Entre el amor y la manipulación Buena parte de las películas europeas que se estrenan en Argentina responden a distintos estereotipos de los principales países del viejo continente: así no es de extrañar que una y otra vez nos topemos con la efusividad española e italiana, la frialdad de los alemanes y británicos y esa región anímica intermedia que suelen monopolizar los franceses. Estos lugares comunes nacionales obedecen a lo que podríamos definir como un “cine popular” dentro de las fronteras en cuestión, de allí que la fórmula se repita a más no poder a lo largo de décadas y décadas que fueron asentando un piso fijo de exportación para dichos productos. De una forma similar a lo que ocurre con el acervo estadounidense promedio, las obras independientes y las que van a contrapelo de la industria no llegan a estrenarse de manera comercial en casi ningún otro país más que en el de origen (si es que se estrenan). Más allá de la dialéctica del esquema remanido y la pereza de los circuitos de distribución mundial que viven adquiriendo el mismo modelo de film ad infinitum, lo cierto es que un gran número de estos opus son comedias dramáticas que resultan cualitativamente muy superiores a lo que Hollywood tiene para ofrecer desde los 90 al presente (recordemos que las comedias de hoy en día del mainstream yanqui rankean entre los productos más grasientos, vacuos e insignificantes del panorama contemporáneo). Monsieur & Madame Adelman (2017), otra epopeya romántica que coquetea con el límite entre las risas y las lágrimas, pretende ser una propuesta mucho más ambiciosa que el promedio de su rubro pero a decir verdad se queda en el catálogo de recursos de siempre del enclave galo, bien cómoda en todas las “idas y vueltas” del corazón que corresponden a las parejas longevas. Si tomamos en consideración que la obra es la ópera prima como realizador de Nicolas Bedos, hasta ahora un actor y guionista especializado en convites livianos, y que el señor escribió el guión junto a Doria Tillier, con quien comparte pantalla en casi todas las escenas porque de hecho el dúo compone a los Adelman del título, uno puede inferir que la empresa debe haber sido intimidante para ambos ya que además el relato se centra en un período de 45 años de relación, empezando en 1971 y llevando el metraje a nada menos que dos horas, una eternidad tratándose de un drama encarado desde el registro narrativo/ actoral de la comedia. Todos los detalles infaltables en esta clase de historias dicen presente: pareja burguesa, él un escritor paranoico y egoísta, ella una mujer anodina que evita los conflictos, etapa de gloria luego de unos cuantos histeriqueos, consolidación del vínculo, despegue de la carrera del hombre y fama, casamiento, dos hijos (un varón insoportable y una nena inteligente), estancamiento, celos e infidelidad, separación, regreso sutil a la soledad, etc. Si hay algo que debemos concederles a los franceses en general es que no maquillan las miserias del cariño, mirando de frente a los problemas sin necesidad de encontrar esos chivos expiatorios externos del melodrama tradicional: a pesar de que Monsieur & Madame Adelman utiliza muchos clichés del cine galo (elogio de la pasión inicial, entorno bohemio, infortunios buscados por los personajes, diálogos hirientes entrecruzados, situaciones exacerbadas de frustración o venganza, una ciclotimia que nos pasea por la algarabía y la insensibilidad), por lo menos el relato nos mantiene todo el tiempo concentrados en la dinámica de la propia pareja vía la triada de siempre, esa compuesta por el ascenso del amor, una estabilidad transitoria y el inevitable declive. Como decíamos antes, al film le sobra una media hora de duración y no aporta nada novedoso en sí, no obstante se abre camino como un ejercicio correcto en el campo de las minucias del afecto y su contracara, una manipulación que aquí aparece vinculada a la creación artística más autoindulgente…
Se puede englobar dentro de lo francés a una determinada forma de vestimenta, un acento característico y diversas formas de arte como el cine y la literatura. Allí, es posible encontrar a numerosas figuras que forman aquellas maneras de expresión: no se puede hablar de escritores franceses sin mencionar, por ejemplo, a Charles Baudelaire o actores como Gerard Depardieu. Históricamente, durante lo sucedido en el período como Mayo del 68, se puede considerar a Francia como la cuna del avance en la política de movimientos de izquierda y de un impulso de distintas ramas artísticas. En sumatoria, es posible encuadrar estas ideas como aquello que determina al estilo o a lo francés. Es en este marco donde se localiza “Monsieur & Madame Adelman”. Desde múltiples lugares (dirección, escritura, actuación y música), Nicolas Bedos nos trae una película que reúne aquellas características francesas. Doria Tillier participó, también, de la escritura del guion. No sólo forman una dupla en esa sección, sino que además son el dúo protagonista. El largometraje cuenta la historia de Victor Adelman (Bedos), escritor de novela y poesía, y su mujer Celine Adelman (Tillier). La misma abarca aspectos de cómo se conocieron, cómo se desarrolló la carrera de Victor como escritor y cómo participó Celine, estudiante de Literatura Clásica, en ella. Con un humor ácido, bien francés, el film logra momentos variados, desde escenas de tensión, de risa o de tristeza. La música acompaña de una manera sumamente acertada, como así también su dirección. Es una historia conmovedora e intensa, que en ningún momento se estanca sino que atrapa. A su vez, el vestuario utilizado es muy adecuado y típico de aquel país. Párrafo aparte para las actuaciones de Doria Tillier y Nicolas Bedos. Para alguien que no esté familiarizado con el cine contemporáneo francés, ambos son personas sumamente desconocidas. En “Monsieur & Madame Adelman” nos brindan una interpretación impactante y sorprendente. Individualmente, cada uno realiza su papel de una forma brillante. Grupalmente, se logran acoplar de tal manera, tanto entre ellos como con el resto del elenco, que generaron un producto sorprendente y merecedor de aplausos.
