“¡La victoria será mía!”, exclama Gamba en uno de los momentos álgidos del enfrentamiento entre ratones, gaviotas y comadrejas. Sea un error de doblaje o de guión, tal muestra de egotismo frente a la lucha que ha sido llevada a cabo coralmente es una de las varios tropiezos del filme. Porque sí, el anhelo de aventura de un ratón citadino sin conciencia de los riesgos es admirable, pero lo cierto es que ni siquiera podría estar diciendo tal frase desde los aires si no fuera por la gaviota que lo carga o los amigos que también luchan en el mar. La Gran Aventura de Gamba, que se basa en la novela de Atsuo Saito, es una película animada donde Gamba y su amigo Matthew se enrumban en una aventura para conocer el mar. Pero llegar al mar implica también enfrentarse con las vicisitudes respectivas, que incluyen viajar en barco con ratones marinos y conocer una isla invadida por comadrejas. La naturalidad con la que Gamba acepta los imprevistos de la aventura entorpece el fluir de la historia. No hay sorpresa en su manera de recibir las novedades, sino una voluntad que plantea los cambios como algo que podría esperarse. Y tal voluntad no resultaría errada si la aventura no estuviera emparentada con situaciones tan pobremente animadas; no sólo en el sentido técnico, donde el filme falla con creces, sino en la actitud de los personajes. En lugar de emoción y sorpresa, tenemos una consecución de eventos aceptados con valores bonachones y acumulados con ingenuidad. La amistad, el compromiso y la bondad son propuestos aquí frente a una oleada de maldad demasiado contrastante como para que sea atractiva o siquiera creíble. La mayor falla del largometraje es la animación. Hay poco detalle en las texturas de los personajes, sus movimientos y gestos, y en las tonalidades de los paisajes. En una época donde varias compañías de animación exploran al máximo las posibilidades de la tecnología, incluso las del stop motion; Gamba se queda corto con chistes ingenuos, efectos evidentes, y esto aún a pesar de su breve duración. A falta de matices por algún lado, el carácter moral expuesto en la película parece más bien un gesto de timidez.
Un personaje muy gamba Gamba es un ratón de ciudad, dueño de un espíritu aventurero y gran valentía, que un día decide emprender un viaje para explorar el océano. Una vez allí conoce el mundo de los ratones de barco, y se enfrenta con su líder. En medio de la pelea llega un tal Chester, ratón proveniente de una isla que está siendo asediada por Noroi, la comadreja blanca, y pide ayuda para salvar a su familia. Los ratones de barcos se acobardan, pero Gamba y Chester ofrecen su ayuda. Más tarde se suman el líder de los ratones de barco y su consejero, y entre todos intentarán hacer frente a las comadreja. Este film japonés presenta un planteo inicial un poco endeble (el anhelo de conocer el océano) que se fortalece con el giro narrativo que se concreta con la llegada de Chester. No obstante, el relato no termina convenciendo principalmente por la ausencia de desarrollo psicológico de los personajes. Los diálogos son sosos y aportan poco en los momentos dramáticos. A todo esto se le agrega un planteo sumamente esquemático y maniqueísta en torno a la caracterización de Noroi y sus comadrejas, quienes son presentadas como asesinas impiadosas que se comen a los ratones, lo cual resulta un poco arbitrario si tenemos en cuenta que los ratoncitos comen pescados sin que se presente problema moral alguno en el relato. Esa doble vara con la que se evalúa a las comadrejas y a los ratones resulta por lo menos incómoda. Respecto de esta representación de las comadrejas, como seres casi diabólicos, cabe agregar, que no resulta demasiado feliz para un público infantil, que podría llegar a asustarse un poco en la sala.
