En Gilda: No me arrepiento de este amor, asistimos a la historia de la cantante tropical muerta trágicamente en un accidente de tránsito. Sus inicios en un universo sórdido dominado por hombres, su triunfo en los escenarios, su vida íntima y finalmente su ascenso a la categoría de mito. Natalia Oreiro compone el papel de su vida. Físicamente es un calco de la malograda cantante, se mueve natural en un papel de gran profundidad emocional. Cuando le toca entonar los temas en los números musicales, lo hace sin imitar logrando frescura y credibilidad. Acompañada por un elenco sólido en el que se destacan Lautaro Delgado como el torturado marido de la cantante, Rolly Serrano como un oscuro empresario discográfico y Daniel Melingo, como el padre de Gilda, presente en los medidos instantes de flashbacks. Lorena Muñoz, carga el filme de momentos de tono documental, sobre todo en las escenas de conciertos, acentuando la atmósfera de realidad. Un guión bien estructurado, que mantiene la tensión dramática y la sorpresa a lo largo del metraje. Conmovedora, pero sin caer en los golpes bajos, estamos ante uno de los filmes musicales más logrados de la cinematografía vernácula. Un filme sólido, que llega al corazón.
En Star Trek: Sin Límites, la Enterprise vuelve a surcar el universo para proteger la Tierra y el resto de planetas aliados en nombre de la Federación Unida de Planetas. Liderada por el capitán James T. Kirk (Chris Pine), la tripulación tendrá que enfrentarse a nuevos peligros que acabarán con su tranquilidad. Esta tercera entrega de la nueva etapa de Star Trek recupera el espíritu clásico de la serie original. Todo el filme parece un saludable homenaje a la estética de la opera espacial. Desde el vestuario, hasta las peleas, explosiones y efectos. Rodada con maestría por Justin Lin quien le pone su impronta a las buenas escenas de acción sin descuidar nunca la construcción de los personajes y el humor presente en todo el metraje.
En No Respires un trio de jóvenes ladrones se mete en la casa de un ciego, veterano de guerra para robar un jugoso botín. Una vez en la casa, descubrirán que la víctima se convierte en un salvaje victimario. El uruguayo Fede Álvarez es el responsable de este asfixiante thriller de horror, tan intenso como aterrador. Climática y original, es una experiencia fílmica que crispa los nervios y que resultará no apta para espectadores impresionables.
El ciudadano Ilustre presenta a Oscar Martínez como un escritor ganador del premio Nobel, que regresa a su pueblo para ser homenajeado cuarenta años después de su partida. La presencia del intelectual en su pago chico despertará toda clase de sentimientos entre sus coterráneos. Una gran comedia nacional, plagada de ironía y sarcasmo, una crítica al ser nacional y al falso patriotismo, que atrapa desde la primera escena hasta el último fotograma. Enorme Martínez en el papel principal, muy bien acompañado por una sorprendente Andrea Frigerio y un reparto muy bien elegido. Mariano Cohn y Gastón Duprat plantean esta comedia por momentos absurda, por momentos grotesca, con una puesta minimalista que acentúa la experiencia.
Nerve: Un juego sin reglas presenta a Vee una adolescente que se apunta a un juego en línea en el que existen jugadores y espectadores, y en el que salir significa la muerte. Un interesante thriller psicológico sobre los peligros de las nuevas tecnologías y redes sociales, el voyeurismo, los reality shows y las consecuencias de transmitir la vida privada en vivo. Los directores Henry Joost y Ariel Schulman manejan muy bien los momentos de tensión, logrando que el suspenso crezca a medida que avanza el metraje. Visualmente la película luce atractiva, aprovechando las luces de neón que generan una atmosfera retro muy interesante. Buena banda sonora y actuaciones muy sólidas para esta entretenida cinta de género.
