allá de que el comienzo parece un poco apresurado) y muy atractivo, con una concentración dramática envidiable que pone el ojo en el cuento y su anécdota. Y más allá de la simpatía en el diseño de sus personajes -algo clave en la animación-, se vale no sólo de un humor acelerado y absurdo (las posibilidades cómicas que brindan los Boov parecen ilimitadas) pero fundamentalmente de una textura pop que invade colores, emociones y sonidos hasta convertir a Home en una pompa de jabón gigantesca. La textura es fundamental en Home. El pop, síntesis del arte que aún no ha encontrado reemplazante, es también un lenguaje que acorta fronteras. Compuesto por emociones simples -simples de decir y simples de interpretar-, es un puente que acorta brechas generacionales y culturales. Es, además, una herramienta occidental y capitalista, algo que Home acepta y asimila, pero no como forma de exclusión: los Boov, una vez llegados a la Tierra, convierten su espacio en un resumen del planeta, por allí anda la Torre Eiffel con su iconografía a cuestas, encerrada en una pompa de jabón enorme. Los Boov son, en definitiva, desde su amabilidad naif y su individualismo extremo edificado por su costumbre de huir y nunca afincarse, un espíritu de época. Es ese espíritu mostrado de forma lúdica el que impacta con un tema algo más complejo como el de la territorialidad, y que resuelve las cosas tal vez de un modo simple: hay un horror -marcado en los Gorg- que es finalmente eludido, sobre-explicación en la resolución, un doble final algo lacrimógeno en exceso y una completa elusión de los factores económicos que subyacen a toda invasión (algo que ni Wall-E ni Vecinos invasores obviaban del todo). Pero salvados estos problemas que evidencia Home hacia su desenlace, hay que reconocerle a Johnson su confianza absoluta en lo que la animación debe ser, y de ahí el sostenimiento de su tesis mayor. Con un diseño tan bello como original, la película transita por el camino de lo habitual reconvertido fantásticamente (ese auto que vuela), para sorprender a cada instante: y en eso es fundamental el humor neurótico, la imaginación y libertad en sus formas, y un personaje central como el de Ohh, tan amable como complejo en el sucedáneo de emociones que lo embargan y que le hacen cambiar de color. Home termina sosteniendo la validez del terruño propio como espacio identitario, pero para ello se pega un viaje por las emociones, los vínculos y los afectos, que son al fin de cuentas los que garantizan el nexo entre el ser y el espacio que lo circunscribe. Un mundo nuevo, un poco a la Wall-E, donde aquí el abrazo cumple la función del estrecharse las manos en aquella obra mayor de Pixar.
Colorín colonizado, este cuento ha fracasado A no sorprenderse con la historia de Home, la nueva apuesta de Dreamworks a la animación destinada al público menudo (hasta 8 años, aproximadamente), porque se trata de una colonización alienígena donde la raza humana es trasladada a Australia y el verosímil de esta anécdota intergaláctica, pensada sólo para chicos, no se sostiene desde el minuto uno hasta el desenlace con mensaje pacificador detrás y la moraleja que reza: No importa de qué color seas, todas las razas somos iguales. La raza colonizadora son los Buvs, quienes en plan de fuga de su planeta por la llegada de su enemigo natural, deciden apoderarse de la tierra sin invadir ni destruir nada. Aterrizan y ya, la tierra es de los Buvs. Entre ellos, el protagonista Oh, un paria dentro de su propia especie, sin amigos ni familia, quien para no sentirse tan solo organiza una fiesta de inauguración de su nuevo hogar, pero en vez de enviar el mensaje a los íntimos, es decir a los de su propia especie, lo envía a toda la galaxia, por lo cual llegaría la nueva ubicación de los Buvs a manos de sus enemigos y así el planeta tierra correría un serio peligro de destrucción masiva. Un film planteado con tanta liviandad que solamente apela a las acciones donde se mezcla el despliegue visual y los colores que inundan la pantalla, no puede crecer sin establecer un principio de simetría con un humano también paria y resentido de la presencia alienígena. Ella es Trip, a quien los aliens alejaron de su madre al invadir este planeta, aunque Oh le confirma que está sana y salva en Australia, objetivo de la futura misión que encararán una vez solucionado el tema de la invitación masiva. Home no es un film que explote en ideas sino más bien todo lo contrario; su impronta conservadora le juega demasiadas veces en contra y en los momentos de desacartonamiento la movida no sale como corresponde, al punto de volverse tedioso por lo esquemático sin siquiera destacarse el trabajo de composición de las escenas de acción y mucho menos los personajes, que no pasan de la categoría de simpáticos a soportables, a pesar de que cambien de color según la emoción.
