UNA DEUDA CON EL CINE El cine argentino ha sabido dar, a lo largo de su historia, todo tipo de comedias. De hecho la comedia es uno de los géneros que mejor trabajo nuestro cine en su Edad de oro. Con altibajos, ha logrado ese género llegar a la actualidad con algunos buenos resultados. Pero también, seamos estrictos, Argentina puede decir que no tiene nada que envidiarle a nadie a la hora de hacer algunas de las peores comedias del mundo. Sí, todos los países las tienen, claro, pero uno imagina que una cinematografía con un mercado tan pequeño como el nuestro no se arriesgaría a poner su energía en hacer películas de un nivel tan bajo. Soy tu karma es sorprendentemente fallida, de punta a punta, sin un solo instante que funciono o un mínimo chiste que caiga en tiempo y forma. Es un género particularmente molesto la comedia cuando nada sale bien. Acá el protagonista es Dario, que despierta con una desconocida en su cama y no se le ocurre que pudo haber pasado. Pronto se sabrá que Dario es una de las vidas previas de ella y que si no corrige su karma la pobre joven no podrá lograr ser feliz en su existencia que comenzará años más tarde. Sí, la comedia fantástica está permitida, claro, de hecho es un género muy bueno que incluso en Argentina ha dado algunas películas memorables o directamente obras maestras como Cita en las estrellas o El retrato, ambas del genial Carlos Schlieper. Nada sería más placentero que ver una comedia con aciertos, nada es más feliz que una gran comedia, lo digo como alguien que ama al género. Por eso también me pregunto cómo pudo suceder esta película, como actores que han sabido hacer buenos papeles quedaron atrapados en este guión y como llegó todo esto a convertirse en un estreno.
No, no y no. Who, así se hace llamar el director de esta película, dispara una anécdota, la idea del karma encarnado en diferentes personajes y que acosan al protagonista sin siquiera producir risa alguna. El gran elenco reunido, multinacional, por cierto, no puede hacer nada con el material ofrecido, y mucho menos construir un verosímil dentro de un relato vacío, que no funciona ni como comedia, grotesco, ni de ninguna manera.
Darío, y yo, y mi otro yo Una nueva comedia de enredos asoma en Argentina y es dirigida por Who. La película titulada Soy tu karma representa la vida de Darío (Guillermo Toledo), un español a punto de casarse con una mujer argentina (Leonora Balcarce) de menos edad que él. Cuenta con una fotografía correcta, muy colorida, donde diferentes paletas de colores estructuran cada habitación de la casa. Así también hace un buen trabajo la dirección de arte al mostrarnos los lujos de la clase alta. Con respecto a la dirección, toma decisiones muy arriesgadas a la hora de narrar la historia. Cuenta con voces desde el “más allá”, miradas y diálogos a cámara, con el fin de hacer de esta comedia algo místico y delirante. Lo consigue sin dudas, aunque sin ser muy gracioso. Pero el guion falla una y otra vez en repeticiones de chistes y gags que no funcionan por calidad, sino por reiteración. También contiene un error constante en el que se revela cual es el principal enigma en los primeros minutos (las personas son producto de la imaginación de Darío. Cuando él se da cuenta y parece manejarlo vuelve a caer en el mismo error haciendo honor a las comedias absurdas). A su vez, las actuaciones de los argentinos no ayudan en nada, pésimo trabajo de Florencia Peña. Y a Guillermo Toledo (Psiconautas) se lo deja en una posición incómoda puteando como español (aunque lo sea). Lo mejor del film pasa por la vecina (Luisa Kuliok), una chusma y egoísta señora que espía al protagonista con acotaciones divertidísimas..
