Documental que narra la lucha de Celina Galeano por mantenerse firme a sus convicciones, a sus ganas de vivir y a ideales que la sangrienta dictadura cívico militar le arrebató de joven junto a su familia. Coproducción con Uruguay que demuestra que las heridas siguen abiertas y que la poesía y literatura nos salva.
“La justicia en la memoria” Escrita y dirigida por Gabriel Szollosy, el documental trae una historia que une a dos personas que se encuentran en distintos puntos. Entre Piedra de Afilar, una pequeña localidad uruguaya y General Pico, La Pampa; hay 1000 kilómetros y un fuerte vínculo de una madre e hija, que atravesaron juntas un momento sumamente doloroso. Los Versos Salvados (2020), muestra la historia de Celina y Fernanda, el único caso de madre e hija que lograron sobrevivir juntas desde el parto, hasta el día en el que milagrosamente fueron liberadas del centro de detención de Campo de Mayo. Secuestrada durante sus últimos días de embarazo, Celina fue víctima de numerosos actos de tortura durante su cautiverio y presenció cómo Fernanda, su hija recién nacida, apareció por primera vez en sus brazos con signos de la misma violencia ejercida por parte de sus cautivadores. Luego de exiliarse a París, la protagonista de esta fuerte historia, decidió asentarse en Piedra de Afilar, Uruguay y mantener un estilo de vida cargado de palabras e intentos por mantener viva su voz. Entre poesía, novelas cortas y más escritos, Celina atraviesa sus días reviviendo sus recuerdos y buscando justicia por aquella época tan oscura como lo fue la última dictadura militar. Cada año, la madre realiza 1000 km al volante y se dirige hacia General Pico, localidad argentina ubicada en La Pampa. Allí realiza trámites y aprovecha los días que tiene junto a su hija y nietos, exprimiendo cada segundo que comparte con su compañera sobreviviente. Los Versos Salvados (2020) se presenta como un relato desde un presente repleto de pasado; Celina y Fernanda, poseen un vínculo tan fuerte que acerca las distancias. Con planos naturales, adentrados en los hogares de sus protagonistas, el film acerca un poco más al espectador a las emociones y recuerdos de quien tiene frente a cámara. "Cada oportunidad de justicia a través de la palabra debe prevalecer. Este documental, es una utilización más de aquella voz responsable, dónde el relato testimonial no sólo es importante, si no necesario."
Los versos salvados se estrenó en el Festival Internacional de Zacatecas, México, llevándose el premio como Mejor Documental Iberoamericano 2020, coproducido entre Argentina, Uruguay y Colombia. Se estrena en Cine.Ar TV y Cine.Ar Play. Cada año Celina (80) viaja desde Uruguay a La Pampa, en su auto, para visitar a su hija Fernanda (38). Entre cientos de desapariciones, fueron ellas dos las únicas que lograron salir vivas de la sala de partos de la dictadura en Campo de Mayo. Para esta madre e hija la única verdad y justicia posible es seguir adelante con sus vidas, pero no saben cómo vencer la culpa que sienten de haber salido con vida. El documental inicia con una V.O. de una mujer sobre pantalla negra. Luego veremos, acompañando esa misma voz, pruebas de cámara por sobre un campo nebuloso y aislado. No es casual que el director presente a Celina a través de sus propias palabras, pues todo el documental estará atravesado por la palabra como lenguaje, en todas sus formas, la palabra escrita, la palabra hablada y, sobre todo, la palabra silenciada. La no palabra. Acto seguido, vemos a Celina sentada frontal a cámara, en situación de espera a ser entrevistada y, aunque parece nerviosa, está mirando hacia un fuera de campo. Esta conexión es la que invita al director y amigo de la protagonista a ser parte del relato, pues Gabriel Szollosy ocupará el rol de nexo para guiar a esta madre y su hija en la búsqueda de completar con palabras los vacíos que atraviesan su discurso familiar. El 10 de agosto de 1978 secuestran a Osvaldo (su compañero) y a Celina, quien se encontraba embarazada de 9 meses de Fernanda. A ella la torturan y la liberan unos meses después, junto a su hija nacida en cautiverio. Esta madre e hija parecen ser las únicas que lograron salir vivas de ese lugar. La pregunta que sobrevuela en ambas mujeres es por qué ellas fueron “elegidas” para seguir con vida, desencadenando así un interrogante convertido en propósito que recae, sobre todo, en Celina pues siente, como