En Satanic: El juego del demonio jóvenes universitarios están haciendo turismo en lugares donde se han realizado ritos satánicos. Tras rescatar a una muchacha testigo de un sacrificio humano, los aventureros quedarán en la mira de un culto terrorífico. La premisa de esta cinta de muy bajo presupuesto dirigida por Jeffrey Hunt parecía buena, sobre todo por los datos reales alrededor de los lugares presentados. Pero esto termina siendo un dato mínimo ante un argumento plagado de clichés y lugares comunes. Malas actuaciones, de un elenco de desconocidos en el que apenas se destaca la "Reina del Grito" de turno, Sarah Hyland. El resto es un compendio de escenas que intentan ser aterradoras y terminan resultando risueñas. Apenas algunas cuestiones de efectos y maquillaje se salvan de esta clase B con olor a directo al home video.
En Miedo profundo seguimos a Nancy una mujer que surfea sola en una playa aislada cuando es atacada por un gran tiburón blanco y queda varada a corta distancia de la costa. Aunque está sólo a unos metros de su salvación, llegar ahí parece una misión imposible. Jaume Collet-Serra, gran director catalán de cintas de acción y suspenso, logra con esta cinta de bajo presupuesto, un thriller inquietante que crispa los nervios. La hermosa Blake Lively cumple como la "reina del grito" del filme, poniéndole literalmente "el cuerpo a la película". Una fotografía prodigiosa, con acertadas tomas acuáticas, es esta una clase B hecha y derecha que crece en tensión a medida que avanza el metraje, hasta un climax no apto para cardíacos y fónicos del mar.
Ben-Hur es una nueva adaptación del libro de Lewis Wallace, la historia de un príncipe judío traicionado por su hermano adoptivo, un general romano que lo condena al destierro. Esta versión, se vale de las nuevas tecnologías y herramientas digitales para lucir creíble y atractiva. De nada vale compararla con la cinta clásica con Charlton Heston, esta es más corta, menos discursiva y no tan maniquea. Jack Huston en el papel principal luce creíble y empático, bien acompañado por un soberbio Morgan Freeman y las breves pero contundentes apariciones de Rodrigo Santoro como uno de los Cristo más carismáticos de la pantalla grande. Llena de acción, de espíritu épico, la escena de la carrera de carros, rodada con un estilo realista y dramático es soberbia y cargada de tensión. Una gran oportunidad para que las nuevas generaciones de espectadores se acerquen a una de las historias más cautivantes de la literatura universal.
El exorcismo de Anna Waters presenta a una mujer que viaja a Singapur tras la muerte de su hermana en extrañas circunstancias. Allí se enfrentará a una nueva forma tecnológica de posesión demoníaca. Esta cinta oriental destinada al público occidental, parece una ensalada fílmica de todos los tópicos del género de horror: el director Kelvin Tong hace todo mal al pensar que mucho es igual a mejor. En el metraje encontramos fantasmas, demonios, casas embrujadas, posesiones y hasta una niña con "sexto sentido". Pero nada está coherentemente conectado. Actuaciones amateurs, efectos dignos de un tren fantasma de feria; y la sensación de delirio generalizado que arranca desde el título, ya que en ningún momento del metraje se realiza un "exorcismo a Anna Waters". Esta sí, es una película "de terror".
El Pulso: la llamada del Apocalipsis, presenta un caos zombie derivado de un misterioso tono telefónico que afecta a todo aquel que usa su celular. John Cusack como un escritor y Samuel Jackson como un maquinista de tren deben cruzar toda una ciudad para escapar del peligro. Un tremendo prólogo, que presenta el inicio de la epidemia, presagia una gran adaptación del libro de Stephen King. Lamentablemente es solo una ilusión, todo lo bueno del primer acto se diluye en un compendio de lugares comunes, situaciones incoherentes y pocos momentos de horror puro. En una época con tantas exponentes del género "zombie" esta clase B atrasa, cuenta con rudimentarios efectos digitales y no aparta ninguna idea atractiva.