El autor de todo tu sufrimiento. Crítica de 007 SPECTRE de Alejandro Páez Spectre es uno de esos films donde la formula se ejecuta de manera tan perfecta que el resultado es un producto frío carente de cualquier tipo de aura. No hace falta ser un espectador inquisidor para descubrir la matemática de la estructura, todo está allí: los gadgets que anticipan la situación donde van a ser utilizados, el secuaz silencioso, la tortura, las persecuciones, la seducción, el Martini revuelto no batido, la tediosa explicación, las intricadas trampas mortales, todo. Excepto una cosa, lo humano. Sí, así de simple, la cinematografía es impecable, pero no representa a nadie, de alguna manera Sam Mendes se las arreglo para no dejar evidencia de su paso por el film. Es el crimen perfecto, no hay una huella, no hay una muestra de ADN, sólo queda la víctima y el remordimiento.
El libro de las reglas. Crítica a ‘Puente de espías’ Como es común, Spielberg genera muchísimas expectativas, a esto se suma la interpretación de Tom Hanks y el barullo de la crítica que se ha mostrado muy inclinada a considerarla la película del año. El entusiasmo por el film se sostiene en una narrativa impecable y una cinematografía mayor. En términos generales el film es una obra maestra indiscutible, pero para el crítico insidioso es necesario dar cuenta de ciertos aspectos, al menos, cuestionables.
Escalofríos, dirigida por el infame Rob Letterman, nos recuerda por qué amamos a Jack Black. Este es el gran mérito de la película, Black interpretando al sombrío escritor de literatura adolescente de terror R.L. Stine es graciosísimo. Por supuesto, está esa fuerza todopoderosa que es la melancolía, volver a encontrarnos con los personajes de los libros es realmente emocionante. Emoción que nos lleve a considerar el film como una obra superior, cuando en realidad es una narrativa menor llena de efectos especiales y narrativos que divierten, pero que al rato se vuelven huecos.
Negros con actitud. Crítica a ‘Letras explícitas’ Letras Explícitas (Straight Outta Compton) cuenta el origen y ascenso de uno de los grupos de rap más famosos del mundo. Con su rap realista Easy-E, Dr Dre y Ice Cube iniciaron un movimiento cultural marginal destinado a agitar la estructura de opresión y violencia que hostigaba a los jóvenes negros de Compton, California. El film se divide claramente en dos partes definida principalmente por el universo representado y el temperamento. La juventud del grupo se caracterizó por la cercanía al barrio, a los personajes de la historia urbana y sus valores. La fama transforma esto. La segunda parte del film es sobre el negocio del entretenimiento (the showbiz). Esta ruptura es lo más llamativo del film. En la primer escena de la película, el relato nos sitúa en el epicentro de la comunal estropeada, la casa del dealer de droga, el germen que infecta la sociedad, no de narcóticos, sino de violencia, de la violencia de la jerarquía y de la supervivencia del más apto. Esta cara, que es verdadera y vigilante (el gangster vigila desde la sombra mientras que la policía vigila a plena luz del día, creando entre ambos una represión absoluta), es olvidada rápido por el film que busca centrarse en la actividad artística como respuesta inmediata y superadora. El arte salva. Fin del primer acto. Segundo acto. El arte como calvario. La fantasía de la movilidad social quiere convencerte que la pobreza cultural es una cuestión de dinero. No lo es. Sí, es una cuestión de privilegios. Estos pobres chicos que no crecieron con privilegios tardan en reconocer que no todo el mundo se mide por de la misma manera, no todo son Gs, AKA-44 o 6 Fo’ Impala. El elixir es, por supuesto, la humilde iluminación de la epifanía. Una gran película, con una increíble banda sonora. De nuevo el cine demuestra ser la narrativa sensible de la música. Paz.
Cómo enamorarse de la música dance. Crítica a ‘We Are Your Friend We Are Your Friends (Música, amigos y fiesta), dirigida por Max Joseph (uno de los conductores de la serie Catfish), es una de esas películas que enamoran o disgustan con mucha facilidad. Sucede esto porque el film oscila constantemente entre un drama adolescente en tono indie-suburbano y una experiencia narco-electrónica-dance melancólica.
Cuidado, esta no es la película que querés ver. Un film falsamente presentado como terror termina convirtiéndose rápidamente en un thriller romántico impulsado por la locura. Lo sobrenatural es un mero ejercicio de efectos que apuntan más a lo decorativo que a lo narrativo, no siendo más que un Mcguffin desvergonzado sin otro fin que el de vender la película. Sin embargo, dado que nuestras intenciones son alejarnos de las expectativas y comprender realmente lo que el director ha hecho vamos a centrarnos en la pregunta más interesante de la película. ¿Qué son los fantasmas?
Las cosas malas pueden ser un regalo, pero un regalo también puede ser una maldición. El primer film dirigido por Joel Edgerton se zambulle en esta terrible y universal lógica cuando un esposo considerado, Simon (Jason Bateman), se encuentra con un excompañero de la escuela, Gordo (Joel Edgerton), quien con una insistencia perturbadora empieza a hacerles regalos a él y a su esposa Robyn (Rebeca Hall).
Lo más importante de cualquier historia, aquello que hace que conmueva al público, que persista en la memoria de la audiencia y se destaque en la crítica, aquello que cuando emerge no puede ser negado es la autenticidad. Con En la cuerda floja (The Walk) tenemos justamente eso. Una película que nos conquista desde una lugar muy delicado, recordándonos que en algún momento de nuestras vidas realmente creímos en ese idealismo romántico de pensar que el mundo es lugar hermoso y el arte es parte de la vida.
Todo lo que quiso saber sobre Dostoievski y nunca se animó a preguntar, crítica a Hombre Irracional