Monstruosa Hay algo que transmite La familia Monster (Happy Family, 2017), propuesta animada dirigida por el alemán Holger Tappe, en una de sus primeras escenas, y es su cercanía con aquel cine hollywoodense de la era dorada del musical, en donde el baile posibilitaba la utilización de diferentes tópicos para construir tramas pasatistas y simples, con gran repercusión en las audiencias y taquillas. Si bien, claro está, La familia Monster no es una obra musical, sus posibilidades expresivas a partir de la música y el despliegue audiovisual, suman a la propuesta un aire indefinido hasta que la trama comienza, por sí sola a despistar y tratar de enseñar la manera de manejarse en un grupo familiar, dejando de lado el tópico inicial. Producto pensado para los más pequeños, aquellos que en la confusión con Hotel Transylvania (2012)- los personajes son los mismos- creerán ver una entrega más de la saga de Sony con vampiros, hombres lobos, momias y más, pero no, esta es una historia inspirada en el cuento “Happy Family” de David Safier que busca, desde un primer momento, adoctrinar y educar en el “buen trato” dentro y fuera del hogar. El guion comienza a zozobrar en el intento de conceder otra identidad a los clásicos monstruos, aggiornando su relato a los tiempos que corren, sumando la obsesión por la tecnología, el aislamiento, la proliferación de redes sociales, el bullying, moving y más. En el arranque Jason Isaacs le pone la voz y la impronta a un Conde Drácula festivo, alegre, con ritmo, el que rápidamente pasa a convertirse en un ser oscuro cuando intenta cumplir, a toda costa, su objetivo de que una mujer humana lo ame. Cuando por equivocación Drácula contacta a Emma (Emily Watson), y la invita a un festejo en familia en el que no sólo serán los únicos disfrazados, sino que, principalmente, quedarán con las características de un siniestro hechizo que se desprende de su “infelicidad”. Entonces ahí La familia Monster comienza otro relato, uno en el que ese grupo familiar, que acepta a regañadientes ir a la fiesta de disfraces, debe aceptar el presente en el que la desconexión, la falta de empatía con el otro, y, principalmente, la tecnología como generador de ausencias, lleva a un camino obvio y predecible de enseñanza. La animación poco realista, como así también la inconsistencia entre ese arranque con Drácula y sus tres asistentes (murciélagos) buscando el verdadero amor, y una fábula con moraleja en cada escena, configuran un cocoliche que aburre más que entretener. Ni siquiera el potente cast (en su versión original, acá llega doblada) puede revertir la simpleza de la trama y los estereotipos con los que trabaja, motor de la narración, como el padre desempleado, la madre empoderada, el niño víctima de burlas y la adolescente que se rebela sin saber siquiera porqué. En vez de jugar con los temas, los personajes y las miles de posibilidades que la animación hoy permite, La familia Monster se pone castrense, y baja línea en cada escena, esperando que el espectador asuma un rol de juez y que termine castigando a aquellos que sólo piensan en sí mismos, en el ocio tecnológico como única vía de escape de la realidad, y que en el cuestionamiento de la familia como posibilidad de construcción identitaria, sólo alimentan aún más las posibilidades expansivas del control sobre los individuos.
La familia Monster: entretenida, pero no muy original Lejos de la sofisticación de otras propuestas de animación familiares, la película se centra en Emma, desesperada por compartir más tiempo con su marido e hijos. Drácula se obsesiona con ella y manda a un bruja a convertirla en vampira, para que sea su esposa, pero el hechizo sale mal y toda la familia queda convertida en el monstruo del cual estaban disfrazados para Halloween. Para poder sobrevivir y volver a ser humanos tendrán que unirse y encontrar la forma de ser felices. El film, que toma elementos de otras películas, tiene algo de humor escatológico un poco forzado y un llamativo tinte oscuro, que sólo los adultos notarán, en lo acosador del personaje de Drácula.
La familia Monster es una producción independiente de animación de origen alemán que podría haber brindado un film más entretenido con un guión decente. El concepto de una familia que se convierte en los monstruos clásicos del Dark Universe del estudio Universal sin duda abría las puertas a un montón de posibilidades creativas. Lamentablemente en esta producción no supieron aprovechar el concepto y la trama se limita a ofrecer las típicas comedias de enredos que vimos en infinidades de películas de este tipo. Los productores acuden a fórmulas argumentales trilladas, donde el humor se centra principalmente en los chistes escatológicos. Los personajes son aburridos y tampoco consiguen despertar entusiasmo. Esta es la clase de película donde los adultos en el cine miran continuamente la hora en el celular para que el film termine de una vez, mientras los chicos están más interesados en saber si sus padres les comprarán una Cajita Feliz a la salida del cine, más que lo que ocurre frente a la pantalla. En defensa de La familia Monster, que no logra levantar un año muy pobre para los estrenos de animación, es justo destacar que el director Holger Tappe y sus colaboradores hicieron un gran trabajo en los aspectos técnicos. Un film independiente de esta características no cuenta con los presupuesto de las grandes productoras de Hollywood y en los aspectos visuales el trabajo realizado es realmente muy bueno. Todo el diseño de los personajes, los escenarios y la fluidez de la animación es impecable para los recursos que tuvieron disponibles los realizadores. Sin embargo, la falta de un guión más creativo generó que esta producción no despierte ningún entusiasmo por sus personajes. Eso no significa que no pueda ser disfrutada por los más chicos, pero son esa clase de estrenos que se olvidan con facilidad a la salida del cine.