Es, también, otra historia de un amor como no habrá otro igual. Porque llena de idas y venidas, malentendidos, entuertos, reconciliaciones y sorpresas, Monsieur & Madame Adelman es una comedia dramática sobre una pareja que de ese término -el de pareja- no tiene nada. La película de Nicolas Bedos toma a Sarah (Doria Tillier) y Victor (el propio Bedos) durante más de 45 años de vida casi en común, desde que se conocen hasta casi el tiempo presente. Victor es un escritor y de entrada no quiere saber nada con Sarah. La primera noche juntos -juntos aquí quiere decir que se acuestan en la misma cama, sí, pero duermen y nada más debido a la borrachera del joven- ella se desvela corrigiéndole el original de una novela que le han rechazado. Él, poco menos que se la saca de encima como a la caspa. Pero perseverante, Sarah primero será novia de su mejor amigo y luego, de su hermano. Hasta aquí llegamos. OK, sólo agreguemos que él adopta el apellido de ella para firmar sus novelas. Que serán best sellers. La película arranca con el funeral de Víctor, la llegada de un periodista y la sorprendente declaración de la viuda. “Muchos creen que yo lo maté”. No, no es Amadeus. Sarah irá contando las distintas etapas en que estuvieron juntos, y separados. Y cómo él, de familia burguesa de dinero, y ella, de ascendencia judía y clase media, terminaron juntos. Terminaron, y juntos, son maneras de decir. La película tiene un lenguaje adulto y escenas bastante jugadas en las que uno y otro se prueban vaya uno a saber qué. Hay algo enfermizo en esta relación, se habla de incesto, infidelidad y drogadicción durante un embarazo, desprecio por un discapacitado. El combo es variado y fuerte. Y las actuaciones, al margen del maquillaje y los postizos, hacen creíble una historia de amor increíble. O algo así.
La película francesa, ópera prima de Nicolas Bedos refleja la historia de amor de toda una vida de la pareja formada por un aspirante a escritor de novela y poesía, primero estancado en su escritura, quien luego logra ser aclamado y prestigioso gracias a la ayuda de su mujer, Sarah, estudiante de Literatura. El director escribió el guión junto a Doria Tillier y ambos lo protagonizan. El relato comienza en 1971, atravesando todas las épocas durante 45 años con todo lo que ésto conlleva, celos, infidelidades, hijos, etc. Sarah se enamora de Víctor apenas lo ve. El no, la encuentra demasiado alta y con dientes grandes, pero las vueltas de la vida y la insistencia de sarah por “encontrarlo” hacen que finalmente se desate la “chispa”. El proviene de una familia de clase alta. ella por el contrario, de una familia clase media, judía, por la que él se fascina. El film tiene todo, algo de romanticismo, algo de comedia, un poco de drama, mucha química entre la pareja y muchas anécdotas que Sarah le relata a un periodista que viene a buscar una información diferente. Algo extensa, sí, pero una linda historia de amor con todos los condimentos como hace mucho no se veía. Lo mejor: las actuaciones y la recreación de cada época. --->https://www.youtube.com/watch?v=LVUoSaaanfc ---> TITULO ORIGINAL: Monsieur & Madame Adelman ACTORES: Dora Tillier, Nicolas Bedos. Christiane Millet, Zabou Breitman. GENERO: Drama . DIRECCION: Nicolas Bedos. ORIGEN: Francia. DURACION: 120 Minutos. CALIFICACION: Apta mayores de 16 años con reservas FECHA DE ESTRENO: 19 de Abril de 2018 FORMATOS: 2D.
