Cuando Sarah conoce a Víctor, en 1971, no sabe que su vida en común se extenderá a lo largo de 45 años, una relación llena de pasión, secretos, penas y sorpresas. Él es un escritor exitoso que conoce a quien será su mujer a través de su interés común por la literatura. Su romance tendrá una serie de tropiezos y, con el tiempo, también engaños que, no obstante, no lograrán que esa pareja se desarme. Cuando Víctor muere, después de una larga enfermedad, Sarah acepta relatar su pasado a un periodista. Así se va descorriendo un extraño velo en el que todo lo vivido por la pareja se convierte en un evocador entramado, que tiene como hechos salientes el nacimiento de un hijo discapacitado y, luego, de una niña, mientras que las vidas cruzadas por el matrimonio, con el paso de los años, se entrelazan en un laberinto del que, para ambos, es muy difícil de abandonar. Del diálogo con el periodista surgirán rencores producto de tantos secretos y silencios que tanto Sarah como Víctor intentaron dejar de lado y que cobran otra intensidad en el recuerdo, entre el relato y la sesión de terapia. El director Nicolas Bedos, que además interpreta con enorme calidad el personaje de Víctor, logró un film cálido y duro que refleja dos vidas sumidas en el desamparo. Dora Tillier, como Sarah, supo también salir airosa de su papel en esta trama que habla de desventuras, pero también de los más íntimos sentimientos de sus protagonistas.
Las vidas de Candelaria y de Víctor Hugo pasan lento porque no tienen opción. Ella trabaja en un hotel mientras él recorre las calles con su bicicleta en busca de changas. Un día aparece en sus vidas una cámara de video y un misterioso hombre que les propone registrar con ella los actos sexuales de la pareja a cambio de una suma de dinero. A partir de aquí ambos protagonizarán films pornográficos, pero sus vidas se complican con una enfermedad y el costo emocional de esa misión tan extraña. El director Jhonny Hendrix Hinostroza logró una trama conmovedora que recorre el poco transitado tema del sexo en la tercera edad en medio de vanas esperanzas.
La provincia de Santiago del Estero, junto con Brasil, Bolivia y Ecuador son los escenarios en los que los directores Malena Noguer y Martín Ferrari hacen desfilar a docentes y estudiantes indígenas que reivindican su historia y recuperan su lengua. Jóvenes y adultos buscan finalizar sus estudios, pero también organizarse para defender sus derechos. Los realizadores lograron así un film cálido y siempre listo para mostrar, a través de una cámara que recorrió miles de kilómetros, a esos hombres y mujeres que buscan con pasión la necesidad de construir escuelas, de organizarse para vivir con dignidad y de abrir el debate acerca de qué educación desean para sus hijos.
Rubén Darío Castiñeiras, a quien llaman Pepo, cumple su último año en prisión. Le quedan pocos días para salir en libertad, asegura estar recuperado de sus adicciones y se ilusiona con un regreso triunfal al mundo de la cumbia. Para ello deberá apoyarse en su familia para no desandar el camino, que contiene la promesa de una existencia diferente. En torno de este entramado, el director Juan Irigoyen logra, con escenas que van de lo cálido a lo humorístico, muestra a un personaje simple que deberá luchar para borrar su pasado e inscribirse en una nueva forma de vida.
Porteño y atormentado por un amor no correspondido, Diego escribe una novela acerca de su inexistente historia con Carolina, una brasileña residente en la Argentina. Mientras él se sumerge en la escritura, ella se enamora en Buenos Aires de un pintor trashumante a quien tratará de convencer de comenzar una nueva vida en Brasil. El director Martín Viaggio estructuró una relación que habla de encuentros y de decepciones amorosas. Cálido en su planteo, por aquí desfilan los sentimientos de esos personajes que se buscan y se apartan, y a los que Guillermo Pfening, Daniel Alvim y Bella Carrijo dan calidad a este relato que espía al amor en sus más diversas facetas.
Horacio es un empresario machista quien acuerda una cita a ciegas con Olga, una mujer embarazada a quien le propone pasar un día al aire libre. Ella lo invita a su casa, perdida en un bosque, y aquí comienzan las torturas para Horacio, a quien Olga somete en un singular experimento. La mujer desea vengarse de las dolorosas situaciones por las que el hombre hizo pasar a las mujeres con las que se relacionó a lo largo de su vida. El relato se transforma en una sucesión de escenas en las que la sangre, el sexo y la violencia ocupan un lugar preponderante en el que el director Ernesto Aguilar se soslayó frente a tanto dudoso gusto.
Un grupo de jóvenes viajan en una camioneta rumbo a las ruinas de Epecuén para filmar un documental sobre los fatídicos acontecimientos que la hicieron desaparecer, en los años 80. Lo que no saben es que allí los espera la demostración de que hay cosas peores que la muerte. La historia creada por los directores Luciano y Nicolás Onetti tiene como principal atractivo la inusual ambientación: tras arribar allí, comienzan a sucederse remanidas situaciones, típicas del género, y la trama se desvanece en los sucesivos temores de cada uno de los protagonistas, perseguidos por las armas más temibles esgrimidas por sádicos individuos que se nutren de sangre y de carne humana.
A punto de dar examen para pasar de año, Tomás es atormentado por su familia. El muchacho entra en una crisis y planifica un viaje a la luna para escapar de sus problemas cotidianos. En esta excursión donde se confunden lo real con la ficción, tanto Tomás como quienes lo rodean comenzarán a vivir una serie de aventuras que finalizarán de manera sorpresiva. El director Joaquín Cambre logró construir una comedia entretenida en la que muestra, de manera alocada, los deseos y las esperanzas de su protagonista, interpretado con convicción por Angelo Mutti Spinetta como ese muchacho dispuesto a concretar su sueño de abandonar la Tierra.
Mala vida: aventura salvaje y posmoderna Heidi, la estrella pop del momento, desaparece sin dejar rastro alguno. En torno de esta historia una serie de personajes comienzan a tejer una serie de disparatadas aventuras. Entre ellos están tres malvivientes que planean aprovecharse de la situación y deciden un insólito plan para cobrar un millonario rescate, pero nada resulta como ellos lo esperaban. La trama, dirigida por Mad Crampi y Fernando Díaz, recorre alocadamente ese camino en el que se mezclan el amor, el sexo y la violencia. La película entretiene y muestra una Buenos Aires salvaje y posmoderna.
El sereno: atmósfera misteriosa e inquietante Fernando, un hombre solitario y atormentado, consigue trabajo como sereno nocturno en un depósito que será demolido. El edificio posee una confusa red de pasillos y escaleras que lo convierten por las noches en un lugar aterrador. Una de esas noches Fernando escucha ruidos extraños provenientes de un rincón de ese depósito y halla abierta una reja que debería estar cerrada. Desde ese instante nada será lo mismo para el taciturno sereno, que se internará en situaciones cada vez más inquietantes. Sobre esta base los directores Oscar Estévez y Joaquín Mauad lograron una historia que mezcla terror y misterio, elementos por los que debe transitar el personaje animado con solvencia por Gastón Pauls.