Como film de animación para la temporada Halloween, que apela al recurso de la reunión de monstruos clásicos, La familia Monster es entretenida, con un trabajo de animación sólido. No quedará en el recuerdo, probablemente, ni es un dechado de originalidad, pero sí una opción para ir con los chicos.
La cuota para los chicos de la semana. Un film de producción británica-germana que se basa en historia conocidas y arma un estofado pasable para los mas chicos, con algunos hallazgos de personajes animados, pocos, y algunos chistes que solo basan su gracia en las flatulencias del padre de familia. Una ama de casa, con esposo oloroso y aburrido e hijos que se pelean todo el día intenta una salida divertida para halloween. Un dráculo musical y solitario elige a esa mujer como posible compañera y obliga a una bruja a transformar a la familia, el padre en un verde Frankenstein, la nena en una momia, el nene en un mini-hombre lobo y la señora en una mujer vampiro que el busca seducir. En realidad cada miembro de la familia tendrá su tentación….pero “no hay nada mas lindo que la familia unida…” y luchan por volver a la tan valorada normalidad. Nada original pero amable entretenimiento.
El cine de animación habitualmente tiene por destinatario a un público infantil. No obstante, y durante los últimos 20 años por lo menos,crítica de la familia monster el éxito conseguido por el estudio Pixar ha obligado a las productoras de animación, tanto grandes como pequeñas, a mejorar su juego. Por ello debemos entender: una historia tan sólida sobre la que se apoye el avance tecnológico. Lamentablemente, no podemos decir que La Familia Monster sea un paso adelante en ese aspecto. Al menos no desde el aspecto narrativo. La familia unida (atada con alambre): La familia Wishbone no es lo que se dice feliz: el padre es un adicto al trabajo, mientras que los hermanos no dejan de pelear. La madre, en un intento de unir a la familia, propone ir a una fiesta de disfraces y cada uno de los miembros se viste como un monstruo clásico (Frankenstein, Mujer Vampiro, La Momia y el Hombre Lobo). Las cosas se complicarán cuando una bruja los transforme en los personajes de los que se están disfrazando, y deban colaborar juntos para buscar una manera de revertir el hechizo. La parte visual de La Familia Monster es impecable. La animación es dinámica, mientras que el diseño de arte y de personajes se prueba de una gran riqueza en cada plano por su uso de la composición de cuadro, el color y las texturas. Todo esto apoyado por una iluminación muy cuidada en materia de fotorealismo. Puedo decir sin exagerar que es, únicamente desde el punto de vista técnico, uno de los mejores trabajos de animación que he visto en el año. El trabajo de voces, por lo menos en la versión doblada, es efectivo. Da curiosidad saber cómo habrá sido la versión en inglés que contó con las voces de Emily Watson, Nick Frost y Jason Isaacs como el Dracula que oficia de antagonista de la historia. Desgraciadamente estos logros sobresalientes en lo artístico y técnico son inversamente proporcionales a la calidad del guion. Este padece de una senda gama de defectos desde el primer minuto que empieza su recorrido. Estamos hablando de una narración con un ritmo tedioso, incoherente en las acciones de sus personajes, forzada en la manera que introduce y desarrolla las escenas, edulcorada exageradamente, carente de subtexto alguno, derivativa y sin gracia. Hablando de este último detalle, debe decirse que la película hace a menudo un uso del humor escatológico (dentro de los limites infantiles, desde luego) que después de cierta cantidad de utilizaciones, ni a un niño le causarían gracia. Conclusión: La Familia Monster no consigue ir más allá de ser una notable proeza técnica en materia animación. Por desgracia, su historia y sus personajes están tan descuidados en su desarrollo que le va a resultar muy difícil suscitar una conexión con el espectador. Para los adultos acompañantes es una causa perdida desde el vamos. A lo mejor con la platea infantil puede tener mejor suerte, pero no tendría tantas esperanzas.