El film esta protagonizado por los autores del guión, pareja en la vida real y en la ficción y dirigido por Nicolás Bedos, con un elenco encabezado por la enérgica Doris Tellier. Una larga película que cuenta la historia de amor, odios, engaños y secretos de una pareja durante cuarenta y cinco años. Y que comienza con el relato de la viuda a un periodista, con datos que podrá pública y otros muy jugosos que ella pretende dejar para siempre en la oscuridad. Un escritor el, una estudiante de literatura ella, jóvenes cuando se conocen y simbióticos en más de un aspecto. Una relación con premios y elogios, con zonas siniestras y enfermas, pero también de un compañerismo a toda prueba y una entrega poco creíble de su compañera. Con momentos juguetones, satíricos, referencias intelectuales y situaciones de comedia frenética. Especialmente Doris Tellier despliega con elegancia sus armas de buena actriz para el género, en menor medida su compañero. Un entretenimiento intelectual, que sus creadores hicieron por diversión, que se alarga demasiado y que por momentos suena artificioso y otras interesante.
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Monsieur & Madame Adelman, de Nicolas Bedos Por Marcela Barbaro Es él, pensó ella mientras lo descubrió en la barra de un bar. Bastó conocerlo para que su historia de amor dure 45 años. Ese disparador dará inicio a la ópera prima del actor y director francés, Nicolás Bedos, quien además es uno de los protagonistas. Monseieur & Madame Adelman se exhibió en numerosos festivales donde obtuvo dos nominaciones a los premios César, y resultó ganadora en el Festival Internacional de Hamptons, como mejor narración. Basada en los tópicos de la comedia dramática francesa, se narra la historia de Sarah Adelman (muy bien, Doria Tillier) una mujer sugestiva e interesante que ayuda a un reportero interesado en escribir una biografía sobre su esposo, el reconocido escritor Víctor Adelman (Nicolás Bedos), recientemente fallecido. Ella enciende un cigarrillo, lo apaga sobre el cuero del escritorio y le cuenta los secretos de una larga e intensa vida junto al hombre que amo; también le explica que ese escritorio había sido un regalo carísimo de ella a Víctor, y que nunca usó. Un indicio, que perfila el carácter de una mujer que no se detuvo ante nada de lo que quiso. Construida como un extenso flashback, se va desarrollando cronológicamente el paso de los años, casi sin recurrir a elipsis temporales. Durante el recorrido, se muestra el “cómo” construyeron una pareja que nunca descartó los deseos individuales de cada uno. Sarah, doctora en literatura y Víctor, aspirante a escritor forman un ensamble de intelectualidad ideal, donde comparten la pasión por la escritura y los libros. El guion, escrito a cuatro manos por Tiller y Bedos (quienes son pareja en la vida real), resulta ambicioso y demasiado extenso. Cada línea está calculada para no dejar nada al azar, ni fuera del relato: el contexto político francés, las rivalidades intelectuales entre la izquierda y la derecha, judíos vs. católicos, y los problemas del escritor frustrado con una familia que lo ignora. Cada tema se fusiona alrededor de personajes frágiles y perseverantes donde se combina el humor irónico, la nostalgia, la admiración mutua de sus egos, y dosis de cinismo ante sus hijos, o durante la vejez compartida, que hasta resulta inverosímil. Uno de los problemas de Monseieur & Madame Adelma, además de estar escrita a medida de los autores, es la falta de balance entre el tiempo cronológico y el cinematográfico. Hacia el final, se revela una sorpresa que rompe la atmósfera “idílica” y le otorga un buen guiño a una película que lo dijo todo, sin respiro. MONSIEUR & MADAME ADELMAN Monsieur & Madame Adelman. Francia/Bélgica, 2017. Dirección: Nicolas Bedos. Guión: Nicolas Bedos y Doria Tillier. Elenco: Nicolas Bedos, Doria Tillier, Denis Podalydès, Antoine Gouy, Christiane Millet, Pierre Arditi, Zabou Breitman, Julien Boisselier, Jean-Pierre Lorit, Nicolas Briançon. Producción: François Kraus y Denis Pineau-Valencienne. Distribuidora: Mirada Distribution. Duración: 120 minutos.
Aún con sus -disfrutables- clichés de cine francés, de los que se burla con desparpajo, esta historia de principio-desarrollo-y fin de una pareja, escrita y dirigida por su protagonista, Nicolas Bedos, tiene la acidez, el humor y la mirada implacable sobre las relaciones -románticas y familiares- necesarias para un buen resultado. Quizá algo larga, pero inteligente y divertida.
