Este documental incursiona en el trabajo de Pascual Condito, un histórico distribuidor de películas nacionales que, si bien no es conocido por la gente, si tiene el conocimiento y reconocimiento en el ambiente cinematográfico. Con sabor a Cinema Paradiso Este título no es aleatorio, varios son los puntos de conexión entre Tras la Pantalla y el clásico Cinema Paradiso, pero no solo porque nuestro protagonista es italiano, o sea una de sus películas preferidas, tal como se deja entrever en el documental, sino más bien el contexto desde el que se aborda al protagonista. Pascual Condito es uno de los distribuidores más importantes del país con una trayectoria de 25 años en el rubro y con un catálogo que cuenta con una gran cantidad de excelentes películas nacionales, tal como Aniceto, e internacionales como Trainspotting. En este largometraje documental se lo retrata en plena mudanza de su oficina en el barrio de Balvanera (histórico barrio de cine donde en otras épocas se reunían directores, productores, distribuidores y exhibidores), lo que implica remover cajas y cajas con fotos, afiches, historias y recuerdos tanto del cine argentino como internacional. Asimismo se lo retrata a Condito trabajando y reuniéndose con trabajadores del séptimo arte donde discuten problemáticas de la producción actual y posibles soluciones. Una radiografía del cine Marcos Martinez nos presenta en esta película una descripción postmodernista, cruda y real de lo que sucede actualmente con la producción nacional, especialmente en el sistema de distribución y exhibición. Pascual Condito es un ícono en ésta área y nada mejor que plasmar sus altibajos para representar lo que pasa durante esa etapa de vida de las películas, etapa que no es demasiado tenida en cuenta por los entes que se encargan de la producción argentina. Estéticamente el documental pareciera plasmar una prioridad por captar momentos, algunos dejan entreverse forzados y otros no tanto. Sin embargo, cabe destacar que conceptualmente logra transmitir problematicas actuales en el cine nacional y cumple a rajatabla con los paradigmas de un documental clásico, dejando un poco de lado la fotografía y el arte, sino la esencia de lo que se dice, se discute o actúa. Conclusión Tras la Pantalla no considero que sea una película para todo público, pero creo que satisfará a cinéfilos, estudiantes y cualquiera que tenga que ver con este hermoso arte. Por momentos emotiva, en otro momentos graciosa, polémica y varios adjetivos más que puedo seguir sumando a este documental, aunque todo se resume diciendo que Pascual Condito genera empatía en todo momento con el espectador y permite repensar una etapa poco explotada de la producción.
Fernando Salem nos trae su ópera prima, una historia pequeña, simple pero con una profundidad y ternura destacables para el cine nacional actual. Celina (interpretada excepcionalmente por la cantante y ahora actriz Verónica Gerez) tiene a su padre enfermo y trabaja en una casilla de peaje de una ruta sanjuanina que se encuentra bastante desolada debido a que se construyó una ruta nueva y son pocos los vehículos que ahora circulan por allí. Una tarde, en vísperas a las fiestas, ella vuelve a su casa y se encuentra con su padre fallecido, por lo que decide emprender la búsqueda de su madre quien se fue a Italia cuando ella tenía apenas dos años. Con este claro objetivo, Celina, necesita dinero para viajar y decide renunciar a su trabajo, tratando de involucrarse como vendedora de la enciclopedia “Cómo Funcionan Casi Todas las Cosas”. Ahí comienza una road movie breve pero intensa para la protagonista. Historia Mínima Cómo Funcionan Casi Todas las Cosas es una historia simple y profunda a la vez, con una construcción sólida lo que permite la fluidez y el disfrute de quienes vayan a verla al cine. Fernando Salem (multipremiado con el cortometraje Trillizas Propaganda) contó que estuvo alrededor de nueve años trabajando en este proyecto y esto, claramente, rinde sus frutos gracias al trabajo minucioso de guión que suele ser subestimado en el desarrollo de las películas nacionales. La estructura del guión es temática, y cada uno de los temas comienza con un testimonio documental de alguno de los personajes que logra develar la profundidad psicológica de los mismos, llenos de empatía con el espectador. Respecto a la fotografía hay un excelente trabajo de Georgina Pretto que transmiten la desolación y soledad de nuestra protagonista con los paisajes sanjuaninos, complementado a su vez con un gran trabajo de arte a cargo de Carina Luján. La cámara oscila entre planos fijos con la inmensidad de los desiertos de la provincia y cámara en mano que presenta una prolijidad que no nos distancia de la narración en ningún momento. La frutilla del postre son las actuaciones, que no es un tema menor en nuestro cine donde tantas películas con gran guión y factura técnica la han pifiado en este aspecto. El trabajo actoral de Verónica Gerez es increíble, en una película con pocos diálogos logra actuar con su rostro mostrando expresividad y talento, así como Pilar Gamboa que interpreta a una madre asfixiada por la vida que lleva en su provincia natal pero que no desea. Conclusión Cómo Funcionan Casi Todas las Cosas es una película con un debut prometedor de Fernando Salem, una historia sencilla y sin pretensiones que logra plasmar un recorte en la vida de alguien en el interior argentino. Próximamente a ser estrenada, vale la pena que le den una oportunidad si cuentan con el dinero y el tiempo, porque este tipo de largometraje aporta a esta reconciliación que se está dando estos últimos años entre el cine nacional y los espectadores argentinos.