Esta película de animación alemana podría ser considerada un subproducto pasable realizado a partir del éxito de "Hotel Transylvania" y similares. Sólo que el título local, que remite a la vieja serie de TV "Los Munsters", ayuda a dejar claro lo insulso de estas nuevas familias. Igual que "Los locos Addams", Los Munsters jamás podían cambiar su estilo de vida, lo que no impedía que fueran tolerantes y comprensivos con la gente "normal". En cambio los miembros de esta "familia feliz", según el título original, son convertidos en monstruos de acuerdo con sus disfraces de Halloween, siguiendo un hechizo ordenado por el Conde Drácula. Los protagonistas quieren dejar de ser monstruos, y de eso se trata. Pero, cuando los humanos de una familia disfuncional son más intensos que sus alter egos monstruosos, hay un problema. Lo que no quita que las imágenes sean atractivas, acompañadas de gags propios del sentido del humor alemán, lleno de meteorismos y cornupias como para deleitar a niños de todas las edades.
Como cada año, el cine aprovecha la excusa de la llegada de Halloween para estrenar películas relacionadas al género del terror, la fantasía y la ciencia ficción. Por supuesto que los niños no quedan exentos de esto y para ellos también hay. Una pena que pudiendo sacar partido del contenido tan rico que ofrecen los sustos, con la libertad creativa que otorga el miedo, un film animado sea tan aburrido. Pese a que el título original de La Familia Monster es Happy Family, el producto final está lejísimos de darnos felicidad; mucho menos a los cuatro protagonistas. Resulta que Emma es una madre absolutamente frustrada y enojada con su vida, que tiene la bendita idea de asistir a una fiesta de disfraces en familia y reflotar el mal momento existencial que están pasando. Por mágicas razones, el Conde Drácula se enamora de ella y la quiere convertir en su vampiresa, por lo que envía a una bruja a que la transforme. Por error, los cuatro integrantes acaban convirtiéndose en criaturas horrorosas y la única manera que tendrán de revertir el hechizo es colaborando juntos (cliché). Relatado así hasta parece una idea simpática, incluso el hecho de que no se aplique la famosa mordida en el cuello lo hace más atractivo. Bueno, lamento decirles que para que todo esto ocurra se dan interminables minutos de diálogos increíblemente lentos, bromas muy aburridas y escenas de sobra por doquier que hasta los niños más pequeños de la casa notarían; ni hablar de las escenas inconexas. Personajes clásicos de la Universal como Frankenstein, La Momia y el Hombre Lobo son tan interesantes que los hemos visto en otras excelentes producciones infantiles, como es el caso de Hotel Transilvania, pero esta coproducción entre Reino Unido y Alemania que dirigió Holger Tappe está muy alejada de la calidad que tienen las grandes compañías, y no me refiero a lo visual, sino a la capacidad de entretener y a la falta de originalidad en la mayoría de los aspectos. Con un anticipadísimo desenlace, La Familia Monster es una de las propuestas animadas más sosas que vi en mucho tiempo, y eso que les habla la misma redactora que se encargó de reseñar Mi Pequeño Pony. Háganme caso (y háganse un favor) y no se dejen engañar por la simpatía del poster de la película.
Hechizados La familia Monster (Happy Family, 2017) es una película animada dirigida y producida por el alemán Holger Tappe. Está basada en la novela “Una familia feliz” de David Safier, que fue publicada en 2011. Las voces originales de los protagonistas son de Emily Watson, Jason Isaacs, Jessica Brown Findlay, Nick Frost y Ethan Rouse. La historia se centra en Emma, esposa de Frank y madre de la adolescente Fay y el pequeño Max. En esta familia hace bastante que las cosas no funcionan como deberían: no son felices juntos ya que Frank se la pasa en el trabajo, sin tener tiempo de estar en el hogar, a Fay le va mal en la escuela, vive culpando a su madre por todo y se pelea cada dos minutos con su hermano y Max es incomprendido por ser nerd, lo que lo lleva a sufrir bullying. Queriendo volver a pasar buenos momentos en familia, Emma decide organizar una salida peculiar: ir disfrazados a una fiesta de Halloween. Para su disfraz de vampira se comunica (sin saberlo) con el verdadero Drácula y éste queda enamorado de ella, tanto es así que la quiere sólo para él por lo que le pedirá a la bruja Baba Yaga que con un hechizo la transforme en una vampira real. En la salida familiar las cosas no salen como Emma las había planeado. Al ver las vidas tan miserables que lleva cada uno, Baba Yaga decide convertir a los cuatro en los monstruos de los que se habían disfrazado. Ahora Emma es una vampira, Fay una momia, Max un cachorro de hombre lobo y Frank tiene la piel tan verde como Frankenstein. La familia deberá encontrar la forma de revertir el hechizo y volver a la normalidad. En esta producción alemana abundan los colores brillantes y buena animación, que aunque no llega a ser ni por asomo como la de Illumination o Disney – Pixar, los niños seguramente la disfrutarán. A los que les va a parecer súper tediosa es a los adultos: la película se queda sin ideas a mitad de camino por lo que los mensajes de la unión familiar se repiten hasta el hartazgo, de una forma que debido a su guión no da para pensar en profundidad. Sólo dura una hora y media, sin embargo se hace muy larga porque se nota que el director no tuvo bien marcado su camino a seguir. Una vez que el objetivo de la familia consiste en hallar a la bruja para que los vuelva a convertir en las personas que eran, las situaciones se vuelven más y más absurdas. La aparición de un faraón malvado que se transforma en un insecto gigante o el plan de Drácula de congelar al mundo porque “el no tiene amor verdadero así que nadie lo tendrá” son sólo algunas de las partes bizarras que hay que soportar. La música queda muy forzada ya que en cada momento que se utiliza se decidió musicalizar a un nivel más alto para causar “emoción” o “peligro”, sensaciones que no llegan al espectador. Los personajes desde un principio están mal desarrollados, son tan planos que sólo los niños pequeños pueden llegar a interesarse en sus aventuras. Además resulta insoportable que en cada escena del padre se utilicen sus flatulencias para causar risa. La familia Monster tenía buenas moralejas para aportar pero falla a la hora de su ejecución.