Soy tu karma: enredos más que remanidos Darío (Willy Toledo), un español divorciado que llegó a Buenos Aires para casarse, se despierta una mañana con una desconocida a su lado, una monja en su placard y un hombre que habla en un lenguaje extraño en su baño. Cada uno de ellos le recrimina haber abandonado a su hijo en España. De aquí en más la historia transita por el camino de lo absurdo, ya que esos personajes son solamente vistos por él. El film, ya una comedia de enredos, emprende a partir de su planteo fantástico situaciones que pretenden ser graciosas y apela a antiguos gags. El director trató de que los disparates tuviesen algo de gracia, pero todo es aquí bastante burdo y repetido.
Ellos en mi cabeza Fallida comedia, pierde fuerza su desarrollo y los personajes no son divertidos. El filme presenta una idea interesante: mostrar la vida de un puñado de personajes que respiran el microclima de un barrio cerrado y plasmarlo en tono de comedia. Mientras espera la llegada de su futura esposa (Leonora Balcarce) y de sus suegros (Boy Olmi y Silvia Pérez), Darío (el español Willy Toledo) despierta al lado de una mujer que desconoce (Ana María Orozco) y se desata el caos. Hay personajes que sólo él puede ver y que irán poblando la casa en esta comedia de enredos que no termina de encontrar el tono ni el ritmo adecuados. Se trata de un relato coral con cruce de criaturas místicas -y otras no tanto-, que intenta fusionar dos mundos paralelos. El filme pierde fuerza y efectividad en su desarrollo y no resultan divertidos la vecina encarnada por Luisa Kuliok, el guardia de seguridad (Gino Renni), ni la presencia mágica de Nuria, una Florencia Peña desaprovechada en rol de comediante. Mejor suerte corren la monja ninfómana (a cargo de Liz Solari) o el muchacho de lenguaje extraño (Ariel Nuñez) que come dentífrico. La película presenta escenas que funcionan de manera episódica (con un cameo de Emilio Disi) y que no contribuyen a mejorar el clima bizarro y divertido que se esperaba.
Con una idea que en los papeles suena atractiva, "Soy tu karma", ópera prima de WHO, es una comedia de enredos que causa poco entusiasmo. Dentro del creciente cine de género, de fórmula, producido en nuestro país, la comedia es sin dudas el más desarrollado. Sin embargo, como dice la conocida máxima, es más difícil hacer reír que llorar. La comedia de enredos requiere de un timing preciso, un ritmo aceitado, un punch de buenos remates, personajes que despierten carisma, y un humor que aún en la exageración permita cierta identificación para que podamos penetrar en lo que se nos está contando. Todos elementos faltantes en "Soy tu karma", un producto publicitario y sin la suficiente inventiva más allá de lo fantástico (por género, no por grandeza) de su premisa. Hay religiones como la hindú que creen en las reencarnaciones. El cuerpo es solo un envase, y al fallecer, el espíritu, o nuestra existencia, se prolonga dentro de otra vida, que hasta puede no llegar a ser humana. ¿Qué pasaría si todas estas personificaciones de una misma existencia se hicieran presentes en un mismo tiempo y espacio? El planteo no es para nada malo, ni pobre, más si se lo piensa como el puntapié para una serie de enredos. Sin embargo, "Soy tu karma", no logra transmitir lo interesante que puede ser esta idea. Darío (el español Willy Toledo) afronta un de los días más cruciales de su vida. Su novia Melisa (Leonora Balcarce) se dirige al country en el que viven, junto a los padres de ella (Boy Olmi y Silvia Perez) para anunciar el compromiso de la pareja. Ese día, que debió ser de absoluta felicidad y tranquilidad, comienza mal desde el principio cuando Darío se despierte y junto a él, en su cama, se halle Renata (Ana María Orozco) sin siquiera conocerla. Renata le vocifera que está para ayudarlo, pero Darío no puede entender nada. Pronto, comienza a encontrar otros personajes dentro de la casa. Margarita, una monja algo libertina (Liz Solari), el pirómano con pocas luces Vaccaro (Ariel Nuñez), y una extraña mujer llamada Nuria (Florencia Peña) que parece guiarlo todo. ¿Quiénes son todos ellos? Nuria es una médium, que junto a