El Cuerpo Errante Llegó finalmente el momento esperado por todos los cinéfilos festivaleros del país, el 30° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y tengo el honor de arrancar esta sección con una película que se las trae como Eva No Duerme de Pablo Agüero, que se encuentra dentro de la Competencia Internacional. Tras el fallecimiento de Eva Duarte de Peron en 1952, comienza por un lado el mito esperable sobre la vida de la mujer más importante en la historia argentina del siglo XX, pero por otro lado se suma una historia pendular que oscila entre los hechos y los más oscuros mitos sobre lo que sucedió con su cuerpo. Pablo Agüero toma todos los elementos a su alcance, le suma ficción y nos trae tres narraciones que por sus títulos y un conocimiento básico de historia (y vox populi también) deducirán sobre qué tratan: El Embalsamador, El Transportador, El Dictador -se podría considerar una cuarta que no tiene título ni voy a desarrollar ya que spoilearia el final de la película-. Si no fuera suficiente atractivo esta trama, hay un gran reparto como Imanol Arias, Gael García Bernal, Denis Lavant, Daniel Fanego y Ailín Salas (protagonista de Mariposa), entre otros. Estética Necrológica El director Pablo Agüero nos presenta un guión ordenado y sólido sobre una historia oscura, denigrante y perversa de nuestra historia, aunque bien hay que considerar, como dije antes, el mito y la ficción que no teme en sumarle Agüero lo que magnifica la película. Sin embargo, esto es percepción personal, el relato de El Transportador se extiende sin mantener la tensión que logra en los otros. En cuanto a la fotografía hay una propuesta cuidada, de una calidad destacable por la originalidad que acompaña lo oscuro de Eva No Duerme, en un momento con movimientos de cámara similares a Tarantino (más precisamente en El Transportador hay un atisbo a Bastardos Sin Gloria) y se suman imágenes documentales en excelente estado de la época de Eva Peron y el golpe del ´55. Asimismo, “El Dictador”, es una concatenación de planos secuencia -digamos practicamente uno por escena-, lo cual lo hace interesante en cuanto a la construcción del tiempo narrativo en una de las partes más tensas. Las actuaciones son de gran calidad, aunque en El Dictador -sobre el juicio y fusilamiento de Aramburu- los peronistas revolucionarios que lo secuestran carecen de credibilidad, quizás por la dirección de actores, quizás por un mal casting, pero no alcanza el nivel que se sostiene en todo el resto de la película. Conclusión Eva No Duerme es una película que toca un delicado tema de la historia argentina, pero no abusa de los golpes bajos ni en el proselitismo, sino que prioriza la ficción y la narración, a lo que se suma su calidad estética, pero que por momentos presenta pequeños baches de guión y actuación que, sin embargo, no son lo suficientemente profundos como para no destacarla y recomendarla.