El filme comienza demasiado arriba, con la presentación de un personaje como Drácula en forma grandilocuente, más risueña que atemorizante, música acorde, majestuosa. Drácula desea una compañera de ruta, dejar de estar solo. El encuentro casi casual con Emma será el disparador del conflicto. La familia Wishbone es todo menos feliz. Emma, la madre es la dueña de una librería en bancarrota, Frank, el papá explotado en su oficina, está siempre exhausto, y los hijos son discriminados y molestados en la escuela, una por no ser una chica fashion, el otro por ser un pequeño genio incomprendido. Cierto día son invitados a una fiesta a la que, por error, solamente ellos llegan disfrazados. Otro elemento más para sentirse fuera del mundo, cada uno en particular, y ahora como grupo familiar que incluye a la abuela. Lo que no esperan, es que una verdadera bruja, enviada por Drácula, les lanzará un hechizo convirtiendo sus disfraces en realidad, salvo la abuela que no estaba invitada a la fiesta. Convertidos en una mujer vampiro, un Frankestein, una momia jovencita y un pequeño hombre lobo, tendrán que unirse más que nunca para cruzar medio mundo y encontrar a la bruja que ponga fin a su hechizo. Todas las vicisitudes que puedan aparecer en prosecución de ese objetivo sólo hará que se unan como familia, antes disgregada, posiblemente los niños pequeños a los que apunta esta coproducción germano / británica no den cuenta de la previsibilidad instalada. Este podría ser lo menos valorable de la producción que termina instalándose en un catalogo de lugares comunes, apelando a chistes y gags remanidos, esto visto desde la mirada de un adulto, al que sólo se lo intenta seducir a través de las canciones, poco, a tal efecto buscado. En realidad no deja de ser una muy interesante idea, traslación de la novela infantil escrita por David Safier, cuyo guión le pertenece en conjunción con Catherine Junk. El director Holger Tappe viene con experiencia en el género de animación, se nota, sabe “que” y “como” contarlo, sólo que el tema de producción es la que termina de inclinar la balanza, posiblemente no llegue a la altura en tanto tecnología a la factoría de Disney o Pixar, pero el establecimiento de la misma y su desarrollo se quedan un poco retrasada en relación a sus competidores yankees. En tanto los actores convocados para que presten sus voces es todo un seleccionado difícil de igualar. Lo mejor de esta producción.
Esta es una comedia animada sobre una familia después de un hechizo. Cada uno de los integrantes cambiarán sus aspectos: la madre será una Vampira, papá Frankenstein, la hija adolescente una momia y el más pequeño un cachorro de hombre lobo, lo que sigue son una sucesión de momentos divertidos y aprietos. Nos ofrecen varios mensajes, hablan de las relaciones familiares, del amor y termina siendo una gran aventura familiar.
Por un lado, esta película sobre una familia con problemas que debe unirse cuando una bruja los transforma en monstruos tiene un diseño simpático. El problema: en todo momento tiende a ser aleccionadora, a subrayar con trazo grueso que no hay nada más lindo que la familia unita Este chiste sólo van a entenderlo los mayores de 40, pero sirve de ilustración: es más o menos el tono del humor y las enseñanzas de este film. la vida de aquella mujer.
Un entretenimiento válido para pasar un rato en familia sin grandes pretensiones. La historia bastante loca y delirada está destinada a los más pequeños de la familia, pero no es tan mala como para....