Renata se encuentran en el futuro año 2083 realizando una sesión de espiritismo en la que pretenden conectarse con las vidas pasadas de la segunda para resolver un conflicto personal, el llamado karma. En efecto, Darío, Renata, Margarita, Vaccaro, y una cucaracha, son diferentes reencarnaciones de una misma alma. Todos estos personajes le causarán todo tipo de complicaciones y enredos a Darío, que solo intenta librarse de ellos. Paralelamente, Melisa y sus padres se dirigen rumbo a la casa; y una vecina algo ambiciosa y también con creencias en la religión hindú, Amanda (Luisa Kuliok), se desespera cuando se entera que Darío y sus suegros pueden sacarle el negocio inmobiliario de unos terrenos en el fértil country. A estos agreguémosle dos guardias de seguridad compuestos por Gino Renni y Juan Manuel Castiglone, y otros dos personajes que se sumarán promediando el final. La sumatoria es un conjunto de personajes que deambulan dentro de un solo escenario, el country al que se empeña en hacerle publicidad como sea, a lo gritos y en medio de situaciones inverosímiles y diálogos imposibles, más alá de la fantasía planteada. Confundir la vociferación con el grotesco o el enredo es algo bastante común, y "Soy tu karma" lo hace permanentemente. El argumento no hace pie, los personajes son unidimensionales y de trazo grueso, y los intérpretes, todos de probada experiencia en el área de la comunidad, no pueden lidiar con lo que tienen a mano. La ópera prima del director que se hace llamar WHO (proveniente del mundo publicitario, se nota), tiene errores de continuidad notorios, inexactitudes en cuanto a las fechas, y momentos que pretenden hacer reír y no lo logran. Estéticamente se intenta mantener un rigor, de ahí lo publicitario del asunto, con una predominación de tonos amarillos y violetas; pero todo queda empantanado en medio de colores recargados, una escenografía que intenta ser kitsch y solo luce artificial, y planos demasiado televisivos. También presenta problemas con el sonido y la necesidad de una marcación permanente de la música de disparate cual telecomedia. Soy tu karma por momentos penetra en esa zona gris del consumo irónico, en la que algo se ve tan fallido que causa gracias involuntaria y la termina haciendo disfrutable. Sin embargo, en su mayoría de los 82 minutos que dura termina por ser algo anodino, sin mucha congruencia, y bastante más extenso en cuanto a paciencia que en lo que es el tiempo real. La sensación de que con esa premisa y ese cast actoral se pudo lograr un resultado más satisfactorio, sólo empeora la experiencia.
El español Willy Toledo, la colombiana Ana María Orozco, Luisa Kuliok, Flor Peña, Boy Olmi, son parte del llamativo elenco de esta comedia alocada, con ecos del cine argentino de hace décadas, en la que los personajes entran y salen de locaciones alrededor de un country, y de los pensamientos de los demás.
Una comedia delirante que camina en el filo de la navaja con un argumento que es solo eficaz a medias. Al protagonista se le presentan personajes de vida anteriores y la que heredará su karma en el futuro, todos traídos a su presente por una suerte de médium, diosa, que sufre descompensaciones. Esas existencias anteriores pueden ser desde una cucaracha, a una monja con deseos carnales, un incendiario o una joven mujer que en el futuro no puede solucionar sus problemas y necesita martirizar al personaje de Willy Toledo para solucionar su presente en el futuro. ¿Se entiende? Si, pero luce un tanto enrevesada. El protagonista tiene un pecado que confesar, la existencia de un hijo que le ha ocultado a su actual novia, heredera de un rico empresario. El se reconoce como un vividor y ventajista de la peor calaña, pero con la presencia de su futuro karma presionándolo tratará de ser un poco mejor. Un elenco que convoca a conocidos nombres aún para intervenciones breves: Wily Toledo (“El crimen ferpecto”) Ana María Orozco, Florencia Peña, Luisa Kuliok, Leonora Balcarce, Silvia Pérez, Liz Solari, Boy Olmi, Emilio Disi, Gino Renni. Tiene ritmo, delirio, efectos especiales. Dirigida por alguien que prefiere el anonimato bajo el seudónimo “Who”.