Santiago Mitre, director de El Estudiante, vuelve con esta remake que obtuvo el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI) en Cannes. Una banda guaraní A más de medio siglo de la película de Daniel Tinayre, Santiago Mitre busca repensar La Patota y nos entrega, luego de la distinguida El Estudiante, esta remake que parece prometedora. Paulina (Dolores Fonzi) es una abogada recién recibida con una inquebrantable consciencia social y en pos de un proyecto decide volver a su tierra natal, Misiones, a dictar clases de derecho a los que menos tienen y conocen sobre sus derechos. Su padre, Fernando (Oscar Martinez), se opone a esta decisión pero Paulina decide seguir adelante. Luego de algunas dificultosas clases y carencia para conectarse con la gente de allí, Paulina vuelve una noche a su casa y es violada por un grupo de lugareños. Ante el dramático hecho, ella decide seguir adelante con todo y bajar los brazos. De patota sólo el título Es sabido que una remake es algo propio de un cine industrializado que, con el fin de atraer a los nostalgiosos, cinéfilos e incautos, copia o resignifica aquella obra memorable y/o exitosa. Este término es común de escuchar o leer por nuestros días, aunque es singular y hasta anómalo encontrarlo dentro de la producción nacional ya que no pertenecemos a un sistema industrializado. La Patota es una remake de una de las mejores películas de Daniel Tinayre y éste es uno de los atractivos más marcados en lo que respecta a su difusión y prensa, a lo que se suma su mérito en Cannes y la continúa mención en televisión por parte de la ahora geronte protagonista de la versión original. Sin embargo, a diferencia de lo mencionado en el anterior párrafo, La Patota -la de 1960- no es una obra que haya quedado en la memoria de los espectadores argentinos, ni se ha transformado en una película de culto, pese a lo que se transmite continuamente cada vez que se promociona este film. Entiendo que al ser una remake se conserve el título original de la película por cuestiones comerciales, pero sinceramente carece de sentido en esta nueva versión porque ya no es una patota, no se cometen actos vandálicos asiduamente como se hace referencia en la original y menos nos encontramos en los arrabales. La Patota podría haber tenido tranquilamente otro título porque en esta adaptación a cargo de Santiago Mitre y Mariano Llinás se esfumó dentro de la narración el concepto, se descentralizó y lo que antes ocurría en los límites de la ciudad, ahora sucede en la provincia de Misiones donde ese grupo interino que viola a una porteñita bien, no están organizados ni son amantes de la rebeldía sino que se conocen entre sí por el simple hecho de ser pocos habitantes y cada tanto toman una birra para ahogar la injusticia social en la que se encuentran sumergidos. Otro punto dentro de esta adaptación que difiere de la original es la trascendencia de la relación padre-hija (Oscar Martinez y Dolores Fonzi), vínculo que formaba parte de una subtrama en la de Tinayre, y es el punto de partida de la narración comenzando con un diálogo muy logrado, tanto de guión como actoralmente, presentando un dilema sobre las convicciones e ideologías sobre problemáticas sociales y que será el tema central de La Patota. Ahora bien, dejando de lado las comparaciones y tomando el guión de La Patota se encontrarán con, lo que creo yo, aciertos y desaciertos. Por un lado veremos una historia sólida con diálogos bien construidos, como dije antes, y una narración casi cíclica que comienza y termina con una discusión padre e hija, aunque hay un recurso narrativo que se utiliza sólo una vez al comienzo del segundo acto, de manera forzada, y que además no se repite más en el resto de la película. Este recurso es un cambio de punto de vista desde la llegada al lugar de la nueva profesora hasta la violación, comenzando con Paulina (Dolores Fonzi) y luego continuando con los integrantes de esta proto-patota. Por último y quizás lo más polémico y original de La Patota es que pese a haber una violación, la injusticia social y la desigualdad en la que viven los miembros de la patota, tiene un peso drámatico mayor al ultraje sufrido por el personaje de Dolores Fonzi. Lo que desencadena que la protagonista, firme ante sus convicciones por medio del raciocinio, se insensibilice cortando toda empatía que pudo haber generado con el espectador desde el inicio de la película. Conclusión La Patota es una película que generó expectativas en el público gracias a la prensa que tiene y su premisa como remake, lo cual es original para nuestro cine, a lo que se debe sumar un tema sólido, buenas actuaciones y una estética destacable, sin embargo ya sea por falencias narrativas o decisiones temáticas del autor no termina siendo un film que pueda satisfacer al espectador. De todas formas, si cuentan con el dinero y el tiempo, siempre es enriquecedor que vayan a las salas y saquen sus propias conclusiones.