Cuando Sarah conoce a Víctor, en 1971, no sabe que su vida en común se extenderá a lo largo de 45 años, una relación llena de pasión, secretos, penas y sorpresas. Él es un escritor exitoso que conoce a quien será su mujer a través de su interés común por la literatura. Su romance tendrá una serie de tropiezos y, con el tiempo, también engaños que, no obstante, no lograrán que esa pareja se desarme. Cuando Víctor muere, después de una larga enfermedad, Sarah acepta relatar su pasado a un periodista. Así se va descorriendo un extraño velo en el que todo lo vivido por la pareja se convierte en un evocador entramado, que tiene como hechos salientes el nacimiento de un hijo discapacitado y, luego, de una niña, mientras que las vidas cruzadas por el matrimonio, con el paso de los años, se entrelazan en un laberinto del que, para ambos, es muy difícil de abandonar. Del diálogo con el periodista surgirán rencores producto de tantos secretos y silencios que tanto Sarah como Víctor intentaron dejar de lado y que cobran otra intensidad en el recuerdo, entre el relato y la sesión de terapia. El director Nicolas Bedos, que además interpreta con enorme calidad el personaje de Víctor, logró un film cálido y duro que refleja dos vidas sumidas en el desamparo. Dora Tillier, como Sarah, supo también salir airosa de su papel en esta trama que habla de desventuras, pero también de los más íntimos sentimientos de sus protagonistas.
Con dos nominaciones a los Premios César: Mejor actriz para Tillier y Mejor ópera prima, Monsieur & Madame Adelman es la historia entrelazada de esta pareja: él, un escritor consumado; ella, su alguna vez musa y editora. La química entre Bedos y Tillier es atractiva, y en los 120 minutos de duración de la cinta los veremos bromear a través de cuatro décadas de música, cortes de pelo, modas y un romance que poco tiene de rosacho. Mordaz y tierna, Monsieur & Madame Adelman envuelve las complejidades de la vida en pareja y el matrimonio en un drama romántico con algún condimento de comedia. Casualmente Nicolas Bedos y Doria Tillier son pareja en la ficción y en la vida real, y decidieron trabajar juntos en esta película desde su concepción hasta su rodaje. Comenzamos con varios planos cercanos de una máquina de escribir y de ciertos espacios al aire libre. Vamos a conocer la historia de Víctor y Sarah Adelman, y nuestro punto de partida será el día del velatorio de Víctor, en una gran mansión campestre de Francia. Allí un periodista se acercará a la viuda y le pedirá que le cuente algo más sobre la vida de Víctor, quien ya descubrimos fue un reconocido escritor. “Víctor y yo es una gran historia”, apunta una anciana Sarah al periodista. Ese es el puntapié para una narración a través de flashbacks, ordenada en 14 capítulos y un epílogo, cual si fuera una novela. El disparador de alguien contando sus recuerdos a un periodista es un recurso harto utilizado en la historia del cine, sino piensen en la reciente Jackie o en la ya clásica Entrevista con el vampiro. El atractivo en Monsieur & Madame Adelman es la mirada íntima desde el punto de vista femenino, con sus anhelos y frustraciones, además de esa idea de la mujer que vive para el artista (“supe que toda mi vida giraría alrededor suyo” dice Sarah en un momento de la película), con varios detalles que nos recuerdan, salvando las distancias, a Sobreviviendo a Picasso. Una historia de amor real, muy lejos de los cuentos de hadas, en la que habrá que lidiar con egos, inseguridades y temores habituales en la convivencia diaria, conflictos y desencuentros constantes. Este viaje a la historia de vida del Sr Adelman a partir de los ojos de quien lo acompañó por 45 años, arranca con el Capítulo 1, que nos sitúa en 1971, y se titula Estrategias del azar. (Detallar los títulos de cada capítulo sería un feo acto de spoiler) Víctor viene de una familia burguesa, es escritor y anhela poder vivir de su profesión. Sarah viene de una familia judía muy unida y con costumbres afianzadas, que considera que todos los judíos son inteligentes y divertidos. Sarah estudia literatura en la universidad, y sus conocimientos le permitirán encontrar las fallas en los escritos de Victor, así que de alguna manera habrá una reciprocidad artística entre ambos. Los condimentos cómicos de Monsieur & Madame Adelman pueden pecar de snobs, pero incluyen una de las escenas más graciosas: la noche de Navidad en casa de los padres de Victor. Podría decirse que estamos frente a una comedia intelectualoide. Este amor irreversible (según la propia Sarah) está plagado de toneladas de alusiones al mundo literario, al microcosmos intelectual parisino al que pertenecen esta pareja, así como también de escenas en las que se bebe y se fuma. Es de destacar la buena caracterización para mostrarnos el paso del tiempo en el rostro de nuestros protagonistas. También resultan bastante convincentes las actuaciones. El personaje de Sarah Adelman, realizado con gran capacidad por la debutante en el ámbito del cine, Doria Tillier, es una mujer con personalidad que no solo sabe lo que quiere, sino además cómo posicionarse en ambientes incómodos. Y más allá de que en ciertos momentos se pretenda afear a la actriz, Sarah es realmente carismática y cautivadora. El personaje de Victor Adelman puede resultar algo despreciable en algunos capítulos de esta historia, y comparte las escenas más entretenidas con su psicólogo. Sus reacciones exacerbadas a los momentos adversos pueden resultar algo irritantes, además de la misoginia que esgrime promediando el final. Sin embargo, por más que el enfoque de Monsieur & Madame Adelman sea sobre la relación de la pareja a través de los años, la conveniente, e inverosímil, desaparición de los niños resulta incómoda. Lo que sí no vamos a perdonar es el giro final, injustificado e innecesario, tanto que podría transformar la película en una verdadera incoherencia. Conclusión Monsieur & Madame Adelman resulta una atrayente ópera prima que lamentablemente por momentos peca de snob y que arranca con un tono provocativo que termina por diluirse. En ella se tratan temas tan fascinantes como la erosión del amor, el trabajo de la creación o la desilusión de los padres, aunque de manera algo exagerada y superficial. Un torbellino de épocas, lugares, personajes que igual recordarán.