El ratoncito valiente La gran aventura de Gamba (Gamba: Gamba to Nakama-tachi) es una película de animación japonesa basada en la novela de Atsuo Saitô. Está dirigida por Tomohiro Kawamura y Keisuke Komori, con guion a cargo de Ryôta Kosawa. La película fue doblada en Perú por ello cuenta con las voces de Javier Jugo, Yuval Benamú, Víctor Luperdi, Pilar Soto, Jesús Villanueva, Juan Diego Polanco, David Cáceres y Ann Giraldo. La historia se centra en Gamba, un ratón celeste que vive en la ciudad pero tiene muchísimas ganas de conocer el mar. Cuando se encuentra por casualidad con el pequeño Chester, decide ayudarlo al verlo tan afligido. El ratoncito le cuenta que su familia está en peligro debido a un grupo grande de comadrejas lideradas por Noroi. Junto a sus amigos, Gamba iniciará un viaje hacia la isla para enfrentarse con el temible animal blanco. Nos encontramos ante una propuesta plenamente infantil que a los adultos les aburrirá por su previsibilidad, alargue del conflicto y poco desarrollo de sus personajes. A pesar de que los paisajes estén bien construidos, el pelaje de los ratones deja mucho que desear y casi ninguno logra empatizar con el espectador. Ya sea por el diseño de sus caras o por el guion, solo el sufrido Chester llega a generar interés (aunque su llanto sea muy repetitivo). Las escenas de confrontamiento con las comadrejas son variadas pero algo se repite en cada una de ellas: la cámara lenta. Se hace un abuso de este recurso, que resulta muy notorio para los más grandes y, al ya estar seguros de cómo va a ser el desenlace, cansa. En cuanto al villano, Noroi logra ser de lo más temible. Sus ojos azul brilloso sin pupilas junto al pelaje blanco en la cima de la isla le dan un toque aterrador que puede llegar a asustar a los pequeños. Cuando él aparece en pantalla la película se hace más disfrutable ya que la fragilidad de los roedores se palpa en el aire. Una de las secuencias mejor logradas, aunque termine como si nada hubiera pasado, consiste en la hipnosis que las comadrejas les realizan a los ratones. Allí el ambiente oscuro ayuda a crear una situación de peligro genuina en la que el control del cuerpo mismo no existe. Además la batalla final que se da dentro del océano brinda un poco de aire fresco a lo que veníamos viendo. La hora y media de duración de La gran aventura de Gamba aburre muchísimo ya que durante el film no sucede nada innovador, solo es una preparación para el confrontamiento entre estas dos especies. Eso sí, si deciden verla, quédense en los créditos para apreciar una animación mucho más hermosa y con una canción japonesa que transmite todo lo que a la película le faltó.
Se trata de un film de animación japonés, dirigido por Tomohiro Kawamura y Yoshiro Komori, que presenta una aventura lineal con una motivación simple. Dos ratones quieren conocer y así llegan a un barco donde deberán conocer a los de su especie, acostumbrados a vivir en barco. En plena socialización, otro ratón pide ayuda para salvar a su isla y a su pueblo del despiadado ataque de las comadrejas. Gamba es el primero que se ofrecerse y arrastrará a los otros en una aventura peligrosa donde tendrán la ayuda de las gaviotas, y de conocimientos científicos amen del despertar de un amor. Sin embargo, tanto en lo técnico como en el tratamiento de la psicología de los personajes el film muestra sus debilidades. Todos los personajes son muy lineales, las comadreas diabólicos, los ratones valerosos, y algunos momentos que a los mas chicos pueden causarles miedo.
Con guiños a películas como Titanic, El mago de Oz o clásicos de la comedia seriada como El gordo y el flaco, las aventuras de un pequeño ratón en pleno océano se tornan demasiado previsibles en una animación sin inventiva y con una narrativa sin vuelo. Una de las pocas sorpresas terroríficas que logra esta producción japonesa son las comadrejas que acechan a Gamba y sus amigos en la lejana y fascinante Isla de los Sueños. Pero esas escalofriantes apariciones -sobre todo la de la Noroi, vampiro de aura blanca- se diluyen en sucesivas e impostadas amenazas que asfixian la potencial anarquía de la aventura visual en una mezcla calculada de la obediencia japonesa y la leyenda de David y Goliat.