Llega finalmente a los cines una de las secuelas más esperadas del universo Marvel y espero no pincharles el globo a los ansiosos fans. O sí. De cómo sacarle dinero a adolescentes nihilistas Generalmente comienzo las reviews haciendo una sinopsis personal de la película, tomando únicamente el primer acto para no spoilear nada, pero el universo Marvel -astuto como un zorro- supo correlacionar tanto sus películas que el primer acto de Avengers: Era de Ultrón escapa al clasicismo presentador, por lo que obliga prácticamente a un consumo completo de todos los productos realizados desde 2008 a la fecha. Si hay algo de lo que sabe Disney es fabricar productos aptos para todo público y llevar a familias a las salas, sin embargo había una etapa del ser humano a la cual no le sacaban todavía el jugo necesario: la adolescencia. Por eso encontraron el nicho perfecto comprando Marvel Studios a fines del decenio pasado y crearon una envidiable estrategia de consumo compuesta, por ahora, de tres fases bastante fieles a los comics. Pero dejemos de hablar de producción y pasemos a la trama de Avengers: Era de Ultrón. Un Iron Man pasado de anfetas Los Vengadores tienen una compleja misión en Europa del Este, donde no sólo logran hacerse de una gema alienígena con un poder asombroso, sino que también quedan atentos a la presencia de dos extraños jóvenes que entorpecieron su trabajo: Wanda y Pietro Maximoff (interpretados por Elizabeth Olsen y Aaron Taylor-Johnson, respectivamente). Una vez de vuelta en casa Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) ve en aquella piedra capturada su pasaporte para unas merecidas vacaciones de todo el sindicato de superhéroes. Junto a Bruce Banner/Hulk (Mark Ruffalo) retomarán el proyecto Ultrón, que consiste en la fabricación de un robot pacificador que detecta posibles amenazas y las elimina, todo esto a espaldas de Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Black Widow (Scarlet Johanson), Hawkeye (Jeremy Renner). Las cosas no salen bien y Ultrón se cruza de vereda, se vuelve un librepensador con el objetivo implementado por Stark que es la paz mundial, pero no entiende de matices y buscará no solo la eliminación de los Avengers, sino también de toda la especie humana. Asimismo sale a la luz dentro del grupo que se estuvieron haciendo cosas por detrás y se generarán fricciones que, seguramente, se verán más acentuadas en las películas venideras del universo Marvel. De guión y otras cuestiones Si bien muchos esperan un guión bien construido y clásico propio de la industria, y similar a la primera entrega The Avengers, eso no pasará. Avengers: Era de Ultrón no es más que una transición, un puente al desmadre interno que se está por armar y muchos esperamos suceda finalmente en Captain America: Civil War, que constituye la tercera fase del universo Marvel. Tal es el carácter transitivo de esta película que en ningún momento el espectador sospechará que los Vengadores pueden llegar a ser derrotados por Ultrón, ya que los sabotajes a su perverso plan no tienen oportunidad ante los superhéroes. Lo único que podemos llegar a encontrar en esta película es una exacerbación de los recursos utilizados en la primera parte, incluso más allá de las risas pueden llegar a resultar fastidiosas las acotaciones sarcásticas previas a los golpes que dan y reciben. Poco puedo ahondar en este sentido porque exponer un análisis más profundo sería caer en spoilers. Respecto a la estética, no hay mucho que decir. Los efectos visuales son impecables al ojo del espectador, como ya nos tienen acostumbrados, pero no hay nada nuevo; aunque sinceramente desde mi humilde lugar no les recomendaría que vayan a verla en 3D ya que no le aporta absolutamente nada a la experiencia visual. A su vez cabe destacar que, como decía antes, Avengers: Era de Ultrón es una transición y tiene un leve giro hacia la oscuridad, característica que seguramente irá in-crescendo en las próximas entregas con un universo más sombrío y menos apto para infantes del que venimos viendo hasta ahora. Conclusión Avengers: Era de Ultrón no es lo que esperaba, evidentemente, sin embargo no puedo dejar de admitir que las más de dos horas de duración de la película se me pasaron volando porque sabe entretener y pasar el rato. Creo que estaremos ante la presencia de uno de los filmes del universo Marvel más flojos visto hasta el momento, confieso ser un tanto especial en lo que respecta a gustos (me gustó mucho Iron Man 3 y me planto con el que sea), aunque bien vale que si cuentan con la plata vayan ustedes mismos a las salas y saquen sus propias conclusiones. P.D: Pese a los rumores que anduvieron dando vueltas, quédense después de los títulos que hay una sorpresa, como siempre.