Un escritor muere y, luego de su velorio, un periodista entrevista a la viuda para conocer pormenores secretos de su vida. El relato de la relación entre el señor y la señora del titulo comienza en 1971 y sigue por más de cuatro décadas. En un comienzo, la historia de este escritor y su musa se podría definir como una especie de comedia romántico-literaria, y en verdad toda la primera parte de la historia, en los tempranos 70, es la más interesante de un film que se va volviendo denso a medida que el romance inicial se convierte en un matrimonio con los conflictos conyugales de rigor. El director, Nicolas Bedos, es también el protagonista al interpretar al señor Adelman, y a su favor como realizador se puede decir que pone el énfasis de la narración en su amante-antagonista, personificada por Doria Tillier, en una gran actuación que justifica por sí sola el precio de la entrada al cine. En general hay buenas actuaciones, pero el director e intérprete sólo por momentos logra mantener con fluidez la historia, y hacia la segunda mitad todo se repite. La música que va describiendo el paso de las décadas es un buen atractivo de una comedia dramática que daba para más.
Victor, un escritor con tanto ego como inseguridad y que siente que lo castran su madre, su padre y su hermano, y Sarah, una chica demasiado inteligente como para dejarlo pasar cuando ve su potencial, aunque todo entre ellos empiece mal. En torno a esa pareja gira "Mr. and Mrs. Adelman", la comedia del actor Nicolas Bedos, también protagonista y guionista de esta ópera prima. En esta singular comedia, Bedos no reniega de ningún tópico del segmento romántico, pero tampoco se priva del humor negro, las ironías crueles, el melodrama y la crítica social, cultural y política. El filme recorre 40 años de la relación de los dos personajes a partir de que se conocen a principios de los 70 cuando él, casi borracho, reniega de su suerte como escritor en la barra de un bar. Es el artista de una familia de industriales millonarios. Ella, hija de judíos de clase media que se enamora a primera vista y sabe que pasará el resto de su vida con ese hombre que vomita en el primer encuentro. El director mantiene el ritmo en las casi dos horas del filme, y se permite reírse de todos y de todo, desde los clichés visuales con los que el cine suele representar la felicidad de una pareja hasta el supuesto amor incondicional que deben sentir los padres por sus hijos.