escritora, un compromiso con la sociedad que la hace cargar con el peso del relato, pero ¿cómo logrará poner en palabras una madre lo que aún no puede compartir con su propia hija? Aquí es donde el director focaliza la búsqueda. Con casi 80 años, cada verano Celina debe regresar a Argentina para renovar su permiso de conducir. Como todos los años el viaje culmina en la casa de Fernanda, la menor de sus 7 hijos. El director decide usar este viaje como símbolo poético y metafórico del vínculo entre ellas: una madre que sigue intentando, inconscientemente, completar los silencios de una hija que espera, año a año, las respuestas de esa madre. Lo que denota que la película está arraigada en temas que conciernen a la maternidad, a la responsabilidad que recae en ellas como madres y, especialmente, se hace foco en qué y cómo se les transmite la historia familiar a les hijxs sin salir lastimadxs otra vez. Hay dos frases que se expresan en el film y que puedan darnos una idea del lazo entre ellas, Celina diciendo “¿para qué vamos a pensar en esas cosas tristes? Lo importante es que estamos acá” y Fernanda confesando “cuando quedamos solas siempre inventamos alguna excusa para no sentarnos a hablar de estas cosas”. Ambas sustituyen con la palabra “cosas” a aquello que no se animan a nombrar. Fernanda vive en General Pico, Argentina, hace ya más de 20 años y su madre vive hoy en día en Uruguay. Osvaldo, el padre de Fernanda y compañero de Celina, continúa desaparecido. Los versos salvados es un documental que relata la historia de un vínculo construido bajo el silencio de un pasado en común entre Fernanda Galeano y su madre Celina Amalia Galeano, quien dio a luz a Fernanda en cautiverio durante la última dictadura cívico militar. Ambas lograron salir de ahí con vida y juntas, lo que las llevó a cuestionarse ¿por qué ellas sobrevivieron y otrxs no? Sintiendo así una enorme responsabilidad para con la Historia, irán en búsqueda de respuestas y descubrirán que esa responsabilidad de contar es directamente proporcional al vínculo que construyeron entre ellas.
Qué se hace con el relato del horror del pasado, qué palabras usar para procesar lo que se vivió? Y la escritura ¿sirve como catarsis o es un exorcismo? En el inicio de Los versos salvados hay una historia de los años de la dictadura. En 1978 un grupo de tareas de la época entró en el hogar de un matrimonio y se los llevó. El hombre de la pareja se llamaba Osvaldo Balbi y era autor de un conocido libro infantil. Balbi es uno de los detenidos-desaparecidos de los que nunca más se supo nada, mientras que su esposa atravesó el infierno de la detención y el posterior exilio, pero como si la historia ya no fuera lo suficientemente impactante Celina Galeano tenía un embarazo avanzado y en ese estado fue llevada al campo de detención conocido como “El Vesuvio” ubicado en el partido de La Matanza. Después de una temporada y cuando el estado de su embarazo hacía evidente que estaba por dar a luz, Celina fue trasladada al Hospital militar donde tuvo su hija y luego se exilió en París. Los versos salvados es la mirada del cineasta uruguayo Gabriel Szollosy sobre el presente de ambas sobrevivientes y sus distintas maneras de procesar esa historia. Celina retomando las escritura, porque al momento de ser secuestrada tenía muchas cosas escritas que desaparecieron en aquel operativo. Hoy Celina vive en Uruguay y su hija en General Pico, dande da clases en la facultad de veterinaria. La historia de ellas es única no hay registro de nada parecido de aquellos días y esa historia las ha marcado de manera tal que aún tratan, a su manera, de procesar todo aquello y el documental se mete en ese mundo privado donde las palabras tienen un protagonismo fundamental. Una hora diez de memoria personalísima de una historia que aún está presente y que todavía todos tratamos de procesar de alguna manera. LOS VERSOS SALVADOS Los versos salvados. Argentina/Colombia/Uruguay, 2019. Guión y Dirección: Gabriel Szollosy. Producción ejecutiva: Diana Kuéllar, Juan Pablo Tobal Clariá, Gabriel Szollosy y Dalmira Maria Clar. Productor Delegado: Eduardo Sánchez. Jefa de Producción: Dalmira Tobal Clariá. Dirección de Fotografía: Nyika Jancsó. Sonido Directo: Patricio Tosco y Fernando Serkhochia. Montaje: Gabriel Szollosy. Color: Christian Leiva. Mezcla de Sonido: Nene dB ESTUDIO. Música: Horacio Burgos, María Colombatti. Animación: Diego G. Medina.