Tal como lo dicta el protocolo de cualquier éxito de taquilla, se realizó y llega a los cines una tercera película de Búsqueda Implacable (Taken), escrita por la dupla original: Luc Besson y Robert Mark Kamen. Mc Bain contra los comunistas-nazis Por suerte la familia Mills sólo está compuesta por tres integrantes y ya no queda ninguno por secuestrar, por lo que Luc Besson y Robert Mark Kamen se las rebuscaron para poder hacer una tercera película, dirigida por el mismo delincuente de la segunda, Olivier Megaton. En esta oportunidad Bryan Mills (Liam Neeson) vuelve a su casa para desayunar junto a su ex-esposa Leonore (Famke Janseen) y la encuentra muerta sobre su cama. Se acerca para comprender qué es lo que sucedió y cae la policía y tratan de detenerlo inútilmente ya que Bryan pone en funcionamiento todos sus conocimiento de la CIA para escapar (aunque entre nos, Liam para moverse está más duro que el Diego). Con la complicidad de su hija (Maggie Grace) y del equipo de siempre que lo viene ayudando desde la primera película de esta saga, tendrá que encontrar a los verdaderos responsables del asesinato de Leonore mientras que toda la policía lo busca por ser el máximo sospechoso. Nitroglicerina everywhere! En "Búsqueda Implacable 3" todo hace combustión, hasta lo irracional. Todo aquel objeto que es lindo para explotar, será explotado, así como las películas de acción de antaño. Asimismo, hay unas cuantas cuestiones de guión en las cuales es mejor no ahondar porque empieza a hacer agua por todos lados y sincerándonos, el que va a ver esta película quiere justamente a Bryan Mills en acción descochando cabezas y rompiendo porque nada más importa. No creo que resista mucho análisis esta película, estéticamente es muy similar a sus predecesoras y tampoco aportaban nada nuevo. Quizás, la única singularidad que tenía la primera película es su guión redondo, presentado casi como una receta de cocina que funcionaba perfectamente y encajaba en el género en el que era presentado. En esta oportunidad no es para nada así, aunque es notoria la mejoría con la segunda película que fue realmente nefasta. Conclusión "Búsqueda Implacable 3" es ideal para aquellos amantes de la acción que no buscan profundizar demasiado desde su butaca, que pareciera también ser el fin de quienes la realizaron. Entretiene porque la acción es ágil, no se dan muchas vueltas y se pasa realmente rápido, pero si buscas algo más construido, elaborado, con subtexto y demás elementos esenciales en el séptimo arte te sugiero que ni te aparezcas por el cine.
Llega a los cines la secuela de la mediore película protagonizada por Daniel Radcliffe, pero esta vez con otra historia y otro director, sólo se mantiene el ente. Buu!* *Onomatopeya para asustar. La Dama de Negro 2 del director Tom Harper avanza en la historia hasta la Segunda Guerra Mundial -cuarenta años después-, durante la cual Londres es bombardeada por los nazis. Por tal motivo, se le encarga a una maestra, Eva (Phoebe Fox), un grupo de chicos huérfanos a que se refugien en una misteriosa, desolada y turbia isla, donde se encuentra Eel Marsh House que está abandonada. Las cosas comienzan a ponerse complicadas porque los chicos van desapareciendo de a uno, sin dejar rastros, y resuena la historia de la mujer de negro que induce al suicidio y habita en aquella casa (y también en Le Park de Puerto Madero). Buu!* *Onomatopeya para abuchear. Sinceramente no hay mucho que decir al respecto de La Dama de Negro 2, ya que la misma desde el guión se puede ver una estructura muy similar a su anterior versión, e incluso repite explicaciones sobre el maléfico ente por si no viste la primera parte. Digamos que está bien armado, clásico, lineal y entendible. Así como el guión no es arriesgado, su estética menos. Sigue la línea de este género tan hermoso y bastardeado, con tétricos objetos de época, juguetes, cruces, una cámara con movimientos clásicos y los tan utilizados golpes de sonido que lo hacen a uno saltar de la butaca. Asimismo las actuaciones están bien, un poco más creíbles que en otras películas de esta línea, como Annabelle, pero tampoco son destacables. Conclusión La Dama de Negro 2 es una película más de terror con un simple fin comercial y consecuencia de lo bien que le fue a su antecesora. No creo menester gastar, con lo caras que están las entradas, en ver una película como esta que es completamente efímera y podría verse un sábado a la noche en la comodidad del hogar, aunque si bien cuentan con el dinero o necesitan excusa para abrazarse con su pareja, pueden ir, sacar sus conclusiones, puntuar y comentar.