Ese asunto de la ópera prima El realizador francés, responsable también del guion, apela al viejo recurso de la investigación periodística para retratar a un escritor y su esposa. Aunque peca de los excesos de varias “primeras películas”, el film mejora con el correr de su metraje. En los años 70 y 80 –tal vez desde antes– circulaba, en el ambiente del cine, la idea de que las óperas primas solían pecar de exceso. Exceso de ideas, de ambición, de tiempo fílmico, de trama y subtramas. En los 90 llegó el minimalismo y con él hasta las óperas primas se hicieron pequeñas, módicas, esqueléticas a veces. Con su ambición de hablar de la pareja humana, el paso del tiempo y el curso de la vida, la irregular Monsieur & Madame Adelman representa un regreso a aquellas óperas primas. Autorreferente, la ópera prima de Nicolas Bedos, que se ganó un nombre como dramaturgo, cómico de televisión y guionista de cine y TV, narra la vida de un escritor (a quien interpreta el propio Bedos) y su esposa, encarnada por la ex meteoróloga de noticieros Doria Tillier, que en la realidad no es otra que Mme. Bedos. En la película ella es la mejor lectora y editora de su marido. En la realidad, como el guion de Monsieur & Madame Adelman lo escribieron a cuatro manos, faltó quien cumpliera esa función. Faltó recorte y edición. El guion de Bedos & Tillier recurre al viejo truco del periodista, que se remonta por lo menos hasta El ciudadano, para narrar una vida. En este caso la de Victor de Richemont, escritor tan prestigioso que en su funeral lo homenajea el mismísimo Jack Lang, ex Ministro de Cultura de François Mitterrand, y su mujer de toda la vida, Sarah Adelman. Un periodista que está escribiendo una biografía de Richemont le pide a la viuda reconstruir su vida, artilugio que permite al propio film hacerlo, arrancando en 1971, cuando ella y él se conocieron en una disco. Saltando en el tiempo se llega hasta la enfermedad y extraña muerte de Victor, que por lo visto cayó de un alto acantilado. Siguiendo un poco los tonos que las propias etapas de la vida imponen, la película de Bedos & Tillier comienza en tono de allegro, disminuye hasta un andante durante la madurez de la pareja y se cierra con un adagio. Si se prefiere expresarlo en términos dramáticos, comedia, drama y melodrama. Daría la impresión de que uno de los modelos de Bedos es Woody Allen, y como en el cine del neoyorquino, los gags son más verbales que visuales. Pero como en Woody también, esto no quiere decir que no haya en absoluto gags visuales o dramáticos. Hay de hecho uno buenísimo, que perfectamente podría haber estado en Annie Hall, Manhattan o cualquier otra: después de treinta años de terapia, el protagonista va a visitar al sanatorio a su analista, acomodándose en una silla, de manera que el otro, todo entubado, lo analice. La película mejora a medida que avanza. El personaje del escritor, hasta el momento venerado por el guion, empieza a mostrar facetas altamente perturbadoras, sórdidas incluso. A la vez la película parece dar por pagadas ciertas deudas, que además de Allen en el comienzo incluyen a Scorsese (cierta clase de travellings, el ritmo galopante, la banda de sonido como un Grandes Éxitos de época). A la vez el personaje de Sarah, hasta entonces poco más que un apéndice embelesado de Víctor, comienza a ganar independencia (Tillier es una de esas actrices a las que la cámara “ama”) y termina dirigiéndose a un final sorpresa, una de las cosas que un editor de guion inteligente hubiera aconsejado eliminar.
Narra los momentos que vive una pareja: Victor es un soñador, escritor, de ideales izquierdistas pero de una familia de clase acomodada, en cambio Sarah es de clase media, judía, Licenciada en letras. Vemos a través del paso de los años como van forjando sus vidas. Nos encontramos con una historia de amor, con todas las dificultades que pueden llegar a tener a lo largo de los años, sus dificultades, altibajos, dolores, los hijos, el sexo, las rupturas y obstáculos. Es un lindo film con situaciones conmovedoras y tensas, humor ácido, interesantes diálogos y una buena química de los protagonistas y actuaciones. Una música que acompaña bien en las distintas situaciones y una fotografía agradable.
Peras por manzanas La relación entre dos franceses durante casi medio siglo es la premisa de Monsieur & Madame Adelman (Mr & Mme Adelman, 2017), una película donde sobra la vanidad y el amor brilla por su ausencia. Uno tiende a participar de lo imaginario. La dinámica de la ficción, como juego de cartas, exige un ida y vuelta entre las partes. Hay estrategias y, dependiendo de lo que se enseñe sobre el tapete, el espectador puede completar los vacíos, poner todo de sí para iluminar lo que permanece oculto. De ahí que un personaje pueda despertar enojos, simpatía o hasta fanatismo: a partir de ciertas coordenadas –el quién, cómo y dónde del sujeto, lo que acciona y su recorrido- se construye la prótesis que le permite al espectador sentir como siente el personaje, por qué lo hizo, cuáles fueron sus motivos. En definitiva: imaginar. No es el caso de Monsieur & Madame Adelman. La película narra cuatro décadas en la vida de Sarah Adelman (Doria Tellier) y Victor de Richemont (Nicolas Bedos, actor y director) que van desde que los dos jóvenes franceses con sueños, pretensiones y muy distintos pasados familiares se conocen a principios de los setenta hasta su vejez, la muerte y el