Cine.ar estrena “LOS VERSOS SALVADOS”, el documental de Gabriel Szollosy que retrata la vida de Celina Galeano. Precisamente el trabajo de Szollosy nos aproxima a la vida de esta escritora radicada en Uruguay a través de la narración de Fernanda Galeano, su hija, quien nació en pleno cautiverio durante la última dictadura militar. A través de la lectura de sus textos –quizás a veces no del todo acertado que los pueda leer la propia Celia que entre nervios y “miedo” a la cámara no siempre encuentra el tono acertado para transmitir su producción literaria-, vamos reconstituyendo una historia de vida intensa, interesante, marcada por la militancia, la desaparición de su compañero (y padre de Fernanda), la detención, la clandestinidad y la tortura, como algunos de los elementos que emergen a partir un relato que se va reorganizando en dirección al pasado, aunque con una mirada bien presente. Del centro de detención clandestina El Vesubio a Campo de Mayo, de la liberación al recorrido final, hacia esta especie de lejanía y exilio autoimpuesto que vive en Uruguay, Celina abre su corazón frente a la cámara y seguramente lo más profundo que tiene para entregar este trabajo de Szollosy es la emoción genuina y visceral que aparece en varios segmentos que hablan de hechos dolorosos y profundos que aún hoy, siguen conmoviéndola y atravesándola con solo comenzar a recorrerlos en unas pocas palabras sumamente conmovedoras. Gabriel Szollosy desde la dirección apunta a ir develando el misterio que se esconde tras esa mujer que vive en su propia chacra, algo aislada del mundo y empezar a correr los velos de esta historia de la que no se habla pero que sigue viva con sólo escuchar a Celina o leer alguna de sus poesías. A través de sus poesías y del proceso de producción de sus obras, iremos descubriendo algunas otras facetas más algunos otros datos que su hija Fernanda irá a portando como para poder rearmar el rompecabezas. Si bien, como sucede con algunos otros productos documentales, “LOS VERSOS SALVADOS” apuesta a un formato más televisivo que pensado como para la pantalla grande –y quizás no muestra una estructura sólida desde el guion que queda demasiado ajustado exclusivamente al relato personal de Celina-, encuentra en este decir genuino y profundamente emotivo, una historia de vida que merece ser contada y sobre todo, su punto de vista comprometido respecto de hacer algo fructífero con la responsabilidad de haber sobrevivido.
Los versos salvados Crítica de Esteban Jourdán Ser detenida durante la dictadura del 76 en Argentina era sinónimo de muerte. No había certeza de que se pudiera salir con vida del lugar al que te llevaban, menos aún de conservar un hijo si estabas embarazada. Celina Galeano, la protagonista de “Los versos salvados” y su hija son una excepción, sobrevivieron y nos cuentan como intentaron o intentan darle sentido a esa segunda oportunidad (si se lo puede llamar así) que se les dió. Celina Galeano vive en Uruguay, tranquila en su casa y alejada de todo el ruido de las ciudades grandes. Entre animales, leña y sonidos de pájaros, nos cuenta todo lo que vivió y sufrió durante su tiempo secuestrada por los militares argentinos. Paralelamente, vemos como busca encontrarle sentido al haber sobrevivido a semejante infierno, junto a su hija Fernanda, de quien estaba embarazada al momento de la detención. Celina dice que no tiene tiempo para andar paveando, por eso acepta hacer este documental, para que sea haga justicia. También escribe, quiere publicar poesía, novelas y cuentos para niños. El documental nos muestra su vida, sus recuerdos, su actualidad y como intento rehacerse luego de las vejaciones que sufrió por parte de los militares que la secuestraron. Su hija que también es protagonista de esta pieza de poco más de 1 hora de duración, vive en General Pico (La Pampa), a 1400 kilómetros de la pequeña casita uruguaya de Celina, pero eso no detiene a esta madre para visitarla cada vez que puede/quiere. Para mi, es una responsabilidad tremenda haber seguido con vida y tengo que ser coherente con eso que tengo (…) La vida la tenemos por algo. Celina Galeano Siempre escuchar sobrevivientes de la dictadura es complicado, es movilizante y te deja una sensación muy extraña en el cuerpo (entre dolor y bronca) y con Celina no es la excepción. Para ella, este documental es una especie de justicia del pueblo, de la que no involucra jueces ni abogados, pero que es necesaria, siempre. “Los versos salvados” puede verse en la plataforma CineAr de forma gratuita haciendo click en la imagen. Los versos salvados Dirección Fotografía Sonido Guión Siempre escuchar sobrevivientes de la dictadura es complicado, es movilizante y te deja una sensación muy extraña en el cuerpo (entre dolor y bronca). Hace un poco de justicia a lo que vivieron Celina y Fernanda durante su cautiverio.