El autor de la Galia más reconocido internacionalmente, Jean-Luc Godard, vuelve a los cines y realiza su primer largometraje en 3D titulado Adiós al Lenguaje, ganadora del Premio del Jurado en la última edición del Festival de Cannes. Juan Lucas y sus tres dimensiones Siempre es complejo hacer una review de una película de Jean-Luc Godard, y más contar de qué trata como si fuera una película genérica, ya que es sabido que el autor desde los inicios de su filmografía se movió por los límites del lenguaje cinematográfico. En Adiós al Lenguaje nos encontramos con un todo compuesto por diversos fragmentos de placas, imágenes cotidianas, películas en blanco y negro, texturas, colores y técnicas que están atravesadas por frases de los más variados pensadores y artistas como Claude Monet, Marcel Duchamp, Mary Shelley, Jean Paul Sartre, Sigmund Freud y William Faulkner (que nos enteramos en los títulos ya que no se indica la autoría cuando se dicen). Entre todas las capas de este collage transcurren las idas y vueltas de una mujer y un hombre que se pasean desnudos y filosofan mientras este último caga. Asimismo hay un tercer elemento: un perro que vagabundea entre el campo y la ciudad hasta que finalmente se introduce en el espacio de la pareja generándose una suerte de simbiosis entre los tres. Si bien se desarrolla la simple historia de estos tres personajes, las temáticas son de una profundidad filosófica que dependen de un espectador más que activo. El 3D como principio de ACV El 3D cobró fuerza y vigor durante la primera década de este siglo, pero fue pensado como un recurso comercial que ayudara a la industria del cine a competir contra los sistemas hogareños que tanto progresaron en mantener a los mortales dentro de la comodidad de su casa. Sin embargo, los empresarios no se detuvieron a pensar -porque ese tampoco es su rol- que el 3D producía un cambio en el lenguaje cinematográfico y que podían surgir realizadores que lo utilicen con otros fines distintos a los del entretenimiento, ya que carece de todo tipo de reglas. Hasta el momento pude ver sólo tres películas, quizás hay más, en donde el 3D tiene una utilización más filosófica: La Caverna de los Sueños Olvidados de Werner Herzog (2010), Hugo de Martin Scorsese (2011) y, por último, Adiós al Lenguaje. Centrándonos en lo que nos corresponde, podríamos decir que Godard es como un chico con el 3D porque sabe perfectamente que no hay reglas prestablecidas aún en este sistema y puede hacer lo que se le antoja -como siempre lo hizo-. Por mencionar tan sólo alguna utilización de esta tecnología en Adiós al Lenguaje, veremos como en una escena se nos muestra en el ojo izquierdo un plano, mientras que el ojo derecho ve el contraplano de la misma situación, casi obligando al espectador a jugar guiñando cualquiera de sus dos ojos para poder ver de manera nítida lo que está escuchando. Probablemente esto provoque algunos dolores de cabezas, pero vale la pena la experiencia. En definitiva, Godard cuestiona y analiza el lenguaje por intermedio de los grandes pensadores de los últimos dos siglos, lo admirable es que lo hace desde la utilización misma de ese lenguaje, experimentando, jugando con él. Conclusión Adiós al Lenguaje no es una película para cualquier espectador, ya todos sabemos quién está preparado para sentarse en la butaca a ver setenta minutos de Godard y quien no. Por mi parte, no soy un fiel seguidor ni estoy de acuerdo con este tipo de cine tan divorciado del espectador medio, sin embargo no puedo dejar de reconocer el talento una vez más demostrado y la pasión que transmite una persona que a sus 84 años y con todo el reconocimiento de la crítica internacional sigue filmando.