Un gran ratón Basada en la serie homónima de los años 70, La gran aventura de Gamba (Gamba to Nakama-tachi, 2015) es una nueva película animada que se destaca por su puesta al día de valores esenciales para la identificación positiva de los más pequeños. Dirigida por Tomohiro Kawamura y Yoshihiro Komori y con el aporte de Ryôta Kosawa en el guion, sobre libro original del célebre narrador Atsuo Saito, el film se desarrolla como una gran fábula en la que el protagonista se descubre como líder de un día para otro. Gamba es un pequeño ratón que vive junto a los suyos en una aldea, hasta que descubre que hay algo más allá del límite del inmenso depósito en el que vive. Harto de la rutina, un día imprime un vuelco a su existencia, asumiendo su lugar en un barco de “piratas” atravesará mares turbulentos hasta toparse con un diminuto y débil ratón que ha huido de la isla en la que vivía por la llegada de maliciosas y villanas comadrejas, iniciando la búsqueda de la libertad de la aldea del pequeño y también la suya. Acentuando el trabajo en equipo, el respeto por la identidad y la diferencia, La gran aventura de Gamba recuerda en su estructura a clásicos relatos animados asiáticos, muy populares en los setenta y ochenta, aquellos que poblaban las mañanas de vainilla y chocolatadas durante la previa para ir al colegio. Con una estructura episódica, el film no se destaca por una animación virtuosa y precisa, al contrario, en la irregularidad de los movimientos y trazos es en donde potencia aún más el sentido del contenido de su propuesta. La simpleza de la progresión dramática, el humor, la claridad de cada uno de los conflictos expuestos, derivados, en su mayoría, de la lucha entre el bien y el mal, y los esquemáticos personajes secundarios, refuerzan un tipo de mensaje y cine familiar, en el sentido más preciso, que busca empatizar con los espectadores sin apelar a grandes estridencias. Menos es más dicen por ahí, y esta expresión es aprovechada al máximo por La gran aventura de Gamba, película que no aspira a ser más que aquello que presenta en la pantalla y finalmente es. Bonus track, los títulos finales son de una belleza única.
Dos amigos están disfrutando de una fiesta cuando llega un chico de una isla lejana pidiendo ayuda para su pueblo, amenazado por un enemigo terrible. Se forma un grupo y empieza la lucha. ¿Cuántas aventuras conocimos con ese mismo esquema? Sólo que acá la protagonizan ratoncitos, y el enemigo es un ejército de comadrejas asesinas de dientes afiladísimos. La jefa es enorme, inteligente y muy, muy sádica. Atsuo Saito escribió este cuento hace como 40 años, basado en otro de La Fontaine, que a su vez se habrá inspirado en quién sabe quién, y así hasta el comienzo de los tiempos. No importa. Para los chicos de ahora todo empieza con Gamba, Manpuku el Glotón, Chuta, Noroi la Maléfica y demás personajes de Saito, acá llevados al cine por dos debutantes con un programa viejo de animación digital. Tampoco importa. La aventura es convencional pero entretenida, bien contada, tiene su emoción, su enseñanza, y, eso si, también tiene unos momentos dramáticos bastante fuertes, que la hacen recomendable solo para mayorcitos de 9 años. A tener en cuenta, el libro de Saito ilustrado por Yabuuchi Masayuki.