LA CULPA DEL SOBREVIVIENTE El de Los versos salvados, dentro de la amplia propuesta de documentales que intentan indagar en los años de la última dictadura argentina, es un caso especial. Como es especial el caso de Celina Amalia Galeano y Fernanda Galeano. Celina fue secuestrada y torturada cuando estaba embarazada y liberada luego de dar a luz. No hubo desaparición ni apropiación del bebé, único caso de estas características según los registros oficiales. En ese marco de singularidad, lo que hace el documental de Gabriel Szollosy es indagar más en el después, en el presente de estos personajes, antes que aquellos hechos y en el pasado, que queda permanentemente en sombras y sin profundizarse demasiado. Esto puede parecer una falla de la película, pero se comprende una vez que se desanda el camino de Celina y su forma de afrontar su propia historia. La protagonista estaba casada con Osvaldo Balbi, autor del libro infantil El elefantito, prohibido por la dictadura. En agosto de 1978 su casa fue allanada y se los llevaron a ambos: “me llevaron por mi compañero”, comenta Celina. De Balbi no se supo nunca más nada y su figura permanece como desaparecida. Ni bien comienza Los versos salvados, Fernanda cuenta un enojo que tuvo con su madre cuando adolescente: le recriminaba que no la quería lo suficiente. Pero fue ahí cuando Celina le contó lo que había pasado en el centro de detención El Vesubio (en La Matanza), cómo la habían torturado a ella y, claro, a su hija que estaba en el vientre. La discusión entre ambas quedó clausurada con una definición de la madre, algo así como para qué revolver el dolor cuando se tiene la vida y hay que seguir con ella, incluso cuando hay que justificarla. La culpa del sobreviviente se impone como una sombra angustiante sobre la figura de Celina. Algo similar hace Szollosy, que deja esa situación en el espacio de las anécdotas y avanza más preocupado en el presente de ambas mujeres: la madre, que sigue dedicada al mundo de las letras, vive en un pueblo en Uruguay, mientras que la hija da clases en la Facultad de Ciencias Veterinarias en General Pico, provincia de La Pampa. En ocasiones, la película le exige a Celina la lectura a cámara de sus propios textos, y ante la emoción de la mujer el director elige cortar las escenas. Hacer evidente este procedimiento es una forma, también, de decir que de nada sirve volver sobre el dolor si sigue causando dolor. No al menos desde un punto de vista exhibicionista. Además de esa discusión del pasado sobre la que no se quiere indagar más, hay un dato que aparece hacia el final del documental, relacionado con la figura del padre, sobre el que tampoco se profundiza. Ahí regresa la idea de que detrás de la historia de Los versos salvados hay muchas otras historias para contar y más pasado para conocer. Pero como deja entrever un episodio que se narra en el prólogo, cuando aquel grupo de tareas invadió el hogar de Celina y Osvaldo se llevaron muchos libros y escritos, aunque unos pocos versos se terminaron salvando de la requisa. Esos versos terminan siendo clave en este relato. Es que de esa manera antojadiza y azarosa se construyen los recuerdos que determinan la Historia. Ese mismo azar por el que Celina no puede explicar su propia liberación. Lo que hace Szollosy pues es sostener ese punto de vista, ser justo y coherente con su protagonista. El suyo no es tanto un documental de denuncia como uno de exposición. Y el pasado y los recuerdos tienen los límites que uno mismo decide imponer.
El documental es un gran género. Sus posibilidades son infinitas. El documental Los versos salvados, del montevideano Gabriel Szollosy, narra la historia en primera persona de Celina Galeano, militante en los 70 que debió dar a luz en cautiverio, perdió a su esposo (hoy desaparecido) y se mueve entre el dolor de lo vivido y la responsabilidad que siente por continuar aún con vida. La recuperación de esa memoria y la culpa que la sobrevuela son uno de los ejes del film. Ningún tema está agotado hasta que los espectadores dejen de interesarse en esos temas. Pero en Argentina esos documentales no tienen espectadores, su consumo es mínimo y su existencia es casi desconocida. Aun así, quien quiera tratar el tema para construir una memoria audiovisual de los horrores de aquellos años, está en todo su derecho de hacerlo. ¿Pero cómo lograr que alguien se interesa? ¿Cómo conseguir que la película rompa la barrera de un espacio mínimo donde todos conocen las historias? No es culpa de Los versos salvados formar parte de esa multitud de films y si alguien de forma honesta desea contar una historia, puede hacerlo. Cada cineasta busca hacer la diferencia, la inmensa mayoría no lo logrará, pero eso pasa con todos los temas y todos los géneros de la historia del cine. La película hace un intento genuino de cuidar la estética y narrar de la manera más eficiente la historia que quiere contar. Pero todo, absolutamente todo, se ve parecido a lo conocido, más allá del eje central vinculado con la escritura y la poesía. Más que una reconstrucción de la memoria estos films conforman una catarsis que no tiene fin. Nadie se pregunta ni se cuestiona realmente nada. El gran problema de estos documentales es que no tienen matices, ni complejidades, algo le falta a este cine y los cineastas en estos últimos años parecen alejarse cada vez más de una mirada profunda y compleja.