El eterno retorno al edificio “REC 4: Apocalipsis” comienza de vuelta en el edificio de la primera entrega de la saga, donde unos militares rescatan a la periodista Ángela Vidal (interpretada, como siempre, por Manuela Velasco). Luego ya aparecemos en un barco-laboratorio que se encuentra en alta mar, y hay una suerte de cuarentena con todos los que estuvieron expuestos al virus. Sin embargo, un barco controlado por militares y médicos que buscan encontrar una solución a esta epidemia desatada, entra en caos cuando el virus se propaga dentro de la embarcación. (Me gustaría contarles más pero siempre me limito a la información brindada en el trailer y las sinopsis publicadas. Es para no spoilear, ¿vió?) Otra más y van… Esta nueva entrega de la saga REC está dirigida solamente por Jaume Balagueró (parece que se van turnando con Paco Plaza que dirigió la tercera, pero han co-dirigido las dos primeras películas) y mantiene un nivel aceptable, aunque se despega completamente de la estética original de found footage. En lo que respecta al guión, es para destacar que hayan realizado una cuarta entrega tan digna. Hasta el momento parecía que esto sólo lo lograba Hollywood, e incluso ellos le pifiaban muchas veces. La historia continúa su curso luego de lo ocurrido en la primera entrega y se hace muy llevadera, con algunos altibajos que la hacen levemente larga pero no llega a ser densa. La estética se conserva con todos los rasgos y tips del género aunque, como dije antes, esa presentación de material grabado de forma casera, o periodística en este caso, no se conserva e incluso se aparta completamente de ese formato. En cuanto a las actuaciones tienen un muy buen nivel. Quizás lo que más hay que destacar, que no es común en las películas hispanoparlantes, es la verosimilitud de las actuaciones de todo el reparto de la película. Conclusión “REC 4: Apocalipsis” es una película que gustará a los fans de la saga pero no enloquecerá y no vayan pensando que se puede llegar a aproximar al nivel que tiene la primera película. Es recomendable para pasar el rato y asustarse un poco, nada más. Por eso, si cuentan con el tiempo y el dinero, es un buen plan para verla durante el fin de semana y continuar con la historia de este virus.
La amante de Chucky John (interpretado por Ward Horton, uno de los brokers de “El Lobo de Wall Street”) está en las vísperas de su título como médico y felizmente casado con Mia (Annabelle Wallis), que se encuentra en la dulce espera. Él decide obsequiarle a ella una antigua muñeca de tamaño considerable que ella deseaba, y emocionada la ubica en lo que será el cuarto del bebé. Esa misma noche escuchan ruidos y un grito en la casa de al lado, los únicos vecinos que conocen hasta el momento ya que están recientemente mudados. John va a ver qué sucede y aparece manchado de sangre diciéndole a Mia que llame al 911 porque había ocurrido algo grave. Ella vuelve a su casa corriendo y mientras llama a la policía nota que hay personas en su hogar -un hombre y una mujer- que la atacan, intercede su marido y se arma una trifulca. La policía aparece y mata a los extraños, Mia nota que la mujer muere con la antigua muñeca, que le acaba de regalar su marido, en brazos. Luego de esta fatídica noche comienzan a ocurrir cosas extrañas que perturban a Mia. Todo que envidiarle a El Conjuro Pese a los pronósticos de todos mis compañeros de AltaPeli, seguía teniendo fe en “Annabelle” y la pedí exclusivamente, consciente de que no iba a ver una joya del género pero al menos iba a pasar un buen rato. 404 ERROR Parece que el director de “Annabelle”, John Leonetti, quien fue el director de fotografía de “El Conjuro”, no entendió absolutamente nada de lo que realizó James Wan en la anterior entrega. Esta precuela hecha a las apuradas, con fines netamente comerciales y cero interés artístico, se presenta con una película carenciada de guión y estética pero con mucho marketing alrededor y la herencia de lo que fue la película más importante del género de terror el pasado año. “Annabelle” carga con todos los cliches más paupérrimos del terror y parece, hasta por momentos, un cortometraje de estudiantes de cine. Aquel maravilloso travelling durante la mudanza de la familia de “El Conjuro”, que tiene un fin informativo y narrativo para presentar a los personajes, es utilizado una y otra vez -aunque más brevemente- sin ningún fin, pintó hacerlo y tenemos alquilado el steady para todo el rodaje. A todo esto se suma que las actuaciones de Annabelle Wallis y Ward Horton son bastantes mediocres, acartonadas y no nos transmiten nada a lo largo de los 98 minutos de película. Conclusión “Annabelle” es una película de la cual no puedo destacar nada. Quisiera poder rescatar aunque sea las actuaciones o la estética genérica de Hollywood, pero hasta en eso fallaron, incluso por momentos me reí. Como siempre decimos, si cuentan con el dinero vayan y saquen sus conclusiones, sino pueden esperar tranquilos a su salida en dvd que no se pierden demasiado.