Para los que no están familiarizados con el animé (como yo), les cuento que Gamba, es un producto japonés basado en una novela publicada en el año 1972 que llegó a la televisión con una serie de 26 episodios y una película posterior, hacia 1991 llamada "Ganba to Kawauso no Bōken ". Como en muchos casos, este género de historietas deja muchos personajes cada año y la industria, a medida que encuentra financiación, decide llevarlos a la pantalla grande. Este es el caso de Gamba, quien regresa con una nueva aventura, familiar y de corte tradicional, para seguidores y nuevo público menudo ahora global. Gamba es un ratoncito (inquieto y valiente) que esperar vivir una aventura a la altura de sus sueños. Si bien el es uno animalito urbano, cierto día decide experimentar un viaje al océano, con miras a cumplir su aspiración de disfrutar algo nuevo. En la embarcación en la que viaja, dará con un amiguito llamado Chester, quien le contará que hay un poderoso clan de comadrejas liderada por un villano de nombre Noroi, que aterra la región donde reside su familia. Chester teme por ellos y pide ayuda a los pasajeros del barco, con la idea de armar un equipo para enfrentar a los malos. Gamba acepta el desafío y junto a algunos amigos, partirá hacia esa isla para confrontar con Noroi y lograr llevar paz a la región. Todo transcurrirá en un clima previsible de desafío y unidad en la acción para lograr el objetivo. Sin sorpresas. Lineal. Con pocas notas de humor. Desde el punto de vista técnico, no me sorprendió el nivel de "La gran aventura de Gamba". Probablemente esperaba más del engine, pero no. Es una animación aceptable, donde la dirección utiliza estrategias poco inteligentes para buscar mayor llegada: hay demasiada cámara lenta, y algunos fondos no están a la altura de un buen film de este tipo de género. En cuanto a las voces, son de audio latino y no suman ni restan. Progresión dramática no hay y sólo vemos un trayecto aventurero interesante para chicos cuya edad no supere los 7 años. No hay sorpresas para el público adulto ni tampoco un OST que llame la atención. Apoyamos los lanzamientos en los cuales los estudios independientes juegan nuevos desarrollos en animación. Este no lo es. "Las aventuras de Gamba" es un producto que no aporta nada nuevo al género y que curiosamente viene de una geografía en la cual abundan los ejemplos efectivos (Japón). Habrá que ver porqué. Sólo para niños pequeños, y no piensen que ustedes tendrán espacio para estar integrados a algún tipo de disfrute.
Gamba es un personaje animado de origen japonés basado en una novela animé de 1972, cuenta con varios títulos en su haber, desde series hasta películas. La gran aventura de Gamba (Gamba to Nakama-tachi, 2015) es un estreno tardío. Se trata de un grupo de roedores en busca de aventuras -sin concesiones así como se lee- que viajan a una isla donde una malvada comadreja llamada Noroi ostenta un reinado de terror sobre los demás animales. Estos nobles ratoncitos deciden enfrentar a las comadrejas y van a luchar a costa de la vida misma bajo el lema “la unión hace la fuerza”. Acá se pueden encontrar las características del colectivo nipón: lealtad, fidelidad, tradición, familia. Gamba está lleno de estos conceptos y los buenos no pueden rendirse. Ver un film animado de este estilo, que bien podría ser una película de samuráis (como ejemplo “Los 7 samuraís” de Akira Kurosawa), tiene su peculiaridad pues a simple vista es para niños, ese es su público predilecto, sin embargo tiene una faceta amarga que no apunta al entretenimiento únicamente infantil. La mayor parte del film el mal tiene la carta ganadora, se ensalza la maldad con mayor virtud cinematográfica (visualmente Noroi es una especie de semi-dios) y un dato que quizá ayude a comprender mejor el universo Gamba: en el pasado era un dibujo con mucha sangre (los tiempos y el mercado actual políticamente correcto han cambiado esto). No deja de ser un film interesante, técnicamente modesto pero hecho con esmero y con moraleja incluida. A los niños les gustará y a los que tienen un niño interior también.
Este film es muy popular en Japón y fue adaptado dos veces en largometrajes, además de series animadas. Tiene algunos guiños a otras películas que vieron los adultos como “Titanic”, entre otras. Contiene buenos diálogos, mostrando la rivalidad entre hurones y ratas con buenas escenas de animación, visualmente atractiva, llena de personajes y dice que los pequeños pueden ser valientes. Pero su argumento es algo lineal, con algunas fallas desde lo técnico, escenas que pueden asustar a los más pequeños y es bastante previsible.