Caos Sobrenatural. No será una persona del todo derecha, pero Darío logró armar una vida relativamente cómoda desde que está en pareja con una mujer bastante más joven y adinerada que él. La mañana en que sus suegros vuelven de un viaje al extranjero, él prefiere quedarse durmiendo hasta tarde mientras su pareja va a buscarlos al aeropuerto y traerlos de regreso a la casa del barrio cerrado donde viven. Dario solo debería levantarse de la cama y poner la casa en condiciones antes de que lleguen, pero cuando finalmente se despierta tiene acostada al lado a Renata, una mujer que nunca vio en la vida pero que parece conocerlo mucho. Convencido de que se trata de una broma, una estafa, o incluso de una trampa para arruinar un futuro casamiento que lo ate a la fortuna familiar de su joven novia, Darío se niega a escuchar las explicaciones metafísicas de Renata. Pero tratar de expulsarla antes del regreso de su familia política solo desencadena la aparición de otros entes como ella que agregarán caos a la situación. Una médium, una monja que no sabe ni la segunda frase del padrenuestro, y un pirómano al que se le quemaron hasta las neuronas, son arrastrados accidentalmente por Renata en su misión por salvar a Darío de sí mismo, de algo que pudo aún no haber hecho, todo con la esperanza de que eso ayude a destrabar sus propios conflictos. Quizás en otra vida: En un principio solo Renata y la voz que escucha en su mente parecen tener alguna idea de lo que está sucediendo, una explicación que Darío se niega a considerar posible pero que es una buena base para el humor absurdo que pretende el director. La mezcla de comedia, misterio y género fantástico hacen de Soy tu Karma una propuesta prometedora a primera vista, pero lamentablemente en este caso la ejecución de la mayoría de los giros y chistes propuestos terminan siendo -con suerte- chatos o previsibles. Burdos, cuando hay menos suerte y más Florencia Peña presentes. La conjunción es un humor que puede tener algo de resonancia entre el público adolescente, dejando afuera a quienes esperen algo un poco más elaborado. Que los personajes sean caricaturas no tiene que ser algo necesariamente malo, pero los trazos son tan gruesos que ni dentro del absurdo resultan verosímiles o interesantes, y salvo por un trabajo correcto del dúo protagonista, el costado actoral del resto del elenco no solo no aporta mucho para revertir la situación, sino que incluso la potencia. Desde la propuesta visual, con el uso de colores plenos e intensos se crea un clima semi onírico que funciona con coherencia para acompañar el tono fantástico de la trama, a pesar de abusar del recurso de hacer hablar a los personajes a cámara en una nube (lo que vuelve explícito que acabamos de entrar en sus mentes por un instante). Conclusión: Aunque la idea base suena muy original e interesante, la ejecución no lo es tanto. Soy tu Karma no termina de encontrar su tono e identidad, por lo que acaba siendo una comedia que -sin llegar a ser completamente fallida- se siente desaprovechada.