horror. Estructurada en capítulos, sigue un orden cronológico a la vez que grafica el paso de los años. Victor adoptará el apellido –judío- de Sarah, se convertirá en un escritor reconocido y en un hombre insufrible –aunque uno puede dudar de que el director así lo haya querido. Sarah, por su parte, vivirá a la sombra de su marido y terminará por sacrificar algo más que su individualidad: el brillo que tiene en un principio se apaga de a poco –lo mismo que el guión, en caso de coincidir en que ahí hubo brillo alguna vez. Cuesta imaginar personajes por los que el espectador pueda sentir menos simpatía: tan llenos de estupidez, soberbia y crueldad. Y es curioso, porque la película no apela a un código de incorrección política –por más que ese terreno de un tiempo a esta parte lo haya conquistado el progresismo, y hay que decir que al progresismo aquí se le dedica durante la proyección algo más que un guiño. De Chéjov para acá la exposición del lado menos amable de un personaje es condición y motivo de alegría. Ahora bien, en la obra del dramaturgo, como en la pila de obras que siguieron su ejemplo, no faltaba nunca humanidad. Victor y Sarah están envueltos en una trama que los pinta siempre egoístas –donde los insultos y la discriminación se regalan a cambio de nada y sin por qué. Aunque lo peor aparece cuando hacia el final se intente insertar por todos los medios la expiación, como si todos los viejitos merecieran ir al cielo. Nunca hubo amor en aquel círculo. Es sabido –y no está mal: sería bueno hacerse cargo. Con una lista profusa de escritores y de obras, referencias al cine de Woody Allen o al de Paul Thomas Anderson –por algunos recurrentes movimentos de cámara-, la película de Nicolas Bedos tropieza con cada lugar común que puede: el psicoanálisis y las madres, la exclusividad de ser judío, qué significa ser un francés de izquierda. La dirección de arte –hay que decirlo- es impecable y tiene un lugar fundamental en el desarrollo de la historia. En medio de este lío, los vaivenes políticos salpican la trama –pero salpican nomás: no mojan en serio. A mitad de camino entre una comedia romántica y la apropiación autoral de ciertos tópicos, la película sufre de una notable falta de carisma. No se trata de moralidad, sino de querer vender peras por manzanas. Amores los hay sádicos, los hay destructivos y dolorosos pero humanos siempre. El resto –lo chic, lo cool y la impostura- dura lo que tarda uno en olvidarse de un chiste malo.
HÁBLAME DE AMOR “Todo se transforma”, diría Jorge Drexler. Y es así como vemos envejecer a esta excéntrica pareja de enamorados. No sólo pasa el tiempo en Monsieur & Madame Adelman, los personajes son atravesados por los minutos que se van de sus vidas. La fluctuación que viven es continua, porque ellos están en constante cambio por su característica de repensarse todo el tiempo. Una de las cualidades mayores del film es su capacidad de transformación de carácter gradual y natural. Los protagonistas cambian y mucho, uno va aceptando el paso del tiempo y el envejecimiento como si en dos horas pudieran pasar cuarenta años. Pero cuando decimos transformación, no sólo pensamos en cambios físicos, aunque existen, obviamente. La complejidad de los personajes, su estilo de vida, los hace mutar por su manera de entender la vida, esa búsqueda constante por el conocimiento y la renovación de ideas. Victor y Sarah son atravesados por el tiempo. El mundo cambia y ellos también. Somos testigos de dos cambios que se dan en paralelo. Por un lado, se da el crecimiento de los personajes y con ello cómo va afectando su actitud, sus ideas y hasta su aspecto. Por el otro, podemos ver cómo los personajes son parte de un mundo que va cambiando sus valores y su apariencia. Es posible visibilizar cómo en esos años la sociedad fue cambiando de forma repentina. Vemos que la tecnología ingresa a los hogares y cambia las formas de pensar y vivir. Como Monsieur & Madame Adelman retrata la vida de dos escritores, junto con ellos aparecen, de forma indirecta, algunas de las teorías literarias, vistas desde el dilema real. Por ejemplo, la idea de ser un escritor comprometido con las situaciones sociales, la diferencia entre autor real o de papel, la idea de ficción, entre otras. La película cuenta, además, con detalles como la división en capítulos, con un título cada uno, como si se tratara de una novela. Pero lo más interesante y que envuelve todo lo antes dicho es que es un relato enmarcado. Sarah es quien cuenta la historia y a través de sus ojos vemos qué sucedió. Pero no sólo eso, sino que es a través de los ojos de una escritora. Es así como somos presas en un juego en el que ella nos pone a prueba como espectadores, dejando pistas perdidas en escenas y diálogos. El relato deja huellas, al estilo de los grandes novelistas, para que los que lo leen puedan jugar y tengan la necesidad de volver a diferentes pasajes para notar el artificio. El trascurrir de la película es intenso pero muy dinámico. El hecho de que Sarah sea quien relata todo el film le da una chispa de comicidad, ya que podemos suponer cómo muchas de las cosas que cuenta no sucedieron tal como las escuchamos. Por eso, estamos todo el tiempo ante un gran monólogo en el que ella piensa lo que Victor sentía. Es probable que el relato tenga esa intensidad también por estar apoyado en los ojos enamorados de Sarah, no hay réplica a ese amor, sólo es la visión de ella.