Palabras para no olvidar Escrita y dirigida por el documentalista uruguayo Gabriel Szollosy, Los versos salvados (coproducción entre Argentina, Uruguay y Colombia) es el retrato de Celina, sobreviviente del Campo de Mayo y de su lucha para transmitir su historia. La energía y la complejidad de la protagonista hacen la fuerza de la película. El 10 de agosto del 1978, en plena dictadura militar, secuestraron a Osvaldo y a Celina, embarazada. A ella la liberan unos meses después, junto a su hija, Fernanda, nacida en cautiverio. Celina y Fernanda son las únicas madre e hija que lograron salir vivas de la sala de parto de Campo de Mayo. Para Celina, las razones de esta liberación quedan misteriosas, pero tiene la intuición de que la salvaron sus palabras. Siempre le gustó contar, reflexionar, escribir. De hecho, tenía varios cuadernos en su casa que allanaron ese día. De aquellos escritos, quedó solo una hoja. Tal como esas palabras destruidas, Los versos salvados es una película sobre la pérdida y los recuerdos. La pérdida de los momentos pasados, de los seres queridos (Osvaldo, compañero de Celina y padre de Fernanda, sigue desaparecido), de lo que nunca volverá. Para acercarse a este pasado, la única vía es la memoria. “La memoria es el registro que viene de la observación de la Historia”. Así como lo afirma un amigo de Celina, la película construye el lazo entre lo íntimo y lo político, la historia y la Historia, en el intento de recuperar lo que intentaron aniquilar los militares : la poesía, la palabra, el pensamiento crítico. La resistencia de Celina viene de ahí, del deseo de no darse por vencida, de seguir recordando. Pero ¿cómo hacer entender la detención, la tortura? Ahí donde no existe descripción suficiente, ella encuentra en la poesía una manera de expresarse. De formular y transmitir lo traumático a pesar de todo. Esta cuestión de la transmisión está explicitada a lo largo de la película que muestra los conflictos entre filmado y filmador. Las reticencias que puede tener Celina a leer un texto suyo por ejemplo, reclamo del director. Aparece entonces la memoria como construcción en el tiempo, como algo que se hace y deshace, al igual que los versos de Celina destrozada por los militares. Se trata entonces para ella de construir nuevas palabras, nuevos registros de lo vivido. Lo interesante es que el director también se propone este desafío, haciendo de Los versos salvados un registro sobre los sobrevivientes, para no olvidar. Un poco desdibujada, la relación entre Celina y Fernanda ganaría fuerza de ser más indagada, así como la desaparición del padre de Fernanda. Pero aun así, Los versos salvados constituye una profunda reflexión sobre el lugar de la memoria en nuestra sociedad. Los versos salvados se estrena este jueves 18 de junio a las 20hs por CINE.AR TV (con repetición el sábado 20 a la misma hora). Y desde el viernes 19 permanecerá como estreno gratis por una semana en CINE.AR PLAY.
Son los que escribe la protagonista, versos nuevos que recuerdan aquellos destruidos cuando ella estaba por parir y fue secuestrada en tiempos de dictadura con su compañero que sigue desaparecido. Versos y novelas cortas que quieren paliar lo doloroso. Ella y su hija sobrevivieron sin explicación, son un caso único, se exiliaron en Paris y ahora viven una en Uruguay (en Piedra de Afilar) y otra en General Pico en La Pampa. No hay olvido posible y hay culpa por estar vivas cuando otros la perdieron. Cuando a la protagonista del relato le devolvieron a su beba tenia rastros de haber sido torturada, un tema tabú, que a ellas les es muy difícil encarar. El realizador uruguayo Gabriel Szollosy logra captar la dimensión de dolores y ausencias, de silencios y verdades, de dignidades y acusaciones. Madre e hija abren sus corazones con una sinceridad emotiva. Un documental que permite asomarse a las dimensiones de sentimientos escondidos y lacerantes, a responsabilidades de cada palabra dicha.