Nadie se salva de sí mismo Con un elenco internacional que incluye a Guillermo Toledo (Crimen Ferpecto, ¿Quién dice que es fácil?, Los Amantes Pasajeros) y Ana María Orozco (Bety, la fea) y una buena participación local con nuestros conocidos Gino Renni, Florencia Peña, Boy Olmi, Liz Solari, Emilio Disi y Luisa Kuliok, Soy tu Karma se presenta como una propuesta de humor de situación, simple o sin demasiado vuelo intelectual mientras explora las vicisitudes de un señor de cuestionables valores morales, cuyas acciones han decidido venir a pasarle factura de una forma muy poco convencional. Se trata de Darío (Toledo), español de origen que ahora se encuentra en la ostentosa casa de sus suegros ubicada en uno de esos típicos barrios privados del norte de la provincia de Buenos Aires. Y mientras espera la llegada de su familia política, que viene acompañada por su novia para que juntos anuncien su compromiso, las visitas inesperadas se empiezan a suceder. Porque ya desde primera hora de la mañana Darío arranca levantándose de la cama al lado de una perfecta desconocida (Orozco). Una monja que supo ser actriz porno, un muchacho que no puede hablar, una médium bastante chanta, un samurái y algún que otro representante de la misma calaña serán los inesperados invitados a una fiesta que Darío estaba lejos de esperar. En el inicio, la película sabe jugar con la intriga que supone el origen de todos esos personajes que, además, parecen materializarse de la nada. Sus explicaciones, también vagas en el comienzo, irán develando poco a poco una procedencia bastante esotérica y futurista que nos introduce en el tema principal de la trama que va, siempre en clave cómica, sobre el pase de factura que el destino o alguna fuerza superior nos tiene reservado como consecuencia de nuestros actos poco nobles. El karma, en términos más simples. Ahora bien, si ese tipo de humor más bien chabacano y simplista (los nombres de Emilio Disi y Gino Renni marcan la pauta del tono cómico) acompaña a esa pequeña intriga inicial, cuando esta queda resuelta la parte humorística pasa a ser central para transformar al relato en una historia de enredos, algo difícil de sostener durante mucho tiempo. Sin embargo, dada la corta duración de la película en general, esto da paso más pronto que tarde a la resolución que sin ser una conclusión reveladora sobre los grandes temas de la humanidad, propone una pequeña reflexión sobre las consecuencias que tienen nuestras acciones a un nivel mucho más superador que el de nuestra mera existencia. Con actuaciones hechas para el género, algunos buenos gags y una historia llevadera, Soy tu Karma es una buena propuesta de cine argentino de comedia de la vieja escuela, algo que dejó de abundar de un tiempo a esta parte y que, de vez en cuando, es necesario.
Soy tu karma, de Who Por Gustavo Castagna Inexplicable por donde se la mire, con un guión aferrado a situaciones sin gracia y al hastío actoral y con una puesta de cámara que remite al teatro filmado, la opera prima del “desconocido” Who, cineasta fantasma procedente del universo publicitario, por momentos y con cierto énfasis, parece un comedia filmada en contra de la comedia como género. El disparador argumental es una desvaída trama que presenta a Darío (el actor español Willy Toledo, el mismo de Crimen ferpecto de Alex de la Iglesia) mezclado con mujeres ajenas a su mundo de confort estilo country. En realidad, las tres mujeres que aparecen en su vida –como correspondientes ánimas o médiums o construcciones mentales del personaje central (o quien sabe) son las que permiten el ingreso de otros personajes: un tontolón (para no decir estúpido) que no puede elaborar una frase verbal, un samurai (¿?) que alude al de Brazil de Terry Gilliam en versión dietética, los suegros del protagonista, su ex o actual (allí el guión se desbarranca al abismo… y van solo 20 minutos), los guardias del lugar (otros dos tontuelos) y un desatino tras otro que jamás se compadece con el género. Se aprecia que la historia apueste por un registro delirante, pero el delirio invocado, confunde demencia con histeria a través de gritos, desmayos, puertas que se abren y cierran y una parafernalia de situaciones sin sentido. Y aclaro aquello del (sin)sentido: una de las claves de la comedia es el “timming”, el manejo de los tiempos, el corte exacto del montaje que produce efecto inmediato en el espectador, la búsqueda de un público cómplice que acompañe las situaciones, las idas y vueltas de la historia, las características de los personajes. Todo esto en Soy tu karma aparece en dosis raquíticas, desganadas, arrítmicas. Algunos momentos ocasionales de una comediante tal como Florencia Peña (a años luz de sus compañeras médium Ana María Orozco y Liz Solari… muy linda ella) ni rozan el aprobado. ¿Quién estuvo detrás de este “fallido” intento de comedia? Un tal Who, que se hace llamar así (se cree español) ocultando su verdadera identidad. Realmente hace bien. SOY TU KARMA Soy tu karma. Argentina/España, 2017. Dirección: WHO .Guión: Gustavo Cornillón. Producción: Néstor Sánchez Sotelo. Fotografía: Leonel Pazos Scioli. Montaje: Guille Gatti. Dirección de arte: Cecilia Castro. Intérpretes: Willy Toledo, Ana María Orozco, Florencia Peña, Boy Olmi, Silvia Pérez, Liz Solari, Leonora Balcarce, Luisa Kuliok, Gino Renni, Ariel Nuñez, Emilio Disi, Juan Manuel Castiglione. Duración: 83 minutos.