El realizador francés Nicolas Bedos presenta Monsieur & Madame Adelman, una película que combina el drama con lo romántico. Esta ópera prima recorrerá los 45 años de encuentros y desencuentros entre una pareja. La película transita los 45 años de relación entre Sarah (Doria Tillier) y Adam (Nicolas Bedos). La historia se centra en las diferentes etapas por las que atraviesa una típica pareja: desde el enamoramiento (donde todo es color de rosa y uno ve al otro como un ser perfecto), hasta la desilusión (donde se descubren los defectos del otro y el amado pasa a ser el mismísimo demonio), para finalizar en el amor (etapa donde uno acepta al otro tal cual es, tanto con sus defectos como con sus virtudes). La historia está narrada desde Sarah. Ella nos contará de un amor pasado pero desde un tiempo presente. Nos hará transitar por todos los momentos vividos con Adam: el primer encuentro, el enamoramiento, el casamiento, los dos hijos, el desencuentro y, nuevamente, el enamoramiento. La forma en la que está narrada la historia permitirá que uno se sienta cercano a las situaciones de este dúo. El espectador podrá sentir la intensidad de aquel amor que vivieron estos jóvenes adultos y, también, el dolor que atravesaron durante sus desencuentros. Si bien la película tiene un estilo propio y bien marcado, no evita caer en los lugares comunes que recorren los dramas románticos. Monsieur & Madame Adelman peca de casi todos ellos: chica que se enamora de chico pero chico la ignora, chico se da cuenta de que la ama y quiere estar con ella, pareja muy feliz que se jura amor eterno, momento dramático donde se deben separar y, finalmente, pareja redescubre que el amor inicial está intacto y, por supuesto, quieren volver a estar juntos. Algo ya visto innumerable cantidad de veces. La trama tampoco presenta nada nuevo dentro de este conjunto de romanticismo, drama y toques de comedia. Aun así, logra captar con bastante realismo lo que a una relación respecta. Si bien cae en varios tópicos románticos, se aleja de las típicas películas hollywoodenses -sean para adolescentes o para adultos- que muestran el amor de una pareja como algo incondicional y capaz de perdonar y de salvar todo.
Llega a salas "Monsieur & Madame Adelman", la ópera prima de Nicolás Bedos, actor galo que debuta detrás de las cámaras con una realización que llegó al palmares de los premios César durante su última edición. Esta es la historia de una pareja. No una convencional, sino dos seres inmersos en el mundo de la literatura: el escritor y su musa. Atravesados por ella, pero conviviendo con los problemas naturales que uno vive cuando se piensa unido a alguien durante un largo período. La cinta recorre 45 años en la vida de Sarah (Doria Tillier, quien es pareja en la vida real del realizador y también co escribió el guión)y Víctor de Richermont (Bedos) y se relata en forma ordenada y cronológica, los eventos salientes de la relación, de 1971 hasta 2016, fecha de la muerte del escritor. Todo se inicia con la consulta de un periodista que charla en el funeral con Sarah, para pedirle algún detalle saliente de la vida de esta celebridad literaria. Ella, lejos de inhibirse, comienza un pormenorizado racconto desde que surgió el flechazo, hasta los últimos tiempos del hombre que amó con locura. Viviremos el pasaje a través de distintas épocas y eventos, que hicieron a la construcción del escritor de éxito en que logró convertirse Víctor. Bedos aprovecha un gran trabajo de maquillaje (el tema de modificar la edad de la pareja se presentaba como un desafío) y aporta una natural química para la pareja que integra con Tillier. Se complementan de maravilla y eso enriquece el film. Es de dos personas enamoradas (lo escribieron juntos) e interpretan de dos personas enamoradas. Ergo, es convincente desde todo punto de vista. La trama, sí, llena de desniveles, engaños, debilidades y aciertos, es la esperable, aunque para mi gusto, es demasiado lineal. Y sí también es discutible la revelación de cierre de la película, que para muchos puede oscurecer, parte de la historia relatada. En lo personal, creo que es una película prolija, con una actuación destacada de Tillier que es ideal para parejas que quieren verse proyectadas en el futuro. Es un drama romántico, instalado en París y con toda la carga que eso significa: psicoanálisis, amantes, largas discusiones de café, etc. Pero aprueba y es un film con el típico acento francés para los amantes de esa geografía cinéfila.