El departamento de animaciones de Dreamworks sigue esforzándose por encontrar una historia redituable como lo fueron Shrek y Como Entrenar A Tu Dragón con todas sus secuelas. Estrenar a principios de año siempre ha sido su estrategia y sin embargo, siguen buscando su propia identidad. Ahora, llegan de nuevo a la pantalla grande con Home, una historia familiar acerca de un pequeño e irritante alien morado y su amistad con una pequeña terrícola, que harán lo posible por encontrar su lugar en el mundo. Oo es un Boov que se la pasa cometiendo errores y al que nadie parece querer por lo despistado, torpe e irritante que llega a ser (no sorprende que la elección de voz original haya sido Jim Parsons, cuyo personaje más famoso, Sheldon Cooper, guarda muchas semejanzas con esta pequeña criatura). Los Boov son una raza alienígena que llega a invadir la tierra de una manera pacífica, huyendo de los Gorg. Oo se dará cuenta que los humanos no son lo que ellos creían, cuando se vea obligado a huir junto con Tip, una niña que está en busca de su madre. En una explosión musical llena de colorido, la película busca apelar a los más pequeños. Los adultos pueden sentirse muy fuera de lugar, pues aunque es entretenida, circula por los clichés más comunes y no aporta nada al género. Oo es quien lleva la parte cómica por su manera de hablar y por su peculiar forma de ser, pero en general, Home es una apuesta que seguramente de aquí a fin de año, será difícil recordar, especialmente cuando viene una película de Pixar en el camino. Vale la pena para los pequeños, para los papás, quizá no tanto.
Home, no hay lugar como el hogar ofrece diversión garantizada para los más pequeños de la familia y para los adultos con alma de niños. Si bien tiene personajes estéticamente simpáticos que atraerán rápidamente a los chicos, el cuento no es lo suficientemente impactante como para que...
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Home es una película que los chicos disfrutan; es buena, simpática, tiene buenos valores y es entretenida; pero es uno de los productos más intrascendentes que nos haya dado Dreamworks en su historia. Un filme que es soportable para adultos, pero que no tiene mucho para entusiasmar a los grandes. Realmente le falta un nivel más de profundidad como tenía Shrek o La Película de Lego y se nota; aun así se puede disfrutar, pero no a lo grande si uno es adulto. Además tiene un serio problema en el arco dramático, donde a dos tercios del desarrollo del filme parece que termina; no lo hace, pero al filme le cuesta recuperar el ritmo luego. Para los chicos muy recomendable, para los adultos no tanto. Escuchá la crítica radial completa en el reproductor debajo de la foto.
El poder de la valentía "Home" es una de esas películas de DreamWorks Animation que llegan sin muchos bombos y platillos, destinadas a pasar sin mucha pena ni gloria, al menos por nuestro país. Es algo extraño esto ya que el presupuesto de producción fue de 135 millones de dólares, una número digno de tener en cuenta. La historia de esta animación nos presenta a los Boov, una raza extraterrestre muy inteligente que va de galaxia en galaxia conquistando planetas menos desarrollados como la Tierra. A través de un sistema pacífico y muy estudiado, relegan a los habitantes originales a vivir en zonas controladas y ellos se quedan con el 90% del planeta. Entre los Boov hay uno muy particular, uno al que todos llaman Oh. Si vieron el trailer, entenderán de donde viene el nombre. Oh, con la voz del actor Jim Parsons, es un Boov diferente, que no se amolda a las formas de su propio pueblo. En su llegada a la Tierra se topa por accidente con Tip (Rihanna), una adolescente que se escapó de la conquista y está a la busca de su madre, que fue reubicada con todos los demás humanos. A partir de acá comienza el plato fuerte de la trama, en el cual ambos aprenden lecciones sobre la valentía, el poder del diálogo, la amistad y el amor. De a poco nos va mostrando que para vivir en verdadera paz hace falta comprensión y valentía para hacer valer la palabra y la justicia. Sinceramente pensé que iba a ser una película mediocre, sin mucho que transmitir al espectador, pero la verdad es que me sorprendió de buena manera. Si bien no va a ser la animación del año, creo que es divertida, comunica buenos valores y lo hace sin subestimar al público. Tiene algunos elementos un tanto dulzones para mi gusto, que llegan por momentos a ser cursis, pero más allá de esto en general se las arregla para que llegar tanto a grandes como chicos. Particularmente me divirtió mucho el personaje de Steve Martin, el Capitán Smeck, que recuerda al bizarro Julien de Sacha Baron Cohen en "Madagascar". La animación esta muy bien hecha, aunque la percibí un tanto carente de imaginación. Todo el tiempo da la sensación de que se podría haber logrado que los Boov fueran más lindos o divertidos, al igual que los Gorg, la raza villana que persigue incansablemente a los Boov por todo el universo. Es un film entretenido del cual no nos acordaremos demasiado en el futuro, salvo que le vaya realmente bien con la recaudación y logre convertirse en franquicia, cosa que dudo. Divierte, deja algunos buenos mensajes y la animación está bien realizada. La historia en sí no es de lo más original y tiene algunos toques azucarados que están de más. Pasable.