Cuando Darío despierta una mañana, encuentra una mujer desconocida a su lado que pronto descubrirá que no es nada más ni nada menos que su próxima reencarnación. A partir de esto, debe sobrellevar un día que le cambiara la vida para siempre a través de un viaje espiritual lleno de intentos de misticismo, absurdos, sinsentidos y aburrimiento, en el marco de una comedia que erra desde el comienzo al final.
El director de publicidad WHO incursiona en el mundo del cine con Soy tu karma, una comedia protagonizada por el español Willy Toledo, la colombiana Ana María Orozco y la argentina Florencia Peña. La historia se centra en Darío, un hombre de casi 50 años que un día despierta junto a Renata, una completa desconocida para él. Sin entender muy bien qué es lo que acaba de ocurrir -y mostrándose escéptico ante las explicaciones de esa extraña-, diferentes hipótesis (como la posibilidad de que todo sea una trampa realizada por su ex mujer o por su actual suegro o, simplemente, una broma pesada por parte de su grupo de amigos) comienzan a surgir dentro de su cabeza. Al final la realidad dista mucho de esas versiones. Renata le asegura que él es una existencia anterior a ella misma. Es que la mujer se encuentra en una sesión espiritista, en el año 2068, revisando sus vidas pasadas para entender los motivos por los que no puede quedar embarazada. Como si eso fuera poco, las otras existencias previas comienzan a aparecer como por arte de magia y cada una es más bizarra que la anterior: por un lado aparece Margarita, una actriz-monja ninfómana, por otro lado se presenta Vaccaro, un pirómano algo complicado de entender. También se hace presente Nuria, la médium que se encuentra dirigiendo la sesión de Renata en el futuro. Uno de los principales problemas de Soy tu karma se da en los personajes secundarios, no se termina de presentar a uno que ya, de una manera forzada, se está incluyendo a otro. Durante todo el metraje van apareciendo nuevos y nuevos personajes pero, al fin y al cabo, ninguno realmente termina siendo relevante o aportando un mínimo a la película. El desarrollo de ellos se da superficialmente, de una manera vaga. Parece que existen sólo como excusa para explicar qué es lo que está ocurriendo. Ahí es donde entra otra de las cuestiones fallidas: explicar todo a través del diálogo. El personaje interpretado por Florencia Peña (Nuria) parece creado sólo con la finalidad de explicar, mediante las conversaciones con los demás, cada cosa que ocurre en la escena. El guion, a cargo de Gustavo Cornillón, va perdiendo el sentido y volviéndose cada vez menos eficiente. En su intento por ser mucho termina convirtiéndose en algo rebuscado y poco carente de sentido. Soy tu karma tampoco logra acertar en su objetivo principal: la comedia. Las situaciones cómicas se dan de una manera tan forzada, por no decir imposible, que difícilmente logran sacar alguna que otra risa. El hecho de tener que explicar a cada momento qué es lo que está ocurriendo repercute en las escenas que buscan ser graciosas. Estas terminan perdiendo todo sentido cómico y, finalmente, se ven atrapadas y desaprovechadas por un guion que hace agua constantemente.
Esta es una comedia de enredos que tiene como protagonistas al español Willy Toledo (“Crimen Ferpecto”) y la colombiana Ana María Orozco (“Betty la fea”). Esta es la ópera prima de Who, quien cree en las reencarnaciones. Este hombre que está a punto de casarse con Melisa (Leonora Balcarce), en algunas horas se verá conjuntamente con sus suegros Ricardo y Teresa (Boy Olmi y Silvia Perez), pero esa mañana se enfrenta a sus vidas pasadas que solo él ve, las cuales se le presentan en su casa para cobrarse una confesión: una de ella es Renata (Ana María Orozco) que viene a resolver; un joven pirómano se comporta extraño (Ariel nuñez); Margarita (Liz Solari) una monja pero también con toques sensuales y Nuria (Florencia Peña) una médium que viene del 2068. Otro de los personajes que harán de las suyas son: una vecina metida que tiene algunos secretos (Luisa Kuliok), la ex (Agatha Fresco), los guardias de seguridad (Juan Manuel Castiglione y Gino Renni) y un intruso (Emilio Disi). Lo que dice el film es que todos tenemos algo que ocultar, a veces tenemos que pagar errores del pasado y cada vida que tenemos puede llegar a complica la otra. Este es un film diferente desde su desarrollo, resultando alocado y algo delirante.
Soy tu Karma es una de esas películas que hace que el espectador sospeche de la calidad artística que posee. Opera prima del director WHO ( sí, es uno de esos extraños apodos que se apoderan del nombre al mejor estilo Meatloaf ) el film es un viaje absurdo de la proyección de una vida. Protagonizada por Willy Toledo, Florencia Peña, Ana María Orozco, Boy Olmi y Liz Solari, Soy tu Karma ahonda sobre la reencarnación. Confusa de principio a fin, la película cuenta como Darío (Willy Toledo) en la mañana del anuncio de su compromiso, empieza a recibir visitas de personajes extraños que tratan de ayudarlo para corregir los “errores” en su vida. Estos personajes son excéntricos, están sumergidos en estereotipos y WHO (guionista junto a Gustavo Cornillón) recurren al cliché absoluto; tenemos a la monja sexy (Liz Solari), el pirómano idiota (Ariel Nuñez), una accidentada vecina chismosa (Luisa Kuliok), el clásico suegro obsesionado con una colección de pavadas (Boy Olmi)… todo está absolutamente sacado del manual, pero ese manual es una verdadera pifiada. Los personajes que se van presentando a pesar de ser absolutamente diferentes tienen un mismo punto en común: son aburridos. WHO se tomó la completa libertad de juntar actores de renombre para interpretar a individuos que son obsoletos en todo lo que hacen, por ejemplo el caso de Liz Solari: la hermosa actriz hace un papel que requiere trasmitir sensualidad en todo momento pero su actuación resulta demasiado forzada en el ojo de la cámara y hablamos de Liz Solari… en contraparte Ana María Orozco, se muestra todo el tiempo preocupada y de alguna forma, sin esfuerzo, la actriz colombiana es muchísimo más sensual que la modelo mencionada anteriormente. Y esto no es un caso aislado, sino que se da con cada personaje en pantalla. Soy tu Karma combina una horrenda selección de elenco – Willy Toledo es un pésimo protagonista – con un guión lleno de incoherencias y situaciones que están de más, las cuales no aportan un significado relevante en la trama – el quiebre de la cuarta pared es extremadamente irritante -. Para colmo Soy tu Karma parece un primer corte de película. Efectos especiales innecesarios, música fuera de sincronización que saca al espectador del momento, la horrible creación de comedia (muchas situaciones que debieran ser sorpresa, se ven anticipadas al espectador) son la punta del iceberg de este desastroso film. La impresión que da el proyecto de WHO es de un producto resuelto de manera rápida y descuidada, es una pena.
Crítica emitida por radio.